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Y) Bronislaw Malinowski Una teoria cientifica de la cultura Direteién: R.B.A. Proyectos Editoriales, $. A. ‘Titulo original: A Scientific Theory of Culture and Other Essays. ‘Traductién: A. R. Cortizar © Por la presente edicin: SARPE, 1984 Pedro Teitera, 8. Madrid. ‘Traduccién cedida por Editorial Sudamericana, $. A Depsto legal: M24.549-1984, ISBN: 84-7291-669°3 (tomo 43.), ISBN: 84-7291-559-X (obra completa). Printed in Spain - Impreso en Espa. Imprime: Altamira, S. A, Bronislaw Malinowski fe Bronislaw Malinowski 1884. E17 de abril nace Bronislaw Malinowski en Cracovia, capital, en aquella época, de la Gealitzia austriaca, Su padre, que murié cuando Mali- nowski era todavia un nifio, era uno de los eslavistas is prestigiosos de la Universidad de Cracovia, y esta ba especializado en el folklore de Silesia. 1897 De constitucién delicada y con problemas de salud, emprende, junto con su madre, una setie de viajes (que se prolongarin a lo largo de su adolescencia) por paises del Sur de Europa. 19003. Cursa estudios de filosofia en la Universidad de Cracovia, a la sazén centro intelectual de Ja cultura polaca. 1908 Se doctora en filosofia. Estudios de psicolo- aia y economfa en Leipzig. Malinowski, por esta época, es ya un apasionado de la antropologfa. La lectura de La rama dorada, de Frazer, le ha producido un enorme impacto. 1910) Setraslada a Gran Bretaia, Esti antropo- ——— logia en la London School of Economics. 1913. Eneste aio da a conocer su primer trabajo antropol6gico: La familia entre los aborige- nes australianos 1914 Alestallar la Primera Guerra Mundial, Mali- nowski, que por su condicién de stibdito aus- triaco podia ser llamado a filas, se traslada a Nueva Guinea, en la Melanesia, Realiza ali su primer trabajo de campo entre los incfgenas de Mailu. a Bronislaw Malinowski 1915. Desde Nueva Guinea se traslada a las isas Trobriand, Alli, en una aldea del distrito de Kiriwina, Malinowski emprende lo que sera calificado de trabajo de campo modélico en los anales de la an- {ropologia contemporénea. Aprende Ia lengua de los nativos y vive con ellos, investigando todos los aspectos de su cultura, desde las bases econémicas hasta los ele- mentos mégicos, pasando por el estudio de las insttu- ciones sociales y politicas. 1918 Malinowski da por concluida su estancia en Jas Trobriand (que, con intervalos, ha dura- do dos afios desde 1915), 1919 En Gran Bretaita, Malinowski casa con Elsie Rosaline Masson, Trabaja en el material re- cogido en las Trobriand, 1922, Fruto de este trabajo son los Argonautas del Pacifico occidental, que le coloca inmediata- mente entre los antropdlogos de primera fila 4926 Tras ensefiar antropologia en la Universidad "de Londres, se traslada a Estados Unidos, Publica El mito en la psicologia primitiva y Crimen y cosiumbre en la sociedad salvaje, monografias que am- plfan todavia mas su prestgio. 927 Es nombrado profesor de antropologia en la Universidad de Londres. Da a conocer dos ‘nuevos trabajos antropol6gicos: El padre en la psicolo- ‘fa primitiva y Sexo y represion en la sociedad salvaje. En ellos Malinowski parte de la base de que las teorias freudianas, en caso de ser incorporadas en el utillaje del antropdlogo, han de ser debidamente contextuadas en cada cultura especifica, de acuerdo con la estructura de sus instituciones. 1929. Eneste afio sale ala luz la monografia titula- da La vida sexual de los salvajes del Noroeste de la Melanesia. 1931. Escribe para la Encyclopaedia of the Social Sciences el articulo que titula «Cultura», el cual contiene un primer esbozo de las teorias que desa- rrollara més tarde 1933. Por esta época, Malinowski centra su interés en la cultura de los paises africanos. Estancia en la Universidad de Cornell, en los Estados Unidos, donde imparte un curso de antropologia, Estudia las culturas americanas primitivas, 1935 Muere su mujer. Publica un nuevo texto en el area de su especialidad: Los jardines del Coral y su magia. 1936 Se ttaslada de nuevo a los Estados, Unidos, donde es nombrado doctor honorario por la Universidad de Harvard. Publica los Fundamentos de las creencias y ta moral 194() Tras haber estallado la Segunda Guerra Mundial, Malinowski, que se identifica ple- hamente con la causa polaca, instala su residencia en Jos Estados Unidos, donde ejerce como profesor de an- tropologia en la Universidad de Yale, Nuevo matrimo- io, esta vez con la pintora Valetta Swann, 194] Junto con su mujer, se traslada a México Malinowski proyecta centrarse en el estudio de las culturas indio-mexicanas, en particular por lo que hace referencia al cambio social. 1942. E116 de mayo, Bronislaw Malinowski muere repentinamente de un ataque al corazén, en New Haven, Connecticut. Bronislaw Malinowski 1944. Péstumamente, Valetta Swann edita Una teo- ria cientifica de la cultura, la més importante obra te6rica de Malinowski, en la que aparece de for- ‘ma sistemética su concepcién funcionalista de la cultu- ra, Valetta Swann publica, asimismo, una nueva obra del gran antropdlogo: Libertad y civilizacién 1945 Sale a la luz una nueva e importante obra postuma, Dindmica del cambio de la cultura, en la que Malinowski-intenta incorporar el cambio cul- tural en el marco de su propia teoria funcionalisa 1948 Todavia un nuevo volumen péstumo viene a "> ampliar la obra de Malinowski; se trata del Conjunto de ensayos reunidos bajo el titulo de Magia, ciencia y religion, 1967 A los veinticinco atios de la muerté de Mali- nowski, se publican los diarios personales gue eseribié en polaco durante su larga estancia en las islas Trobriand. Su titulo: Un diario en el estricto senti- do del término. : il Una teoria cientifica de la cultura Publicada péstumamente en 1944, Una teoria cientfi- a de la cultura es wna de las obras principales de Mali- nowski, «lado que en ella se exponen los principios del funcionalismo antropoldgico, ast como las_posiciones: metodol6gicas del mismo. Ademés, desde un punto de vista tedrico, es la obra fundamental de Malinowski, por cuanto expresa, mejor que ningtin otro texto, lo esencial de su pensamiento. En la presente edicién acompaiian a dicha obra dos ensayos: La teorfa funcio- nalista y Sir James Frazer. El primero de ellos, escrito en 1939, es un excelente complemento de Una teoria cientfica de la cultura, pues en él se encuentran defini- {dos conceptos tan importantes como el de funcién y el de institucién (como unidad basica del anélisis antropo- légico) y aparece ya articulada la teorfa de las necesida~ des, El segundo de ellos se escribi6 a raiz de la muerte, en 1941, del gran antropélogo James Frazer, y es un homenaje a este autor —cuya lectura decidié al joven Malinowski a dedicarse a la antropologia—, a la vez que un balance critic de su obra. «En la verdadera ciencia», se lee en Una teorfa cienti- fiea de la cultura, «el hecho es la relacién, con tal que ésta sea realmente determinada, universal y cientifica- mente definible». Esta idea de que el hecho es la rela- cién constituye el punto de partida del pensamiento de Malinowski, De él se deduce que ningtin aspecto cultu- ie Bronislaw Malinowski ral puede Hegar a entenderse si se desgaja de los otros aspectos que constituyen una cultura. Asi, por ejemplo, no es posible, para Malinowski, el estudio del sistema de parentesco de una cultura, sia la vez no se interrela- ciona con las bases econémicas de esta cultura, con su organizacién politica, con sus instituciones sociales, con el entramado juridico que la sustenta, con la religién ue la cohesiona, ete/Para Malinowski, la cultura es un todo orgénico y como-tal ha de ser estudiada Ahora bien, el estudio de este todo orgénico que es Ia cultura no precisa de ninguna reconstruccién hist6ri- ca de los elementos que la constituyen. El origen y la difusién de tales elementos no importan, ya que para Malinowski en toda cultura no existen «reliquias», esto ¢, rasgos culturales que sobrevivan del pasado, ‘Todo elemento cultural tiene una funcién, es titil y pose un significado (que el antropdlogo debe desentrafar), pues de lo contrario habria dejado de existir. Lo impor- tante es descubrir el papel que juega en relacién con los restaites elementos de un sistema; cémo influye a &t0s y c6mo es influido por éstos. «La identidad real de una cultura», haba escrito Malinowski en 1935, en su obra Los jardines del Coral, «parece reposar en la conexidn orginica de todas sus partes, sobre la funcién que tal detalle realiza en el interior de su sistema, sobre las relaciones entre el sistema, el medio y las necesida- ddes humanas», La cultura, por tanto, tinicamente pue- de ser estudiada como totalidad y sincrOnicamente. Al mismo tiempo, y puesto que conforma una realidad Tinica, cada cultura debe ser estudiada por s{ misma, careciendo de sentido el enfaque comparativo con otras culturas. ii Aunque hasta aqui se han utilizado indistintamente Jos términos rasgo 0 elemento cultural y detalle, con- viene decir que para Malinowski, pese que a menudo los emplee en muchas de sus obras, la cunidad legiti- mante» de que parte el andlisis cultural es Ia institu- cién. En propiedad, es la institucidn la que desarrolla una o varias funciones encaminadas a la satisfaccién de nevesidades (tal y no otro es su sentido). Dili la insti- tucién en unidades de andlisis més pequefias a fin de atender los elementos que la componen, es impropio sociol6gicamente hablando, dado que ello desvirtuaria la categoria de hecho social que toda insttucién tiene. Esto esta directamente formulado por Malinowski en el ensayo La feoria funcionalisia: «Ya sea que tomemos una costumbre, es decir, una forma “estandardizada” de conducta, ya una habilidad, un modo de comporta- miento para la comida, el suefio, el transporte, 0 el jue- {g0, expresariamos directa o simbdlicamente una actitud sociol6gica. En todos los casos esto pertenece también aun sistema organizado de actividades. Desafiaria a cualquiera a que mencionase un objeto, una actividad, un simbolo o un tipo de organizacién que no estén in- corporados a una u otra institucin..» Mis arriba se ha dicho que la funcién de una institu- ci6n es satisfacer una o varias necesidades. Y bien, este es el punto central de la teorfa de Malinowski: la cultu- ra es un todo funcional que esta al servicio de las neve- sidades humanas. Cada necesidad suscita un tipo de respuesta cultural a fin de satisfacerla, Las necesidades son universales, oomo igualmente lo son las respuestas culturales que se dan pata satisfacerlas: La necesidad viene definida por Malinowski como Bronistaw Malinowskt jones que se manifiestan en el or- ganismo humano, en el marco cultural y en la relacién de ambos con el ambiente fisico, y que es sufciente y necesario para la supervivencia del grupo y del organi mo». En Una ieoria cientfica de la cultura se distin- guen siete necesidades biol6gicas, cuya satisfaccidn es imprescindible para sobrevivir: el metabolismo, la re- produccién, el bienestar corporal, la seguridad, el mo- Vimiento, el crecimiento y la salud, Cada una de estas necesidades basicas ha encontrado, en cualquier socie- dad, una forma u otra de respuesta cultural. Necesidad Y respuesta o «concomitante culturab» estén insepara- blemente unidos, constituyen el lado biol6gico y cultu- ral de un mismo fenémeno. De este modo, al metabo- lismo, le corresponde el concomitante culturab del abas- to 0 provisién de alimentos; a la reproduccién le co- responde el parentesco; al bienestar corporal, el abri- 80; a Ia seguridad, la proteccién; al movimiento, las actividades; al crecimiento, la ejercitacién; a la salud, Por tltimo, la higiene, Junto a estas necesidades biol6gicas basicas, existen otras necesidades que Malinowski considera como «de- tivadas». Las necesidades derivadas poseen una natura- leza cultural y son fruto de la existencia del hombre en sociedad. Asi, por ejemplo, la necesidad metabélica comporta, como antes se decfa, el concomitante cultu- ral del abasto u obtencién de alimentos, pero la abten- cidn de alimentos crea, a su vez, la necesidad derivada de transmitir de generacién en generacion Ins téenicas que se utilizan para posibilitar aquella obtencién. Las necesidades derivadas son las que han dado lugar alas formas més elaboradas y complejas de la cultura, como formas indirectas de satisfaccién de las necesida- des basicas. En el ejemplo anterior, a la nevesidad de transmisién del conocimiento cabria afiadirle otro im- perativo: el de una conducta social organizada median- te unas reglas y sanciones que asegure la coherencia del grupo; y a estas normas morales cabria afaditle, toda- Via, la religion, que garantiza la rectitud de las mismas y respalda el sentido de duracién de la propia cultura. Malinowski agrupa las necesidades derivadas en cua tro series de «imperativos instrumentales» a los que co responden, como en las necesidades biolégicas, unas Fespuestas o concomitantes culturales. De este modo, el imperativo de producir, usar, mantener y reemplazat Jos utensilios y bienes de los consumidores halla si res- puesta en el sistema econémico de una cultura; a la regulacién de los aspectos juridicos y morales del com- portamiento humano le es concomitante el control so- cial que ejercen una serie de instituciones; la formacién y renovacién del elemento huniano que integra toda institucién tiene por concomitante la educacién; final- mente, el imperativo de la autoridad, de los poderes y de los medios con que cuenta, tiene por respuesta la organizacion politica. ie El autor en el tiempo Antecedentes Cuando en 1914 Malinowski viaj6 por vez primera a Nue- : va Guinea, la antropologia era ain una disciplina que fiaba su conocimiento en buena parte de los testimo- nios de viajeros, misioneros y comerciantes. Apenas hacfa veinte afios que Franz Boas habla realizado su {rabajo pionero entre los esquimales, y algunos menos que habia comandado la expedicién Jesup North Paci- fic, cuya misién fue estudiar las relaciones entre los aborigenes cle América del Norte y del Nordeste asidti- 0. Junto a estos antecedentes de lo que habia de ser lun auténtico trabajo de campo, cabe citar Ia participa- cion de C. G. Seligman, A, C, Haddon y W. H. R. Rivers en la expedicién cientfica que en 1898 partié para explorar el estrecho de Torres y Nueva Guinea. No es exagerado, por tanto, afirmar que la labor de Malinowski en las islas Trobriand fue la de establecer 1 modelo de investigacién de una cultura primitiva en una forma que jamés se habia realizado anterior- mente en antropologia. Por lo que hace a los antecedentes te6ricos de la obra de Malinowski, hay que mencionar en primer lu- gar a Frazer, el autor de La rama dorada, que llegarfa a convertirse con el tiempo en el tante de la antropologia clisica inglesa. Malinowski, como ya se ha dicho, orient6 definitivamente su vo~ Brekke calm Bronislaw Malinowski cacién y estudio hacia el campo de la antropologta tras conocer la obra de Frazer. ‘A pesar de que Boas ya habia sefialado la necesidad de interpretar los hechos sociales en su conexidn, y de que antropdlogos como Tylor habfan ensayado definicio- nes de la cultura como in todo complejo, la filiacién 1s directa del pensamiento de Malinowski se encuen- tra en la escuela socioldgica francesa, De ella el autor de Los argonautas del Pacifico occidental recogié, en primer lugar, la preocupacion por el estudio de la so- iedad tal como se presentaba contempordneamente, asi como la nocién de hecho social como categoria irre- uctible a instancias individuales. En segundo lugar, Malinowski incorporé en su utillaje conceptual ideas como la de totalidad —que es central en ta obra de Marcel Mauss— y funcionalidad —desarrollada por Emile Durkheim a partir del sociélogo briténico Her- bert Spencer y que viene definida como la relacién de -attiidad> entre un fendmeno y las necesidades del or- ganismo social. A esta influencia de los sociélogos franceses, Mali- nowski sumé la de las teorfas freudianas y, en general, Ja del pensamiento psicol6gico del perfodo de entregue- tras. Esto aclara por qué Malinowski, pese a su interés por la estructura social, se decanté igualmente, y a di- ferencia de Durkheim o de Radeliffe-Brown, por ejem- plo, por el estudio de la personalidad primitiva Su poca Malinowski fue ya resonocido en s ——— tiempo como uno de los grandes an- tropdlogos del siglo XX; tal era, antes de la Segunda Guerra Mundial, 1a magnitud de las aportaciones que habfa efectuado en el campo de la antropologia. De un Indo, habia realizado un trabajo de campo revoluciona- rio en las Trobriand al estudiar la fase de una cul- ura siguiéndola en todas sus ramificaciones; de otto, habia creado la escuela funcionalista de antropologia, aunque mis que de escuela, Malinowski prefera ha- blar de corriente. Del trabajo en las Trobriand pudo deducirse, entre ‘otras muchas cosas, que la vida de los pueblos primiti- vos quedaba muy lejos de una existencia limitada tan Slo al puro esfuerzo de sobrevivir. El estudio del co- mercio kula realizado por Malinowski mostré que en la economia primitiva intervienen factores magicos y de prestigio no directamente ligados al valor util de la mereanefa, lo que de por si era una muestra de la com- plejidad de las culturas melanesias que participaban en ‘quel comercio. Del funcionalismo como corriente de Pensamiento antropol6gico, pudo desbaratarse Ia idea que se tenfa de la cultura como conjunto de rasgos 0 clementos culturales inconexos, asociados hist6rica- mente de forma arbitraria Influencia posterior §! hecho de que —$_+_—__—_ Ia_ antropologia contempordnea se preocupe mas por la estructura de la cultura que por los rasgos especiticos de 1a misma, se debe en parte a Malinowski (y en parte a otro gran ‘anttop6logo contemporaneo suyo: Radcliffe-Brown).. También se le debe al autor de Una teor‘a cientifica de 1a cultura el interés por la metodologia que ha mostra- do la antropologia norteamericana, junto al menor én- {asis dada por ésta al desarrollo evolutivo de una cultu- ta. Y una deuda no menor que la antropologia contem- pordnea tiene contrafda con Malinowski se refiere a la Bronislaw Malinowski critica que ha tenido que desarrollar del funcionalismo, Las polémicas que la obra de Malinowski ha suscitado han tenido la virtud de madurar muchos aspectos de esta ciencia «joven» que es la antropologia El debate, desde la posguerra hasta nuestros dias, se ha centrado en tomo a si es posible el conocimiento de Ja cultura como un todo funcional, La critica de antro- pélogos como Lévy-Strauss y R. H. Lowie se ha dirigi do a los mismos fundamentos del pensamiento de Mali- nowski. Para el primero, por ejemplo, éste «vuelve @ introducir un sistema de postulados sin valor cientifi- co»; para el segundo, la idea de totalidad cultural es -amistica» y rechaza que no existan supervivencias hist6- ricas en tina cultura. Un enfoque distinto, en el marco de este amplio de- bate, ha sido el adoptado por E. R. Leach, Para este antrop6logo briténico, la coherencia del todo se en- cuentra indiscutiblemente en el modelo tedrico que se adopta como instrumento de andlisis cultural, pero esta suptesta coherencia no existe en la realidad social («el sistema de la realidad», afirma, «estd leno de contradieciones»). Otros antropélogos, como G. Balandier y M. Gluck- man, mas que discutir la idea de totalidad lo que han hecho ha sido impugnar la idea de Ja «falsa totalidad» que se desprende de ls teorfas de Malinowski, al dejar completamente de lado la consideracién de la cultura como proceso sometido al cambio. Bibliografia De Malinowski Ciencia y costumbre en la sociedad salvaje. Barcelona, Ariel, 1971 La vida sexual de los salvajes del Noroeste de la Melane- sia. Madrid, Javier Morata Ed., 1971 Los argonautas de! Pacifico occidental. Barcelona, Pe- ninsula, 1973, Sexo y represion en la sociedad primitiva, Buenos Aires, Nueva Visién, 1974. Magia, ciencia y religidn y otros ensayos, Barcelona, Ariel, 1975. La cultura», en Kahn, J. S., ed., El concepto de cultu- ra: Textos fundamentales. Barcelona, Anagrama, 1975. «Confesiones de ignorancia y fracaso», en Llobera, JR, ed., La aniropologia como ciencia, Barcelona, Anagrama, 1975, Los jardines del Coral, Barcelona, Labor, 1977 El eultivo de la tierra y tos ritos agricolas en las islas Trobriand, Barcelona, Labor, 1977. Estudios de psicologia primitiva, Barcelona, Paid6s- Ibérica, 1981, Bronislaw Malinowski Sobre Malinowski FRAZER, J. G., Prélogo a Los argonautas del Pacifico dccidental, Barcelona, Peninsula, 1973. GLUCKMAN, M., «Datos etnogréficos en la antropolo- ia social inglesa», en Llobera, J. R., ed., La aniro- pologia como ciencia. Barcelona, Anagrama, 1975. KAPLAN, D., y MANNERS, R, A., «Antropologia Viejos temas y nuevas orientaciones», en Llobera, J.R,, ed., La antropologia como ciencia, Barcelona, Anagrama, 1975. KUPER, A., Aniropologia y antropélogos. La escuela briténica: 1922-1972. Barcelona, Anagrama, 1975. MAIR, L., Introduccién a Ia antropologia social, Ma- drid, Alianza Editorial, 1970 MERCIER, P., Historia de la antropologia, Barcelona, Peninsula, 1969. | : Una tori clentfica de ta cultura 2 Capiruto 1 LA CULTURA COMO OBJETO DE LA INVESTIGACION CIENTIFICA. La denominacién “estudio del hombre” es ciertamente lgo presuntuosa, por no decir descabellada, cuando se apli- 64a ta antropologfa académica, tal como se nos presenta hoy. Diversas disciplinas, antiguas y recientes, venerables. Y nuevas, se ocupan también de investigar la naturaleza lol hombre, sus obras manuales y las relaciones entre los fetes humanos/"Todas y cada una de ellas pueden reclamar fl derecho de ser consideradas como ramas del legitimo estudio del hombre’ Las més antiguas, desde Iuego, son {us contribuciones de Ia filosofia moral, de la teologfa, de la Historia més 0 menos legendaria y de las interpretaciones dol viejo derecho y la.costumbre. Tales aportes pueden ser rastreados hasta las culturas que todavia perpettian la edad do piedra; han florecido por cierto en las viejas civilizacio- fies de China y de Ia India, de Asia occidental y de Egipto. Heonomia y derecho, ciencia politica y estética, lingifstica, tqueologfa y el estudio comparado de las religiones, cons- liuye Ia més reciente contribucién al humanismo. Hace linos dos siglos, la psicologia lamada del alma y més tarde In sociologia, es decir, 12 investigacién de las relaciones humanas, se agregaron a Ia lista de estudios académicos oficiales Ea Bronistaw Malinowski ‘La antropologia, como ciencia del hombre, en sentido amplio, como la mas comprensiva disciplina en el huma- niismo, fue Ia diltima en llegar. Ella debi6 limitar sus alcan- es y st. campo, su contenido y su método lo mejor que pudo. Asimil6 lo que habia sido dejado de lado y aun tayo que usurpar antiguos materiales que otras ciencias conser- vaban. La constituyen ahora disciplinas tales como la pre- historia, el folklore, la antropologia fisica y cultural. Estas se aproximan peligrosamente a otros legitimos campos de ciencias sociales y naturales: psicologéa, historia, arqueolo- fa, sociologia y anatom 7 La mueva ciencia nacié bajo el signo del evolucionismo entusiasta, de los métodos antropométricos y de los revela- dores descubrimientos prehistéricos. No debe asombrar que su interés originario se haya concentrado alrededor de 1a reconstruccién de los orfgenes humanos, de la’ bisqueda del “eslab6n perdido”, investigando paralelamente en los campos prehistéricos y en los datos etnogréficos. Conside- rando retrospectivamente las conquistas de la ditima centu- ria, podrfamos ver en ellas, no s6lo un conjunto de dispu- tas e intentos de los anticuarios, que abarcaban la erudicién ‘etnogréfica, mediciones y recuentos de créneos y huesos, y una coleccién de datos sensacionales acerca de nuestros an- tepasados somi-humanos. Esta estimacién, sin embargo, de- Jarfa de lado ciertamente las mejores contribuciones de recursores en el estudio comparativo de las culturas, como ‘Herbert Spencer y Adolf Bastian, E. B. Tylor y L. H. Mor- gan, Pitt-Rivers _y Frederick Ratzel, W. G, Summer y R. S, Steinmetz, E. Durkheim y A. G. Keller. Estos pensa- dores, asf como algunos de sts discipulos, han elaborado ‘gradualmente una teoria cientifica de la conducta, y han ‘trabajado por una comprensién mejor de la naturaleza, de Ta sociedad y de la cultura humanas. Asi, cuando trata acerca de la manera cientifica de encarar el “estudio del hombre”, el antropélogo afronta una tarea nada fécil, que resulta de apreciable importancia, a teortaclentfien deta cultura 25 Dobe definir en qué relaci6n reeiproca se encuentran las Wirias ramas de la antropologia. Tiene que determinar 1a posietén que éste debe ocupar en la amplia fraternidad de los estudios humanisticos. Esté forzado a reabrir también tientifico. / En este ensayo intentaré mostrar que el verdadéro cam po de teunién de todas las ramas de 1a antropologia es et ‘studio cientifico de la culturay'Tan pronto como el antro~ Ppilogo fisico reconozca que “‘la raza es lo que la raza huce”, admitiré también que las medidas, tablas clasifica- {orias 0 descripeiones de indole fisica no tienen aplicabili- dad alguna, excepto cuando podamos correlacionar el tipo {isico con la facultad creadora de la cultura de una raza, La tarea del prehistoriador y del arquedlogo es recons- wir la plena realidad viviente de una cultura extinguida ‘on s6lo el testimonio parcial de los restos materiales. Por su parte el etndlogo, que se basa en‘ la evidencia de tas jictuales culturas primitivas 0 evolucionadas, con el objeto ilo reconstruir Ja historia humana desde el punto de vista yacde la evoluci6n, ya de la difusi6n, puede basar sus argu- Inontos sobre datos cientificos seguros, sélo en el caso de ue interprete realmente lo que ¢s la cultura. Por fin, el eindgrafo no puede hacer observaciones sobre el terreno @ Inenos que distinga qué es importante y esencial, y sea asf ‘eapaz de deseartar los hechos adventicios y fortuitos. Por lo tanto, el aspecto cientifico de todo trabajo antropolégico reside en la teorfa de la cultura, con referencia al método de observacién de campo y al significado de la cultura ‘yomo proceso y como resultado/ ‘© En segundo lugar, pienso que si 1a antropologia puede contribuir a una perspectiva més cientiica de su asunto Jegitimo, es decir, la cultura, prestaré un servicio indispen- fable a las otras disciplinas humanisticas. La cultura, por ser el contenido més amplio de la conducta humana, es tan importante para el psicblogo como para el investigador de % Bronislaw Malinowski 1o social, para el historiador como para el lingiista. Supon- 0 que Ia lingiistica del futuro, especialmente en relacién. con la seméntica, egaré a ser ol estudio del lenguaje en el contexto de la cultura. Por otra parte, la economfa, en tanto es investigacién acerca de la riqueza y el bienestar, como medio de cambio y produccién, podra hallar «itil en el futuro no considerar al “hombre econémico” com- pletamente apartado de otros objetivos y consideraciones, sino basar sus principios y razonamientos en el sentido del hombre como realmente ¢s, actuante en el medio comple- jo y pluridimensionaf de los intereses culturales. En verdad, muchas de las modernas tendencias en economia, llamense “institucional”, “psicol6gica” 0 “hist6rica”, no hacen sino complementar las viejas teorias puramente econdmicas, considerando al “hombre econémico” dentro del conjunto de sus mriltiples impulsos, intereses y habitos, vale decir, tal como es, modelao por el complejo ambiente, en parte racional y en parte emotivo, de su cultura, ‘También el derecho tiende gradualmente a considerar Ja ley, no como un mundo especulative de contenido pro- Pio, sino como tino de los varios sistemas de control social en el que los conceptos de motivacidn, valor, coaccién mo- sal y fuerza consuetudinaria deben ser tenidos en ctienta, ademas del aparato formal del cédigo, los tribunales y los alguaciles. Asi, no s6lo la antropologia, sino el estudio del hombre en general, comprendiendo todas las ciencias soci Jes, todas las nuevas disciplinas, psicol6gica o sociolégica- ‘mente orientadas, pueden y deben cooperar en la construc cién de una base cientifica comiin, que deberd ser por fuerza idéntica para los diversos estudios. humanisticos. Una wort centfica de ta cultura 2 Carfruto I NA DEFINICION MINIMA. DE CIENCIA ¥ PARA EL HUMANISTA / Queda ahora por explicar més espectficamente por qué y Bes ‘modo la anteopologa, ent todas las disciplinas fosiales, puede aspirar a contritt ir de manera efectiva a que. sea més cientifio el “estudu: del hombre”. Descaria Gsablecer primeramente que R. Linton, The india end ns tty ate Vere fo) ed! yn tort centifin dete cutura #8 Jolucién orgénica de los elementos culturales incorporados los grupos sociales. Este tipo de psicologia se vincula on factores tales como el de autoridad 0 de uso de Ja {\orza, la transformaci6n de los deseos orgénicos en valores ¥ cl estudio de las normas como agentes represivos. Todo. {slo ha Hevado ya a muchos disefpulos de Freud/hacia un ilisis institucional més o menos sistemiético én el que {neluyen los procesos mentales. La aprobacién del psicoandlisis no disminuye en modo Alguno la gran importancia que el conductismo promete [ulguirir como psicologia bisica para el estudio de los pro- 605 sociales y culturales. Entiendo por conduetismo los Jnis recientes desarrolios de la psicologia del estimulo y Ja feaccién, tal como ha sido elaborada por el Profesor C Hull, de Yale, y Thorndike, de Columbia, o H. 8. Liddell, tie Comell. El valor del conductismo se debe, en primer Jugar, al hecho de que sus métocos son idénticos, en cuan- {0 a sus limitaciones y ventajas, a los de Jn investigacién ftropolégica de campo. Tratando con gentes de una distin- {i cultura, es siempre peligroso dejarse influir por Ia em- putia, que conduce habitualmente a conjeturar lo que otra persona deberfa haber pensado o sentido. El principio fun- damental del investigador de campo, tanto como el de con- luctista, es que les ideas, emociones y conatos no llevan yerennemente una existencia criptica, escondida en las in- explorables honduras, conscientes o ineonscientes, del espi- fitu. Toda psicologia seria, vale decir, experimental, sdlo puede trabajar con obsevaciones de una conducta exterio- fizada, aunque pueda ser util relacionarlas con las inter- pietaciones introspectivas. E] problema de si admitimos o no que existen la “con. cioncia”, las “realidades espirituales”, los “pensamientos’ "ideas", “creencias” y “valores” como realidades subjetivas ‘i cl espiritu de los demés, es esencialmente metafisico. No eo raz6n para que no sean usadas tales expresiones, que se fefieren dircctamente a mi propia existencia, tenfendo en “ cuenta que en cada caso son perfectamente definidas a través de la conducta exteriorizada, susceptible de observa: cién, fisicamente comprobable: En realidad, 1 teorfa com: pleta del simbolismo que bosquejaremos brevemente aqui, Consiste en considerar 1a definicién de un s{mbolo 0 idea como algo que puede ser materialmente registrado, descrito © definido, Ideas, pensamientos y emociones deben ser tra- tados como todos los otros aspectos de la cultura, tanto fun- cional como formalmente/ El punto de vista funcional nos permite determinar el contenido préctico de un simbolo y Probar que en la reélidad cultural una palabra o cualquier tro acto simbélico cobra existencia sélo a través del cfec- to que produce} El enfoque formal ¢s la base de nuestra conviccién y prueba que en la investigacién sociolégica y etnogréfica de campo es posible definir las ideas, las ereen- cias y las eristalizaciones emocionales de una cultura total- ‘mente distinta, con un alto grado de precision y objetividad. En esta general y répida ojeada a las varias maneras de encarar Ja interpretacién antropol6gica, a la posibilidad de comprender y documentar, nos hemos ocupado de di- versas categorias de exposicién y critica. Es necesario dis- tinguir entre el programa, la aspiracién y el interés principal de un evolucionista en contraposicién con los de un difu- sionista, psicoanalista 0 topo de museo’ Las conquistas de cada escuela pueden y deben ser principalmente apreciadas, or Io que ellas son capaces de hacer. Ademis, y en gran ‘medida, un investigador interesado en Ia historia del pen- samiento antropol6gico seré capaz. de poner orden en esas ‘conquistas delimitar las leg/timas demandas del difusionis- ‘mo en contra de la interpretacién evolucionista; de ta unila- teralidad sociolégica de Durkheim como opuesta a los ané- lisis introspectivos de Wundt, Por el momento podemos adoptar un punto de vista universal, atin ecléctico, y admi tir que las escuelas y tendencias de la antropologia, en Parte siguiendo sus propios programas, més o menos am- biciosos, en parte elaborando métodos, teorias y principios Bronislaw Malinowski Ayu wort cena deta cultura 4“ son el propésito de evar a la préctica esos programas, han \\gsarrollado una estructura imponente, aunque no del todo wnonica. Algunas de esos conquistas, como la Sociedad jwigua, de L. H. Morgan, 1a més completa ¢ intransigente ‘xposicién de la tendencia evolucionista; Los hijos del Sol, W. J. Perry, una erudita y pretenciosa exposicién del difu- sjonismo extremo; algunos de los voltimenes de ld Psicolo- la de los pueblos, de Wundit; el magnifico “corpus” com- fpurativo de Frazer, La rama dorada; la Historia del ma- Wvimonio, de Westermarck; todas estas obras provocan wuestro respeto y adiiraci6n, itn este libro, sin embargo, estamos interesados princi ppalmente en los fundamentos del edificio, es decir, en 1a Porcién realmente cientifica contenida en aquellas obras. ‘Aqui debemos probablemente llevar a cabo un trabajo ins- pirado en parte en Ia profesién de demoledores, tarea en Virtud de Ta cual muchos puntos fundamentales seré por Certo discutidos, y seftalados uno 0 dos persistentes exrores metodoldgicos. En el sentido positivo, debemos probable- mente dar crédito a un investigador com L. H. Morgan, ‘0 primer término por el descubrimiento del sistema clasifi- tatorio del parentesco y por su restelta peisistencia en ludiar los principios de la relaci6n primitiva basada en el matrimonio, la sangre y Ia afinidad. En la obra de Tylor seleccionaremos sus precursoras tentativas de dar una defi hicién minima de religién, su método de relacionar causal- mente los factores pertinentes de la organizacién humana y su capacidad para distinguir, en la mayor parte de sus tra- bajos, el apropiado perfil de las instituciones. Westermarck hha contribuido mas a nuestro conocimiento det matrimonio la familia por la correcta apreciacién de tales relaciones y de la vitalidad de la institucién doméstica, asi como por si intuitiva y penetrante visién del papet puramente core~ monial de varios ritos de bodas, que por st affn de ligar 1 matrimonio humano con el apareamiento de monos, pé- jaros y reptiles. Han sido destacadas las especificas y % Bronislaw Malinowski | Uw worta cientfica de la eutura a permanentes contribuciones de Robertson Smith, de Durk- heim, de Freud y sus adeptos. ‘Una escuela que poco se menciona ha sido por lo gene- ral menos apreciada de lo que realmente merece, debido recisamente quizés a la modestia y limitacién cientifica de su programa, Me refiero a la de R. S. Steinmetz y sus discipulos, la cual, en forma tal vez més decidida que ninguna otra, ha preferido los anilisis cientficos de los he- chos sociales y culturales més bien que los ambiciosos es- quemas reconstructivos 0 reinterpretativos. iDénde hallarertios los principales defectos de las varias escuelas clisicas de antropologia”’ En mi opinién, giran alrededor de la cuestién de si, al construir un sistema evolucionista, o al trazar la difusién de este o aquel fond= meno de la cultura, el investigador ha dedicado suficiente atencién al completo y claro andlisis de la realidad cultural que trata/Seria posible mostrar aqui que a través de las controversias y centenares de libros y articulos dedicados, al matrimonio primitivo, al sistema de clanes y al parentes- €o, desde Bachofen, McLennan y Morgan, hasta los escritos de Ia escuela alemana, sociclogista 0 juridica, incluso los tres pretenciosos volimenes de Robert Briffault, no podria, encontrarse un solo andlisis claro de lo que significa la ins- titucién doméstica 0 el parentesco. Los adversarios de la teorfa de la promiscuidad primitiva, como Starcke, Wester marck, Grosse y Crawley, han realizado por cierto una obra mucho més efectiva en relacién con el verdadero enfoque cientifico, y sus puntos de vista han sido casi universalmente aceptados entre todos los componentes antropélogos mo- demos, Por otra parte, la principal critica que puede di ‘girse contra el valioso andlisis de la magia por Frazer, es que concentra su atencién principalmente en los ritos y en Jas f6rmulas y no ha sido suficientemente cauto para adver- tir que la magia ¢s lo que ella realiza, Por lo tanto, el acto ritual no puede ser totalmente entendido si no se lo relacio- nna con la actividad utilitaria y pragmética en la cual esta \iorustado y con la que intrinsecamente se vincula, El ants lisls de Tylor acerca del animismo se resiente por el hecho iio que considera al hombre primitivo como un filésofo ra- yonador, olvidando que la religién, sea primitiva o civili iis, ¢5 Un activo estuerzo organizado para permanecer en (ontacto con los poderes sobrenaturales, influir sdbre ellos y responder a sus mandatos, ‘ En todo esto podemos ver que no se ha prestado sufi- slonte atencién a la actividad cientifica que hemos descrito fu) el capitulo anterior y que consiste en definir y relacionar’ ‘on claridad los factores pertinentes que operan en fend os como la magia, el totemismo, el sistema de clanes y Ii institueién doméstica, Es necesario mostrar ante todoy que el fenémeno que comparamos en varias culturas, cuya @yolucién queremos trazar y seguir en su difusién, es una Aunidad, sistable tanto en el campo de la observaci6n como le In teorfa, Es necesario establecer clara y distintamente donde Jos determinantes materiales, las acciones humanas, Jus ereencias e ideas, es decir, los actos simbélicos, intervie- fien en aquellas unidades o realidad de Ia cultura, c6mo tllos se influyen entre si y cémo obtienen ese cardcter de folacién permanente y necesaria/ Es obvio que esta primaria deficiencia en el andlisis te6- Jico tiene también un nefasto influjo en el trabajo de campo. Bl observador, ya sca leyendo libros de guia y preparacién tomo Notes and queries, ya inspiréndose en las fon frecuencia contradictorias teorias, recoge datos aisla- los en lugar de establecer conexiones naturales, intrinsecas y permanentes. Seria una perogrullada decir que Ias rela- tiones entre los hechos y las fuerzas son tan importantes como los fenémenos aisladas que en estas relaciones inter- Vienen. Desde el punto de vista de la verdadera ciencia, el Jsunto consiste en Ia relacién, dando por sentado que es fealmente determinada, universal y cientificamente definibl Hay, sin embargo, un punto respecto del cual las d Versas escuelas més antiguas han cometido un pecado de 6 Bronislaw Malinowski comisi6n, més que de omisién. Es el concepto acritico y a veces anticientifico de los “pesos muertos” 0 fésiles cultue rales de la civilizaci6n humana. Entiendo por esto el principio de que, en buena medi- da, y en posicién de importancia estratégica, tas culturas acogen ideas, creencias, instituciones, costumbres y objetos que en realidad no corresponden a su contenido. En las teorfas evolucionistas, tales pesos muertos aparecen bajo Ta mdscara de “supervivencia”. Fl difusionista habla de ellas como de “préstanios,o complejos de elementos”. En cuanto a la supervivencia, cito Ia definicién dada por A. A. Goldcnweiser, quien no es ciertamente un soste- nedor de las doctrinas evolucionistas. Una supervivencia es “un rasgo que no se conforma con suu medio cultural. Per- siste, mas bien que funciona, o su funcién no armoniza en algin aspecto con su cultura circundante”. Esta es quizé Ta mejor definicién del concepto y el autor que la formula agrega: “Sabemos, por cierto, que las superviviencias exi ten Ellas en realidad representan un constante y omnipre- sente aspecto de todas las culturas.” Estoy en desacuerdo con este punto de vista. Seria mejor considerar el concep- to con referencia a nuestra propia cultura, la cual induda- blemente proporciona més oportunidades para la aparicién de supervivencias que cualquier otra situacién histérica, Aebido a la vertiginosa velocidad del progreso de nuestros Gfas. gDénde buscariamos supervivencias? En el desarrollo teenol6gico, el vehfculo automotor ha reemplazado al tira- do por caballos. Un carrito y aun un hermoso coche no conviyen en las calles de Nueva York o de Londres. Tales supervivencias, sin embargo, no se producen: Un coche de caballos aparece en cierto momento del dia o de la noche en determinado lugar, {Es una supervivencia? Si y no. Si lo consideréramos como el mejor, el més répido 0 més barato medio de locomocién, seria por cierto a la vez un anacronismo y una supervivencia. Es obvio que ha cam- biado su funcién, gPero ha dejado esta funcién de armo- Un teoria centfice de la eultura ° ivr con las condiciones presentes? Evidentemente no. Un tal medio de locomocién es usado por sentimiento pasa- lisa, como un “viaje hacia el ayer"; temo que con frecuen- a se ponga en marcha en casos en que el viajero esté lige- fumnente intoxicado o siente cierta propensién roméntica. No hay dua de que la supervivencia subsiste porque ha wlquirido un significado nuevo, una nueva funciény pero ji menos que adoptemos una actitud decididamente moral { Yalorativa en lugar de estudiar el fendmeno tal como ocu- 110, darfamos simplemente una descripoién ineorrecta de fis usos y significacién. Tipos anticuados de autom6vi Jos no son nunca empleados simplemente porque hayan sobrevivido, sino porque el piiblico no esté en condiciones, We comprar un modelo més modemo. La funcién es eco- jnOmica, Si pasamos a otras invenciones més importantes Y aun a instituciones nacionales, podemos observar que 1a Ghimenea abierta prevalece todavia en Inglaterra y en cier- {us partes de Francia, en contraposiciéa con la calefaccién, ntral, Pero si penetramos en el conjunto de los hébitos, fictitudes y vida deportiva de los ingleses en su apego a la funci6n doméstica y a la influencia convival de la chimenea Hogarefia, tendremos simplemente que convenit en que te= Jresenta distinto papel en una casa briténiea y en un de- Partamento neoyorquino. El verdadero dafio producido por el concepto de super Yivencia en Ia antropologia consiste en que, por una parte, Ae aplica como un espurio recurso metodol6gico en la re- onsteuceién de Ia serie evolucionista; y peor que eso, es lin-medio efectivo de abreviar el contacto del observador on la realidad. Tomemos, por ejemplo, el descubrimiento, que hizo época, de los sistemas clasiicatorios del parentes- @, por Morgan. El los consideraba como supervivencias de una etapa anterior. Teniendo en cuenta que fue capaz de preciar ta relacién extraordinariamente proxima entre cl modo cle denominar a tos parientes y la organizacién de la Institucién doméstica, parece casi increible que” afirmase 0 Bronislaw Malinowski que ambas estaban refiidas. Porque, en el sistema de Mor ‘gan, encontramos que la nomenclatura clasificatoria sobre vive en el grado més alto subsiguiente, sin duda con objeto de dar al antropélogo ta clave para la reconstrucci6n, del anterior. Sin embargo, esto signtica en reaidad que los seres hu= ‘manos siempre desfiguran, entre s{ y para el resto del fnun- do, las condiciones reales de parenteseo que los rodean, En, toda sociedad primitiva, los parientes son falsa o al menos inadecuadamente clasificados. La vieja nomenclatura so- revive, en tanto que las nuevas condiciones han nacido ya. Este ejemplo de una supervivencia muestra, primero, que inguna comprensién clara del papel del lenguaje puede obtenerse mientras continuemos nuestro suefio dogmético fen el c6modo lecho de Ia teorfa de las supervivencias, En segundo lugar, tal concepto se interpondrfa en el camino de cualquier minuciosa y detallada investigacién de campo, que aspirara a la observacion de e6mo el hecho lingifstieo de nominar est4 realmente relacionado con tas otras acti- vidades e intereses que constituyen el parentesco entre pa- padres e hijos, hermanos, hetmanas, parientes y mimbros del clan. EI concepto se ha mostrado igualmente destructivo al cconsiderat tas ceremonias matrimoniales como superviven- cias de un estado més antiguo en el cual el simbolismo del apto, de la compra o de ciertas libertades permitidas con respecto a Ja novia, era concebido como supervivencia de antiguos modos verdaderos de contraer matrimonio. Aqut también este concepto ha retardado mucho nuestra gradual comprensién de que el llamado “precio de la novia” no es nunca una transaccién comercial, sino una recurso juridico con funciones complejas, pero perfectamente claras y total- mente obvias, de cardcter econémico, legal y religioso. To- mad cualquier ejemplo de “supervivencia”. Encontraréis ante todo que la naturaleza sobreviviente del pretendido residuo cultural es debida principalmente a un andlisis in- Vou wort centfiea de ta eultura 3 sompleto de los hechos. Hallaréis también que muchas [ipervivencias, especialmente aquellas que hap sido atti- dene mnportantes insttuciones, elementos © usos fu dr ates, ban desaparecido progresivamente de la cove Miuropatépeia. El verdadero perjuicio producido por &°e ocepto, ha sido el de setardar ta efectiva investigacion eer Ea lugar de buscar la funciOn presente de cul: fer aeto cultura, el observador se hea satifece ‘simple- Mite con lograr wna entidad rigida de contenido propio! Vina similar erica adversa puede ser aplicada alos con optos fundamentales de la, mayoria de las eseudas éitu- siiptas: el de-rasgo-y-el.de complejo cultural. En él e tin de la difusién, como en cualquier otra investigacion tomparativa, ef problema de In identidad es el pamer® five debe ser planteado y resuelto. Bl mérito de haberlo We todo pertenece en primer termine a F. Gracbnen, el tndlogo stern de museo, en su carrera juvenil como His: Iiviador, el cual establecio los famosos y muchas, veces Hopetidos eriterios de forma y de cantidad en st 1ibro Pre> eee Methode der Ethnologie (1911). Yo he recusado ie método como fundamentalmente anticientiico (desde fie basa In disciplina total del difusionismo sobv> fun- Bie eto anticientifico), en el articulo “Antropologia” de Th désimotercera edicién de 1a Encyclopaedia Britannica, fo los siguientes términos: MEL maximo representante de la escuela difusionista, Gracbner, sostiene que todas las regularidades del proceso Giral gon eleyes de Ja vida mental» y que «su estudio wimtgtico y_cientiico es posible sblo desde el punto de Vista psicol6gico» (Graebner, pég. 582, 1923) ¥ Pot at parte el P. Schmit, Wissler, Lowie y Rivers usan consilh: Pinente interpretaciones psicolégicas. Asi, ningin antro- pulogo desea hoy por hoy eliminar completamente el es Mio de los procesos mentales, pero tanto aquellos que Neuden a la explicaciones psicol6gicas desde el comienz9 tomo aquellos que prefieren usarles después que Ia cultura 2 Bronislaw Malinowski hha sido «analizada hist6ricamente», olvidan que la inter= Pretacién de la cultura en tétminos de psicologia individual és tan infructuosa como el mero, andlisis hist6rico; y que disociar los estudios del esprit, de la sociedad y de la cultura es predeterminar los resultados, ”Tan influyente y unilateral como la tendencia psicolo- sista, es Ta interpretacién de las similitudes y analogias de Ja cultura por el principio de la transmisién mecénica, Plan- teado en primer término vigorosamente por Ratzel como el principal problema de la etnologfa, el estudio de Ia dis- tribucién y difusi6n ha sido seguido por Frobenius, Anker- mano, Graebner, P. W. Schmidt, P. Koppers y subsiguien- temente por el Dr. Rivers. "Queda por averiguar si las doctrinas recientemente Propuestas por el profesor Elliot Smith y Mr. Perry deben lasificarse con otras descartadas hip6tesis, o si ellas contic= znen una contribucidn permanente a la historia de Ia cultura, EI uso que hacen de los datos antropol6gicos no es satis- factorio! y sus argumentos pertenecen realmente a la arqueologta, campo en el cual sus puntos de vista han en- contrado criticas adversas# Uno o.dos componentes antro- POlogos han prestado a estas teorias su vigoroso apoyo (Rivers, C. E. Fox). "EI mérito del difusionismo antropolégico moderado reside en sus contribuciones mas bien geogréficas que his- t6rieas. Como un examen de hechos relacionados con el substrato geogréfico, es un valioso método, que pone de manifiesto la influencia del chabitat» fisico tanto como las osibilidades de ta transmisi6n cultural. Tendrén valor perdurable los mapas de distribuciones en América trazados, 41, A. A: Goldenvest, Cieacon orndtvn, ose 311, R. H. Lowi, ea, ncn Anraplorti pi 8650 (80, BP Mantas, Retr th otarzo oe'ibagace Paar REO (98D Nanevet, 2,0. G, S, Cranford, Eder Rev etd, i apr gt at ne it) car Geotrohl re Sieg 2 7H hon” Fa4 SDSS Memoria eb pede Falk SPRNT oh, BaP) hart Hoe, as nal CON Falta deal of ptt Arcache Ble (oad ME pigs, toLtt6 9295 1, D. 2 929; Win worta cientifica de ta cultura 3 or Boas, Spinden, Lowie, Wissler, Kroeber, Rivet y Nor- Hieiakidld; el examen de las culturas melanesias hecho por {jyebner; de les provincias australianas, debido a W. Sch Wilt; de Africa preparado por Ankermann. No podra pasarse tan fécilmente revista a las hipétesis WWsliricas de Frobenius, Rivers, Schmidt y Graebner, y a WW forzadas identificaciones de los

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