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Los años veinte en Argentina estuvieron marcados por un optimismo y prosperidad económica, con Buenos Aires considerándose una ciudad moderna comparable a las europeas. Un grupo de jóvenes escritores renovó las letras con publicaciones vanguardistas, mientras que la modernidad se filtraba a través de la moda, el cine, el fútbol y la radio. El tango también se popularizó, convirtiéndose en una compañía doméstica junto a la ópera. Aunque Buenos Aires se expandía rápidamente, los intelectuales buscaban
Los años veinte en Argentina estuvieron marcados por un optimismo y prosperidad económica, con Buenos Aires considerándose una ciudad moderna comparable a las europeas. Un grupo de jóvenes escritores renovó las letras con publicaciones vanguardistas, mientras que la modernidad se filtraba a través de la moda, el cine, el fútbol y la radio. El tango también se popularizó, convirtiéndose en una compañía doméstica junto a la ópera. Aunque Buenos Aires se expandía rápidamente, los intelectuales buscaban
Los años veinte en Argentina estuvieron marcados por un optimismo y prosperidad económica, con Buenos Aires considerándose una ciudad moderna comparable a las europeas. Un grupo de jóvenes escritores renovó las letras con publicaciones vanguardistas, mientras que la modernidad se filtraba a través de la moda, el cine, el fútbol y la radio. El tango también se popularizó, convirtiéndose en una compañía doméstica junto a la ópera. Aunque Buenos Aires se expandía rápidamente, los intelectuales buscaban
Haba transcurrido ms de una dcada desde la celebracin del centenario de la Revolucin de Mayo. Pero el espritu de los festejos y las opiniones de algunos visitantes ilustres haban convencido a los argentinos de que aqu se viva en el mejor de los mundos posibles. En los aos veinte todava se respiraba esa ingenuidad. Exista la suposicin compartida de que Buenos Aires poda competir con cualquier ciudad europea, con la ventaja de no haber sufrido los padecimientos de una devastadora guerra de cuatro aos. Gobernaba Marcelo T. de Alvear, en un perodo signado por la prosperidad econmica y la ausencia de problemas sociales graves, circunstancia que facilit el trnsito de la ltima administracin sin sobresaltos que conoci el pas. Los argentinos enfrentaban el futuro con una dosis de humor que aportaba su cuota al optimismo reinante, mientras los jvenes se deslumbraban por las experiencias artsticas importadas. Desde 1922, un grupo de escritores veinteaeros, integrado entre muchos otros por Jorge Iuis Borges, Leopoldo Marechal, Roberto ArIt, Oliverio Girondo, Ral Gonzlez Tun, Nicols Olivan, Csar Tiempo y Ricardo Molinari se encarg de renovar las letras nativas con un aluvin d libros y colaboraciones frecuente mente polmicas en revistas literarias, en especial la mtica Martn Fierro. La ciudad brotaba como tema protagnico, mientras la problemtica gauchesca se despeda con la publicacin de Don Segundo Sombra, de Ricardo Giraldes. La modernidad se filtraba en la vida cotidiana a travs de los peinados y la moda femenina, en el novedoso gusto por el jazz y el flamante charleston, en el hbito semanal de gozar de los estrenos cinematogrficos y en la explosin del ftbol que domingo a domingo cosechaba nuevos adeptos. Tras el monopolio de trofeos ejercido en la primera dcada del siglo por el club Alumni, otras casacas se dividan el fervor popular. Ahora eran Boca Juniors, River Plate, Racing Club,
1 Texto publicado en Banco Velox. Pintura argentina. Primeras vanguardias. Banco Veloz, Buenos Aires, 2001, pp.5-6.
Independiente, San Lorenzo y Huracn los que sumaban ms
simpatizantes. El nmero de cines se haba multiplicado en pocos aos, tanto en el centro como en los barrios. Un piano con frecuencia afnico acompaaba las cabalgatas de Tom Mix, las acrobacias de Douglas Fairhanks, la gracia de Mary Pickford, las sinuosidades erticas de Pola Negri o la mirada ardiente de Rodolfo Valentino sobre pantallas mudas, y los espectadores se exaltaban con las historias narradas en las sesiones de matine, vermouth y noche. Diarios tradicionales fundados medio siglo antes, como La Nacin y La Prensa, se repartan los lectores matinales; pero aquellos que preferan informarse por la noche elegan Crtica o La Razn. Fundada por el periodista uruguayo Natalio Botana, Crtica, acusada de amarillista por los sectores bien pensantes, haba logrado nuclear en su redaccin a varios de los mejores escritores jvenes de la poca, y lleg a transformar la idea misma de lo que era un peridico desde su concepcin formal gran despliegue grfico de sesgo popular y un estilo signado por el impacto verbal y la metfora de linaje potico. La radiotelefona, que haba nacido en 1920 con una transmisin de la pera Parsival efectuada desde la azotea del teatro Coliseo para los pocos receptores existentes en Buenos Aires, se masificaba rpidamente, y lo que en un principio eran slo emisiones musicales pronto dieron paso a informativos e interminables radioteatros. El tango, rechazado hasta poco antes debido a su origen prostibulario, haba regresado santificado tras su aceptacin europea. Gracias a una floreciente industria discogrfica, desde las modestas victrolas, la cadencia del sexteto de Julio De Caro o las voces de Carlos Gardel e Ignacio Corsini se convertan en una compaa domstica que alternaba con las peras, enraizadas haca ms de medio siglo en los gustos nacionales. Buenos Aires se expanda hacia las alturas, se transformaba al punto de asombrar a sus propios habitantes, y naca una literatura ya nostlgica de las casas bajas y los patios con aljibes y malvones de los tiempo de la Gran Aldea. Sorprendidos por la velocidad de los cambios, los
intelectuales nativos, mientras se empapaban de novedades, hurgaban
en la memoria o en el recuerdo de recuerdos ajenos para rescatar races, o al menos pistas que permitiesen descubrir las seas de identidad de lo argentino que pudiesen fundirse, amalgamarse, con la multiplicidad de nuevos aportes llegados del otro lado del Atlntico. 1924 seala un hito: a su vuelta de un viaje de estudios por Europa, Emilio Pettoruti expuso sus experiencias cubistas en una galera de la calle Florida. No hubo trminos medios: recibi elogios entusiastas de parte de los jvenes martin- fierristas, al mismo tiempo que la repulsa o la burla de los sectores apegados a la pintura tradicional. Eran los sacudones propios de todo crecimiento: la Argentina naca al siglo XX. Junto con la dcada concluira tambin una forma de vida ms calma, menos crispada y tal vez ms ingenua de entender la realidad, pero al mismo tiempo se dejaba atrs la euforia de todo comienzo. Llegaba el momento de la afirmacin de las obras individuales y muchos jvenes de entonces cumpliran en forma acabada con esas expectativas al transformarse en referentes ineludibles de la cultura argentina: los inventores del siglo XX.