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BOLETIN DE LA BIBLIOTECA DE LOS TRIBUNALES DEL DISTRITO FEDERAL FUNDACION ROJAS ASTUDILLO 1 Enero 1956 Caracas - Venezuela a Nimero 6 | 7 + BIBLIOTECA DE LOS TRIBUNALES DEL DISTRITO FEDERAL FUNDACION ROJAS ASTUDILLO Enero 1956 Caracas - Venezuela Numero 6 z as INDICE GENERAL Pagina PRIMERA PARTE: DOCTRINA et ae 7 La accién de inguisicién de la paternidad natural en el Derecho venezolano. Dictimenes sobre ta Sentencia de Ja Corte Federal de 29 de octubre de 1954 ...... Nota preliminar ....... : . ee Dictamen de] Profesor Francesco Santoro-Passarelli: La investigacién de la paternidad en el Derecho venezolano ....... seat anaes u Dictamen de Don José Puig Brutau . at Dictamen del Profesor René Savatier ae 35 SEGUNDA PARTE: LEGISLACION EES 43 Relacién sistemética de disposiciones legislativas y re- glamentariag publicadas en la Gaceta Oficial de la Repiblica de Venezuela durante el afio 1955 . 45 Indice analitico z Lo ; 45 Disposiciones aie : a7 TERCERA PARTE: JURISPRUDENCIA ......... aT 1) Jurisprudencia de la Corte Federal correspondiente al afio 19 ageus prea aNeS 69 Derecha Civil—Derecho de Familia. Autorizacién ju- dieial requerida por el tutor para disponer de los bie- nes del pupilo. Juez competente ......... 69 Derecka Internacional Privado.—Eficacia de senten- cias extranjeras. Competencia procesal internacional. Sentencia de divoreio . Derecho Procesal Civil.—Reeurso de Casacién. Sen- tencias contra las que puede intentarse, Sentencias de Ia Corte Federal ....... sett 1% 2) Jurisprudencia de Ia Corte de Casacién correspon- Mente a1 a0 155 core sens uenenene lla * 768 Derecho Procesal Civil—Costas, Recurso de A cin . 3 Derevéo: Provessl Civil —Innalstantta, Al d a la contestacion de Ia demanda. Pruebas que el d mandado incurso en confesién ficta puede hacer en el términe probatorio, see Derecho Procesal Civil—Prucba testimonial, Acta de examen de testigos oo Derecho Procesar Civil—Recurso de Casacién.—Admi- sibilidad del recurso.— Sentencias de reposicién .... Derecho Procesal Civil.—Recurso de Casacién, fraceidn de disposiciones legates que no influyen en el dispositivo de Is sentencia ..............cceee004 Derecho del Trabajo.—Contrate de Trabajo. Presun- cién de existencia del contrata de trabajo . CUARTA PARTE; BIBLIOGRAFIA JURIDICA VENE SODA craven vecravnas 1) Contribucién a tu bibliografia de Derecho Constitu- cional, Derecho Administrative y Derecho Minera ve- nezolano, Relacién sistemdtica de obras, monografias y estudios sohre Derecho Constitucional. Derecho Ad- ministrative y Derecho Minero venexolane ., Abreviaturas ‘i T—Derecho Constitucional TI—Derecho Administrative 11I—Derecho Minero .... 2) Obras. rebrnera iia y estudios publicados en el afio 1955. pmanea tach QUINTA PARTE: MATERIAL BIBLIOGRAFI- CO DE LA BIBLIOTECA .. 1) Obras de Derecho Internacional Privado ... Obras Generales Obras Especiales Conceptos fundamentales. a norma de De- recho Internacional Privado ...,..., Historia del Derecho Internacional Privado . Nacionalidad. Condicién de los extranjeros « Derecho Civil Internacional .. Derecho Mercantil Internacional Derecho Penal Internacional ; Derecho Procesal Civil Internacional ....,. Varios Sean 7 2) Obras de Derecho Internacional Pabiico Obras Generales see Derecho de Paz erseresne Comunidad Internacional ....,.. é Estados . : Organizaciones interns ‘ionales , Tratados Internacionales ,. 5 Derecho Diplomatico y Consular .........,, Derecho Maritimo Internacional .....,,, Derecho de Transporte Internacional Soluciones Pacificas de los eanflictos inter- nacionales ....,. alee sts cont Derecho de guerra _..... Derecho Penal Internacional ...., Derecho de neutralidad ,,,..,,. . Varios - Se SEXTA PARTE: VIDA Y ACTIVIDADES DR LA BIBLIOTECA 3 Premio “Luis Sanojo" 1954 Asistencia de lectores Donativos . SEPTIMA PARTE: MEMORIA Y CUENTA DB LA FUNDACION CORRESPONDIENTE AL AMO 10956 ..,.... se0ee F 191 193 194 197 PRIMERA PARTE DOCTRINA - LA ACCION DE INQUISICION DE LA PATERNIDAD NATURAL EN EL DERECHO VENEZOLANO DICTAMENES SOBRE LA SENTENCIA DE LA CORTE FEDERAL DE 29 DE OCTUBRE DE 1954 NOTA PRELIMINAR La Biblioteca de los Tribunales del Distrito Federal “Fundacion “ber al publicar les dictéimenes emi- tidos por el Profesor Frau Santoro-Passarelli, Don José Puig Brutau y el Profesor René Savatier aeerea de la Sentencia de la Corte Federal de 29 de octubre de 1954, en Ia cual se contem plan los problemas esenciales que plantea la inquisieién judic de la paternidad en el Derecho venezolano. Hojas Astudille” cumple ur En raz6n de su singular importaneia, la referida Senteneia fué publicada en edicién especial por esta Biblioteca (La Accién de Inguisicién de la Paternidad Natural en el Derecho venezalano. Senteneia de la Corte Federal de 29 de octubre de 1954, Caracas. itorial Ragon ©. A. . Los dictimenes que seguidamente se ucen, fueron formulados a requerimiento del Dr. Tbralim reia, quien actué como Ponente de la Sentencia y era i dente de la Corte Federal en la época en que fné pronunc Es para la Biblioteca motivo de én reproducir tos dic Timenes expresados, tanto por la relevante autoridad cientffiea de los juristas que la suscriben, representantes destacados del pensa: miento juridico de los tres paises europeos oecidentales que mas profundamente han influeneiado en la doetrina y en la legislacién nacional, como por el hecho de que, a In vex que ratifiean Ia justesa de los puntos de vi sustentados en la decisién, constituyen una valiosa contribucién al estudio del derecho venezolano, DICTAMEN DEL PROFESOR FRANCESCO SANTORO- PASSARELLI (*) LA INVESTIGACION DE LA PATERNIDAD EN EL DERECHO VENEZOLANO SUMARTO 1.—Régimen de la accién para la declaracién judicial de paternidad o maternidad natural en el Cédigo Civil de Venezuela. 2.—Una reciente sentencia de la Corte Federal de Venezuela sobre Ja investigacién de la paternidad. Importancia del fallo. 2.—Cuestiones decididas por la sentencia: nocidn legal de la posesién de estado de hijo natural; funcién de la posesién de estado respecto de la accién promovida contra los heréderos del padre. Normas co- trespondientes del Cédigo Civil venezolano, Comparacién con el Cé- digo italiano. 4.—Elementes constitutivos de la posesién de estado de hijo natural: exclusién de los elementos concernientes a Ja familia; influencia de la falta de familia sobre Ja continuidad de Ia posesién. 5.—Diversa funcién de la posesién de estado en Ja investigacién de Ia paternidad segun Ia sentencia de la Corte Federal: condicién de admisibilidad de la demanda cuando Ia accién es intentada contra Jos herederos; condicién de admisibilidad de le prueba de testigos cuanda 12 demanda se intenta contra el padre. 6.—La posesién de estado como posible hecho suficiente para la decla- racién de Ja paternidad natural. Hechos constantes y presuncién legal de procreacién en Ix investigaciéa de la paternidad; la prueba contraria. 7.—Fxclusién de la posesién de estado come fundamento de una pre- ‘suncién legal de procreacién en ef Cédigo Civil venezolano. Los argumentos sisteméticos: régimen de las condiciones de Ja accién ‘en el articulo 218; régimen de la prueba en el articulo 219. Imposi- bilidad de atribuir a la posesién de estado una eficacia mayor en Ja investigacién péstuma, reglamentada, por el contrario, mas rigu- rosamente por ia Ley. (4) El Profesor Francesco Suntoro-Passarelli, Profesor Ordinario de De- techo Civil en la Universidad de Roma, ea autor de lea siguientes obras y estu- dios: “La surrogazione reale", 1924; “Appunti sulle suocesione lopittime", 1030; “Lezioni di legislazione del lavoro”, 1935; “Appunti sulla succesione necessaria”, 1936; “Diritto patrimoniale del matrimonio”, 1949; “La legge sindicale”, 1952; “Linea- menti attoali del diritto del lavoro in Italia”, “Rivista di Diritte del Lavoro”, 1053, Anno V. Parte Prima, Pfg. 8; “Dottrine generali del diritto civile”, 1954, DOCTRINA 8.—Valor de ta posesién de estado. La posesién de estado como objeto de un deber de afirmacién y de prueba para ta admision de fa accién, en garantia de Ja investigacién péstuma, 9.—Los argumentos textuales, L.—En Ia legislacion venezolana la investigacién de la pater: nidad ha estado sujeta en los filtimos euarenta afios a modifies. ciones alternativas. El Codigo Civil de 1916 adimitia la nvestigacién en Jos casos siguientes: rapto o violencia carnal; seduceién con promesa de matrimonio; coneubinate notorio: declar y escrita del supueste padre; manutencién y cdueacién det en calidad de tal. Este régimen, como se ve, no es muy distinto del que esiablece el vigente Cédigo Italiano (Art, 268), En cambio, el Codigo venezolana de 1922 limité la investigacion a la hipétesis de rapto o violencia ‘nal, tal come lo establecia el Cédigo ita- liano de 1865 (Art, 189), El Cédigo vigente venezolane de 1942 rompe con la trad ja determinacién, ms o menos amplia, de Ios casos en los cuales se permite Ia investigacién judicial de la paternidad, tradieién a la cual ha permanecide fiel el Cédige italiano, y admite sin limitacion alguna dicha i igacién, exi giendo tan s6lo la prueba de las jones carnales de los padres en la época de la coneepeién. El régimen de la investigacion de la paternidad o maternidad natural en el Cédigo venezolana vigente esté establecide especili eamente en los artienlos 218-221. El articulo 218 confiere al hijo, y excepeionalmente a sus here- deros y descen (Arts, 212213), la accion para la deelara cién judicial de la paternidad © de la maternidad y regula tam- bién dicha accién cuando es promovida contra los herederos del padre (Cfr. Arts. 271 y 276 del Cédigo Civil italiano). El articu- Jo 219 reglamenta la prueba que dehe ser presentada por quien solicita la declaraciém judicial de paternidad. El artienlo 220 prevé Ja Mamada eaceptio plurium eoncumbentium y excluye la investi- gacién cnando para el padre existia y subsiste algin impedimento no dispensable para el matrimonio, (Cfr, Art. 278 del Cédigo Civil italiano), El artieulo 221 confiere el derecho de contradecir la de manda de declaracién de paternidad o maternidad a quienquiera tenga interés en ello. (Mfr. Art: 276, 2° aparte del Cédigo Civil italiano}. DOCTRINA 13 2,—El régimen de la investigaci6n judicial de la paternidad natural, asi sintetizado, debe tenerse en cuenta para resolver algu- gunas cuestiones sobre lax cuales se ha pronuneiade reeientemente la Corte Federal de Veneguela, en un juicio de investigacién de paternidad intentade contra la propia Nacién Venezolana, en su calidad de heredera testamentaria del hombre euya paternidad na- tural invocaba la actora. La Corte Federal es el Tribunal al cnal corresponde también el conc de Jos jnicios en los euales ex parte In Naeién, La sentencia a que nos referimes est publicada con una nota preliminar, citas de la respectiva legislacién, un comentario introductive del Dr. Ibrahim refa, Ponente de dicho fallo, y la motivacion disidente del juez # quien se habia confiado primitivamente la Ponencia, en un velu- men que lleva por titulo “La Accion de Inquisieién de la Pater nidad Natural en el Derecho Venezolano” (Editorial Ragon, Ca- raeas, 1955). Dicha publicacién se efeetué bajo la direceién de la Biblioteca de loa Tribunaies del Distrito Federal - Fundacion Rojas Astudilia, que fué constituida precisamente con los bienes dejados a tal fin a ln Nacién venezolana por el Dr. Juan José Rojas Astu- illo, cuya paternidad natural invocaba judicialmente Ia actora. En la nota pretiminar se expresa que, al publiear la sentencia, re- dactada por el Vice-Presidente Dr. Thrahim Garcfa (en sustitucién del primer Ponente, cuya opinién era contraria) y que constituye un estudio doctrinal de singular importancia sobre la naturaleza y las condiciones de la investigacién judicial de la paternidad na- tural en el derecho venezolano, la Biblioteca de los Tribunales cumple el deber que, en ejecueién de las generosas: disposiciones testamentarias del Dr. Rojas Astndillo, le imponen los Estatutos, enal es el de ponerse al servicio de los Tribunales y de la cultura juridiea nacional. oustitucional de Venezuela, rimiento en fltima instancia En verdad, la sentencia es importante, tanto por la delieadeza de las cuestiones resueltas, como porque ¢s contraria no solamente ala decisién del juez de Primera Instancia en el mismo juieio, y a la tesis acogida por el Conjuez nombrade primeramente como Po- nente, sino también a la jurisprudencia de la extingnida Corte Federal y de Casacién (a la cnal se ha sustituide hace poco tiempo la Corte Federal en enanto a sus funciones sebre el punto), que fué seguida por el juez de Primera Instanein. Mt DOCTRINA 3.—Las cuestiones resueltas por la sentencia de la Corte Fe deral son diversas, pero las que merecen particular consideracién pueden resumirse asf: 1°) ,Cémo debe entenderse la posesién de estado de hijo natural? By 1 posesion de estado de hijo natural es por sf sola sufi- ciente, o debe también presentarse la prueba de las relaciones car- nales entre los padres al tiempo de la coneepeién, cuando ta deman- da ha sido intentada no contra él padre, sino contra sus herederos? Para resolver las expresadas cuestiones requiérese en primer Ingar considerar el régimen que al respecto establece el Cédigo Civil venezolano, tratande de aproveehar también, en enanto sea posible, el régimen del Codigo italiano. El Cédigo venezolano se refiere, como veremos, a la posesién jo natural, pero no la define, mientras que, por el contrario, si define la posesién de estado de hijo legitime, En Talia existia la misma situacién bajo el imperio del Cédigo de 1865, pera, en cambio, el Cédigo vigente establece también los requisites del estado de hijo natural, El articulo 206 del Cédigo venezolano determina el estado de hijo legitimo de manera sustancialment idéntica a la del artieule 237 del Codigo italiano: la dnica d reneia apreciable consiste en que en el Codigo venezolana, nomen, tractatus y fama se consideran como los principales hechos eons: titutivos de la posesion de estado, nrientras que en el Cédiga ita. liano se establece que diehos heehos deben eoneurrir en todo caso. La norma del articulo 270 del Cédigo italiano, que se refiere a la posesifin de estado de hijo natural, difiers de la norma del artien Jo 237: porque los heehos deben constituir en su conjunto “grave indicio de la relacién de filiaeién”, en vex de “cemostrar las rela- ciones de filiacién y de parentesco entre una persona y la familia a Ia eual dicha persona pretende pertenecer”; porqne no se requie re el nomen; porque, ademés del tractatus por parte del pare, no se requiere el reconocimiento en calidad de hijo por parte de la familia, siendo suficiente la fama en las relaciones sociales. ee El articulo 218 del Cédigo venezolano que, como antes se dijo. otorga la aecién para la declaravién judicial de filiacién natural, accién de reconocimiento, contra dispone en su primer aparte: DOOTRINA b los herederos del padre o de la madre que hubiere muerto, no se admitirf, si no se alega, como fundamento, la posesién del estado”, FE] articulo 219 disciplina asi la prueba en el juicio de declaracién de paternidad: “Artienlo 219.—A] intentarse Ja aceién contra el padre, debe probarse que en la época de la eoneepcién del hijo, qnantuvieron relaciones carnales la madre y el pretendido padre, eomo debe probarse también la identidad del que se pretende hijo con el habido durante aquel perfodo, La prueba de estes heehos podré hacerse por testigos siempre que exista posesién de estado o haya el principio de prueba por escrito o las presumeiones o indi- cios graves, tal como lo prevén los artfeulos 209 y 1.982". El régimen del Cédigo italiano difiere sustancialmente del ré- gimen establecido en el Codigo venezolano, no s6lo porque, como se ha dicho, limita el principio de la declaracién judicial de pater nidad a casos determinados, entre los cuales esti la posesién de estado de hijo natural (Art, 269, 4°), sino también porque no establece de manera distinta las condiciones de la aceién, segtin sea promovida contra el padre o contra los herederos de él, y porque siempre procede un juicio previo de admisibilidad de la demanda, la cual puede ser promovida “silo cuando concurran indicios tales que la hagan aparecer justifienda®. (Arts, 274 y 275 de] Codigo Civil italiano). 4.—Vamos a examinar ahora el primer punto. El juez de Pri mera Tnstaneis el primer Ponente de la Corte Federal opinaron que existia la posesién de estado, contrariamente al criteri tentado en Ja Sentencia de dicha Corte. Esta opinién contraria a la Sentencia debe ser considerada como derivada més bien de una distinta apreciacién de los hechos del caso, que de una diversa nocidn de la posesién de estado. En efecto, puede considerarse como opinién aceptada en Venezuela, lo mismo que en otros paises donde la ley no determina directamente el estade de hijo natural, que es aplicable la nocién de estado de hijo legitimo, con las adaptacio nes requeridas por la diversa posicién en la cual se encuentran los hijos naturales, en virtnd del principio de analogia, acogide por el] artienlo 4° del Cédigo i venezolano. (Art. 12 de las dispo- siciones preliminares del Cédigo Civil italiano). sus: El Dr. Garefa, en el comentario introductivo de la publica cién de referencia, admite que el nombre no puede ser considerado como un elemento constitutive de la posesién de estado de hijo 16 DOCTRINA natural y en los mismos términos se expresa Ia sentencia, consi derando posible las “variantes” de los hechos indieados en el artien lo 206 aconsejadas por ta légica, El Conjuez disidente, a su vex, est de acuerdo al opinar que lox elementos constitutives son los mismos, pero deben ser “interpretados y aplicados con mayor am plitud de apreeiacién por parte de los jueces”. Las formulas son un tanto vagas. Con mayor precisién debe sostenerse que no pueden conside rarse como elementos constitutivos de la posesién de estado de hijo natural hechos relatives existencia de una familia, familia que tiene el hijo legitime, pero no el hijo natural, al me. nos hasta que ese estado no sea legalmente constitufde: asi, no sélo no puede exigirse el uso del apellido de familia, mas ni siquiera el reconocimiento de la calidad de hijo por parte de la familia; asf oeurre también con la ley venezolana, la cual atribuye en prin- cipio al hijo natural la misma condicién del hijo legitimo, tanto con relacién al padre y a la madre, come en To que respecta a los parientes de los mismos (Art. 226). En el mismo sentido, en efecto, esté concebida la norma del Cédigo Civil italiano sobre I; posesién de estado de hijo natural (Art, 270), y en el mismo sen lo lo vernos también en las normas respectivas, establecidas por otras legislaciones. Hagamos algunas consideraciones al pecto. italiana establece, tanto para la posesién de estado de o legitimo, eomo para la posesién de estado de hijo natural, que “en todo easo deben coneurrir” los elementos constitutivos indi- cados por la Ley, Esta férmula rigida de la ley debe ser interpretada con disere- eién y precisamente en el sentido de que para la filiacién legitima son necesarios nomen, tractatis (también de la familia) y fame, ¥ para la filiacién natural tractatus y fama; més, se deja al juez libertad de apreciacién en cuanto a los hechos que caraeterizan el iractatus, y asimismo respecto a los hechos relatives a la fame: no se requiere, por cierto, en particular, que el padre se haya ocu- pado ademas del mantenimiento, también de la edueacién vy de la colocacién. Oto punto que merece atencién es el de la continuidad de la poerrRt 17 posesién de estado, considerada por Ja Sentencia de la Corte Fe. deral como requisite necesario que, en el caso decidido, no existe: ho se niega que el pretendido padre haya cfectuada actos que even. tualmente pudieran constituir un traeta¢ws en el momento del na- cimiento y en los albores de la vida de la demandante; pero “des- pués de los acontecimientos de 1908 (afio del nacimiente de la actora) narrados por algunos testigos, nada demuestra que en loa 40 aiios sucesivos el presunto padre se haya interesado por la sedi cente hija, ni para mantenerla, ni para eduearla, ai para colocarla”. Ahora bien, la continuidad es ciertamente un requisite esencial de la posesién de estado de hijo legitimo, y el articnlo 206 del Cé- digo Civil venezolano, lo mismo que el articule 236, primer aparte, ‘el italiano, considera a la posesién “continua” de ese estado como titulo suficiente del estado de hijo legitimo, a falta del acta de nacimiento. Para la filiacién natural el requisite de la continuidad no es menos importante, porque, si faltase la continuidad, faltaria la ragz6n misma de la titela de la posesion de estado (sobre lo cual nos detendremos luego), pere ese requisito ha de ser determinado de manera distinta, en consideracion del ambiente estable y esta bilizador constituide por la familia, ambiente en el cual se des: envuelve la filiaeion legitima y del cual es prueba Ia filiacién 1 tural. Diversas son por lo tanto, en este sentido, Ins f6rmulas usadas en las dos disposieiones de la ley italiana: la posesién de estado de hijo legitimo depende de “demostrar tas relaciones de filiacién ¥ de parenteseo”; en tanto que la posesién de estado de hijo natu. ral eonstituye, por el contrario, “grave indicio de la relacién de filiacién”. Se desprende del texto mismo de la ley italiana, que Ja permaneneia del estado de hecho es necesaria también para la filiacién natural, desde Inego que se exige necesariamente que Ja persona haya side constantemente considerada como hijo en las relaciones sociales. Por lo tanto, una interrupeién en el trato por parte del padre natural, cualquiera que sea la causa, no es suficiente para privar al hijo de la posesién de estado, pero a condicion de que en el ambiente social en que ellos viven no se menoscabe el convenci- miento acerea de la existencia del vineulo de filiacién, En defin tiva, esta es la tesis acagida por la Sentencia de la Corte Federal venezolana al considerar la continuidad de la posesién de estado 18 DOCTRINA en el sentido de que “las interrupeiones no se prolenguen hasta e] extremo de hacer desaparecer en el tiempo toda relacién y trato”. —La cuestién que la Corte Federal resuelve claramente en sentido contrario a la precedente jurisprudencia de la Corte Fede- val y de Casacién, a la cual se habia adherido el Juez de Primera Instancia y también el primer Penente de la propia Corte Federal, ea la de determinar si es suficiente la prucba de la posesién de estado, requerida en el primer aparte del artieulo 218, 0 si se requiere también la prueba de las relaciones carnales y de Ta identidad del hijo, requerida por el -articulo 21%, cuando la de- manda es propuesta no ya contra el padre sino contra los here- deros del mismo. La Corte Federal y de Casacién en dos Senteneias, una del 17 de febrero ¥ la otra del 14 de julio de 1950, sostuve que los extremos requerides por el articulo 219 deben concurrir solamente cuando Ja demanda es propuesta contra el “padre”, mencionado en la disposicién, pero de ningan modo cuando la accion es intentada contra la “madre” o contra los “heredcros” de los padres. La norma relativa a la prueba de las relaviones carnales y a la identidad del hijo es, segim esa tesis, una disposicién eeeepeional, que debe sex interpretada restrictivamente. La senteneia que es objeto del presente dictamen niega que la expresada norma tenga naturalesa exeepeional y afirma que Ta prueba prevista en ese texto (relaciones earnales ¢ identidad det hijo) debe ser suministrada, conjuntamente, con la alegacion de la posesién de estado, como fnndamento de la demanda, euando la accidn es premovida contra los herederos del padre. En el comen: tario introductivo de la sentencia, el ponente observa que es absurdo considerar suficiente, para el éxito de la demanda inten- tada contra los herederos, la prucba de Ja posesién de estado, Se observa previamente que, segéin el artienlo 219 del Cédigo Civil venezolano, la posesion de estado tiene una funcidn especifiea respecto a la prueba de las relaciones carnales y de Ia identidad del hijo. La prueba de estos hechos puede ser hecha por testigos colamente cuando haya posesién de estado o un principio de prue ba por escrita o bien cuando coneurran presuneiones o indicios graves, ¥ puesto que en el caso debatido, 1a prueba de esos hechos resultaba tan s6lo de declaraciones de testigos, tal prueba, aun DOCTRINA 19 prescindiendo de Io dispuesto en el artieulo 218, primer aparte, habria resultado irrelevante, ya que la Corte DPederal considerd inexistente la posesién de estado, y faltaba también el principio de prueba por eserito asi como las presunciones o indicios graves. En efecto, en la parte dispositiva de la Sentencia el rechazo de la demanda se funda precisamente sobre estas bases, Con todo, si se considera que la posesién de estado es una ¢onditio sine qua non o de admisibilidad de la demanda, la cons: tatacién de Ia falta de la posesiém de estado debe considerarse preclusiva del juieio sobre el fondo, La prueba de los otros hechos —relaciones carnales @ identidad del hijo—no puede ser admitida y, si hubiere sido suministrada, no puede ser apreciada por el Juez. 6—Podemos ahora resolver la segunda cuestion. Comencemos por preguntarnos si se debe excluir de raiz, por ildgica, 1a posibilidad de que baste la prueba de la posesiin de estado para que la demanda de paternidad natural pueda pros- perar; y si puede alternativamente requerirse la prueba de la posesién de estado o la de las relaciones carnales entre los padres la época de la concepcién para la deelaracién de filiacién na- tural. Pareee que no pueden ser contestadas negativamente las dos preguntas. A este respecto, la Ley italiana permite la inves tigacién de la paternidad ya sea en el caso de convivencia more uworio (que es una calificacién de las relaciones carnales), como en el caso de Ia posesién de estado (Art. 269, 1° y 4° del Cédigo Civil italiano), asi sea intentada la demanda contra el padre o bien contra los herederos. Eso no quiere decir que la prueba de la posesién de estado, como por lo demas la de las relaciones earnales, conduzean por sf solas al triunfo de la accién de declaracién de la paternidad natural. Es posible, pero no es necesario, que a la prueba de la posesién de estado siga 1a déclaracién judicial de la paternidad: asi sucede en Italia, y asi ocurrirfa también en Venezuela si la posesion de estado hubiera sido considerada por la ley como hecho {complejo} eventualmente suficiente para la constitucién del es- tade de hijo natural. La posesiin de estado, Io mismo que las relaciones earnales ¥ la convivencia more urorio, asi como todos los demas hechos que 20 DOCTRINA las diversas leyes toman en cuenta para admitir la investigacién de la paternidad o para declararla, no es el hecho de la procrea- cidn paterna, constitutive de la filiacién, Pero como no es posible (ain hoy) probar el hecho que acredite quién es el padre de tal hijo, 1a ley acude a las presunciones: es para la filiaciGn legitima, la presuncién pater ia est quem iustae nuptiae demanstrant (Art. 321 del Codigo Civil italiano); y es, para Ja filiaciém natural, la presunciém fundada en la conviveneia more wrorio, 0 en tas rela ciones carnales, o en la posesién de estado, 0 en cualquiera otro hecho sobre e! cual pueda fundamentarse Ia procreacién. Pero, precisamente, porque se trata de verdadera y propia presuncién de la ley, es decir, de una presuncién relativa, si es sufieiente para el actor probar el hecho sobre el enal se funda la presuncién, al demandado debe permitirsele probar —salvo las even- tuales limitaciones establecidas por la ley— él hecho esntrario, es decir, un hecho id6neo para destruir la presuncién, Por lo tanto, cualquiera que sea el hecho probado sobre el cual se funda la presuncién legal (conviveneia more usorio relaciones earnales, posesién de estado), debe permitirse al demandado probar, por ejemplo, que la persona a la cual se atribuye la paternidad se en- contraba al tiempo de la coneepeién en la imposibilidad de ge- nerar, o bien ofrecer la prueba de la sangre cuando dicha prueba pueda demostrar que no existe la filiacién. (Como es sabido, por medio de log grupos sanguineos no es posible probar In paternidad, pero si es posible, en ciertos casos, probar la no paternidad.) Por ello decimos que la posesion de estado puede ser suficiente para que prospere la demanda dirigida a obtener la declaracién de filiacién natural, Pero dicha posesién no basta, como no bas- taria la prueba de las mismas relaciones carnales,, si el demandado prucha a su ven un hecho por e} eual resultase exelufda la pa- ternidad. Empero, no constituye un hecho contrario a la presuncién de procreacién fundada sobre las relaciones carnales o sobre 1a con: vivencia more ucorio, la Hamada exceptio plurium concumbentium prevista expresamente por algunas leyes, entre las cuales esta, como se ha dicho, la ley venezolana, porque en sf mismo este hecho no exeluye la paternidad. La pluralidad de relaciones priva en realidad al hecho de idoneidad para fundar ta presuneién legal. DOCTRINA 21 Las relaciones carnales exelusivas son las que justifiean la pre- suncién de procreaciénu, y por Io tanta, en caso de relaciones car- nales con otra u otras personas, no hay Iugar para la situacién legal que sirve de base a dicha presuncién. 7.—En el Codigo venezolano la posesién de estado no parece, sin embargo, que sea tomada en consideracién, como en el italiano y en otras legislaciones, para fundar en ella una presuncién legal de filiacién natural, cuando Ia demanda haya sido propuesta con- tra los herederos del padre. La sentencia de la Corte Federal, que no ha considerado suficienie la posesién de estade para que pros: pere In demanda, en cuanto la actora habria debido suministrar en todo caso la prueba prevista en el articulo 219, est& de acuerdo con la ley, En efecto, el sistema y el texto de las disposiciones contenidas en los articulos 218 y 219 del Codigo venezolano con firman esta tesis. Ante todo es de observar que la posesién de estado se requiere, segiin el articulo 218, cuando se trate de la aceién de paternidad eomo de la accién de maternidad natural, La observacién es im- portante, porque la prueba directa de la maternidad es igual- mente posible durante la vida o después de la muerte de la madre (mater semper certa est). Es necesaria la prucba de la identidad del reclamante con el hijo, si bien la ley venezolana no la prevé expresamente (cfr. por el contrario, articulo 272 del Cédigo Civil italiano), pero para la prucba de la maternidad no se requiere nada més y, en particular, no tiene razén de ser la posesién de estado, que es solamente, como se ha visto, un elemento de prueba. Esto significa que la posesién de estado no es requerida por el articulo 218?, como una exigencia probatoria y uo tiene, por con- siguiente, una funcién probatoria, El articulo 218 regula la aecién en si misma y determina sus condiciones. La accién es libre frente a los padres, novedad ésta de excepcional relieve para Ia accién de paternidad; y, frente a los herederos, esti subordinada a la posesién de estado y a un tér- mino de cinco afios desde la muerte del progenitor. La remisién a los articulos 212 y 212 completa la disciplina de la aceién. Distinto es el tema del articulo 219, Este artieulo regula la prueba vequerida para la declaracion de la paternidad: prueba de las relaciones carnales al tiempo de la coneepeién y prueba de la 22 DOCTRINA identidad del actor con el nacido en el periodo correspondiente, No se requeria que esta segunda prueba fuese expresamente pre vista, como no ha sido prevista para la declaracién de la mater: nidad, que no esté regulada por la ley, y para la eual, no obs tante, como se ha dicho, es igualmente necesaria. No puede decirse, por el contrario, que sea superflua, aun cuande la doctrina ve- nezolana afirme lo contrario, la disposicion relativa a la prueba de las relaciones earnales, Puesto que el hecho de la procreacian no puede (atin hoy) prabarse directamente, el legislador debia entonces decir cual hecho debe ser probado para justificar la presuneién legal de que se ba hablado. El legislador venezolano ha sido amplisime, y por tanto, no puede en absolute consi derarse el articulo 219 come una disposicién excepeional que deba ser interpretada resfrictivamente, Es sufiviente la prueba (a su vez freeuentemente presuntiva) de las relaciones cai les, reali. eadas de cualquier manera al tiempo de la coneepcién, de con- formidad con la regla de la experiencia, afin verdadera hey come regla, no obstante la progresiva difusién de la préetiea de Ia fecundaciém artificial, de que la procreacién supone una relacién carnal, La prueba de las relaciones carnales debe, sin embargo, hacerse siempre de la manera prevista en el articnh ya sea la de manda propuesta contra el padre @ bien contra los herederos, por- que el articulo 219 regula exclusiva y totalmente la materia de la prueba en el sistema del Codigo Civil venezolano; exclusiva mente, en el sentido de que es la Ginica disposicién relativa a la prueba; totalmente, en ¢! sentido de que regula la prueba del juicio de paternidad natural y no solamente el que fuere promoyide rontra el padre natural, Puesto que la posesién de estado no basta para el promt ciamiento de la declaracién de paternidad natural euande el jui ex intentado contra el padre, sirviendo tan sélo para hacer posible la prueba testimonial, de otra manera excluida, sobre los heehos previstos por la ley, el criterio sistemitice impide, a falta de disposicién contraria de la ley, considerar suficiente la posesién de estado cuando el juicio es promovide contra los herederos. Se- uiejante facilidad coneedida para Ia investigacion péstuma de la paternidad no tendria ninguna justificaeién y chocaria contra el rigor que la ley venezolana demuestra hacia la misma, al limi DOCTRINA 23 tarla en el tiempo, mientras que la investigacién es siempre po- sible durante la vida del padre. 8.—En realidad, la norma del arifeulo 218, que, como se ha dicho, indica las condiciones de la aceién de paternidad o ma- ternidad natural, y no la prueba, a la eual se refiere el articulo 219 para el juicio de paternidad, exige la posesién de estado como eondicién de admisibilidad de la accién intentada contra los he- rederos. El actor, para que su demanda pueda ser admitida, tiene la carga de la afirmacién y consiquicntemente de la prueba, de la existencia de la posesion de estado, sin perjuieio de la prucha a que est obligado para que su demanda pueda ser declerada con Tugar. El legislador venezolano, tan amplio en la admisién de la paternidad durante la yida del padre, permitida prietieamente sin Himitacién alguna, al igual que la inyestigacién de la ma- ternidad durante la vida de la madre, ha procurado, probable mente también a causa de tal amplitud y de la facilidad conque la investigacién puede levarse a cabo durante la vida del padre, regular prudentemente la investigacién péstuma, es decir, pos: terior a la muerte del padre, subordinando la admisién de ella tanto a la posesién de estado eomo a su ejercicio en determinado lapso. La delicadeza de la investigacién de la paternidad o ma- ternidad natural ha sugerido al legislador italiano, como se ha apuntado, la adopeién de un juicio previo en edmara de eonsejo, inquisitorie y seereto, relative a la admisibilidad de la aceién. La misma preoeupaciin ha tenide el legislador venezolano para el caso ciertamente mas eritico, eu que el padre haya desaparecide, y ha optado por no dar entrada a la aceién sino durante un lapso limitade, y cuande el propio padre haya puesto de manifiesto el estado de hecho que eon el triunfo de la accién debera transfor marse en estado juridieo de filiacién natural. Es el hecho que, una ver més, se impone con su fuerza a Ia ley, para el efecto previsto por ésta, No creemos, en modo alguno, que en la posesidn de esiade pueda encontrarse, como lo afirma la doctrina de varios paises, un reconocimiento tdcito de la pa- ternidad © maternidad, La posesién de estado no constituye en ningim caso titulo del estado de hijo natural, y por ello Ia a macién es errénea y peligrosa. Pero es cierto que la posesiéu de 24 DOCTRINA estado, por Ia notoriedad y la continuidad que la acompaiian, cons tituye una situacidn de hecho constante ¢ indicativa, la eual puede con rain tomar en cuenta el legislador, ya sea para fundar en ella, si no hubiese hechos eontrarios, un promunciamiento dle paternidad, eomo ocurte con nuestra ley, © bien sea tan s6lo para admitir la prueba testimonial de otros hechos en el juicio de pa- ternidad o, en fin, para dar acceso a la accién de paternidad o maternidad después de la muerte de los padres, como sucede con la ley venezolana. La mayor eautela del legistador venezolano respecto a la ir vestigacin postuma se justifiea, bien por la urgencia social indu dablemente menor de 1a misma en relacién a la investigacién du vante la vida del padre, o bien por 1a mayor delicadena y dift cultad de un procedimiento contencioso, asaz arduo por su na: turaleza, cuando falta el padre, que es indudablemente el con- tendor mis calificado. 9.—Réstanos considerar los argumentos textuales. A favor de la tesis de que la prueba requerida por el artieulo 219 no es necesaria cuando la accién es propuesta contra los herederos, se aduee que 1a norma. se refiere textnalmente al caso de In accion intentada contra ef padre. Argumento textual que aparece ineon sistente enande se considera que en realidud la especialidad de la norma se refiere no al juicio contra ef padre, sina, como se ha dicho, al juicio de paternidad, en contraposicin al juicio de ma dernidad, y cuando se piensa que, de eualquier modo que fuese, en el juieio seguido contra los herederos del padre no podria pres: cindirse de la prueba de la identidad del hijo, que también ex nencionada en el articulo 219, si bien a tal singular conseeuenci Hega asimismo la tesis eriticada. Parece, en cambio, que tienen peso los arguinentos textuales ofrecidos por el articulo 218 en favor de la tesis contraria, acogida, por Ia sentencia de la Corte Federal. La norma dice, en efecto, que la accién contra los herederos no se admitird y no que serd rechasada, cuando falta la posesién de estado, y requiere que el actor alegue tal posesién como fundamento de la demanda, Ju tamente, la senteneia sostiene que alegar es primero que prob y, por consiguiente, el art{culo 218 no. se refiere a la prueba sino a la justifieacion de la demanda para su admision por parte del DOCTRINA 25 jues, si bien, como es obvio, esa alegacién también debe ser pro- bade Inege. Por lo dems, la cuestion ventilada os de tal importaneia que debe ser resuelta, como se ha tratado de hacer, a base de los arguments sistemiticos ofreeides por el Codigo Civil venezolano, antes que a base de argumentos textuales, siempre it dliseutibles. Francesco, SANTORO-PASSARELLE, Profesor Ordinario de Derecho Civil en In Universidad de Roma. DOCTRINA re Ss DICTAMEN DE DON JOSE PUIG BRUTAU (7) El abogado que suscribe ha sido invitado por el Dr. Ibrahim Garcia, Vice-Presidente de la Corte Federal de la Reptblica de Venezuela, para que expouga la opinién que le merece la sen- teneia dietada per dicho Alto Tribunal en fecha 29 de octubre de 1054, relativa a un caso de investigaciéu de patermidad natural, La accién fué dirigida contra los herederos del supuesto padre, por cuya razén, en virtud de lo que dispone el art. 218 del Cédigo Civil de Venezuela, la demanda bubo de invoear como fundamento Ja posesién de estado y la sentencia sélo podia dar Ingar a lo pedido si dicha posesién de estado de hija matural de la deman- dante hubiese resultado de manera indudable de la prueba prac: ticada. La sentencia rechazé la accién intentada por la razén decisiva que acabamos de expresar, En este sentido, el litigio versé sobre una cuestion de hecho y el fallo fué proferido como resultado de un detenido examen y valoracién de la prueba practicada. Pero ello snpone tener una idea preeisa y clara de la trascendencia que en este caso tenia el requisito de la posesién de estado, pues la calificacién del resultado de la prueba ha de tener valor en funcién de dicho coneepto. Otro aspecto de Ia sentencia ofrecerfa mayor complejidad si (*) Don José Puig Brutau, abogado del [lustre Colegio de Barcelona, Es- pafia, ea sutor do las siguientes obras y estudioa: “Estudios de Derecho Privado” (obra de Ramén Maris Roca Sastre, Colaboracién en los capftulos 1, 1, TV» 1X y XI a XIV), 1948; Estudios de derecho comparado; la doctrina de loa actos propios, 1951; "Ei Ienguaje del Derecho, 1952; Revista de Derecho Privado, T. XXXVI. Pag. 977; Fondamentos de Derecho Civil, 1958; Jurisprudencia compare da, Los concentas lacionas de yeeindad”, "responsabilidad por acto ilfcito y "abuso de derecho” vistos a través de sentencias del Tribunal Supremo Espafol ¥ de los tribunales de los Estados Unidos, 1953, Revista del Instituto de Derecho Comparndo, N* 1. Pag. 139; Comentarios. Una sentencia del juez Cardozo. El enso Jacob contra Kent (New York, 1921) y el problenia del cumplimiento del contrate en forma sustancial, 1958; Cuadernos de Derecho Angloamericano N° 1, Pég. 62; La jurisprudencia como fuente del derecho; interpretacién erendora y arbitrio Judicial, 28 DOCTRIN verdaderamente fuese indispensable para determinar la razon de: cisiva del fallo, Nos vefevimos a las dudas suseitadas por la no inclusion en forma expresa eu el 8 de otros requisitos que exige el art, 219 para que pueda prosperar Ia misma aceién cuando se dirige contra el supuesto padre. Vamos a exaninar brevernente las indicadas cuestiones. El Cédigo Civil de Veneauela permite que coactivamente se pueda obtener la prueba y consiguiente declaracién de Ia filiaeién natural, Segin el art. 214, n° 4°, es prueba de la filiaeién natural: “La sentencia firme que se dicte en los jnicios promovides para el reconocimiento judicial de la filiaeién natural.” La aceiés ida a obtener este reconocimiento judicial de filiacién natural puede intentarse contra el padre, contra la madre contra quienes sean sus herederos, Si se dirige contra Ia madre, bastaré la demostracién del hecho del parto y la identidad del hijo, No hard falta que la prueba se refiera al heeho de las rela ciones sexualés porque nadie pretenderd que sea necesario. demos- trar que las ha mantenido la mujer que ha dado a luz Con toda propiedad podria afirmarse en este caso que los hechos hablan por sf mismos: rex ipsa loquitur, Todo lo contrario sucede cuando la accién se dirige a inves tigar Ia paternidad natural, Es posible el reconocimienta velun- tario y unilateral de la filiaeién uatural por parte del padre, en cuyo caso Ta madre queda igmorada (cf. art, 224), pero, si se trata de un reconocimiento coactivo, no ser posible averiguar quién es cl padre, sin que al misino tiempo conste o se averigie quién es Ia madre. Si el hecho del parto es un indieador absolute de maternidad (y en-este sentido tiene la conocida afirmacién de que la madre es cierta), en cambio, nada explica por sf solo seerca de la paternidad y hay que recurrir al antecedente fisico indispensable, esto es, a las relaciones sexuales entre Ia indudable madre y el posible padre, En materia de filiaeion natural, el punto de partida para este cherehez Uhomme lo sefiala el momento del parto, Leyes biolégicas delimitan un periodo dentro del cual podemos ballarlo, Pero re- sulfa que no existe materia que ofrezca mayores dificultades a las diligencias probatorias, por tratarse de algo uaturalmente DOCTRINA 20 venlto o seereto, De ahi que sea exia materia un terreno ideal para las presuneiones. Consideraremos por un instante Ie qne sucede en In filiaeion logitima. El art. 197 del Codigo Civil determina la legitimidad de la siguiente manera: “El mavide se tiene como padre del hijo concebido durante el matrimonio, Se presume concebide durante el matrimonio el hijo nacido después de ciento ochenta dias de la celebracién hasta los trescientos siguientes a sn disolucién anulaeién.” Fata fuerte presineién que sélo puede atacar ef marido en jos términos que resultan de los arts, 199 y 200 del mismo Cédige, se funda en el hecho normal de que el matrimonio, establece Ja cohabitacién entre marido y mujer. El transerito art. 197 parte de la base de que la concepeién puede resultar de enalquiera de Jos dias en que se presume enire e6nyuges Ia vida en comtim Por tanto, el establecimiento y la ereacion de la vida nial se toman como puntos de partida para sefialar la legitimidad del nacimiento. Por el contrario, on la generacién fuera de matrimonio el punto de partida ha de buscarse en el hecho indudable del pa para indagar quién pudo ser el padre, atendida la época en que hubo de tener Ingar la eoneepeion, Por eso la demostracion de ja paternidad natural esti ligada a la demostracién de unos hechos que el art, 219 del mismo Cédigo Civil expresa de la si guiente manera: “Al intentarse la accién contra el padre, debe probarse que en la épeca de la concepeién del hijo mantavieron relaciones carnales la madre y el pretendide padre, como debe probarse también Ia identidad del que se pretende hijo con el habido durante aquel perfodo, La prneba de estos hechos podta hacerse por testigos siempre que exista posesién de estado o ha; el principio de prueba por escrito o las presunciones o indicios graves, tal como lo preven los arts, 208 y 1.392." Con todas las diferencias que quieran verse entre la generacion matrimonial y la extramatrimonial, no hay duda que los respec- tivos efectos juridicos estén eondivionados por la misma realidad biolégica, En sintesis puede afirmarse que es el padre ef que se presume que cohabita con la madre al tiempo de la coneepcién a0 DOCTRINA por ser el marido (art. 197), 0 el hombre que se demuestra que | ha cohabitado con la madre de manera exclusiva y en la poca de la coneepeién (arts. 219 y 220). i Cuando la aceién de reconocimiento de la filiacién natural se | intente contra los herederos del padre o de la madre, surge la peculiaridad que pone de relieve el parrafo segundo del art. 218. Dice asf: “La aceién de reconocimiento contra los herederos del padre o de la madre que hubiere muerto, no se admitiré si no se alega, como fundamento, la posesién de estado.” Sobre la hase de lo expuesto hasta ahora, hemos de permitirnos una ligera econsideracién critica sobre Ia in y colocacién, de los arts. 218 y 219 del Cédigo Civil, Creemos que la intencién Jativa hubiese sido més claramente perceptible si después de que “el hijo tiene aceién para reclamar judicialmente ser reconaeide por sus padres o por uno cualquiera de los dos” (art. 218, primer pérrafo), se hubiesen sefialado los requisites indispen- sables para que pudiera prosperar la accién dirigida contra el padre, dejande para el articulo siguiente la conereeién de lo que fuera especialmente exigible al intentarse la accién contra los herederos del padre o, en su caso, de la madre. Para otre articulo subsiguiente debia dejarse lo que es contenido del tercer parrafo del art, 218. Lejos de tratarse de un problema de simple ordenacién formal, ereemos que ello hubiese facilitado la interpretaecién y aplicacién de tales preceptas por razén de que debe considerarse como normal el caso de que la aceién de reconocimiento se dirija contra el padre o la madre, Este carfeter normal resulta de que, por la misma indole de la deelaracién, la de paternidad sélo ha de ser procedente cuando puedan decretarla los Tribunales a conse cuencia de un litigio en el que haya sido parte el mismo supuesto padre, porque sélo éste puede disponer de los medios de defensa cuya alegacién ha de permitir que la controversia recaiga direc- tamente sobre el hecho mismo de la paternidad. Es ilusorio creer que, muerto el padre, la investigacién recaera sobre el mismo hecho de la paternidad no reconocida de manera explicita o implicita, Aunque sea recurrir a una comparacion de términos algo heterogéneos, Iamaremos la atencién sobre lo que sucede con los modernos medios cientificos (prueba de grupos DOCTRINA 31 sanguineos) que permiten Iegar a la exelusién, por razones bio légicas, de una paternidad supuesta: necesitan ineludiblemente hacerse valer en vida del padre. Sélo el padre viviente puede su- ministrar la base de la prueba biolégiea. Pues de manera parecida, aunque por razones de otro orden, sélo el mismo padre puede hacer, como demandado, que el litigio verse sobre hechos que, por su intimidad, exigen que se le oiga personalmente, Cuando el padre ya ha fallecido, la accion inquisitiva de la paternidad natural deja de ser propiamente tal y s6lo puede fun darse en el hecho del reconocimiento de la paternidad por el mismo padre, en forma tan clara que se haya traducido en una verda- dera posesién de estado, a pesar de no resultar de una declaracién de voluntad en sentido téen Por tal raz6n, el pérrafo segundo del art. 218 confiere a dicha cireunstancia el valor de un requi- sito de admisién de la demanda, por la seneilla razén de que otra pretensién contra los herederos del supuesto padre no esti permitida. No se trata, pues, de un preeepto que se limite a sefialar una causa de inadmisién de la demanda por un defecto formal; sino que este indudable efecto es consecuencia del valor sustantivo del preeepto, al coneretar precisamente la materia litigiosa y al ex: cluir que, fallecide el padre, pueda discutirse de otra manera lo relativo a la filiacion. El Cédigo Civil de Venezuela se refiere a Ia posesion de estado con referencia a la filiacién legitima, a la natural cuando la accién se dirige contra el padve y a la filiacién también natural cuando la accién se dirige contra los herederos del padre o de Ja madre. Con refereneia a la filincién legitima, la posesién de estado tiene el valor de un medio de prueba supletorio del acta de naci- miento inserita en los registros del estado civil (art. 206). Con referencia a la filiacién natural enando Ia aecién se dirige contra el supuesto padre, la posesién de estado juega el papel de una cireunstaneia que confiere efieacia a la prueba testifical dirigida ‘a probar que en la Gpoea de la concepeién del hijo mantuvieron relaciones earnales la madre y el pretendido padre (art. 219). Finalmente, también con referencia a la filiacién natural, pero cuando la accion de reconocimiento se dirige contra los herederos pOCTRINA Jel padre o de la madre, la posesién de estado aparece como un requisite esencial para que la demanda sea admitida y para que, en definitiva, la aceion pueda prosperar (art. 218, parrafo se- gundo). Esta veferencia indistinta a posesién de estado permite apro yeehar el coneepte que de Ia misma proporciona el art. 206, pero no impide reconocer que en cada easo ofvece alguna pecnliaridad, En el de filiacién legitima, la posesién de estado aparece con sus mits eompletos atributos. Los tres requisitos de nomen, tractatus ¥ fama o reputetio aparecen con toda clavidad. € sera jusyad: 1 referencia a la filiacién natural, la posesién de estado a tenor de Jo que resnlte de la prueba, pero en todo caso fallardé el nomen, Claramente se advierte que cuando alg aceiona para que se declare judicialmente que su padre o su madre no lo reconocié, 1a cireunstaneia de no Wevar el demandante el nombre del progenitor aparercrd come uno de los rasgos carac- terfstieos de la sitnacién de hecho que precisamente se quiere ambiar con el ejercicio de ta accién. q Pero cuando, ademés de referirse a la filiacion natural, se ate del ejercicio de una aceién dirigida contra los herederos del supneste progenitor, a posesién de estado aparece con el rango de elemento eseneial, hasta el punto de que la demanda deberfi ser forzosamente rechazada si dicha posesién de estado del de- mandante no queda plenamente demostrada. Jen el caso que coneretamente motiva estas Hneas, la deman- dante debi probar dicha posesién de estado, y silo en el supuesto de haeerlo asi, y no en otro caso, pues em otro caso Ia demande ya no puede prosperar, bubiese tenide yerdadera importancia en pate litigio la diseusion del problema que plantea la falta de men én expres en el art, 218 de ciertos requisites que exige el art. 219. Por la misma razén y a pesar de que consideramos acertado el failo de que se trata, no podemos estimar plenamente eongruente con los hechos debatidos y con las reglas de derecho aplieables, la diseusion de si en este caso la prueba testifieal debia tener el apoyo del principio de prucha por escrito o de las presunciones © indieios graves a que se refiere el art, 219, La sencilla raz6n de nuestro parecer eonsiste en que siempre es admisible la prueba DOCTRINA 33 de testigos cuando existe posesién de estado (art, 21%), y esta posesion de estado siempre es indispensable cuando se dirige la aceién contra los herederos del supuesta padre (art. 218, pavrafo segundo), coma sueede en este caso, Con todo ello puede parecer que damos por supuesta la eues én verdaderamente decisiva: la de saber si quedé o no quedé probada Ja posesién de estado de hija natural de la demandante. A muestro juicio, es tan elara la sentencia en este punto y tan certera la eritica de la prueba testifical practieada, que la eues- tion no puede ofrecer ninguna duda. Pero no la puede ofrecer si no se alvida que no podia tratarse de poner en conocimiento del ‘Tribunal aquellas cireunstancias tal vex suseeptibles de Tevarle al convencimiento de la paternidad diseutida, sino que, por insosla- yable imperative del repetido pérvafo segundo del art. 218 del Codigo Civil, la finiea averiguacién en este caso procedente era la relativa a si la demandante gozé en vida del supuesto padre de Ia posesién de estado de hija natural. La posesién de estado supone la indispensable concurreneia de las tres siguientes cireunstancias: a) que el posible padre se halla convencido de Ja paternidad; b) que obra de manera nor malmente ajustada a dicho convencimiento; y ¢) que tal manera de obrar ha tenido trascendencia paiblica o social. Para no repetir argumentos y afirmaciones de Ia misma senteneia, nos limitaremos a sofialar que, en relacién al segundo de los extremos que aeabamos de indicar, de la prueba practicada resulta precisamente lo con: trario de lo pretendido por la parte demandante: en vida del supuesto padre no qued6 establecida entre el mismo y la actora ninguna relacién de hecho que por su eontenide pudiera equi Pararse a una normal manifestacién de la relacién paterno-filial Por las razones sefialadas, el suserite opina que la Corte Federal de la Kepiblica de Venezuela no podia resolver el caso “Livilia Maria Pifiertia contra la Nacién Venezolana” de manera diferente a como lo hizo en el fallo de 29 de octubre de 1954. Barcelona (Espafia), diez de noviembre de mil novecientos cinenenta ¥ cinco, José PUIG BRUTAU POCTRINA 35 DICTAMEN DEL PROFESOR RENE SAVATIER (*) Poitiers, 22 de mayo de 1956. Sefior Vicepresidente Ha tenido nsted a bien solicitar mi opinién sobre la Sentencia de la Corte Federal de Venezuela de 20 de octubre de 1954 reeaida en el pro vilia Marfa Pifierfa contra el Estado venezolano, A los efectos de mi informacion, me ha remitido usted un folleto que suministra, tanto desde el punto de vista de lox textos de Dere cho venezolano como de los hechos de la causa, todos los elementos necesarios para formular la opinion requerida por usted. Sin embargo, para expresar esa opinién tengo solo la autor limitada de un jurista extranjero. E] Derecho franeés es evidente mente muy diferente del yuestro, x, silo a través de la lectura del mencionado folleto he conoe les, asi como algunos puntos relatives a su juvisprudencia. 10 los texto venezolanos actua: terpretacién en Ie No tengo, en manera alguna, la perfecta familiaridad que tienen con ellos los juristas venezolanos. Y tanto menos por el hecha de que un idioma extranjero puede siempre reservar, a quien no lo ntemente, sorpresas en los matices téenicos de las expresiones. empleadas. (*) El Profesor Rene Savatier, Deeana de la Facultad de Derecho de Poitiers, ex nutor de las siguientes obras y estudios: Les effets et Ia sanction du devoir moral en droit positit francais et devant la jurisprudence, 1916; La théorie du ecommerce chez les physiocrates, 1918; Les personnes (état et capa- cité), en el Traité pratique de droit civil de MM. Planiol et Ripert. (7. 1, 1925); [art de faire les loia; Bonaparte et le Code Civil, 1927; La recherche do la paternité, 1927; La Russie holehéviste vue a travers ses leis, 1928; Contrats civile, en el Traité pratique de droit civil de MM. Planiol ct Ripert. (T. 1X. 1982) (en colaboracidn con MM. Rouast y Lépargneur); Dictionnaire pratique de droit, 2 vola., 1988; La réforme de In procédure de faillite et de liquidation judiciaire par Ie déorct-loi du 8 Aout 1985, 1936: Cours de droit international privé, 194’ Manuel juridique des baux ruraux, 1947: Cours de droit civil, 3 vols., 1047-51; Recherche de In famille, (Hn eolaboracién con MM, Gabriel Marcel, Jean Lacroix ¥ otros), 1248: Les métamorphoses économiques et. sociales du droit civil d’aujourd” hui, 1948; La responsabilité médicale, 1948; Du droit civil au droit public a tra 36 DOCTRINA Sin embargo, los hechos humanos que el jurista maneja, espe cinlmente cl de la filiacién, presentan constantes vélidas para todos lox pafses, las cuales permiten, a mi juieto, comprendernos a través de las fronteras en medida suficiente para qne pueda contestar con las anteriores reservas, al deseo de usted. Astas constantes humanas son tales, en efecto, que las soluciones que damos a Tox mismos problemas, sin ser idénticas, resultan comparables y se forman sobre la de datos semejantes. Asf, como francés que teresa por el Derecho Comparado, me esforzaré en responder al deseo de usted, sin perjuicio de excusarme si se me escapare algim punto de la diseusion, se Fl proceso en referencia suscitaba enestiones de hecho y cues tiones de derecho. Las cnestiones de hecho se veferian al punto de saber en qué medida los heches articulados en las pruebas habian sido efectivamente probados en la investigacién. ¥, sabre este punto no pienso tener que expresar mi opinién, Ademis de que siempre 8 extremadamente diffell apreciar de lejos el valor y estado de las pruebas que no han side vistas w ofdas por une iniamo, estimo que Ia apreeiacién de los heehos ex competineia exelusiva del Jues Hamado a conocer de ellos y que el piblico jurfdieo tiene que confiar en él en este punto. Pero lo que usted solieita de mi es una opinién sobre enestiones ae derecho. De In carta de usted resulta que el problema que Tr interesa teeae principalmente sobre la combinacién de los artiew los 218 y 219 del actual Codigo Civil venezolano. Esta preocup: cin dominante me permite descartar en mi respuesta toro examen fle las excepciones de inadmisibilidad que el reprosentante del Estado venezolano opuse a la demanda y que no fueron acogi por Ia Corte Federal. Esto me evita igualmente insistir en el exa- vers lea personnes, les biens et In responsabilité civile, 1950; Traité de lam Foneabilité civile en droit francais, civil, administratlf, professionnel, procédu- ral, 2 vols, 1951; Aleune osservazioni sull-evoluzione del concetto di prapicté vad, aoreiaie in Francia, 1961, Riviala del Diritto Commerciale, Anno XLIX. Parts Prima. Pag: 383; Conflit entre la loi nationale de Menfant et In Joi ‘nationale du pare ou de la mére en matiore de filiation, 1981, Journal du Droit, Int national. sere road: Pag 336; Le droit ct I'necélération ce Waistoire, 1961, Recucil Dallez, Chronique, VITI. Pag. 20: Impéi © médical sur te terrain du droit. Le “permis dopérer” et les pratiques américsines, 1962, Reeuell Dalloz, Chroniai, SERIE Pag, 157; Le droit de Tart ct des lettres; les travaux des muses dans ie talances de Ia justice, 1953; Supplement au Dictionnaire pratique de rot. ee aan copes des cattes de commercants. Los traitén d'établissement et lind: {Raa datton de In condition des Etrangers, 1963, Recueil Dalloz, Chronique TV, Phe, 21; Le droit, Mamour et [a liberté, 1954 DOCTRINA 37 men de los vieios que, en el caso, impedian considerar a la pose- siénm de estado como constante, y, en consecuencia, verdaderamente efieaz. Por el contrario, fcilmente se comprende el interés de usted en el més grave de los problemas planteados en la Sentencia de 21 de octubre de 1954, aquél en el cual la Corte Federal se ha apartado de la jurisprudencia de la Corte de Casacién yenezolana. Se trata de saber si los articulos 218 y 219 deben combinarse entre si o excluirse, La Corte de Casacién venezolana, eonsiderando el articulo 219 como una disposicién excepcional, aplicable a la aceién en decla- racién judicial de paternidad natural intentada en vida del padre, se niega a apliear este texto a cualquiera otva hipétesis, y espe cialmente a la aceién intentada contra los herederos del padre. Asi aparece en las paginas 49 y 50 del folleto que usted me ha enviade, De esa suerte, la regla fundamental de este articulo 219, que hace depender el éxito de la inquisicién judicial de paternidad del punto de suber sise ha probado el heche de que en la época de la concepeién, la wadre—ya conocida—y el pretendido padre han tenido relaciones sexuales, seria win ezigencia ajena al derecho comin. En particular, Ia aceién intentada contra los herederes del padre no estaria sometida a esta regla excepeional. Estaria, sim plemente sometida al paragrafo 2* del articulo 218, el cual esta- ‘blece que se funda en Ia posesién de estado. El resultado de esta coneepeién seria, si comprendo bien la posieién asumida por la Corte de Casaeién venezolana, que cuando la accién en reclamacién judicial de paternidad se intenta contra los herederos del pretendido padre, basta la posesion de estado del hijo para que el demandante asegure el éxito de la aecién, sin que tenga que demostrar la existencia de relaciones entre su ma- dre y el pretendide padre en la época de la concepeién. Sin duda, esta tesis que, desde un principio, parece poco ra: cional, pretende asimismo invecar una consideraeién préetiea que aclara la interpretacién un tanto singular que suministra a los textos. Segin esta consideraciém, un debate completo sobre las 8 pOCTRINA relaciones que la madre ha podide tener con el pretendide padre en la época de la eoncepeién, solo tendria valor durante Ia vida del padre. Después de su muerte, no se podria intentar con sufi cientes garantias, Carecerfa de aqui en adelante de bases serias, en virtud de que el padre se habria Nevado a la tumba sus re- cuerdos intimos, y con ellos, los medios de defensa o de prueba de las relaciones o de la ausencia de relaciones que hubiera tenido con la madre, Asi la Ley se veria llevada a cambiar entonces el terreno del debate y a exctuir todas las investigaciones fisiolgieas e intimas de hechos cuya prueba no puede ya efeetuarse satisfac: toriamente, Al rechazar este debate, se atendrfa a una comprobs cidn material, objetiva, euya prueba sigue siendo perfectamente posible: la de la posesion de estade que pertenece al hijo del pre: tendido padre. De hecho, en Franeia se admite una solucién andloga para lt prueba de filiaciones comprendidas en genealogias relativamente Iejanas que se invocan et apoyo de una sueesién, Se reeonoee que el tiempo transeurrido impide el establecimiento normal, por los medios de prueba legales, de filiaciones litigiosas de esa natura: lena, Y es por ello por lo que se considera bastante la posesion de estado para reputarlas constantes. Eso sucede, por 10 menos, en las genealogias de hijos legitimos. Pero en Francia, no Hegarfamos seguramente hasta el punto du considerar que, por el hecho de que el padre ha muerto en el momento en que se litiga la investigacion de la paternidad natural, se est en el caso de las genealogias distantes que permite la prue ba por medio de la posesién de estado. En realidad, se trata del vinculo de filiacion mas préxime que puede interesar a una de las partes, La parte interesada no esti relevada, por la muerte de la otra, de la obligacién de usar los inedios legales para establecer su filiacidn. Piensa, en efecto, que, incluso fuera del examen inéis especial de los textos juridicos y de las necesidades fisiolégicas, un principio general de Derecho con- duce a esta solucién, este principie descansa en la naturaleza misma del estado de las personas que constituye el asiento de los vineulos de filiacién. Con razén, subraya usted este punto apoyado sobre la propia re daceién de las conclusiones de la demandante, Esta solicitaba el pocTRINA 3o veconocimiente judieial de su estado de hija natural del hombre enya sueesién se discutia, Siendo asi, es precisa reeonocer que el estado de hijo natural de un pretendido padre determinado no depende en manera alguna de que este padre viva todavia. Hacer yeconocer este estado es siempre una accion en investigacién de paternidad natural, esté o no vivo el padre, Sélo cambia el deman- dado, lo cual puede acarrear consecuencias procesales, pero no mo- difier la naturaleza de la accion, El estado de una persona esti constitufde por Ias eualidades juridi que determinan su identidad y sus coordinaciones en la sociedad, El] vinenlo de filiacién forma parte de él de la misma en las partes que intervienen en el pro muinera, sea cules fu Sin duda, en el caso, la pretendida hija del difunto se oponia a un legatario universal, Pero como ella misma lo habia com- prendido perfectamente, la naturaleza de la accién permanecia igual. El legatario universal era parte en ealidad de representante general del muerte: y la relacién de filiacién entre la demandante y este muerto era siempre el objeto del litigio. Desde el momento que era asi, ¢l vineulo de filiaeién liligioso no podia establecerse sine por el tinico medio autorizade, ne sélo por las disposiciones legales sobre filiacion paterna natural, sino también por el estado. actual de las ciencias biolégieas. Pues, en el estado actual de estas filtimas, la via seguida por la ley venesolana para Hegar a deter: ininar el padre de un hijo natural es la finiea posible: consiste en pasar por intermedio de una maternidad ya demostrada, y esta: blecer que la madre, asi conecida, engendrd el hijo por obra del pretendide padre, es decir, tuvo eon este filtimo, en la époea nor. mal de la eoneepeién del hijo, relaciones que originaron esta con eapelién, Asi el articulo 219 del Cédigo aparece como un texto general que establece un principio biolégicamente necesario, y no eomo un texto excepcional, Tota accion destinada a demostrar una pater- nidad natural, ya sea intentada por el hijo mismo o por sus pro- pios hijes, en el caso en que éstos puedan actuar, y ya lo sea en vida del padre o, muerta éste, contra sus herederos, obedece a esta misma necesidad, fisiolégiea y juridiea a la vez. Es indudable que el artieulo 218, al referirse precisamente al caso en que, después de la muerte del pretendide padre, se intente 40 DOCTRINA la aceién contra sus herederos, exige que el demandante tenga po sesién de estado. Pero no hace mencién de ella sino como condicién de admisibitidad de la accién, sin dec ir en 10 mas minimo que ella pastaré para probarla en cuanto al fondo. La expresién de 1a ley venezolana e8 a este respecto muy significativa: no dice que la aceién tendré éxito si existe posesion de estado, Esta comprobacion en manera alguna impide que la prueba de Ia filiacion paterna deba consistir siempre en el establecimiento de las relaciones que en la época de la eoncepeién tuvo Ja madre eonocida con el pre tendido padre. Observaré, por lo demifx, que esta solncién es perfectamente comparable @ la qne se admite en Praneia en materia de investiga: cién de paternidad enando hay posesion de estado. La posesion de estado, en efecto, implica necesariamente que el pretendido padre haya pagado el mantenimiento del hijo, Y el articulo 840 actual dle nuestro COdigo Civil considera esta filtima cireunstancia come autorizando al hijo a establecer 1a paternidad; pero no resulta de lo que sélo por esto quede probada Ia paternidad. En Fran como en todos los paises, el dimico medio que actualmente bay para establecer una paternidad natural consiste en definitiva en el examen de las relaciones que los padres pudierom tener al tlempo de la coneepeién del hijo. paso ahora de estos yazonamientos de principio al examen de los textos del Cédigo venezolano, compruebo la perfecta concor dancia de ellos con las consideraciones que acabo de desarrollar. El articulo 218 y el articulo 219, lejos de oponerse sobre la foneién de la posesién de esiado en materin de prueba judicial de la paternidad, la consideran de manera absolutamente semejante. ‘Ambos hacen de ella una condieién de Ia admisibilidad de la accion. La (mica diferencia es que, cuando el] padre ha muerto esta condicién es la diniea, y la aecién nunca es admisible si el hijo demandante no puede invocar 1a posesién de estado, Por el contrario, on vida del padre, conforme al articulo 219, es admisi ble Ia prueba de Ia paternidad tanto euando el hijo tiene posesion de estado como también cuando presenta un comienzo de prueba por escrito, 6 hace aparecer, antes de toda investigacién, indicios graves. De esta suerte, el artieule 218 en su pardgrafe 2° y el artieulo DOCTRINA 41 219 tienen el mismo sentido. Une y otro, por la naturaleza misma de las cosas, implicitamente el primero y explicitamente el segun- do, ven, en las relaciones con el muerto, la fniea prueba posible de la paternidad natural. Pero, en vida del padre, el articulo 219 da mayor amplitud a la admisibilidad de la aceién, subordinada, en todo caso, a dicha prueba, que cuande el padre ha muerto. festa diferencia es perfectamente explicable, El hijo que no intenta probar su filiaeién sino después de la muerte del preten- dide padre muestra, con tal actitud, haberse desinteresado de los vinculos familiares, que constituyen la eseneia de la filia tanto no se vislumbra la obtencién de una sucesién patr! Esto no haee particularmente interesante a este demandante. Por otra parte, con senejante tietiea, ha esperado la ocasién de encontrar desarmades a los demandados, pues es evidente que el pretendido padre, mejor instrufdo de su condueta intima en la Spoca de la concepeion, ext’ mucho mejor situado que sus herede- ros para defenderse de las pruebas que presente el demandante, Es ldgieo, por lo tanto, que la admisibilidad de Ia accion intentada contra éstos se sujete a condiciones mas extrictas, Asi se explica, pues, que tal accion, intemtada despmés de la nmerte del pretendide padre, s6lo sea admisible en un caso, aquél en el eval él habia tratado al hijo como propio, destruyendo ast jplicitamente su futura defensa. En tal hipétesis no podria impu- tGrsele excesivamente al hije el hecho de no haber intentade su accion infis pronto, puesto que ya era tratade como tal hijo del demandado y 6] manifestaba a este fltima un afecto filial. En cualquier otra hipétesis, y aun enando existieran indicios prin: cipios de y por escrito, el retarde yoluntario del hijo en intentar la accidn uo le permitira establecer, ante la perspectiva de una herencia, wna pretendida filiacion que no se habria mani festado anteriormente por demostraciones afectivas. ue Ahora bien, estas condiciones de admi Jad en manera algue na cambian Ias condiciones de la prueba de la filiacion, Aun en ol caso de una posesién de estado que haga admisible la aceiu de investigacion de la paternidad, el articnlo 219 exige que, en vida del padre, la filiaeién sea probada por medio de las relaciones que tuve con Ja madre, La posesion de estado no adquiere mds valor por el hecho de que haya muerto el padre, En uno y otro 42 DOCcTRINA caso, no aparece sino como tn rconocimiento indivecto de” filinciOn, Este reconocimiento indirecto de la filiacién no tiene mits: ni menos valor enando el padre vive que cuando ha falleeido, En ambos easos la posesién de estado hace admisible ta accién, ¥ en ambos casos el éxito definitive de esta accion dehe depender de la eondicién biolégica fundamental de toda pater las relaciones entre la madre conocida y ¢l pretendido padre en la @poca de la concepeiin, Creo, pues, que la Sentencia, sobre la enal ha deseade usted conocer mi opinién, ha dado al litigio la Gniea solucién juridiea que se encuentra de acuerdo con el Derecho venezolano, idente, la expresion de nis mas Sirvase aceptar, seflor Vicep distinguides vy respetuosos sentimientos, Ex. Drcano, R, Savatier

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