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ra serie de nuevas hipétesis "ondamentalmente aiculadas a avés de la utc potconnaliic om ios de patoogta ‘rave store as finciones mds empranas del gr en la consttucion de peigasmo. Dis funciones nose cla dn el eebre juego del cartel (or) como en a concpcion lsc. TevSaimbo In mpartanca de este fuego seve restructured $ remiide' operaciones aun mde fmpranas due permiten bebe sonra cuerpo nivel sims a waves dena inifiada de pugares durante el primer ato de vida ‘Roe ef odoiscente etm ovasY ada una de {auellas operaciones ens propio nivel de desarrollo alguien una ava decal, que eto esencial apata jue el deseo inconcient, ee del ugar, invita el campo del aaj, deo contrari abandonado oa mera SMapocion Des el miradr de inca picoanalica, {jules ambien un alle, nmumerables materiales dea vida ‘Eiidtana concernentes, por eempo, ala formaciin de feito as come uteriorestuatnes deaprendiza) fectben un hr distin Pen io wecle al toxtoconvocante para ors espesiaistas en encos humanssademie de plcoaralsy peas, ‘Sinton ete como aims los pares, Ua evisiin Stic y unbalance exhaust de ls ses y drecones de {tora dl sgnincante on i rlacones con las problematic denier ye In adolescencia Va tendo ‘ugor ene uss de as mews las expucsts Ricardo Roduifotrabaje como psiccanalita a partir de 196. ane 1980s Profesor Titular de Clinica con Ninos y [Adolescente en ia Facllad de Picologa dela Universidad ‘Ge Buenos Aires Ha publisdo tes volumenes en diversas onutorins -entre ello, Cline ptuanalfin con nits y ‘helesentes, con Marsa Rodulfo, como asimismo fhumerososariculos en distintas publicaciones ‘specnlzadas sobre temas clinics, institucional y tepistemologices del picoanlisis Paldés Psicologia Profunda 133 cosy Sam oh _EL SIGNIFICANTE iene ree Rebecca teu cucs Ricardo Rodulfo aur Ricardo Rodulfo EL NINO Y EL SIGNIFICANTE Un estudio sobre las funciones del jugar en la constitucién temprana Prélogo de Maria Lucila Pelento Pe DEERRATAS Pane Rein Dine bed BR din nde BB Bek | SR & 2 Sie Soke tt sewcapert soorecoerd & ee eee mn ; 22 Foamieran lo etamendndle paler na Soe os "eae Cabins de Gusto Mac rings 198 npreso en a Arensin Printed it Arenin (Queda eco el dept que preven ey 1.723 © Copyright de teas eines en castle by orl Paid SAIC Defensa 598, Buenos Ales Ediciones Pade rica. sino Cb 92, Breton Eon Paids Mexia S.A. ‘Ruben Dui 118, Ménce DF 1 pain pr ani oma ge, is 0 sto in snl ct Isp senza INDICE Progo de Dra, Maria Lucila Pelento Iredci6 on L LAPREGUNTA POR EL NINO YLACLINICA PSICOANALITICA, {DONDE VIVENLOS NINOS? SIGNIFICANTE DEL SUIETOY SIGNIFICANTE DEL SUPERYO: LAS OPOSICIONES, LAS AMBIGUEDADES IMPLICANCIAS Y FUNCIONES DE UAFALIZACION TEMPRANA ELNINO Y SUS DESTINOS: ALD, SINTOMA, FANTASMA. SOBRE PL AGUIERO LAS TESIS SOBRE EL JUGAR (0: MAS ACA DEL JUEGO DEL CARRETEL, LAS TESIS SOBRE ELJUGAR (l}) [EL ESPACIO DELAS DISTANCIAS ABOLIDAS LAS TESIS SOBRE FLJUGAR (HD A DESAPARICION SIMBOLIZADA 10. LAS TESIS SOBRE EL JUGAR (Vy PPEQUENOS COMIENZOS DEGRANDES PATOLOGIAS. 1H, LAS TESIS SOBRE EL JUGAR (V "TRANSICIONALIDADES 12, DONDEELJUGARERA, EL TRABAIAR DEBE ADVENIR. 13, LAS CONDICIONES DE UNA METAMORFOSIS Notas _m 12 as ar AGRADECIMIENTOS ‘Se puede oscilar entre una varianteclsica y una més con- temporines en cuantoa los “agradecimientos”: Ia segunda los sabe con un “ombligo” que se dispersaen lo desconocidoy la primera aconseja sensatamenteacotarlos un poco. Enese ren, ¥y apoysindose en inciertosfirones de frases y lugares @ un tiempo mévilesy repettivos, como también en otros que han ‘sido y son posiblitaciones, s ineludible una esida deuda con ‘miesposa Marisa Rodulforcircunstanciasconcretasrenuevan ‘aqui el socorrido cliché que reza “sin cuyo...”, et. etc. La sefiora Laura Pound trabaj6largas horas para hacer legible un rmanuserito que al parecer no lo era tanto y la sefiora Silvia Goicoa la ayud6 en esto y otros detalles con proijdad y paciencia, Por su parte la sefiora Irma Ruiz Aused, de la Editorial Paidés, port sugerencias realmente valiosa:incli- arse por eseribr “Yalizar" en reemplazo del usual galicismpo “facia”, como as{ también la bella expresion “demasfa”en lugar de “plus”, Por sltimo, mi reconacimiento especial al Dr. Rail Mejia, padrino de tesis, tan discreto y amable como alentador. Enumerar estas circunstancias excede la conven- cin formal: quien escribe hace su propia experiencia sobre la ‘necesaredad de los apuntalamientos. ‘A lo largo del texto, as comillas dobles enmarcan dichos textuales de pacientes © pequetiascitas, también textuales, de ‘otros autores. En cambio, las comillas simples puntian gros relativamentetipicos, genéricos,o ciertos efectos de entona nunca se acaba de ser pero en astro caso, esto ya se ha consumado, pevalece la instancia del yo ideal El muchacho trata entonces de tevertr esa situacin, Pero para aprender algo, por ejemplo, va‘a tener que pasar primero por un tiempo decisivo de asumir la posicion de no Saber. De este modo pretende tocar un instumento, pero le es tandisplaciente a fase nical que poco lo deja. Era, de paso, una de las razones por las cuales haba consultador que todo Jo abandonaba, no soportando la temporalidad de cualquier adquisicién. Ocurre que para ser lindo no tiene, en cambio, ‘queefectuar trabajo alguno; yaloes,ledice la fase,y poreso mismo anula cualquier realizacién hstrica. Este paciente continu su andlisis siendo adult y una de sus luchas mas ards gid en torno a la patemidad, Una fra- se esencial en su andlisis lo consttuy6 la bisqueda activa de fears. Se las fue arreglando para romper con el estigmna de ser “lindo”, dejéndose la barba, volviéndose temporaria- ‘mente muy desprolio, et. todo locual prologabacambios de Jmporancia, % or supuesto, recurrimos a ciertafccicn expositiva, donde ‘enun éngolo de corte determinada frase resalta especialmente ‘cumpliendoaslas condiciones parase signficante;perodebe Semosclaro que una sola frase no resuelve todoun andisis. Al armel caso, la puntuames, armando unaescena de esritura ‘que tendri una correlacién aproximada con la realidad del tratamiento analitico. Por lo demds, a estos audos que se destacan en una cadena asociativa nos cuidamos de honrarlos con las insignias de causa prima; en psicoandlisis siempre ‘onviene seems que cautoalrespecto,y noes nada infrecuen- te wopezar con un uso mecdnico de ia teoria del significant. “Todo lo que puede decirse es que una frase asf indica dénde ciertorégimen deseante familiar ubicaa unsujeto y dénde asi tumo él se perpetia, pues no seria justo suponerle a un sigaificante un poder que no dejealtrnatvas Es como decir que debemos remitimos las series comple- ‘mentarias,articuldndolasa la dimension de espontaneidad. EL Sujeto noes una maquinilla que reaciona segin suene unsig- nificante w otro; por eso mismo alguien se psicotiza en ciertas Condiciones, mientras otro resiste ponerse en ese camino aun ‘siendo aquellas peores. De manera que no debemos apresuri ‘nos a suponerle un poder automtico y omnimodo al sig cate. ‘Siempre hace falta esforzarse para alejar del psicoandlisis todoesqema causal neal, Enarmultiplicidad de senderosdel Jnconsciente jamds existe un solo itnerario posible la expe riencianos obliga adefenderel principio de ammultilicidad de respuestas. De hecho, queda fuertemente.indetemminado ‘muchas veces por qué un sujeto forjé Ia que le encontramos, ‘cuando nada parece impedir que, en oto, un “qué lindo que 03” pase y caiga sin dejar rastro signficantealguno. Cuando cconcebimos Ia precedencia del significant o la prehistoria ‘como una fatalidad, el psicoandlisis se devora a sf mismo, porque, de ser asf, para que tratar a alguien? Si no hubiera Imargen para el acontecimiento, si imperase una estructura ‘nmbvil,desapareceria lo histricocomo aly con lel registro dindmico; por lo tanto, no habria cémo pensar To nuevo. La limitacin mds seria de un planteo ‘estructuralista’ mis que a estructural—es reducirel acontecimiento al plano del hecho estructurado. Para sortear estas simplifcaciones metodol6 sicas, no olvidarse de las series complementaras es funda ‘mental, s6lo que, tal cual las formulara Freud, hoy no nos bastan. Por lo pronto, a minima, conviene incorport reste {amente la prehistoria del sujeto alos factores consttuciona- es unto a ellas el concepto de sobredeterminacién y el de repeticin y diferencia, nos auxilian para no perder de vista ‘ue, una vez que hemos establecido el peso signficante de tna frase como fa analizada, lo importante es qué hace el sujeto con ella: la deja tal cual esti, cintroduce algin reioque, desvia su direcciGn? Toda la dindmica de la cura sravitaen tomo a esto Enel caso de otro paciente adolescente emerge un motivo fondamental la frase que funciona comounacontrasefiaentre Ja madre y él cuando vuelve de dar examen: “te sncaste icz?” La frase simula ser un pregunta, pero el andlisis demuestra su caricter de afirmaciéa, de certidumbre. Mas ‘un, el muchacko, finalmente, se da euenta que para él allise dice algo del deseo dela madre Para considerarel orden de ls transformaciones del signi- ficantedigamos que esa fase ha sido sumamente provechosa, para él, no tanto por colocario en niio modelo como porestar enlabasede sublimacionesexitosas y de interess intelectus- lesmuy consitentes. Pero ahora saliendode laadolescencia, comienza.a pelearse con ella, completara de un modo que antes no lo hacfa: “te sacaste diez para mi y s6lo param, Punto en que su talento potencial queda en peligro de verse alienado como regalo ala madre y nada mis, vehiculizando [a frase toda la dimensin incestuosa,colmando a la made on ese maravilloso obsequio que es el niio del diez, Por eso durante su anilisis empieza a escucharla en su ‘contracara; si se queda adherio por ns tiempo ala satisfac iG narcisista que proporciona, sus diez siempre van a ser resentificacion del deseo materno (o su susiticionesen un, Sinfin de condenssciones y desplazamientos), pero no los recuperaré de ov0modo y paral. He aqufel pleno sentidode 28 ete oc cecratgte mi me enter cme seers amare nen ae See ce nape re cepa ee eee seitaeerp mec emeacnaeade mao Pete eee eter ete eae ie, io enero eee sree eens apc eter oe te ere mea ee aa eteraers cae mmmeprne ney aoe secre Biltnenecsetens tia ee ease cartons ener peer ee ees es ner eet Selmer a en et eee aast sie seme ee eee pedal edemretpeer tie cei once co tee Tacos See alaskense were Sines Se ees fee oe apis ee en ee ra Ee een 2 foriay cierto avance en el uso del lenguaje (es decir, hasta tanto no s6lo se pueda comunicar, sino haya cieta apropi «in del lenguaje) elnino debe ser sometidoa perforaci nes nliteral ni metaféricamente. En cambio, es ambién fun- damental que el cuerpo del Otro sea agujereable, se deje ‘Cuando una madre, como lade la pequetia paciente depre- siva, cuenta que mientras le daba el pecho no aguantaba la situacin de tanta tensiny malestar que le product, yenton- ces, como modo de arrvesarla, lo hacfa mirando televisisn, nos esti ofreciendo Ia oportunidad de estudiar uno de los, sutiles, aparentementetriviales, comportamientos con que el Otro primordial se rehisa al agujereamiento pareciendo que no, Laexperiencia que Freud localizara como matriz de todo goce posible ulterior, Ia experiencia de abrir orificios en la ‘madre que llamamos amamantamiento, gut la encontramos. ampotada, devastada en su intensidaderdtiea y en su riqueza, polimérfica, empobrecida en su multiplicidad nucia. Por serunasituacién de esta caracterstcas menos espec- tacular, pero harto ms habitual que la de bebés sujetos a traumatismos fécilmente significables como graves, vale la ena examinarla minuciosemente para que la profundidad de sus implicaciones no pase inadvertida ose subestime. Por de pronto, observemos que hay una dimensidn metafGrica rela- ‘iva a Ia perforacién de su cuerpo, que Ia madre aqui niega a Ianifa. Comparémosla a una madre que puede dar el pecho Jugando esa siwaciGn, libidinizindols, acompafiando a la ‘bea afectivamente, Estos vividos modos de decir se profen- dizan desde el punto de vista te6rico subrayando que allfel Pequetio dispone de un Otro agujereable erdticamente al que luna yotra vez sereencuentra. En cambio, dos de los intomas, mds importantes que la pacientitatenfa eran anorexia y una acentuada retencién, tanto de pis como de caca, pensable ‘como una defensa desesperada frente a su propio agujeres- ‘mjento, un intento de tapiar todo boquete por donde algo vital 7 se le escapaba, Sefialané otro caso muy distinto, salvo en lo comin. Hoy no esnada dificil queen las consults aparezca un tipo de padre que rehdyael cuerpo al hijo adolescente,y eluda ser eomado como blanco de su rebelin, Es una forma de pa- ternidad evitativa que superficialmentesecalifica como "bue- na’; nada de autoritarismo, ante el hijo se cede en todo, se lo privadel padreantagonistaqueunadolescente en determinado ‘momento necesita mucho: un hombre que no se mueva de su lugar, que hable con él sin abdicar de su posicién. En verdad, ‘ania blandura (magistralmente captada por Winnicott como ‘una manera astutade supervivencis) cumple ia misma funcién {queen otros casos In rueldad: una gelatina puede ser tan im- probablemente agujereable como el granite. An plantar sus dichos, este padre deja de ofrecer la oportunidad de enfrentar- Jos, crticarlos hasta hacerlos pedazos, transgredirlos enfin, Por supuesto, dada esta via, a poscion de padre muerto no se ccumplimenta ‘Vemos que el registro del agujereamiento supone varios momentos crtcos 2 1o largo del desarrollo subjetivo y que, dems, el hecho de que se resuelvasatisfactoriamente en un ppuntono supone resolucisn automsticaenel otro; asi, se puede perfectamente fracasar como padre de un adolescente después de haber atravesado otras etapas del desaroll filial sin mayo- res sobresaltos, ‘Una novela de Kundera relata con mucha agudeza lo no agujereable en Ia madre del protagonist, un adolescente™ Digamos que, a diferencia de las que son tachadas de ‘ant ‘guas’ por la nueva generacidn, és se va aggiornando al compés de los esperables virajes y mutaciones que el hijo cexperimenta en fo cultural, adaptindose ripidamente a Tas ‘modificaciones enel gusto de él, y compartiendo sus efimeras “adhesiones a tal punto que jams él est solo, ni mucho menos cnfrentado a ella, No hay modo de agujerear el manto de esta ‘compaiiia agobiante y salir al mundo, Una escena particular menteangustiosa lomuesiraen una situacidnde impotenciaen Ja que sontie tontamente hasta que de pronto se da cuenta que ‘esa Sonrsa que tiene pegada tla caraes la sonrisa desu madre Lo angustante es su sUbita percepeién de que no puede ue atravesar esa piel que se le adhiere para colocarse como hombre en otra posici6n. Fragmento muy til por su conteni- do clisicamente edipico y claramentealejado de la psicosis, pero donde la produecidn de un dererminado agujereamiento {del cuerpo del Otro deviene imposible. 19 17.LAS TESIS SOBRE EL JUGAR (: MAS ACA DEL JUEGO DEL CARRETEL En principio, endremos que renunciar a la idea de encon- tearlo adscripto una sol funciGn, En los distintos momentos de la estructuraci6n subjetiva observaremos varantes, trans- formaciones, en la funcin del jugar. Insistoen ia importancia de deci jugar yno juego, siguiendo la propuestade Winnicott, pparaacentuarlearscterdeprdcticasignificante que tiene para ‘nosotros esta funcién; en rant el juego remite al producto de cierta actividad, a un producto con determinados contenidos, Ia actividad en s{ debe ser marcada por el verbo en inintivo, {que indica su carter de produccisa, Para nosotros el concepto de juga es hilo conductor del eal podemos tomarnos para io perdernos en la compleja problemética de In consttucién subjetiva. Partimos de un Aescubrimiento: no hay ninguna actividad significativa en et ‘desarollo de la simbolizacin del no que no pase vertebral- mente por aquél. No es una catarss entre otras, no es una actividad més, no es un divertimento, ni se limita a na descarga fantasmstica compensatora oa una actividad tegu- Jada por ls defensas, asf como tampoco se lo puede reducit & una formacin del inconsciente: mis alli de estas parcialida- des, no hay nada significativo en la estrcturacin de un nit {que no pase por alli, de modo que es el mejor hilo para no perderse. Los conceptos mis abstractos 0 genéricos (como el e deseo y tantos otros) que podamos invocar, Bienvenidos sean, peo, ,d6nde voy a vers funcionarsies que funcionan, donde comprobaré su pertinencia sino en esta préctica por 19 excelencia? En particular, cada vex que quiero evaluar el estado de desarrollo simbélico de un chico, no hay ningin fndice que lo brinde mis claramente que el estado de sus posibilidadesencuantoaljugar. Nohay ninguna perturbacin severa o de cuidado o significativaen la infancia que no se espeje de alguna manera en el jugar ‘Los primeros textos psicoanalitcos sobre esta actividad concernian amaterialesde conteedpico; un elisio al respec toes el casode Juanito, en donde por vez primera se aplica el, _mérodo a ls observacin de distnta actividades ldicas(di- Duos, fantasas), que en ese histrial estén enfocadas predo- 'minanterente ala luz del Complejo de Edipo y de todo lo concerniente a Ia fase fla y al complejo de castaciGn Posteriommente, Freud mismo hizo una aprehensiéa ms incisiva,cuyas Consecuencias no parece haber entrevisto. No ‘curio mismo con sus continuadores; en general, no hubo ‘quien se ocupara en psicoandliss de la observacién del for da, prcticamente no hay analista importante que no haya ‘vuelto sobre él afin de retrabajario. Y noha sido por iertoun ceremonial escoléstico, ‘Durante mucho tiempo este juego de aparicin y desapa- rcién qued6 consagrado como siendo también la manifesta~ ign dela actividad lia en su originariedad, al tiempo que funcién primera asignable al juego, nada menos que poder simbolizar una desaparicin, ana pdida, dar representaci6n «Ta ausencia, En 1985 publiqué un articulo tomando como, base ciertasideas desarrlladas porlos Leforten El nacimien- to del Otro e immpresiones extraidns de mi propia experiencia, ylleguéa laconclusiéndeque exsten funcionesde! jugarmés fxcaicas, mds decsivas, mis primordiales que las defor/da En mi opinién, la prictica clinica impone la evidencia de funcones dejar aneores aq finciones que pueden verse desplegaren su estado ms fresco. Jo largo del primer ao de vide relaivas ala constituci6n libidinal del cuerpo* En igor, node otra cosa hemos estado hablando, desde 1a perspectiva del significante del swjeto, al referimos a la rnecesidadde extraer materiales para fabricar el cuerpo, mate- sales que deben ser arrancados al euerpo del Otro. Lasprime- ma ras funciones del jugar, tan fundamentals, son ese proceso ‘mismo. Puede decirse que, a partir del jugar, el chico se ‘obsequia un cuerpo a s{ mismo, apuntalad en el medio, Todo Toquehaceel entorn posibilitawobstuye, acelerao blogues, ayuda a la consiruccién o ayuda a la destruccin de ciertos proceso del sujeto, pero éste noes un eco o un reflejo pasivo de ese medio, como creen las teorias ambientalistas ms (0 ‘menos) ingenuas, sino que, apoyado en las modalidades de qué (undamentalmente el mito familiar, Inestructuracion de Ji pareja paterna, la crculacig del dese), el nifio va produ- ciendo sus diferencias, Sihay una idea o un prejuicio del cual el psicoandlisis se ba ‘do separando muy enérgicamente, ha sido la coneepcién del nfo como pasivo en los primeros tiempos de su vida el cSlebre “oral pasivo” (Abraham), una especulaci6n no just cada porlos hechos, ideada por analistas que noatendan niios ¥ cuando atin no se los atendfa. Pero los datos biol6gicos lo esmienten,y tanto mis los psicoanaliticos. En efecto aiden «de queel niioes pasivo al mamaresde por sfabsurdaen aquel primer nivel, porque sabemos que al mamar trabaja para fabricar Ia Teche que toma, mediante la estimulacion de las ‘slindulas mamarias (aunque es curioso que la misma ciencia {que fo descubrié suela contribuir a desalentarlo). En ciera forma el pequefo se da de comer a sf mismo a wavés de la ‘madre. Por oa parte, nada de lo que se ve en psicoandlisis avala la concepcisn del infans como ente pasivo La ereencia de que el io serfa mas activo en la etapa fica y mis pasivo cen a etapa oral, es false, Mis aun, si hay una etapa en que no cortesponde en absolute el témino pasividad es en los prime- ros afios de la vida e incluso durante la vida prenatal. En todo caso, el téemino “pasivo” nos coaviene a veces mais a los adultos, pero nunea antes. Cuando detectamos en un fans algo que realmente pueda ppensarse como pasividad, es que estamos frente a una pertur- bacién seria, como puede serio una depresion grave oun incipiente proceso autista, a menos que —lo ms coméin— se trate de una enfermedad orgénica que lo aquieta, En cambio, si todo esti en orden, el nif, a través del jugar, durante el 1m primer avo de vida y apoyado en las funciones, hace Io que hemos ya seiatdo. Y nada ni nadie puede reemplazario en et labor. De la misma manera que uno camina con sus propias piemas, apoyado en algo (s, no podria hacerlo en el dre), necesita un lugar, pero eso no quiere decir que el suelo ‘cumine o done los miembros la fuerza para realizarlo. Eso ‘es precisamente lo que Winnicott ais como el factor de la tespontaneidad, algo que ni lamadee ni el padre e dan al bebe. ‘Sino se lo tiene en cuenta, sucede lo que con muchas inflexiones actuals basadas en la teoria del significant, que redcen el sujeto a una marioneta de la estructura concebida ‘como destinacin a prior. Enocasiones,laelinica ns pone en contacto con versiones rnitcas donde al nfo se le ha dado too lo que es, pero claro ‘que se trita de un Fantasma patégeno que eircula en esa familia, merced al cual se desconoce a actividad inherente a Ia posieién hijo. En idéntica direccién es lo mis correeto decir, ajustindose mejor a los hechos, que el analsta no ‘analiza al paciente, y ses usual escuchar esa formula conve: ne reeordar que su cmoda simplicidad involucra un error: tino no analiza a ningin paciente, es el paciente quien se analiza a sf mismo a través del analista, usando de éste, circvito de la trnsferencia mediante. La primera y més ‘comin frulacién corresponde a una fantasia omnipotente proyectada oasumida pore trapeuta que remit al analiza {do la pasividad receptiva, Tal ereencia no es demasiado peligrosa (si bien a veces plantea resistencias insuperables) teuando pertenece al paciente, pero sf muy peligrosa en quien ceanduce un psicoandiss. Existe adennis otra raz6n fundamental para nunca en 1o ‘sueesivo confundir la dependencia del infin respecto de los materiales con que se estructura, con pasividad. Es que los ‘materiales en sf no son nunca univocos. EI mito familiar es tina cosa extremadamente heterelita, jams un sistema ‘armonioso yhomogeénco, obedientealalogicaaristoélica, Su forganizacin es la del collage, donde los elementos estin bastante mal pegados, y asi permiten la subsistencia de muchas contradicciones. De medo que en realidad ef mito 13 familiar no tendefacémo imponer a nifio unadireceién untvo- ‘cade aque él mismocarece. Enconjunciéa con la espontanei dad, esto promueve lo imprevisible. Creo que es area urgenie rescatarestaimprevisiblidad,reprimida por cierto estructuri- lismo. En efecto, es una apuesta cil de ganar predecir que el nto extraera materiales del mito familia, dadoqueno tiene — al menos hasta su adolescencia— alternativa, Pero es una puesta segura de perder pretender un conocimiento a priori sobre cules aspectos tomard y cusles rechazaré el pequedio sujeto de ese gran archivo. ,Cémo avertar, por ejemplo, en las idenificaciones dominantes? Es por esto que la causalidad en psicoandlsis nunca es simple. Las funciones no son causa; plantean, I que n0 es poca eos, condiciones. ‘No es nada rao en nuestra prictica reconstruir (en el caso de pacientes adults), o pricticamente asiste al hecho, ¢6mo ln sujetoinconscientementees levadoa aferrarse una figura ‘0 un personaje colaeral en la rama mitica y eon el que, a ‘veces, apenas estuvo en contacto (fisca o discusivamente). sicaferramiento,estainvestiduraespontinea se produce afin de obtener algin material con el cual tramitacieros procesos. Esto no implica ideales del yo constiuidos; aparece muy {emprano. En psicoandlsis, hy que acostumbrarse aconside- ‘arel material de mito preexistentecomoun potencial del cual ddesconocemos lo que serdactulizado; sino ocurieraast (sila espontaneidad no existiese), la fabricacisn del sujeto se ase- imejaria lade unrobot,locualesel suefio de algunas familias on elevado potencial psicotico, Tal suedo en particular in tortalizéal padre de Schreber, pero hasta en un caso limite la simensién de lo imprevisible retorna obligadamente. Los perfectosrobotssalieron mal: suicida uno, demenciadoel ot, Lasderivaciones patolégicas, por cierto, tampocoescapan ala «spontaneidad delinconscients Y valelomismoparala salud, para las tentativas de autocuracién, que impulsan a buscar fuera del mito familiar materiales para construi categorias simbolicas ausentes en Es un episodio comin —que a veces se comenta en el cconsultorio— que los padres invistan algo y seo regalen para ‘Que el hijo juegue, y he aqui que el deseo de éste produce un na ‘desplazamiento a otra cosa de escaso valor paa ellos, desen- ‘euentro que genera decepein. Los padres hardin hincapié en “Io que gastaron’ para nada, queja que se reliere a un aspecto, evondmico—entérminos del psicoandlisis—més fundamen- tal, Episodio banal, aunque por su misma pequeiez pone de relieve hasta qué extremos Ia dimensin de lo imprevisible Jmplicada en Iaespontaneidad est iniltrada ene coruz6n de Jos lazos intersubjetvos, y sirve de modelo para pensar la relacién de nifiocon el mito familiar. Si quisiéramos compa rar éste con un rompeeabezs, introduciriamos dos modifi caciones: 1) no existe “In” solucién final; cada eual have su itinerario y su composicién de armado de las piezas; 2) no se lo podria imaginaren forma adecusda como un dispositivode figuras ijasque permite yuxtaponer éss y solo sas; mejores concebirlocinematogréficamente, hecho de piezasconmovi- lidad intema, extensiblesy mudables. ¥sialgoen Is condi- cones previts del juego estorba seriamente, hay que esperar {que el tompecabezas se comport literalmente como tal. 'Y aun debemos afiadir que este proceso inconsciente se ‘vuelve ms complejo, teniendo en cuenta que los pares no saben lo que ponen; de hecho ponen miso menos de lo que ‘reen poner, ent otros mativos acausade su propia sujecién 2 Ia prehistoria, que evestiona los limites imaginarios del “aidngulo’ edipico. ‘Todas esta consideraciones inducen a matizar al maiximo laproblemética de laedificaién del cuerpo duranteel primer aio de vida. Nohay que olvidar quel nifo,antes de disponer ‘demanos yacuents con ojos y con boca, queson tambign yen grado extremo drganos de incorporacién; con ellos empieza [atarea de arrancar alo que, para no simplifica, correspond agregar la piel”. Hay entonces una actividad mdltplemente extractiva que empieza mucho antes que las manos —peroes cierto que se vuelve axis notoria una vez que las manos ‘quedan iberadas por la maduracién neuroldgica—, actividad {ue dijimos horadante “el perversopolimorfa” empieza por ser un arrancador, un agujereador nato,prictica con la que produce coxillas, desechos (en apariencia),pequetios objetos, ‘Cuando ain vacilamos en otorgarle el nomire de sujeto y ns ‘cuando serfa impropioreerirse aun ego, ya el de agujereador Te cabe-con toda justeza, Pero hay més: ;Qué es lo que va hnaciendo con esos materiales extraidos? Una observacicn de alcance universal constata Ia rogularidad de una secuenci: exttaer-fabricarsuperfiies continuas, extensiones,trazados sin solucin de continuidad. La actividad que hay que pensar como jugar primero es una combinacién de dos momentos: agujerear-hacer superficie, agujerear-hacer superficie. En La fortaleza vacia, de Betelheim, el primer historial clinico (Laure) destaca un momento absolutamente fundamental en cuanto a la posibilidad de cura, momento en que la pequetia autista, en un paso para dejar de serlo, qué se pone a hacer? “Munida de papel (imposible no recordar Ia banda de Moebius) recorta lrguisimas tia delimitand teritorios que constitu yen ante todo superficie ininterumpidas, acabando ulterior. ‘mente por quedarse dentro. La escala de estas extensiones va enaumento ¥ claro que transferencias escalonadas al inst- tucién, a ciertas figuras del equipo terapéutic) sostienen el proceso en su conjunto, Pero si uno lo quiere ver en situaciones menos draméticas 4queenlade un nifioautista, puede verifiarioencualquierbebé de cierta edad que se embadurna con todo entusiasmo y unta luego cuanto esta su alrededor: toma la papilla, la extiende formando una pelicula homogénea, momento en que Si un0 va s.tocar a ese nto que esté comiendo lo nota pringoso, época del nfo siempre pegoteado con alguna imprecisa sus ‘mezcla de caramelo, moco, baba, sopa, todo loque sirvacomo materia prima. Ese pegote toma sentido para nosotros, como no podria tenerlo nunca para la psicologiade cufioconductista ‘©comunicacional, porque slo el psicoanalista esti en cond ciones de reconocer lo estructurante de una préetica como la deseripta Gustamente porno ser verdaderamente una psicolo- i), al descubrir en su clinica que en realidad el cuerpo ‘mismo no es ms que un gran pegado, y nada mis engaioso {gue fascinarnos con su unidad anatémica. La pintura conte portnea, desde Picasso hasta los procedimientos de collage, nos proporciona un mevtelo mucho mas compatible con nues- ‘a experiencia, que no nos pone en contacto con stom bien 16 ‘errados, sino que por todas partes habla del cuerpo como un rejunte, con partes no humanas en él metidas, a veces con clementos de mas, otrs con piezas de menos, etc. En ocasi nes puede rastearseen el interés que muchos chicos psicst- 08 oautistas tienen por las mquinas, por adosarse a una de- terminada maquina inclusive, y formarconella una solaagre- igncidn, Qcurre que la mxiquina aparece como ente que ha Togrado esolverel problema de un minimo de funcionamien- to unificado para ese niio quien, por su lado, no consiguié hacer lo mismo vi identificaciéa; de alli que establezea un cirevito idenifcatorio,restituyendo loquen loge con seres hhumanos. Muchos historialesde autismo ode psicosi han gistrado may bien esta peculiar forma de hacer superficie y ‘que nos imponede su extraordinariaimporancia Lacan insta {Ino desperdiciarla, en su momento, enigmtica observacisn {de Freud sobre el yo en relacién con ella. Ya podemos Justficarmejor esa sentencia después de trabajos como los de Bettelheim, Lefory el mismo Lacan, poraue desde laesttuc- turaeidn primordial del cuerpo a través del jugar, lo primero aque se construye no es para nada un interior, es decir, un ‘olumen, sino una pelicula en banda continua La problematica de los volimenes en psicoandlisis fue tratada intensivamente por Klein, quien siempre est intere- sudaten una dialéctica entre el interior del cuerpo y lo exterior ‘24, asf como en relaciones fantasmaticas coninente/conte- nido, Por eierio que todoestotiene firms soportesclinicosen, Ta teoria de Klein, pero se dirfa que equivoca ls tiempos: lo ‘queelladacomo primarionoloes. Muchoantesde poder fun- ‘ionar en ese nivel de volmenes que su conceptualizacién requicre, un nif tiene que autoinscribirse bajo la forma de tuna superficie, requisito sine qua non para que sea valido suponer operaciones del tipo de las de dentroffuera. Estos ‘érminos son inaplicables sino se apuntalan en la anterior ccontinuid. Lo esencial de ésta es su ajenidad de fondo (y no sélo

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