Está en la página 1de 11
RECORRIDOS POR LA CIUDAD GUIA 5 | ARQUITECTURA INTRODUCCION A BUENOS AIRES Alberto Petrina arquitecto «Buenos Aires, pura creacién del espity, block inmenso ele vvado por el hombre en el ‘agua del io y de pie fente al ‘elo de Argentina», Le Corbusier 10 Buenos Aires requiré ser fundada dos veces: la primera por don Pedro de Mendoza, ese «cortesano cisohito y magnficox, como alguna vez lo efiniera con propiedad Enrique Larreta la segunda por un vasco tozudo y pragratico, don Juan de Garay. Y ambos, a su manera, resuitaron ser el simbole premonitorio de sus futuros habitantes Febril e inguieto el primero, librado a una ansiedad devoradora que lo (2), trabajaron de sol a sol para poder, andando al tiempo, comprarse un terrenito y edlicar encima fsa «casa-chorizo» (3) en que habrian de crecer los hjos y ls nictos, ya argentinos. Es de aquellos caballeros conservadores que importaban de Inglaterra sus trajes a medida, sus yeguas pura sangre y Sus toros reproduc- tores (y de Francia todo lo demds: champagne, arqutectos y queries), y también de esos otros dcratas y soxilstas que ensefaban a leer por ls nnoches a sus camaradas analfabetos en ls bibliotecas populares, a la par aque imprimian sus panfetos ibertarios en las imprentas de La Boca 0 Balvanera.Y, claro est es tan de Victoria Ocampo —cuyo francés, un poco al moda de la nableza zarista, era mas perfecto que su idioma natal, gastandose su fortuna para acercamos a Tagore, Malraux 0 Stravinc, como es de Eva Perdn,gastindose la vida para fundar su revo- lucidn social y, mientras tanto, apostrafando a sus enemigos de clase desde el balcén abierto hacala plaza inmensa,orecida de gente Pues bien, pareciera que las mujeres y los hombres de Buenos Ares nos han atrapado. Lo que na esté mal, ya que son ellos quienes la han modela do.a su gusto y placer. Pero ésta debiera ser la introduccién a una gula de patrimonio urbano-anquitectonico, por lo que quizé sea llegado el momen: to de afrontar el asunto, El suefio de la crisélida Durante casi dos sigios Buenos Aires sera bastante menos que una aldea. ‘Alejada de las rutas maritimas, cabeza de un territorio inmenso y despo- blado que carecia de las minas que tornaban suntuosas a México y a Lima, dependiente de esta dltima en lo que hacia al comercio y a la administra én, parecia destinada a vegetar en el marasmo de una existencia desluci- day mezquina, Amenazados por tribus indémitas, hundiéndose en el barro pegajoso durante el inviemo y asfixindose entre nubes de polvo en el verano, los funcionarios hispanicos destinados a servir en ella deblan considerar el puesto antes una carga que una canonjia. La gran nobleza espafiola hacia carrera en el Peri, en México o en Cuba, Los segundones eran empujados a Buenos Aires Recién en la segunda mitad del siglo XVII, al crearse el Virreinato del Rio de la Plata y darsele [a ciudad por capital, ésta comienza lentamente a merecer el nombre de tal. La Plaza Mayor —el adjetivo resulta fetuo si sabemes que también era la Gnica— concentra a su alrededor la sede de las insttuciones: e! Fuerte, residencia de los Gobernadores, y ego de los Virreyes: la Catedral, asiento del Obispo: el Cabildo, solar del ‘Ayuntamiento, Y luego las amplias casonas de das y tres patios, cuyos ascéticos muros blancos y circunspecta interoridad toman dificil distinguir al aristécrata del comerciante 0 del empleado subaltemo. Y, por supuesto, las iglesias y conventos de franciscanos, dominicas, jesitas y mercedarios, ‘que ordenar la vida de todos los habiantes can al mismo sonido previsi ble y tranquilzador de las campanas que regia las horas de los monjes. El centro de la actvidad Social se da en los atros,a la entrada o a la salda de risa, y las familias s6lo abren sus casas-clausiro para la tertulia o el «dia del santo» de alguno de sus miembros numerosos, La legada de un nuevo Virrey 0 de un Obispo, la entronizacién o la muerte del Iejano monarca, la fiesta del patrono, son acasiGn, segin los casos, de solemnes cortejos, de ‘toros y comedias. de papas tenebrosas y finebres. La Revoudén taeré pocos cambios al menos en lo que hace a las cos tumbresy aspecto fico de la cada. El Presidente Rivadavia —uritaio y europetzante— iniard con poco éxito el trnsto hacia lo francés de sus afanes de vsonaro apenas quetara la fachada neodlsca de la Catecal Don ian Manuel de Rosy gran sor colo y federal, prefer, a su vez crantener a Buenos Aires ajeta con las ends dela radeon, En cero Zenidoserd elmo gobemante ala exparla que fara, ya que here devo tronco tanto el isto conservadory patarcal arto fa artipatia ‘sera por Franca © inate, Peo hacia los poreros ais cu man- dato a ciudad ir rellejando poco'a poco en sus edificios una nueva influen- ia estifstica “Ia talana—, que arribaré de la mana de algunos arquitectos € ingenieros de ese origen. Habré llegado el tiempo del desarrollo, del fabuloso crecimiento que levard al patito feo a transmutarse en dsne, Tres tiempos de plenitud Hay por lo menos tres momentos de su historia en que Buenos Aires alcanza memorables estadios de armonia urbana. El primero de ellos se Lbica aproximadamente entre 1840 y 1865, a caballo entre el gobierno de Rosas y el inicio del perlodo de organizacién nacional, en que la summa de la arquitectura italanizante al primitiv acervo hispanocriolo converte ala ciudad en ura verdadera lanura de azoteas que se asoman sobre el rio infnito y herrumbroso, apenas superadas en su funci6n de atalayas por las ‘copula y los campanarios de iglesias y conventos. Hacia fines del siglo XIX —y hasia 1930— la imagen urbano-arquitecténica de la creciente urbe se rmodificara sustanciaimente: seré la hora de las grandes obras péblicas de higiene y embellecimienta, del trazado de los primeros parques y boule- vars, de la hegemonia indiscutida de! academicismo francés, Esta segunda rmetamorfosis incorporard, sin solucién de continuidad, la tercera y citima etapa de esplendor aquella que abarca los aflos treinta y cuarenta y que se viste con el ropaje blanco del Racionalismo a la criola. La ciuded se transformara en metrépolis intemacional abriendo amplias avenidas y levantando la mayor masa de arquitectura moderna que pueda ostentar Ctra ninguna en esas décadas, a excepcién de Nueva York Primero. La ciudad italiana En efecto, las situaciones urbanas © arquitecténicas sobresalientes a lo largo de ms de cuatro centurias de vida se sitian invariablemente en algu- na de las 6pocas antedichas. De la primera apenas queda nada: unas pocas fachadas a la italiana del Barrio Sur o la magnifica iglesia'de la Inmaculada Concepcién —xla Redanda»— en Belgrano, pero las viejas estampas de Pellegrini (4) nos permiten avizorar aquella atmésfera ya perdida. Segundo, La ciudad francesa La avasalarte influencia Beaux Ans, en cambio, domina hasta hoy la estruc- ‘ura misma de la ciudad. A ella responde la traza de las avenidas de Mayo, ‘Alvear, Sarmiento y del Libertador, asi como el paisajsmo subsistente de casi todos los espacios verdes del Centra y la zona norte (plazas de Mayo, de los Dos Congresos, San Martin, Vicente Lopez o Rodriguez Petia; par ues de la Recoleta, Palermo y barrancas de Belgrano). El numen inspirs- or de esta profunda mutacién sera el brillante primer Intendente Municipal, don Torcuato de Alvear, cuya simetria con el Barén de Hausemann, aunque reiteradamente cefalada, resulta tan usta como ineus- Suible. | de Arte Decorative De este modo, la presencia de los rs afamacos profesionales ffanceses| se impondré a cualquier otra. Joseph Antoine Bouvard, Director de Obras y Paseos de Pars, vistara varias veces la Argentina contratado por el gobierno, entre 1907 y 1910, dejindonos el plano que lleva su nornt Hiabia sido precedido por su compatriota Charles Thays,legado ap 1889 y Director de Parques y Paséos del municipio a partir de 1891, quien desde este cargo desarrolid una tarea verdaderamente colosal (a él se le deben, entre otros muchos proyectos admirables, los del Parque 3 de Febrero —Palermo— y el jardin Botinico).E ciclo se cerraré con el pasa- jsta Jean Charles Forester lamado para colaborar en tado lo referente a su especialdad con la Comision de Esttica Euicia (5), Esta oficina, espe iaimente activa dura (6n Gel Intendente Carlos Noel, elaboraré y publicard el Plano Regulador y de Reforma de la Capital Federal (1924/1925) el primer documento urbanitica que merezca tal nombre concebido en el pais—. cumpliendo una funcién de ordenamiento norma tivo cuya ejemplaridad no volver.a ser alcnzada en el futuro, En cuanto la arquitectura, los aportes de este perfodo son incontables, y estan fundamentalmente dingdos a brindar albergue fsico a los organs mos gubemamentales, a las instituciones rectoras del orden liberal y a las propia residencias de la clase dirigente. Aun asl, merecen des os hitos: entre las obras de caricter publco, los palacios de —Casa Rosade— y del Congreso, los teatros Colén y Cervantes y la Bolsa de Comercio; en el campo privado, los edificios del diario La Prensa y e! Pasale Barolo —ambos sobre la Avenida de Mayo— algunos es hoteles —l Plaza y el Alvear Palace— y estaciones termi carr —Retiro y Constitucién—, asf como la mayorla de los a ios de las prin 3s portefas (Anchorena y Paz en la Martin; Ortiz Basualdo y Pereda en la Plazoleta Carlos Pellegrini; Fernandez ‘Anchorena y los dos de los Duhau en el 1600 de la-Avenida Alves Erdzuriz, Alvear y Bosch sobre la Avenida del Libertador) que asumird esta apoteoss de la riqueza nacio femicismo francés, a do» por un espirty decididamente ecéctc de nuestro siglo, par las corrientes de Nouveau, Secesién, Mademismo cat El rapaje arquitecténi Tercero, La ciudad moderna Los afios veinte culminarin con la vista de Le Corbusier en 1929, quien dictaré una serie de conferencias y se conecrari con la éite intelectual eneazezada por Victoria Ocampo. P ectos de entonces no pasarin de tles, Mientras tanto, la nueva década se aorird con e! golpe mnitar de Unburu, que interrumpia # segundo mandato consttional dl Presidente Yrigoyen, seguido por Ia acministacién conservadora del Presidente Justo, Sera bajo su gobiemo que Buenos A\res adoptaré su actual envergadura metropoltana, Las ales Comertes, Cérdoba, Santa Fe yy Belgrano, ene otras se convertran en avendas al tiempo que se aor ran lis Diagonales Nowe y Su jan uroanisicosnst Aucional iniciado més de cuatro décadas antes con la apertura de la Avenida de Mayo, al quedar defnitiamente undas las sedes de los res poceres repubicanos)y a par. se concretar un proyecto orignaco en tina ley de 1912 fn construcién de la Avenics 9 de Julio el ej val norte sur mis espectacular dela Cudad, Oro viejo suerio —el dela va de cr unvalacion-— se cumplrs con ia Avenida General Paz, cujo magnifico soho paisaitico, debido al arquitecto Emesto Vauter materalzard l lite fico entre el cistito municipal y el conurbano, Este rrportantes realzaciones serin el complerento pricico de no mefos relevant i Giativastebricas. La figura del urbanista Carios Marfa Dela Paola domina- Festa etapa desde la Ofcna del Plan Regulacor, bao la intendencia de Mariano de Veda y Mire. Los arqutectos Jorge Ferari Hardoy y Juan Kurchan junto con su maestro Le Corbusier elaborarin parllamente en la tue de Sewes el cBlebre Pan Director de Buenos Aires ((938) que. 2 Besar de no haber sido apicado nunca en forma orginica e ergs en una in lencia permanente que legara a crientar prictcamente todss la inter vencones postenores La Arquitectura Moderna, en cambio, no sélo tendra un éxito temprano y fulminante, sino que el volumen masivo y la calidad excepcional de la obra construida se impondréa una escala tal que sectores enteros de la ciudad —como el Barrio Norte— cambiaran su fisonomia en forma tan dréstica como defintiva. El fenémeno —poco estuciado desde este enfoque hasta las recientes investigaciones de Cocé de Larrafiaga— convertira a Buenos ‘Acres en una de las tres capitals del Racionalismo in nal que, como no padia ser de otro modo, son todas americanas (6). LarraNaga sintetiaa iréricamente este clima de especiallsima efervescencia, sefalando tanto 545 aspiraciones como sus limites: «En los afios treinta, Buenos Aires se cubre de modemnidad. Los arquitectos componen edificios modernos, Los capitalistas encargan edifcios mademos. La gente enloquece por vivir en edificias modernas. Algunos —los mas informados y mejor ubicados socidkmente—, hasta viven una vide modem. Estos tltimos, habitan ef ios franceses» (7), Por supuesto, es una tarea ardua mencionar los mejo- res ejemplos dentro de una preduccin de tal nivel y envergadura, aunque rno pueden pasarse por alto los rascacielos Comega y SAFICO y el cine Gran Rex, sobre la avenida Corrientes, o las espléndidas casas de renta de luncal y Esmeralda o de la esquina de Lafinur y Avenida del Libertador, Pero, por sobre todo y todos, sobresale el mitico Kavanagh, ese edifcio que parece deslizarse hacia el rlo como una inmensa y armoniosa nave as, desplazindose majestuoso entre las verdes barrancas de Plaza San Matin @) Metropolis y sociedad de masas Hacia medacos de los cuarenta, con la legada del peronsmo al poder, la ‘Argentina —y Buenos Aires a su cabeza— acentvari hasta el parexisimo su vocacién de modemidad. Sera institvida una famante legacion socal acompafando a un vigoroso proceso de industrializacin. Este ultimo desencadenaré una gran afluencia de poblacén a la Capital, que ahora —a diferencia del aluin inmigratorio legedo bajo a égida de la Generacién del ochenta— ya no sera europea, sino hispanocriola, es decir inteprada por los postergados hijos del pals. Consecuentemente con fos nuevos tiempos, el acento urbano-arcuitecténico estaré puesto en lo colectvo antes que en lo individual La obra realaada durante una década en mate fia de infaestructura, vvienda, salud, educacién, asistencia social, cutura y deporte, sumiré proporciones gigatescas que nunca volverén a ser repe tides. Buena parte de esta arquitectura —sobre todo los grandes con} tos habitaconales como Ciudad Evita, Los Perales, 17 de Octubre, © barrio Presidente Perén— serd construida en los limites o en los aede- dores de la ciudad, utiizando indistintamente las tipologlas del chalet pin toresquista (més conocido como ecalfomiano>) o del monobloque racio- nalsta, El barrio Simén Bolivar (1952/1954), situado en el Parque CChacabuco y visble desde la autopista que lleva al aeropuerto, consttuye un destacable paradigma del modelo en su versién madera, Ya en otra temdtica, uno de los hitos més importantes del periodo sera, sin paralelo Como consecuencia directa de este verdadero programa de modemiza- cién —instrumentado 2 nivel nacional mediante dos Planes ‘Quinquenales—, se retomaré, curante la Intendencia Municipal de Emilio Siri, el ya citado Plan de 1938, cesarrollado bajo la influencia corbusierana. Se organiza ast el Estudio del Plan Regulador (1947/1949), dirigido por Uno de los autores de su primera version. jorge Ferrari Hardioy, con quien colaborarén también Juan Kurchan, Jorge Vivanco y el catalan Antonio Bonet, contando con la asesoria del arquitecto italiano Emesto Rogers.“ Cabe mencionar que ¢! justicaismo dar’ an otro gran Intendente a la Ciudadk Jonge Sabaté (1952/1954), asesor de la Fundacion Eva Peron y uno de los mas brilantes arquitectos racionalstas de la época Simultaneamente, la disciplina recibird un formidable impulso gracias a la creacién de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires (1947), que erigi a la antigua Escuela de la especialidad en asa de altos estudios aut6noma. Un afio después se organizaré el Curso Superior de Urbanismo y, como remate de esta puesta al da, en 1951 serd traducida al castelano lz version crginal de Saber ver lavarquitectura (1948), en coincidencia con la exitosa vista al pals de Bruno Zevi El International Style de los cincuenta coexistiré con el brutalismo inspira- do en las busquedas de Le Corbusier. Hacia el fin de esta década y comienzo de la siguiente, dos obras de Clorindo Testa sefialarin un punto de ruptura tefido por la original autonomia plastica de este autor: e! Banco de Londres y América de! Sur (hoy Banco Lloyd’) y la Biblcteca Nacional. En el suburbio bonaerense de Martinez la iglesia de Nuestra Sefiora de Fatima, de los arquitectos Caveri y Elis, encarnaré el paradigma de una corriente contemporénea conocida como «casablanquistan (9), nica que por esos aos propuso una sintesis entre la estética corbusiera- ray las tradiciones espaciales de la Colonia, alcanzando un rigor formal y constructive casi minimalista, La megalépolis Luego vendré la era del desarrolismo, del derroche responsable, de la especulacién inmobiiaria. De esos casi cinco lustros que arrancan aproxi- madamente en 1965 y alcanzan los umbrales de los noventa, Buenos Aires debe lamentarlo practicamente todo: la destruccién de parte importante de su patrimonio arquitecténico, la aplicacién de normativas urbanas Comnipotentes o erriticas, la vulgaridad irredimible y la pésima calidad constructiva de los nuevos modelos. Hasta el punto de que resulta mas sencilo mencionar la buena semilla que la cizafa, tan rara era aquélia y tan abundante ésta. La escuela Della Penna de Juan Manuel Borthagaray —as\ como el propio barrio de Catalinas Sur que la contiene—, el edificio Conurban de Ernesto Katzenstein o el Pirelli de Mario Bigongiar, entre lescasos ejemplos més, se sitdan en una perspectiva comparable con. la honrosa arquitectura antecedente. Pocos, muy pocos, si se los confronta ‘con la inmensa masa construida segin los céncnes del acadericismo fran- és —de un nivel dificimente superable fuera de Par's— o, mis cercana- mente, con la extraordinaria producci6n moderna de los treinta, En los mas recientes tiempos, la ciudad ha comenzado a reaccionar res- ecto de esta incipiente decadencia. A ello ha contribuido un poco la experiencia de mis de una década ininterrumpida de irrestricto ejercicio, ‘Gemocritico, asi como las actuales condiciones de estabiidad y ordena- miento econdmicos. Emprendimientos como. el PRAM (Programa de Revialzacion de la Avenida de Mayo), la rehabilitaci6n del «convention ‘de San Francisco o la paulatina recuperacién del antiguo Puerto Madero —a los que pueden sumarse acciones privadas paradigmaticas, como la ‘desplegada en las Galerias Pacifico—, constituyen hitos importantes en una _Greccion que deberd mantenerse y extenderse en profundidad si se aspira ‘no sélo a revertir un proceso negativo sino, lo que es prioritario, a afirnar ‘una nueva conciencia urbana, tanto respecto de su memoria identicatoria ‘quanto de su futuro desarrollo, ‘Amodo de epilogo. Mientras tanto, Buenos Ares vive su destino de gran metrépolis intemia- ional, Como Nueva York, Paris, Londres, México, Los Angeles, le perte- rece mis al mundo que a su propio pais. Sélo que ella es a Unica que curnple con tal ro al sur del Ecuador (San Pablo podria acercirsele. pero en su caso prevalece la cbrasietidads), La capital del Pata, en cambio, s¢ ha despojado casi por completo de «carécter locals, Da la espalda a los ‘Andes, es deci, a Su tierra. Pero, curiosamente, apenas mira al rio que ia cconecta con Europa. Prefiere la abstracciSn. Se concentra en si misma, s¢ era sobre su propio pulso para mejor captario todo. Sin embargo, la calidad de su percepcién es poco intelectual Mas bien se trata de una compulsién devoradora, de una fuerza desatads mas alld de todo limite, La seducen los récords. ©, mejor cicho, le fascina batirios. no sélo aque- llos carkcaturescos de las avenidas més ancha o més larga. Le gusta, por ejemplo, recordar que Richard Strauss inauguraba su misica en Sudamnérica diigiendo personalmente la Farménica de Viena en el Teatro CCol6n, ese mismo Colén que acogeré a don Manuel de Fala en su exo argentino; que Garcia Lorea recitaba a sus amigos portefios poemas recién escritos en sus cafés (0 que la Xirgu le esirenaba aqui los dramas), mien- tras Anatole France, Ortega y Gasset y Einstein dictaban sus conferencias magistrales. Rememora que en los salones de los Errézuriz bailaba la Pavlova o Arthur Rubinstein se sentaba al piano; que mientras los prime- ros fms de Bergman bajaban del cartel europeo en una semana, en sus cines se mantenfan meses a sala completa: y también que la proporcion de psicoanalizados fue, desde muy temprano, de las mas atas del planeta (jen el haber de la modemidad 0 en el debe de la neuresis de sus hos). {Pero es que esta ciudad vive solo de recuerdos? No inicamente, Pero los que posee los atesora como alhzjas que una mujer saca una y otra vez de su estuche para adomarse frente al espejo. Del mismo modo, Buenos Ares se contempla en el reejo de todas aquellas ciudades que admiro ‘través del tiempo. Hoy ya son suyas. Las fue incorporando a lo largo de un siglo. Pero no como caleos, sino como suetios. Al comienzo fue Sevil luego Madrid y Roma: més tarde Barcelona, Londres, Pars, Nueva York le gust6 siempre menos, pero algo tomé también de all. Ahora es ella ‘misma. ¥ mira a sus antiguas favortas —ahora hermanas o rvales— desde su espléndida diversidad, desde su fascinante eclecticism, desde la magni- fica sintesis de su esti. Claro que su actual aplomo le signifcé un esforzado aprendizaje. La ayud6 descubrir que muy pocas ciudades podian, como ella, exhibir una misica embriagadora conio el tango (y, por afadidura, que tal misica se ballase con una sensualidad hipnotizante). También aprenié que debia procurer- se un esoritor que fa narrase, como Paris lo tuvo a Proust © Alejancria a Durrell y se adomé con Borges. Finalmente, comprendié. que una gran capital debialucir mujeres con identidad propia. Asi cuando algunos creen encontyar en la elegancia de las suyas un mero rasgo pariiense, comprue- ban que lz moctura es més compleja: una gracia que podria ser espafiola aparece refinada por cieta indolencia ancestral y un poco del cinismo de las italanas. En cuanto a sus hombres, las acompatian en lo que hace al tipo isco, pero se han vestido siempre a la manera anglosajona (como ingleses los padres, como yankees los muchachos). YY volvemnas aqua encontrarnos con la gente Es que es por ela y para ela ‘que Buenos Aires abv 58 avenidasy a26 sus monumentos. us parques Y 208 fuentes son para su puro delete Sdo para que eleven io ojos hace cielo sus torres y sus copulas. Porque, como tan bien lo vera Le Corbusier en 1929, ¢(.) el hombre esta aqui pars actuar para manfesar se>. Aqui «(u) sin limites a zquerda ni dere, celo argentno leno de esrelas (.) Buenos Aires, esa feroz linea de luz a ras del agua (~) el encuentro dela Pampa y el Océano, una linea iluminando la noche» (10) Ese ro y ese cielo que, en su abrazo perfecto, le prestan el vertigo de sus cdmensionesinfaitasy el sentimiento embriagador de ura libertad casi sa vale, apenas equilrados por e fren aut de a melancofa Now (1) fia lenguje colequal de ls pores se ceremina anos» 2 os inmiants del sur de la perinsula —rapotares.Scfanosy calabeeses— y por exes. todos los lanes de ga modo, los egilegose termnaron por presar au nombre oe expales fon gererafueson étos asuranos 0 andluces, yen menor med 21s ako 8 ue, or consttur ura minora en buens parte anterior al gan luién ivnigrtore, eran Icentiiados en frma especal (ene cao de los glegos se aestba, ademas, la or funstnca de que constulan una mayors apasarte dentro de la pobiaion de ongen ibe hasta el punto de cue Buenos Ares fue por ates la ced gakega ms popular. Sequida muy ée cerca par La Coruna y La Habana). Los eros» rominaban genera. mente alos judion. por provenr los prmeros inmirantes de este pueblo dela Rusia zansta, de conde esapsban de os poms cesatados penbdcamerte contra ellos, En ‘tanto alos eturcoss, desgrabar no aloe nates ce tal nai coma pact suponer- 5, sino as drabes mis prtclarments, 2 los sho-lbaneses sepuramente por haber estado durante mucho tempo sus pales fsjo i infuencia del antiguo Impero ‘Otermano. Abas comunidades fa jus Srabe— fran entre la ms grandes oe mundo fuera de sis reganes de argon. haberdo coexso sempre armoniotamente. (Gabe afar que estos motes surges curate la conver an as ass de inquire to convenlos» en Ios que realban los inmates y Lego populivizados pore! sainete riolo—tuieron sempre un satido catesoy no dscriinatvia, resultado de la profinda y muy temprana mcura racial y relgess que ha earactenzado siempre a Buenos Ares : Q) «Convention: ver l respect, ls neta introductoria a recomido ct elma. 10 San Q) «Case chorzousidem nota anteror: (4) Et ingeniero saboyano Charles Henri (0 Carlos Ereique) Pellegrin, ivtado por el Presidente Riadhvia, legs 2 Buenos Aires er 1828 para ocuparse ce projectar cuerat obras plblcas Diatado el inicio de las misma por las gras cle. y agotados us recursos economicot Plegre se ocupa de retatar a aha socedsd porte, encan- ‘rando ental acid un rasperado palatio a su afigerte stuacén,Paradament, registra en express acres los sts més notables de a cudac Gracias Buenos ‘Aires conser ina conogrta de prmeroeden, pale debe aes de ay ate el hijo sire que se convriers en uno de ss grandes Preséentes don Carlos Palen (6) Esta Comision de Esttice Edlcia ser lz responsable del sabio Reglemento de CConsiuccones de 1528, 2 cuyas normatias deberd en buens parte Ia cdad 9 ett de crecimiento més arménico y orcerado, etapa corcidente con el desarallo de Aipcoga dea casa de rent en sur dos vertontes etnies més cured Ia academ- ta (1920/1940) y la madera (19301950). (6) Nos referines adem de Buenos Aires, a Nueva Yorcy Srasia. Pero caben dstinco- nes Mientras que & metrpols noweamarcana pasa de una uy fuerte presencia del ‘Art Deed al Intemational She sn sclucién de conthuidad —saheerdose, par lo ato, ba primera erapafurconata—, Bras para en su tazado y aqutectra, cas con ‘2clshida a vertente corbusioran del model, ben que reformulido por la dei festéica regonal de Costa y Niemeyer. Sslo Buenos Aires desarcla la experiencia moderna parterde de la canojafa formal alamana pero miurindol de tal modo {on elementos Dees y sobre todo, on ol revanente uj academic, que termina pr conseguir un rsutaco de aucs: heterodox una ran propa que no rece Parleos ni descerdencia Ver a este respect ls artiuos La arqutecura“racional” fa ortacoxa an Buencs Aires |530-'940» (Revista de Arqutecurs, No.3, Bueros Aires, dilembre 1988) y «Las no-mativas edicts come mares de a Arqutectura Moderna en Buenos Aves. 1930-1940o (Anas del instivto de Arte Amencano © Investsnciones Estevcas «Mano Buschazzo», Nros. 27/28, Buenos Aes, 1389-1991), ambos de Coc de Laan Dela misma autora, «Vie als esvelesn, Summa + 6 uence Airs abni-mayo 1994, Fl ediieio Kavanagh recbi, en mayo de 994 < qe aca sea Uno de los premios ms importantes del mundo, torso por la American Socety of Chil Engineering, que 0 Feputd toxunkmente wht hsticoitrmacona de la ingriertan. Cabe agreg Que, SF Gen aos ce vic Ia instucion mencionada sto conmadié esta denen dsiset> veces, centandose entre alguns de los desinataros anteriores ate Eel de Par carl de Panam ya represa de Asuin 0 © (9) El nombre de la correrte deriva dela exposicén realzada en el Museo de Ane Moderna de Buenos Ares en 1964 (c+ Casas Blaneasy). Ver de Alberto Petra aA concpista de una arqutecura propia y eReporaje a Claudio Caver Por una arqutec- tur de identicnd nicionl yamecansn, en Otra argulzctura argentina, Un camino alternative, Coleccion SomoSur, Esrala, Sogo, 1982 1) Le Covtusir: Prisons, 1929.

También podría gustarte