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Pagina 1 de 2 Primer Congreso Nacional
de Arqueologia Historica
MEMORIA
OAXACA
CA CONACULTA INAS snapshot de Antiguo Colegio de Nuestra Sefiora de Guadalupe of Propaganda Fide en Guadalupe
isa Herndndez Pons
fi Ee consideraciones nacen de la necesidad cada vez mayor, de la
" participacion de arquelogos dentro de la :restauracidn.o_mantenimiento de
os ediiclos existentes en la Repablica Mexicana. Gran cantidad de experiencias
teriores de Restauracién asf lo confirmah, ya que al realizar es0s trabajos, los
datos que la historia de! mismo edificio pudiera haber preservado, no han sicio
registrados, debido a la falta de una metodologta sistematicae Interpretaciones
| y registros que sélo la arqueologia nos puede dar.
Puede decirse también, que el interés por estos datos histéticos que nos
fegistra la excavacién arqueolégica, no es compartido por todos los
Finvestigadores de esta disciplina, y si bien no puede hablarse a la fecha de
jalstas, esta actividad ya se viene desarrollancio en México, por el interés
‘motivacién personal de algunos arquedlogos que se han adentrado en esta
oa de la historia, y dan el mismo valor y respeto a una evidencla del Preclasico
La arqueologia como todos sabemos, plantea una enorme gama de posi-
idades de investigacion que se refuerzan y apoyan con una variedad de
icas y métodos comunes a todos los especialistas de esa rama clentffica. St
‘bien la Arqueologia es una, la amplia cronologia encias arqueol6gicas
‘México han creado una serie de necesidades especificas de Investigacion
‘temporal, que podriamos enumerar muy ampliamente en: prehistoria,
Pprehispanica e histérica; sin encasillar ninguna investigaci6n arqueolégica,
jocumental o de campo sélo en algan perfodo, ya que los antececentes de
Focupacién son muy vatiadios y NO corresponden generalmente, a una sola
Focupacién humana.
11 rabajo se iniis en 1962, con intervalos amples, por la necesidad de conclu trabajos
Eaqueoiogicos o iniciar otros, Algunas propuestas estan vigentes, como necesidadl académica,
‘nsttucional, desde esa fecha,
Las ustraciones de este artculo, fueron tomadas del libro La antigua casa del marqués del
rtado, Esa Hernandez Pons, (coord). 1997, INAH, México.
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Como bien apunta Thompson (1978), la naturaleza detesta
‘el vacio, uno es renuente a suponer que las regiones de
poblacisn indigena en que se dan las “reducciones de Indios",
lahabitacion y ocupacién no existieran antes del siglo XVI. La
gran mayoria de ocupaciones coloniales tempranas se instalan
‘dentro de os espacios ceremoniales indigenes; tales son los
casos de México-Tenochtitian, Mexicaltzingo, Xochimilco y
Huexotla, s6lo por citar algunos ejemplos.
En el caso de la llamada arqueologia prehispanica, que en
realidad abarca los perfodos cronol6gicos llamados Preclasico,
Clasico y Posclésico de Mesoamerica, estas areas de actividad
arqueolégica cuentan con una fuerte infraestructura humana y
de equipo, tanto en e! Instituto Nacional de Antropologia e Historia (INAH)
como en otras insttuciones que realizan investigaci6n arqueolégica en México.
CcasadelmorquésdelAparade. Fxiste todo un departamento dedicado al rescate € Investigacion de
‘Fachada poniente. monumentos prehispénicos (en algun tlempo Departamento de ‘Monumentos
Prehispanicos; actualmente Direccién de Investigaciones Arqueol6gicas, INAH),
as{ como en algtin tiempo existi6 el Departamento de Prehistoria, hoy dicha
actividad integrada al quehacer cotidiano de la Arqueologia.
Caso aparte seria el Salvamento Arqueolégico, que tiene que intervenir los
contextos culturales que se reportan diariamente, con evidencias arqueolégicas,
dentro de las cuales se trabajan también del siglo XVI en adelante.
En cambio, el érea de estudio menos desarrollada a la fecha ha sido la época
histérica, entendiendo ésta como el periodo de 1519-21 hacia adelante.
No es el interés de este trabajo presentar una discusién sobre el “titulo” que
debemos mostrar o justificar quienes cotidianamente hemos trabajado los
‘contextos de ocupacién humana posteriores a 1521. en que los materiales y
formas de vida y distribucion arquitecténica nos evidencian la presencia de
Influencias hispanas en la vida cotidiana del México colonial y del periodo
Independiente (Weckmann, 1984). Hay autores que se han abocado a “etiquetar"
dicha actividad arqueolégica y fundamentar el 0 los contenidos que podrian
‘manejar; considero que no hay fronteras o titulos, es simplemente Arqueologta.
‘Aunque no pretencemos ser arquedloges especialstas en lo colonial 0 histé-
rico, o como lellamien otros colegas, sf pensamos que debe darse mayor inspulso
' e2ta labor, ya que tenemos un importante legado colonial, tan poco estudiado a
fondo en este sentido; en que ademas, contamos con gran cantidad de docu-
mentos escritos de apoyo para ayudar a ratificar, corroborar o rectificar nuestras
Interpretaciones. Cada nuevo dato o espacio excavado, podraé enriquecer la labor
de historiacores o arqultectos-restauracores de manera significativa, mss atin ahora
que existe una Maestria en Restauracién Arquitecténica en el INAH y la UNAM,
adiemés de otros estados de la reptiblica como Guanajuato, Puebla y Morelia.
Tenemos antecedentes importantes sobre Arqueologia Historica en casi todos
Jos pafses europeos -Bulgaria, Francia, Inglaterra, Italia, Espafia (Archaeology,
varios; Stancheva, 1974; Excélsior, 1990)-. En America Latina son cada vez
mas los paises donde se realizan y ya se cuenta con importantes aportaciones
‘como en Cuba (Garcia C., 1938; Romero E., 1981; Dominguez Gonzalez, 1980,
2 a, b); Panama; Guatemala (Szecsy, 1953: Lujan, 1974, 1975, 1981; Laporte,
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1977; Rodriguez, 1994; Govera, 1996); Republica
Dominicana (Garcia A., 1978: Ortega y Fondeur, 1978 b:
Vega, 1979); Puerto Rico (Chaulatte, 1977); Ecuador (Holm,
1971); EI Salvador y, reclentemente, Argentina
(Schavelzon, 1991).
Mas aun, a favor de la Importancia que se da a la
Arqueologia en otros paises, entre 1989 y 1990, se
decreté el “Ano de la Arqueologia en Francia”, promovido
por el propio Ministerio de Cultura, y en donde se realiz6
luna magna exposicién sobre los ultimos 30 aftos de
fit,
actividades de esta clencla, en que resaltaron la alles
importancla de los trabajos en contextos de! XVIII al XX
(Escélsior. 11 de marzo, 26 de julio, 1990) cams'dd merged tet Apert
Fachada orient.
Algo de su historia en México
La existencia formal de una seccion de Investigacion arqueolégica dentro
dela entonces Direccién de Monumentos Historicos del INAH (1982) fue fugaz,
arrinconada e ineémoda, y sin mayor apoyo institucional ni legal; ciclicamente
han existico arquedlogos, que con el tiempo y la falta de programas de trabalo
se han ido; Io que presenta a la fecha, una posibilidad malogradia de actividad
arqueologica en contextos histéricos. Parcial, desbalanceada, poco respetada
fo reconocida, y sin la menor Intencién oficial de reforzar su presencia al interior
de la Coordinacién Nacional de Monumentos Hist6ricos. A estas fechas (1996)
algunas autoridades niegan que dicha arqueologia deba existir en Monumentos
Historicos; un criterio més clego € inculto no puede haber.
La investigacion ha sido relegada hasta casi desaparecer su partcipacion
pormedio de la Coordinacion Nacional de Monumentos Histéricos, la instancla
Que emit las licencia para restaurar, demolero remodelar contextos histricos,
‘arcando los ineamientos legales que deben normar dicha licencia INAH,
1995). Actualmente esta actividad se realizaa través de salvamentos rescates
ena Direceidn de Salvamento Arqueolégico del INAH, pero sin una estrategla
definida ni el equipo hurnano espedalizado. EI trabajo de Dante Valenca (1995)
resume los atibajos que ha suftdo la llamada arqueologiahistrica en ls atimos
aos,
Podemos mencionar algunos trabajos ploneros que realizaron desde la €poca
de los sesenta, como los del arquitecto y arquedlogo Eduardo Pareyon en la
‘Guatapera, Michoacan; los del arquitecto jorge Olvera en Magdalena, Sonora,
con la localizaci6n de los restos del Padre Kino (Jiménez Moreno, 1966) y de
las iglesias de Copanaguastla (1957), Tecpatan y Chiapa de Corzo, ademés de
‘algunos otros trabajos que iniclé en la Catedral de la ciudad de México (1960)
‘Tal vez los antecedentes cercanos mas importantes serfan: la excavacion de
la iglesia colonial de Quechula, dentro del Salvamento Arqueol6gico de la
Presa de Mal Paso, Chiapas, realizacia por el arquedlogo Carlos Navarrete du
rante los afios 1966-1977 (Navarrete, en preparacion, UNAM); los trabajos de
excavacion de! Valle de Teotihuacén que realizé Thomas Charlton (1971); las i
5
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Investigaciones de Humberto Besso-Oberto en
el Palacio Nacional (1975) y en Mixquic (1977);
el planteamiento que Jordy Gussinier (1977)
realiza para la excavacion de algunas iglesias de
Chiapas; y por supuesto, el excelente trabajo de
anilisis de materlales coloniales, no superado a
la fecha, que realiz6 el arquedlogo Gonzalo
Lopez Cervantes (1975), que es lectura obligada
para quien realice estudlos sobre ceramica
postconquista.
Hay intentos de fechamiento en arquitectura
que Lombardo (1978) Ilev6 a cabo en la iglesia
de Ichcateopan, Guerrero; asi mismo las
excavaciones del ex convento de San Jerénimo,
que han dado resultados importantes sobre
arquitectura e historia de! inmueble hist6rico (Pérez Castro,
Elementos prehspanicos comunes 1981; Carrasco, 1981; Jusrez, 1985; Sala, 1996).
centre ef Templo Mayor yel
pared Existen trabajos que integran datos de arquitectura prehispanica en relacién
a estructuras coloniales, como lo plantean Eduardo Matos, 1967; Lopez Cer-
vantes, 1989; Avila, 1989, en diversas excavaciones de la iglesia de
‘Mexicaltzingo. También el trabajo de Jorge Angulo (1967) con la restauracién
del Palacio de Cortés, Cuernavaca, asi como la presentacién de algunos
materiales coloniales encontrados al realizarse la linea 1 del Metro, y que
reportan Arana y Cepeda (1967).
(tro antecedente importante sall6 de los propios trabajos de arqueologia
prehispanica, cuando en contextos aparentemente indigenas se encontraron
objetos europeos: Noguera (1934), Delgado (1956), Gulllemin (1965) y
Navarrete (1968).
En la dudad de México, en la viejas excavaciones de Tlatelolco ya Griffith y
Espejo habian hecho sentir la necesidad de tener una fase arqueolégica donde
colocar ese momento del cruce cultural; preocupacién de la que también se
‘ocupa Noguera (1934) al trabajar los materiales del Templo Mayor. Al respecto,
contamos con trabajos que tratan de establecer una secuencla cerémica
(Navarrete, 1966; Spores, 1969; Charlton, 1970 yT. Lee, 1974).
Podiria hacerse una larga lista de sitios con excavacién colonial con el riesgo
de no incluir todos, aunque seria motivo de otro trabajo, y desafortunadamente
‘esa Informacion ha sido en su mayorfa, poco publicada.
Otro punto que serfa interesante rastrear, son los trabajos que viene realizando
el Departamento de Antropologia Fisica del INAH sobre el periodo colonial, de
los que citamos solamente algunos de ellos, por no ser el centro ce nuestro
analisis (Vargas, 1971; Romano, 1975, 1979; Pompa, 1975, Ochoa, 1980;
Malvido, etal, 1986; Mansilla eal, 1994 y Jiménez, José, et.al, 1984).
‘Como apuntamos anteriormente, a pesar del interés casi personal de ciertos
4 arquedlogos sobre la investigacion y excavacion del periodo colonial en la
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Nueva Espana y el Mexico Independiente, no hay especialistas en esa rama: y
menos aun se toma foclavia en la Escuela Nacional de Antropologia ¢ Historla,
come tema de estudio en los programas de la especialcact de Arqueologta y
Antiopologia Fisica, A pesar de ello, en Jos ultimos tlempos empieza a verse la
uigemte necesidad de realizar obras de mantenimiento y servicios en las areas
‘ciones coloniales. to que ha requerido de trabajos de arqueologia
de constr
fen la ciudad de Mexico y otros centros historicos de la Republica
historic
Mexicana,
‘Muchas veces ha sido solamente el salvamento urgente de los datos, debido
al poco interes que representa para los constructores y arquitectos este tipo de
lnvestigaciones. Un ejemplo reciente es el llamado “Complejo Hidalgo” del
ial se realizan varlos estudios de materiales coloniales; en otros casos, 1a
ormacion se ha perdido en manos de arquitectos-restauradores ain
universitaios, como en La Inquisicién, la Academia de San Carlos y San Agustin,
por citar “casos perclidos”, Casos similares se suceden en otros paises, como
fen Rumania (Excelsior, 1985).
Tor tratarse de Mesoamerica y las relaciones tan estrechas que mantlene
con Chiapas en la Colonia, retomo la mencién de algunos trabajos pioneros de
arqueologia llevades a cabo en Guatemala, donde se ha trabajado
principalmente en los primeros asentamientos de Ciudad Vieja y Antigua: en
Aimolonga o Cludad Vieja, de Szécsy (1953) y en Antigua, Lujin y Lapore.
Son intentos que dieron la pauta y ejemplo para posteriores trabajos en México.
En Chigpas contames también con antecedentes importantes, reallzados por
proyectos extranjeros que vieron la necesicad de desarrolar estucios concretos
sobre el problema del contacto de los primeros asentamientos de tipo hispano.
Nos referimos al Chicago Project en Copanaguastlay el Proyecto Coxoh dle la
New World Archaeological Foundation (Lee, 1974, 1996). Recientemente la
Universidad de Callfornia, realize estucios del asentamiento colonial ce la Costa,
«1 la poblacion let Soconusco, a través de la arquedioga janine Gasco (1996).
Hay trabajos importantes cle recuperacion y nuevos planteamientos. Beristain
(1982) obtuvo interesante informacion en la igiesla de! pueblo de Osumacinta,
Chiapas. dentro cle! Proyecto Chicoasén; 0 el trabajo de arqueologia experl-
‘mental que realize Denis (1982) en e! pueblo contemporaine abandonaco de
Osumacinta Viejo, dentro del mismo proyecto; los sistemas de excavacion
fueron experimentales y los materiales arqueoldgicos recuperados, basicamente
del siglo XX.
Respecto a los trabajos nacionales, en su mayoria relacionados con procesos
de Restauracion, encontramos fallas de colaboracién entre ambos especialistas,
en detrimento de! mejor conocimiento de la historia de un monumento, en
ue ambas actividades se tornan ajenas y paralelas al dizque objetivo comin
de la Restauracion del edifcio.
En relacion a esta “Vinculacin” es oportuno mencionar la intervencién de
un importantisimo edificio del sigio XVI -a Santa Inquisicién-, hoy Escuela Su-
perior de Medicina, que la UNAM “excav6" durante 1976 con la intencicn de
‘estaurario, sin contar el INAH para nada, por lo cual no hay ningun tipo de
registro arqueolégico (Morelos, 1980). Al arquitecto NO le imports el estuctio 5
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del subsuelo y las evidencias que hubiera aportado al
conocimiento de un edificio tan estratégico de!
‘México Colonial.
Esapartir de 1980 que se increment6 la excavacién
y salvamentos coloniales al interior de a entonces
Direccién de Monumentos Historicos (hoy
Coordinacién Nacional de Monumentos Histdricos,
INAH), por la necesidad de remodelacion o
mantenimiento de cliversos edilficios dentro del Centro
Histérico de la cludad de México, los que enlistamos
con un pequefio resumen del significado del sitio y
algunos problemas que enfrenté la DMH con otras,
‘dependencias, Se puede valuar las posibilidades de toda
clase que dlichos trabajos pudieron haber reportado, y
la mayoria de los cuales se encuentran inéditos.
Santa Teresa la Antigua. Excavada por el INAH en varias ocasio-
nes; en 1980 mediante un convenio verbal con SAHOP, encontra-
‘mos gran cantidad de entierros primarios en la nave de la iglesia,
Casa del margésdelAparado. algunos secundatios en las capillas laterales y 13 entierros primarios femeninos
Fechade me en el subsuelo del Coro bajo (Hernandez Pons, 1981, 1983 a, 1987 a).
Placa de la Soledad. Como parte de los trabajos de remodelacién del Centro
Historico y recuperacién de los niveles originales de la fachada de esta iglesia,
intervino el Departamento de Antropologia Fisica cel INAH, en la excavacién
dde un gran osariolocalizado en el attio de la iglesia de La Santa Cruz y Soledad
de Nuestra Sefiora; se levant6 material prehispanico y colonial. Se hizo por
acuerdo verbal INAH-SAHOP (Jiménez, Romero y Saucedo, 1984).
Aceguia Real. Un interesante y poco estudiado aspecto de la historia de la
cludad de México se evidencio al descubrirse este canal, sobre la actual calle
de Corregidora, Centro Historico y a un lado del Palacio Nacional. Datos sobre
‘sus sistemas constructivos, zonas de puentes y ascenso y descenso a lo largo
de la ruta, Abundante material arqueologico, Por falta de un convenio y un
espacio de analisis en Monumentos Histéricos, el material no se ha estudiado
ala fecha (Hernandez, Uribe y Robles, 1988; Hernandez Pons, 1991 y Hernandez
Pons, en proceso).
Seftorio de los Cuatro patios, Palacio Legislative de Tlaxcala. Excavacion dentro
del edificio para apoyar su restauraci6n. Convenio de colaboracién DMH-Centro
Regional (Sala Diaz, 1983)
‘Academia de San Carlos. Registro de las calas previamente excavadas por la
UNAM. A pesar de lo fragmentaco de la informacion, se rescataron importantes
aspectos sobre e! Hospital del Amor de Dios -siglo XVI- y de la Academia de
San Carlos. Posteriormente se sigui6 explorando por la UNAM, sin el cuidadoso
registro que realizaria el INAH y sin datos al Consejo de Arqueologta. Con los
pocos datos obtenidos de la primer temporada, se hizo una tesis (Hernandez
P, 1987 y Serrano, 1995).
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San Juan de Dios. Trabajos en apoyo a la restauracién del edificio que realizaba
la SAHOP para albergar el Museo Franz Mayer. El tiempo en que intervino la
DMH fue muy corto; pero antes y después, se localizaron muchos datos y
muros que quedaron sin registro. No se ha publicado al respecto,
San Francisco. Capilla de la Tercer Orden. Una capilla en la esquina de las
actuales calles de Lazaro Cardenas y Venustiano Carranza, que ocupa
actuaimente el DDF como librerfa. En el espacio al interior de la manzana se
realiz6 este trabajo, que calificaria como participacién forzosa para cubrir un
requisito burocrético-politico de “Investigacion clentifica” del terreno, pues a
pesar de ser parte del antiguo convento de San Francisco y encontrarse
materiales arqueolégicos en excavaci6n, el DDF impuso la edificacién de un
estacionamiento de varios niveles -que se terminé muy lentamente-; que
ademas de molestar la visual de la capilla, alteran el entorno histérico. El dato
arqueolégico no fue suficiente ni tampoco las restricciones de construccién
que plantea el Perimetro “A” del Centro Histérico. En algun momento del
proceso, se "perdi uno de los gajos dle azulejo de la cuipula, que se presume
esté en poder de un pseudo arquitecto-restaurador.
Xochimileo. La parroquia de San Bernardino de Sena, planteé a la DMH la
necesidad de reutlizar clertas partes abandonadas de la parte posterior del
convento para uso de la comunidad, por lo que se requirié el estudio
arqueolégico de un patio interior. Salieron piezas cerdmicas completas, cel
siglo XVI. Desconozco su paradero.
‘Antigua Catedral, Importante excavaci6n que permitis determinar la ubicacién
de la Primera Catedral del México colonial; conté ademas con la colaboracién
del D.A.F. en algunos momentos de la excavaci6n. Resultados iniciales de la
arquitectura asf como el estudio de los materiales arqueol6gicos, se resumieron
fen una tesis (Pefia Virchez, 1986). Las evidencias recuperadas bajo el actual
atrio, se cubrieron nuevamente,
Casa de Moniejo. Investigacion arqueolégica como apoyo a la restauracion
de ese importante inmueble del Centro Histérico de Mérida, Yucatén.
Desafortunadamente la informacién no se sistematiz6 aunque fuera en un
escueto informe.
Casa del marqués del Apartado. Proyecto arqueolégico para apoyar los trabajos
de Restauracion del inmueble histsrico, hecho por Manuel Tols en el Centro
Historico de la ciudad dle México. importante ademas por el contexto arqueolégico
de su ubicacion, frente al Templo Mayor, dentro de! Recinto Sagrado y con
antecedentes arqueolégicos desde 1902, quedando al descubierto la escalinata
de un basamento y dos esculturas mexicas. Durante los trabajos se localiz6 otra
cescultura azteca, fragmentos de otras, dos offends y algunos pisos y mutos de
{a construccién colonial. No se trabaj6 en su totalicad el edifico, ya que se mantenia
en uso por parte de la SEP (Hernandez P., 1987; Hernandez y Rocha, 1992,
1996; Hernandez, ef al., en prensa y Santillana, 1987).
Ahora bien, de casi todos esos lugares excavados no hubo un proyecto
revio y tampoco se conocieron algunos informes, por lo menos en forma
interna, dejando un hueco de informacidn fundamental para la historia de los
Pacina 8 de 10 3napshot de Antiguo Colegio de Nuestra Sefiora de Guadalupe of Propaganda Fide en Guadalupe
Hig Ry ed regia ho ie sept
de los trabajos en contextos histéricos. Salvo el ditimo
eOsey Fea pecs tdormaie crema desaparece
= ~ de los archivos de la DMH.
2 Esa falta de informacion se extiende a otros sitios
7 = y contextos coloniales trabajados por los
departamentos de Salvamento Arqueolégico y de
Arqueologia Subacuitica, ya que faltan demasiados
informes de dichas actividades. Seria util manejar
la informacién de intervenciones de contextos
hhist6ricos, en el archivo técnico de la Coordinacién
Nacional de Monumentos Historicos de! INAH.
Las actividades que la CNMH ha podido realizar
i de 1983 a la fecha son muy escasas, debido a las
Casa del marqués del Apartado
Fachada principal delinmueble.
limitaciones internas impuestas a esta actividad, al
poco interés de los arquitectos sobre las
conveniencias que puede aportar esta disciplina, y
al reducido personal que ha existido en esta
dependencia.
Se coordinaron y asesoraron excavaciones en: el Atrio del Templo de la
Asuncién, Milpa Alta, D. F: San Mateo Ixtacalco, Cuautitlan Izcalli, Estado de
‘Mexico; exploracion en los terrenos del ex convento de San Matias Culhuacan,
lztapalapa, D. F. (Herndndez P., 1984 y Vanegas, 1987, 1995); la Casa Chata,
Tlalpan, D. F: Obraje # 8, Santa Marfa la Redonda, D. F.: y entre 1993 y 1995:
5 de Mayo # 18 (Hernandez, 1996); Rodriguez Puebla # 19 (Hernandez P.,
1997); asi como Rodriguez Puebla # 21 (Hernandez P., Dominguez y Medina,
1996; Dominguez y Medina, 1996). La mayor parte de intervenciones de
contextos coloniales las realiza la Direccién de Salvamento Arqueolégico del
INAH dado su mayor ntimero de investigadores. Gran parte de las excavaciones.
se han efectuado en edifcios historicos que requirieron de restauracién y
recimentacién a raiz del terremoto de 1985, y no siempre existleron condiciones
idéneas para realizar esa tarea,
Quien resume mejor la participacién, en una revisién historica con
planteamientos y un listado de sitios, es el arqueslogo Guillermo Pérez Castro
(1989), experto en este tipo de trabajos de Arqueologia Histética, aunque su
visin y posibilidades se limitan al salvamento arqueologico, a juzgar por una
entrevista dada en 1996 (Nuftez M., 1966: 13-14). Otro punto importante de
resaltar, es que desde el Templo Mayor, Matos (1992) delimits para su estudio
y control, el érea del centro de la ciudad de México, del Recinto Sagrado de los
aztecas, marcando un “Area exclusiva’ e improvisando “especialistas” en torno
al trabajo de arqueologia histérica, muy poca informacién publicada conocemos
respecto.
A partir de 1993, la Coordinacion Nacional de Monumentos Histdricos,
colabora para avalar y asesorar la arqueologia del subsuelo en el ex convento
Hospitalario de Betlemitas, Centro Histérico, cludad de México. E! objetivo
central del proyecto arquitecténico para la Restauracién del inmueble, se cen-
tra en abatir los pisos al nivel original del siglo XVIll, en que existid dicho
hospital, por tal razon, la arqueologia era determinante; tanto para llegar a ese
nivel como para delimitar los pisos de ocupacién del edificio y marcar los
Indicadores de niveles para su restauracion. Pocas veces la arqueologia tiene la
posibilidad de excavar extensivamente los contextos coloniales asi que
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implementamos varios procedimientos: en la primer temporada se realizaron
1poz0s de sondeo en todo el espacio arquitect6nico, buscando niveles de piso
¥ desplantes de muros originales; asimismo, iniciamos la clasificacién de los
materiales arqueolégicos, cependiendo de sus contextos (basureros, bajo pisos
sellacios o material de relleno), io que nos permiti6 clesde un principio iniciar el
Fechamlento y clasificacién de los materiales,
A su vex, este procedimiento ce excavacién ayudé al fechamiento de los
‘muros para el proyecto de restauracién, aunque limits las &reas de excavacién,
Enla segunda temporada se realiz6 la excavacion extensiva de los espacios
hasta el sigio XVIII, aunque en forma parcial, ya que el lento ritmo de espacios
disponibles nos impidis abrir muchos de los espacios originales, objetivo cen-
tral de la Restauraci6n del Inmueble colonial
El proceso de trabajo interno responsabiliz6 a cada arquedlogo de su
excavaci6n, andlisis de materiales e interpretacién global, que fue muy formativo,
yacadémico, ademas de ayudar a la interpretacion de las ciferentes areas de
actividad del subsuelo colonial.
En la tercer temporada (1997-1998), se terminaré la excavaci6n extensiva
de los espacios hasta el siglo XVIll, y se realizardn trincheras mAs profundas a
lo largo de la construccion para instalar los servicios, de acuerdo con las
necesidades presentadas clentro del Proyecto de Restauracion al INAH.
El material arqueolégico recuperado en este periodo, se integrar a los
muestrarios desarrollados durante las anteriores temporadas de campo
(Hernandez, et al., 1994 y Hernandez, 1996).
Una aportacion fundamental del trabajo en Betlemitas ha sido la elaboracién
de muestrarios de materiales arqueologicos (cerémica, azulejos, vidrio, metal,
cuero y hueso), con base en una idea original, aunque ampliada, del arquedlogo
Miguel Hernandez Pérez del INAH.
El objetivo del proyecto de liberar en forma extensiva la ocupacion del siglo
XVIIles una posibilidad importante, que agradecemos al Banco de México,
ademas del interés que ha demostrado por el trabajo del INAH en este sitio en
todo momento.
Paralelamente, se reali26 un salvamento en 5 de Mayo # 18, que fue parte
de los terrenos dle Betlemitas, donde se registr6 una compuerta que surtia el
‘agua al convento, asi como una pieza azteca de primer orclen, un Xiuhtecuhtti
(© Dios del Fuego (Hernandez P., 1993, 1996).
El apoyo histérico
Un punto que refuerza y aporta al trabajo de los contextos hist6ricos es la
amplia informacion y descripcion escrita que se encuentra en archivos. Esto no
implica esa relacién simplista y de poca seriedad cientifica con que algunas
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