y hay rosas, muchas rosas, muchas rosas en que tiembla el lucero de Beln, y hay rosas, muchas rosas, muchas rosas gracias, est bien! Porque en las tardes, con sutil desmayo, piadosamente besa el sol mi sien, y aun la transfigura con su rayo: gracias, est bien! Porque en las noches una voz me nombra (voz de quien yo me sl), y hay un edn escondido en los pliegues de mi sombra: gracias, est bienI Porque hasta el mal en m don es del cielo, pues que, al minarme va, con rudo celo, desmoronando mi prisin tambin; porque se acerca ya mi primer vuelo: gracias, est bien! Autor: Amado Nervo