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potentisimos programas CAD (Disefio Asistido por Ordenador), que ofrecen en sus pantallas las primeras imagenes de] futuro modelo. Una vez recibido el beneplacito del ingenicro responsable, el modelo se construye a escala reducida utilizando méquinas de control numérico de cinco ejes — cuyo coste s Jos 600.000 euros—, que interpretan con total per- feccién y exactitud milimétrica los datos que el potente ordenador proporciona, Una vez obtenida la maqueta —normalmente a escala 1/3—, se inician los estudios en la «galeria del viento», que se encargarin de dilucidar la validez del proyecto y, en caso afirmativo, se pasa yaa la produccién mediante la realizaciGn, en primer lugar, de moldes hembras del monocasco, confeccionados en fibra de carbono, que serén los que permitiran Ia construccién a escala real del monoplaza. El disefio y la construccién del chasis van acon dicionar su competitividad en la pista. Una vez con- feccionadas las distintas capas que lo conforman, el chasis es envuelto al yaefo, con un material absor- bente que acapara el exceso de resinas, para, a conti- nuacién, ser colocado en el autoclave durante dos horas, a 120 grados centigrados. Al salir del auto- clave, y después de ser saeado de! molde, el mono- casco se afina y pule en una habitacién especial en la que los operarios se ven obligados a trabajar con la cabeza cubierta por una especie de escafandra, ya Que el polvo formado por la fibra de carbono, al ser pulida, resulta altamente t6xico. La parte inferior del chasis y el principio del ata- que frontal se le unen a continuacién, para completar as{ la Hamada «célula de supervivencia», a la que deben unirse més tarde, motor, frontal, suspensio- ‘nes, etc. Las motores y las cajas de cambio se ensam- blan en Ia fabrica por los mecénicos del equipo. aun- que provienen de otros fabricantes. Lo normal es que luego cada equipo los adapte a sus caracteristicas Propias. Incluso los equipos que més presupuesto ‘manejan manipulan estos dos elementos mecdnicos Para mejorar el rendimiento de éstos a base de cam- biar materiales. El depésito de gasolina debe cumplir estricta- mente el reglamento deportivo de la F-1. Es uno de Jos elementos més importantes de todo el conjunto, pues de él depende, en muchos casos, la seguridad del piloto. Desde hace poco tiempo se realiza en material pléstico indeformable de manera que sca ‘muy dificil que pueda romperse ¢ incendiarse al salir- se el combustible. El chasis completo, una vez finalizado, pesa, en el caso del Benetton B 191, tnicamente 39 kilogramos y deberd a continuacién pasar por durisimas pruebas de resistencia a los impactos (crash test), antes de recibir la preceptiva homologacién por parte de la FISA. La realizacién de la carrocerfa y Iineas externas vendré dada después del veredicto del «ttinel del viento» y se confeccionan con fibra de carbono, al igual que el asiento a medida de cada piloto. Fuente: Marca (1991): «Asi se constraye un Férmula >, Marca 26 de sepiemire. pp. 24-25. Cuestionario 1. Analice tas caracterfsticas del sistema de pro- ducci6n del Férmula | 2. Este sistema jes capaz de fabricar coches para el mercado de masas? Razone su respuesta. CASO PRACTICO 1.2. LA CADENA DE MONTAJE En Figueruelas, junto a Zaragoza, General Motors Hene una fbrica que funciona 24 horas al dia. ‘Tres mil metros de cadena de montaje avanzan en el turno de noche de las veintidés horas veintiséis minutos hasta les seis y veinticuatro para dejar delante de un operario un coche cada ciento veinte segundos, trein- ta por hora, doscientos cuarenta por dfa, cuarenta y Cuatro mil ochocientos por afio, desde el pasado 27 de marzo de 1988 Pili es una de las mil personas agraciadas con un Puesto de trabajo en la cadena de montaje, En su contrato figura una cléusula especial: tumo de noche, el llamado tercer tuo. Enfundada en un mono azul, con bolsillos por todas partes, Pili se mete en el coche, embaduma de cola el interior y sc baja para subir al siguiente, un Corsa blanco solicitado por un cliente suizo. «Los primeros dias tuve agujetas en los dedos, luego ya nada». El coche de! suizo avanza. Cada pocos metros le afiaden complementos. Cuando llega al rea de tra- bajo de Rosa Isabel y Mari Angeles, el coche tiene (Continia) radio, ya que asf lo quiere el cliente. A un tiempo las dos mujeres trabajan y atienden a la visita. Al periodista le dan ganas de echar una mano, angustia- do de que llegue el siguiente coche y no les dé tiem- po a enmogquetarlo. Ellas no dudan que les sobran varios segundos. Por fin, el encargado les da permiso para abandonar la cadena. Dos «pauseros» ocupan su lugar. Ellos se encargan de tapar los huecos que dejan el absentismo laboral, un accidente 0 una nece- sidad fisiolégica. El ritmo de trabajo y el rendimiento van estre- chamente unidos. El cronémetro ha invadido las fébricas y la cadena marca el ritmo. En medio, el trabajador, que, como un autémata, da vueltas de ros- ca, coloca una pieza o realiza un gesto mecdnico en un periodo conereto de tiempo. «El tnico inconve- niente del trabajo es que no puedes parar cuando quieres», dice Rosa Isabel. «Si, eso es asi», corrobo- ra su compafiera. Sélo hay 26 mujeres entre los 1.026 empleados del tercer turno. En los otros turnos, la presencia de mujeres alcanza un 5 por 100. En Esta- dos Unidos, e! porcentaje sube al 20 por 100. La salud est4 omnipresente en la factorfa. Hay gigantescos letreros en el techo: «Cuida tu cuerpo, no tiene recambio», «Si no es por ti, hazlo por los tuyos», «Orden + limpieza = seguridad». Las esta- disticas indican que hay una conexién entre a lim- pieza, la calidad del producto y el nimero de acci- dentes. No obstante, cl trabajo a ritmo aumenta el riesgo de aparicién de monotonia y fatiga mental: las manifestaciones més agudas de estos problemas se muestran en forma de crisis nerviosas y desvane- cimientos, ya sea en el propio trabajo 0 en casa. Para los sindicatos, la principal preocupacién es cl fuerte ritmo de la cadena y la repeticiGn de movi- mientos. La mano derecha del limpiacristales Félix. por ejemplo, al final del aiio habré apretado el pulve- rizador de agua 69.120 veces y su mano izquierda habré pasado el secador 34.610 veces. El «sindrome de la cadena» es miisculos atrofiados, tendinitis, angustia... En los seis afios de funcionamiento de General Motors Espafia ya ha habido algunas bajas permanentes por tendinitis mal curadas o problemas psiquidtricos. El mantenimiento durante horas de una postura forzada, desequilibrada o rigida provoca fatiga y a corto plazo dolores de espalda. Un trabajo muy mecanizado o automatizado acarrea riesgos de tipo biolégico, como es la perturbacién en la secrecién de determinadas hormonas que actian sobre el compor- tamiento y el sistema cardiovascular. La jomada se suaviza con breves descansos cada dos horas. En unos segundos se organizan partidas de cartas 0 de damas. «Por ahora. el tercer tumo es una broma», dice Juan. «No me creo que dure. La cadena va tres veces més lenta que durante el dia (92. coches por hora), pero seguro que irdn apretando el ritmo». El compafero de partida tiene més pegas: «Aunque el trabajo es relajado, durante el dia slo haces una funci6n y por la noche hay que hacer tres 0 cuatro». Un joven que hasta ahora hacia faenas en el campo lo tiene clarfsimo: «Peor es la tierra». EI tercer turno ¢ el resultado de una batalla incruenta. La empresa ensef la zanahoria de la cre- acién de 1.000 empleos si se producia por la noche. De esta forma, se cubria la demanda europea, ya que el 75 por 100 de la produccién del Corsa es para exportar. Los sindicatos dijeron «si, pero». Si, siempre que se asegurara el empleo de los nuevos: si, siempre que no empeoren las condiciones de trabajo de los antiguos; sf, mientras no se obligue a la plantilla a trabajar de noche. La empresa no dio muchas alter- nativas y amenaz6 con renunciar al proyecto. Los medios de comunicacién se lanzaron sobre los sindi- catos. Fueron acusadas de corporativistas, de insoli- darios, de preocuparse mas de su mejora que de los parados. UGT dijo sf al tercer turno, pero sus 17 delegados fueron derrotados por los 11 de CC.00, los cinco de USO y los cuatro de la CNT. La tiltima posibilidad era el referéndum. Solo UGT hizo campafia a favor del tercer tumo, Basté: 2.891 siguieron su consejo y 2.244 dijeron que no. Angel Millén, seis meses des- pués de aquel referéndum, sigue intentando aclarar la postura de Comisiones Obreras: «Los medios de comunicacién han dado a la gente la imagen de que estébamos en contra de crear mil empleos. Es meati- ra, Estabamos en contra de las condiciones en que se ponfa en marcha el tercer turno». El delegado de Comisiones deja caer otros posibles fantasmas: «No sabemos qué plan de inversiones tiene la direccién, porque con tres turnos las instalaciones se quedarin ‘obsoletas mucho antes y primero se rentabilizard la inversién ,Quién nos dice que no se cierra ese dia». EI murciano Jacinto lleva veinte afios en General Motors, «primero en Alemania y ahora aqui. Es uno de los encargados del tercer turno. Cuando pidieron voluntarios dio un paso al frente. La ola de volunta- rios dejé en ridiculo la obsesiva preocupacién de los, sindicatos por sus condiciones de trabajo. Comisio- (Continéa) Jo atribuye al plus noctumo de 240.4 euros lim- .. «Yo no lo hice por dinero», dice Jacinto. «Con abajar dos sdbados al mes ganarfa lo mismo que el turno de noche». Después de un mes, Jacinto ha \probado que ve mas a la familia, incluso dema- siado: «Con Ia huelga de colegios, mis dos hijos se asan la mafiana en casa y no puedo dormir». Para algunos, el turno de noche es el peor: obras en todos los sitios. De casa te echan porque ‘molestas para la limpieza; en el bar te encuentras = solo y al final terminas hablando con los jubilados en © el parque ptiblico». El turno de noche produce la Ila- mada «neurosis del trabajador nocturno», caracteri © gada por astenia al levantarse, insomnio con somno- Jencia posterior y trastornos de cardcter (agresividad -y depresion), El trabajo nocturno produce fatiga peneral, alteraciones de suefio y una patologfa diges- __tiva con digestiones pesadas, ardores, néuseas, estre- fiimientos y sensaciGn de plenitud gastrica. Sin embargo, Jacinto cree que el trabajo de noche es el mejor. «La locura es trabajar una semana de mafana y a la siguiente de tarde. En el turno de mafiana me levantaba a las 4.30 de la madrugada. Liegaba a las 6.30 al trabajo y regresaba a casa hacia Jas 3 de la tarde. Comia y me echaba la siesta. Tenia libre de 17,00 a 21,00, hora de cenar y dormir. A la siguiente semana, turno de tarde. Me levantaba a _ las 9,00 y Ievaba a la cria al colegio. A las 12,00 ~comia y esperaba el autobiis para entrar a la fabrica a las 14,30. Volvia a casa hacia las 24,00. Cenaba y ala cama, No era vida». EI trabajo a turnos tiene graves incidencias en Jas relaciones familiares, afectivas y sociales. Juan apenas ve a sus hijos y «apenas puedo mantener una relacién conyugal estable>. Pierde el hilo con los amigos y se encuentra descolocado socialmente al evar el ritmo cambiado. El tiempo libre lo pasa en el bar, en la mayoria de los casos. «Los menos compar- ten la preocupacién de los estudios de sus hijos, leen © practican otras aficiones». Javier trabaja rodeado de computadoras. Apre- tando botones. combina la demanda sin necesidad de parar la cadena de montaje, aunque se pidan colores y modelos diferentes. Una campanilla colo- cada en el coche transmite las érdenes y cuando el encargo del suizo llega a la seccién de pintura, no sale rojo ni verde, sino blanco, como lo habia man- dado Javier. La computador de Javier sefiala ahora que el coche blanco del suizo esta preparado para subir al tren. Desde la primera chapa prensada hasta el tltimo intermitente colocado han pasado 22 horas. Sin embargo, la cadena infernal no ha parado de escupir un coche cada 48 segundos de lunes a viernes las 24 horas al dia. Fuente: Onega 3. (1985): eLocos por el trabajor, Ht Pais. 2d noviem- bre. p. 12: Marin, 1. (1988):

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