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Topic Interview by Newspaper (in Spanish)

Research · June 2016


DOI: 10.13140/RG.2.1.4615.1280

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Jordi Vallverdu
Autonomous University of Barcelona
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Retrieved on: 29 September 2016
44 LA VANGUARDIA DOMINGO, 12 JUNIO 2016

Tendencias
Las consecuencias de los avances tecnológicos

de los sexuales se presumen cam­

La perspectiva del
MAYTE RIUS
Barcelona bios de comportamiento con impli­

D
caciones sociales, puesto que po­
avid Levy, experto drían sustituir a la prostitución y
en inteligencia ar­ proporcionar oportunidades se­
tificial y autor del xuales a personas con dificultades
libro Amor y sexo para encontrar pareja.

sexo con robots abre


con robots, pro­ Pero la perspectiva de su des­
nostica que las re­ arrollo también plantea dilemas
laciones sexuales con robots serán morales. ¿Hacer robots en forma de
normales en el 2050. Otros investi­ niños para los pedófilos es legal?
gadores menos optimistas retrasan ¿Tener sexo con un robot implica
una década el escenario en que los ser infiel a la pareja? ¿Si los jóvenes

dilemas morales
robots aunarán morfología, funcio­ acceden a la sexualidad a través de
nalidad y movimiento como para robots con cuerpos idealizados, es­
que quien lo desee disfrute del sexo cogiendo actitudes agresivas o su­
con ellos. Pero ninguno duda de misas, quedará condicionada su se­
que en unas décadas habrá en el xualidad con humanos? El hecho
mercado máquinas de apariencia de que la mayoría de las muñecas

ROBOFILIA
humana programadas para cubrir sexuales actuales imiten a mujeres
las apetencias sexuales de su pro­ y sean compradas por hombres ¿se
pietario (o usuario). El nicho existe. repetirá con los robots y contribui­
Hoy se llegan a pagar 30.000 euros rán a perpetuar estereotipos sexis­
por muñecas de silicona de aspecto tas? ¿Se están diseñando esclavos
realista, la prostitución y la porno­ sexuales? ¿Propiciarán los robots
grafía figuran entre los negocios desviaciones sexuales o violacio­
que más dinero mueven en el mun­ nes? ¿Deben permitirse desarrollos
do, y sólo unos meses después de
empezar a comercializarse las gafas El apego y las experiencias con que interferirán en las relaciones
humanas? Las preguntas son mu­
de realidad virtual la producción y
las plataformas de películas porno
para ese formato se han disparado.
las máquinas alterarán las relaciones chas y las respuestas dispares.
La investigadora de ética de la ro­
bótica de la Universidad de Mont­
Pero los pronósticos respecto a
los robots sexuales van más allá de
la mera satisfacción física. Se augu­
entre humanos fort (Reino Unido) Kathleen Ri­
chardson, y el catedrático de infor­
mática de la Universidad de Slövde
ra que serán máquinas de compañía (Suecia) Erik Brilling, impulsan
con las que las personas estable­ A MA R A UN ANDROI DE : AS Í L O V E EL CI NE una campaña para prohibir total­
cerán vínculos emocionales y de mente los robots sexuales porque
las que algunos llegarán a enamo­ creen que contribuirán a deshuma­
rarse. Incluso se ha puesto nombre nizar más a quienes sufren abusos,
ya a esa relación: robofilia. ¿Exage­ como mujeres y niños. “Nuestra
rado? campaña es en pro de la empatía y
“Si establecemos vínculos muy antiesclavitud, y pretende clarificar
potentes con una mascota, que no las diferencias entre las personas y
habla, es fácil imaginar que los crea­
remos aún más fuertes con un robot AN TON IO LÓPEZ
con el que te podrás comunicar,
compartir memorias e información “Quizá cambiaremos de
y desarrollar una relación íntima”, casa, trabajo, pareja... y
asegura Ricard Solé, físico, biólogo
e investigador Icrea en la Universi­ lo único estable será
tat Pompeu Fabra (UPF). nuestro robot”
“Los humanos transferimos
emociones hacia cualquier cosa,
sean mascotas u objetos, y por eso K ATHLEE N RICHA RD SON
llevamos en nuestra memoria emo­ “La compañía humana
cional nuestro primer coche, el pri­
mer móvil... Y en los robots se suma no es opcional; un
UN AMIGO PARA FRANK A.I. INTELIGENCIA ARTIFICIAL EVA
la forma antropomórfica, que lo ha­ “No soy tu amigo, sólo una máquina Explora el amor de un niño robot Ofrece un relato de sentimientos y artefacto no puede
ce más fácil”, apunta el especialista
en filosofía de la ciencia y la compu­
programada para cuidarte”, dice el
robot a Frank, que sufre ante la idea
por su madre humana y las relacio­
nes con androides, entre ellos Gigolo
relaciones entre máquinas y perso­
nas en un mundo en que los huma­
sustituirla, no está vivo”
tación Jordi Vallverdú, que investi­ de tener que borrar su memoria Joe, programado como prostituto nos conviven con criaturas mecánicas
ga sobre emociones sintéticas. las cosas y garantizarnos una socie­
“Con las máquinas construimos dad que valora la persona y la vida
nuestra intimidad y desarrollamos en general”, explica en una entre­
afectividad; basta ver cómo hay vista a través de correo electrónico
gente que se estresa más si tiene un Richardson. Rechaza el argumento
problema con su ordenador o con el de algunos tecnólogos sobre que en
móvil que si discute con alguien el futuro podremos elegir entre la
porque su identidad está construi­ compañía de un humano o de una
da con eso; y un robot que te atien­ máquina. “Eso no es cierto, la com­
de, que trabaja y está contigo, que te pañía humana no es opcional; las
permite interactuar, que te da so­ máquinas no pueden sustituir lo
porte intelectual al compartir in­ que hacemos porque nosotros esta­
formación contigo se convierte en mos vivos y tenemos una sociabili­
un álter ego; puede que en el futuro dad específica como especie”, dice.
uno cambie de casa, de pareja, de Y censura que se hable de relacio­
trabajo o de amigos y lo único esta­ nes sexuales con robots porque la
ble que tenga sea su robot”, explica sexualidad “es algo acotado a los se­
Antonio López Peláez, profesor de res vivos”. No duda de que la perso­
la UNED, especialista en la interre­ na se pueda enamorar de cualquier
lación entre tecnologías y trabajo objeto, incluido un robot, pero opi­
social y editor de The Robotics Divi­ na que es como adorar un coche de
de (la brecha robótica). época o una pieza de ropa, porque el
EX MACHINA HER AUTÓMATA
Los guionistas de cine han fanta­ El protagonista, Caleb, llega a El protagonista ni siquiera necesita el Entre los personajes robóticos que
robot no puede correspondernos.
seado bastante sobre el apego que plantearse si hay diferencia entre su contacto con un robot. Le basta la voz aparecen está Cleo, una prostituta “No puede proporcionar compañía
establecerán los humanos con los existencia y la de Ava, una máquina para entablar una relación senti­ capaz también de causar dolor porque no está vivo, es un artefacto,
robots con lo que convivan (véase la tremendamente humanizada mental con un sistema operativo para producir placer si se le pide y la relación con él no permite
información de apoyo). Y en el caso aprender sobre las relaciones con
DOMINGO, 12 JUNIO 2016 TEN DENC IAS LA VANGUARDIA 45

P ROH IB ID O Los desarrolladores están tan convencidos de la realidad de la rio no debe emprender el acto sexual ni otro comportamiento
I N TIMA R robofilia que los creadores de Pepper, que pasa por ser “el primer indecente” con la máquina. El contrato tampoco permite hacer
CON P E P P ER robot personal del mundo capaz de leer emociones”, obligan a sus modificaciones que lo hagan más atractivo, como cambiar el módu­
compradores a firmar un contrato conforme no practicarán sexo lo de voz para que suene más sexy. Se vende en Japón, por 1.600
con él. En concreto, una de las cláusulas establece que “el propieta­ euros más una cuota mensual de 200 euros en concepto de seguro.

otras personas, de modo que es co­


mo relacionarse solo”, agrega.
Ricard Solé resta trascendencia a
la distinción de si el robot es un ser
vivo o no y cree que en todo este de­
bate moral “hay más juicios que ar­
gumentos objetivos”. “Los huma­
nos somos muy diversos, y si rela­
cionarse con un robot o pasarse
media vida inmerso en realidad vir­
tual hace feliz a cierta gente ¿pode­
mos ponerlo en cuestión?”, refle­
xiona. Carme Torras, profesora de
investigación en el Instituto de Ro­
bótica CSIC­UPC y autora de la no­
vela La mutación sentimental (Mi­
lenio, 2012), que aborda las relacio­
nes con robots, tampoco ve
problema en que los adultos pue­
dan escoger la relación que les re­
sulte más cómoda o que les satisfa­
ga más, pero enfatiza que es impor­
tante abrir el debate ético porque,
tanto en el caso de robots cuidado­
res como sexuales, existe una ver­
tiente de relación afectiva que hay
que regular para que no invada ni
menoscabe la dignidad de las per­
sonas, cosa que puede ocurrir con
los niños y con personas que tengan
su capacidad de decisión mermada.
Jordi Vallverdú opina que en el
debate sobre la robofilia lo de me­
nos es si se atribuyen característi­
cas humanas a autómatas – “las per­
sonas hacemos una interpretación
humana de todo, incluso decimos
que las nubes lloran cuando llue­
ve”– y lo de más cómo puede conta­
minar las relaciones personales. “El
tema es si los adultos somos capa­
ces de diferenciar entre realidad y
ficción, o entre pornografía y se­
xualidad, y hay gente que sí y otra

CAR M E T O R R AS
“Hay que regular la
vertiente afectiva para
no menoscabar la
dignidad de la persona”
R IC AR D S O L É
“Si tenemos vínculos
muy potentes con la
mascota, más con una
máquina que te habla”
que no”, dice. “Algunas personas se
centrarán en los robots de forma
obsesiva, pero otros simplemente
los incorporarán a su socialización
y habrá campeonatos de fútbol en­
tre robots, actividades robots­hu­
manos, y nuevos comportamientos,
pero ello no necesariamente va a re­
ducir nuestra afectividad, lo que es
seguro es que la va a transformar”,
opina Antonio López.
Por otra parte, Vallverdú enfati­
za que para las personas el sexo no
es algo meramente biológico, que
en él intervienen también factores
culturales e ideas que alteran los
patrones de las relaciones, “y eso un
robot no lo cumple”. Y cree que no
será fácil que lo cumpla porque los
primeros aspirantes –las RealDoll
capaces de parpadear, abrir la boca
o tener una pequeña charla previa­
mente programada, o el VR Tenga,
un traje masturbador masculino–
están lejísimos de poder abrazar, de
BLUTGRUPPE / GETTY dar un beso o de reaccionar a un co­
Los expertos hablan de robofilia porque creen que el robot no se usará sólo para el goce físico, sino que se crearán vínculos emocionales mentario o al nivel de pulsaciones.c

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