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FLORENCIA SERRANA

Desde la panga, Florencia mir al mar que se extenda hasta perderse en la distancia. Sin
pensarlo se lanz al agua ante la consternacin del lanchero.
Florencia estaba hecha de sal de montaas, de pinos y cantiles azulados. Creci
metida en los cristales de los arroyos y de la lluvia atronadora del verano que resbalaba por
su piel lechosa. Pero un da ech andar montaa abajo y lleg hasta la costa.
Se enamor de las olas, de su vientre traslcido y del sabor salado del ocano, quien
recogi amoroso el cuerpo blanco, la envolvi en su torrente azul y salado para llevarle un
regalo al dios marino.
Poseidn la recibi encantado y Florencia no regres jams a las montaas.

Marta Aragn

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