Está en la página 1de 1

Una fascinante elocuencia actoral resuena a lo largo esta pequea gran obra sobre el pnico al

ridculo y su enorme carga adicional en un hombre entregado al deber. El milagro es conseguir que
la ancdota, el aparente nimio detalle de una tartamudez en tiempos de guerra, apasione con la
fuerza con la que aqu lo hace (recordemos que a su lado alguien est renunciando al trono de
Inglaterra por amor). Sobrecoge la compasin que despierta el personaje, en la que cada vez que
un privilegiado aristcrata abre la boca, el pblico enmudece, expectante y nervioso. De forma sutil
el film consigue que nos metamos en la piel del rey, sufriendo con su tara. Conmovedor. Narrativa y
formalmente, el exitoso realizador Tom Hooper hace un trabajo sobrio y eficaz. Tan britnico como
poco "oscarizable", todo hay que decirlo. Porque poco aqu sera memorable ni trascendente si no
fuera por las interpretaciones. Las tres. La exquisitez de Helena Bonham Carter, la genialidad y
ternura de Geoffrey Rush (este s, merecedor del Oscar)... y Colin Firth, ms all de todos los
premios. Hagamos justicia y extendmonos en este ltimo, pues el ingls conquista la excelencia
con una actuacin que deja sin palabras. Nada ms que aadir, excepto que "El discurso del rey" no
es la pelcula del ao, pero s -quiz- la interpretacin de la dcada.

También podría gustarte