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Incertidumbre visual
Abre al público “Incierto”, un
proyecto fotográfico del
Manifiesto Alegría.
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Sección
autora de culto, pero ahora dejar de identificarse con sus personajes o resistir la pro-
fundidad con la que observa la vida interior de las personas.
sus libros comienzan a
ALICE
Es imposible, también, resultar ileso de su lectura. Algo to-
ca Munro cuando escribe, algo que tiene que ver con nues-
distribuirse con regularidad. tra comprensión del amor y de la familia, del destino, de las
marcas de la vida, de las vueltas que puede dar una biografía
para volver a encontrarse frente a lo que más la atemoriza
o conmueve.
Sus historias son, ante todo, entretenidas: si bien Munro
MUNRO
tiene una precisión descriptiva asombrosa, y logra momen-
tos de reconstrucción histórica que parecen recrear al deta-
lle un pasado remoto, esa tarea levemente historicista que-
da muy en segundo plano frente a la potencia de las anécdo-
tas. Historias en las que el azar, la educación sentimental,
los rumores de pueblo y las búsquedas personales terminar
por unir o desunir a la gente, por poner a la gente frente al
abismo de sus emociones.
Mujeres de pueblo
El amor de una mujer generosa. Después llegó Escapada, y Algo enérgicamente femenino atraviesa su estilo: Munro ha
a voces
que encargarle al librero que los traiga, esperar que lleguen, personal parece haber nacido de esas rutinas, y al mismo tiem-
esperar que el librero no se los venda a otra persona, y domes- po una solución amorosa a esa tensión parece haber evitado
ticar la indignación que provoca el precio europeo de las cosas. la salida fácil de la rebeldía. Una conciencia trágica de la mu-
Todo eso valía la pena. Ahora el sello Del Nuevo Extremo dis- jer en el mundo está detrás de las anécdotas que Munro toma,
tribuye con cierta regularidad esos pequeños tesoros. primero, de su infancia y de la historia de su madre –la prin-
Quedan varios títulos por traducir: Dance of the Happy cipal fuente de material de la que se ha servido la escritora en
EMANUEL RODRÍGUEZ Shades (1968), Lives of Girls and Women (1971), Something sus primeros libros–, y luego de lo que oye en el pueblo, de lo
DE NUESTRA REDACCIÓN I've Been Meaning to Tell You (1974), The Beggar Maid que le cuentan las personas que la rodean. Sus cuentos tienen
erodriguez@lavozdelinterior.com.ar (1978), y dos traducciones de las que en Argentina no se tiene una relación clara con aquello que llamamos realidad, con la
noticia (parientes en España, ya saben qué traer cuando ven- ventaja de que Munro sabe que aquello que llamamos reali-
H
ay que leer a Alice Munro. Hay que buscar sus libros, gan), Las lunas de Júpiter (Versal, 1990), Amistad de ju- dad es oscuro y misterioso. Su principal arma para transmi-
pedírselos al librero, esperar que lleguen desde Bar- ventud (Versal, 1991). Finalmente, Del Nuevo Extremo anun- tir esa consternación frente a la densidad de lo que pasa es
celona o desde Buenos Aires. Incluso hay que apren- cia la distribución de El progreso del amor, publicado en una adjetivación copiosa pero certera, y el uso reiterado y al
der inglés sólo para poder leerla en su lengua original. Hay inglés en 1984, para los primeros meses de 2010. Una de las me- mismo tiempo sutil de adverbios de modo, un ejercicio de su-
que dejarse llevar por el atolondrado fanatismo que puede jores noticias acerca de leer a Munro es que queda aún mucho ma precisión que parece nacer de un respeto sagrado por la
despertar el descubrimiento de la maestría con la que Alice por descubrir. imagen, por el modelo, pero también por el retrato emocional
Munro cuenta, en las pocas páginas de cualquiera de sus de la situación.
cuentos largos, el destino de una vida. Ovacionada Alice prefiere el rumor, el chisme en su acepción más
Munro vende muchísimos libros en Canadá, el país en el que ¿Por qué hay que leer a Munro? ¿Por JONATHAN FRANZEN generosa, el temeroso murmullo del pueblo, antes que
nació en 1931. Durante la década de 1990 se convirtió en un se- qué despierta esta mujer ese deseo la plana seguridad de una noticia. Apela a esa cuestión
creto a voces en el resto de América del Norte, un rumor de recomendación que un tanto mágica del cuchicheo y de la transmisión fa-
de exquisitos que comenzaban a considerarla la me- parece un tanto des- miliar del conocimiento. Vuelve a la infancia, y esa vuel-
jor escritora viva en lengua inglesa y que pro- fasado de los tiem- ta adquiere cada vez un espesor más dramático, una ex-
movían su lectura con el entusiasmo de los ploración de cimientos capaz de sacudir un edificio.
descubridores. A la Argentina llegó por Sus cuentos son largos, uno debe disponer de por lo
medio de libros importados, y en al- menos una hora o dos para leer uno completo: será la
gunos casos gracias a las precisas mejor hora del día, la hora en la que una experiencia
traducciones de Marcelo Cohen íntima de la literatura podrá ofrecer, además del pla-
(hay que leer a Alice Munro cer de una historia bien contada, un vistazo sobre las
traducida por Cohen: Odio, posibilidades de explorar la libertad (explorar todo lo
amistad, noviazgo, amor, “Los cuentos de Munro son que una mujer puede o no puede hacer en la sociedad,
matrimonio debería ser más difíciles de reseñar indagar en las fuerzas ancestrales que la convierten en
una materia en la escuela que los cuentos de otros un ser que debe combatir a la naturaleza y a la historia
de traductores). Su recep- escritores. Más que cual- para ser libre, pero también todo lo que un hombre pue-
ción crítica se inauguró quier otro escritor desde de ser cuando se enfrenta a su propia libertad), sobre la
con un artículo también Chejov, Munro se esfuerza condición amorosa, sobre las tensiones entre los paisa-
entusiasta y seductor de por lograr, en cada una de jes de nuestra infancia y los de nuestra fatal adultez. No
Graciela Speranza (ver sus historias, una integri- es un vistazo sencillo, aunque venga con la amabilidad
“Magisterio secreto”, en pá- dad gestáltica en la repre- de una prosa delicada: la distancia entre los sueños de
gina 2), directora junto a Co- sentación de una vida (...). la inocencia y las pesadillas de la experiencia puede ser
hen de la revista Otra parte. Leer a Munro me pone en tan hermosa como brutal, tan dulce como rabiosa.
Una película de Sarah Polley, Le- ese estado de silenciosa Un deseo claro, continuo, de movernos en su elemento,
jos de ella, basada sobre uno de reflexión en el que pienso de contagiarnos de su minuciosa preocupación por lo
sus cuentos, también hizo sonar sobre mi vida, sobre mis que está adentro de uno mismo y de los otros. Un entu-
su nombre por ahí. La distribui- decisiones, el tipo de per- siasmo burbujeante. Algo parecido a la felicidad. Por
dora nacional del sello español sona que soy”. esas cosas hay que leer a Munro.
RBA percibió el fenómeno y trajo
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HISTORIA