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Velasqver 7 Lvis . Bi enss 7 A Darery Ecdtuca. Ea. Tens Boys 20\OQ Capituto III LA POSESION 1. Nocion Para los romanos la posesi6n significd, en un principio, la manifestacién exterior del derecho real de propiedad. El propietario, por el hecho de ser tal, merecfa ademas el titulo de poseedor. Modernamente la propiedad implica el ejercicio de un poder juridico, diferente de la posesi6n, que envuelve un poder de hecho sobre las cosas, ejer- cido, ademés del dominio, sobre otros derechos como las servidumbres y aun los intelectuales (C. C., art. 776). 2. DEFINICION Y OBJETO DE LA POSESION El artfculo 762 del Cédigo Civil define la posesién como “la tenencia de una cosa determinada con dnimo de sefior 0 duefio, sea que el duefio 0 el que se da por tal, tenga la cosa por s{ mismo, 0 por otra persona que la tenga en lugar y anombre de él”. Esta nocidn legal se vincula al concepto que los romanos tenian de la posesién como manifestacién del derecho de propiedad. Sin embargo, el C6- digo reconoce en norma posterior que todos los derechos son susceptibles de posesi6n: derechos reales principales, derechos reales accesorios, derechos personales y derechos intelectuales (C. C., arts. 776 y 1634, inc. 2°). Para Mitciaves Cortés, “La posesion es la manifestacién externa del derecho, el signo 0 actos que lo revelan ante los ojos de terceros”'. José J. Gomez la define como “la subordinacién de hecho exclusiva total 0 parcial de los bienes al hombre”. Para VALENCIA ZEA son “poseedores todas las personas que segtin los usos sociales explotan econdmicamente las cosas en provecho propio a semejanza de los propietarios”. ' Mictapes Cortés, La posesién, 2° ed., Bogota, Edit. Temis, 1982, pag. 1. ? José J. Gomez, op. cit., pag. 342. 146 BIENES 2.1. {Es la posesion un derecho real? El hecho de protegerse la posesién con acciones reales como los interdictos posesorios, ha originado en el derecho moderno la concepcién de considerarla como un derecho real de contenido provisional 0 interino. Los “derechos rea- les propiamente tales constituyen poderes juridicos definitivos, y la posesién, en cambio, es un poder de hecho provisional, en el sentido de que puede des- aparecer frente a la accién que se deriva de la propiedad, de uno de los dere- chos reales desmembrados de ella o de un simple derecho personal”. Como es un poder juridico protegido por la ley, tiene las caracterfsticas de un derecho, por lo que el poseedor, arrebatado en su posesi6n, puede recu- perarla aun del verdadero propietario de la cosa, mediante una accién poseso- tia; pero si el propietario (derecho real amplio) demanda en accién de dominio 0 reivindicatoria, ese derecho de poseer es mas débil y la balanza se inclina en favor del derecho real de propiedad, que es mas fuerte. El considerar la posesién como un derecho real no es una tesis novedosa. Enelajio de 1900, el autor espafiol FELIPE SANCHEZ RoMAN en su obra Estudios de derecho civil (t. 1, 2* ed., Madrid, pag. 404) afirmaba: “El derecho de po- sesién civil, llamado también cuasidominio, prescindiendo ahora de si, como dice HEINECIO, es solo un hecho y no un derecho, y estando a la justificacién que de ser derecho y real haremos al tratar de ella en capitulo aparte, retine también estos tres caracteres del derecho real: recae, como el dominio, en la cosa corporal, y por lo tanto, especifica y determinada; como él, no se consti- tuye por la mera obligaci6n, contrato o titulo, siquiera por su naturaleza rela- + Al margen de la discusién de si la posesidn es o no un derecho real, con la apari- ci6n en la Constitucién Politica de 1991 de la nocién de derecho fundamental, la Corte Constitucional ha sentado posiciones diferentes frente a la inclusin de la posesién den- tro de dichos derechos. En sent. T-494 (50) de 12 agosto 1992 se incluye a la posesién como derecho fundamental. En cambio en sentencias posteriores como las T-172 de 24 abril 1995 (51) y T-249 de 26 mayo 1998 (52) se asume una postura diferente al no con- siderarla como tal. En esta tiltima sentencia se afirma lo siguiente: “El hecho de que una persona se comporte como sefior y duefio de un bien, sea 0 no de su propiedad, lo reco- noce la ley colombiana como generador de consecuencias juridicas y lo protege bajo la denominaci6n de posesién, en las normas del titulo vii del Cédigo Civil; pero, «no es uno de los derechos consagrados por el constituyente de 1991 como fundamental, asf algun sector de los doctrinantes la hayan considerado como tal. La posesién, como la propie- dad, goza de la garantia estipulada en el articulo 58 de la Carta Politica; pero ello no es suficiente para que proceda la accién interpuesta»”. “Si bien es cierto que en algunos casos se ha otorgado la tutela a quien reclama protecci6n para su posesidn (véase la sent. T-174 adoptada por esta sala de revision el 5 de mayo de 1993), en ninguno de esos casos se tutelé la posesién misma, sino el derecho al debido proceso u otro de los fundamentales, con cuya violacin indirectamente se afectaba a aquella. (La parte en comillas latinas pertenece a la sent. T-172 de 1995, M. P.: Dr. Carlos Gaviria Diaz)”. * ArTuRO VALENCIA ZEA, Derecho civil, t. 1, Derechos reales, ed. cit., Bogota, Edit. Temis, pag. 87. LA POSESION 147 tiva y de categoria subordinada e inferior al dominio, el modo de adquirir sea en ella mas bien ficcién 0 creencia—buena fe juridica— del que adquiere, que no verdadera y propia realidad; y produce una accién real, eficaz contra cual- quier poseedor —que no sea otro con titulo preferente— que es la accién publiciana”®. Este autor pretende demostrar que la posesi6n es derecho real, combatiendo los argumentos dados por HEINECIO, que sostiene que la posesién es un hecho (cfr., op. cit., t. m, mim. 5, pags. 406 y 407). Algunas legislaciones, como la espafiola, consagran la posesién como un poder de hecho, de una parte, y un poder jurfdico, de otra. Quien es despojado de un bien, pierde el poder de hecho pero tiene en su favor un interdicto 0 accién para recuperarlo (C. C., art. 976, inc. 2°). “Cuando viene a faltar el hecho del sefiorio efectivo sobre la cosa, cesa la posesién como hecho, aunque pueda conservarse una posesi6n como derecho”. Esta tesis explica la posesi6n en el heredero sobre los bienes del causante (posesi6n civilfsima) como una verda- dera posesion de derecho, puesto que aunque a la muerte el heredero no tenga un poder efectivo o de hecho sobre los bienes relictos (ausencia de posesién de hecho), tiene un poder jurfdico otorgado por la misma ley (posesién de de- recho). Para nuestro Cédigo Civil la posesién es un hecho, aunque por sus con- secuencias juridicas participa de ser un derecho (tesis de SAviGNy). Por ser un hecho, no quiere decir que el legislador no la ampare y proteja. Los interdic- tos posesorios amparan ese estado y evitan que el verdadero duefio de la cosa se haga justicia por su propia mano. Ademis, la posesi6n en la legislacién colombiana ni se transfiere ni se transmite (C. C., art. 2522); en otros términos, el poseedor inicia una posesi6n propia no adquirida de su antecesor aunque voluntariamente pueda agregarla conforme lo permite el articulo 2521 del Cédigo Civil. Si fuera un derecho, se permitiria su cesi6n 0 transferencia y estaria enumerada como tal dentro de los derechos reales’. No puede deducirse que la posesi6n sea un derecho por el hecho de que su titular tenga protecci6n procesal. El ejercicio de la accién no lleva consigo la titularidad del derecho, pudiendo existir una acci6n sin derecho. “En el * Esta cita aparece en la obra De las relaciones reales, de ALBERTO D. MoLinario, Buenos Aires, Editorial Universidad, 1981, pag. 82. En esta obra, el autor trata de evitar la discusién propuesta y abarca bajo el concepto de relacién real todas las situaciones que implican una relacién del hombre con las cosas sometidas a su voluntad. Quien esté in- teresado en el tema puede consultar su obra De las relaciones reales, pags. 88 y ss. ® MaNuEL ALBALADEIO, Derecho civil, vol. 1, 5* ed., Derecho de bienes, Barcelona, Bosch Casa Editorial, 1983, pag. 37. 7 JorGE ANGaRITA Gomez, Derecho civil, t. 11, Bienes, Bogota, Edit. Temis, 1980, pag. 152. 148 BIENES momento de entablarse la relaci6n juridica procesal, no es posible determinar cual de las partes enfrentadas tiene verdaderamente el derecho material discu- tido. Solo la decision judicial indicaré quién es el titular del derecho, de lo cual no podra inferirse que la parte vencida carecera de accién’*. 2.2. Objeto de la posesién La posesi6én solo puede recaer sobre cosas susceptibles de apropiacién, tanto corporales como incorporales. Un fenémeno difuso, como el viento, por ejemplo, es imposible de poseer. Un bien de uso ptiblico no es objeto de pro- piedad privada; por el hecho de pertenecer a la comunidad en general, el par- ticular que lo ocupe no puede alegar posesién sobre él. Tampoco pueden po- seerse los derechos personalisimos 0 de familia, de modo que nadie puede afirmar que ha adquirido la patria potestad por prescripcién. Si se trata de una cosa corporal, es facil concluir que sobre ella podamos ejercer actos de posesién. Se puede poseer un terreno, abonarlo, sembrarlo, etc. Se trata de una operacién tangible o perceptible. Pero respecto de las cosas incorporales si hay dificultad. ~C6émo poseer un derecho de usufructo, un in- vento, un crédito, si como bien sabemos en si mismos son entes incorporales que no tienen forma ni percepcién por los sentidos? El articulo 776 del Codigo Civil precepttia que “La posesién de las cosas incorporales es susceptible de las mismas calidades y vicios que la posesién de una cosa corporal”. Esta norma no puede referirse a la posesién de un de- recho incorporal sin verdaderos actos materiales que la exterioricen. Si el pro- pietario de un bien lo abandona y permite con su negligencia la presencia de la posesi6n, con el paso del tiempo esta tiene la virtud de ir extinguiendo len- tamente la luz que da vida al derecho del propietario. La actitud del poseedor (buena o mala fe) acompajfiada de actos materiales genera la verdadera pose- si6n. Es decir, mientras la luz del propietario se extingue, la del poseedor se acrecienta y se dirige a lograr la desaparicién del derecho real en el propieta- rio. {Lo podra lograr sin la presencia de relaciones materiales sobre el bien? Es ldgico concluir que no’. Para algunos autores puede establecerse una posesién sobre cosas incor- porales en cuanto sobre ellas se permita ejercer un poder de hecho, no necesa- riamente de tenencia corporal. Es, como dice el jurista espafiol ALBALADEJO, * Superintendencia de Notariado y Registro, Memoria del V Foro Nacional de No- tariado y Registro, Bogota, Graficas Ducal, 1981, pag. 83. ° Sobre la posesién de los bienes inmateriales consultar el ensayo “Propiedad, po- sesiOn y derechos reales”, del profesor de la Facultad de Derecho del Colegio Mayor de Nuestra Sefiora del Rosario y de la Universidad de la Sabana Epaar IvAN Leon Rosayo, publicado en Revista de Derecho Privado, nim. 36, Bogot, Ediciones Uniandes, Facul- tad de Derecho, junio de 2006, pag. 77. LA POSESION 149 “tener de hecho el poder en que el derecho consiste”. Asi, es titular 0 sujeto de un derecho quien tiene sobre él un poder juridico, y es poseedor de un de- recho quien de hecho tiene el poder derivado del derecho. Posee un derecho de usufructo la persona que, independientemente de pertenecerle 0 no, tiene la cosa, la usa y la disfruta como usufructuario. En un derecho intelectual, otra persona diferente de su autor puede modificarlo, negar nuevas ediciones, co- brar derechos de autor, etc., siempre que este lo haya abandonado. Ese poder de hecho es posesién'”. 3. “ANIMUS DOMINI” Y “ANIMUS TENENDI” El animus domini es caracteristico de la posesi6n. Consiste en la conducta del poseedor de considerarse duefio y amo del bien que ostenta. El animus tenendi implica una conducta distinta, y es la del tenedor de un objeto que re- conoce la existencia de un duefio distinto de él. ‘ El arrendatario, el depositario y el comodatario son tenedores que reco- nocen un dominio sobre el bien del verdadero propietario. La posesin defi- nida y consagrada por nuestro Cédigo es la acompanada de “animus domi- ni”. Las demés relaciones son precarias 0 de mera tenencia. No obstante lo anterior, hay autores que exponen la tesis de la posesién anombre propio o ejercida por el propietario de una cosa, y la posesién a nombre ajeno, incluyendo dentro de esta tiltima la de los detentadores a titulo precario y la de otros titulares de derechos reales distintos del dominio, como el usu- fructuario!!. El Cédigo Civil aleman alude a esta tendencia al considerar como poseedor mediato al que tiene una cosa a nombre de otro (usufructuario, arren- datario, etc.), e inmediato a quien la detenta efectivamente mediante su goce actual. La legislaci6n civil suiza distingue entre la posesi6n originaria asigna- da al propietario del bien y la derivada en quien tiene sobre la cosa un derecho diferente del dominio. 4, PROPIEDAD, POSESION Y TENENCIA Estos fendmenos juridicos son inconfundibles para la legislaci6n colom- biana, y, como ha manifestado la Corte Suprema, “Forman una trilogia de de- rechos, cada uno de los cuales se halla estructurado por singulares y muy es- peciales elementos, que a la vez que impiden confundir, les permite distinguirlos facilmente”". En otros términos, se ha pronunciado asi la Corte Suprema de Justicia: “Como se sabe, en relacidn con las cosas puede encontrarse la perso- © MANUEL ALBALADEIO, op. cit. pag. 49. " ARtuRO VALENCIA Zea, Derecho civil, op. cit., t- 11, pag. 55. ? Jairo Lopez Moraes, Jurisprudencia civil de la Corte Suprema, primer semes- tre de 1980, Bogota, Ediciones Lex, 1980, pag. 125. 150 BIENES naen una de estas tres posiciones, cuyas consecuencias juridicas varfan en cada caso y confiere a su titular derechos subjetivos distintos: la primera, denomi- nada tenencia, en que simplemente se ejerce poder externo y material sobre el bien (C. C., art. 775); la segunda —posesién—, en la que a ese poder material se une el comportarse respecto del bien como si fuese duefio (C. C., art. 762) y la tercera—propiedad— en que se tiene efectivamente un derecho in re, con exclusi6n de todas las demas personas y que autoriza a su titular para usar, gozar y disponer del bien dentro del marco que le sefiala la ley y obviamente, dando cumplimiento a la funcién social que a ese derecho corresponde (C. C., art. 669) [...]”. “Acorde con lo anterior, se tiene por establecido que el animo de sefio- rio sobre el bien, marca la diferenciacién entre lo que es solo tenencia y la po- sesi6n, a tal punto que el propio legislador asi lo consagré en el derecho posi- tivo, al disponer que el simple transcurso del tiempo «no muda la mera tenencia en posesién» (C. C., arts. 777 y 780)". La posesion requiere la presencia de dos elementos, el corpus y el animus (C.C., art. 762); en cambio, la mera tenencia solo requiere uno de esos elemen- tos, el corpus. Es mero tenedor quien “tiene una cosa reconociendo dominio ajeno” (C. C., art. 775). Para que exista la mera tenencia solo se exige la de- tentacién material, mientras que la posesin exige no solo la tenencia, sino el animo de tenerla obrando como sejior y dueiio. Lo anterior no quiere decir que la mera tenencia no pueda transformarse en posesion, como lo admite legalmente el articulo 2531 del Cédigo Civil. Un tenedor puede convertirse en poseedor siempre que se “rebele expre- sa y ptiblicamente contra el derecho del propietario desconociéndole su cali- dad de sefior y empezando una nueva etapa de sefiorfo ejercido no solo anom- bre propio sino con actos nitidos de rechazo y desconocimiento del derecho de aquel a cuyo nombre con antelaci6n ejercia la tenencia’". E] mero no pago de los canones por un arrendatario no significa que adquiera su condicién de poseedor, “se convierte en tal cuando de manera publica, abierta, franca, niega el derecho que antes le reconocia al propietario. Con razén el articulo 2531 exige, a quien alegue la prescripcién extraordina- ria, la prueba de haber posefdo sin clandestinidad’"’. En un mismo sujeto se pueden reunir las calidades de poseedor y mero tenedor, como ocurre en el usufructo. El usufructuario es mero tenedor del ob- jeto en relacién con el propietario, y es poseedor de su derecho de usufructo"®. '3 E] texto de esta sentencia de 22 octubre 1997 (53) de la Corte Suprema de Justi- cia (exp. nim. 4977) se publica en Gaceta Jurisprudencial, nim. 57, noviembre de 1997, Edit. Leyer, pag. 13. 1§ José Rincon y Gustavo Rosayo, Jurisprudencia civil de la Corte y tribunales, 1983-1984, t. 1, Bogota, Ediciones Lex, 1985, pag. 208. 'S Ibidem. '6 José J. Gomez, op. cit., pag. 350 LA POSESION 151 La posesi6n y el dominio también se diferencian en varios aspectos. La acci6n reivindicatoria protege el dominio; en cambio, la posesi6n se protege por los interdictos posesorios. En el dominio hay una relaci6n juridica, en la posesi6n la relaci6n es de hecho. El dominio solo se adquiere por un modo, en tanto que una cosa se puede poseer a varios titulos!’. 5. ELEMENTOS DE LA POSESION Los dos elementos clasicos de la posesién son el corpus y el animus. El corpus es el poder fisico o material que tiene una persona sobre una cosa. Son los actos materiales de tenencia, uso y goce sobre la cosa, como dicen PLANIOL y Ruvert. El poder de hecho sobre la posesi6n no significa que el poseedor tenga un contacto fisico o material con el bien. Si asi fuera, un usuario de un bus de servicio publico seria poseedor por el hecho de utilizarlo, y el profesor lo seria del tablero que usa para explicar su clase. Si asi se entendiera el concepto, solo poseerfamos si tuviéramos el patrimonio aferrado a nuestro cuerpo, como con un imén. Ese poder de hecho significa un sefiorfo efectivo de nuestra voluntad sobre los bienes, voluntad de tenerlos. El mero contacto material con una cosa no significa su sefiorfo o poder de hecho en la teorfa de la posesién. Por esa misma raz6n, el poseedor tiene la posesién aunque el objeto esté guardado 0 retirado de su poder fisico. Si tengo una maquina de escribir guardada desde hace muchos afios, el sefiorfo efectivo sobre el bien es lo que me otorga el caréc- ter de poseedor y no el contacto fisico 0 material con ella; si asi fuera, y extre- mando las cosas, solo seria poseedor cuando presionara sus teclas. En palabras de Martin Wotrr “un contacto con la cosa que tenga desde el primer momento un cardcter fugaz 0 pasajero, no es un sefiorfo sobre la cosa”"'s, El animus es el elemento psicolégico o intelectual de la posesi6n. Con- siste en la intencién de obrar como sefior y duefio [animus domini] sin recono- cer dominio ajeno. El animus es una conducta del poseedor que puede mani- festarse en el titulo que la origina y supone que obra como un verdadero propietario aunque no tenga la convicci6n de serlo, como ocurre con el ladrén a quien nadie le niega su calidad de poseedor'®. “Es la voluntad firme de con- siderarse duefio del bien”. '7 ALESSANDRI y SOMARRIVA, Op. cit., pag. 452. '8 Martin Wotrr, Tratado de derecho civil, t. 111, Barcelona, Bosch Casa Editorial, 1936, pag. 30. " [bidem, pag. 446. 0 José J. Gomez, op. cit., pag. 362. 152 BIENES 5.1. Teorias acerca del “corpus” y el “animus” en la posesion*! Los dos elementos mencionados deben presentarse en toda relacién po- sesoria; sin embargo, el hecho de darle mas importancia a uno u otro ha hecho surgir dos teorias: la subjetiva, defendida por SAviGNy, y la objetiva, sostenida por HERING. 5.1.1. Teorfa subjetiva. Para SaviGny, los actos materiales sobre una cosa nada significan si no van acompafiados del elemento intencional. Ese elemento intencional implica la voluntariedad y el desconocimiento por parte del posee- dor, de un derecho superior. Si reconoce ese derecho no obra con animo de sefior y duefio, y, por tanto, falta el elemento animus. Nuestro Codigo Civil esta impregnado de la teoria subjetivista. El articulo 762 define la posesién “como la tenencia de una cosa con dnimo de sefior 0 duefio”, el articulo 784 al exigir la “voluntad y aprehension material”, y el 787 al afirmar la pérdida de la posesién “desde que otro se apodera de ella, con dnimo de hacerla suya”, muestran la influencia de dicha tesis; lo mismo ocurre con los articulos 775, 788 y 981. Reafirma mas el contenido de esta tesis del Cédigo Civil, el mandato de la ley 387 de 1997 que regula el desplazamiento forzado, al preceptuar en su articulo 27 que el abandono del bien realizado por el poseedor como consecuen- cia del desplazamiento no origina una interrupcion del plazo prescriptivo. En otros términos, admite la ley una posesién con el mero animus y con un corpus legal en aras de proteger con ello al poseedor desplazado. Preceptiia el articu- lo 27 de la ley 387 de 1997 lo siguiente: “La perturbaci6n de la posesién o abandono del bien mueble o inmueble, con motivo de una situacién de violen- cia que obliga al desplazamiento forzado del poseedor, no interrumpiré el tér- mino de prescripcién a su favor. El poseedor interrumpido en el ejercicio de su derecho informara del hecho del desplazamiento a la personerfa municipal, defensoria del pueblo, procuradurfa agraria, o a cualquier entidad del ministe- rio ptiblico, a fin de que se adelanten las acciones judiciales y/o administrati- vas a que haya lugar”. 5.1.2. Teoria objetiva. Para VON THERING, el corpus tiene un mayor valor, que supone en si mismo el animus. “Los hechos logran establecer la posesién, porque en si mismos llevan el animus, mientras no se demuestre lo contrario”™. *! Para ahondar en este tema de las teorfas sobre la posesién remitimos a los lecto- res al articulo Teorias de la posesién cuya autoria es del Dr. Mauricio RENGIFO GARDEA- ZABAL, profesor de Derecho Civil en la Universidad de los Andes. Aparece publicado en Revista de Derecho Privado, nim. 36, Propiedad, Posesién y Derechos Reales, junio de 2006, Ediciones Uniandes, Facultad de Derecho, Bogota, pag. 3. ® Mitctaves Cortés, La posesién, 2* ed., Bogota, Edit. Temis, 1982, pag. 10. LA POSESION 153 Siuna persona realiza actos de explotaci6n econémica en un bien, por ese solo hecho la ley presume la posesién. Como es una presunci6n legal, admite prueba en contrario, y los terceros pueden demostrar que un titulo o lamisma ley excluyen la posesién. En esta teorfa, un arrendatario, un comodatario, pueden aparecer en un principio, ante todo el mundo, como poseedores, puesto que ellos realizan actos de goce sobre los bienes objeto del contrato. Tienen tal calidad mientras no aparezca el titulo en el cual reconocen dominio ajeno (titulo precario); si apa- rece el titulo, no hay posesién. En la teorfa subjetiva no ocurre lo mismo con un arrendatario o un como- datario, pues al reconocer dominio ajeno desde un principio, no pueden con- siderarse poseedores, puesto que les falta el animus, elemento preponderante en la posesi6n. En algunas legislaciones siguiendo el ejemplo del Cédigo Napole6nico, existe una presuncién legal del elemento subjetivo de la posesi6n en el sujeto detentador de la cosa. Las legislaciones que no tienen esta norma expresa re- curren a la jurisprudencia para aplicar el principio, como lo hizo nuestra Corte Suprema de Justicia en la sentencia citada anteriormente. Al respecto, Victor MAnvet Pena Herrera concepttia lo siguiente: “... la jurisprudencia ha consa- grado el siguiente axioma: a falta de prueba en contrario, se presume que el que ha tenido la cosa bajo su potestad, la ha tenido a nombre propio; o en otros términos, el énimo de duefio se presume en la tenencia de las cosas”. Y agrega el mismo autor: “El nuestro [Cédigo Civil ecuatoriano] nada dice sobre el particular; pero como a falta de ley deben considerarse como tales los princi- pios de justicia universal, debemos regirnos por esa regla en la practica y con- siderarla como una verdadera presuncién legal”. 5.2. Razones para proteger la posesion a) Al proteger al poseedor se protege un presunto propietario; al fin y al cabo, como dice el adagio inglés, quien tiene la posesién tiene las nueve déci- mas partes del dominio. El poseedor es reputado duefio mientras otra persona no justifique serlo (C. C., art. 762). Facilita entonces la prueba del derecho. b) Un ataque a la posesién es un ataque a la persona humana (SAvIGNY). c) El orden ptiblico puede afectarse si no se protege al poseedor. Los particulares no deben aplicar justicia por su propia mano. Ademias, mediante el establecimiento de la posesién se protege a quien convierte un bien social- mente abandonado por su propietario en productivo y valioso para la sociedad. El trabajo y la lucha del hombre priman sobre titulos y escrituras que por si mismas nada producen si su titular abandona los bienes. Si éstos sirven para 23 EDUARDO CARRION EGUIGUREN, op. cit., pag. 233.

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