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LA CAIDA DE ROMA Y EL FIN DE > LA CIVILIZACION Bryan Ward-Perkins Traduccién de Manuel Cuesta y David Hernandez de la Fuente ESPASA LACAIDA DE OMA YL FIN DELA EVMIZACION de Humanidades de Canberra; fue una experiencia estupenda, iprendi mucho y disfruté del entomno perfecto pata escrbie § pensar Katharine Reeve ha sido mi editora en Oxford University Press. x, sies que este libro se deja ler, en buena medida es més to suyo. Trabsjar con un editor de primera clase a sido una ex periencia dura pero profundamentegratificane. Me hacia podar| ‘muchas de esas oraciones subordinadas y puntuslizaciones de {que tanto gustamos los estudiosos, y sobre todo me obli a decir lo que realmente tengo en la cabeza, en lugar de aludit a tllo con dalfcas aseveraciones académicas, Tambien ha ganado ‘mucho al libro con los comentarios —verdaderamence dules— de dos lectores ancnimos de Oxford University Press, y con los ‘el equipo de produccién de la editorial integrado por grandes profesionales, Trbajar con Oxford University Press a sido un auténtico placer ‘La deudla mayor es, inevitablement, hacia mi familia, ue ha soportado ese libro mucho mis tiempo del que habria hecho fal ta, y sabre todo hacia Kate, que me ba infundido énimos cons tanfemente, ha sido critica cousteuctiva de mi prosa y siempre ‘me ha ayudado en momentos dificil Querta, por timo, expresar mi mas sincera gratitud a mi amigo Simon Irvine, quien siempre erey6 que escribinia este li bro, y ates hombres que, en distintas etpas de mi formacién, ine inculcaron un reepeto y un amar por la Historia profundos David Bire, Mark Stephenson yal inal, Karl Leyser. INTRODUCCION éROMA Cayo? Eos una tarde de octubre de 1764, tas unos dias embriagadores visitando los restos de la antigua Roma, Edward Gibbon «se sen- 8 medtabundo entre las ruinas del Capitol y deciié esebir ‘dela decadenca y cada de Ia ciudad’. La magnificen- Tanteras)—. Dos aos mis tarde, en 378 infigison al jereito del imperio oriental una sangrienta derota en la batalla de Adriand- pols (actual Edime, en Targus, unto a frooera con Bulgaria) Pero legs el da en que Oceidente también conoi6 la invasign: fn 401, de los Baleanes al norte de Italia marché un numeroso {Getto de godos. Y aise abr un perioda de grandes dificult dds pars el Imperio cecidental, gravemente agudizadas cuando, a Tinaes de 406 es bus (nals, saevesy lanes) cruzaren el Rin pera dirgire la Gaba, Tras aqucll, ya siempre hubo cite tos gerimanos dentro de las fronteres del imperio, que paulatins mente fueron adguiiendo mis poder y texitoro: los vindalos, for ejemplo, Ilegaron a cruzar el estecho de Gibalar en 429, y Fhacia 439 tomaron la capital el Arica romana. En 476, setenta y cinco ats despus de que pos primera vez cntnisen Tos godos en Ilia, el kimo emperadae romano de le parte occidental, el joven y bien llamado Rémulo Augtistulo [Rimulo el Emperadorcito), fue depuesco y enviado al retro, ‘Decicente lo gobemaban abors reyes germans independientes {dase mapa en las goardas tasers), Pore contrario, el lmpetio roman de Oriente —quesolemo lamar wlmpeio bizantino»— fo eayd,a pes de la presén que cjercian lx goes, y tas ellos los hunos. Ms ain: en 530, Justinian, el emperador oriental em lo bastante padereso puta interven en el Occidente germs ‘ho, canguistanda cl reino vindalo de Aticaen 333 y empezando tune guerea de conquista del reing italiano de los ostrogodos dos lifos desputs, en 935. Solo en 1453 desaparecidefiniivamente {dl Imperio bizantino, cuando Constantingpla, su capital y iltimo bastion, sucumbis ante el eézcitoturco de Mehmed el Conguis: tador a. 8 Ai ac. C LAGADA DEKOMA YELFIN DLA CIVLZACAGN La versién de los bechos convencionl es que la desintegea- cio militar y politica del poder romano de Occidente provoes lt ‘ina de una civilizacién. Murié la antigua sofisticaci, y ol mundo occidental quedé sujeto a una «Edad Oscuran de ind ‘enc materiale intelectual de la que solo lentamente habria de femerger. Con especial fuerza express esta forma de ver las cosas cl historiador escocés William Roberson, contemporines de Gibbon, en 1770, pero la imagen de las «ldades Oscurase que ‘evocan sus palabras ha sepuido vigente mucho tempo: ‘Apenastrnscurrido un siglo deide que se etblecicen en ss tenitorios eiénconquistudos lat nacone ithaca, dos los eferos del conoeiminto yl zai qu hablan ex teadido por Europ los romanos yu haan desaparecda, No fueron desuidad poids sol as ares dea lesan, mi. sistas dela malice y por ella sosenda, sino michas de eas es prictieas sin as cuales la ida difedmente puede conse. rarellevader’. En otras palabras: con la caida del impero, el at, la oso fay elaleatilado dane aibanene we eumaron de Occ [act y erect en Roma, el corazén del imperio, radeado por Js mismasruinas de la grendezapasada que conmeovieron a Gib bon, y mi padre era un arqueslogo clésio cuyo interés principal facron los extrordinatios logros técnics y atquitecténicos de fos romanos. De manera que las linas esencales del plantea ‘miento de Robertson han sido siempre pata mi algo natural, He sabido desde mi juventad temprana que los antiguos romaaos ‘onstruan a una escalay con un dominio téenico con los que de ante silos tras la cad del impetio solo se pudo tof. La anti ees Wan een Th Hat of Ro of ’ ‘Garis V Wat « Proper of Soe x Earp fom ‘Serio the Ranen Earn the Bano ate Cinta, (ten 165 svmmapuccion gue Roma tenia once acueductos que, sobre aros de hasta tein ta metros de altura, levaban agua a la ciudad por canals que al canzaban ls 9 kilémetros (aproximadamente la distancia entre Osford y Londres; y dieistis de as imponentes clumnas que forman el pético del Panteén son monolites,laboriemamente ex ttaido cada uno, con sus 14 mete de altura, de un canter re rota al este del desierto egipcio, cargado luego por hombres hnasta el Nilo, y levado a través de cestos de lémetros de agua 4 la capital del imperio. Seria taro no senttse impeesionado ante logos asi, sobre todo al encontrarlos reproducidos a una exeala menor, mis humans, por todas la provincias del imperio, Pom-| peya —con su calles pavimentadas, sus aceraselevadas, sus ba: fios pablicos y sus fuentes regularmente distribuidas—, y los lotz0scentos de ciudades del mundo romano que fueron ai a8 rmancea apacible dejan una impresin inca mi profunda qe la mapnificencia exubeante que fue Roma, ‘A pesar de Ia educacisn que recib, los antiguos romanos rnunca me hun gustado mucho —con demasiada freeuencia los feneventro egocentricos y pagadoe de si mismos— y me siento bastance mas prosimo a ese mundo cxstico ¥ dfill de época ppst-romana, Por lo demés, nadie discute —de tan evidente—| {que los romanos fueron eapaces de hacer cosas extaordinarias qe, Eaxido el imperio, no pudieron volver a hacerse hasta pasaclos rt chos silos. [EL pesrirrno De 1a cardsmore Por consiguiente ha resultado para mt una sorpresa desc: ber que una visin del fin del imperio mucho mis adecuada se iba extendiendo por ef mundo anglofono’. El gur intelectual de testa corriente es Petcr Brown, sobresaliente historiador que ha sereado escuela, quien, en 1971, publieé The World of Lee Ani ‘quity En esa obra definié un nuevo period, la Antigiedad te * Bl augimieno de ea mea Anise ua aaiae con macho mi dele se Frances Wol nbc Joho Dia ens Sahay prin pica 6 7 [AGADA DE OMA YL FIN DELA CVLIZACION ue empieza hacia 200 dC: lag hasta el siglo itty se ex ructeriza no por la disclucién de medio Imperio romano, sino por un encendido debute relsioso y cultural’, Segin escribis el propio Brown tiempo después, consiguis narrar en se libro la Iistoria de esos sels asin recurve ala solucion del advenimiento dle una eatastrofe, y sin detenerme un solo momento a rendit plcitesia esa nocisn tan extendida de decadencian. La deca ‘enci se desterr ys sutituys por una erevolucicn relgiosay cultural» que iniciada en el bajo imperio, todavia tras dl tendiia tun largo desarrollo” El impacto de este punto de visa ha sido notable, especialmente en Estados Unidos, donde actualmente vive y trabaja Brown. Un reciente Gua de la Antigiedad tarda —publicada por Harvard University Prese— aconsejasitatar el Petiodo entre aproximadamente 250 y 800 como una épaca his "erica dferenciada y bastante decisva, importante por s mis. ‘ma, en lugar de considerarlo ala historia del deshilacharse de un sloriono y “superior” estadio previo de civizacion»® Eso supone lun dessfio abierto a la visién convencional del impetio gue 46 derrumba entre cielos que se oscurccen ytniblas que se cctnen Es cierto que la recepeién de esta forma de pensat no ha sido uniforme. Una higubre «Edad Oseurt> poetromana resulta ‘mucho més convincente y aractiva especialmente para el pili «0 lector mas amplio. Las novelas hisrieas de Bernard Cornwell, sobre este periodo son éaites de ventas internacionales; la con tracubjerta de The Winter King plantea un escenario siiestro pero heroico: «fn les Edades Oscuras, un legendatio guerrero ugha por unir Gran Bretaia[..J». Arturo (pues de dl se trata) =. seior dela guesracurtdo en la batalla; vive en una mocada sde madera, en una Gran Bretaha rads sombria einmersa en una {P-L Brown, The World of Late Amity. From Mares Aurelia 0 Matra Lone 171 Tap mn ogi ay * D.Bromn«The Wot of Late Aniguiy Revisit Symle Olas 72997),530, 1015, * Late Ani: A Guide tthe Prt Clana! Worl, GW. Bowersck, Bao yO. Gra ade Harvard Unnerty Pro Care sac st Landes 1993 ry vtmopvccioN ‘decadencia dfinitvn’. En un momento dado, lo que quedaba de tun pavimento romano de mosaico termina de hacerse aces, al solpear contra él sus lanzas unos gocrrers de la Edad Oscura para secundat las decisiones de ss ees. Enire ls historadores, sin embargo, el impacto de la nueva ‘Antigbedadtardia se ha hecho sentir, especialmente en la forma fen que ahora se presenta el final del mundo romano. Se ha pro ducido una rotacién en el lenguaje empleado para describir la Gc ptm. Paras ao ead ye Sugieren problemas al final del imperio y que eran habitales en Jos aos 70 dal silo XX, en gran parte han dessparecido del vo ‘cabulario de los historiadoresy han sido susttuias por téminos Aeutros como wtransicin, «cambiow y «transformacin» , A ‘modo de ejemplo, un importante proyecto de investigacién sabre In época entre los aos 300 800 que financiaba la Unicn Europea cligi6 como titulo «La trnsformacién dl mundo romanom ‘Aqui no hay rastro de adecadencian, «caida» o wcrisisn, ni de ninguna clase de final del mundo romano, «Transformacicn» spiere que Roma cootinué vviendo, si bien progresivamente fuc ‘metamorfosedndose en una forma distinta, pero no necesatia: ‘mente inferior. Es la imagen de un organism dinimico que evo. Tuciona pars hacer frente « nuevas cireunstancias, Algo bin ae jdo def punto de vista tradicional, sein cl cual al grandioso ‘inosaurio romano lo destruye una catastrofe que, sin embargo, deja vivos a unos cuantos mariferosdiminiates de la Edad Oseu- ‘ri que, con les silos, irin evolucionanda muy despacio hasta converte en las sofisticadaseraturas del Renacimiento. 7B Gormal, The Winter King (Hamondowri, 1996) * Venues oo, A Cameron, Te Peco o iin en Mofo esi ect arpa fe Tarde As Ao Mode (Stans {ci dl Ceo alano td sul Alto Medion 43, Spe, 19, Las omen ues presenta cas conferences po 2 poco van apres pian Bl, 9 - — LNCAIDA DE ROMA VEL FIN DELA GILIZACION LAINTEGRAGION DE 108 RAnBAROS Siguicndo un camino paralelo, que lleva etencialmente la misma direccén, en las iltimas décadas algunos histoadores han cuestionado, de entrada, la premisa de que la dislueiin del Imperio romano de Occidente la provocsseninvasiones hosts yy iolenas. Dela misma forma que «transformacion» se ha con vertido ene eslogan con que relerrse al cambio culeural de ete Periodo,eintgracinw es shor Ia palabra de moda pars explicat ‘como os pueblos de fern del impero llepaton a vivie denteo de sus fronteras ya hacerse con el poder. ‘Son demasiado antiguas la cerezas que se cst desafando ‘ut. Sein Ia versién tradicional, Occidene sencillamente fue arrasado por olesdas hoses de pueblos germanos (figura 2) 4que atrivesaron el Imperio romano, sein las mestra tn tlag histérco. Es cierto que los efectos a largo plano de eta invasion 1s se han presentado de formas muy distntas, en gran medida \dependiendo de la macinalidad y el punt de vite de cada histo Fiador. Pata algunos, especialmente en los piss latinos de Eure las invasiones fueron del todo destrctivas(iguen 3). Seyin ‘tres sin embargo, supusieron para un impetio-decadente la transfosin de una sangre germana nueva yamante de alberta, ‘como se desprende, por ejemplo, de estas palabras del fildsato slemin del silo xvii Herder: «Una Roma agonivane yace ds "ant sgls en su lecho de muerte [.J, ue lecho de muerte que se extiende por el mundo entero J, el cual no podria asia sgantes del Norte ante los cuales los omanos debs se asec ‘ban a enanos;asolaron Roma, ¢infandieron nica vida en tna Italia que agenizaba» Pero, aungue siempre ha habido un vivido debate sobre as consecuencis a larwo plazo de las invasiones, hasta hace poco ‘asi nadie habia puesto en duda seriamente que la toma del po 2 Law clea ogo) nen gen en ft de A. Mans Le ‘evo Les Vague prams Paci 185 1 JG. Henle, Outs of Porphy of Harting. Churchill ooh 180-8. vmopuecion Vatencadernt) ave cree: Fg. 2—a mignon dela pls prmanos (Coma ees eee eee a LACAIDA De ROMA Y BL FINDIELA cmIZACION i, 3A cad ports bord Aras ite iy es Are. Dalle del plots de Dec 147 ca a ites de a Aces Roa der or parte de Jo gxmanos fase violent y raumitca, Paw algunos, de hecho, un ben bo de sng elas a ‘xperienia deiddamente panifcador, Enen live cecae raise historiadr ings dl il x dard cca ‘Lica con men la baad con ue us poner ane tron anglosjones climiaron um es tomang Sete a cern deo glee clad ola larg muy pose ae ‘ucstosantepasados ata oexplsasn de nel oe os Pricicatotaidad de low pacboe ue eneontnen ope £7 fe, de no haber sido a} no lennox agus chs Inamoe pio envoy cel puch tam rane He wee ie enn eco mun en eat Dep Tc Ea Seal oc ats 2 gue hemos sido al larg de muchas edades»¥. Si bien ls fos de Ia Inglaterra vetoriana puede que disirutasen con I Dros de Ficeman,no std tan claro qué persian de lla en Gales Como no cs de exe, a image de una nvsi germans dlstructiay violent etuve mucho mas viva eala Europa con ental durante lo aos inmsiatamente posterior a Sepunc ‘Guerea Mundial Pero cnelianscuo de a segunda nitad de siglo xx, a medida que se aimaba una neva y pata Europa ‘ecient, ls opis sabre ls invasore ae fue suvizando pat Tatinamints y se hizo me ponitia llgute 4). Titles de iors como The Germanic Invasions: The Making of Europe AD 400 0d 1975) no cvestionaban a read de as invasiones, pero las pesencaban como una fetes posiva en ln configarcion de In aropa mera ™ ‘Mis recientemente, sin embargo, algunos historiadores an ido mucho mises, destacando ene llos el anadense Wale Goat, que en 1980 deste la mis de winvasionenr dl siglo vArguments que lox pacblos germanes fuer los bene fais de un cambio que clctuaron fos romanon cn su poi militar. En verde coninaar una pga sin fin por mantenels fuera, desiioro incgrris en el mpero por mei de un ae flo inaeiono ycectivo, Se concedialos rein egados un por Eentae dele impucstoeeceuados por el estado romano. ye derecho a establecerse dentro de ais fontera; clea, «cambio, 7 EA Freeing His for Chileno, 1809), 2823, Ing: The Germon Ivo Tbe mating of Earp AD 40000 Ey Jae Tonge, 173 Golan, Barhrins and Romons AD 418-84 The Teco A ‘emetic, 18D Dae ees porate n,m W. Col fa flame, Cosentino 2 he Barbra, Amora Histon Rav iba) 7753059 Gea, en -W. Bo Ipc Sled Pape om Late Ani ar 200) 187197. 2 7 7 ¢TODO LO MEJOR EN EL MEJOR MUNDO POSIBLE? Sin el siglo v Occidente fue asolado por violentas invasiones, y si la sofisticada civilizacién del mundo antiguo se desmoroné du- rante los siglos subsiguientes, ¢c6mo es posible que recientemen- te se haya propuesto una visidn tan radicalmente distinta, edulco- rada? ¢Por qué ahora se interpreta de esa forma nueva este periodo clave? '. EL ORIGEN DE LA ANTIGUEDAD TARDIA Es un asunto en parte de perspectiva: como yo mismo he re- conocido ya, mi forma de mirar sin duda la han condicionado una educacién y una atmésfera familiar muy «romanas». En Ita- lia, poner en duda la primacia de la civilizacién antigua no es fre- cuente, y se mantiene muy viva una versin tradicional del final del mundo romano. La mayor parte de los italianos comparten 1 Para mucho de lo que sigue, véase también una serie de interesantes ar- tfculos que se han ocupado de la nueva Antigtiedad tardia: Cameron, «The Pet- ception of Crisis»; G. Fowden, «Elefantiasi del tardoantico», Journal of Roman “Archaeology, 15 (2002), 681-686 (en inglés, a pesar del titulo); A. Giardina, «Es- plosione di tardoantico», Studi Storici, 40.1 (1999), 157-180; J. H. W. G. Lie- beschuetz, «Late Antiquity and the Concept of Decline», Nottingham Medieval Studies, 45 (2002), i-ii. 241 LA CAIDA DE ROMA Y EL FIN DE LA CIVILEZACION imi escepticismo sobre esa «integraci6n» paeifiea de los btbaros, yy esa «transformacin» del mundo romano en algo nuevo pero igualmente sofisticado* No ha arraigado la idea de que los ger- ‘manos {uesen inmigrantes pacificos ¢ inocuos. En algunas zonas de Italia, de hecho, algunas versiones muy simplistas y totalmente negativas de las eonquistas bérbaras ‘gen muy en bogs. La slim legién, obra de un profesor de Ar- queologia Clisiea de Milin, es una novela de entretenimiento muy popular que transcurre a finales del siglo V. Sus romanos son, Sin pricticamente exeepcién, nobles, valientes y puros: se baten con enemigos més fuertes en defensa del iltimo empera- dor y de los valores de los dias gloriosos de Roma. En un mo- ‘mento dado, el bando de los héroes —igualcrstianos que paga- rnos— alza su voz entonando el Carmen Saeculare, el gran bimno gue compuso Horacio a Jos doses y ala gloria dela ciudad. Los bbasbaros, por el contratio, son tricioneros, y adoptan maneras romanas solo si ereen que hacerlo ayudara en su cometide de sojuzgar a los romanos; son brutaes y eruces, tragan cantidades inconcebibles de carne y cerveza malas, y sus barbas levan peg- dos trozos de comida’, Me temo que e autor, que vive en Bolo- nia, deberd esta forma de ver el asunto, no menos que al siglo, a su propia experiencia de turistas alemanes y briténicas en las pizzerias de Rimini. Como era de espera, la idea de que los invasores fueron i ‘migrantes pacificos tiene su sede en el norte de Europa y Améi- ‘a del Norte, Esos volimenes recientes que, patrocinados por la Fundacion Europea para la Ciencia, examinan los ascntamientos ° A. Caran, euima dil sepota 9 dl massimo dsweo, second un archeologoe, en A. Candin, I Craeo yA. Giardina (es), Store ab Roma, TIL Lee vrdoontice lught le caltare Rema, 1994), 138, Giardina, «Be ploione ci tardomsicoo; A, Schiavone, La storia speeata: Rama antics & Ost ‘doze moderne (Koma y Bai, 1996). Tra. ings The End ofthe Par, Acne Romeond the Modern Wert ead. M. |. Schneider (Cambridge [Mastachuses), 2000). P- Delogu,«Ttansformaton of dhe Roman World: Reston on Cs ‘nent Research, en E Chysos el Wood (eds) ast and West Modes of Com ication Lien, Boson y Colonia, 1999), 243-257. 7 Nneio Massimo Manfred, sine legin, Barcelona, 2002, 22 eee dal siglo V y los presentan como esencialmente no trauméticos, Jos dominan estudiosos sobre todo austriacos, alemanes,ingleses y cxcandinavos. Los idiomas oficiales del proyecto eran inglés y Francés, pero of que las conversaciones tas las que se originaron los voltimenes a que nos referimos a menudo derivaban al ale: min, lengua comin més evidente de los participantes, La mayoria de historiacores que han defendido una Antigie ddad tarda nueva e idifiea son norteamericanos, 0 europens esta Ulecdos en Estados Unidos, y han desviado su atencion del Im- petio romano occidental. Muchos de los datos sobre los que se Sostene esta Antiitedad tarda nueva y optimista son exclusivos del Mediterrineo oriental, donde, como hemos visto, hay atesti- ‘guada prosperidad para los siglos V y vt, y en Levante ineluso Para cl Vit. Hice un rudimentario sondco de ls entradas breves de la reciente Gua de a Antgieded tardia, y encontré 183 que se ocupaban de personas, lugares u otros que fuesenespeciica smente orientales; solo 62 —el 25 por 100—lo hacian de occiden- tales. En la nueva Antigiiedad tardia, partes del mundo antiguo aque se consideraban margnales se han convertido en centrales, mientras que zonas orientales que una vez fueron importantes se pierden de vista, Esta Gufe no contiene, por dar un gjemplo,en- teada para los francs ni os visigedes, pueblos que dominaron la Europa continental de los silos v-vit;tampoco aparecen los b ‘énicos, los anglosjones. Un punto importante de esta forma de ver el asunto sf resulta positive, Viene muy bien recordar que, mientras los pueblos de Britania quira ni merezcan ua entrada en un bro de texto que se cocupe de los siglos t-vm, la cultura oriental esto en su apogeo hasta finales del siglo vi —y més. La nueva Antigiedd tarda «s, cn part, el corrective de un vicio anterior el de asumir que en al siglo V decayS todo el mundo romano solo porque tal ocuriese en Occidente:Reubiear el centro del mundo para os sigos1V-v en Ezipto, Oriente Medio y Persia supone un estimolante desaffo a nests esquemas mentale y expectaivascultuals. Se desprende, no obstante, claramente un problema de im poner « pati de datos solo orientale, «todo el mundo romano 28 [LACAIDA DE ROMA VELFIN DE L.A CVILIZACION. ¥ post-romano una Antigliedad tardia floreciente. En los «malos tiempos» del pasado se imponia a las provincias orientales la de- ceadencia occidental de finales de la Antigicdad. Ahora, en ver de dejar cada regién del imperio a su aire —floreciendo algunas entre los siglos V-vi, otras no—, se impone a Occidente la plan tilla de Oriente. Una Antigiiedad tardia apacible y prolongad tuna que se extendiese incluso hasta 800 d. C., podria ser una nnera interesante y constructiva de acercarse a la historia de Oriente Medio, pero distorsiona gravemente la historia de Occ dente posterior # 400, y a de la regién del Egeo de aproximada mente después de 600. Que a lugares asi se haya impuesto un pe- iodo ininterrumpido y dilatado que se denomina Antigiedad tardia y abarca 250-800, solo ha sido posible dando la espalda a lun corte traumatico en la vida politica, administrativa, militas, so cial y econémica' La Ginica forma en que puede concebitse una misma Antigtic- dad tarda para todo el mundo romano —y se trata de algo cons- ttructivo— es centrarse en el tinico cambio «positivor que durante dlicho periodo —emtre 250 y 800— afects al mundo post-romano en su conjunto: la difusin y triunfo trascendente de dos grandes ccultos monoteistas sobre las relgiones ms antiguas romana y pet. ‘a, Precisamente en tomo a este proceso se ha construido la nueva Antigitedad tardia, ya través de los notables cambios que supuso én las acttudes hacia muchos aspectos de la condicién humane, ‘como el sexo, la muerte o la identicad, Esta Antitiedad tardia es, antes que neda, un mundo mental y espiritual, hasta el extremo de {que los datos seglares pricticamente se olvidan, Hasta hace bas- ‘ante poco, la historia de los siglos v-vit se eseribia desde puntos de vista institucionales, militares y econémicos’. Ahora se da lo ‘contrario, al menos en Estados Unidos. De los teintay scis wold. ‘menes hasta ahora publicados de una serie ctulada «Las transfor- ‘maciones del legado clisico» (The transformations ofthe Classical Hertage, University of California Press), treintadiscuten los mun- SEs Ie pric, la Antigen cardia reconose et, pus abandons ca to dese spect dela histor ode ca date de 90, el mind Zaring ris el comienza dl sil tg, ° Ejempliiado en la magisral ob de Jones The Leer Roman Empire, ARTEL aR es pen {TODO LO MEJOR EN EL MEJOR MUNDO FOS! desma enlaces cnc cet pen tse ya prc ans) solo cnc os ibnen saute tris slr (coma police ls adiinisa ba) dels tle ‘Slostioabtontabanietorre En cierto sentido, en la nueva Antisiedad tardiaencontta- ‘mos, aunque bajo formas mucho mds sofisticadas y sectarias, una vuelta a una concepeién anterior de los sighs post-romanos ‘como era espiritual, incluso como «Edad de la Fe». A modo de Soria a clafesaleach caches atid beteec a ‘nién que en 1922 expresd sobre las «Edades Oscuras» el escritor sles gly ake pet Drtoon consis algae ‘quetencia, son mucho mas transparentes que los de los historia -dores actuales: Al historadoeéeglr la primera Edad Melia ncesniarente cpa paecentole tidal Gnrocn- wan ER Sn culua iterature sel, dada» dispute noel ya dogmas incomprensbles(-1- Pras ctl, sn embargo.c0 son occurs, pees sn ua ensnede:peeseactsn la coven de Occidente I fundacin dela civiacn estan, yla crea cin del are cristiano y In Heugia catlcn. Fu, por encima de todo, le Edad dels Monies ‘Vuelve a ser instructiva una ojeada a las entradas breves de esa reciente Guia americana. Si.nosfijamos en los pueblos del ‘mundo antiguo tard, yu hemes visto que estin ausenesvisigo- dos, francos,britinicos y anglosajones. Demonios» y ingeles, Sin embargo s tienen su entrada cada uno, come hay ot part sllimory oa pura =Punor, sofas sears se os despacha en poco espacio, peo una serie de herejes y ascetas tucntan con cutadeeindiduales. En ano bes Pee Precorio», una de las figuras més poderosas dela politics ylaad- rinisraci6n romanas tardias: nada hallé entre las entradas de Par una fuerte delena de as nuevas posicincs, sobre todo americana: Pouden leans del turdoanicon "°C. Dawson, The Mating of Europe: An Invoducton tothe History of Eu rapean Unity (Londres, 1932), xa. 7s [EACAIDA DE ROMA Y EL FIN BELA CIILIZACION « y agermana> estén en paz. ' . Demnougeo, La Formation de Europe et er inasionsbarares, 2 ol en) partes Pat, 19691579), ° Gotan, «Rome, Constantinople, 21. ™ El proyecto, naturalmente data de antes e la ampliacin de le Uni Europea de 2004: lo eslvos no et lar dénde encajan en esta hota. Los «elias ya han tenido su homenae en una exponen cl Palazzo Gras de Ve- nec en 1991: «The Ces. The Fis Exropen. TODO LO MEJOR EN EL. MEJOR MUNDO POSIBLE? Los europeos siempre han tenido que penar para encontrar races comunesy gemenes de unk enw pata tbat. Buenas eredenciales historicas para ser base de una cultura y una {dentidad comunes podria tener la erence cristiana compartida, pero razones actuals hacen de este un tema delicado: el erst tismo, con tantas querellas sectaris, separa hoy igual que en ‘otro tiempo unia, y adoprarlo como insignia de «lo europeo» es obvio que acabaria de excluir del club a todos los no-cristanos, ‘Ademas, asociar Europa y cristianismo podria dar al Papa ideas de grandeza, tendria un molesto tono «americano», y —esto sin dduda— entraria en conflcto con tradiciones europeas —libera- les, de signo izquierdista— de politica seglar. i El Imperio romano en si, aunque en algunos sentidos sea un fabuloso precedente de mucho a lo que aspira la Europa actual —con sus zonas de mercado libre, su competencia abierta y esa Iealtad sin dobleces que inspiraba—, nunca ha acabado de ser ppara la Unign Europea un antepasado del todo satisfactorio. De- masiado recientemente Mussolini us6 el poder romano como parte de un programa nacional e imperial especificamente italia. no, y demasiado grande es la parte del norte y el noreste de Eu ropa que nunca estuvo en manos romanas —siendo las costas meridionales y orientales del Mediterrineo, sin embargo, centra to eee ee romana matginaria el norte de Europa, y podria tener su centro Ce Roma, eae y Estab, pero note Extssborg, Pincfon y Bruselas. Mucho més satsfactoria es una interpretacin de la historia que, manteniendo el pasado romano, lo «transforme» en ‘una Europa post-romana dominada por los francos. El centro de la Unién Europea actual —el triingulo Estrasburgo-Frinefort- Bruselas— y el centro del imperio franco de los siglos ViN-Ix coinciden bastante bien: Bruselas, por ejemplo, sta poco mis de 100 kilémetros de Aquisarén, residencia preferida y sepul- xo de Carlomagno. ‘Alnnorte de los Alpes, en ocasiones se ha querido utilizar @ los francos en favor de Europa de forma més populista y explici- ta, concretamente porque se los reconoce como ancestros comus res tanto de franceses como de alemanes. Ya en 1949 se insttuyé tun «Premio Carlomagno», concedido anualmente a figuras nota: 28 29 LAGAIDA DE ROMA Y BL FIN DE LA CIVILIZACION bles por su contrbucién ala unidad de Europa; también a Calo magno se conmemord en 1965, en Aquisgrin, en una exposici6n aque lo presentaba como «el primer emperador que miré por unit Buropa». Es discutible —cuando menos— que esto les pare ciese digno de loa a los lombardos, quienes perdieron ante l su reino italiano, lo sajones, a quienes masacro a milares. Jos francos de uns época anterior honraba en 19% una segunda exposicién que, fruto de la cooperaciéa Iranco-alemana, conme- ‘moraba el aniversaio ciento eineuenta del bautismo de Clovis acsecido, se supone, en 496, Se elgid para este proyecto el titulo alos Francos, Precursores de Europa («les Franc, Pr carscurs de VEuroper, «Die Franken, Wegherciter Earopas») ‘Una vez mas cabe preguntarse si ls francoshistricos respond rian cstas ideas tan altas que se es proyecta, aunque hay que re ‘conocer que el bautismo de Clovis, poeroso guerrero germano a ‘quien el obispo de Reims acepté cn la fe catsic, se austa bas tante bien la visi francesa de los papelesrespectivos de Fran- cia y Alemania en la Union Europea: la cultura y el evismo galos flten y canalizan hacia fins positives la potencia germana (fiz gure LUNA ANTIGOEDAD TARDIA «NEW AGE» ‘También hunde sus rafces claramente en actitudes contem: pporineas frente al mundo la concepcién de la Aniigiiedad tardia como tn conjunto de logros eulturales. A modo de ejemplo, no ‘es rato que iltimamente el Imperio romano no esté muy en bogs Y que, por tanto, su fin no se llore en exeeso. En Europ, los im- pris y cl imperialismo definitivamente pasaron de moda duran- te las décadss siguientes ala Segunda Guerra Mundial, yrara vez se los miré con simpatia en Estados Unidos, cuyos orfgenes se ‘remontan a una hucha por obtener la libertad del control imperial briténico, En Hollywood, el «imperio de La guerra de las gala. 1 Kal de Grose: Wenk und WirkungAquigén, 1965), ° Die Franken, Lex France Wegbrer Barons, Pricarsens de L'Eunpe, ir Jared Ming, 196) ODO LO MEJOR EN EL MEJOR MUNDO POSIBLE? Fig. 1 —Foviando la alin franco germana: el buutismo de Clovis por el obispo aloromsnn de Kelas, tly como se pint en 1877 tel Panecn de Pat Bi __LACAIDA DE ROMA ¥ ELFIN DEA CIVILIZAGION -xiases la fuerza del Mal, y sus soldadas de asalto en parte estén dlisefiados como guardias pretorianos. No soy abogado del imperialsmo del siglo xx1 los impe- Fios, me parece, ya tuvieron su dia—, pero juzgat a todos los im- perios del pasado de forma sumaria universalmente malos es un claro error La impesicin del poder romano innegablemente fue brutal, y muchos se opusieron con coraje, pero el imperio, mas alla de es0, fue evolucionando hasta convertirse en algo bastante sorprendente, muy distinto de cualquier imperio modemo. Ha cia el siglo 1V puede decirse que Ia aristocracia provincial habia olvidado sus ancestos trbales y se habia resignado a ser «roma na. A diferencia de cualquier imperio moderno, Roma no cx porque sus sibditos provinciales luchasen por la libertad». En- ‘re todas las posibles causes de la eaida de Roma que los historia- dores hen considerado, las revueltas populares para sacudirse el syugo del gobierno imperial ocupan uno de ls atmos lugares de la lista, Esta dificilmente puede sorprender, dado que, como ya largamente he argumentado en este libro, el gobierno romano, v sobre todo lx paz romana, erearon en Occidente unos niveles de bicnesta y sofisticacin que, antes desconocidos, por muchos si- _slos no volverfan a verse. Relacionado con el prestigio menguado de Roma en tiempos modemos, pero excedigndolo, durante el cltimo siglo también ha suftido una lamativa decadencia el estatus de las «Clisicas», cl estudio de la cultura greeorromana, En el siglo XIX, un europeo cultivado debia tener algiin conocimiento de la cultura clisica, pues se consideraba el producto de una gran civilizacién, Hace ppoco me quedé de piedra al ver que en editoriales de Times de la década de 1880 se intercalaban acagios en griego antiguo sin tra . No nos invade el deseo de emular el ascetismo de un santo, como Cuthberto de Lindesfarne, quien 1pas6 noches solitarias inmerso en el mar del Norte alabando Dios, pero, visto desde una distancia conveniente, resulta muy atractivo, en contacto tanto con Dios como con la naturaleza tas sus viilias, un par de nutrias saldrfan del mar a secarlo éon su pelaje calentarle los pies con su aliento . Se trata de una versién del pesado mucho més fraudulenta que la mia, con sus mapas de distribucién de asentamientos agricolas y su discusién sobre la cerémica de buena 0 mala calidad. ‘Romper con la historia econdmica no es patrimonio exclusi- vo de la Antigiiedad tarda, Al prototipo actual de estudiante de Historia es muy complicado convencerlo de que merece la pena cemplear incluso unos dias indagendo en un asunto de historia ‘econémica. Al menos en Oxford, incluir eeeonomia en el titulo de una asignatura de le licenciatura de Historia ¢s condenatla « "Bed, Vite Set Cuthbert Xe y tad. B: Colgrave, Tico Lives of Sat Gurbbert Cambidge, 1990), 188.191. Ba TODO LO MEJOR EN EL MEJOR MUNDO POSIBLE? muerte, y me doy también cuenta —con dolor— de que « mu- chos lectores les habré empujado a dejar est libro mi uso repeti- cdo de ese palabra —por lo que, si usted ha llegado aqui, me sien to agradecido—. En la década de 1960, la historia econémica estaba muy en boga, porque llevaba una parte importante en las interpretaciones marxistas del pasado. Cuando la Yamada de la teoria marxista remitié —como ocurti6 con la caida del comunis- mo—; la mayor parte de los historiadores y el piblico lector, en vez de buscar modos alternativos de estudiar la historia econémi ‘cay comprender su importancia, parece que se limitaron a aban: donarla, La nueva Ancitiedad tardia esté fascinada con la historia de Ia religion, Esto, como laico que soy, me aturde, y:no me oftezco ‘como comentarstafiable del fendmeno. A veces me he pregunta- do sies mis fuerte en Estados Unidos por detempefiar hoy all la religion un papel mucho mis central que en la mayor parte de Europa. Es un hecho que solo en Europa se encuentran histori dores como yo, con un interés activo en aspectos seglares defina- Jes del mundo romano, como la historia politica, econémica y litat. Por otea parte, los estudiosos que sostienen la nueva ‘Antigtiedad tardia en Estados Unidos provienen de la intelligent- sia de ambas costas, de manera que no, no nos hallamos ante una telacién estrecha con el «Cinturén de la Biblia» ®. Suelen cen ‘rarse, de hecho, no en los aspectos més intransigentes y funda- mentilistas de la religin tardo-antigua (que eran muchos), sino mas bien en su sincretismo y flexibilidad. Puede ser que nuestra propia époce haya contribuido a ‘manera concreta en que ectualmente se estudia la religion de la Antigiiedad tardia —sobre todo en Estados Unidos—. Esta ‘manera hoy de moda no es la tradicional, que aiin se practica, por ejemplo, en algunas zonas de la Europa catélica, y se caracte- riza por la reconstruccién laboriosa de textos canénicos, asi "Grupo de estado del medio arte de Estados Unidos concides por ete sombre pore abundancia de elias (N. de fos TT) BS LACAIDA DE ROMA ¥ ELFIN DELA GIVILIZACION {ODO LO MEJOR EN EL MEJOR MUNDO POSIBLE? ‘como por el estudio de instituciones religiosas, como el papado, y estructuras y creencias ortodoxas. Las figuras celigiosas tipicas ‘dela Antigiiedad tardia no son papas y obispos reunidos en con- cilios, estableciendo la doctrina © desarrollando la liturgia, sino ‘earigmaticos ascetas e intclectuales que, ya aislados, ya en comu- niidades pequefias, buscan su senda hacia Dios de forma indivi dlualista, no corporativa 0 formal. Quizi haya tenido un impacto profundo en esta manera de estudiar y presentar la religiGn tar dovantigaa la moderna espiitualidad ew age ‘Sus ais. ‘Aunque creo que las nuevas actitudes hacia las invasiones ‘érbaras y a etransformaciény del mundo antiguo son defectuo- sas, qué duda cabe que también tienen aspectos positivos. La teotia segzin la eual los pueblos germanos se establecieron en el imperio de forma paciice corrige el mito de que la caida de Occi- dente fue una ttinica lucha ideol6gica entre dos grandes fuerzas, lunidas, Roma y alos bérbaros». La verdad es que hubo bastante lugar para alianzas y para cierto grado de entendimiento entre las tribus germanas y los romanes nativos, ¥ tanto unos como otros Juchaban entre si con igual frecuencia que contra el enemigo. Detenerse aqui equivale, sin embargo, a centrarse en el grado de colaboracién y entendimiento que tuvo lugar durante la Se- sgunda Guerra Mundial en la Francia ocupada, on las isla del ‘Canal de la Mancha, y conctuir que la presencia alemana ni cau saa dolor ni problemas. Demasiados indicios de los silos Vy Vt puntan a que la invasin fue traumétic; «que vivir on los con: duistadores suponia aceptar unas condiciones muy difciles ‘En mi opinién, la nueva idea de una Antigiiedad tardia pro- Tongada tiene ms a su favor que la teoria de una conus bi- bra pacifica. En efecto, estudiar los siglos v-vit como parte de la Antigiiedad, ya no de la «Edad Media», resulta oftecer venta- jas incluso para Occidente, donde, como he dicho, se ajusta muy mal ese modelo de un periodo sity upturas, préspero. Especial ayuda es ser «Antigticdad tardio» y «tardo-antiguo» moneda de nuevo cuiio, ain no difundida entre el vulgo, y estar libres, por 26 Allo, de ese sustancioso afiadido de connotaciones equivocas que sillevan consigo «Edad Media» y «medieval» —por no decir ‘dad Oscura»—, La imagen popular de la Edad Media tiende a ‘er, o bien aliamente roméntica —mundo de caballeros andantes, dlamas y bizatros unicornios—, 0 bien extraordinariamente Ii fubre: el término medio, si es que existe, escasea, En el mundo fctual, concepciones asi tienen mucha fuerza: en inglés nor- teameticano recientemente ha aparecico la expresién «ponerse ‘medieval; significa ponerse violento hasta extremos de verdad dlesagradables. La nieva edicién electrOnica del Oxford English Dictionary lustra este uso con una cita de la pelicula Pap Fic- ton, de Tarantino: ain’ through with you by a damn sight. I'm gonna git Medieval on your ass». La «Antigiiedad tardiay y ‘etardo-antiguo»,al/no llevar adosado semejante bagaje, son un relevo bienvenido. [La «Antiptiedad tarda» tiene ain mas ventajas. EL mundo antiquo tiende a verse como un conjunto, y los historiadores que To estudian, como suelen estar bien informados sobre los proce 08 que afectaron a todo el imperio, se valen de comparaciones y contrastes para aislar lo especifico de una region conereta. Pero festa vision global e inclusive se estrecha una vez entzamos en la ‘Edad Media»: varias veces me he quedado de piedra al darme euenta de lo poco que sabian, « pesarde la abundancia de fuen- tes disponibles, del reino franco vecino distinguidos estuciosos ide la Beitania y la Italia post-romangs. Los estucios «medievales» han tendido a ir hacia el pasado desde el presente, en busca de Jos origenes de las naciones de Europa, y por es0 con frecuencia quedan demasiado limitados a una zona®. La «Antigiedad tar. clam, al partir del mundo romano, oftece un marco mucho mas amplio y cosmopolita. "Quentin Tarantino, Palp Fon (1998), 11, come aparece en Oxford Emplh Dcomer, erccra din OED Online, sanediel (borrado de junio Se 2001), daa no he actbad contigo. Me voy a poner mediesal con tu ‘lon yeas scbne todo, C.J. Wicthacn, Fung be nly Middle Aes (Ox: fod, depron publican), cp. 37 [ACAIDA DEROMA Y EL FIN DELA CIVILEZACION He defendido el derecho de los histosiadores «usa pal bras complica, como acivliacinn ywcrinis, augue deben cserimitse con cuidado y precision, pues son algunas tésminos en verdad polémicos. De hecho, cada ver me deja més con la boca abiera gue en a itraturahistrice tao se reba la pala: bra cecadencan sin que nae se inmute constantemente se wg ascnson Queen pala derma. «Decadenclan x posible ue tenga, ademas de ss conno- fugremente negativas, otras morales. Cuando usamos saciones om “GE ern

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