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“En Chananes a mavés de los tiempos Jeremy Narby y Francis Tce Cc Ne ene eect Sone es ee a ORE yee ene ene Ihombres y majeressingulares que imitaban los sonidos de los animales Pay ert ria ere entree arte testi ‘epletos de hormigas venenosas? DS Ce et ees oe etn ny Serer ar Ricans ena y Pecos een er ee CIEL Recor ener ee rnc nea errs tee i opr a cea eed Teena et etree se enn Citi Ree ur ots caty Ee Cran a ne een Sue Shen nite ince ooo ate ‘momento, firms que el estudio de los seres humans pod ser una cien- ern eae aa ne a Pere Ne tern ore te on quinenon aos de tertimonios de chamanes de edo do, Eon ener narra eee eee cn en ny Jos chamanismas, que incluye antfulos de pensadores tan renombrados eon rv ae aco renr ee eee ae een Universidad de Cantcrbury (Reino Unido) y obtuvo un doctorado en cena eee Seem te ants de The Cosmic Serpent y DNA and the Origins of Knowledge Francis Huxley, licenciado en Antropologia por la Universidad de ‘Oxford, ha publicado Afable Savages: An Anthropologist Among the rubs Indians of Bracil; The Invisibles; Vodoo Gods in Haiti; The Way CORR eo a 1 The Seer and the Seen. Croat Gare ilelnion prea ayrtan Comets tO) Drea ne Jeremy Narby y Francis Huxley Jeremy Narby y Francis Huxley CHAMANES A TRAVES DE LOS TIEMPOS Quinientos afios en la senda del conocimiento ‘Traduccién del inglés y el francés de Ferran Mestanza i Garcia editorial 1 airos Numancia, 117-121 (08029 Barcelona wwweditorialkairos.com ‘hulo oa: SHANANS THROUGH TIME (©2001 by eemy Naty 9 Face Huey dene ncn “0S by ae Kas 8A Primes se: Sepimie 205 ISBNoters99 Depo egal 83 esc005 excep: acres St Alco, 106108 eo 8014 Batons Impey encase: ae, av, 1970019 Barina Tides os deste send No et pen epee pal de ‘ae ia eeprom wanna pe esos ces, mecinon pe feapus, for mgs 0 por abe mats sao de Iyer xan a nc deen nar re resco et Sel popiee et copyre Rahangr te pregant entonces:«; Cust es lacie rene ene el sue la reat? ¥ en el sueho b- iuyo cualquier forma de visién estando despierton El poeta se srprenis, cunque la pregunta era dest completo agrado, Este le responds: «No hay ningu- na diferencia en verdad, puesto que ambos se ene mezclan, se relejan el tno al otro, dependen el ino del otro, no pueden existr por separado proceden de {amis fuente, cad un es lusorioy real al mismo tiempo, 9 ninguna es rel sin el oro» ‘Maurice Conus ‘Tae Mrsreny oF Deap Loves (1951) ‘Aquellos que no esperan encontrar lo inesperado tno lo encontrardn, puesto que no hay camino ni ha sido explorado.» Henscur (6. ¥ ane) SUMARIO Agradecimientos ‘Aviso al fector Introduccin: Quinientos aos de chamanes y chamanismo Jeremy Narby y Francis Hurley, Partel LA VISION CRISTIANA: “PASTORES DEL DIABLO” 1. “El culto al Diablo: el consumo de tabaco ppara recibir mensajes do la Naturaleza” Gonzalo Fernandez de Oviedo (1535) ...... 2, *Pastotes del Diablo que aprenden los secretos dde a Naturaleza" André Thévet (1587)... cesev ee 3. “La llamada del Diablo: eyunar con tabaco para aprender curar” Antoine Biet (1654) G00 4. El chamin: “un vil mago que invoca ‘alos demonios” Avvakum Petrovich (1672) .. B 4 1s 27 31 37 40 Sumario Parte LA VISION HUMANISTA SE VUELVE RACIONALISTA: DE “APRECIADOS JUGLARES” A “IMPOSTORES” 5. Los slvajsaprecin asus jules" JoteohPrangos Lata (175) 6 "Lor chnane on mest’ que price trata con el Dbl ua veces elaan precciones basis aces” Denis Dido (1743) 7. Impose esas ipod dia magia 1a Gogh nee ra ima Parte UI LOS PRIMEROS ANTROPOLOGOS 8. Bl animismo esl creo Eévant B. lor (1871 9, Un hombre blanco ate un paiman Everard F. Im Thurn (1883) . . 10, ELangakog villa una lengua pec Yestblece Io tabs Franz Boas (1887) . . 11, Eltemino “shamanism peligrsameais dint ams maou ay 12. Condens po inspira Waldemar Bogoras (1908) 18, Curacin yaivinacin mediate ventilocuisto y otros aides Viadinir Mich Jocheson (1908) 14. “Una elas de personas varipina Roland B. Dison (1908) espititus 43 45 50 58 7 9 o 6 n 6 2 Sumario 15. Querer contactar con los espritus no es necesariamente chamanismno Franz Boas (1910) 88 Parte IV ‘SE PROFUNDIZA EN LA COMPRENSION on 16, Una experiencia cercann a la muerte Ialo-y Knud Rasmussen (1929) 7 17. En busca de conovimiento en la soledad dela naturaleza Injugdiruk y Knud Rasmussen (1930) 100 18, Llamar a 16s espiitas por primera vez Alce Negro 9 John G. Neihards (1932) 104 19, Los chamanes hechizan la caza Willard Z, Park (1938) 110 20. Los médicos aborigenes son personas extaordinaras, ‘Adolphus Peter Elkin (1945) ~ 3 21. Los chamanes como psicoanalistas Claude Lévi-Strauss (1949) «2... 19 22, Utilizarsustancias invisibles para hacer el bien y el mal Alfred Métrauc (1949) 13 23, “El chamén sufre un trastomo men George Devereux (1956) 126 24, Ladanza medicinal de los ‘kung Lorna Marshall (1962) 129 Parte V LOS OBSERVADORES PARTICIPAN 133 25, Famando enormes cigarres Francis Husley (1956)... 135 Sumario 26, “Braun oo sn cee . sin ceo suspend en ol ite’ an eatin on 185 ed, clara, conocinien poet Caries Castaneda 908) 28, Unachaman pede su clevacidn or releciontse son los obseradores Marta Sabina yAbvor Esrada (197). 29, "Me sent come Secatsscepand clei so, lel tamer (1960) 0 nt petnentr sno del cam pra ener Holger Kalweit (1987) ee — Parte Vt SE REUNEN DATOS SOBRE UN FENOMENO POLIFACETICO 31. Dardos magicos, chamanes hechiceros Yy chamanes curenderos ‘Michael Hamer (1968) — 32. "Una magnifica epresentaci6a teat” Jobn Hitchcock (1973) «2... 33. Dos tipos de chamanes japoneses: el medium yee asceta gq, amen Blacker (1978) oon. ‘Chamanes, cuevas y el sefior de fos animales Waiter Burker (1979), nme 35. “Plantas maestras” : a, is Euan Lan 2984). . in chamanresistea la tentaciGn dela bruja (publica ua libro) ower Fernando Payaguaje (1990) 37. Entrevista con un chamén asesino Ashok y Peter Skafe (1992) 140 as 156 159 170 179 181 187 196 202 au ais Sumario 38. Proyectiles invisibles en Attica ‘Malidoma Patrice Somé (1994) 29 Parte VI EL CONOCIMIENTO GLOBAL Y EL CONOCIMIENTO INDIGENA CONFLUYEN ¥ PERMANECEN SEPARADOS .. 225 39. Chamanes, “esplrtus”eimaginasio mental Richard Noll (1957) ...... ses 27 40, Los chamanes exploran la mente humana Roger Walsh (1990) .....20.++2 5 21 41, Entrenarse para ver lo que los indigenas ven Edith Turner (1992) .. + BS 42, Un “lenguaje alambicado” como método de conocimiento Graham Townsley (1993) 239 43. Turistas y pseudo-chamanes Marlene Dobkin de Rios (1994) pees 44, Chamanes y ética en un mundo globalizado Eleanor Oit (1995) pobooeoeeeucoood £7) 45, Los chamuanes como investigadores boténicos Wade Davis (1995) ...... 262 46, El chamanismo y el mercado especulativo Piers Vitebsk (1995) .. 268 47. Chamanes y cientficos Jeremy Narby (2000) ... oO Referencias y autorizaciones . 283 Notas alos comentarios de los editores y lecturas complementarias ces 293 AGRADECIMIENTOS Gracias & Jon Christensen por sus consejos editoriales a lo largo de este proyecto, a Marie-Claire Chappuis por su infati- sable y fidedigno trabajo bibliogréfico, a Yves Duc por su Ayuda con les traducciones del aleman, a Frangois Gendre por ‘0 ayuda en la transeripcisn, « Mark Waldman por su excelen- te edicidn ya Jeremy P,Tarcher por ser el padrino de este libro. B AVISO AL LECTOR Este libro presenta un recomido a os tn recom & través del tempo on el gues descabes esonnos de pners ano sobre leach es, elaborados por misioneros, exploradores,aveatursne naturalists y dsidentes politicos paride estos puimeros re, datos se apreciard a aparicin de la antropologta 0 desde la distancia y luego de un modo més do Ios invest chaménicas. cereano, cuan- igudotes empezaron a participar en las sesiones 4 INTRODUCCION: QUINIENTOS ANOS DE CHAMANES Y CHAMANISMO “Jenenry Nanay Faves HuXteY ace quinientosafios, cuando los primeros europeos ini- ciaron la exploracién de América se encontraron en numero ‘sas comunidades con personas que aseguraban comunicarcon Jos espirtus con el in de aprender sobre I vida y la curacin. ‘Algunos de ellos ayunaban hasta la emaciacién, otros bebian jug de tabacolicuado olievaban collars llenos de hormigas ‘enenosas, De este modo, al presenciar tals hechos y esr bir sobre ellos, Jos recign legados expresaron a menudo una profunda aversi6n. En 1557, por ejemplo, el misionero ‘83 André Thévet visits Brasil y amé a estas personas “‘pas- tores del Diablo”. Thévet cueston6 la bdsqueda por conocer Jo que él consideraba un saber prohibido: «{Qué necesidad hay de buscar con excesiva curiosiad los secrets de la natu raleza y otras cosas de las que Nuestro Sefiorse a reservado ¢l eonocimiento para él solo? Tal curiosidad ¢s una muestra 4ejuicto imperfect, ignorancia y fla de fey buena eligi. 15 Introduccion Enel siglo xvi los rusos empezaron la cotonizaciGn de Si- beria y ellos también se encontraron con personas que afi ‘aban comunicar con los espiitus. Ente la poblaciSn de ha bla tangusa de Siberia oriental, éstos eran conocidos como saman © shaman, Estos shaman tocaban el tambor,cantaban ¥ Actuaban como ventflocuos y juglares,imitaban los sonidos e tos animales en la oscuridad o fingian clavarse cuchillos 2 ‘ates dao, infuir sobre el tiempo o las press de la caza y pre yer el futuro, El padre Avakum Petrovieh, quien proporciond el primer relato escrita de un shame siberiano, le desoribis. como «un vil mago que invoca a los demonios». A medida que los exploradores occidentales se extendian ppor el munklo, encontraron gentes distintas que devlaraban ‘comunicar con los espiitus para aprender sobre la vida y la ct raci6n. Estas personas recibian distintos apelativos en sus Co. Frespondientes lenguas, como pagé, piayé, angatkut, aren, diouannens o shaman. Pero los exploradores, ue proveatan de palses como Espafa, Inglaterra, Francia, Rusia o Alemania, se ‘seliieron a ellos como juglares; hechicetos, magos, taumatur, £808 y ottos términos, a menudos descalificativos, En el siglo xvi, en el marco dela Hustracién, tos occiden- tales empezaron a observar el mundo con una nueva mirada, Ast, lfil6sofo alemén Immanuel Kant proclam6 el que seria llema del Sigh de las Luces: ;Atrévete a conocer!” Aunque, en general, los primeros observadores racionalistas continua, ‘ron menospreciando a los chamanes, al menos ya nose tema al conocimiento, Pero el extrafio comportamiento de los che ‘mates atin resultaba perturbador puesto que, segin su punto A vista, os rtuales chaménicos y sus trucos poco teian que vet con el verdadero conocimiento, Estos observadores pre-cientficos buscaban tener una mi ‘ada prudente y “objetiva” sobre los hechos y su objetivo era ‘comprender el mundo a partir de la razén, Asi pues, cuando se 6 Iuroduccion satan aes ain et oi sage haste ase wag nies eae ‘Sietgc ser pee ort "El siglo X0x vio nacer el estudio académico del sa b 4 pologfa social o etologia. Esta tivo un pe inicio, resto i -70s antropélogos crefan que los pueblos in- -nas eran “salvajes” y “primitivos” y que pertenc Seite w ote emcee ain = cto obtane en as Postimerias siglo x algunos a- Eile sng ncn Sta atthe Ceres catty ms Searels Sn Orage pecan ean arpa eae can tly et scans peter mete Seite peers aracps Saeed meee eae oes tin eta tle aka inten tt So Seitane Sie eh ” Inoduccion ‘gente allfafuera, en la gran Soledad, y no se encuentra en a ac- i6n sino solamente a través dela paciencia. La soledad y Ia ppaciencia abren la mente humana, por lo que es aqui donde et ‘maiae. Laftay fe un lustvado precursor dela antropelogta ‘modemaa y es que, en aquellos tiempos, los Jesuits eran los ‘enuditos mis lusres de Europa y hasta aquellos que recela- bande la religidn enviaban asus hijos asus colegios. En todas las épocas del paganismo se a visto alos adivi- ‘nos como sabios que tenfan el conocimiento de las cosas di- vinas y humanas, que conoeian las propiedades de las plantas, 45 La visi6n humanist ve vuelve racinatista Jas piedras, 1os metales, asf como todas las virudes ocultas y todos os secretos de la naturaleza, No solamente penetraban en el fondo de los corazones, sino que también predecfan el futuro, Lefan el destino en las estrelias y los libros, y mante- ‘fan un Comercio fntimo con os dioses del que el resto de los hombres no era digno, toque, unto con una vida anstera y una conduct estricta, ireprochable y sin censura, al menos en apariencia, les hacia respetables 2 ojos de la gente, que acu- {a a ellos para consultarles en tanto que oreulos e intérpre- tes de la divinidad. Los arendiouannens 0 agotsinnachens, los sucesores (hu rones € iroqueses, respectivamente] de estos adivinos, son también personas extraordinarias cuyo estatus les hace dignos {e consideracién. Se les consulta en todo tipo de asuntos como fuentes de verdad, puesto que no solamente explican los se- fio y los deseos secretos del alma sino que, de hecho, no existe nada que no trate su ciencia, Las predicciones sobre el futur, 1 éxito de una guerra oun viaje, las causas secretas de una en- fermedad, aquello que puede determinar una buena caza 0 pesca, las cosas sustrafdas porel hurt, los encantamients y los ‘maleficios;en fin, todo cuanto tiene relaci6n con a adivinacién ‘es desu incumbencia y debe pasar por sus manas para que pue- dan descubrir et origen del mal, conjurarlo, desvialo y aplicar el remedio adecuado. Es de este modo como hacen valersuofico, ‘Cuentan también con otro tipo de personas excepcionales, {que ellos llaman agotkons o espiritus,y que son aquellos que Tanzan encantemientos 0 maleficios. Su nimera es bastan- teelevado en ambos sexos, pero de las mujeres, en particular, se sospechia su relacidn con este mfsero oficio, que sélo pre- tende hacer y causarel mal, por Io que se las mira con horror 1 éstas se ven obligadas a esconderse para realizar sus miste- ios malvados. Al mismo tiempo, dan crédito alos adivinos, ‘cuya principal ecupaciéin es la de descubrir estos encanta- iientos, reveler sus autores y proporcionar un remedio {..) 46 “Los savajesoprecian asus juglares” ‘Los misioneros de Nueva Francia, en su mayorfa, sultie on ainfluencia de est tipo de adivinos que, al arastrar Ia po- blacién a sus supersticiones antigua, representaban el mayor ‘obsticulo para su conversion. Aguéllos, en primer lugar, exa- ‘minaron con esmero si el Dernonio participaba en sus encan- tumientos y en sus otras pricticas supersticiosas, pero a pesar de su empetio no pudieron deseubrir nada sobre lo que soste- ner un juicio seguro. Entonces, ante tal incertidumabre deci- dieron condenar de todas formas sus supersticiones, que son ‘iertamente pemiciosas, y administrar el bautsmo s6lo a aque- los que hicieran profesisn abiertamente de condenarlas y renunciar a ella. Ademiés, debian considerar los encantamien- {os y Ia adivinacisn como meras necedades y ver en los su- puesto adivinos nada ms que simples charlatanes y pésimos sédicos, por lo que fueron llamados desde entonces “jul res", como si todo su arte no fuera més que una patra. ‘Aunque no es de mi incumbenci el decidir sobre esta cues- tién, quiero creer que todo cuanto estos juglares hacen de ms- ravilloso concieme, en el fondo, slo alo natural y no tanto por lo que sus predicciones tienen de sospechosas y, a menudo, contrarias a los hechos, como ellos pretenden (puesto que ] Demonio ha sido desde siempre el padre de ia mentra y ba arrojado a los hombres al error, mediante oréculos falsos y ‘ambiguos), sino porque, de hecho, no hay muchos trucos de ii sionismo y prestidigitacidn que no se puedan imitar con ar- timarias, por lo que resulta cast imposible distinguir entre la realidad y el engafo. ‘A pesar de ello, hay ciertas cosas que me han impresiona- doy que, a mi parecer, merecen una especial atenviGn.[..] EL poder para hacer cosas extraondinarias tanto para unos como ‘para 0s, proviene del mismo principio, es decir, de la co- -manicacin con los esprit. De este modo, el aprecio que sien- ten los salvaje por sus juglares y Ia aversion extrema que tie- nen por aquellos que echan encantamientos, me hacen pensar ” “La vision humanisa se wuelverecionaista aque sl menos istinguen ene fos eaprts con ls que ereen omuriear, de al modo que piensan que los buenos son aca sa de las maravilas que hacen sus aivinosy que los mals, Porel contatio, son Ios ators de os maleficosy los sorte ios.) Los juglaresposeen algo que petenece ain misao vino. Se es ve entrar manfistamente en est éxtasi que liga todos los sentdosy los mantene suspends, Fl expt extato parece poseeres de um modo palpable y sensible, dominar todos sts Srganos para actuar en ellos inmegiatamente. Les hace entrar en el etusismo les produce los movimientos convalsivos propos de ls sbi les habla desde el fondo del pecho, al igtal que las pitoisss& quienes se llamas verr telocdas, ya veces les levantaenel io les hace pareces ma yores que su estarur normal En este estado de entusiasmo sv epirit pave estar ab- sorbido en el de aqusl que es posee; ya no son més ellos mis- ‘mos, como agueiosadvinos de le gue habla Fambique, en los que e esr extranjeroactaba tan fuerte que no sola mente Se reconoctan 2 s miamos sino hen siniers se Sentian, y no percibian ning dolor de cuanto sels infligie= ‘a durante ese tiempo, de tal modo que sels pois quemar con Fuego impunemente,pincharles con alfleres ardent, ares hach20s sob los hombrso haceces cortex es los bra 208 con naajas. Bfestivamente, en estos éxtasis els e tras zarel fuego ycaminar sobre bras ardients sin stir dato Algono, como aquelios de los que habla Visi, que reibian Ininspivacion de Apolo en el mone Soact,o como aqulios ‘que menciona Estabén, que adivinaban el fatro gracias ala diosa Feroni, © como las mujeres de Castabala en Sicilia, quienes, segtin el mismo stor, se consagraban a Dana Peta sia. Adem, se meten grandes to20s de madera en el gazna- te, se enroll grandes sepientes en el pecho y hacen tantas oxeas ail eosas que parecen ser maravilosas 4 "Los salvaje aprecan su uglares Y¥ es precisamente mientras hacen estas maravillas cuun- do ven cosas de ininitas formas distintas en el interior de st tmismos oen el exterior, puesto que poseen més o menos los tnismos métodos de adivinacién mediante la piromanci, a hidromanciay otros métodos que han sido detallados por los sutores que han tratado la magia y Ia adivinaciGn. El esp acta en ellos comoen la Anighedad,apartr de determinadas sefles, como son el sonido de los piatllos de bronceo cul aquier oto insrumento de misica, iris pociones os palillos de adivinacisn, la harina, los edletos y deeds. [-] ‘La segunda cosa que me ha impresionado es Su profunda convicciénenel hecho de que el poder del Demonio acta so bre ellos, e la eficacia de sus encantamientos y la virtud que poseen los juglares para conocer y descubrir aquellos qu los han realizado. ,Aceso es posible que desde los origenes de es- tus creencias no se haya descubierto el engafios slo se a> tara de meras patraias? En cada una de estas naciones,sien- do poco numerosas, el fraude es més ficil de conocer y los ancianos, los notables y, en definitva, todos aquellos que soa ms jueiosos, al ser gents insruidas hubieran destuido si- milaes prejuicio. Pero esta creencia se halla tan extendida y cnraizada, que no existe una sola nacin en toda América sia sus adivinos y juglares, ni una sola que no tema aos encan- tamicntos, ni una sola en la que alguien reise recur alos jugaresy que nose someta de buen grado a toda las pruebas de iniciacién para converte una mismo en juglae *” 6. “LOS CHAMANES SON IMPOSTORES QUE PRETENDEN TRATAR CON EL DIABLO Y QUE A VECES REALIZAN PREDICCIONES BASTANTES ACERTADAS” Devas Dienot (1765) Bl filsofo y hombre deltas anes Denis Diderot fue el principal arfice de la Enciclopedia, una de las obras masts Sela Ilsracin, Formado en el racionalismo, Diderot fe un ‘expnent del ates materialist, aunque sa opin sobre los “Schamans” y los “oglares” muestran al menos un cierto esp ‘itu abierto, Diderot fue ol primero en inteatar define a los ‘chamanesy lego a identifier un gran mero de sus feces, Distinguisente los chamanesy Tos juglares puesto que elf ‘ino "chamin” vie de Rosa, "jugar se apicabaa América, SCHAMANS, m., pL, es el nombre que los habitantes de Si- beria dan a impostores que all cumplen las funciones de s3- 50 “Los chamanes son impostoes cerdote, uglat, brujo y médico, Estos schamans pretenden te- per influencia sobre el Diablo, al que consultan para conocer futuro, curar enfermedades y para efectuar trucos que pa recen sobrenaturales, ante un pueblo ignorante y supersicio- ‘0: para ello se sirven de tambores que tocan con fuerza, al mismo tiempo que danzan y dan vueltas con una rapide. sor- prenente; una vez se han alienado a partir de contorsiones y le fatiga pretenden que cuando el Diablo se halla de buen hu- mor entonces éte se les aparece. A veces la ceremonia se acaba fingiendo que se lava un cuchllo, lo que multiplica et assombro y el espeto de los imbciles espectadores. Estas con- torsiones suelen estar precedidas del sacrficio de un perro 0 tun caballo, que luego se comen con mucho aguardiente y ta ccomedia se termina con la oftenda de dinero al schamian, ‘quien no hace gala de més desinterés que los dems imposto- res de Is misma calatia, Juctanes (Adivinacin), magos 0 encantadores de gran renombre entre las naciones salvajes de América, en las que practican también la medicina, ‘Los uglares, como dijo el padre Charlevoix, sostienen que séloserelacionan con lo que ellos laman genios beneficos, y presumen de conocer gracias a ellos lo que suced en los pai- Ses mas lejanos y lo que suceders en fos tiempos mis remo- tos, descubrir el origen y la naturaleza de las enfermedades mds ocultasy tener el secreto para su cura, discemir el p doa tomar en los asuntos mis confusos, resolver las negoci ciones més diffiles, volver a los dioses propicios hacia los aguerreros y los cazadores, comprende la lengua de los pja- 105, ec ‘Una de las preparaciones més corrientes para realizar sus trucos consste en encerarse en unos batios de vapor para su- dar. Entonces no se diferencian en mucho de las pitias, tal ‘com los poetas nos las han representado sobre el tipode, en- st La vision humanisia ve vuelve racionaista trando en convulsiones y entusiasmos, adquiriendo tonos de ‘voz diferentes y realizando acciones que parecen sobrepasat Ja fuerza humana, Del mismo modo, la lengua que hablan en sus invocaciones no se parece a ninguna lengua salvaje, y es posible que no sean mas que sonides indeterminades, impro- visados y producto de una imaginacién desbordante que estos charlatanes han conseguido hacer pasar por una lengua divina, ‘Adlquieren distintos tonos, a veces hacen una voz grave y, ‘ continuacién, pasan a una voz aguda, muy parecida ala de Jas marionetas, y la gente cree que es el espiritu quien les ha- bla, Se afirma que en estas ocasiones se sufre mucho y Ios hay quienes no acceden con faciidad a librarse de este modo a las Aagitaciones del espirtu, ni siquiera mediante un buen pago. Mientras se ha visto a Tos devotos en los hafios de vapor do- blarse hasta caer al suelo, el juglar permanece tranguilo, sin ‘moverse ni afectarse, y cantar y predecir el futuro. Este hecho, junto con algunas prediceiones singulares y ciscunstanciales {que se les ha ofdo anunciar con mucha anterioridad al suceso predicho, y plenamente confirmadas por éste hacen pensar que ‘veces interviene en sus actos lo sobrenatural y que no siem- pre adivinan al azar. Los juglares de oficio no poseen siempre el atibuto que les permite contraer una especie de pacto con los genios y que les hace respetables a ojos del pueblo, sino que slo lo obtienen después de completar duros ayunos, en los que tocan el tam- bor, chillan, dan alaridos, cantan y furan. La posesién se reali- za, a continuaci6a, en una especie de bacanal, tan extrava- zante y lena de furor, que se diriaque el Demonio parece tomar pposesién de las personas, No se trata, en modo algun, de los sacendotes de Ia naci6n, puesto que esta funcién la cumplen los cabezas de familia, sino que se comportan ms bien como interprets de los dioses. Para sus trucos usan huesos y pieles de serpiente, con los {que se hacen también vendas y cintos. Es cierto que poseen el 3 "Los chamanes son impostor. seoreto para encantarlas 0, mejor dicho, para adormecerias, Las cogen vivas, las manefan y se las ponen en el pecho sin que les hagan ningin dafio. Ast mismo, los juglares son los tencargados de explicar los suefios, los presagios y de acelerar o ralentizar la marcha del ejcito en las expediciones milita- res, puesto que siempre llevan a uno con ellos. dems con- vyencen a la multitud de que tienen viajes extiticos en los que Js genios les revelan el futuro y los asuntos ocutes, y de este ‘modo les convencen de cuanto quieren. ‘Pero la ocupacign principal de los juglares 0, l menos, aqué- ta en Ia que obtienen un mayor provecho, es la medicina ‘Aunque, en general, ejercen este arte mediante principios que ‘se apoyan sobre el Conacimiento de los simples, la experien- cia y la conjetura, como se hace en todos los sitios, ellos ala des comnmente la supersticién y La charlataneria, Asf, por ejemplo, en ciertas ocasiones afirman poder comunicar alas ‘afc y las plantas la virtad de curar todos los tipos de heri- das e, incluso, de volver ala vida a fos muertos. Inmediata- _mente despues se ponen a cantar y se cree que durante ese con- cierto, que viene acompafiado de numerosas muccas, la virtud ‘medicinal se extiende sobre las medicinas. A continuacién, el |uglar principal las prueba: primero hace sengrar sus labios y ‘cuando la sangre, que el impostor se traga con disimulo, cesa de fir, la gente grita: « Milagco!». Después, coma un animal muerto y permite a los asistentes comprobar que se halla sin vida, enconces le introduce una cata debajo de la.cala, que hace dar vueltas,y le sopla unas hierbas en cl rostro, Algunas ve~ ‘es también simulan encantar a varios salvajes que parecen ‘morirse, entonces al ponerles unos polvos sobre 10s labios fos hhacen revivt. A menudo, cuando hay heridas el juglar las muer- ‘dey, acontinuacién, mostrando un trozo de madera o algo pa- revido, que él ya tenfa en la boce, hace creer al enfermo que se loa sacado de la herida y que era un hechizo el que habia provocado Ta enfermedad. 33 La isin humanist se suelvercionalista Sieel enfesmo se obstina en pensar que su mal es el pro- ddocto de un maleficio, entonces toda su atencién se centra en descubrirlo y éste es el deber del juglar. Entonces, se pone a sudar y cuando se ha cansado de gritar, agitarse¢ invocar ast genio, la primera cosa extraordinaria que le pasa por la cabeza In atribuye al origen de la enfermedad. Algunos, antes de en- traren los bats de vapor, beben un brebaje preparade que, di- cen ellos, les leva a recibir la impresién celeste. Pretenden ‘que la presencia del espicitu se manifesta, acontinvaci6n, por un viento intenso que se levanta de golpe o por un bramid que se oye bajo tierra, o por las sacutlidas o estremecimientos de la cabafia. Entonces, henchido de su pretendida divinidad y ins pr6ximo aun energiimeno que aun home inspirado por €l cielo, se promuncia con un tono determinado sobre el esta- do del enfermo y,a veces, es bastante certero, sé 7, IMPOSTORES DESCARRIADOS Y EL PODER DE LA IMAGINACION Joasey Gorrie Hee (1785) Elertico,telogo y fi6sofo Johann Gottied Herder men cioné alos chamanes en su obra Ideas para una flosofia de la historia de la humnidad, Sa mirada fue mis indulgente «que la de fa mayor pate de sus contemporsneos. Herder ob- servé que e cham necesita una comunidad de files ytam- ign comprends la importancia de Ia imaginacién, tanto para Jos chamanes como pare Ios seres humanos en general Normalmente se considera que los angers, los magos, os ‘magi, los chamanes y los sacerdotes son los causantes de la ce~ .guera del pueblo y liaméndoles impostores uno eree que ya lo explica todo. En la mayorfa de lugares esto es as, evidento- ‘mente, pero no olvidemos que ellos pertenecen por igual al pue- blo y que, em el pasado, ellos también fueron engaiiados. Ns cieron y crecieron con las representaciones del imaginario de su tribu: su iniciacin se produjo con ayunos, soledad,esfuer- 20s de imaginacion, as{ como el agotamiento del cuerpo y el 38 Lavsidn humanizta se vuelve racionaists alma, puesto que nadie se convierte en mago hasta que no se le aparece su espicitu y el acto no se cumple en su alma. En- tonces perpetuatin este hecho pars los demas a lo lanzo de ‘oda su vida con similares y repetidos esfuerzos de Ia mente y el agotamiento del cuerpo, ‘Los viajeros mas aventurados se han visto sorprendidos ante estas juglarias, al presenciar logros producidos por la fuerza de la imaginaci6n que ellos apenas exetan posibles y {que a menudo no supieron explicar, De hecho, entre todas les fuerzas del alma humana, la imaginaci6n guiz4 sea la menos cexplorada; puesto que estérelacionada con la construcei6n de ‘odo el cuerpo y, en particular, del cerebro y los nervies (como clomuestran numerosas y sorprendentes enfermedades) parece ser, no séloel vineuloy la base de todas las fuerzas sutiles del ‘alma, sino también el lazo de las relaciones entre in mente ¥ el cuerpo, asf como la eulminaci6n de toda la organizacicn de ls sentidos en relacién con las otras funciones de las fuerzas del pensamiento, 36 Parte II LOS PRIMEROS ANTROPOLOGOS El nacimiento de a antropologta social en la segunda mitad del siglo x0x permitié que el ser humano empezara a ests- liars a sf mismo y sus diferencias. En tearfa era un paso ade~ lant, pero en la préctica se trataba del “hombre blanco” estu- dando alos “primitives”. ‘Afortunadamente, algunos antropélogos fueron @ lugares ‘como el Artico canadiense, Siberia o la Guayana briténica y «escribieron tstimonios claros y precisos sobre sus habitantes. En eflos mostearon que todo tipo de persona podia convertir- seen chamén: jOvenes y ancianos, hombres y mujeres, y gra- cias a un don, una enfermedad o la dedicacién. Asi pues, el antropélogo Roland Dixon lam a los chamanes «una vario- pinta clase de personas Los chamanes también podian realizar muchas cosas: cu- aban, realizaban hechizos y encantamientos, predecfan el fu- tro, influfan sobre el tiempo einterpretaban los augurios. Los testimonios antropol6gicos de este perfodo mostraron que Jos chamanes eran personas dispares que hacian cosas dife- 37 Los primeros anropdlogos rentes, aunque todos afirmaban comunicar con los espiritus pporel bien de la comunidad, Este hecho dio al fendmeno una ‘coherencia subyacente, 3 8. EL ANIMISMO ES LA CREENCIA EN ESPIRITUS Epwagn B. Tv08 (1871) El briténioo Edward B. Tylor, uno delos fundadores dela antropologi, prope el tino “animismo™ para refeirse ‘Ta cteenciaen Ia exstoncia de espritus en la nturaleza y ser humano, Tylr se rei los pueblos indigenas como “razasinferotes”y “salvajes pro super6 los prejuicios de su tempo al sitar estos pusbios en el mismo plano que Ia “altura moderna superior, en Ia que vio tambignelemea- tos de animismo, Ena stulida lino “animismo” si gue send tl para caracterizar ia visidn del mundo de los ‘hamanes. El primer requisito de un estudio sistemstico de la religion de las razas inferiores consiste en establecer una definici6n ru- dimentatia del concepto de religion, Pero siesta definicion se Jimitaa la creencia en una divinided suprema o al juicio des- pués de la muerte, sin considerar Ia adoraci6n de fdolos ola préctica del sacificio, u otras doctrinas 0 ritos parcialmente fundidas, entonces, no hay duds de que muchas tribus queda san excluidas de la categoria de religiOn. Una definicién tan 8 os prineras antropdlogos liesitada caesfa en el error de identifica Ia religion con cultos particulares en vez de buscar con profundidad su causa fun- ‘damental. Ast pues, en un primer momento parece preferible retroceder hasla este origen esencialy afirmar, en tanto que definicién de minimos, que la religién es la creencia en espi- situs. [.] Bajo el nombre de animismo propongo examinar le doc- trina fundamental de los espfritus, que encarna la esencia de 1a filosofiaespiritualista, en oposici6n a la materialista. Aun- ue hoy en dia el término animisrvo se liza escasamente, no setraia de un nuevo términe técnico. Adem, dada su relacion especial con la doctrina del alma, se veré su particular idonei- ‘dad para designar el modo en el que las ideas teoldgicas se han ‘desarroliado en ls humanidad, segin el punto de vista que he- ‘mos adoptado aqul, [..] El animismo caracteriza a tribus que se encuentran muy aba- Joenla escala de la humanidad y alcanza hasta la alta cultura ‘moderna, en un continuo ininterrumpido de principio a fin ‘aunque profundamente modificado en su transmisiGn. Las doc- ‘winas que se oponen a este punto de vista, tan extendidas en- tre las personas y las escuelas, no lo hacen tanto por la acep- taciGn de la inferioridad original de la civiizacién, sino por la consideracién de la evoluciGn posterior del progreso intelec- tual y su divergenciao rechazo de las creencias ancestrales, Pero estos nuevos desarrolios no afectan la presente indagacién sobre la condicién religiosa fundamental de la humanidad, puesto que el animismo es, de hecho, el terreno de base de la Filosofia de la Religién, desde la de los salvajes hasta la del hhombre civilizado. ¥ a pesar de que en un primer momento pueda parecer una definicién de minimos de la religién, des- pojada y exigua, se verd como ena préctica es adecuada, pues- toque, alli donde se encuentra la raz, normalmente crecen Iss © 9, UN HOMBRE BLANCO ACUDE A UN PEAIMAN Everan F. bt THORN (1883) Bl entroplogo Everard F Tm Tourn vivié con el pueblo ‘mocusi de la Guayane Britinia, Desribi6 las actividades de los meéiices indigenas,conocidos como pecimar,y su lucha ‘contra le espns malignos 0 Renaima. im Thun describio ‘estas médicos indigenas como cantantes, magos, actores y ‘entocuos, yl mismo dejé que us peaiman le bicera entrar En una ocasi6n, cuando vivia con ls indios macusi de la sabana, rave un leve dolor de cabeza y fiebre, y un peaiman, con el que habfe inicizdo una relacién de amistad, se ofrecis| para curarme. Era una oportunidad demasiado buena para de~ saprovecharla, asf que acepté. Una o dos horas tras ef ano- ‘hever,Ilevé en hamaca a la casa donde vivia el hombre en ‘cuestin y la instalé de nuevo. Tal y como me habfa pedido traje un manojo de hojas de tabeco, que puso en remojo en tina calabaza dispuesta en el suelo, Por su parte, el peaiman habia trado unas cuentas ramas verdes de los arbustos de la sabana. Una vez se hubo cerrado la puerta nos hallamos com- 6 Lasprimerosaniopélogae pletamente encerrados en el interior, puesto que los muros de la casa, como es comin entre ls indios de la sabana, n0 po- seen ventanas ni chimenea, y cuando apagaron las Idmperas nos encontramos en completa oscutidad. A parte del peaiman ¥ de mi, habfa alrededor de treinta personas en Ia casa, en st ‘mayor parc arafdos ante la novedad de efectuar un ritual peai ‘un hombre bianco. Ocupabamos nuestras espectivas hama- cas y se mie previno especialmente de no pisar el suelo, por que es aif donde se encuentran los Kenalmnas y si le atrapan a tuno Ie pueden hacer cosas tervbles. ‘Todo estaba 2 punto para comenzar el ritual pero se pro- {dujo una pause: resulta que el peaiman no osaba empezar por la presencia de un hombre blanco, Asf pues, hice cuanto pude pera darle confianza y al final lo consegut al prometerle que no me moverfa de mi hamaca, que no miraris nada (promesa que, por otro lado, hubiera resultado dificil omperen la osct- ridad completa en la que nos encontrébamos) y qne no inten- ‘aria ponerlas manos sobre nada que me tocar. Etonees em- pezé la ceremonia Por un instante todo permanecié inmévil, hasta que de re- Pente un estallido de alatidos, gids y gritos indescriptibles totalmente teribles rompis el silencio einundé la pieza, ha- Ciendo temblar muros y techo. A veces se convertian en tn ritmico rugido y otras se sumfan en un distantey leve gruni- do, todo ello durante seis horas de forma ininterrumpida, Las preguntas parecfan proyectarse en un zumbido al que respon- «fan las respuestas@ gritos. Palabras y frases, preguntas yre3- puistas se segufan con tanta velocidad que no habsa pausas ‘nel sonido. Para mi, con un escaso conocimiento de la lengua ‘macusi, el sentido de lo que se decia resultaba ininteligible y, ‘mientras no perdi el conocimiento, un joven macusi que ha- blaba inglés y habia colocado su hamaca cerca de la mia, me susuiaba al ofto Ia traduccién Jo mejor que podia. Me conts {que era el peaiman quien hacfa ls preguntas daba érdenes & 8 Un hombre blanco cctude a un peas los kenaimas vociferando, y que eran éstos quienes daban fos alaridos y los gruiidos, y respondian dando gritos De vez en cuando, entre el bullicio alocado, aparecfa un so- nido, primero leve ¢ indefinido y luego aumentando de volu- ‘men, como si algtn gran objeto con alas viniese de lejos ha- cia Ia casa, atravesara el techo y se posara pesadamente en el suelo, y de nuevo, tas un intervalo de tiempo, parecta como si Ja misma cosa alada se elevara y se fuera como habia venido, ‘Al mismo tiempo que cada uno de estos misteriosos seres ve~ tifa y se iba, notaba el aire en mi cara, como si se tratara del aleteo de sus alas. Se trataba de los kenaimas yendo y viniendo, Cuando uno de elios vena, sus alaridos primero se ofan in~ efinidos desde Io lejos, pero se hactan més y mis fuertes haste ‘que al posarse en el suelo de la case, aleanzaban su maxima in- ‘ensidad. Entonces, lo primero que hacia era beber con ostensi- ble rudo un poco del agua con tabaco dela calabaza que se en- contraba en el suelo y, mientras bebia, el peaiman continuaba ‘gritando hasta que el kenaima estaba listo para responder. ‘Cuando el Kenaima terminaba de presentarse juraba no mo- Jestarme, se marchaba volando. Vinieron en forma de tigres, ‘iervos, monos, pdjaros, tortugas, serpientes e indios ackawoi ‘yarecuna, Sus voces tenfan un tono ligeramente distinto y to dos ellos gritaban con la voz que se suponia la adecuada para su forma (aunque, extrafamente, todas eran roncas) Sin lugar a dudas fue una magnifica obra de ventrilocuis- mo y teatro. De hecho, los distintos ruidos aterradores no ha- bfan cesado de emanat de la garganta del peaiman 0, quizéis cen una pequetia parte, de su majer. Lo tinico extraoedinario era elhecho de que el hombre pudiese efectuar tal esfuerzo de voz ¥ garganta durante seis horas. El chasquido de las alas de los lenaimas y el sonido sordo que se ofa cada vez que uno de ellos ‘se posaba en el suelo eran también simulados, como més tar- de pude saber, removiendo habilmente las raraas con sus ho- {as yhacigndolas caer bruscamente sobre el suelo, Estas, al agi 6 Los primero antropatogos tarse cerea de mi rostro producfan el viento que habfa notado, En cierto momento, probablemente por aecidente, las ramas tocaron mi cara, y al atrapar algunas hojas con los dieates Dude descubrir ue eran, En otro momento, al final de la sesi6n ¥y cuando ya casi habfa perdido el conocimiento, senti como ‘una mano se posara sobre mi rostro. Como se Verda conti- ‘uacidn, se trataba de le crisis de mi enfermedad. Bl efecto que todo ello tuvo en mi fue may extrait. Poco después cesé de ofr las explicaciones del joven a mi lado y cal ‘en una especie de suo ligero 0 estupor, posiblemente paze- ciido a un trance hipnstico. Incapaz de maverme por mi mis- 'mo, me sentia como suspendide en algin lugar rodeado por ‘un estruendo incesante; y mis tnicos pensamientos, apenas per- cceptibies, consistian en preguntarme por el origen de aquel ruido y en un timido y vano esfuerzo por intentar recordar si Jamas habia existido un tiempo enterior @ aguel ido, De vez €en cuando, cuando el ido cesaba por un instante, darante los intervaios en los que se suponia que el kenatma habia salido través del echo y solo se le ofa. aI lejos, me despertaba a me- dias, pero cuando éste-regresaba-y-elruido creeia de nue’ cafa otra vez poco a poco en un estado de estupor, Al final, poco antes del amanecer, cuando el ruido ya ha- bfa terminado, me desperté por completo, Las barras que blo- 4queaban la puerta habjan sido retiradas y me precipité hacia clexterio en busca del aire dela sabana, Todavia era negra no- che y Hlovia a raudales, los trienos etumbaban incesante- mente y a cada instante los rayos destellaban por detris de Ia lejana sierra de Pacaraima y, porun instante, recortaban la rr gada silucta de las oscuras montafas sobre el cielo. Con laca- bbeza al descubierto, descalzo y sin abrigo, permaneet bajo la tormenta durante un breve lapso de tempo hasta el amanecet. La sabana, la noche y la tormenta parectan extraamente te- frescantes y agradables después de haber estado encerrado en Ja casa, oscura y lena de ruides. 64 | i Un hombre blanco acide a un psinas Quizés sea innecesario afadir que mis dolores de cabeza estaban lejos de haber desaparecido, pero el peaiman insistia fen que ya tenia que estar curado y pealia su paga. Incluso me _mostr6 la kenaima, una oruga, que dijo ser lacausa de mis do- lores y que él habia extraido de mi everpo cuando habia pues- to su mano sobre mi rostro. Le ofreef un espeja que me habia costado cuatro peniques y se dio por satisfecho, 10. EL ANGAKOQ UTILIZA UNA LENGUA PECULIAR Y ESTABLECE LOS TABUES FFRawz Boas (1887) 1B antropéiogo nocteamericano de origen germiénico ‘Franz Boas ravo un papel destcado en Ia antopologi al ale- jata de los puntos de vista etnoeéniris. Excribié numero- 4508 articulos en los que refutaba el racismo y la eugenesia ‘Tambien ensei6 a toda una generacin de jovenes antrop6- Jogos que ls culturas debian ser apreviadas en sus propios téeminos. A prncipies de los afios 1880 pass un ano vivien- do con ls ints (os "esquimales" de a isla de Baffin, Boas ports varias observacionespertinentes sobre sus curanderos © angatog [En la mitologfa inuit] existe un gran niimero de espiitus menotes, conacides como fornait, que se manifiestan en for- sma de hombres, os0s o piedras. Gracias a su ayuda un hom- bre puede convertirse en un angakog, una especie de sacer- dove 0 mago. Los espiritus le ayudan @ descubrir las causas de Inenfermedad y la muerte y, de este modo, se convierte en cu- 66 | EV angakog wliza una lengua peculiar randero, En sus encantamientos utlizan una lengua especial que consta en gran medida de raices arcaicas y, lo que es mas interesante, algunas de estas palabras, que yo reun{ en la cos- tude la babfade Balfin, se hallanen Is lengua de las tribus de Alaska. Este hecho demuestra que en tiempos antiguos exis- 1i6 una relacinestrecha entre Ios esquimales del nardeste de ‘América y los habitants de Alnsks, Bl angakog, o sacerdote, ejtce una gran influencia sobre lamente de los esquimales. Sus drones se cumplen esticta- mente y sus preceptos en relacion a la abstinencia de deter. minadas tareas o alimentos se observan firmemente, Es extra- fio que los esquimales, que cuentan con escasas provisiones de animales para alimentarse, deban restringirse en cuanto 8 tos, pero el hecho es que las normas sobre este asunto son umerosas. Asf, por ejemplo, es completamente imposible in ducirles a comer came de morsa durante la temporada de eaza del ciervo, o viceversa. Ademis, la came de foca y lade cier- vo no deben entrar nunca en contacto y, aunque no son muy dacios la limpieza, os angakog se lavan antes de pasar de un alimento a otro. Existe la creencia generalizada que el esqui- ‘mal es extremamente sucio, pero les puedo aseguras que no es as{en todas partes. [..] Después de muchas pequetias sventuras y de haber vivido ‘una relacién prolongada y cercane con los esquimales, dejé ‘tris a mis amigos del Artco con un sentimiento de tristeza y pesar, Pude constatar que disfratan de su vida, tan dura, como fo hacemos nosotros, que la naturaleza le resulta igualmente bella, que los sentimientos de amistad calan igualmente en el ‘oraz de! esquimal y que, a pesar de que su vida sea tan dura ‘en comparacidn con la vida civlizada, el esquimal es un hom ‘bre conto nosotros y sus emociones, virudes y defectos se ba- san, como los nuestros, en la naturaleza humana. o 11, EL TERMINO “CHAMANISMO” ES PELIGROSAMENTE VAGO ARNOLD VAN GERNE® (1903) Elteérico de a antropologia frances Arnold Van Gennep scut6 el trmino “rite de pasaje", que se ha mostado il en ~ el estudio de las sociedades humanas, Se podsia decir que tcomvertirseen chamiin es uno de los principales ritos de pa Sj pero Van Gennep express muchas eservas al empleo del ‘erin “charnanis0” Delos tiempos en os que la cena de as religiones nose habe iniependzado an de abstain gone nos bag dado uncer nimer de trios muy dosos ques pcan too logue suey geno design nada co part. Algoos tan sido cendo oro ito conus, tans algae in fle lari atone Taemopsiclegin, quires ls an izes aes snes: teva ee mins ddonos ono de os mk align Saldecharani 68 \ El término “chamanisn’ Se le da comtinmente, incluso en publicaciones espet ‘zadas, el sentido de “forma religiosa” de algtn tipo. Asi, se habla de chamanismo de Ios pueblos de Siberia, de los negros de Aitica 0 de los indios de América del Norte, del Centro y del Sur [J Pero nos encontramos ante un abuso del étmino: no pueden existir més creenciss chaménicas que cultos chamé- nicos 0 religiones chamanicas, dado que esta palabra no de- signa un conjunto de creeacias que se manifiestan en un con- junto de costumbres, sino que s6lo afirma la existencia de un cierto ipo de hombres que ocupan una determninada funcidn igiosa y social. ,AAcaso nos atreveriamos a hablar de reli- isn brujeriesca (discdilpeseme el érmino) en la Francia dela Edad Media 0 de saieberer religion en Alemania? Al uilizat cl sustantivo “chamanismo” y los adjetivos “chamanista” 0 “chiamanico” aceptamos téminos forjadas por los explorado- 18s de Siberia de los sighos xvm y xix quienes, en su mayor parte sin conocimientos de etnografia y emopsicologia ge- nerales, ereyeron hallar en es0s paises una forma especial y ccaracterstica de ereencias y pricticas religiosas. A continua ~cidn, el término ha tendo gran aceptacign entre el gran pti- blicoignorante y, al mismo tiempo, aficionado a las eufonias exéticas. ..] Mientras que, cuando se tiene un cierto conoci miento de las creencias y las costumbres, no sélo de los pue~ bios de Siberia sino de los semicivilizados de todas las regio- 1nes del orbe, se sabe que éstas son més 0 menos las mismas en todos los lugares y que los siberianos no constituyen en nin- sgn eso una excepcin, por lo que resulta intl tomar prestado lun término, alejario de su sentido etimolsgico y uilizari, para terminar, en ottos lugares, cuando existen otros téxminos més precisos, mas comprensibles y més lsgicos. ““Chamanismo” proviene de chaman (samdn), palabra que _tilizan slo los tunguses, los buriatos ¥ los yaktos. El cha- ‘mén, como se sabe, es un hechicero que, esencialmente, no se clstingue en nada de los curanderos amerindios, negros,mala- ° Los primeros antropslogos ‘yos, ete. Asf pues, ,qué significa el término derivado “cha- ‘manismo”? ;Que se adora 2 Ios hechicer0s o que se es rinde culto? Esto es imposible puesto que el hechicero no es nit un spit ni un dios. Entonces, .quizas sea la creencia en los he- chiceros alos que se atribuyen poderes especiales, msgicos 0 sobrenaturales? Sin embargo, la existencia de hechiceros y la creencia en sus poderes superiores es un hecho, socio-religio- sossin duda, pero que no es suficente para constitu una reli ‘in, Los siberianos no son los dnicos en contar con indivi- duos cuya funcién es la de servir de intermediarios entre las dlivinidades y los hombres corrientes. Adems, no llamaremos ssacerdotismo al catolicismo, ni pastorismo al protestantismo, ‘i bonzismo al buddhismo. (..] La palabra “hechicero” nos evoca demasiado la Europa moderna o medieval. De este modo, para los pueblos semi vilizados es preferible empleat “chamén’”, Pero eno que con- cee al término “chamanismo”, que no se refiere a nada en particular, quizas sea mejor dejario de lado. 12. “CONDENADOS POR LA INSPIRACION” ‘Waunexean Booonas (1908) A finales del siglo xr, Waldemar Bogocss fu eli a ‘Siberia nororiental por sus actividades revelucionsras, doo de decidis estudiar alos habitants indigenss de la regis, En 1900, el American Museum of Natural History organiz6 ‘una expesicion sobre el Pafico Nartey le contrat pata es tudiar el pusblo chukchee. Ast, en 1901 Bogoras abandons Rusia y se instal en Ia ciudad de Nueva York donde publi- £6 The Chukohee, que desde entonces se ha convertido en tun clisico de la etnogratia pr suclarida y precisidn, Enel siguiente pasaje, Bogoras dela las dificultades por las que pase el apendiz de chemén chakchee. La vocacién para ser chamn puede surgir de muchas for- ‘mas distintas. A veces es una voz interior que empuja al indi- vyiduo a entrar en contacto con Ios “espiritus”, Si le persona tarda en obedecer, el “espiritu” que busca ser contactado apa- recerd pronto en alguna forma exterior visible y eomunicard su llamada de un modo mis explicit. [..] Los j6venes, por regla general, son extremadamente rea~ cios @ obedecer este llamamiento, especialmente si ello com- 1 Los primeras antropslogos port la adopeién de un cierto modo de vestirse 0 comportar Se, Asi pues, rehisan coger el tambor y Hamar a los “esp tus" y, con gran temor, dejan los amuletos en el suelo, etc. Los padres de los jévenes “condensdos ala inspiracion”, sean su temperamento y sus condiciones familiares, actéan de distin~ to modo. A veces protestan ante la llamada que acaece a sus hijos y les impelea, entonces, a rechazar a ls “espiritus” y Ne~ var una vida normal, Ea la mayorfa de los casos esto suede ‘con los hijos Gnicos, dado el peligro que comport la llamada ccharnénica, sobre todo al principio. De todas formas, laresis- tencia de los padres es indtl, puesto que el hecho de rechazar ‘Jos “espiritus” es mucho ms peligroso atin que el hecho de aceptar su llamada, El joven al que se e obstaculiza seguir su ‘voracién, o bien cae enfermo y muere al poco tiempo, 0 los es piritus” Ie impulsan a abandonar el hogar y marcharse lejos, ‘donde pueda seguir su vocacién sin trabas. En cambio, esté totalmente permitido abandonar las prc~ ticas chamsinicas cuando uno es mayor, después de varios atios de ejeeicio, cuando el abandono no acarrea Ia ira de los “espifitus”. Encontré varias personas que afirmaban haber sido ‘grandes chamanes en el pasado, pero que por aquel entonces habian abandoned la mayoria de sus précticas. Daben como razén la enfermedad, Ia edad o la disminucién de su poder ccharnénico con el paso del tiempo. Uno de ellos me conts que a causa de una enfermedad sintié como si sus brazos ¥ piemas se hubieran congelado y que después no se descon- ¢gelaron, razén por la que ya no consegula “agitarse” debida- mente al son del tambor. Otro me dijo que él y sus “espiritus” Hlegaron a aborrecerse mutuamente, Pero la mayoria de los casos, probablemente, eran el resultado del restablecimiento del estado nervioso que, en un principio, habia hecho de las personas en cuestién individuos aptos para la inspiraci6n, Mientras el chaméa posee la inspiracién debe practicar y no ppusde ocultar su poder. De lo contario, éte se manifiesta en n ven "Condenados por la inspiracién forma de sudores de sangre o staques de looura violent si rilaes af epitepsi. Hay también padres que desean que sus hijos respondan a. Jallamada. Esto oure especialmente en familias numeroses, on grandes rebafio y varie tiendas de su propiedad. Una familia de ese po suftira en menor medida la pérdida de ano de sus hijos y, ademas, est deseosa de tener sa propio cham (hecho # medida, por deciso as) un intereesor con tos “esptias”paricular yun ayudant en todas as ocasiones tecials deta vide ‘Unchaméa lamado Tetet, dela rgitn cercanal sf Wel: verene, me cont6 que cuando le sobrevin la larada y él no auikoobedecera, su pare le do el amber y le empujé a rm. pez laprctca. Peco, postesoemente, continu sitdndose *rea(do" darante varios fs, Los dts de ceremoniaincso se ecapaba del campamento se escondi, pre que s fami- Tia mo le enconsara le Hevare ce voels al samparmento ete Ja samblea para mostrar sus nuevas y recientes hablidades. Para los hombres, la etapa preparatoria dela nspiracin chaménicae, en a muayoria de los casos; muy dlorosay se prolonga durante largo impo. La llamada llega de wn modo bit oscuro dejando al joven noviio en una situacién de fran desconcierto, Este se sene “retaido” yasustado, dada de sus eapacdadesy su fuerza, como ha sido el aso de todos tos viertes desde Moises. Medio conscienemente y medio sn conta de svoluntad, su alma sufze una extra y dolero- Setransformacin. Exe priodo pede prolongrse durante me sesy,8 veces, iclaso aes joven novi, el “rcign nspi- rao pede todo interés por los asentosorinais de lave Dejadetsbaar, come poco y sin gusto, dja de hablar con Ia agente y i siqicra responde asus pregentas, y pasa la mayor parte del tempo durmiendo "Algonos permancen en la habits inttiory raramen- te salen al exterior Otos vagan por el campo, cone pretext B Lax primeros antropélogas de ira cazaro vigilar el rebato, pero a memudo sin las armas ‘el Lazo del pastor. Alguien que vaga asi, no obstante, debe ser vgilado de cerca 0, de lo contrario, podria quedarse echa- ddo.en medio de la tundra y dormir durante tres 0 cuatro dias, ‘con el riesgo en invierno de quedar cubierto por la nieve. [.] Los chukichee comparan este periodo preparatorio con tna larga y grave enfermedad, y la cbtencin dela inspiracié con ssucuracién. Hay casos en los que muchachos jvenes que han sufrido durante afios una enfermedad prolongada (normal- ‘mente de tipo nervioso), al final se han sentido lamados a co- ‘menzar la préctica chamanica y de este modo se han curado, Por supuesto, resulta dificil establecer distinciones y al final todos los casos terminan por entrar en una misma categoria ‘Los chukchee dan al periodo preparatorio de inspiracién un ‘nombre particular, que significa “la acumulacién del poder cchaménico”. Con los chamanes mas débileso las mujeres, el perfodo preliminar es menos doloroso y a Hamada a la inspi- raci6n acaece principalmente en los suefios, Entre las perso- ‘nas mayores, la llamada chamsinica suele legar con una gran dosgracia, una peligrosa y prolongada enfermedad, la pérdida ‘epentina de un patiente ode los bienes, etc. Entonces, la per- sona, sin otro recurso, acude a los “espiitus”y les pide auxi- lio. En general se considera que en estas cicunstancias s6lo ¢s posible hallar una solucién positiva con la ayuda de los “es- pirtus”: as alguien que ha conseguid superar en su vida una ‘prueba de especial dificultad se considera que posee la capa- Cidad de convertirse en un chamén y, a meaudo, se siente obli- zzado a estrechar el contacto con los “espirtus", puesto que la nnegligencia y la falta de gratitud podrfan disgustarles.[..] El nico medio que usan los chamanes chukchee para co- _municar con los “espiritus", tanto los navicias como los expe- rimentados, consiste en tocar el tambor y cantar. [.. El tam- bor, a pesar de su aparente simplicidad, requiere una cierta habilidad y el novicio debe dedicar un tiempo considerable an- ” "Condenados por a inspiracn” tes de conseguir el nivel de perfecci deseado, en especial en to que concierne a su grado de resistencia. Ocute To mismo con el canto, en el que las demostraciones se prolongan du- rante varias horas, durante las que el chamén realiza los ejer- Cicios més volenios sin apenes pausa alguna. Después dela esi, éste no debe mostrar ninginsigno de faiga, puesto {que no s6lo se pone que cuenta con Is ayuda de Ios “esp tus" sino que, ademas, se considera que Ia mayor parte del ejereicio es obra de los “spirits” mismos, desde el interior de Su cuerpo o desde fuera. El nivel de resistencia necesaioy la Iabiidad para paserrépidamente dela mayor excitcin aun estado de calma normal s6lo puede adguirise, obviamente, ‘2on mucha prética. Ademiés, todos los chamanes con los que ‘conversé me contaron que tuvieron que pasar un af, o nehi- $0 dos, antes de que Tos “espirius” les coniieran suicente fuerea de manos y libertad de voz. Algunos afirmaron que du- rante todo este iempo preparatorio, permanesian macho tem- po en la babitacién interior y, varias veces al a, cocabaa el tambor hasta que no les quedaban mis furzas. ‘Los tnicos otros meétodos de ls que tengo noticia que pre- paran para la inspiracién son la abstnencia de todo alimento rao ¥ pesado, asf como una gran moderacin en el comet. La rmisma recttud se observa siempre despues, cuando se prepa ‘a cada sesia, en la que el chaman debe realizar sbtinncia completa, Los diversos ucos que realiza los chamaneschuk- chee, como el ventilocusmo, éeben aprenderse también du- ‘ante la ctapa peparatora. Sin embargo, no pude obtener datos, precisos sobre este aspecto, puesto que los chamanes, por su- puesto, airman que estos tices los realizan los “espns”, y riegan tener nada que ver oon prétices de ese tip. (.} La smayorta de les chamanes que conoctasepuruban no haber te- ido ningin maesto y haber aprendido su arte por su propio tesfuerz. En efecto, por mi parte no conozco ningtin cao de teansmisin de poder chamnico en todo el folklore chukchee. 1s 13. CURACION Y ADIVINACION MEDIANTE VENTRILOCUISMO Y OTROS ARDIDES ‘VLapinin Lica JOcHEL S08 (1908) A finales del siglo 20x, el etn6grafoy lingustaruso Vie imir Bich Jochelson foe exiliado también al exe de Siberia, or sus actividades revolucionarias. Aprovechs para estudiar ‘os habitants inigenas de la reginy en 1900 paticips en 1a Jesup North Pacific Expedition organizada por ef Ameri- ‘can Museum of Natural History, parael que elabordel estudio titulado The Koryak:Jochelson se desmares de los observa ores del siglo xu, y aunque describ los trucos de los cha snes, no los descr porello,ochelsonabserv también {que los chamanes toman hongos agaricéceos. ‘A.to largo de mi estancia con los koryak sélo pude ver @ dos chamanes. Ambos eran j6venes y ninguno de los dos go- zaba de una consideracisn especial entre sus prdjimos, sino «que eran pobres ytrabajaban como campesinos para los miem- ‘bros més ricos de su tribu, Uno de los dos era un karyak de la localidad costera de Alutor y solia venir a la aldea de Karsens- ‘oye en compaita de un comerciante, Era un chico timido, de %6 Curacidn y alae nsgos algo feroces, aunque suaves ¥ agradables, y de ojos bri llantes. Le ped que me mostrra sas habilidades chamanicas| sya diferencia de otros chamanes, acepts sin que tuviera que insistir. La gente apag6 las limparas de aceite de la casa subte- rminea donde habia hecho alto con su maestro. Sélo reluefan algunas brasas en el suelo y estsbamos casi a oscuras. Ea la plancha alargadia que se coloca en la parte delantera de la case, flonde se sientan y duermen los huéspedes, y no muy lejos dde donde mi espose y yo estibamos sentados, podiamos en- teever al chamén vestido con una simple tnica lamuda de piel de reno, sentado en cuciillas sobre las pieles de reno que cu- brian la plancha, Su rostro quedabe oculto por un gran tambor ovalado, ‘De repente, emapez6 a tocar el taribor con suavidad y 4 can- sar con vor triste. Los golpes de tambor fueron cteciendo en intensidad y su canto (en el que se podian ofr sonidos imitan 4 el aullido de un lobo, el graznido det ganso y las vooes de ‘otros animales y de sus espiritus guardianes) parecfa provenir aveees det rincén-més proximo a mi asiento y luego del lado ‘puesto, para luego provenir de nuevo del centro de la casa y nego del tejado. Era un ventrilocuo y a Jos chamanes versa- dos en esta abilidad se les atribuye un poder especial. Su tam= bor también parecfa sonar ahora sobre mi cabeza, ahora bajo mis pies, lego detrés de mf o por delante, No podia ver nada, pero me pareci6 que el chamén se movia 2 nuestro alrededor, marchando en silencio sobre la plancha gracias a su calzado de piel, alejindose luego, acercéndose despues, saltendo le- vernentey finalmente sentindose de nuevo en cuclilles sobre Jas talons. De improviso, el sonido del tambor y el canto cesaron, Cuando las mujeres encendieron de nuevo las lémparas, el chamén yacfa, completamente exhausto, sobre la piel blan- ca de reno en la que se hallaba antes de la sesi6n. En sus tl- n Los primeros anropdtogos timas palabras, a modo de recitacién, hablé como si fuese el espiritu que habia sido convocado quien hablase y declar6 «gue la “enfermedad” habia abandonado el pueblo y que no vol- verfa mas, La predicei6n del chamén me vino de matavillas, ya que un ‘anciano koryak habia prohibido a sus hijos ira la casa donde me hospedaba, diciéndoles que morirfan sidejaban que yo les ‘midiera, También habfa intentado ponerles en mi contra re- cordéndoles que tras el paso de la expedicidn del doctor Slu- nin habia aparecido una epidemia de sarampién y que ocusr- fg Jo mismo con mi partida Le pedi al maestro del chaman que viniesea verme a dia si- _guiente con éte, porque querfa poner por escrito el texto de Tos encantamientos que habfa ofco en la sesin, pero cuando re levanté por Ia mafiana, me dijeron que el chamén se habia ido al amanecer. En otra ocasidn pude conocer otro chaméin entre 10s kox- yak-reno de la penfnsula de Taigonos. Le habfan llamado de ‘un eampamento lejano para tratar a un paciente de sifilis que padecia de grandes dceras en la garganta que le impedian de- ‘slutir. No estuve presente en el tratamiento del paciente pues- to que éste dimo vivia en otro campamento, varios kil6- metros del nuestro, y sélo supe de la ceremonia después de st ‘jecucidn. Los koryaks me aseguraron que el paciente se cur6 inmediatamente después de los ejervicios chaménicos y que pado beber dos tazas de t sin difcultad alguna. Entre otras «cosas, el chamén habfa ordenado aislar al paciente de sus fa- rliares, para que lo espiritus que habfan causado la enferme- sad no pasaren a otras personas, Asf que al lado de la tienda principal se plans otra aparte para el enfermo y su mujer, que ‘cuidaba de él, Yo vivia en la casa del hermano del enfermo, {que eral jefe oficial de los koryak de Taigonos, asi que le dije ‘que queria ver al chamén. Enviaron renos en su busca y éste legs. Su aspecto no inspiraba mucha confianza 8 Curacisn y oivinacion ‘Alprincipio rehusé mostrar sus habilidades para consegui {que yo le ofreciera mas dinero. Le pedt que «amirara mi can hho», es decir, que me dijra si completaria mi vije sano y sal- ‘Vo. El jefe oficial dijo que esta ceremonia debia practicarse en ‘mi propia tienda y no en Ta de ours persona, pero el chaman | fapanté que sus espiritus no entrarfan en la habitacién de un riso y que él se encontrarfaen peligro de muerte si llamaba 9 os espfritus para un extranjero. Al final acordamos que e pe Jigro en el que incurrfa el chamén seria eliminado con una remuneraciGn que saisicierasuficiontementea los espiritus, ‘Asf pues, promet{ dar al cham una camisa roja de franela, {que €l apreciaba especialmente, asi como un gran cuchillo ‘ele. Al principio le habia pedido que escogiera uno de tos dos atfculos, pero éste declaré que sus espirtus apreciarfan tanto el uno como el otro. Entonces surgi6 un nuevo obstécu- Jo con relacién al tambo, pero el jefe pudo solventarlo gra- cias a su habilidad con las palabras y ofreci6 su propio tam- bor, aduciendo que un tambor familiar no debia llevarse a 1a casa de otro koryak, pero que en cambio sf que era posible Ile vatlo a la mfa. Ast pues, una de la tres esposas del jefe tajo ‘ltambor ami tienda, Estaba envuelto en su funda, puesto que tun tarbor no puede salir de casa sin estar cubierto. La con- travencidn de este tabs scarrea que se levante una tormenta ‘Durante los ejericios chaménicos se encontraban presen tes, a parte de mi esposa y yo mismo, el jefe, la esposa que habia traido el tambar, mi cosaco ye] intéxprete. El chamnes- taba sentado en el suelo en una esquina de la tends, no muy lejos de la entrada Tents las piernas cruzadas y de vez en cuan- {dose ponta de rodillas. Toeaba el tambor con violencia y can- taba con voo fuerte, llamando a ls espiitus, Como me explié después dela ceremonia, sus espiritus guardianes principales eran “Aquél-que-camina-alrededor-de-la-tierr” y “Aquél-de- amplias-plaatas-del-pie" (uno de los epftetos miticos de lobo ‘yelcuervo), Asé pues, laaparicin de los espiritus de estos ani- 2 Los primeros antopélogos rales se compatiaba de a imitacion desu vor cractetca A través de ellos llsmé a “Aquel-en-o-ao” con el siguiente cant, al que acompaaaba el sonido del tambo: {Estria} bien que él legase Yo mismo deberiatambign regresar al hogar Loque significa: «Permiide volver a casa sano y salvo, permite ami también regresaeal hogar sano y salvos, De tepente, cuando cantabay tea el tambor con e mayor e tepito, se detavo y me dj: «Los esptis cicen que deberta cota con un chile {Note asstrds >, «Puede usted or- {arse yo no tengo miedon, le respond, Ezatonces, dame tu culo, Puesto qu esayrealizando este encantmient pra 4, debo conarme con 8 euchillon, aad A deci vere, meet a sentime inedmodo, Mi espos, por sepa, estaba Sentada en el suelo a m lado, completamente conmociona- da porlos childs yel soni del tambor,y me supic6 que ‘no le diese el cuchillo. {...] A pestr de todo, sagué del estuche mi cuhillo de viaje “finlandés”,quepsrecia un pil se To entregns. La luz de la tienda habia sido apagada pero el eve resplandor del no- che de primavera del Arico (etébamos en abril), que pasaba através de fa tela de la tienda, fue suficiente para que pudiese percibi los movimients dl haman. Este cogi el och, toes el tambor y cans, dsiendo alos espiius que estaba lis. to para cumplir sus deseos. Poco despues apart el tambory. produciendo un chasquido desde el fondo dela garganta, se hhundé el cuchllo en el pecho hasta la empuitadur. Pudeob- Serva, sin embarpo, que desputs de perora Ia casaca habia vuelto el cuchilo acta abajo. Lego se sec el culo ha- ciendoel mismo chasquido con la gargatay volvi6 a toca el tembor, Entonces se volvi6 hacia my me dijo que los espiris garantizaban el buen discurrir de mi viaje por tierras koryak y predecfan que el efe-S0l (esto es, el Zaz) me premiria por ni trabajo, 80 Curacién y advinacion En contra de mis expectativas, me devolvié el cuchillo (es- taba convencido de que me dirfa que el cuchillo que habia rusado para cortarse debfa quedérselo también) y, através del corte de ta casaca, mostré varias manchas de sangre en su ‘cuerpo. Por supuesto, estas manchas se Tas habia aplicado con anterioridad. Pero, ain asf, no podemos considerarlo como ua simple engato. Lo visible y lo imaginario se entremezclan de tal modo en la conciencia primitiva, que el propio chamén de- big creer que existn, invisible para los demiés, una verdadera berida en su cuerpo, tal y como habian solcitado los espiri- tus. Et hombre koryak, sin embargo, no tiene ninguna dada de que el chaman se corta a s{ mismo y que la herida cicatri- za de inmediato ..) Muchos chamanes, antes de la sesién, comen hongos aga- riedceos para entrar en trance. Una vez le pedf « un koryak: ‘eno, conocido por ser un cantante excelente, que cantara en el foudgrafo. Lo intenté en varias ccasiones sin conseguirlo. Manifiestamente, Ia grabadora, aunque invisible, le cohibia; pero después de comer un parce hongos, empez6 a cantar eon vozatay gestculando con los brazos. Tuve que sostenerle para {que no Se cayera encima del aparato y cuando el cilindro se termind, tuve que tirar de él para separazle del micr6fono, onde permaneci6 inelinado durante largo tiempo sin teem ‘ar con sus cantos. 81 14. “UNA CLASE DE PERSONAS VARIOPINTA” Rotax B, Drxow (1908) _Blantropélogo norteamericano Roland B, Dixon esexbis tun interesante estudio llamado "Algunos aspectos del cha- ‘nin americano”, que muesra como a principios del siglo xx ya exstia una gran cantdad de informacion sere el chama- ‘histo, Dixon paso Ios cimientos de la casficacisa de los elementos que definen aun chamén y det proceso por el que éste pasa antes deseo. En todo estudio de las creencias religiosas y las ceremo- nas de Ios pueblos salvajes o semicivilizados, anto si son es- pecificos como si son comparativos, el chamin se erige con fa- Cilidad como une de las figuras principales. Su influencia se hhace sentir en casi todos los aspectos ¢e la vids religiosa y su Jmportancia va ms allé de los limites de lareligién, hasta al- ccanzar los campos de la vida social, In organizacién y el go- bierno tribal, Para algunos, el término “chamsn” se halla res- twingido,y quizis con razén, entre unos limites muy concretos. Pero, si'se me permite la libertad, voy a ampliar mis que a restingir el significado del téemino y voy a aplicaclo a ague- Iia clase de personas variopints, presente en toda comunidad 2 4 "Una clase de personas variopinia salvaje, a la que se le atribuye un contacto con fo sobrenatural mis estrecho de lo habitual y que, segin el uso que hagan de las ventajas que les proporciona su posicién, son los antepa- sados del méiico, el hechicero, el profeta el profesor 0 el sa- cerdote. ‘Aunque el chamén es, fundamentalmente, muy parecido ‘en todos los sitios, no cabe menoscabar certas diferencias no- tables tanto en su personalidad como ea su posicién. [..] Una de as distinciones ms generales que deben sefalarse, con re- laci6n al proceso por el que se llega a ser chamn, és a del sexo: sila préctica del chamanismo esté abierta a ambos se- 0s 0 si, por el contrario, est restringida en distintos grados ‘uno u otro sexo. En este caso, América es igual ala mayo- ria de otras partes del mundo y, en sv mayorfa, los chamanes| son hombres. Ello no significa en modo alguno que las muje- res se encuentren completamente exclnidas, puesto que exis- ten pocos casos conocidos en los que esta funcién sea exclu- siva de Ios hombres. En varias tribus de América del Norte y del Surel nimero de mujeres en la profesién, comparado con «elde los hombres es escaso y, en ciertas ocesiones, no se hace ‘mencién alguna de mujeres chamén. Pero en estos casos exis- ten a menudo indicios procedentes de otras fuentes que indi ‘can que sf existen. Debemos suponer también que, en sque- iss tribus en las que el chamén ejerofa una funcién préxima ‘ala de sacerdote, la proporcién de mujeres deberia ser muy pequetia, En oposicisn a este predominio de los hombres chamanes, encontramos en varios pasajes a mujeres chamdn que igualan ¢ incluso superan a los hombres en importancia, como en el norte de California o entre algunas tibus del Caribe. El fac- tor del sexo aparece también en otro aspecto, como en el caso de las tribas de Ia Patagonia, donde existia una curiasa cos- ‘umbre segtn la cual los hombres chamén debfan vestir ropa {de mujer. La adopcidn de la vestimenta del sexo opuesto pa- 3 Los primeros ansroplogos tece ser poco comin en América, pero en el nordeste de Asia ‘existen ejemplos parecidos en algunas tribus. As{ pues, en t= mminos generales parece que en América las mujeres pueden ‘convertirse en chain en la mayorta de fos casos y los hom- bres deben incluso, en ocasiones, adoptar la vestimenta de <éstas, y que la tendencia ala exclusion de las mujeres no sea tan fuerte como, por ejemplo, en la mayor parte de la Poline- sia oen Australia, ‘A parte de la euest6n del sexo, una de ls dstinciones mis ‘importantes se sustentaen la herencia. En numeroses ocasio- nes la posici6n del chamn se hereda, tanto por Ia linea paterne ‘como materna, segtin el sistema de descendencia predominan- ‘te. cada tribu. En la mayoria de estos casos, la adopci6n de In funciGn de chamén no es meramente opcional, sino oblige: {otia,y el rechazo del heredero a aceptar sus responsabilidades es castigado por los espritus con la enfermedad o Ia muerte, En contraposicion a estos casos, encontramos muchas trbus en las que este principio no representa mas que una pequeta pur- te, No parece pues que la adquisicion de la posicién de chamn ‘sea considerada como hereditaria en todas partes. Lo ms ¢o- min es que el factor herediterio se desarrolle sélo moders- ‘damente y que la posicién de chaman se obtenga, del mismo ‘modo, como resultado de una decision individual, en la que el hombre o la mujer busca recibir ese don, puesto que se consi- dera abierto a todos. Ademés, esta bdsqueda premeditada no se rige por la herencia, puesto que micatras ! individuo re- cibe de forma hereditaria uno o dos esplritus guardianes, por ejemplo, éste busea a menudo procurarse otros ms. ‘A patte de la concepcidn de herencia y la busqueda pre ‘meditada, en no pocas acasiones se produce una especie de selecci6n del individuo por parte de los propios seres sobre- naturales, que le fuerzan a formar parte de la categorfa de cha- man y que castigan toda negativa con la muerte. En menor ‘medida, quizds, la seleccién es de orden humano y no vino, 8 "Una clase de personas varopia” ‘puesto que los chamanes ancianos escogen a aquellos jovenes ‘que consideran més adecuados para sucederles y les ensellan sus téenicas oles entrenan para Ser sus asistentes. En estos ca- ‘0s la selec se efecta a menudo en raz6n de ciertas cua- lidades psicolégicas que se atibuyen al joven, como una ten- Feliz. Ast pues, cuando la fiesta empez6, me ‘marché para estar solo en medio de la noche, y ellos se rieron de mi, Mas tazde, mi mujer me cont6 cémo se habian burla- do de mi porque yo no habia hecho trucos para entretener 2 {odo el mundo, En su lugar, me habja ido en busca de lugares soltarios, lejos del pueblo, y durante cinco dss pensé ininte- ‘rumpidamente en el hombre enfermo, desedndole salud. EL hombre se secobré y deste entonces nadie de ese pueblo ha ‘vuelto a burlarse de mi» [.] Rasmussen afade a continuaci6n. De este modo hablo Tgjusiruk de sf mismo y sus poderes ‘especiales. La descripcién enfera que he proporcionado en ‘tra parte pond de manifiesto, aslo espero, que él erefa todo ‘enanto me relat6, De hecho, no tenfa ninguna raz6n para men- tirme o exagerar los hechos. Por mi parte, nunca intemté con twadeciele, ni siquiera cuando sus relatos me parecfan bastan te inverosimiles. Por ejemplo, nunes entendi emo un hombre puede sobrevivir 830 0 30 grados bajo cero, sentado en una ‘miniscula cabata de nieve sin tomar alimento alguno, a par- te de un poco de agua caliente dos veces en todo el perfodo. “Temia que mis dudas y preguntas pudieran volverle cauto y, al fin y al cabo, odo cuanto queria conocer, tanto aqui como 102 a4 Bn busca de conocinienty ‘en otras partes, eran ls propiascreencas de aquellas gente. No cabe la menor duda de que ellos erefan que el arte sagra- do.en si mismo, que consista en ser capaz de ver elo ri teros dela vide, daba noviciosy practcants algtin tipo de poder especial eles permis pasar por lo que el comin de los tmortale no seria capaz de soporta. Las ideas religisas de los esquimales carbs y, en espe- cial, aguéllas de los Padlermiut, se encuentran ence las mis primitivas de todos los esquimales que he hallado alo largo de laexpedicion, Seguin sis, areina de los animales decaza, Ping, habit en alatin lugar del aire oe cielo. Sela identifica ‘amenudocon Hil, a guardiana del vida, tanto humana como animal pero no offece alos hombres terenos de cazaeten0s, como cl dios principal de los habtanes de la cosa sino que ‘etne toda la vida en la tera y a hace eterna s6lo de este modo, en que todo ser viviente se encuentra al. Cuando un animal o una persona muere, el slim abando- nel cuerpo y voels hacia Pinga, quien periteentonces que Ja vida o el alma surjan de nuevo en ox ser, himano 0 ani ‘mal. Por regla general, nose tiene miedoa la muerte, y ecuerdo mo Igjusijak dete a veces, medio en broma, que é habia sido sin duda tan imperfecto en su vida hurpana que, cuando su alma fuera a Pinga después de mors, slo se le permit surg de nuevo como un pequefo ratdn campestre que sees conde bajo tierra, 103 18, LLAMAR A LOS ESP{RITUS POR PRIMERA VEZ ‘Ace Neco ¥ Fore G. NewaKbr (1932) En 1931, poet John G. Nethardt puso por esrito a vida fe Aloe Negro, un anciano six ogala. Alce Negro, ve Vi ‘vigea los tiempos en que los siux ain contolsban ster torios ycazaban e bsonte, hab chad de joven en a be talla de Lite Big Horn. En el siguiente fragmento, Alee Negro‘lama aos espiritus ex su primers cuacion. Un dfn la Luna Gorda {junio}, cuando todo florect, in- vité a Un Costado a venir a comer conmigo. Habia estado pen- sando en la hierba de cuateo rayas que ya habia visto en dos ‘casiones (a primera vez en la gran visi, cuando tenia nse- ve afi, y la segunda vez en mi lamentacién de la colina), Supe que debia tener esta planta para curary pensé que podria reconocer el lugar donde la habia visto erecer en la noche de [a lamentacién, ‘Una vez Un Costado y yo terminamas de comer, le dije que ‘habia una hiesba que debfa encontrar y le pedi que me ayuda- +a a buscarla. Por supuesto no le dije que Ia habia visto en una Visidn. Acept6 ayudarme, asf que montamos nuestros caballos 104 “Lamar atosesprtas por primera vez y partimos hacia Grass Creek, donde no vivia nadie. Llegamos ‘lo alto de una gran colina que dorninaba el riachuelo, y allt {desmontamios ¥ n0s sentamos, porque sent que nos encon- tealamos cerca del lugar donde habia visto crecer Is hierba en imi visign del perro. Estuvimos sentados cantando juntos algunas canciones he~ oka y, al eabo de un rato, me puse a cantar solo una cancién {que habia ofdo en mi primera gran visin: «De un modo sagrado envian invocaciones.» Después de cantar esta cancin mirg baci abajo en dires- imal Oeste yo lejos, en un determinado lugar més allé del riachuelo habta cuervos, urracas, halcones ovens y gui- las moteadas volando encifculos. Entonces lo supe y le dijea Ua Costado: «Amigo, justo all es donde cece I herba»,y 61 me respondid: Vaya pues ¥veamos». Montamas de nuevo los caballos y bajamos por Grass Creek hasta que legamos a una quebrada seca porla que remontarnos. Al acerearnos al liga todas ls aves parteron en ‘uel; se tataba de un sito ene que conergian cuatro o cin- co quebradas seca, Ali, al borde dela orlla crevi la hier- ba, ¥ yo lo sabia a pesar de que nunca habia visto una hierba patevida, a parte de en mi visién. Tenfa una raf aproximada- mente de un codo de largo y algo ms estrecha que mi pulgar. Floreefa en cuatro colores: azul, blanco rojo y amarillo. Descendimos de los cabllosy una vez hubeofrecdo cor- tezade sauce rojo los Seis Poders, bie una plezariaalahice- bay le die: Ahora debemes avanzar hacia aguelos que tienen dos perma, pero slo hacia los mas bis, y entonceshabré dias flies ene los débiles». Fue fel extaer la hierba por- aque crecia en la rcilla del borde de la quebrada, Entonces r- gresamos con lla y cuando llegamos de nuevo a Grass Creek {a eavolvimos con buena salvia que erecta all, 105 Se profindica em lx comprension Algo debis decirme que debfa encontrar la hierba justo quel dia, porque al dia siguiente me fue necesaria y no bubie- 1a podid hacer nada sin ell, Estaba cenando cuando un hom- bre llamado Migajas ents6 gritando: «Eh, eh, eh'>, puesto ue se encontraba en apuros. Le pregunté qué le sucedia y me respondis: «Tengo un hijo que ests muy enfermo y temo que se muera pronto, Ha estado enfermo lazgo tiempo. Dicen {que tienes el gran poder de 1a danza del caballo y a cere- -monia heyoka, asi que quizés pueda salvarle para mi. jLe quic~ ro tantol>. Ledije a Migajas que si realmente queria ayudarme, debia ita gu morada y trxerme una pipa con una pluma de dui, ‘Mientras se ausent6, pensé que es lo que tenin que hacer y me ‘asusté, puesto que todavia no habfa curado a nadie con mi po- {ez, y to sentf por Migajas. Asi que rogué con fuerza en bus- cca de ayuda. Cuando Migajas regresé con la pia, le dije que Ta llevara alrededor de mi lado izquierdo, la dejars all y lue~ gla pasara de nuevo por mi lado derecho. Cuando bubo ter- ‘minado, mandé lamar a Un Costado para que viniera 2 ayu- ddarme. Entonces tomé la pipa y fui af donde se encontraba ‘el muchacho enfermo. Mi padze y mi madre nos acompatia- ron también y mi amigo Oso de Pie ya se encontraba alli, Primero ofrect Ia pipa a los Seis Poderes, luego la pasé y todos furnamos. Después empecé a hacer retumbar el tambor ‘Como sabes, cuando el poder del Oeste viene hacia aquellos ue tienen dos piernas, lo hace retumbando, y cuando ya ha pasado, todo levanta la cabeza, se alegra y reverdece. Asi que hice este mismo estruendo, puesto que la voz del tambor es ‘también una ofrenda al Espfritu del Mundo, Su sonido des- pierta la mente y hace sentir alos hombres ef misterio y el po- der de las cosas EI muchacho enfermo se hallaba en la parte nordeste de] tipi y cuando nosotros entramos por el su, la rodeamos de iz auietda a derecha y nos detuvimos en la parte oeste, cuando 106 Liamar aos espn por primera vez hhubimos completado el circulo. {Quieres saber por qué siem- pre vamos de izquierda a derecha de este modo? Puedo contar~ te una parte de la ra26n, pero no toda. Piensa en esto: ;Acaso ‘906 el Sur la fuente de la vida y el pao florido no proviene en verdad de all? ,Acaso el hombre no avanza desde alls ha- cia el ocaso de su vida? Entonces, sno se acerca al Noste mis fifo donde estin los cabellos blancos? ;¥ no llega entonces, si vive, al origen de Ia luz y la comprensiGn, que es el Este? {G¥ no regresa despues all donde empez6, a su segunda niiez, para devolver su vida a toda la vida, y su carne ala tierra de donde provino? Cuanto més pienses en esto, mis sentido le encontrar ‘Como decfa, entramos en elrpi de izquienda a derecha y ros sentamos en el lado oeste, EI muchacho enfermo se ha~ IIsbaen la parte nordeste y parecta que s6lo vera piel y hue- 0s, Yo llevaba la pipa, el tambar y la hierba de cuatro rayas. Solicité una taza de madera, lena de agua, y un silbato de Ihueso de dguila, que era para el éguila moteada de mi gran vi- sién, Colocaron Is taza de agua delante de mf y entonces 1uve ‘que pensar por un instante, porque nunca anies habia hecho {esto y estaba dudoso. “Entonces empeoé a entender lo que debfa hacer un poco ‘mejor, asf que le die slbato de hueso de éguila a Un Costado ye die cOmo debia uilizarlo para ayudarme. Luego llené la Pipa con corteza de sauce rojo y se la entregué ala bela y jo- ‘en hija de Migajas, le die que la sostuviera tal y como ha- ‘fa visto a Ja virgen del Este sostenerla en mi gran vision, ‘Todo estaba a panto ahora, asf que hice retumbar el tam- bor con suavidad, marcando el ritmo al mismo tiempo que em- pezaba una invocacién. Por cuatro veces grté: «Ffey-ava-hey>, al mismo tiempo que repicabs el tambo y llamaba al Espiritu del Mundo, Mientras hacia esto pude sentir el poder venir a través de mt, subiendo desde los pies, y supe que podria ayu- ar al muchacho enfermo. or Se profundiza en ta comprensin Continué la invocacion, mientras hacfa repicar suavemen- te el tambor y exclamé: «Abuelo mio, Gran Espiritu, ti eres cl tinico y no hay otro a quien se pueda invocar. Dicen que ti lo hiciste todo, y fo has hecho bien y con belleza, Las cuatro partes y1os cos caminos que se eruzan, ti los has hecho, "lam- bien has dispuesto un poder allf donde el sol dectina. Aque- los que tienen dos piernas en el mundo estén desesperados. Porellos, Abuelo mio, aie invoco. Ti me has dicho esto: “el debi] andard”. En una vision me llevaste al centro del mundo ¥ alli me ensetiaste el poder pars recresr, El agua que me has {ado en la taza, con su poder el moribuado vivid, La hierba {que me has mostrado, con su poder el enfermo andaré dere- cho. Desde donde nos encontramos, siempre mirando (hacia el Sur, observa, una virgen aparecer, marchando por el buen camino rojo y ofreciendo Ia pipa mientras earning, y suyo es también el poder det drbot en flor. Desde donde vive el Gi- ‘gante (el Norte], me has dado un viento sagrado, purificador ¥, por donde este viento pasa, el débil tendrd fuerza, Ta me di- jisle esto. At, a todos los poderes y a la Madre Tierra mando esta invocacién en busca de ayuda, ‘Como ves, nunca habia hecho esto antes, y ahora sé que un solo poder hubiera bastado, pero estaba tan ansioso por ayu- dar al muchacho enfermo que llamé a todos los poderes exis- tentes. Mientras realizaba la invocacién, por supuesto,estuve ‘mirando hacia el Oeste. Entonces caminé hacia el Norte, el Este yol Sur, y me detuve allf donde se halls la fuente de toda la vida y donde comienza el buen camino rojo, Ali, de pie, canté lo siguiente: ‘De un modo sagrado les he hecho caminar. ‘Una nacién sagrada reposa humilde, De un modo sagrado les he hecho caminar. El que tiene dos piernas reposa humilde. De un modo sagrado, él andaré. 108 amar a ls esptrits por priwera vet Mientras cantaba esto, pude sentir algo extra recorer todo mi cuerpo, algo que me hizo queer gitar por todas ls desdichasexistentes, todo mi rosto estaba empartado en tigrimas.Eatonces caming hacia el ado del Oeste encendt i pia ls offect os poses y, ts haber tomado una elas de fmo, fa ice pasar. Cuando mice de nuevo al muchacho en fexmo, te me soni, y pide sent que el poder se hate mss fuerte Entonces tome I taz de agua, di un sorbo y me dii- facia af donde se hallabs el michacho. De pe rents al, fopes el suelo cuatro vees, Luego pase ani boca ens om. Bhigoy sople el viento purfcador det Norte. A continoacén rmasqié un poco de hietb, fa pase en el agua y despues soplé tn poco de ea soe el mchackoy hacia ls evato dree- Clones, La taza com el resto del agua se ln aa virgen, qoien se la enrego al muchacho enfermo para que la bebiese. En- tonces le die aa virgen que ayuase al machacho levan- tars ycaminara con alrededor de ciclo, empezaeo por of Su [a fuente del vids. A pesar de que se encontraba muy flac ydebltado, pad hacerlo con la ayuda dea virgen. En- tonces me marché. ‘A dia siguiente, Mijas vino y me aio que su hijo se en- contraba mejor y ya podia sentarse y comer un poco de ne- 4, Al cabo de cuato dias ya poi caminar. Se cus y vivié hasta os treina aos de edad. Migas medio un en caballo porello pero, por supuesto, yo lo haba hecho igualmente a Cambie de nade, Cuando la gente supo cémo se habla curado él muchacho, muchos acudieronamienbusea de ayuda, ya hve ocupado la mayor pate det tempo. sto sucedis en el verano de mi deckmonoveno ao [1882], nla Luna Gorda 109 19, LOS CHAMANES HECHIZAN LA CAZA ‘Wrnaao Z. Pani (1938) EL antropélogo noxteamericano Willa. Park vvi6 con tos paviotso(o paiue del Note), poblacion de Nevada oeci- ‘ental en los aos tein, y estado sus préetcas chamni- «as. Escribiel atado Shainanism In Western North America, ‘onde desrie los hechizos de los “chamanesanlope”. Park Ileg6 una generacién tere pera poder conocer drectamente Jos detalles dea funcicn det chamn en la caoera, por lo que ‘biuvo todos sus datos de Ios ancianos que recordaban con- Yersiciones con chamanes antilope de Ia generacin prece- ene. A principios del siglo xx, los paviotso ya no cazabaa, cl aniloe, puesto que los granjerosblancos les habianarre- ‘ated todas sus ire [La caza del anttlope est dirigida por un chaman gue po- see esprit del antlope como poder. Primero se envi ex- ploradoresy, si alguien ve una manada, debe aude an cha- mn antilope y decile dénde se encueairan Ios animales, En primavera, cuando ls viveres se han agotado,suele haber una tran demanda péblice del chamn antfiope para que ejerza su 110 Los chamanes hechizem fa caza poder, Se dice que algunos chamanes encuentran las menadas ‘deantilopes simplemente mediante los sueiios. Cuando se halla una manada de antilopes, el primer paso ‘seguir consiste en construir un corral con cuerda de cortez de artemisa, bajo la supervisidn del chamsn antilope, quien tseoge previamente el emplazamiento (J Cuando a cuerda se prepara de antemano, el corral puede terminarse en un solo Gia, Cuando ilega la noche se realiza una danza en el campa- ‘mento, que se instala en las iamediaciones o en el interior del coral, Al parecer no existe una regla precisa en cuanto a la ddaracién de esta danza: algunos dicen que sOlo dura unas ho- as, mientras que otros sostienen que no se termina hasta la ‘madrugada siguiente, cuando aquellos que han paricipado en J danza salen & la caza del anilope. Durante la danza, el cha- ‘én canta sus canciones de entilope, entra en trance o bien cjecuta un hechizo para que los atilapes sean dciles cuando se les conduzea hacia el coral La misica para las canciones y las danzas del ritual de he- chizo se obtienen, a menudo, raspando un cuerno en el que se enrolla uaa euerda de arco, Dos personas me hablaron de la ‘tilizgcién de un palo con mueseas y otros me contaron e6mo se frotaba con una flechs la cuerda tensada de un arco. Pate- ce set que Ia matraca que suele usarse en las ceremonias de ‘curaci6n no se usa nunca en el hechizo del antilope. (..1 ‘Hombres, mujeres y nifios participan en Ia eaza del antilo- pe. Solo se excluyen las mujeres embarazadas o con la mens- frusci6n. Se cree que la presencia de una mujer en una de es- tas dos circunstancias hace que el anilope se escape a través de la cerca del corral. Algunos informadores me dijeron que también se prohiba paricipar en la cacerfa a los maridos de aquellas mujeres con la menstruacidn o emiberazadas. ‘Cuando el chamén antflope congrega a la gente para una cacerfa les previene sobre su conducts. Las relaciones sexta- les entre esposos estin prohbidas durante los dias necesarios um ‘Se profniza en la comprensisn ppara la construcci6n det corral, Del mismo modo, et tabi so- bre las relaciones sexuales se prolonga al menos hasta el s2- crificio del antilope. Los j6venes también tienen prohibido fliteary las personas que participan en la caza no pueden ha- cer sus necesidades en las inmediaciones del corral, Asimis- ‘mo se ctee que la pétdida de cualquier objeto personal en el corral debilita la cerea, por lo que todo el mundo estéavisado de cuidar sus pertenenciss cuidadosamente, Estas reglas y prohibiciones no se aplican a a caza comunitasia de otros ani- males. (..] Es evidente que la ceremonia del chaman antilope posee un Togar importante en el sistema chaménico de los paviotso. ‘Pero como se ha indicado, el hechizo de la caza a través del po- der del chamén estd reservado exclusivamente a la caza del antilope. EI método a seguir es muy variable, pero la creeucia ‘bésiea en el control de! antlope mediante poderes sobrenatt- rales es muy precisa. Asf pues, el hechizo del antlope es una funcién bien establecida del chamén que no forma parte de la creencia general en su poder de curacién, De hecho, se trata dela Unica ceremonia chaménica de relevancia ent los par viotso que no se encuentra fuertemente cargada de las creen- cias sobre la causa y l control de la enfermedad. 12 20. LOS MEDICOS ABORI{GENES SON PERSONAS EXTRAORDINARIAS AbOLPHUS PETER ELKIN (1945) En 1945, e antrop6logo eustaliano Adolphus Peter El- ‘kin publicé un tatadointitalado Aboriginal Men of High De. ree. Ekin ensanch Ia vision sob las sociedadesindigenas ‘ev una époct ea la que unt tl oberura de mente no era ha- bitual y combats la dea segdn la cual los chamanes eran en- ferrmos mentales. Ciertos autores se refieren al médico nativo como un “im postor”, "el mayor embaucador de la trib”, “por o general, hombre mss pfearo de Ia tribu y un gran farsant” Estas opiniones, sin embargo se basan en observaciones superficie Jes. Cuando un médico nativo succiona un hueso magico det albdomen del enfermo y lo muesta a a gente que le dea y al paciente, no se trata de un simple charlatén que intenta ngaiiar asus semejantes porque él mismo intodujo el hueso ¥ lo extrae con artficios para causar un determinado efecto sicogico,Nitampoco se trata de simple teatro cuando, des- 43 Se profadieaen ta comprensin pués de haber frotado la parte afectada del paciente de! modo correcto”, recoge algo invisible con las manos y,alejéndo- se con toda solemnidad unos pasos ms all, “io” lanza al aire con un movimiento decidido de brazos y abriendo las ma- ‘os. Estos son dos de los numerosos métodos tradicionales {gue ha aprendido y en fos que tanto él como todos los otros treen: métodos para extracr el mal det paciente y darle una swe (a menudo visible) de wu carci, por lo ques eli Deberfamos recordar que si un curandero cae enfermo, ‘mismo llama a un practicante amigo para que le trate segtin tano de 1os modos establecidos, a pesar de que él conoce todos Jos métoxlos de la profesidn (que nosotros llamamos trucos) ‘Tambign desea realmente, como todo enfermo, una muesta {de que la causa de su dolor o enfermedad ha sido extraida y climinada, ode que su alma errante (si tees el diagnéstico) ha sido atrapada y restablecida, Los gestos y las canciones, 0 eluso de “hwesos” y \piedras” no son mas que la forma y Inex- presidn externa de la victoria personal del médica sobre uno ‘oambos de estos factores: en primer lugar, la malevolencia de algiin hechiceso que acta sobre el enfermo y, en segundo In- gr, la voluntad del paciente de continuar enfermo ©, incluso, de moris, que debe combatirse para luego reinstaurar la vor Tntad de recobrarse y vivir. [u1 En resumidas cuentas: los curanderos no son impostores. Ells practican su oficio del modo en que ellos, y todos los miembros de latribu, han heredado y en el que creeny han cons- tatado su eficacia. Silos esfuerzos de un médico fracasan,sig- nifica que se le llam6 demasiado tarde, que el poder del he- ‘chiceroen Ia distancia era demasiado grande, que el paciente ha roto un tabi may importante o que los esprit de los “muer- tos” no quisieron separarse del espiritu del enfermo. Todas es- tas casas hallan un reflejo en nuestras propias experienciss y scttudes, na Los médicos aborfgenes Sin embargo, se sabe que a veces puede aparecer un im postr (come misto chatatén), que shirma poseer poder Eonociminto con el fn de aumentar st prestigious bene- fclos aungoe l final, siempre se termina por descubri si gerea do sus pretensiones. En cualquier caso, un crandero Gobo ser capa de mantener su prestgio y su “condicion de rédico” mediante el éxito en su especaidad o mediante ct Convencimiento de los miembros de att de que 03 expli- Caciones sobre sus Facasos son sfiientes. De otro made, la fede I que goza se desvaneceréy terminaté por dase even- ta de que ha perdido sus poderes. Se acordard,entonces, de Gue ha roto uno o varios abies, el eumplimiento de los com {es garatizaban el mantenimiento de su poder Asi, porejem plo, un méticono debe bebe gua cliente, n0 pede se pcs {bo porciemshormigss, no pede sumergise en ago sladas Yo pede comer ciertos aliments. Sielsncumplimieno de Alguno de estos prncipos es accidental desareitado adep- to puede enconttar una excusa honorable peo, en o05 C408, comm ctando deja de soar con los espirins de los maer.o, yano puede practcar més. De echo, en algunas wis, médica que incumpl fs abies de Ia comida asociados con 0 ofci pete todo creo sso alien con una persona- Tidad muy fuerte osai arriesgar st reputaciony practcar de este modo Practicar on ofcio tan “rglamentsdo" por determinadas formas de comportamiento “tal” la vista de todos es, cuan- vo menos, una geantia de que It peraona en cuestion es ge- auina, De este modo resulta improbable que surjanimposto- res, a exeepcign de as stuaciones de desintegracicn tbl 0 cultural, cuando algiin picaro puede buscar una oportunidad ‘ara ganar na posiién deprives. Adem, el hombre ban- 0, con ieenin ycredlidad, a veces incisal corandero @ actuar para stsfacer so deseo de misterio, Ese se cuenta dela que el home blanco desea escuchar y por fo que ests us ‘Se profi en la comprensidn «ispuesto a pagar y, de este modo, baja la vor y, como side un secreto se tratara, Ie relata cuentos complacientes de magia y mister. Pero observad, entonces, el brillo en los ojos del mé- dco anciano, que piensa con regocio: «el hombre blanco es de otra calai, el hombre blanco es un bobo». Si la consideraci6n superficial segtin la cual los curande- tos son sinvergienzas ¢ impostores es falsa jes posible que Inexplicacién se encuentre en el hecho de que estas personas son verdaderamente listas, poseen un conocimiento por enci- ‘ma de la media y se caractetizan por una fuerte personalidad? Efectivamente, bajo unos cabellos desaliiados y el rosto in- movil de un hombre destudo © vestido con harapos, brillan ‘unos ojos perspicaces y penetrantes, unos ojos que te atravie- san de parte a parte, como lentes de Is mente que fotografian ‘tu verdadera naturaleza y tus intenciones, He visto estos ojos ‘y he percibido emo obraba esta mente cuando he buscado el conocimiento que s6lo el hombre de gran categoria puede ofrecer. He conocido hombres blancos que cas temfan a los ojos de un karadj, de tan omniscientes, penetrantes y sosegados ue paresfan, Este hombre de gran inteligencia era, sin duda alguna, una persona extraordinaria, un pensador esclarecido, lus hombre decidio, alguien que erefay obrabe segin la creen= cia de que posefa un poder psiquico, el poder de hacer que los dems crean ea sf mismos. ‘Como resultado de mi propia experiencia y un estudio de- tallado de los testimonios existentes sobre la cuestién, estoy ‘convencido de que los cursaderos son, en términos genereles, personas dotadas de un conocimiento especial, con una gran Confianza ¢ iniciativa, y que su frecuentacién pone ripida- ‘mente de manifiesto este hecho. (.] Es evidente que un curandero, al menos aquel que no ha perdido a su mand, su poder y su prestigio, es alguien que des- {aca entre los miembros de su comunidad, Es superior en co- nocimiento, experiencia y poder psfquico, y esto se refleja en 116 Las médicos aborigenes su actitud y condueta general, especialmente cuando se en- cuentra anie lo anormal e inesperado. Es por este motivo por Jo que parece algo reservado, excepto con sus compaferos ‘médicos, incluso cuando en general es muy apreciado. ‘Cab afiadir que la personalidad del curandero no es un fe- ‘némeno individual, sino que debido a su “formaciGn”, entre- rnamiemto y actos, éste recibe una personalidad social deter- ‘minada por parte de sus congéneres: asf, se convierte en alguien esencial para el bienestar social y el mantenimiento de relaciones satisfactorias con el mundo de lo desconocido (os espfritus de los muertos y os matorrales, la serpiente de] arco iris, el ser celeste y los hechiceros de lugares extrafos). PPortedlos estas motives pademos decir que el curandero es un ‘hombre con una personalidad especial y, a menudo, extreor- dinaria, ‘Se ha dicho que los curanderos son anormales y neur6t- 0s. A primera vista pode parecer justificado pensar que hay algo extrafo o raro en unas personas que afirman que $u"in- terior” ha sido intercambiado por un espfritu-interio, 0 que evan en el cuerpo piedras de cvarzo, huesos y espiritus-ser- piente; que afirman poder conversar con los muertos, viajar de forma invisible por el espacio o visita las tierrascelestes y de- més. Pero, de hecho, ningun testimonio menciona que la per ‘sonalidad de los curanderos o los hechiceros aborigenes sea, & parte de sus poderes ocultos y sus logros intelectuales, dife- Fente de la de os aborfgenes normales. Llevan la misma vida social y familiar y pasticipan en los ritos y ceremonias propias de su ixibu como todo otro hombre iniciado. [..] La cultura aborigen no enaltece la epilepsia ni cualquier tipo de anorma- lidad. Se trata més bien dela expresion de un mundo ordenado y normal, que proviene de un pasado sofiado de héroes cvili- zadores y que através del presente se perpetia en el futur. Para terminar, cabe destacar el hecho que la vida de un cu- randero es una vida de autodisciplina, precedida de un entre- ur Se proftnica en la comprension snamiento, de responsabilidad social y de contacto con pode- rosas fuerzas o espiritus. F] curandero, ademés, debe obrar con fialdad y a conciencia cuando se requiere su actuacién, ¥y no segtin el curso o el impulso de una enfermedad mental ‘Tampoco busca el conocimiento o el poder gue se le requiere ‘mediante drogas o danzas desenfrenadas sino més bien me- dante quietud y receptividad, meditaci6n y rememoracién, observacién e inferencia, concentracién y determinacin, La suya es una profesidn para la que ha sido preparado y entre- nado debidamente. Asi pues, no se trata de un antojo, aunque puede ser que a veoes un hombre crea que “ha sido iniciado”™ fen el ranscurso de un suefio, pero tal pretensién no es su- ficiente para acreditarle como tal. En éste mismo sentido, no- sotras también debemos distinguir entze el psicoanalista y terapeuta con una buena formacién y reconocimiento del afi- cionado y el oportunista. Es este tii quien, en general, sue- le ser algo anormal y parece incapaz de ver con claridad en si mismo 0 de darse cuenta de que deberfa hacerlo, En otros tét- rminos, el verdadero curandero es un profesional que cuenta ‘con una preparaciGn determinada y cuya personalidad, desde ‘al punto de vista de la comunidad, alcanza un alto nivel de nonmalidad. us 21. LOS CHAMANES COMO PSICOANALISTAS Ciavne Levi Strauss (1949) Et anropslogo francés Claude Lévi-Strauss seta elt eno comtn entre el chamanismo y el psicoandlisis en un ensayo tiulado "Le eficaia simbdlica”, Suanliss hace re- Tencia& la transcrpcién de una sesin chamdnicacurativa centre los indios cuna de Panam. Lévi-Strauss estableci la ‘liferenciaexistente entre el simbolista pretico y el psicon- nalista,y To puso muy claro: ef chard habla, mientras que el psioanalista escucha, LLacura consistiria, pues, en volver pensable una situacién ‘dada al comienzo en términos afectivos, y hacer aceptables para el esprit los dolores que el cuerpo se relia a tolerar ‘Que la mitologia del chamén no corresponde a una realidad objetiva carece de importancia: la enferma cree en es reali- dad, y es miembro de una sociedad que también cree en ella. Los espiritus protectores y los espiritus malignos, 1os mons- ‘rus sobrenaturales y los animales mgicos forman parte de tun sistema coherente que funda la concepeién indigena del tuniverso. La enferma los acepta 0, mejor, ella jamés los ha ug Se profndia en la comprensisn puesto en duda, Lo que no acepta son dolores incoherentes y arbitrarios que, ellos sf, constituyen un elemento extrafio ast sistema, pero que gracias al mito el chain va colecer de nve- ‘yo en un conjunto donde todo tiene sustentacisa, Pero la enferma, al comprender, hace algo més que resig- narse: se cura, Y sin embargo nada semejante se produce en ‘nuestros enfermos, cuando sles ha explicado la causa de sts desérdenes invocando secreciones, microbios o virus. Se nos acusaré de emplear una paradoja si respondemas que la razén cestriba en que los microbios existea y que los monstri0s no existe, Pero la telacidn entre microbio y enfermedad es ex- terior al espiritu del paciente, es de cansa & efecto, mientras que la relacién entre monstruo y enfermedad es interior a su espiritu,consciente o inconsciente: es una zelacién de simbo- lo a cosa simbolizada o, para emplear el voeabulario de los lingtistas, de significante a significado, El chamdn propor- ciona a la enferma un lenguaje en el cual se pueden expres inmediatamente estados informulados e informulables de otro ‘modo. Y es el paso a esta expresion verbal (que permite al mis- ‘mo tiempo, vivir bajo uns forums ordenada ¢ inteligible una ‘experiencia actual que, sin ello, serfa andrquica e inefable) lo {que provoea el desbloqueo del proceso fisioldgico, es decir la ‘eorganizacién, enn sentido favorable, de la secuencia cuyo desarrollo sufte la enferma. “A este respecto, [a cura chamanistica esté a medio camino centre nuestra medicina orgénica y las terapéuticas psicol6gicas ‘como el psicoandlisis. Su originalidad proviene de que aplica ‘una perturbacién orgénica un método muy semejante al de & tas itimas. ;Cémo es posible este resultado? Una comparacién més estrecha entre chamanismo y psicoanslisis (compara ion que no comporta, en nuestra intencin, ninguna descor- tesfa para con este ltimo) permit precisar este punt. En ambos e230, el propSsito es levar a la conciencia con- flictos y resistencias que han permenecido iaconscientes has- 0 {Las chamanes como psicoanatistas (ese momento, ya sea en raz6n de su represién por obra de ‘otras Fuerzas psicolégicas, yasea ~como en el caso del parto~ sacausa de su naturaleza propia, que no es psiquica sino or- sgnica, o incluso simplemente mecénica. También en ambos ‘casos, los conflicts y resistencias se disuelven, no debido al conocimiento, real 0 supuesto, que In enferma adquiere pro- gtesivamente, sino porque este conocimiento hace posible una ‘experiencia espectfica en cuyo transcurso los conflicts sere- actualizan en un orden y en un plano que permitea su libre de- senvolvimiento y conducen # su desenlace. Esta experiencia vivida recibe, en psicoandliss, el nombre de abreaccidn. Es sa- ‘bido que tiene por condicidn la intervencién no provoceda del analista, quien surge en los conflictos del enfermo, por el do- ble mecanismo de la ransferencia, como un protagonista de ‘carne y hueso, con referencia al cual el enfermo puede res- tablecer y explictar una situacién inical que habla permane- ido informalads, ‘Todos estos caracteres se encuentran en la cura chamanis- tica, En ella se trata tambien de suscitar una experiencia y, en la medida en que esta experiencia se organiza, cierios meca- nismos colocados fuera del control del sujeto se regulan es: ponténeamente para legar a un funcionamiento ordenado. El ‘chamén tiene el mismo doble papel que desempetia el psico- ‘nalista: un primer papel ~de oyente para el psicoanalista, de orador paraeel chamsn~ establece una relacion inmediata con laconciencia (y mediata con el inconsciente) del enfermo. Es cl papel del encantamiento propiamente dicho. Pero el chemn no se limita a proferir el encantamiento: es su héroe, porque es €l mismo quien penetra en los éeganos amenszados a Iaca- bbeza del batallén sobrenatural de los espirius y quien libeca el alma cautiva. En este sentido el chamsn se enearna, como el psicoanalista objeto de la transferencia, para converts, gra- casa las representaciones inducidas en el espiritu del enfer- ‘mo, en el protagonist real del conflito que este étimo ex- nm Se profindiza em la comprension perimenta a medio camino entre el mundo orgénico y el mun- do psiquico. El enfermo neur6tico acaba con un mit indi ‘dual al oponerse a un psicoanalista real; la parturienta indge- ha vence un desotden orgénico verdadero, identificdindose con 'un chamén mifticamentetranspuesto. El paralelismo, pues, no excluye diferencias. Esto no debe sorprender si se toma en cuenta el cardcter del trastorno que ‘se tata de curse: psiguieo en un e380, orginica en el oto. En realidad, la cura chamanistica parece ser un equivalente exae- to de la cura psicoanalftica, pero con una inversion de todos los téminos. Ambas busean provocar una experiencia, ¥am- ‘bas lo consiguen reconstruyendo un mito que el enfermo debe vivir orevivir Pero, en un caso, se trate de un mito individual {gue el enfermo elabora con ayuda de elementos extraldos de Su pasaco; en el oto, de un mito social, que el enfermo recibe del exterior y que no corresponde @ un estado personal anti ‘uo, Pack preparar la abreaccidn, que se convierte entonces en ‘una “adreacci6n”, el psicoanalistaescucha, mientras que el cchamén habla, m2 22. UTILIZAR SUSTANCIAS INVISIBLES PARA HACER EL BIEN Y EL MAL AurReD Meru (1949) lems de Jos dandos migicosy las substancis invsibles aparece en varias ocasiones en la presente antologia. Se a= tu, en efecto, de un elemento recurente en el chamanisto, ‘en particular en América del Sur. El anropslogo suizo Al- fred Métraux apori uno de los primerosandlisis detallados sobre el tema en su Handbook of South American Indians, publicsdo en su momento por el gobierno nortesmericano El poder del chamén se ha identificado a menudo con su respiracin oel humo de tabaco, que materiliza la respiracin Y afade el efecto del tabaco, El poder purificador y revtaliza- {or de la respiracién y el humo de tabaco ocupaban una parte importante en los ratamientos magicos y ots itos mégicos. ‘Algunos autores también han descrto el poder del chaméa, ‘como una sustancia misteriosa que el mago lleva en su cuerpo. 3 Se profunica em la comprension En el transcurso de sus actuaciones de magia, los gestos del ‘chamén denotan que sostiene algtin objeto invisible, que ha cextraido del cuerpo del paciente o que transite a otras pet- ‘sonas o cosas para actecentar su virud, Los chamanes apa- pocuva-guaranies, por ejemplo, recibian de los espritus tna sustancia que, a su yez, podfan proveer a otras personas para umentar su vtalidad. [4 ‘No existe ninguna diferencia signticativa entre esta sus- tancia mégica (una materia invisible pero tangible) y las fle- has, cristales y espinas que a veces se hallan en el cuerpo el chamn, Estos objetos son verdaderas materalizaciones del poder del chamdn, que a veces se concibe de un modo ts abstracto y vago como una “sustancia magica”. Del mismo ‘modo, el espiritu guardién o espiriu de la familia del chamén «una personificacign de este mismo poder y no una entidad ppor si misma y diferente de la nocién de sustancia invisible La sustancia magica, los objetos patsgenos y los espititus ‘guardianes son tres aspectos diferentes de la misma nocién fundamental, aunque vagament Los siguientes ejemp plosilustratia este aspecto. En algunas teibus del alto Amazonas, la sustancia migica estéestrecha- ‘mente elacionads con espinas y dardosinvisibles que se ponen ‘en remojo en ella, Enel pueblo cubeo tambign se asocian los cristales con fa fuerza mégiea; as, el chamén «cabeza del novieio pequetias piezas de cristal que se considera ue consumen su cerebro y Sus ojos, reemplazando estos Gr- _ganos y convirtiéndose en su “poder” Los eristales minerales también son espititus. Segtn los caribes de Barams, cada categoria de esprrits estaba repre- sentada por un tipo diferemte de piedra, cuya posesién ga- ‘antizaba al cham el control de la clase de espiritu identi ficada con la piedra. Hacia el final de la iniciacién se hacian pasar piedras desde la boca del novicio hasta sus brazos, para abrir an pasaje para un proyectil mdgico. Ast pues, se puede 1s Unica sustancis invsbles identifica os crstalesy los espritus. Del mismo modo, las armas migicas también estin dotadas de vida, porque una ver han efectuado la tarea designada, regresan al cuerpo del chaman, Cuando un chamn yagus mora, los dardos de su cuerpo ‘banal de un discfplo y, sno lo tena, entonces os dardos vo- Jaan pore are hasta encontrar el cuerpo de oto cham en el que poder entrar... ‘Pesto que los chamanes eran por definicién “portadores e fechas inisibies 0 sustancias magices, estaban dotados con poderosas armas, que podian usarse tanto para hacer el bien como el mal. Sin su poder negativo, el chamin no podia ser médico, y aquel chamén que usaba sus armas s6lo para satacar alos enemigos fuera de la comunidad, tenia una buena reputacin y era considerado como el mejor servidor de la co- munidad, Sélo cuando se volvia contra los miembros de su propio grupo era objeto de odio, descoafianzay,encasiones, hasta venganza. La sustancia magica, que era la fuerza del chamfn y que _usaba para cuidary fortlecer Sus clientes, se converia ea un sarma mortal cuando se diigfa a un enemigo. «El poder del ‘cham es identico al veneno mortal ast, el cham guara- ni atacaba a sus enemigos lanzéndoles la sustancia magica ‘que recuperaba de cuerpo de sus pacientes. Encambio, eleha- ran chiguito Hevaba en el estémago une sustancianegruzca ‘que resultaba moral para aquellos alos qu se les inyectaba con fines crimiales.[.] Eleastigo que los indios aplicaban alos hechiceros ra pro- porcional al miedo que les tenfan.Asf, los actos més crueles que cometfan Ios indios eran siempre aquellos que se ditigfan ‘os chamanes que habien quebrantado su confianza. Los cam- 8, por ejemplo, no solo mataban al chaman culpable sino que también mafaban a toda su familia y destrafan sus bienes. Las 23. “EL CHAMAN SUFRE UN TRASTORNO MENTAL” Gore Devensux (1956) EI célebre emopsiquiatray antropétogo francés George Devereux adopis una posicia freudiana que podria parecer ‘extremist peo que poste ciertos elementos acertados. Re- tnospectivamente parece claro que algunos chamanes suften alain tipo de trastorno durante un cierto tiempo. ‘Muchas tibus destacan el cardcter doloroso de las expe- riencias psiquicas que marcan la eclosin de los poderes chi ‘ménicos. En algunos casos, las personas que reciben esta “Ia- ‘madas” sobzenaturales las rehtsan completamente (como €1 caso de un indio de las lanuras que rechaz6 obedecer la vision gue le instigaba a transvertrse y en su lugar prefiié {quitarse la vida), Enel mismo sentido, cuando un sedang moi recibe la “llamada”, puede llegar a beberse su propia orina con laesperanza de rebajarsea los ojos de sus protectores divinos, para que éstos le reliren el poder que le han concedido. Por otro lado, los mojave creen que un chamaén potencial que re- chaza aceptar la llamada se vuelve loco. El autor entrevists personalmente a uno de estos hombres que habia pasado cier- 126 “El chan sure wn rasionno mental to tiempo en un hospital estata con el disgnéstico (a nuestro jvicio cuestionable) de psicosis maniacodepresiva. Tanto é] ‘como su tribu consideraban que el episodio psicstico fue pro- vvocado por el echz0 a ejercer como chamén. “También es cierto que incluso aquellos que aceptan Ia “la- ‘mada’ sienten que su vida se vuelve ego-distonica y Hegan a buscar la muerte. Asf, nos inclinamos & pensar que en la tribu de los mojave, los chamanes sanadores ancianos se convies- ten en brujos precisamente porque éstos son asesinados. De hecho, la Sociedad mojave espera de los brojos que inciten a los dems a matares. En el plano psicolégico no hay ningu 1a diferencia entre este tipo de seicidio por procuracion y et ssicidio del indio de las Hanuras que rechazé convertirse en un berdache, 0 andr6gino. Bn resumen, no hay ningtin mo- ‘vo ni ninguna excusa por el que no podamos considerar al chamén como un neurético severo e, incluso, como un psix e6tico, ‘Adem, e chamanismo es a menudo culturalmente dists- nico. Este es un punto que ha sido ampliamente documenta- {do pero, a menudo, pasado por alto. As{ pues, el chamén es en muchas ecasiones lo que hemos llamado en otro punto una “unidad problemética” en la sociedad. De este mado, los mo- Jave dicen que el chamain es un loco y un cobarde; los chae ‘anes siberianos suelen ser miserablemente pobres y no son ‘muy bien vistos; y, del mismo mado, los sedang ven con ma- las ojos a sus chamanes, sobre todo por su rspacidad. De he- cho, este sentimiento tan humano (que pone de manifesto el hecho de que el chamén es culturalmente distinico), incluso llega a empatiar la acttud de los adeptos de las religiones su- periores hacia sus santos auténticos. En efecto, desde el pun to de vista de la vida corriente, el santo es un perturbador so- cial. Asf, incluso alguien tan afable como san Francisco de ‘Asis se encontas con la oposicién de su tiempo, y Juana de Arco ‘no por haber salvado a Francia pudo escapar ala hoguera por ra Se profniza en la comprension |herética, aunque ms tarde fuera canonizada. Del misino modo, Ja oposicién de Ia clerecfa hacia los chamanes es desde anta- fio conspicua y perenne, En pocss palabras, podemos afirmar que el chamian sufie ‘un trastorno mental. Esta es tambien la opinis de los antro- logos Kroeber y Linton, 18 24, LA DANZA MEDICINAL DE LOS ‘KUNG Loans Mansiat. (1962) {La antop6loga soreamericana Lorna Marsal realises tudios de eampo con los bosquimanos "kung del suroeste de ‘Altica (atid indica que la“ se pronuneia con un chas ‘quido guar), Marshall describ las actividades de los ea randeros, que entran en trance mediate cantos par curar aa gente al Gxirefes la enfermedad y devolvésela a os expi- ‘us, Aunque no se refiere a ellos como chamanes, Marshall describe un ejemplo poco comin de chamanismo en Afica. Laceremonia de la danza curativaes el nico acto religioso establecido y el tinico en el que la gente se retine, Su propési- toes curar las enfermedades y expulsat el mal. Asi pues, si al- {guno de los partcipantes esti, en efecto, enfermo, os alguna Sesgracia se cierne sobre Ia poblacién; le danza se realizard especialmente para curar estas enfermedades. Pero, a ment- do, a gente danza incluso cuando nadie esté enfermo y no ha hhabido ninguna desgracia en particular, con el fin de expalsar al mal que se encuentra all, aun cuando nadie pueda verlo, y pa sentirse protegidos por el bien. (.] 129 Se profndisa en fa comprensin Una vez.se han realizado varias danzas, los curanderosem- plezan a curar. Los ‘kung no tienen brujos, brujas 0 hechice- 10s, ni ereen que las divinidades entren en los curanderos ni hhablen a través de ellos. Adesns, casi todos los hombres ‘kung son curanderos. Por uno u otro motivo, no todas deciden prac: ticar, peto siempre existe un grupo activo en cada grupo. Los ‘curanderos no reciben otra recompensa que sw propia sais facci6a y liberacién emocional, 9 es que s6 de algunos de ellos ‘que siesten una profunda responsabilidad por el bienestar de sus gentes y sufren una gran ansisdad y preocupacin si su cu- raci6n fracasa, y una satisfacci6n equivalente si éta se cum- ple. Porel contrario, otros més introspectivos parecen menos preacupados por las personas que intentan curae ‘Cuando fos curanderos realizan su labor, todos ellos entran en distntos niveles de trance autoindocido, que se caracteriza por na fase de frenesf y otra de semiinconscienciao profun- a inconsciencia. A veces se quedaa rigides © empiezan a sa- car espuma por la boca, ose paralizan completamente, como si estuvieran en coma. Algunos slo permanecen ea trance du- ante un breve tiempo y otros durante horas, Es el caso de un hombre que solfa permanecer en un estado semiconsciente du- ‘ante casi todo el dia siguiente ala danza. No puede describirse completamente con palabras a un bosquimano en el momento de curar, hay que ofile también, ‘pero intentaré trazar un bosquejo. Eleurandero empieza bai= Jando y cantando con los otros, al son de una cancién medi cinal. Entonces abandona el grupo de bailarines y se recuesta sobre la persona que se dispone a curar y le pone una mano en ‘el pecho y otra en laespalda, y hace vibrar amibas manos, Los "Kung eneen que de este modo el curandero extrae de la per- sona en cuestidn la enfermedad, real o potencial,a través de sus brazos y In introduce en su propio cuerpo. A continuacién, <éste empieza a emitir sonidos entrecortados, como sollozos, ‘cuyo ritmo se itensifica hasta convertirse en chillidos que po 130 La dansa medicinal de tox “aay . Los es- pecialistas han debatido sobre est: panto durante décadas y ‘muchos han visto en el uso del término “decadencia” una ‘erspectiva personal de Eliade. También se le ha erticado por haber puesto en el mismo saco todas as sustanciasembrie- guntes bajo el término de “nareSticos” y porno haber reco- ‘ocido cl rol central de los alucindgenos en muchas formas de chamanismo. El antroplogo Pete Furst dijo que Eliade Je habia dicho en los sitimos aos de su vida que habia abandonado su visibn del uso de plantas alucin6genas como una forma de “degeneracién” de las técnicaschamsnicas del éxtasisw 133 ‘Los obserradores participan Elantropélogo Bronislaw Malinowski desarroll6 el méto- do de la “observacién partcipativa” en la década de 1910, [pero no fue hasta muchos afos después cusndo antropslogos ¥ etn6grafos empezaron a utilizar este método para estudiar a los chamanes mediante la paticipacién activa en sus sesiones, En cualquier caso, los observadores académicas n0 se apresuraron a pasar por pruebas del orden de ayunos prolon- sgzadas en Is naturaleza, En cambio, prefirieron probar el ca- ‘mino ms directo de las plantas alueindgenas, que utilizaban ciertos chamanes, especialmente, de Centroamérica y Suda- rmérica. Comer hongos agrios o tragar amargos mejunjes no requiere, en definitiva, un gran sacrficio personal. Ademis, en los estudios que escribieron se dedicaron mis a abservar~ se a sf mismos, que alos propios chamenes. El hecho es que no basta con tomar plantas alucindgenas para entender a los chamanes, En cualquier caso, los observadores occidentales que par- ticiparon en sesiones chamdnicas que inclufan plants aluci ndgenas creyeron tener experiencias similares las descritas pporlos propios chamanes. Gordon Wasson tubo la experiencia ‘de volar fuera de su cuerpo, Barbara Myethoff vio el axis mun- di, Michael Harner vivié su propia muerte y aprendi6 sobre Ja Vida gracias a unos reptiles gigantes. Todo ello condujo alos ‘observadlores a tomarse mas en serio alos chamanes.. Bt 25. FUMANDO ENORMES CIGARROS Feancss Huxtey (1956) El antsopSlogobrténico Francis Busey vivisentos tos cincuenta con los ure y los tembé, poblacones de] ama ~zonas brasilefio, Los urubi, que habfan perdido su tradicion chaménica, consltaban alos tembé las instrucciones con cetnientes a este campo. Los chamanes tembé consumen ‘enorme cantidades de un fuerte tabaco, lo que require una ‘ran pctica. Francis Huxley lo prob pero terminé tosien- {o despues de dar unas pocas de estas “ervlescaladas.” ‘Al atardecer, todos en el pueblo habfan venido a nuestra tienda y se encontraban apifiados en sus hamacas, que colga- ‘ban por todas partes entre los poste. (..] Sobre la mesa habia ‘un pequetio moni6a de cigarros fawari para los que yo habia ‘raido el tabaco. Estuban hechos con un tabaco fuerte, que se ccortaba finamente, se frotaba entre las manos, luego se pont sobre una fina hoja de corteza de tawari y se ensollabafirme- mente, atindolo con estrechas tiras de corteza, Encendieron uno de estos cigaeros tavar, de un pie de largo y una pulga- dda de grosor,y se lo dieron 4 Chico, quien empezs a cantu- 135 Los observadores paticipan ear para prepararse. Eatonces se dio la vuelta y me dij: ««Voy a cantares ses 0 siete canciones». Se senté en la hama- cca de Pari, con éste a su lado, y el resto, hombres, mujeres y nifios, cada uno con un tawari, nos colocames o nos sentamos alli donde padimos, Después de tararear la melodia varias veces en voz baja (to das las melodies de los tembé eran agradables y elegantes, al- _punas se parectan sorprendentemente a los cantos gregoria- nos, a diferencia de las canciones estridentes y ruidosas de los ‘uruba) y mazcarel ritmo con la marace que Toile habia pres- tado, Chico empez6 a cantar propiamente, Al paco se encon- traba de pie y cantaba con todas sus Fuerza, y los otros, que no conocfan la letra, pronunciaban lo mejor que podfan paca se- guir la melodia, mientras Chico encendlia su cigarro. Primero Jo manejé un poco, chafé un poco la punta con los dedas y so- ld en ella, por lo que empezaron a saltarchispas hacia el t- cho. Toile imits y Tero empez6 a jugar con su cigar, como si se tratara de una manguers, Entonces, Chico empez6 a inhalar ‘a grandes bocanadas, con un movimiento de horabros para to- ‘mar la mayor cantidad de humo en et menar tiempo y luegolo expulsaba, inspirando e inhalando,inspirandoe inhalando. Yo crefa que en algtin momento se detendrta para tomar una bo- ‘canada de aire, pero continus sin ni siguiera toser. Por supues- ‘0, no se respira todo el humo: la boca no esté completamente cerrada sabre el cigaro, sino que queda un espacio por el que el aire se mezcla con el humo. De este modo la humareda se hace mayora gran velocidad. Aun asi se requiere mucha pric- tica y yo me puse a toser tras un par de estas caladas inmensas. Un buen chamén, no obstante, fumars cinco o seis tawaris de dieciocho pulgadas de largo en una noche y, aunque toserd bastante, cantar hasta el amanecer sin perder la voz. ‘A pesar de ser bastante joven, Chico cants bastante bien, ‘Su voz no posefa atin la resonancia que tenfa la de su padre, y {que hace que pasarse toda la noche escuchando las canciones 136 Funando enormescigarras {de Ios tembé sea todo un placer Sin embargo, los otros siem- pre iban por detrés y cuando perdian el hilo de la melodia can- {aban “Aé hé” en un tono neutro para llenar los silencios. Por su parte, las mujeres cantaban, como obes desacordes que sonaran airosamente agudos, un tiple gutural de cuatro notas, fuera cual fuera la eanci6n y a todo momento, y siempre de- safinando. Pronto la voz dé Chico qued6 sumergida bajo et ruido det guirigay de las mujeres y ls alaridos roncos de los hombres y sus “he he Casi después de terminar cada estrofa, Chico suspirabs ex- hausto “Hee! jHoo!”, y tomaba otra veintena de caladss de tabaco, Bntonces, si no le daba un ataque de tos, que de todos ‘mods lo tenfa més tarde, empezaba directamente la estrofa siguiente. Los otros suspitaban también “Fee! jFfoo!”, s6lo ‘para sentrse participes, se henchfan los pulmones de humo, dlesafinaban con estrépito y bacian saltarchispas en el aire. Fue un espectaculo extraordinario, Ademés, fue una negra n0- che sin ana y mi limpara de parafina se habia apagad. Todo cuanto se pod a gran canidad de puntas de cigarro ardiendo, imentaba y disminufa, que a veces echaban chispas y de vez en cuando ilurninaban algén sostro oscuro y rojizo, aspirando ansiosamente. El humo lle- naba el aire, enroscéndose lentamente hacia el exterior de la tienda y ef alboroto era magnifico. Chico, ebro de humo de tabaco y, sin duda, también de un ‘exceso de oxigeno, empezs a gemir desde el fondo del peco hasta que abandon6 las canciones ordinarias que habia estado ‘cantando hasta entonces y emprendi6 un verdadero canto cha- ‘ménico para llamar a Mikur, la zarigieya del bosque, y obte~ ner su ayuda en la curacin que ibaa realizar. Al cabo de poco se cayé al suelo de espaldas, donde permanecié gimiendo mi- serablemente. Los ottos pararon de cantar, lo que no hubieran ddebido hacer, echaron unas caladas ociosamente y se pusie~ ron a charlar hasta que, empujados por las mujeres, se pusieron a Las observadorespaticinan 8 cantar de nuevo. Cuatro minutos después, Chico se hallaba ‘otra vez de pie y cantaba ain mis fuerte, posefdo por el espf- ritu de la zarigdeya, ‘Una na sufria un dolor en un costado y, mientras todo el ‘mundo continuaba cantando, Chico le palp6 all donde le do- lia y le sopl6 humo encima, desde Ia punta del cigarro. En- tonces suecion6 varias veces el lugar, con la boca Tlena de humo, y soplé con fuerza dentro de su pufo cerrada, que apar- 16 a continvacién bruscamente, abriendo la mano al mismo tiempo, para echar lo que habfa aspirado. Al final, se lend de nuevo la boca de humo, sopié sobre el mismo punto acompa- fando el hramo con la mano y, de este modo, termin6, Ensefis ‘entonces lo que habia estado causando el dalor (una poqueta materia pequefia y nauseabunds, creo que era un trozo de earne ‘que debis haber guardado en la boca desde Ia cena). (..] Pero habia wn truco que Chico no podia realizar, se tata- ba del poder para matar a alguien a distancia gracias a la ma- gia. Para ello, el chamén “alisa” un caruwa de madera espe- Cialmente disefado y lo envia hacia el hombre en cuestibn con un soplo cargado espiritualmente; no importa cus lejos se en- ccuentre, el caruwa le encontraré, penetraré en sn cuerpo y lo ‘matard. Chico era incapaz de realizar este truco de brujerfa porque una vez habia tocado un cadaver y por ello habia per- dido este poder: ésta es una de las paradojas que soa tan co- ‘munes entre los indios. Cuando un chamn o un brujo entra fen trance se dice que esté “manon-manon”, muerto-muerto, y s6lo entonces puede conversar con los espiitus que le poseen, por lo que esta habilided le confiere una especie de iamorta. lidad, puesto que después de cada una de estas “muertes" re- sucita, esto es “nace” de nuevo. Ati asf, confundir la muerte spiritual con la muerte fisica resulta fatal y si toca ef cuerpo de un muerto se produce un cortocireuito de su magia y pierde 1 poder. De este modo, para mantener su poder iniacto, el ccharnén dobe llevar una vida algo retirada, 138 Funando enonnescigarnos El chamsin es alguien muy admirado, ya que si bien el po- dee de producir cosas es un tipo de magia comin, el poder de hacer que las cosas actien por sf mismas resulta iresistible: Jos indios se maravillan ante un retojo un imAn, o cualquier ‘ico objeto que se mueva por sf mismo. Pero el poder det chamén, que éste obtiene gracias a un peligroso y laborioso control de los espiritus, debe utilizarse de un modo sil si no ‘guiere conwertirse en un brujo y su poder en magia negra. Asi ‘pues, aunque el buen chamén posee trucos, st teputacion se basa en las curaciones que logra, es decir que no debe guar dar sv poder para sf mismo, Si es as y Io utiliza ego‘stamen- te, se Ie puede Hegar a matar, un destino que han sufrido va- ros chamnanes tem en el pasado y un riesgo que come todo cchamén en Arnérica del Sus. 26. “ERA UN OJO SIN CUERPO SUSPENDIDO EN EL AIRE” R. Gonoow Wasson (1957) Et banquero norteamericano y micélogo R. Gordon Was- son fue el primero en describir el consumo de ongosaluct- ‘Régenos con una chamén mexicana, diferencia de muchos textos de esta antologia, el relato de Wasson fue leido por ientos de miles de lectores de la revista Lie. El noubre de lchamién mazatecs era Maria Sabine, pero Wasson land “Eva Méndez’, en un ntento vano por protege su intimidad, Este articulo provocd una oleads de tuistas hippies que, du- rate aos, pes6fuertemente sobre los poblados indgenas {el sur de México, ___En la noche del 29 al 30 de junio de 1955, en un poblado {ndio de México tan apartado del mundo que la mayoria de la Bente atin no habla castellano, mi amigo Allan Richardson y yo mismo compartimos con una familis de amigos indios la ccelebracién de una “sagrada comunién”, en la que se adora- ban y comian hongos “sagrados”. Los indios mezcleban en sus préctcas religiosas elementos cristianos y pre-cristianos de un modo desconcertante para los eristianos pero que era 140 “Brawn oo in euerpo natural para ellos. Dos mujeres, made ¢ hij, ambes curan- deras eso es chamanes, dirgian el ritual que se tealizabuen Jengua mixteca. Los hongos eran de una especie con propie- dades alucindgenas, es decir que provocan visiones al que las toma. Mastcamos y tragamos Ios hongos, de gusto amargo y cane, rovimos visions salimos de la experiencia atures, “iablamnos venido de lejos para siti aun ritual con hon- _g05, pero no esperdbamos nada tan asombroso como la ma- esiria de las curanderasen la ejecucion del ritual y los efes- tos sorprendentes de aquellos hongos. Richardson y yo fuimos Jos primezos hombres blancos en los anaes de Ia historia en comer los hongossaprados, que durante siglo han sido un se- eto decirtos pueblos indi del sur de México sejaos del unde. Ningin antzopdlogo habia deserio antes Is escena aque nosotros presenciamos. [.-] ‘Slo pudimos quedaenos tirededor de una semana: no te- afamos pues empo que perder. Fu al municipio, es deci el ayuntamiento, yall enconté al responsable l argo, sin dco, oloen su despacho del piso superior, seatado en su gran ‘escritorio: Bra un joverrinio, de unos 35 aos de edad y ha- blababien el castellano, Sunombre ea Filemén Ten un i fable, asi que tenté mi suerte y,recostado sobze la mesa, le pregunté con ono serio en vod baja.si podl hablacle en con- fianza. Curioso a instante, me animé a ello. «Me ayudaria usted ~prosegut-a aprender los secretos del hong Sagrado», ¥ pronancié debidaments la palabra mixeteca "ni shito",con Su golpe guuraly la diferenciacién de tonos de Is siabas. Cuando Flemén salié de su asombro dijo calurosamente que no habia nada mis fcil. Me pidié que acudiera a su cas, a las afueras del poblado, a a hora de la sista Allan y yo legames a eso de las tues de la tarde. La casa 4e Filemn est constrida sobre I ladera de la monta, por 1. Bacal ent ocga (7) a Los observadorespartiipan Jo que a uno de los lados pasa un sendero a la altura del piso superior y al otro se abre un profundo barranco. Filem6n nos condujo de inmediato hacia el fondo del barranco, 2 un lugar donde creefa en abundancia el hongo sagrado. Después de fo- tografiarlos, los recogimas y los guardamos en wna caja de cartén y, eatonces, regresamos trbajosamente hacia Ia cima el barranco, en pieno coraz6n de la térrida y hdmeda tarde. Sin dejarnos descansar, Filemén nos mand6 continuar més arriba de sa easa en busca de fa curadera, ln mujer que iba a dlirigi Ia ceremonia con hongos. Era una conocida suya, se lamaba Eva Méndez y era una curandera de primera cate- {g0rfa, una Sefora sin mancha. La encontramos en casa de su hija, quien continda la misma vocacin. Eva se reponfa de la sesign de Ia noche anterior recostada sobre una estera a as del suelo, Era de mediana edad y menuda como todos los mix- ‘cos; su expresion tenfa algo de espiritnal que nos impacté al Initante, Tenia presencia. Mostramos nuestros hongos a 1a mujer y Su hija, y ésas se extasaron ante la frescura de la be- leza y Ia abundancia de nuestros j6venes especimenes. Con J aytida do un intérprete les preguntamos si nos los servirian aguella misma noche, Ells ssitieron, ‘Aquella noche, pasadas la ocho, una veintena de personas ‘nos reunimos en la habitacin inferior de la casa de Filemén. ‘Allan y yo éramos los Gnicos extranjeros, los tnicos que no hnablabamos misteco, y nuestros husspedes, Filemén y su es- psa, eran los inicos que podian dirigirse a nosotros en cas- lellano. Nunca antes los indios nos habfan acogido de tal ‘modo: tados se mostraron amigables con nosotros y no nos twataron con la Ubieza con Ja que tratan a los extranjeros blan- cos. Eramos de los suyos. Los indios vestian sus mejores ata- vios, as mujeres levaban sus kuipiles, el vestido local, y los hombres Hevaban pantalones de un blanco inmaculado,ata- dos la cintura con una cinta, y sus mejores sarapes por enc ‘ma de a camisa, Nos dieron chocolate para beber, de un mado wa “Braun ojo sn cuerpo algo ceremonial y, de ropente, record las palabras del anti jguo escrtorespafil que contaba cémo antes de servir los hon- {30s se bebja chocolate, Me di cuenta, entonces, del porque de nuestra visita: al fin fbamos a descubrir que la antigua cete~ ‘monia de eomunidn todavia petduraba y que nosotros foamos| apresenciarla (..) ‘Alrededor de las diez y media, Eva Méndez limpi6 los bon- 1g0s de toda suciedad y luego, recitando plegarias, los pas6 a iravés del humo del incienso de resina que ardia ev el suelo. Una vez hubo terminado, se sent6 sobre una esters ante un simple altar edornado con imégenes cristianas del NiSio Fests yet Buutizo en el Joréin, Entonces distibuyé los hongos alos adultos y guards trece pares para ella y otros tants para su hija {los hongos siempre se cuentan por pares). Yo esperaba con {mpaciencia: se volvi6 hacia may me dio seis pares en una taza. [No podia estar més contento, me hallaba ante la culminacién de afios de bisqueds, Entregé también seis pares a Allan, pero ‘sus sentimientos estaban mezclados: su esposa Mary solo le ‘habia permitido venir después de haberle hecho prometer que no probarfa los asquerosos hongos venenosos. Ahora se ha- Haba ante un dilema, cogi6 los hongos y le of murmurar an- gustiado, «Dios miol, gqué dirs Mary2>. Entonces nos co- ‘mimos nuestros hongos, masticéndolos lentamente a lo largo ‘de media hora. Sabfan mal, eran amargos y desprendian un ‘olor rancio persistent, Allan y yo estabamos decidiios a re- Sistir cualquier efecto que pudieran tener, para poder observ ‘mejor los acontecimientos de la noche. Pero nuestro propési to pronto se desvanecié ante el asalto de los hongos. ‘Antes de medianocke, la Sefiora (como suele Hamarse & [Eva Mendet) arrancé una flor del ramo que habia sobre el al- tar y apagé con ella la Hama de latina vela que an ard. Nos quedamos a oscuras y a oscuras petmanecimos hasta el ‘amanecer. Durante media hora esperamos en silencio. Allan ‘inti frfo y se envolvi6 con una manta. Pocos minutos des- 43 Los observadoresparticipan pugs se me aceres y susurrd, «;Gordon, estoy viendo cosast>. Le dije que no se preocupara, yo también velas cosas. Las vi- siones habian empezado, a media noche aleanzagon st climax y continuaron en el mismo nivel hasta las cuatro de la ma- ‘dcugada, Nos costaba mantener el equilibrio de pie y, al prin- cipio, nos sentimos algo mareados, asf que nos revostamos s0- bre iestera que habfan dispuesto para nosotros, aunque nadie ‘queria dormir a excepeién de los nifios, a quienes no se dan bhongos. De hecho, nunca antes nos habiamos sentido tan des- piertos y las visiones aparecfan tanto si tenfamos los ojos ablertos como si los eerrabamos. Surgfan del centro del cam- po de vision y crectan a medida que se avercaban, a veces de- prisay a veces lentamente, al ritmo que dictaba nuestra volun tad. Eran de colores vivos, siempre armonioses, y empezaron [por ser motivos abstractos, de formas geomeétrieas come las {que decoraa alfombras,reidos o papeles de pared, © como las {que se pueden ver en Ia mesa de dibujo de un arquiteeto. Lue- _g0 se convirteron en palacios con sus patios, arcadas y jardi- nes: palacios resplandecientes recubiertos de piedras semi- preciosas. A continuacién, vi a un animal mitolégico tirar de lun carruaje real. Mas tarde fue como si los mutos de la casa se hubieran desvanecido y mi espiitu hubiera fluid a través de ellos, y yo me encontrase suspendido en el aire observando paisajes montallosos, con caravanas de camellos avanzan- do lentamente por laderas y montafas que se alzaban, hilera tras hilera, hasta el cielo, ‘Tres das mis tarde, cuando repet! la misma experiencia en Ja misma habitaci6n y con las mismas curanderas, en lugar de ‘montatias habia estuarios repletos de inmensos cafizares a través de Tos cuales flufan Iimpidas aguas hacia el mar infini- ‘0, todo en los tonos pastel de una luz horizontal. En esta oca- sién aparecié una figura humana, una mujer con un vestido nativo, de pie sobre el agua y con la mirada fija, enigmstica, hhermosa, que hubiera podido ser una estatua a no ser porque a “Brawn ojo sin cuerpo. respiraba y vest ropas tejidas de colores. Parecia como si yo estuviera viendo un mundo del que no formaba parte y con et {que no podia esperar entrar en contacto. Alf estaba, suspen- dido en el aie, un ojo sin cuerpo, invisible, incompéreo, viendo sin ser visto, Las visiones no eran ni bortosas ni inciertas, sino que es- taban enfocadas con tal claridad que las Iineas y los colores pereefan més reales que cuanto haya podido ver con mis pro- pos ojos. Me parec‘a ver claro, a diferencia de la vistén ond aria que nos da una visidn imperfecta; vea los arquetipos, Jas ideas platOnicas que subyacen a las imégenes imperfectas de nuestra vida cotidiana, Un pensamiento atraves6 mi men- te: :Podian ser los hongos segrados el secreto que se esconde tuas los misterios antiguos? ;La movilidad milagrosa que es- {aba experimentando, acaso podia ser la explicacién de las ‘brujas voladoras que representaban un papel tan importante cenel folklore y las leyendas del norte de Europa? Me pasaron porla cabeza estas reflexiones al tiempo que vei as visiones, ‘yague el efecto de los hongos consiste en producir una fision ‘del espiritu, una escisisn en le persona, una especie de esqui- zofrenia, con el lado racional que continda razonando y que ‘observa las sensaciones que experimenta cl otro lado, Como si la mente estuviera atada a los sentidos erraticos con uns cuerda elastic. Mientras tant, la Sefioray su hija no se quedaben sin hacer nada, Cuando nuestras visiones ain se encontraban en ls fa- se iniciales, oimos a la Sefiora mover fos brazos ritmicamen- te y produit un leve murmalo inconexo. Pronto las frases se convirtieron en sflabasarticuladas y cada silaba inconexa ras- ‘gaba la oscuridad como una cuchillaafilada. Luego, progre- sivamente, la Sefora empez6 a entonar un edttico que parectia luna musica muy antigus, como un intrvito de la Edad de Oro, ‘A medida que la noche avanzaba, su hija larelevaba en el can to. Ambas cantaban bien, jamés con estridencia, pero con auto~ 14s Las observadores participa ridad. El canto era indeseriptiblemente tiemno y conmovedor, fresco, vibrante, rico. Nunca me haba dado cuenta de cua sensible y postico instrumento podia ser la Jengua mixteca, (Quizas la belieza de la actuacién de la Sefiora fuera ea parte ‘una ilusién provocada por los hongos; ental caso habria que sefalas que las alucinaciones son auditivas ademas de visua~ les, Sin ser musicdlogos, no podiamos saber sil origen de los| ‘cantos era completamente europeo o indigena, al menos en par- te, De vez en cuando el canto alcanzaba un climax, se detenia de repente y entonces la Sefiora continuaba hablando, lanzan- do violentas y fuertes palabras que cortaban ia oscuridad ‘como un cuchill, Se trtaba de los hongos que hablaban a tra- vs de ella, palabras de Dios, como creen los indios, en res- ‘puesta alos problemas que le habfan planteado los participan- les. Erael Oréculo, En diferentes intervalos de tiempo, quizés ‘cada media hora, se produefa un breve descanso, en el que la Sefiora se relajaba y algunos encendian cigarrllos. ‘En una ocasién, mientras cantaba la hija, la Seftora se le- ‘vanté en Ie oscuridad y, allf donde quedaba un espacio libre cn la habitacié, empez6 una danza ritmica con palmadas 0 aplausos, No saberos con exactitud cémo conseguia ese efeo- 10, pero las palmadas o aplausos siempre resonaban y pere- ‘fan verdaderos, Por lo que pudimos averiguar, no usaba nin- ‘in instrumento, s6lo sus manos que hacia repicar entre ellas ‘0, posiblemente, contra diferentes partes desu cuerpo. Las pal- ‘madas y los aplausos tenfan diferentes tonos, su ritmo a veces era complejo, y la velocidad y el volumen variaban sutilmen- te, Pensamos que la Seiora miraba hacia los cuatro puntos cardinales sucesivamente, girando en el sentido de las agujas del rloj, aunque no estamos del todo seguros. En cambio, 1o {que es seguro es que este sonido misterioso y contundente era ‘predacido por ventriloquia. Cada palmada provente de una di- ‘eceiGa y una distancia imprevisibles, a veoes cerca de nuestros ‘ofdos, a veces lejanas, desde arriba, desde abajo, aqut y alli, 146 “Era wa oj sin cuerpo como el fantasmade Hamlet, hie et ubigue. Allan y yorosen- contrébamos estupefactos y bajo el hechizo. Permanecinos en nuesra estera, garabateando notas en la ‘oscuridad eintercambiando comentarios en susurtos. Nuestros ‘cuerpos se encontraban inertes, pesados como el plomo, mien- tras que nuestros sentidos lotaban libres en e are, sintendo la brisa exterior, avistando vastos paisajes 0 explorando los reco- ‘yee0s de jardines de belleza inefable. ¥ durante todo ese tiem- po escuchébamos el canto de Ia hije y ls palmadas y golpes sobrenaturales, controlados con delicadeza, de les eriatura in visibles que eevoloteaban a nvesto alrededor ‘Los indios que habian tomado hongos participaban tam- bign en Ios cantes. Ast, en los momentos de mayor tensiGn pro- ferfan gritos de admiracion y adoraci6n, no muy fuertes pero siempre acordes y en armonfa con el canto, espontneamente ycon maestia al mismo tiempo. En esa primera ocasién todos nos dornimos alrededor de las cuatro de la madrugada. Allan y yo nos despertamos @ las seis, descansados y con la cabeza despejada, aunque profun- damente conmovides por la expetiencia por la que acabitba- ‘mos de pasar. Nuestros amables anftriones nos sirvieron café {ypan, y a continuacién nos despedimos y regresamos ala casa india donde nos hospedsbamos, a un kil6metro més © menos dealli, ur 27. MIEDO, CLARIDAD, CONOCIMIENTO Y PODER ‘Canvos Casranens (1968) La vida del antropsiogo Carlos Castaneda estuvo en- ‘ellen el mistero. Se publicaron muy pocas fotos suyes Y.si biea hay evidencia de que nacis en Per, hasta se ban ‘uestionado su luger de nacimiento y su nacionaidad rig nal, Castaneda afirmaba habec sida aprendiz de un brjo ya ‘qui llamado “don Juan”. ¥ su obra parece haberse basso, Parcalmente, en algunas investigaciones reales, al menos a principio. Pero otros antropslogos han cucstonado seria- ‘mente la itegridad etnogrfica de sus informes. EI grado de invencidn en los informes de Castaneda sigue siendo una ‘uestén sin resolver, pero parece haber utlizado recursos i teraros para cautivar asus lectoes y disipar sus dudas,in- clus desde el principio. Castaneda nose reiis« don Juan como chamgn, pero su libro eacendis un interés sn preve- dentes en el chamanismo. Y ea este pasaje de su prime li- bro, Castaneda parece aber dado en lo que es la esencia en la senda del chamdn. Los cenemigos de un hombre de cono- cimiento> de don Juan hacen eco de muchos otro informes cerca de los retos qu presenta la prdctica del cbaranismo. Miedo, claridad, conoetmiento y poder Sibado, 8 de abril, 1962 En nuestras conversaciones, don Juan usaba a menudo ta frase “hombre de conocimiento”,o se referia a elle, pero nun- ‘ca explicaba qué queria decir. Inquitt al respecto. Un hombre de conocimiento es alguien que a seguido de verdad las penurias de aprender -dijo~. Un hombre que, sin apuro, sin vacilacin ha ido lo mas lejos que puede en desen- redar los secretos del poder y el conocimiento. {Puede cualquiera ser un hombre de conocimiento? “No, no cualquiera, “Entonces,;qué debe hacer un hombre para volverse hom- bre de conocimiento? --Debe desafiar y venver a sus cuatro enemigos naturales, {Sera un hombre de conocimiento tras derrotar a estos cuatro enemigos? Si. Un hombre puede llamarse hombre de conocimiento s6lo sies capaz de vencer alos cuatro. Entonces, zpuede cualquiera que venza a estos enemigos iento? ‘se convierte en tn hombre de co- se nocimiento. {Peto hay requisitos especiales que un hombre debe cum- plir antes de luchar con estos enemigos? No hay requisites. Cualquiera puede tratar de llegar ser ‘hombre de conocimiento; muy pocos legan a serlo, pero eso ‘es natural. Los enemigos que un hombre encuentra en el ca- ‘mino para llegar a ser un hombre de conocimienta son de ve- as formidables, de verdad poderosos, y 1a mayoria, pues, se pierde. {Qué clase de enemigos son, don Juan? ‘Se neg6 a hablar de los enemigos. Dijo que pasaria lar- go tiempo antes de que el tema tuviera algtin sentido para ‘mf, Traté de mantener vivo este tema, y le pregunté si pen- saba que yo podia volverme hombre de conocimiento. Dijo 49 ‘Los obsersadores partieipan ‘que nadie poulfa decir eso de seguro, Pero yo insist en pre- guntar si habsa algunas pistas que él pudiera usar para de- terminar si yo tenia 0 no oportunidad de convertirme en un hombre de conocimiento. Dijo que dependeria de mi batalla contra los cuatro enemigos de si podia yo vencerlos o sala vencido-, pero que era imposible predecir el resultado de sa lucha, Le pregunté si podia usar brajerfa 0 adivinaci6a para ver cl desenlace de Ia batalla, Dio terminantemente que los re- sultados de la coatienda no podian anciciparse por ningtia me- dio, porque volverse hombre de conocimiento era cosa tem- ‘poral, Cuando le pedi explicar este punto, replics: Ser hombre de conoeimiento no tiene permanencia. Uno ‘noes nunca en realidad un hombre de conocimiento. Mis bien ‘uno se hace hombre de conocimiento por un instante may cor- to, después de vencer a los cuatro enemigos naturales. ~Debe usted decirme, don Juan, qué clase de enemigos son. No respondis. Insist! de nuevo, pero él sbandond el tema y se puso hablar de otra cosa. Domingo, 15 de abril, 1962 Cuando me disponfa a partir, decid preguntarle una vez. més por los enemigos de un hombre de conocimiento. Aduje que no podria regresar en algtin tiempo y seria buena ides escribir To que él dijese y meditar en ello mientras estaba fuera. ‘Titubes un rato, pero luego comenzé a hablar. Cuando un hombre empieza a aprender, nunca sabe lo que va a encontrat. Su propésito es deficiente; su intencidn es ‘vaga. Espers recompensas que nunca llegarén, pues no sabe nada de los trabajos que cuesta aprender. «Pero uno aprende asf, Poquito a poguito al comienzo, lue- go més y més. Y sus pensamientos se dan de topetazos y se hhunden en la nada. Lo que se aprende no es nunca To que uno ‘erefa, ¥ asi se comienza a tener miedo, El conocimiento no es 150 Miedo, clrided, conocimiento y poder rnunea To que uno se espera. Cada paso del aprendizaje es un stolladero, el miedo que el hombre experimenta empieza a crecer sin misericorda, sin ceder. Su propésito se convierte en tun campo de batalla, ‘Y asf ha tropezado con el primero de sus enemigos na- turales: jel miedo! Un enemigo terrible: traicionero y enre- dado como ls cardos, Se queda ocultoen cada recodo del ca- mino, acechando, esperando, Y si el hombre, aterrado en su presencia, cha a comer, su enemigo habré puesto fin a su bis- queda» =:Queé le pasa al hombre si corre por miedo? “Nada le pase, sélo que jams aprender. Nunca llegard a ser hombre de conocimiento. Liegaré a ser un maleante, oun ccobarde cualquiera, un hombre inofensivo, asustado; de cual- ‘quier modo, seré un hombre vencido, Su primer enemigo ha- br puesto fin asus ansias, =1Y qué puede hacer para superar el miedo” “La respuesta es muy sencilla. No debe correr. Debe de- safiara su miedo, y pese a él debe dar el siguiente paso en si ‘aprendizaje, y ol siguiente, y el siguiente. Debe estar lleno ‘de miedo, pero no debe detenerse. isa es la regla! Y Hlega un ‘momento en que su primer enemigo se retira. EI hombre em- piezaasentirse soguro de sf. Su propésito se fortaece. Apren= der no es ya una tare aterradora, ‘»Cuando llega ese momento gozoso, el hombre puede de- cir sin dada que ba vencido a su primer enemigo natural.» -=Oecurre de golpe, don Juan, o poco a poco? ~Oourre poco a poco, y sin embargo el miedo se conquis- taripido y de repente. “zPero no volverd el hombre a tener miedo si algo nuevo le pasa? “No, Una vez que un hombre ha conguistado el miedo, est libre de él por el resto de su vida, porque @ cambio del miedo hha adquirido la claridad: una claridad de mente que borra et si Los observadores paticipan ‘miedo, Para entonces, un hombre conoce sus deseos; sabe ‘c6mo satisfacer esos deseos. Puede prever los nuevos pasos el aprendizaje, y una clatidad nfide lo odes todo, EL hort- bre siente que nada esté oculto, »°Y asi ha encontrado a su segundo enemigo: ila claridad! Esa claridad de mente, tan dificil de obtener, dispersa el mie- do, pero tambien ciegs Fuerza al hombre @ no dudar nunca de sf, Le da la segu- ridad de que puede hacer cuanto se le antoje, porque todo 1o ‘que ve lo ve con claidad. ¥ tiene valor porque tiene claridad, Y no se detiene en nada porque tiene claridad. Peto todo eso {esun error; es como si viera algo claro pero incompleto Si el hhombre se rinde a esa ilusiGn de poder, ha sucumbido a su se- ‘gundo enemigo y serd torpe para aprender. Se apurard cuan- do debia ser paciente,o sera paciente cuando deberia apurar- se. ¥ tonteard con el aprendlizaje, hasta que termine incapaz de aprender nada més.» ~2Qué pasa con un hombre derrotado en esa forma, don Juan? /Muere en consecuencia? : =No, no muete. Su segundo enemigh noms fa parado en ‘0 sus intentos de hacerse hombre de conocimiento; en vez «deeso, el hombre puede volverse un guerrero impetuose, oun ‘payaso. Pero la claridad que tan cara ha pagado no volverd a teansformarse en oscuridad y miedo. Seré claro mientras viva, pero ya no aprenderé ni ansiaré nada, Pero {que tiene que hacer para evitar la derota? ~Debe hacer lo que hizo con el miedo: debe desafiar st clatidad y usarla sélo para ve, y esperar con paciencia y me- dir com tiento antes de dar otros pasos; debe penser, sobre todo, que su claridad es casi un error. Y vendré un mo- ‘mento en que comprenda que su claridad era slo un punto elante de sus ojos, ¥ asf habrt vencido a su segundo ene- ‘migo, y Hegaré a una posicién donde nada puede ya dafat- lo, Esto no seré un error ni tampoco una ilusidn, No serd so- 132 Miedo, cloridad, conociiento poder lamente un punto detante de sus ojos. Ese ser cl verdade- ro poder. >Sabré entonces que el poder tanto tiempo perseguido ce suyo por fin, Puede hacer con éllo que se le antoje, Su afi: doesté asus érdanes. Su deso es la rega, Ve caro y parejo todo cuanto hay alrededor. Peo tarbign ha topezad con st tere enemigo: el poder! TEL poder es el ms fuerte de todos los enemigos. Y nat ralment, lo mis fil es ene; después de todo, cl bombre tse verasinvencible, El manda; empieza tomando riesgo el Colas termina hacia regls, porque es el aro del por Un hombre en esta etapa apenssadviere que st tecer enemigo se cieme sobre é.¥ de pronto, sn saber, abr in did perdido la batalla, Sa emigo lo habe transformado en tn hombre cruel, caprichoso.» wPerderi su poder? No, nina perder su claridad ni su poder “Entonces, gv lo distinguies de un hombre de conosi riento? “Un hombre vencido por et poder muere sn saber real mente c6mo manejerl, El poder es slo ana carga sobre sv destino, Un hombre as no tee dominio des mismo i poe: de decir odmo ni enindo usa s poder “La derrota a manos de cualquiera de esos enemigos es definitive? “Claro que es definitive. Cuando uno de estos enemigos vence aun hombre, no hay nada que hacee ~iEs posible, por ejemplo, que el hombre vencido por el rand tin ver con ombre se ad, et acaba {Pero sel pode lo cieg temporalmentey luego él or cans? Eso quiere decir que la batalla sigue. Quiere decir que to- dav et tratando de volverse hombre de conocimiento, Un 133 Los observadores partcipan hombre esté vencido sélo cuando ya no hace la lucha y se abandons, ~Pero entonces, don Juan, ¢s posible que un hombre se abandone al miedo durante aflos, pero finalmente lo con- quiste. No, eso no es cierto, Si se inde al miedo nunca lo con- Quistard, porque se asustars de aprender y no volver a hacer la prueba. Pero si trata de aprender durante atios, en medio de su miedo, terminaré conquistindolo porque nunca se habeé abandonado a 6 en realidad, ~iCémo puede veneer a su teroer enemigo, don Juan? ~Tiene que desafiarlo, con toda intencin, Tiene que lle- ‘ger a darse cuenta de que el poder que aparentemente ha conquistade no es nunca suyo en verdad. Debe tenerse a raya a todas horas, manejando con tiento y con fe todo lo ue he aprendido. Si puede ver que, sin control sobre si mis- ‘mo, la claridad y el poder son peores que los erzores,llega- ‘fa un punto en el que todo se domina, Entonces sari ccémo y cuindo usar su poder. ¥ asf habré vencido a su ter- cer enemigo, »El hombre estar, para entonces, al fin de su tavesta por ‘el camino del conocimiento,y easi sin advertencia tropezaré ‘con su tiltimo enemigo: (la vejez! Este enemigo es el més ‘uel de todos, el nico al que no se puede vencer por com- pleto; el enemigo al que solamente poded ahuyentar pot un instant. Este es el tiempo en que un hombre ya no tiene miedos, {YAno tiene laridad impaciente; un tiempo en que todo su po- ‘er esté bajo contro, pero también el tiempo en el que siente un deseo constante de descansar. Si se rinde por entero a st deseo de acostarse y olvidar, si se arrulla en la fatiga, habrd ‘perdido el tltimo asato, y su enemigo lo redueisé a una débil criatua vieja. Su deseo de reticarse venceré toda su clatidad, su poder y Su conocimient, 158 Miedo, claride,comocinients 9 pri ‘Pero si el hombre se sacude el cansancio y vive su des- tino hasta el final, puede entonces ser lamado hombre de co- nocimiento, aungue sea tan s6lo por esos momentitos en que ogra ahuyentar al timo enemigo, el enemigo invencible. Es0s momentos de claridad, poder y conocimiento son sufi- lentes.» 135

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