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—_» CAPITULO 4 El equilibrio de poder entre el Ejecutivo y el Legislativo: papel de la Constituci6én y los partidos politicos Al inicio de la llamada ‘tercera ola’ de democratizacién en América Latina, el debate sobre la estructura fundamental del régimen se destacaba en el panorama politico. En diversos estudios académicos se afirmaba que entre las razones del anterior derrumbe de las demo- cracias de la regidn durante las décadas de 1960 y 1970 se encontraban las deficiencias inherentes al presidencialismo, el tipo de régimen democratico vigente en los 18 paises estudiados, Esa fue la conclusién de un reducido grupo de estudiosos y miembros de las elites px icas de algunos paises de la regién, que argumentaban que cra necesaria una ‘segunda transiciGn” hacia un régimen de gobierno parlamentario si las democracias lat noamericanas —incipientes o reinstauradas— deseaban sobrevivir. El pesimismo sobre la viabilidad del presidencialismo tenfa su rafz en tres objeciones generales (Shugart y Mainwaring, 1997). La primera era que la separacién de las elecciones presidenciales de las legislativas (con la consiguiente “legitimidad dual’), muchas veces conduce a un estancamiento politico. Sobre todo en el caso de sistemas de partido rela- tivamente fragmentados, es coméin que la agrupacién gobernante carezca de mayoria en el Poder Legislative. & ¢ resultado es més probable en el caso de sistemas bicamerales, en los que los miembros de cada cémara son elegidos de acuerdo con reglas diferentes, en distintos momentos y a partir de criterios geogréficos diversos. En el contexto del pre- sidencialismo, la conduccién gubernamental puede verse obstaculizada cuando el partido oficialista carece de mayoria, ya que los partidos de oposicién tienen pocos incentivos para cooperar, En efecto, no es muy probable que la oposicién colabore con el Poder Ejecutivo si no tiene grandes posibilidades de recibir parte del crédito por las pollticas Vaanse Linz (1990), Valenauela (1994), Linz (1978), Di Palma (1990), Sudter (1982) y Mainwaring (1980 y 1993) exitosas, pero en cambio debe asumir gran parte de la responsabilidad por las que fra- casan. Al mismo tiempo, la negativa de apoyar al gobierno no amenaza la estabilidad de! mandiato de los congresistas de la misma forma que en un sistema parlamentario. Como consecuencia, el presidente puede verse ante la dificultad de obtener el apoyo de sus pro- pios copartidarios La segunda preocupacién en cuanto al presidencialismo era que los perfodos fijos de mandato para el presidente y los legisladores pudieran generar mayor inestabilidad, pues esto significaba que el sistema podfa caer en una parélisis politica durante perfodos muy extensos, o estancarse por causa de un jefe de Estado incompetente o impopular. Era po- sible que la misma estabilidad del orden constitucional se viera amenazada por la rigidez del sistema para superar pardlisis politicas o pata revocar el mandato de un presidente inoperante e ineficiente. Por el contrario, se cree que los sistemas parlamentarios son mas flexibles, pues contemplan la posibilidad de revocar e] mandato de un gobierno impopular mediante un voto de censura, en tanto los gobernantes populares y eficaces pueden forta- ecerse y reafirmarse mediante una convocatoria a nuevas elecciones. Por tiltimo, los criticos objetaban la naturaleza de “el ganador se lo lleva todo” de las elecciones presidenciales: aunque por lo general los presidentes resultan elegidos con el apoyo de una ajustada mayorfa del electorado, adquieren posesisn exclusiva del puesto politico de més prestigio e influencia durante un perfodo de tiempo definido. A pesar de esta base de apoyo telativamente estrecha, el hecho de que sdlo el presidente sea elegido en una citcunscripeién nacional le confiere una percepcién de mayor legitimidad, que puede evitarle la minuciosa y degradante labor de negociacién y formacién de coaliciones con las agrupaciones opositoras (Linz, 1994). En cambio, en los sistemas parlamentarios europeos la norma es la construccién de coaliciones de gobierno con dos 0 mas partidos que juntos representan a la mayorta del electorado Por su parte, observadores politicos ms moderados destacaban que los regimenes presidencialistas también ofrecen ventajas, en tanto los parlamentartos no estan libres de fallas (Shugart y Carey, 1992; Nohlen y Feméndez, 1991; Mainwaring y Shugart. 1997) En primer lugar, los regimenes presidencialistas ofrecen al votante mas alternativas elec- torales, permitiéndole escoger un jefe de Estado y representantes que reflejen mejor sus preferencias espectficas En segundo lugar, los regimenes presidencialistas oftecen a la ciudadanfa un meci nismo més directo para exigir que sus gobernantes rindan cuentas y expresar sus preferen- cias en cuanto a politicas gubernamentales. En contextos parlamentarios multipartidistas los ciudadanos muchas veces no pueden saber cémo se reflejaré su voto en la composicin partidista del gobierno, mientras que en el presidencialismo pueden recompensar o san- cionar al presiclente electo y al partido gobernante mediante su voto ¢ indicar directamente su preferencia por un programa de gobierno determinado En tercer lugar, los regimenes presidencialistas dan a los legisladores mayor libertad para discutir diferentes opciones politicas, ya que la oposicién no pone en peligro la su- pervivencia del gobierno, ni este corre el riesgo de una nueva convocatoria a elecciones. Un debate abierto en el Poder Legislative puede fomentar la construccién de un consenso més amplio para sustentat una legislacién, permitir una representacién politica centrada en el electorado, evitar la promulgacién de leyes sin que se sometan al andlisis adecuado y Re La polftica importa mejorar la fiscalizacién sobre el Poder Ejecutivo, Pero el costo del sistema de pesos y con- trapesos que tanto reverenciaron los fundadores de la nacién estadounidense puede ser el estancamiento politico que tanto desdefian los criticos del presidencialismo. El cuarto argumento a favor del presidenctalismo es que, al establecer mandatos presi- denciales fijos, este régimen podria resultar mas estable que el parlamentario, en el que en ciertas ocasiones un gobierno de coalicién viable puede ser dificil de sostener. La capaci- dad de recomponer el gobiemo o convocar a nuevas elecciones constituye potencialmente una salida provechosa de una situacién de crisis o estancamiento cercano a un golpe de Estado. Sin embargo, no es sencillo mantener una coalicién de gobierno en el contexto de sistemas de partidos debilitados, fragmentados o polarizados, con la posible consecuencia de una gran inestabilidad del gabinete, que a su vez podria obstaculizar el desempefo gu- bernamental y quizé desestabilizar el sistema politico Por Giltimo, podrfa decitse que el presidencialismo tiende en menor medida que el parlamentarismo a alentar actitudes de “juego suma cero’, El disefio del equilibrio de poderes en los sistemas presidencialistas deberfa impedir que el ganador en la eleccién presidencial acapare de hecho todo el poder. En cambio, en los sistemas parlamentarios con mayorfas unipartidistas, son mayores las probabilidades de que el ganador de los comicios asuma una posicién dominante y tenga pocas limitaciones en el ejercicio de su autoridad ptblica Por lo tanto, en el terreno conceptual es dificil sostener que los regimenes parlamen- tatios son inequfvocamente superiores en algin sentido. En la préctica, entre las elites y la poblacién de América Latina en general el parlamentarismo tampoco logrd obtener apoyo suficiente para ser adoptado como sistema de gobierno. Pese a la simpatia de ciertos sec- tores elitistas hacia los gobiernos parlamentarios, sélo en un par de paises la clase pol yel pablico analizaron seriamente las propuestas pata modificar el disefio del régimen de- mocratico; la opcién fue rechazada en ambos casos, En vista de que un giro radical en los regimenes politicos de la regién es una posibilidad remota, la atencién se ha centrado en considerar el posible impacto de las reformas mas espectficas de las instituciones politicas (Mainwaring y Shugart, 1997; Shugart y Carey, 1992; Nohlen y Fernandez, 1991; Chasquetti, 2001; Lanzato, 2001) La eficiencia y estabilidad de las democracias presidencialistas se ve en gran medida influida por la forma en que se resuelve la tensién entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo, Esa tensién no existe en los sistemas parlamentarios, ya que el Legislativo es quien elige al gabinete de gobierno y éste debe mantener su confianza. Si el gabinete pierde el apoyo legislativo, existe la posibilidad de que se modifique la composicién del gabinete, © que se disuelva el Parlamento y se convoque a nuevas elecciones. Pero, dado que en el pre- sidencialismo los poderes Ejecutivo y Legislativo se eligen por separado, por lo general mediante procedimientos electorales y circunscripciones diferentes (e incluso en distintos momentos), y por lo tanto con bases distintas de legitimidad, los conflictos entre ambos poderes del Estado son mas evicentes y perjudiciales en los sistemas presidencialistas que en los parlamentarios, En los estudios académicos son comunes dos caricaturas de las relaciones entre el Ejecutivo y el Legislativo. En una de ellas, el primero es percibido como el actor dominante y el segundo sive poco més que para poner el sello de aprobacién al programa presiden- El equilibrio de poder entre el Ejecutivo y el Legislative == cial, Si el Legislative obstaculiza toda propuesta que provenga del presidente, el primer mandatario recurte a los decretos y a otras facultades para aprobarlas mediante tn trémite rapido, sin tener que someterlas a discusidn, Desde esta perspectiva, el Legislativo ejerce también un papel débil de supervisién y control de las actividades cel Ejecutivo, lo cual allana el camino a las practicas corruptas y al manejo inadecuado de fondos ptiblicos En el segundo caso se caricaturiza a un Poder Ejecutivo carente de apoyo del partido; sus planes se ven constantemente obstaculizados pot un Congreso obstruccionista, El presidente s6lo logra aliviar o superar esta situacién abusando de sus facultades extraot- dinarias pata decretar y declarar el estado de emergencia, ejerciendo intensamente su influencia en los distritos con legisladores que flaquean, haciendo concesiones sobre de- terminadas leyes 0 mediante el soborno. En ocasiones, es necesario que se desencadene una grave crisis para que el Congreso finalmente ceda su poder de veto y apruebe ciertos aspectos de la agenda presiclencial Incluso en el caso cle que estas caricaturizaciones tengan alguna validez, son al menos parcialmente contradictorias, ¢E] obstaculo primordial para el funcionamiento del pre dencialismo en América Latina es el obstruccionismo del Poder Legislativo, o el dominio del Ejecutivo y la sumisién del Legislative? gPueden abservarse ambos desequilibrios en distintos momentos y lugares de la regién? Estos estereotipos tienen una caracterfstica en comin: la relativa falta de una actitud colectiva positiva por parte del Congreso en los procesos de legislacién y fiscalizaci6n. El Poder Legislativo esta representado en ambas caricaturas como un agente que reacciona a las iniciativas y agendas del Ejecutivo, antes que conducit y otientar el proceso legislative © disefar un procedimiento de vigilancia, Si asf fuera, la relativa debilidad del Legislativo para la accién colectiva hacia el Jogro de sus metas politicas y el desempefio de sus funcio- nes de control podria deberse a una serie de factores, entre ellos el caracter fragmentado del sistema de partidos y del sistema de representacién en su sentido mas amplio (mul- tipartidismo o regionalizacién de la representaci6n), los incentivos del sistema electoral {wéase el capitulo 3), el debilitamiento institucional de los partidos politicos (véase el capitulo 6), la filiacién de las fuerzas politicas partidistas, Ios poderes conferidos por la Constitucién al presidente, el debilitamiento de las capacidades del Congreso, 0 incluso las tradiciones culturales. Debido a los incentivos que resultan de estas y otras fuentes es posible que los legisladores logren mayores recompensas si orlentan sus esfuerzos a la consecucién de beneficios para sus electores o a obtener el apoyo de los dirigentes de los partidos, en lugar de esforzarse por alcanzar las metas de politicas nacionales.” En la medida en que el Congreso no se comprometa positivamente con los asuntos de politica nacional, podrfa ser el responsable de las dificultades particulares del gobierno en caso de que el partido (o los partidos) de la oposicién controle el Poder Legislativo, Esto también explicarfa la imposibilidad del Congreso de supervisar efectivamente al Ejecutivo, Si el Congreso esta acostumbrado simplemente a oponerse a las iniciativas presidenciales, ser mas probable cacr en un estancamiento si el mandatario carece de mayoria legislativa. ® an Shugart (1999) y Carey y Shugat (1995) se plantea un debate sobre Ia influencia de los sistemas electorales feel enfoque de los legisladores hacia asuntos de politica nacional. em La polftica importa Pero si, por el contrario, el Congreso desempefia un papel mas activo, serfa suya la res- ponsabilidad de impulsar la aprobacién de una agenda y se solucionaria el problema del estancamiento, Evicentemente, ambas caricaturas son demasiado simplistas como para captar en su totalidad la realidad dinémica de los poderes del Estado en América Latina Los 18 pafses que abarca este estudio se caracterizan por la gran diversidad de su composicién politica y su contexto social y cultural, Sin duda, en los poderes legislativos de la regién también se observan distintos niveles de firmeza para modificar o bloquear propuestas del presidente, presentar proyectos de ley y vigilar la ejecucisn de los progra- mas gubernamentales (Cox y Morgenstern, 1998; Morgenstern y Nacif, 2002) Por lo demas, las generalizaciones sobre América Latina se han basado sobre todo en la observacién casual, mas que en estudios exhaustivos sobre palses especificos. Las accio- nes de los legisladores para modificar las propuestas del Ejecutivo 0 hacer lobby a su favor no estan a la vista, especialmente en los sistemas en los que se vota en bloque y los deba- tes no se graban, algo que por sf solo podrfa minar a funcién representativa del Congreso y desinteresar a los legislaciores por la forma en que se registre su posicién politica. Aun cuando los procedimientos y los vatos se difunden en su totalicad, es dificil comprender el verdadero papel del Congreso, debido a que gran parte de las negociaciones entre el Ejecutivo y los legisladores, en particular los que pertenecen al partido 0 coalicién gober- nante, se llevan a cabo a puerta certada, por lo que la verdadera influencia del Legislative podria ser mayor de lo que se observa en la superficie Tipos de poder presidencial Este capitulo no intenta corroborar una evaltuacién en particular sobre el estado de las relaciones entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo en América Latina, u otra regién. £1 objetivo es comparar los pafses de la regidn en funcién de dos conjuntos de factores que podrfan ejercer influencia directa en las relaciones entre ambos poderes: 1) la naturaleza de los poderes constitucionales del presidente; y 2) el nivel de apoyo partidista al presiciente en el Ambito legislativo, es decir, los poderes derivados del partido.” Ambos influyen en la capacidad del presidente para determinar politicas. Los primeros forman parte de la estructura del sistema presidencial establecida en la Constituci6n y s6lo cambian como resultado de reformas expresas a la normativa constitucional y las leyes re- lacionadas. Los poderes que la Constitucién confiere al presidente pueden dividirse en dos ‘grupos: sus facultades directas con respecto al proceso legislativo (poderes legislativos) y sus prerrogativas para formar el gabinete y designar otras autoridades politicas (poderes no legislativos) * Ep Shugart y Carey (1992) se definen y evalGan estos poderes sagin su aplicacidn en los paises de América Latina Los enterios de claiicacién y callicacién que establecen estos autores ce wilzan como punto de par rida en este capttule, Para algunos pa(ses, las evaluaciones se basaron en parte en esta publieacin, asf como fen Shugart y Mainwaring (1997), Sin embargo, los autores verificaron esta informacién con sus propias invest ‘gaciones y con informacién aportada por experlos nacionales, [o cual permitié ampliar al estudio para abarcar Uun grupo mas numeroso de pases y actualza la informacién hasta fines del afio 2006. La conceptualizacién de las pretrogativas analizadas y el método para calificalas se apartan del enfoque de Shugarty Carey El equilibrio de poder entre el Ejecutivo y el Legislative =5— Entre los poderes legislativos confericlos al presidente se encuentran el de vetar pro- yectos de ley aprobados por el Congreso, promulgar leyes por decreto, el derecho exclu- sivo de presentar proyectos de ley sobre algunos temas politicos, convocar a referendos 0 plebiscitos y redactar la ley de presupuesto, Los poderes no legislativos incluyen tanto los poderes presidenciales como los que el Congreso no controla de manera explicita; entre ellos se encuentran la facultad exclusiva de nombrar y destituir a los miembros del gabi- nete, sin que el Patlamento pueda censurarlos o pedirles la renuncia Entretanto, los podetes asociados al partido derivan de diversos factores, algunos de ellos institucionales (por ejemplo, la legislacién electoral y la estructura del sistema de pattidos) y otros coyunturales (por ejemplo, los resultados de las elecciones y la capacicad de liderazgo presidencial) y por lo tanto varfan con el tiempo. Se refieren al respaldo pat- tidista con el que pueda contar el mandatario en la esfera legislativa y dependen tanto de la participacién del partido o coalicién gobernante en el Congreso como de sui disciplina, es decir, la medida en la cual los legisladores se inclinen por votar en bloque y de acuerdo con las instrucciones de sus dirigentes Las atribuciones que la Constitucién otorga al presidente o las derivadas del partido no definen por sf mismas la capacidad del presicente para imprimir su sello a la formula- cién de politicas o a la dinémica global de las relaciones entre ambos poderes. Un presi- dente dotado de sélidos poderes constitucionales puede ser débil frente a un sistema de pattidos altamente fragmentado y una base poco confiable de apoyo en el Congreso. Por el contratio, un presidente con poderes constitucionales debilitados podria dominar el proceso de formulaci6n de politicas si su partido controla la mayorfa de los escafios y es muy disciplinado (Samuels, 2000), Estos dos tipos de facultades pueden ser aun insuficientes para comprender la ver- dadera naturaleza de las relaciones entre el Poder Ejecutivo y el Legisiativo, pues en la préctica las normas constitucionales podrfan no respetarse (ademas de que en muchos casos pueden ser ambiguas). Asimismo, las practicas culturales e informales también ejercen influencia considerable, Por lo tanto, el anélisis internacional que se expone en este capttulo es inevitable mente incompleto. Sin embargo, por la importancia de ambos tipos de prerrogativas para el funcionamiento de los sistemas presidenciales, su anélisis constituye un punto de pattida valioso para facilitar una mejor comptensién y contribuir a la formacién de reformadores potenciales Poderes presidenciales y gobernabilidad democratica El concepto de gobernabilidad democratica abarca la capacidad de tomar y llevar a la pré tica decisiones que respondan de manera adecuada a los problemas econémicos y saciales que aquejan a un pats. Sin embargo, la definicién también involucra la toma de decisiones mediante procesos legitimos, democréticos y sostenibles, es decir, adoptadas en un proce- 50 participative abierto, Ademés, el gobierno debe ser capaz de desempefiar sus funciones de manera eficiente y en defensa de los intereses pitblicos. En consecuencia, un aspecto importante de la gobernabilidad democrética es la efect vidad de las politicas: la capacidad de adoptar reformas politicas destinadas a mejorar las =m La polftica importa condiciones sociales y econémicas, Sin embargo, también es requisito indispensable de tun gobierno democrético que sus decisiones respondan a las preferencias e intereses del piiblico (a nivel individual y de grupos organizados) y que el gobierno haga cumplir la ley Y ponga en practica las politicas de manera eficiente, justa y honesta De allf Ia complejidad de lograr un equilibrio Sptimo, en funcién de Ia gobernabilidad democratica, entre los poderes constitticionales del presidente y los poderes asociados al partido, Si la meta fuera sencillamente la formulacién eficaz de politicas, seria deseable que el presidente contara con grandes dosis de ambos tipos de atribuciones. Pero cuando el Poder Ejecutivo tiene el control del Congteso es mayor el riesgo de que la toma de deci- siones no refleje los intereses y demandas de la mayorta de la poblacién (y que por lo tanto no sean legitimas ni duraderas), de que las leyes y politicas no se apliquen en forma justa y eficiente y de que los fondos publicos sean mal administrados o destinados a satisfacer intereses privados Aparentemente, seria deseable para el buen funcionamiento de una democracia pre- sidencialista que el Legislative compartiera con el Bjecutivo el poder para elaborar leyes y desarrollara la capacidad de supervisar la ejecucién de los programas gubernamentales y la aplicacién de las normas legales. Para que el Congreso desempene este papel, es necesario que los legisladores gocen de libertad individual respecto de los jerarcas del partido para rendir cuentas y responder ante sus respectivos electores y participar en un verdadero de- bate sobre las distintas pollticas. Al mismo tiempo, los incentivos que emanan del entorno institucional (el sistema electoral, el sistema de partidos y el marco constitucional) deben alentar alos legisladores a interesarse por asuntos de la polttica nacional, en lugar de con- centrarse sencillamente en generar bienes y servicios en atenci6n a intereses particulares del electorado (Carey y Shugart, 1998; Shugart, 1999: Shugart et al,, 2000). Ademés de los incentivos que afectan individualmente a cada legislador, el sistema de partidos represen- tado en el Poder Legislative no puede estar tan fragmentado como para imposibilitar la accién colectiva del Congreso “ Pero para evitar la paralizacién e impulsar iniciativas para destrabar el proceso de formulacién de poltticas, el presidente debe contar con suficientes poderes formales y apoyo partidista en el Congreso El panorama se complica atin més al salir de la simple dicotomlfa entre una figura presidencial debilitada y una fuerte. En qué medida deben atribuirse prerrogativas al presidente para que la democracia funcione bien y se consolide? En la siguiente seccién se describen con mas detalle los distintos tipos de poderes presidenciales y se establecen comparaciones entre los podetes conferidos al presidente en los diferentes palses de la region mediante calificaciones numéricas para cada dimensin. En la seccién subsiguiente se analiza el grado de apoyo pattidista con que cuentan los presidentes de los paises de la regidn en el ambito legislativo, Sin embargo, debido a la importancia de otros factores cle contexto para determinar las implicaciones totales de los poderes constitucionales y partidistas en el cardcter de las relaciones entre el Poder Para un debate mas profundo sobre este equilibria, yéanse Shugart (1999), Carey y Shugart (1995), asf como Shugarty Wattenberg (2001) El equilibrio de poder entre el Ejecutivo y el Legislative 7 Ejecutivo y el Legislativo, y en la gobernabilidad democratica, son necesarios estudios mas profundos sobre casos particulares Facultades legislativas del presidente En esta seccién se describen los tipos de poderes legislativos de los que disfrutan los presidentes de América Latina y los ctiterios para su calificacién, que se resumen en el cuadro 4.1 Poder de veto y resello de la legislacion Bl poder de veto es la facultad del presiciente de bloquear la promulgacién de una ley apro- bada por el Congreso a la cual se oponga, Junto con el poder de veto parcial que se des- cribe a continuacién, constituye la tinica via formal por la que el mandatario puede incidlit directamente en la produccién de leyes por parte del Parlamento. Desde el punto de vista formal, en la mayorfa de los sistemas presicenctalistas recae en el Congreso la tesponsa- bilidad de promulgar todas las leyes del pafs. En la mayor parte de los casos este poder de veto no es absoluto, ya que el Congreso puede insistir para que se apruebe la legislacisn El poder de veto es débil cuando el Congreso esté facultado para resellar una ley o un paquete de leyes —es decir, anular el veto y reafirmar la ley vetada— con los votos de una mayorla simple © una mayorla absoluta. Cuando se requiere mayorfa simple el veto puede retrasar la aplicacién de la ley, pero el presidente esté relativamente indefenso para frenar las acciones de un Congreso decidido a adoptar cambios politicos. Cuando se necesita mayorfa absoluta es mas diffcl aplicar el resello legislative (Ia mitad mas uno del total de representantes ante el Poder Legislativo) dado que es comiin que un niimero significative de legisladores se ausenten o se abstengan de votar, El poder de veto es mayor cuando el resello requiere los votos de una mayorfa califi- cada, por ejemplo dos tercios de los representantes. Si el poder de veto es absoluto (sin posibilidad de resello}, 0 se necesita amplia mayorfa para resellar una ley, se vuelve muy podetoso, pues muy probablemente impediré que el Poder Legislative tome cualquier medida con la que el Ejecutivo disienta. El poder de veto permite al presidente defender el statu quo ante los esfuerzos legislativos por modificarlo, aunque no es tan itil cuando es el presidente quien desea introducir cambios (Shugart y Mainwaring, 1997) El poder de veto mas fuerte de la regién se observa en el sistema ecuatoriano, cuyo Congreso no puede resellar la ley vetada, que no puede ser tratada de nuevo hasta el afio siguiente. También es relativamente fuerte en Repiiblica Dominicana, 1 Salvador, Guatemala y Panama, donde se requiere la aprobacién de dos terceras partes de todos los congresistas para resellar una ley. Poderes de veto ligeramente menores, pero no obstante fuertes, se observan en Argentina, Bolivia, Chile y México, donde se requieren los votos de dos tercios de los legisladores presentes para aplicar el resello. En Uruguay, el um- bral es ligeramente menor: tres quintas partes del total de congresistas presentes. En los ochos pafses restantes (Costa Rica, Colombia, Uruguay, Pert, Paraguay, Brasil, Nicaragua y Bm La polftica importa CET RR ee SC ne Co Cuore Cue {en orden descendiente del total de los poderes legislativos) Poderes de accion Poderes de reaccién 3 2 £ = o 33 Bose 8° 88 $8 é i és i 8 os gf 8 & @ ¥s 2 «¢ &F $F $2 3s & € §% F F EF SF E* FF chile 0.33 0,73 050 085 085 067 0,77 1,00 048 Ender 033 0,73 050 1,00 069 033 0.62 1,00 062 Brasil 1,00 091 096 0.15 0,15 067 0,38 000 0,60 Colombia 0467 0,64 066 0.31 031 087 0,46 1,00 0,57 Pert 067 0,73 0,70 015 015 033 0,23 1,00 048 Argentina 033.045.038.085 085 000 048 050 0,47 Panama 017 055 033 077 0,77 033 0,58 0,00 045 Uruguay 0.17 064 037 054 0,54 033 045 0,00 038 El Salvador 0,00 0,82 0,35 0,77 0,00 0,00 0,22 1,00 0,35 Venezuela 0,33 0,64 048 0,08 0,08 0,00 008 1,00 0,31 Guatemala 0,33-0,18. 027 ~—«0.77 000 00 022 100 0,31 Rep. 0,00 064 027 082 0,15 0,00 031 0,00 0,30 Dorninicana Honduras «0,33 «0,36 0.34 —047-:0,00«0,00 0,22 0,00 0,28 México 0.17 036 025 082 0,00 000 0.26 0,00 0,26 Bolivia 0,00 027 012 085 000 0.33 0,38 000 024 CostaRica ——0,09-0,64 «027 «0,77 0,00 000 0,22 0,00 0,25 Paraguay -—«0,00:«064 0.27 ——0423:«0,23 0,00 0,13 0,00 0,20 Nicaragua 0,00 0,73 031 0,15 0,15 0,00 0,09 0,00 0,19 Nota: este cuadro se basa en la tabla 43 del PNUD (2002). Los valores se normalizan en una escala de 0 2 1 basada en los rangos minimos y méximos de cada indice El sistema de calficacién se analiza en PNUD. (2004; p.77). Fuente: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), 2004, Venezuela), el poder de veto es mas débil, pues el resello requiere el voto de una mayoria absoluta de los miembros presentes en el recinto. Poder de veto parcial El veto parcial es la facultad del presidente de vetar disposiciones patticulares de un pro- yecto de ley que ya ha sido aprobado. Cuando este poder tiene plena vigencia el El equilibrio cle poder entre el Ejecutivo y el Legislativo =9—

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