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Introduccién a los métodos cualitativos de investigacién Paidés Basica Uhkimos tales publeados: 61 Kometech ate psd 82 A Gehien fatale Hetice 5. kay" Gbuotdad roto y verdad {Rory Eracos sole dee coms oredr comerperdneas SS. Gtnre Hac hombre S.C Geena Conc eal ff, A Shea constr pctv del mundo soil SE GE tent Pre pnt 8. Mammenien¥F Alnson: Eograte, Mtodos de investcnn 50: Cd Mauna ese TL HLT Engethaat tas fundements de a ico TEE Rabon y ots Flot dee mente yc copnitiva 75 tera ar fe pf ta mone fae 3S AMOR: Mie ancl neg deta gi ; noice eta an ea iin Je eee Teton pede pce eboney 37 2 Naney Le epee, 38 C Gear ies beckon 15, R Re aramayo. Margera yA Nadecato Envoy lho Be ee eed ds os Bt € taylor veumeno osdcos 4. T-Luckmnn eo del sei socal 5 Hoes Fema matcia yeca 84 1 Geen Rardadery ncones 85.1.8, Scales La comstuecton dele ala social fe, M Gre eomp erp de ube BC Iinlors tees fo 56 T Naps” uo yard Gath enced del sg 50. ©: Nude comp) 1a catia ou poder sus nites BU RR Poppee- Elma de marca comuat Werk olan 33M Cole" Ef mga ba Teas es 38. MP folded morals . Se Cote iste fbf socio Rio dea inca St Benard Pormtacy moderdad Se. 1 Babermay “La Pcton df we 33 ot Repcrtastones 9 eoncadiconer 300, MFoucat™ Bare cite: Gres cei, ol 1 {O1. Me Fowceul” Boreas de poder Obras cenit, vl 2 102, Mt Rowen Entice, ras hermetuon, Obese, ol, 2 102, K'R Popper. lmundo de Ramen U0: H Rony edad y pops fos. & Geers Ange 106, H Blom alethdd del murda 109. fem Bo emer 104, Pevrabend Le comit de te abundonta 108. b, Moore Pwr maalypeseuclon on tia Nb, H Arend te de del pe TIL A'Mncingres Ania atonal + depodones HDA. Kuper Cuore 115, J Raw Lectone sobre astra det fsa more 14 T 8 Kul: Eleawine ded le entare SW. Quine: Bad an pune lco 16. Bismanherg aby sobre mi 119, J zter= aguas de mee SJ. Taylor y R. Bogdan Introduccién a los métodos cualitativos de investigacién La biisqueda de significados wp PAIDOs Bie eee ‘Tilo original: Jnroduction to Qualitative Research Methods. ‘The Search for Meanings Publicado en inglés por John Wiley and Sons, Nueva York ‘Traduccinde Jonge Piatigorsky CCubierts de Mario Esketai y Pablo Marta ‘Qunn igwosrete proba tric cet deo tle et Copyriabi. bo ‘ir cone etlerdar exe ee, procs al pci eta pr age se 0 proceimlers compendia el aie fr, yf bc ‘england ola meine ule 0 pea plete (© 1984 by John Wiley and Sons, Inc, Nueva York (© 1987 de todas las ediciones on castellano, Bicones Pads Toécea, S.A, Mariano Cubl, 92 - 08021 Barcelona 1y Editorial Paidés, SAIC, Defensa, $99 - Buenos Aires hepbwwpaides.com ISBN: 84.7509-816.9 Deptsito legal: B-37.95372002 Impreso en Novagetfik. . L. ‘Vivaldi, 5 - 08110 Monteda i Reitach (Barcelone) Impresoen Espana - Pind in Spain PREFACIO .... 02... 000+ J, INTRODUCCTON. IR HACIA LA GENTE . . : Una nota sobre la historia de los métodos cualitativos. ... 2 3. Metodologia cualitativa . Teoria y metodologia. ... .. INDICE Primera parte Entre la gente. ‘Como realizar investigaci6n cualitativa LA OBSERVACION PARTICIPANTE. PREPARACION DEL TRA- BAJO DE CAMPO. Disefio de la investigacién . Seleccién de escenarios. .. - ‘Acceso a las organizaciones ‘Acco 4 ot sears pls y cus pico nh La OBSERVACION PARTICIPATE EN EL CAMPO Laentrada en el campo. La negociacién del propio rol. BE etablecinento delrpport Relaciones de campo diicites ‘Técticas de campo... ... 18 17 9 23 6 n "4 8 Gribacion y toma de nota en ol empo. 2p [La formas de las notas. 81 Comentarios del observador. 8 Deseripciones de escenarios y actividades & Deseripciones de personas... 2 86 Registro de detalles accesorios del didlogo | | enone} Registro de bus propia observaciones y acciones = 222-211) 8B. Registro de lo que no se comprende ..... 89 ‘Los Kimites de un estudio 89 Retirada del campo 90 ‘Triangulacién . . . a Laética en el campo + 94 4. LA ENTREVISTA EN PROFUNDIDAD. Tipos de entrevistas .. Optando por entrevistar . . . La seloccién de informantes. Aproximacion a los informantes. El comienzo de las entrevistas La guia de Ia entrevista...) La Stuacion de entrevista . 5. DESCUBRIENDO METODOS ...... 00... 0s.00 05 Destrozando el “mundo del sentido comdn de Ia vida cotdians”: Ha- told Garfinkel. .L. Rosenhan y otros | Entrovistas gupales ss... cece ces veeee Documentos personales... Palabras ¢ imagenes: Michael Lesy <<< Métodos no intrusivos : Fotografia y metodologia Regittros oficiales y documentos pablicos 6. EL TRABAJO CON LOS DATOS. ANALISIS DE LOS DATOS EN LA INVESTIGACION CUALITATIVA. ... ss 182 Estudios descriptivos y tedricos 2 152 ‘Desarrollo y verificacién de la teoria 154 10. n. “Anilisisen progreso....- 2 e + beeeee 158 El trabajo com los dator << --- SII aso La construceién de historias de vida - mt m4 Segunda parte La redaccién de los informes LA PRESENTACION DE LOS HALLAZGOS 179 Lo que se le debe decir alos lectores SII. 180 Una nota sobre el escribir»... +... 183 La presentacion de los hallazgos: estudios selectos 185 EL QUE ES JUZGADO, NO LOS JUECES. UNA VISION DESDE "ADENTRO DEL RETARDO MENTAL cece 188 ‘Una visién desde adentro te Tot 189 Conclusion... + 198 |. SEA HONESTO PERO NO CRUEL. LA COMUNICACION ENTRE LOS PROGENITORES Y EL PERSONAL EN UNA UNIDAD NEONATAL : tienes Introduccién . =. Método y procedimiento. Et contexto de la comunicacién on unidades neonstales . Conclusion... - i 26 QUE COMAN PROGRAMAS. LAS PERSPECTIVAS DEL PERSO- “NAL Y LOS PROGRAMAS EN LAS SALAS DE LAS ESCUE- LAS ESTADUALES...-- votes eeeeeees 20 “Bllot no saben realmente cdmo es” perptctins renpeco dels superiores eee eee eee e ees : 22 Perspctivas sobre el trabajo: “Un empleo es un empleo tyes BS Perspectivas sobre fo internados: "yrados bajos™, “vechazoa”™ y “de- lincoentes" cesteseeeeeseeees 27 La fratemidad en el fondo... . ut Los programas innovadores :- 5a Conclusisn. .. fae 2 46 POLITICA NACIONAL Y SIGNIFICADO SITUADO. EL CASO DEL HEAD START Y LOS DISCAPACITADOS . 247 Encuesta previa... 249 Definiciones oficiales 249 Reacciones del personal 21 250 En busca de los severamente Sicpacitads« Li) 280 Teazando ls limites. . 2: 351 10 INDICE, Bfectos de a rotulacién . ee sees 282. Lo que modifies el mandato - ety : 253 12. DEFENDIENDO ILUSIONES. LA LUCHA DE LA INSTITUCION POR LA SUPERVIVENCIA El ataque desde afuera .. ... 237 261 ‘La transformacion simbélica de + 26s 1 manejo de les relacones con ol mundo exterior - 270 Conclusin. sere, : 22 13, COMENTARIO FINAL. . = 284 APENDICE. NOTAS DE CAMPO ... - 288 BIBLIOGRAFIA. ...... ceiteteeeeeeseeeees SOL PREFACIO En el prefacio a la primera edicion de este libro afirmamos que Ia década pasada fue testigo de un creciente interés en el lado sub- jetivo de la vida social, es decir, en el modo en que las personas se ven a sf mismas y a su mundo. Escribimos entonces que este interés requerfa_métodos descriptivos y holisticos: métodos cua- litativos de investigacién. Desde Ix publicacion de la primera edicion, en 1975, ef inte- és en el estudio de los significados y perspectivas sociales median- te métodos cualitativos ha seguido siendo fuerte. Por cierto, los enfoques cualitativos de la investigacion estén teniendo una acep- tacién de la que nunca disfrutaron antes. Existen ahora periédicos exclusivamente dedicados a informar sobre ‘studios cualitativos. Un creciente niimero de libros y articulos abordan Jos temas de 1g investigacion de campo, la fotografia y otros métodos cualita- tivos. En educacién,, asistencia social, evaluacién y campos apli- cados, Yos métodos cualitativos estén exigiendo una atencién se- ia. La investigacién cualitativa esté llegando a lz mayorfa de edad. Este libro trata sobre admo conducir Ia investigacién cuali- tativa, Existen algunas obras excelentes sobre enfoques cualita- tivos especificos, en especial la observacién participante, la na- rracién personal perspicaz de investigadores de campo, y tratados sobre los basamentos teéricos de la investigacién cualitativa, Pe- 2 METODOS CUALITATIVOS DE INVESTIGACION ro ellas no proporcionan a quienes no estén familiarizados con Jos métodos cualitativos una introduccién adecuada, una perspec tiva general de la gama de enfoques diferentes ni una gufa sobre el modo de conducir realmente un estudio. La finalidad de este libro es cubrir esas carencias. El libro se basa en nuestra propia experiencia como inves- tigadores, en nuestra perspectiva tedrica (de la cual surge el mo- do en que concebimos nuestra interaccion con las personas de nuestra sociedad), en nuestros conocimientos culturales acerca de cémo actuar en la vida cotidiana, y en nuestro sentido ético. También hemos recurrido extensamente a relatos directos de otros investigadores y a varios de los escritos recientemente publicados que ponen en cuestién las concepciones tradicionales del trabajo de campo. Esta obra contiene una introduccién y dos partes principa- les, La introduccién trata sobre los métodos cualitativos en gene- ral y Ia tradicion teérica subyacente en la investigacion cualitati- va. La primera parte contiene un enfoque del tipo “cémo hacer- lo”. Los capftulos 2 y 3 tratan sobre la observacién particigante. En el capitulo 4 examinamos Ja entrevista en profundidad. El ca- pftulo $ considera una gama de enfoques creativos de la investi- gacién cuatitativa, El capitulo 6 describe el andlisis de datos en la investigacién cuatitativa En la segunda parte pasamos 2 la presentacion de resultados de la investigaciOn cualitativa. Después de una breve introduccién, incluimos una cierta cantidad de articulos basados en los métodos descriptos en lz primera parte. Muchos de los ejemplos utilizados cen Ja primera parte provienen de los estudios sobre los que se in- forma en la segunda. Todos estos art{culos son de nuestra auto- ria. Los presentamos porque itustran algunos de los modos en que se pueden asentar por escrito los resultados de Ia investigacion. ‘También los hemos elegido para aferrar el interés y Ia imaginacién de los recién llegados al campo de fa investigacion cuatitativa. Debemos algunas palabras de agradecimiento @ quienes nos han ayudado. Queremos agradecer a los numerosos colegas que a lo largo de los afios contribuyeron directa o indirectamente a la realizacion de este libro, en especial a Burton Blatt, Douglas Biklen, Blanche Geer, Betsy Edinger, Stan Searl, Janet Bogdan, Irwin Deutscher, Bill McCord, Michael Baizerman, Seymour Sara- son, y nuestros amigos del Center on Human Policy. También agra- decemos a las numerosas personas que trabajaron con nosotros en la realizaciOn de investigaciones cualitativas. A muchas de ellas PREFACIO B se las consideraba estudiantes, pero también fueron nuestros maes- tros. Agradecemos especialmente a Sue Smith-Cunnien por su au- torizaci6n para que incluyéramos fragmentos de sus notas de cam- po en el capitulo 3. También queremos agradecer a Dianne Fer- guson por sustraer tiempo a sus estudios y muchas otras activi- dades para ayudarnos en la preparacién del manuscrito, y a He- Jen Timmins por su apoyo general. Finalmente, agradecemos a Herb Reich, de John Wiley & Sons, por alenfarnos a escribir este libro. ‘Steve 1. Taylor Robert Bogdan Syracuse, Nuew York ‘Settembre de 1984 o Capitulo L INTRODUCCION IR HACIA LA GENTE El término metodologia designa e! modo en que enfocamos los problemas y buscamos las respuestas. En las ciencias sociales s¢ aplica a la manera de realizar la investigacion. Nuestros supuestos, intereses y propésitos nos llevan a elegir una u otra metodologia. Reducidos a sus rasgos esenciales, los debates sobre metodologie tratan sobre supuestos y propdsitos, sobre teorfa y perspectiva En las ciencias sociales han prevalecido dos perspectivas te6- ricas principales (Bruyn, 1966; Deutscher, 1973). La primera, el positivismo, teconoce su origen en ¢l campo de las ciencias socia- Tes en los grandes teéricos del siglo XIX y primeras décadas del XX, especialmente August Comte (1896) y Emile Durkheim (1938, 1951). Los positivistas buscan los hechos o causas de los fendmenos sociales con independencia de los estados subjetivos de los indi- viduos, Durkheim (1938, pag. 14) afirma que ¢l cientifico social debe considerar los hechos o fenémenes sociales como “cosas” que ejercen una influencia externa sobre las personas. La segunda perspectiva te6rica principat que, siguiendo a Deutscher (1973), describimos como fenomenoligica, posee una larga historia en Ia filosoffa y lz sociologia (Berger y Luckmann, 1967; Bruyn, 1966; Husserl, 1913; Psathas, 1973; Schutz, 1962, 16 METODOS CUALITATIVOS DE INVESTIGACION 1967).! El fenomendlogo quiere entender los fendmenos socia- Jes desde Ia propia perspectiva del actor. Examina el modo en que se experimenta el mundo. La realidad que importa es lo que las personas perciben como importante. Jack Douglas (1970b, pég. ix) escribe: Las “fuerzas” que mueven a fos seres humanos como seres humanos y ‘no simplemente como cuerpos humanos... aon “materia significatin’”. Son ideas, sentimientos y motivosinternos, Puesto que los positivistas y los fenomendlogos abordan dife- rentes tipos de problemas y buscan diferentes clases de respues- tas, sus investigaciones exigen distintas metodologfas, Adoptando el modelo de investigacién de las ciencias naturales, el positivista busca las causas mediante métodos tales como cuestionarios, in- ventarios y estudios demogrificos, que producen datos suscepti- bles de andlisis estadistico. El fenomendlogo busca comprensién por medio de métodos cualitativos tales como la obsetvaci6n par- ticipante, Ja entrevista en profundidad y otros, que generan datos - La etnometodologia no se refiere a los métodos de investiga- cién sino al tema u objeto de estudio: cémo (mediante qué meto- + dologia) las personas mantienen un sentido de la realidad externa (Mehan y Wood, 1975, pég. 5). Para los etnometod6logos, los sig- ~ nificados de las acciones son siempre ambiguos y problemsticos. Su tarea consiste en examinar los modos en que las personas apli- can reglas culturales abstractas y percepciones de sentido comin — a situaciones concretas, para que las acciones aparezcan como ruti- arias, explicables y carentes de ambighedad. ‘En consecuencia, Jos significados son un logro prictico por parte de los miembros de Ia sociedad. ‘Un estudio de D. Lawrence Wieder (1974) ilustra Ia perspecti- wy va etnometodoligica. Wieder explora el moto en que los “adictos" en un hogar de transici6n utilizan un “cédigo de convictos" (axio: ‘mas tales como “no robar” 0 “ayudar a los otros residentes") para ‘isto es tipico de Jos etnometodélogor, que recorren grandes caminos pa- 1 distanciarse do otras perspectivas sociolipicat, en especial del interaccionis- ‘mo simbético. Por esta razén, han sido acusdos de accusr oomo la cuarila de un club privado, con sus propios héroes (Garfinkel, pero nunca Mesd 0 Blumer), 24 propio’ lengusje (“indexicalidad”, “reflexividad”, “principio ot- eétera”) y su propia sede (California). Es dificil evaluar los puntos de contac- to entre Ia etnometodologta y las otras perspectivar de la tradicién fenomeno- legica. Como socidlogos que se identifican con et intzraccioniame simbslico, encontramos muchas ideas utiles en los esoritos de Jor etaometodslogos. No obstante, sorpechamos que la mayor parte de ellos st desvincularfan répida- _mente del modelo de investigaciin descripto en este libro. A tat a 4 SBsto no os tan fécil como parece. En primer lugar, muchos etmometods- "" logos sostienen que la etnometodologéa s6lo puede ser vivida, y no descripta (véase Mehan y Wood, 1975), En segundo término, no siempre estd claro quiéa ‘8 y quién no ¢s un etnometodélogo. Douglas parece ser uno'de ellos en Ubros publicados on 1970 y 1971. Sin embargo, se desvinculé de esta perspective ‘en su obra posterior (véase Douglas, 1976, pigs. 117-118). - . INTRODUCTION. IR HACIA LA GENTE a explicar, justificar y dar cuenta de su conducta. Muestra oSmo los residentes “hacen conocer e} c6digo”, aplican mdximas a situa- ciones especificas, cuando se les pide que aclaren las causas de sus acciones: El cédigo, entonces, es mucho més un miétodo de justficacién y persua- sion moral que la descripeiin sustancial de un modo de vide organizado. Es vu modo 0 conjunto de modos de determinar que las actividades sean vistas ono mor, repeie eblatoramente onde (Wider, 1974, 158). As{, los etnometodélogos ponen entre paréntesis o suspenden su propia creenciz en la realidad para estudiar la realidad de la vida cotidiana, Garfinkel (1967) ha estudiado las reglas del senti- do comin 0 sobrentendidas que rigen la interaccién en la vida co- tidiana a través de una variedad de experimentos maliciosos que 41 denomina “procedimientos de fractura” (véase el capftulo 5). Mediante el examen del sentido comtn, el etnometodélogo trata de entender cémo las personas “emprenden la tarea de ver, des- eribir y expicar el orden en el mundo en el que viven” (Zimmer- man y Wieder, 1970, pag. 289) En este capitulo hemos intentado proporcionar una cierta idea de algunas de las dimensiones metodologicas y tebricas de la inves- tigacién cualitativa. El resto del libro esté dedicado a la reunién ¥ andlisis de datos, y a la presentacién de los descubrimientos de dicha investigacion. La Parte 1 trata sobre el modo de realizarla. Examinamos la ‘observacién participante, las entrevistas en profundidad y una mul- titud de enfoques cualitativos creativos. En la Parte 2 consideramos Ja presentacién de los resultados de la investigacion cualitativa y ofrecemos una serie de artfculos basados en datos cualitativos. Después de una nota de cierre en el capftulo 13, en el Apéndice inchuimos una muestra de notas de campo. Primera parte ENTRE LA GENTE COMO REALIZAR INVESTIGACION CUALITATIVA Capitulo 2 LA OBSERVACION PARTICIPANTE PREPARACION DEL TRABAJO DE CAMPO En éste y el proximo capitulo examinaremos la observacién participante, ingrediente principal de la metodolog{a cualitativa. La expresion observacién participante es empleada aqui para desig- nar la investigacin que involucra la irtteraccion social entre el investigador y los informantes en et milieu de los disimos, y duran- te la cual se recogen datos de modo sistemdtico y no intrusivo. Comenzamos nuestro examen def tema con la etapa del trabajo de campo previo: ubicar el escenario que se desea estudiar ¢ ingre- sar en él. El siguiente capitulo trata sobre la observaci6n participan- teen el campo, DDISERO DE LA INVESTIGACION En contraste con la mayor parte de los métodos, en los cuales jas hipdtesis y procedimientos de los investigadores estén determi- nados a priori, ¢l disefio de la investigacién en la observacién parti- cipante permanece flexible, tanto antes como durante el proceso real. Aunque los observadores participantes tienen una metodolo- - 2 \METODOS CUALITATIVOS DE INVESTIGACION * gia y tal vex algunos intereses investigativos generales, los rasgos _, especificos de su enfoque evolucionan a medida que operan.' ‘Hasta que no entramos en el campo, no sabemos qué pregunx tas hacer ni cémo hacerlas. En otras palabras, la imagen preconce- bida que tenemos de Ia gente que intentamos estudiar puede ser~ ingenua, engafiosa o completamente falsa. La mayor parte de los observadores participantes trata de entrar en el campo sin hipote-“" sis © preconceptos especffioos. Melville Dalton (1964) escribe: _. 1) Nunca estoy seguro de lo que es significativo como para formulst hi- 44 potest hasta que he Hegado x algun intimidad con la stuacién; pienso que ‘una hipétesis es una conjetura bien fundads; 2) una vez formulada, toda hips- ~* tosis se convierte on obligatoria hasta cierto punto; 3) existe el peligro de que Is hipétesis sea estimads por sf misma y actte como un sfmbolo sbusivo de ** 1a chencia, _ Uno de Jos autores de este libro participé en un proyecto de 44 investigacién en gran escala que destacaba los peligros de comenzar tun estudio con un disefio investigativo rigido, El diseflo de la inves- — tigacién de este estudio giraba en tomo de la distincién entre fami- lias de uno © dos progenitores, una diferenciacién comdn en la investigacién en ciencia social. Tanto el muestreo como los proce- dimientos analiticos fueron diseflados en torno de esta distincién. No obstante, cuando los investigadores de campo entraron en los hogares descubrieron que la diferenciaci6n entre familias de uno 0 dos progenitores representa una simplificacin grosera de la si- tuacin de vida de las familias actuales. Por ejemplo, en “familias de dos progenitores” hallaron parejas en las que uno de los conyu- ge3.n0 asumia ninguna responsabilidad respecto de los hijos, y otras en las que el esposo que trataba de cumplir con el rol paren- tal se ausentaba del hogar durante semanas. En familias de “un Progenitor” encontraron parejas convivientes en las que el no pro- genitor compartfa en términos de igualdad las responsabilidades por los hijos; parejas divorciadas que habfan vuelto a unirse, a ve- ces de modo permanente y otras por una sola noche; parejas con- vivientes en las que él no progenitor ignoraba a los nifios, y una multitud de otras relaciones. Ademds, los investigadores de campo toe 6S CS CECE ios ‘Por supuesto, ls propvestas por escrito destinadas 2 obtener fondos del ‘exterior requleren que el investigador expecifique el diseio de le invetigacién, ‘Cuando redactamos propuestas para estudios cualiativos proporcionamos una revision de ls bibliografin cuslitativa sobre la materia y uns descripcin deta- ada de lot métodos cuaitativos, similar ala de este Ubro. ta s LA OBSERVACION PARTICIPANTE. 2 aprendieron que vivir juntos (tanto para parejas casadas como no casadas) puede ser una situacién fluida; las circunstancias de la vida cambian regularmente. Complicando aun mds el estudio, algu- nas familias, especialmente las que recibfan subsidio pUblico, tra- taron de ocultar su situacién de vida a los investigadores. A pesar de estos descubrimientos, el estudio qued6 ligado a la distincién arbitraria entre familias de uno 0 dos progenitores, y se procedi6 segin el supuesto de que esto correspondia a Ja naturaleza actual de las relaciones familiares. Desde luego, la mayor parte de los investigadores tienen en mente algunos interrogantes generales cvando entran en el campo. Es tfpico que esos interrogantes pertenezcan a una de dos amplias ‘categorfas: son sustanciales 0 teéricos.? Entre los primeros se cuentan interrogantes relacionados con problemas especificos en un patticular tipo de escenario. Por ejem- plo, podrfamos estar interesados en estudiar un hospital para enfer- ‘mos mentales, una escuela, un bar, una pandilla juvenil. La segunda ‘categoria, la {eOrica, est4 mds estrechamente ligada con problemas socioibgicos bisicos tales como la socializacién, la desviacion y ol contro! social. Asi, el ptopésito enunciado par Goffman al estu- diar un hospital para’ enfermos mentales era desarrollar una version sociolbgica det “'si-mismo” (self) mediante el andlisis de situacio- res en las cuales el sf-mismo es atacado. ‘Ambas -categorias estin interrelacionadas. Un buen estudio cualitativo combina una comprensién en profundidad del escena- rio particular estudiado con intelecciones teOricas generales que trascienden ese tipo particular de escenario. Después de entrar en el campo, los investigadores cualitati- vos con frecuencia descubiren que sus dreas de interés no se ajustan a sus escenarios. Sus preguntas pueden no. ser significativas para las perspectivas y conductas de los informantes. En un estudio ‘sobre salas institucionales para “‘retardados severos y profundos”, tuno de los autores de este libro comenz6 con la intencion de inda- gar las perspectivas de los residentes respecto de la institucién, pero s enoontrd con que muchos internados eran ‘no verbeles”” y otros muy renuentes a hablar sin trabas (Taylor, 1977). Volvi6 entonces su atencién hacia las perspectivas dei personal, Jo que demostré constituir una Ifnea de indagacion fructffera. Lo mismo ccurrié en un estudio sobre un programa de entrenamiento para 2Gtaser y Strauss (1967) distinguen entre teoria “sustancial” y “formal”. sta es una diferenclaciOn andloga x 'a que realizamos aqus u \METODOS CUALITATIVOS: DE INVESTIGACION el trabajo. de desempleddos “resistentes” (Bogdan, 1971). Los in- vestigadores esperaban estudiar Ia “resocializacion”, pero pronto advirticron que otros factores eran mucho més importantes para ‘comprender el fendmeno. ‘Una vez iniciado el estudio, no debemos sorprenderos si el escenario no es como penaibamos que era (Geer, 1964). En parti- cular, probablemente el investigador interosado en cuestiones te6- Ticas encuentre que un escenario determinado no es el convenien- te para satisfacer sus interrogantes. Quien esth ligado a cierta cues- tion teérica en especial debe estar preparado para cambiar un es- cenario por otro, Nuestro consejo es no aferrarse demasiado # nin- ain interés tedrico, sino explorar los fenémence tal como ellos emergen durante la observacién. Todos los escenarios son intrin- secamente interesantes y suscitan impottantes cuestiones teéricas. En el momento en que los observadores participantes iniclan un estudio con interrogantes e intereses investigativos generales, or lo comin no predefinen la naturaleza y numero de los “casos ~escenarios 0 informantes— que habrin de estudiar. En los estudios cuantitativos tradicionales, los investigadores seleccionan los casos sobre Ja base de las probabilidades estadisticas..E] muestreo al azar © estratificado y otras técnices probabilisticas tienen la finalidad de asegurar la represenitatividad de los casos estudiados respecto de una poblacion’ mayor en Is cual estd interesado el investigador. Los investigadores cualitativos definen tfpicamente su mues- tra sobre una base que evoluciona a medida que el estudio progre- sa, Glaser y Strauss (1967) utilizan la expresién “muestreo teéri co” para designar un procedimiento mediante el cual los investi- gadores seleccionan conscientemente casos adicionales a estudiar de acuerdo con el potencial para el desarrollo de nuevas intelec- ciones © para el refinamiento y la expansién de las ya adquiridas, Con este procedimiento, los investigadores oxaminan si los des- cubrimientos de un escenario son aplicables a otros, y en qué medi- da, De acuerdo con Glaser y Strauss, el investigador deberfa Hevar a un rendimiento maximo ba variacién de casos adicionales seleccio- nados para ampliar la aplicabilidad de las intelecciones teéricas, En ia observacién parttcipante, el mejor consejo es arreman- arse los pantalones: entrar en el campo, comprender un escenario Unico y sélo entonces tomar una dectsi6n sobre el estudio de otros escenarios. Cualquier estudio sugiere una cantidad casi ilimitada de Ifneas adicionales de indagacién. Hasta que uno no se compro- mete realmente ‘en el estudio, no puede saber cudl de esas lineas serd la més fructffera. La Stata t 3 Bee CELE EL t a Bea L t a LA ORSERVACION PARTICIPANTE 35 En el estudio de la institucién estadual para retardados, e! investigndor pas6 el primer afio en observacién participante en una nica sala, Hacia el fin de ese afio habia adquirido una com- prensiOn en profundidad de las perspectivas y rutinas del personal de esa sala. En los términos de Glaser y Strauss (1967) habia al- canzado el punto de “saturacién teérica”. Las observaciones adi- cionales no conducfan @ comprensiones adicionales. Una vez de- cidida Ia continuacion del estudio, el investigador enfrento ia nece- sidad de seleccionar otros escenarios para observar. Podfa satisfa- cer intereses sustanciales 0 tedricos (formales), Entre las princi- pales posibilidades se contaban las siguientes: Foco sustancial Otros aspectos de la vida del personal de atenci6n. Otros aspectos del trabajo de! personal {por ejemplo, progra- mas de entrenamiento). Otras salas de fa misma instituci6n, Otras salas en otras instituciones. Otro tipo de personal en la instituci6n (por ejemplo, adminis- tradores, profesionales). Foco tebrico Oto tipo de instituciones totales (por ejemplo, hospitales ‘siquidtricos, prisiones). ‘Otro tipo de organizaciones relacionadas con los sujetos men+ talmente retardados, Otro tipo de organizaciones que “procesan personas” (pot ejemplo, escuelas, organismos de asistencia social). Otro tipo de organizaciones (por ejemplo, fabricas). El investigador prosiguid con su interés sustancial en institu- ciones para retardados mentales, estudiando al personal de aten- cion y a los administradores de’ otras instituciones. Otros investi- gadores podrian haber adoptado un diferente foco sustancial, de- sarrollado un foco te6rico 0 concluido el estudio como una des- cripcién etnogréfica de una tnica sala. 36 METODOS CUALITATIVOS DE INVESTIGACION ‘SBLECCION DE ESCENARIOS El escenario ideal para la investigacién es aquel en el cual el ob- servador obtiene fécil acceso, establece una buena relacién inme- diata con los informantes y recoge datos directamente relaciona- dos con los inteteses investigativos. Tales escenarios s6lo aparecen yaramente. Entrar en un escenario por lo general es muy dificil. Se necesitan difigencia y paciencia, El investigador debe negociar el acceso, gradualmente obtiene confianza y lentamente Tecoge datos que solo a veces se adecuan a sus intereses. No es poco fre- ‘uente que los investigadores “‘pedaleen en el airo” durante sema- nas, inchiso meses, tratando de abrirse paso hacia un escenario. No siempre se puede determinar de antemano si se podré ingresar en un escenario y satisfacer los Propios intereses. Si se ‘tropieza con dificultades, hay que insistir. No hay gufas para s2- ber cudndo se deberfa renunciar a un escenario, Pero si el inves tigador no puede realizar sus mejores esfuerzos para obtener acce- 80 a un dmbito de estudio que le interesa, es improbable que sepa abordar ios problemas que inevitablemente surgen en el curso del trabajo de campo, Recomendamos que los investigadores se abstengan de estu- iar escenarios en los cuales tengan una directa participacion per- sonal © profesional? En los observadores novatos existe la tenden- cia a estudiar el medio de amigos y parientes. Cuando uno estd directamente involucrado en un escenario, ex probable que vea las cosas desde un solo punto de vista. En la vida cotidiana, las Personas asumen modos sobrentendidos de ver las cosas, y equi- paran lo que ven con la realidad objetiva. El investigador debe aprender a considerar que su vision de la realidad es slo una entre muchas posibles perspectivas del mundo. Por otra parte, el temor Eate problema es mucho mis complicado de fo que lo presentamos aqui, Ha habido algunos estudios destacados encritos por personas que fueron par ficipantes de lox escenarios que observaron. Ei estudio de Becker (1963) 20. bre los misicos de jazz y ¢] estudio de Roth (1963) sobre un hospital para tubsrcufosos son ejemplos excelentes. Riemer (1977) proporciona una bue- ‘na tesefia de investigaciones realizadas por participantes en escenarios. Por las razones que hemor enunciado, sostenemos que es preferible no estar int. ‘mamente ligado al objeto de estudio, en particular si no-se tiene experiencia fen Ia observacion participante. Cuanto més préximo se ert a algo, mis difi- cil resulta desarrollar la perspectiva critica necesaria para conducir una inves. ‘tigaci6n consistente. a ta cb bs tb ta 3 t s BtEB CEC ‘ a oe or oe or ey a LA OBSERVACION PARTICIPANTE a” a ofender a amigos podria tender a limitar lo que se escriba en os informes sobre la investigaci6n. Quienes observan en los dominios de su propia profesion en- frentan problemas similares. Es dificil para personas entrenadas ‘en un drea profesional mantener en suspenso sus propias perspec- tivas y sentimientos. Tendern a compartir con los informantes supuestos de sentido comun. Por ejemplo, conocemos a un obser- vador de un programa de “modificaci6n conductal” que catacte- izaba fa conducta de los clientes como “apropiada” 0 “inapro- piada”. Jack Douglas (1976) sostiene que los investigadores deberfan ‘mantenerse alejados de 4reas en las cuales se sienten profundamente comprometidos. Aunque éste es un sano consejo general, la inves- tigacion nunca esté “libre de valores” (Becker, 1966-1967; Gould- ner, 1970; Mills, 1959). Los investigadores casi siempre desarro- lan algunas simpatias hacia las personas que estudian. Ademds, ‘como Jo aprendi6 el investigador en la institucién para retardados, algunos escenarios ofenden a tal punto le sensibilidad humana del investigador que resulta imposible permanecer desapegado y de- sapasionado. ACCESO A LAS ORGANIZACIONES. Los observadores participantes por lo general obtienen el acceso fa las organizaciones solicitando el permiso de los responsables. A estas personas las denominamos parteras (Becker, 1970). ingre- sar en un escenario supone un proceso de manejo de Ia propia iden- tidad, de proyectar una imagen que asegure las méximas probabi- lidades de obtener el acceso (Kotarba, 1980), Se treta de conven- cer al portero de que uno no es una persona amenazante y que no dafiard su organizacion de ningin modo. Es especialmente probable que los porteros se sientan cémodos con los estudiantes. La mayor parte de las petsonas suponen que los estudiantes deben cumplir con tareas asignadas en sus clases © con exigencias de los programas, Los estudiantes ingenuos y ansiosos con frecuencia atraen simpatfa y ayuda, Es muy proba- ble que los porteros den por sentado que quieren aprender hechos y tareas concretos en contacto con “expertos". En muchos casos dard resultado el enfoque directo. La gente suele sorprenderse de lo accesible que suclen ser la mayorla de las organizaciones. Uno de los autores de este libro realiz6 un es- 38 METODOS CUALITATIVOS DE INVESTIGACION tudio sobre. vendedores a domicilio en dos compafiias (Bogdan, 1972). Aunque estas compafias entrenaban a los aspirantes a vende: dores en Ia técnica de la tergiversacion calculada, los jefes de ofi- cina de la sucursal abrieron sus puertas al investigador al cabo de minutos de haber formulado su solicitud de autorizacion para ob- servar. De hecho, uno de los jefes de Is sucursal dio el permis por teléfono cusndo el investigador respondio a un “llamado” en el periddico para atraer postulantes dispuestos a recibir el en- trenamiento del programa. No todas las organizaciones son tan fécilmente estudiables, Los escalones superiores de lus corporaciones (Dalton, 1964), hos- pitales (Hass y Shaffir, 1980) y grandes organismos gubernamen- tales son de penetracién notoriamente diffcil. El investigador pue- de esperar que s le consienta s6lo una répida recorrida o que se Jo rechace abiertamente. El mismo investigador que estudi6 a los vendedores a domicilio intenté primero observar un programa de entrenamiento para bomberos de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. Oficiales de distintos niveles quisieron entrevistarlo perso- nalmente. Después de cada entrevista le decfan que pera permi- tirle el acceso debian obtener el permiso escrito de alguna otra persona, Cuando finalmente recibié una autotizacién a prueba para conducit el estudio, ya habia perdido las esperanzas y estaba dedicado a los vendedores. Cuando el enfoque directo no da resultado, es posible emplear otras técticas para obtener acceso a un escenario, Muchos inves- tigadores han logrado el ingreso en organizaciones gracias a que alguien respondfe por ellos. Tal como lo sefiela Hoffmann (1980), Ja mayor parte de los investigadores cuentan con amigos, parien- tes y conocidos que: tienen contactos dentro de organizaciones. Esas personas pueden ser reclutadas para que ayuden a persuadir 2 porteros renuentes. Del mismo modo, un mentor o colega puede escribir una carta de apoyo con membrete oficial a, porteros en perspectiva (Johnson, 1975), Si todo lo demds falla, se puede trater de ingresar a una organi- zacién “por la puerta trasera". Por ejemplo, hemos observado ins- tituciones siguiendo a miembros de la familia y personal desde otros organismos. En un caso uno de nosotros obtuvo permiso oficial para visitar, y después negoci6 el acceso regular con perso- nal de nivel inferior. Aunque el cardcter de voluntario puede obs- taculizar la investigacién, algunos obscrvadores lograron su ingre- #0 inicial en un escenario asumiendo aquel rol y demostrando que eran individuos dignos de confianza. a te ts Let Ce, Ca tata Dptaets Ce cd L i LA OBSERVACION PARTICIPANTE 39 Una de las ironfas de la observacién de organizaciones reside en que, una vez que los investigadores han logrado que los porteros autoricen su acceso, e8 tipico que deban tomar distancia respecto de éstos (Van Maanen, 1982, pégs. 108-109), Muchas organizaciones ‘® caracterizan por Ia tensi6a, si no por e! conflicto, entre los nive- les superior e inferior de Ia jerarqufa. Si a los investigadores les interesa estudiar a personas de los niveies inferiores, no deben apa: ecer como colaborando con porteros y funcionarios, o flanquedn- dolos. Deben tener también en cuenta la posibilidad de que los orteros les requieran informes sobre 1o que han observado, Cuan- 0 negocian su acceso, la mayor parte de los observadores sblo se comprometen a proporcionar a los porteros un informe muy gene~ ral, tan genera! que nadie pueda ser identificado, Debe quedar en claro que entre el intento inicial por lograr el acceso y el comienzo de las observaciones puede mediar un lapso significative. En algunos casos no se podré obtener la autorizacién para, observar, y habré que empezar todo de nuevo en alguna otra ‘organizacién, Esto hay que tenerlo presente cuando uno disefia 181 estudio, No es poco comiente entre investigadores no experim tados (especialmente estudiantes que preparan disertaciones 0 tesis) que no prevean el tiempo necesario para lograr el acceso y completar el estudio, [AQOESO A LOS ESCENARIOS PUBLICOS Y CUAS! FUBLICOS Muchos estudios son realizados en escenazios piblicos (parques, edificios gubernamentales, aeropuertos, estaciones ferroviarias y de Omnibus, playas, esquinias de la ciudad, salas pblicas de reposo, teétera) y semipiblicos (bares, restaurantes, salones de pool, tea- tros, negocios, etcétera). En estos escenarios por lo general los investigadores ‘no deben negociar su acceso con los porteros. A ‘es0s lugares todos pueden entrar. Desde luego, en los escenarios cussi piblicos (establecimientos privados) para continuar las ob- servaciones el investigador debe obtener el permiso de! propictario. ‘Aunque obtener acceso a estos escenarios no representa un problema, el observador participante (en tanto participante como Opuesio @ pasivo) debe desarrollar estrategias para interactuar con los informantes. Si uno se ubica durante el tiempo suficiente en kt posicién correcta, un poco antes 0 un poco después ocurrid al- 40, Prus (1980) recomienda que en tos lugares piblicos e] abserva- dor se ubique en “puntos de mucha accion”. En otras palabras, 40 METODOS CUALITATIVOS DE. INVESTIGACION ir hacia donde estén las personas y tratar de iniciar con alguna de ellas una conversacién casual. Liebow (1967) describe o6mo encontré a Tally, el informante clave en su estudio sobre hombres negros de un grupo de esquina, mientras conversaban sobre una trivialidad en la calle frente a un restaurante de comidas para evar, Ese dfa Liebow pasd cuatro ‘horas con Tally, bebiendo café y holgazaneando en el restaurante. Después de su encuentro con Tally, el estudio de Liebow prosperé. Antes de mucho, Tally lo presents a los otros y respondié por é] come por un amigo. Pero cuando se va a permanecer en un punto durante largo tiempo, es preferible asumir un rol aceptable. Aunque no es mal visto que personas que no se conocen inicien una conversacién casual, la gente sospecha de ias motivaciones de alguien que de- muestra demasiado interés en los otros o formula demasiadas pre- guntas. El observador participante es fécilmente confundido con el-cuentero, el voyeur, el tenorio 0, en ciertos circulos, el agente encubierto (Karp, 1980). William Foote Whyte (1955) narra sus esfuerzos por ubicar un informante en su estudio “Cornerville”. Siguiendo €1 consejo de un colega que fe recomendé concurrir aun bar, pagarle un trago a una mujer y alentarls a que le conta- ra la historia de su vida, se encontré en una situaci6n emberazosa. Whyte (1955, pag. 289) escribe: Micé a mi alrededor nuevamente y advertf a un terceto: un hombre y dos mujeres. Se me ocurrié que las mujeres estaban mal distribuides y que yo po- ‘fa recificar In stuacién. Me acerqué al grupo y dije algo as{ como “Perdén... ‘De permitirfan unime a usteder?” Hubo un momento de silencio mientras al hombre me miraba fijamente. A continuaciin a ofrecié a tirarme oacale- ‘as abajo. Le aseguré que n0 era necesario y fo demostré saliendo del lugar sin ninguna ayuda. Algunos investigadores que han conducido con éxito estudios sobre escenatios piblicos y cuasi piblicos adoptaron un rol par- ticipante aceptable. En un estudio sobre rateros y delincuentes, Polsky paso horas jugando al pool. Segin él, si se quiere estudiar criminales, se debe ir a Jos lugares donde pasan su tiempo de ocio Y ganarse 1a confianza de algunos de ellos. Laud Humphreys (1975), cuyo estudio ha sido criticado desde el punto de vista ético, pero que ha demostrado una enorme sensibilidad ante las personas es- tudiadas, desempef'o e! rol de “voyeur” y “ozo” en un estudio ‘sobre €] sexo impersonal en jas salas publicas de reposo, 4 pa te tat a t tat t i tate ba tat LA OBSERYACION PARTICPANTE 41 Aunque no es necesario que los observadores en estos escens- rios s preseniten como investigadores y expliquen sus propésitos 1 las personas con las que s6lo tendrdn contactos efimeros, debe- fan en cambio explayarse con aquellas con las que mantendran tuna relacion prolongada. Jdentifiquese antes de que la gente co- mience a dudar de sus intenciones, en especial st estd envuelta en actividades ilegales o marginales. Asi, Liebow explica sus propé- sitos a los informantes después de su primer 0 segundo contacto con ellos, mientras que Polsky sconseja identificarse ante los delin- ‘ouentes poco después de haberlos conocido. ‘AOCESO A ESCENARIOS PRIVADOS La tarea que debe realizar el observador participante para lo- ‘grar acceso a escenarios (casas) y situaciones privados (algunas ac- ftiyidades tienen lugar en toda una gama de escenarios) es andloga a la del entrevistador para ubicar informantes. Tanto a los escena- ios como a los individuos hay que encontzarlos; el consentimiento para cl estudio debe ser negociado con cada individuo. El enfoque bdsico para obtener acceso a escenarios privados es a técnica de la bola de nieve: comenzar con un pequefto niimero de personas, ganar su confianta y a continuacién pedirles que nos presenten a otros, Polsky (1969, pag. 124) escribe: En mi experiencia, ls tdenica mis apta pare constituir la propia muestra ‘4 la de “Ia bola de nieve”; lograr ser presentado a un delincuente que respon- derd por nosotros ante terceros, que a su vez nos recomendarén a otros. (Des- e huego, es proferible empezar tan alto como se pueda, es deci, siendo pre- sentedo & la persona de mayor prestigio del grupo que ae quiere estudiar.) Hay varios lugares por los que se puede comenzar. En primer término, averigie con amigos, parientes y contactos personales. Por Jo general fa gente se sorprende del ndmero de personas dife- Tentes que conocen los individuos con los que tienen contacto. En un experimento Ilevado a cabo con una clase de estudiantes, Polsky informé que un tercio de los estudiantes hallaron que ami- ‘0s y parientes podrfan presentarlos personalmente a un delincuen- te de carrera, En segundo fugar, comprométase con la comunidad de perso- was que desea estudiar. Para su estudio de un vecindario étnico interior de [a ciudad de Boston, Herbert Gans (1962) se mud6 a “ a METODOS CUALITATIVOS DE INVESTIGACION - ese vecindario y se convirtié en miembro de esa comunidad. Se— hizo amigo de los vecinos, utiliz6 fos negocios y servicios locales, concurrié a las reuniones piblicas. A través do ems actividades, logré finalmente recibir invitaciones a hogares, tertulias y reunio-_, nes informales en el vecindario. En tercer témino, concurra # los organismos y organizaciones oy Sociales que sirven a las personas en las que est interesado, Por slemplo, segin sean aus intereses, podria dirigirse a ls iglesias loca-~* les, a los centros vecinales, a los grupos de autoayuda, a las excue- las 0 @ las asociaciones fraternales. Bercovici (1981) realiz6 un es- tudio con observacién participante sobre residenclas y otros esce- narios para retardados mentales acompaflando 2 un equipo de te- rapisias orupacionales que visitaba los establecimientos. BI estu- oq dio de Whyte (1955) vio despejado el terreno cuando el autor fue | presentado # Doc, quien iba a ter su informante clave y apadrina- dor, por un asistente social en una institucién def vecindario. A diferencia de lo que ocurrfa en la época en que Whyte comenz6 su estudio (fines de la década de 1930), los investigadores de hoy ~ pueden esperar que las organizaciones pongan vallas en su camino bajo la forma de exigencias de confidencialidad y privacidad. " ._Una téctica final que los investigadores han utilizado para ubi- _, Gar escenarios ¢ informantes privados es Ia publicidad (Kotarbe, 1980). Los investigadores han publicado avisos en los periédi locales, han participado en mesas redondas en la zona y prepara- do volantes para entregar en mano, distribuyéndolos entre los gru- ‘pos locales, en los que describen sus estudios. ca ta IQUE SE LES DICE A PORTEROS E INFORMANTES? La explicacién de los procedimientos e intereses de la investi- tacién a los porteros ¢ informantes es uno de los problemas mis delicados que se enfrentan en Ia investigacién de campo. Nuestro propio enfoque debe ser veraz, pero vago e impreciso.* Esta acti- ‘tud no s6lo tiene bases éticas, ‘sino tambien pricticas. Si se falsean deliberadamente fas propias intenciones, habré que vivir con el temor y la angustia de ser descubierto. Existe también la posibi- Udad real de que nuestra coartada se descubra y seamos expulsa- dos del escenario o se hagan aflicos nuestras relaciones con los in- tacts ba 4No obsante, véate en este capitulo el examen de la observacién encu- blerta, LA OBSERVACION PARTICIPANTE. 43 formantes. Quizés la mayor desventaja de la investigacién encu- bbierta recida en les limitaciones que impone’ al investigador. El investigador declrado puede trascender los estrechos roles que desempefian las personas en un escenario, y comprometere en reales actividades investigativas. Ademés, muchas pertonas serdit més abjertas y estarin mds dispuestas a compartir sus perspectives ‘con un investigador que con un compafiero de trabajo 0 colabors- dor participante. ‘No ¢s prudente proporcionar detalles concerntentes a la inves- teacion y 2 la precisién con ka que se tomardn las notas. Si tienen noticia de que serén observadas estrechamente, la mayorfa de las personas se sentirin inhibidas en presencia del investigador. En el caso improbable de ser presionado para aclarar el punto, se le puede decir a In gente que se tomarin algunas notas més adelante o que se llevard un diario. Un modo que hemos descubierto tit para explicar los inte- reses de la investigacién consiste en hacer saber a los sujetos que ‘no necesatiamente estamos interesados en esa organizacién pi cular ni en las personas especfficas que encontramos en ella, En todos los estudios los intereses del investigador abarcan més que tun escenario particular y conciemen al tipo general de organiza cién. Si procuramos acceso a una escuela, por ejemplo, deberta- ‘mos sugerir que estamos interesados en comprender como es una escuela, y no en la naturaleza de esa escuela en especial. Podrfa- mos explicar por qué esa organizacién particular constituye un escenario ideal para la investigaciOn, especialmente si la gente s¢ ‘enorgullece de fo que esté haciendo. Es una experiencia comdn entre los investigadores de campo on grandes orgenizaciones que los informantes supongan que aqué- ios estén allf para aprender cosas sobre las personas de otro nivel. En el estudio institucional; el personal naturalmente supuso que el observador debfa tomar nota de las pautas de conducta de los “severa y. profundamente retardados”, aprender sobre los retarda- dos lo que podfa ensefiar el personal de atencién. Sea que los inves- tigndores cultiven o no falsas impresianes, como lo sostiene Douglas (1976), no hay ninguna necesidad de coregit aquella idea errénea. : Algunos porteros exigen una elaborada explicacién y defensa "de la investigacion. Al tratar de entrar en una organizacién, los observadores participantes pueden empantanarse en prolongadas iscusiones sobre la metodologfa de In investignci6n. Entre las ob- jeciones normeles a la observacién participante se cuentan:’“Te- “4 METODOS CUALITATIVOS DE INVESTIGACION nemos que proteger la privacidad y confidenciatidad de nuestros clientes”, “Estamos demasiado ocupados como para responder a una ristra de preguntas”, “‘Usted obstaculizard Jo que estamos haciendo”, “De todos modos agu{ no va a encontrar mucho de interesante”, y “Su estudio no parece cientifioo”. Antietpese a las objeciones y tenga las respuestas preparadas. Por Jo general podemos dares ciertas garantias a los porteros. A esto a veces se lo denomina’el pacto. Los observadores deben su- brayar el hecho de que su investigacién no desbarata ¢l escenario, Los porteros con frecuencia suponen que la investigacién incluye ‘cuestionarios, entrevistas estructuradas, uso de anotadores y otros métodos intrusivos. En cambio, la observacion participante envuel- ve actividades no perturbadoras ni intrusives, En realidad, para la mayar parte de los investigadores perturbar lo minimo es tan im- Portante. como para los porteros. . ‘También corresponde garantizar la confidencialidad y la priva- idad de las personas que estudiamos. Haremos saber a los informan- tes que las notas que tomemos no contendrén nombres ni identi- ficarén’ informacién sobre los individuos 0 ta organizacion, y que estamos tan obligados a respetar Ia confidenciatidad como la gen- te de la organizacion. De la forma en que evaluemos a la gente de la organizacién de- penderd la exactitud con que habremos de responder a las pregun- tas sobre el disefio de Ia investigacién. Las preguntas criticas sobre ef disefio de Ja investigacién por lo general reflejan preocupacio- nes acexca de los descubrimientos o resultados (Haas y Shaffir, 1980). Por ejemplo, los porteros de instituciones a veces se escudan on la confidencialidad def cliente para ocultar condiciones inferio- res a las normales, En el estudio institucional, el observador pas6 horas defendien- do In integridad de su investigacién ante funcionarios que tenfan proparacién en psicologfa. Hasta que no encontré la frase “medi- das no intrusivas” Jos funcionarios no le otorgaron autorizacion para observar. Johnson (1975) informa que su desempefio chapu- cero al explicar su investigacién a un grupo de asistentes sociales fue: un factor esencial para obtener el acceso a un organismo de asistencia social. Los asistentes sociales legaron a la conclusion de que no tenfan nada que temer de alguien que experimentaba tales dificultades para explicar sus propésitos. Douglas (1976) aboga por “‘hacerse el bobo” o e] “académico con cerebro de ratén” cuando la gente parece temer la investiga- ign, Es decir que el investigador trata de convencer al portero de taba ta wa ia La ta ta es ta ta te ca oe 4 t LA OBSERVACION PARTICIPANTE 4s que ef estudio es tan académico y abstracto que no es posible que amenace & nadie. Douglas (1976, pag. 170) proporciona un ejemplo: Resulta especialmente eficaz decirles algo detalladamente que “estamos realizendo una reduccién etnometodolbgica-fenomenolégica de su actitud natural para exhibir y documentar los procedimientos interpretativos inva~ ‘antes qve son canstitutivos del ego trascendental y por lo tanto de la cogni- iin intersubjetiva™. Suponiendo que este tipo de maniobra dé resultados, el inves- tigador deberé asumir durante cierto tiempo la identidad conse- cuente. Conocemos a un observador que se identificé ante los in- formantes como “etndgrafo". Més tarde oy6 que una persona le susurraba a otra: “No hagas ningtin tipo de broma racial delante de ese tipo, Es un etndgrafo”. 'No es poco comin hoy en dia que los porteros soliciten a los observadores ‘participantes la preparacion de una propuesta esori- ta 0 que sometan el disefio de su investigacién a un “comité de pro- tecciOn de Jos sujetos humanos”. Las mismas orientaciones gent Jes se aplican a los documentos escritos: ser honesto, pero vago. Por lo general bastard con una consideracion superficial e impreci- sa de los métodos de investigacién cualitativos, la teorfa fundamen- tada, etottera. RECOLECCION DE DATOS Durante el proceso de obtener el ingreso en un escenario se de- ben llevar notas de campo detalladas. Como en el caso de la inves- tigaci6n ulterior, las notas deben registrarse después de encuentros cara & cara y conversiciones telefonicas. Los datos recogidos en esta etapa pueden ser extremadamente valiosos més adelante. Du- rante el perfodo de obtencién del acceso del estudio institucional, ‘el investigador pas tiempo con la directora de la entidad, Ade- mis de sentar las reglas bdsicas, ella present6 su perspectiva de la institucion: “Nadie es perfecto", “Estamos atestados”, “Podria- mos utilizar mds dinero del Estado”. Después de concuir su estu- dio del personal de atencién, el investigador estudié las perspecti- vas de los funcionarios. Aquellas afirmaciones de la directora fo ayudaron a entender el modo en que los funcionarios institucio- nales proyectaban hacia el mundo exterior una imagen favorable de sf mismos, 46 METODOS CUALITATIVOS DE INVESTIGACION Et proceso de obtener acceso a un escenario también facilita la comprensi6n det modo en que las personas se relacionan entre sf y tratan a otros. Un buen modo de adquirir conocimientos sobre a estructura y jerarqufa de una organizacién consiste en ser pasado de uno a ofro a través de ella. Finalmente, Jas notas recogidas en esa etapa ayudarén mds adelante al observador a entender o6mo es visto por la gente de Ja organizacion. INVESTIGACION ENCUMIERTA A lo largo de todo este capttulo hemos subrayado el tema de la investigacion manifiesta, es decir, de estudios en los que ios in- vestigadores comunican sus intereses investigativos a los porteros e infosmantes en perspectiva. Pero muchos fructuosos ¢ importan- tes estudios de observacion participante fueron realizados con un enfoque encubierto (Festinger y otros, 1956; Humphreys, 1975; Rosenhan, 1973; Roy, 1952a). Con independencia de las conside- aciones pricticas, la investigacion encublerta susclta graves proble- ‘mas éticos. Las decisiones éticas necesariamente involucran la propia mo- al personal. Se debe optar entre cierto nimero de responsabili- dades y alternatives morales. Algunos cientificos sociales, como Kai Erikson (1967, pég. 254), sostienen que la investigacién encu- bierta y el engafio comprometen la buena voluntad de los poten- ciales sujetos de investigaciin y del piiblico en general, de los cua- kes los investigadores dependen: “Innecesatio es decir que Ia inves- figacion de este tipo puede dafiar la reputacion de la sociologta en Ia sociedad més amplia y clausurar éreas promisorias de inves- figacion para los investigadores futuros”. Andlogamente, Warwick (1975) previene que una actitud de “al demonio con el piblico” entre los investigadores de campo ya ha creado un retroceso social ‘en detrimento de Ia investigecién social, Otros investigadores creen que el conocimiento cient{fico ob- tenido mediante la investigacion justifica pricticas en otros senti- dos desagradables.> Glaser (1972, pég. 133) informa que Arthur SAparentemente son pocos los cientfficos sociales que levarian esta ‘reenci hasta su conclusién Kigica. Lofland (1969, pag. 301), quien justifice su propia investigacién encubierta entre grupos de Alcohélioos Anénimos, ccribe: “Las actividades de “investigacién’ de la Alemania nazi nos ensaiaron Ca ta ta ts ta bs La ca ca ta bs 2 La As LA OBSERVACION PARTICIPANTE a7 Vidich justificd las seguridades engafiosas proporcionadas sobre Ja proteccién de ta identidad como precio de una contribucién al ‘conocimiento. Denzin (1978) asume la posicién de que cada inves- tigador deberfa decidir cufl es la conducta ética. Denzin (1978, pig. 331) aboga por “..la absohita libertad para proseguir con las propias actividades tal como uno lo juzga adecuado”, Jack Dou- was (1976) caracteriza a la sociedad como un mundo de “cornadas ‘entre bueyes", Puesto que, segin Douglas, las mentiras, las evasi- ‘yas y e] engafio forman parte de la vida social cotidiana, los inves- tigadores deben mentir, eludir y engafiar a sus informantes para obtener “la verdad”. Ottos cientificos sociales suscriben una ética de situacién (Hum- phreys, 1975). En otras palabras, dicen que los beneficios sociales practices de la investigaci6n pucden justificar pricticas engafiosas. Para Rainwater y Pittman (1967) ta investigacién en ciencias socia- Jes acrecienta la responsabilidad de los funcionarios publicos. Finalmente, estén quienes condenan el engafio por sf mismo y defienden un “derecho a no ser investigado” (Sagarin, 1973). Asi, algunos cientificos sociales aducen que los investigadores nunca tienen el derecho de daflar a las personas, y que los finicos que pueden juzgar si In investigacion dafia, aunque s6lo sea por a expo- sicién de secretos ‘grupales, son los’ informantes mismos (Sprad- ley, 1980). De modo que en materia de ética los investigadores deben ba- Jancear sus responsabilidades mAltiples para con sx profesion, la ‘bisqueda del conocimiento, la sociedad, los informantes y, en ‘iltima instancia, tenerse en cuenta a sf mismos. ‘Nuestro propio punto de vista es que hay situaciones en las que Ja investigacin encubierta es al mismo tiempo necesaria y est4 éti- camente justificada, Depende de lo que se estudie y de lo que se pretenda hacer con los resultados. Puesto que es menos probable que fos grupos poderosos de nuestra sociedad autoricen el acceso de los investigadores, la investigacién en ciencias sociales tiende a concentrarse entre los que no tienen poder. Contamos con mu- ‘chos més estudios sobre trabajadores que sobre gerentes de corpo- raciones, mas sobre pobres y desviados que sobre politicos y jueces. Los investigadores exponen las faltas de los débiles, mientras que Jes poderosos permanecen intocados. En consecuencia, estudiar uy bien (0 deberian baberlo hecho) que hay limites morales definios sobre 1b que puede hacerve en nombre de In cencin®, Véate también Lofland (1961), 48 METODOS CUALITATIVOS DE INVESTIGACION de modo encubierto los grupos poderosos puede resultar recompen- satorio. Pero encontramos dificil justificar 1 engafio abierto con el objeto Gnico de cumplir con exigencias de la graduacién o de afiadir a un curriculum la publicacion de un art{culo en un oscuro periédico especializado. Es tambign cierto, como fo seflala Roth (1962), que la distin- cién entre investigacién manifiesta o abierta ¢ investigacién encu- bierta es una simplificacion excesiva, Porque toda investigacién es en alguna medida secreta en el sentido de que los investigado- Tes munca le comunican todo a sus informantes. ;Qué decir de los inyestigadores que observan en lugares piblicos? {Deben informar a la multitud de personas que estén siendo observadas? ;Deberfan Jos investigadores ser obligados a proporcionar a los informantes rendiciones de cuentas punto por punto.de las hipdtesis y conj tures emergentes? En el reino de la ética no hay reglas estrictas. La investigacin en’ el campo debe involucrar al investigador en una gran medida de busqueda del tono espiritual® Sea cual fuere la decision ética que los investigadores tomen, no deberfan ser sencillamente caba- erescos ni faltos de método en lo que respecta al engafio de ter- ceras personas, Este capitulo traté sobre la etapa previa al trabajo de campo de Ja investigacion mediante la observacién participante. Mas espe- En affos recientes, los comités de “proteccién de los mujetos de investi- saci6n humans” han sugido en las universdades en todo el pas, en gran dida como Ins orientaciones federales para Ia investigncisn (De tament of Health, Education and Welfare, 1974, 1978). Con frecuencia, e&- tos comit6s parecen destinados a proteges a las universidades y a los prove domes de fonds, salvindolos de la controversa, més que a la sakaguards de Jos interees de potenciates “sujetor”. En todo caso, el hecho de que una pro- puesta de investigaciin haya pasado por el escrutinio de un comité de “protec- «én de sujetos Iumanos” no libera al invesigador de tomar decisions éticas en el cu, Ex también certo, como lo salen Klockars (1977) y Wax (1983), {que los procedimientos federate det “consentimiento informado” parecen int. decuados en los extudios cualitativos, puesto que el invetigndor no siempre puede (si es que puede alguna ver) especficar de antemano qué personss 0 ‘scenarios serin estudiados, qué preguntas se harin y qué riesgos corerin Jos informantes. Klockars (1977, pég. 217) cite un maravillow enunciado de ‘Margaret Mead relacionado con ls orientaciones federales paral investigacion: “La investigncién antropoligia no tiene sujetos. Trabajamos con lot infor- smantes en una atmésfera de confianza y rexpeto mutuos”. ta ta ta ta cara to La LD CD CELA CS ta 4 t LA OBSERVACION PARTICIPANTE 0 cificamente, enfocamos materias relacionadas con las decisiones que los observadores deben tomar antes de entrar en el campo y con 1os\contactos iniciales que deben hacer. El capftulo siguiente pasa a los problemas y alternativas que el observador enfrenta en el campo: “Ahora que ye esta dentro, ,adénde iré a partir de aqui?" Capftuto 3 LA OBSERVACION PARTICIPANTE EN EL CAMPO En este capitulo consideraremos la fase de trabajo de campo de la observacion participante. El trabajo de campo incluye tres ac- tividades principales. La primera se relaciona con una interaccién social no ofensiva: lograr que los informantes se sientan cémodos y ganar su aceptacién. El segundo aspecto trata sobre los modos de obtener datos: estrategias y ticticas de campo. El aspecto final invotucra el registro de los ‘datos en forma de notas de campo es- critas. En este capftulo examinaremos éstos y otros problemas que surgen en el campo. LA ENTRADA EN EL CAMPO Los observadores participantes entran en el campo con la es- peranza de establecer relaciones abiertas con los informantes. Se comportan de un modo tal que Uegan a ser une parte no intrusiva de la escena, personas cuya posicién los participantes dan por so- breentendida. Idealmente, los informantes olvidan que el obser- vador se propone investigar. Muchas de las técnicas empleadas en la observacién participante corresponden a reglas cotidianas sobre la interaccién social no ofensiva; las aptitudes en esa tea son una necesidad. La wa ces Ce LaLa LE UE La ta ca ba ta td a LA OBSERVACION PARTICIPANTE 31 Los observadores permanecen relativamente pasivos a lo largo del curso del trabajo de campo, pero en especial durante Jos prime- ros dias (Geer, 1964).’ Los observadores participantes “‘palpan la situacién”, “avanzan lentamente”, “tocan de ofdo” (Johnson, 1975) y “aprenden @ hacer ios nudos" (Geer, 1964). Los primeros dias en el campo constituyen un perfodo en el cual los observado- res tratan de que la gente se sienta comoda, disipan cualquier idea en cuanto a que el enfoque de ia investigacion serd intrusivo, esta~ biecen sus identidades como personas inobjetables y aprenden a actuar adecuadamente en el escenario. {Qué ropa me pondré? qPuedo fumar? {Quién parece demasiado ocupado como para ha- blar conmigo? ;Dénde puedo sentarme sin molestar e! paso? ;Pue- do caminar? jQué puedo hacer para no resaltar como una ufia encarnada? ;Puedo hablaries a los clientes? {Quién parece accesi- bbe y comunicativo? ’ Durante el pertodo inicial, la recoleccin de datos es secunda- ria para Wegar a conocer el escenario y las personas. Las preguntas tienen la finalidad de ayudar a romper el hielo. Puesto que algunas personas pueden preguntarle al investigador qué quiere saber, es tuna buena idea anotar algunas preguntas generales antes de ingre- sax en el campo. Por lo general, son buenas aperturas preguntas como “jPodria darme una perspectiva de este lugar?” y ““;Como entré usted en esto?” Diferentes personas probablemente presentardn diferentes gados de receptividad ante el investigador. Aunque el portero haya sutorizado el estudio, otros pueden objetar su presencia Sue Smith-Cunnien, en el primer dfa de un estudio con observa- cién participante alcanz6 a ofr que una persona le preguntaba a otra: "“;Qué es fo que ella va a haces... dar vueltas y observarnos todo el tiempo?” Como lo sefiala Johnson (1975), no es poco comin que Jos observadores se encuentren en medio de una hucha de pode- tes a propésito de su presencia. Es importante explicar quién es uno a fodas las personas del escenario. En un estudio sobre el empleo de los medios de comunicacion por los maestros, por ejemplo, 1Un nbmero cxeclente de investigadores de campo subrayan It importan- cin de comprender el efecto que el observador produce en el escenario, en lugar de tratar de oliminarlo enteramente (vas Emerson, 1981). Algunos {nvestigadores también defienden ef compromino activo en el campo como me dio para revelar procesos sociales que de otra manera quodarian ocultos (Bode- ‘mann, 1978). Aunque ettax posicionss tienen sentido, seguimos sintiendo que 2 exencial “avanzar lentamente” hasta que uno he desarrollsdo una compren- sién del escenario y de mu gente. 52 METODOS CUALITATIVOS DE INVESTIGACION Jos investigadores entrevistaron & cada docente individualmente para explicarle el estudio y obtener su permiso a fin de observer en cada salén de clase, por mis que esto ya habla sido autorizado or los administradores. Asimismo, de modo sutil, se deberfa hacer saber a la gente que Jo que nos diga no seré comunicado a otros. (Desde luego, uno no ‘$e presenta diciendo que es un investigador y estd éticamente obli- gado a no violar m1 confidencialidad.) En la segunda observacién en el estudio institucional, uno de los miembros del personal de atenci6n le pregunt6 al investigador: “Le hablo usted (a la directo- 1a) sobre los muchachos de esta sale?” El investigador respondi6 algo asf como: “No, ni siquiera le dije donde estoy. Yo no le hablo ‘sobre la institucion a las porsonas del exterior, de modo que ;por qué habria de hablarle sobre todos ustedes?” En el estudio de Smith- Cunnien, ella aprovech6 la oportunidad de asegurar la confidencia- lidad de su investigaciOn durante e! intercambio siguiente: Observador: “ ,Quiere usted ser editor en jefe el proximo aflo?” Informante: “yA quién va usted a hablatie de est0,en todo caz0?” Odservador: “Lo siento, debi haberle dicho desde ol principio que todo to {ee fie c+ confidencal. Yo no wy » eptr and de eno Durante los primeros dias en el campo, los investigadores se stenten invariablemente Incémodos. Muchos de nosotros rehuimos la interaccion innecesaria con extraflos, Nadie se siente cSmodo en un nuevo escenario sin ningin rol definible que desempefiar. ‘Smith-Cunnien reflexiona sobre su primer dfa observando: Me siento totalmente inoSmoda en este escenario. Creo que esto se debe sobre todo & mi propia timidez, aunque algo proviene definidamente del becho de que alli se destaca un escenario extrafio y yo no estoy haciendo nada sal- Yo mirar... no tomé notas de campo. Parte de le incomodidad se debe al he- cho de que on algunos momentos tay literuimente muy pooo que observa: toda la accién oontinéa en los despachos y yo sélo puedo alcanzar a ofr algu- ‘as coms, La proxima vez que observe, trtaré de sor un poco mitt agresiva sin serlo demasiado... tendré que tratar de observar scenarios mis expeciti- ‘08 y de descubris quién es cada cual entre un mayor nimeto de personas, Todos tos observadores enfrentan en el campo situaciones desconcertantes. Aunque es cierto, tal como lo escriben Shaffir, Stebbins y Turowetz (1980), que el trabajo de campo se caracte- Latata ta ca va ta wa 1a de ca cs aia perenne me ores sence ae LA OBSERVACION PARTICIPANTE 53 riza por sentimientos de duda en si mismo, incertidumbre y frus- ‘tracién, confértese pensando que se sentird mds cémodo en el esce- nario a medida que el estudio progrese. Cuando entran por primera vez en el campo, los observadores se encuentran con frecuencia abrumados por la cantidad de infor- macién que reciben. Por esta raz6n, se debe tratar de limitar el tiempo que se pasa en el escenario durante cada observacién. Una hora es por lo general suficiente. A medida que uno se familiariza ‘con un escenario y gana en pericia para la observaci6n, se puede aumeniar el lapso que se pasa on el escenario. La investigaci6n de campo puede ser especialmente excitante al comienzo del estudio, Algunos observadores se inclinan a perma- ‘necer tanto tiempo en un escenario que dejan el campo agotados y Ilenos de tanta informaci6n que nunca Wegan a registrarla. Las observaciones son utiles s6lo en la medida en que pueden ser re- cordadas y registradas. No permanezea en el campo si olvidard mu- chos de los datos 0 no tendré tlempo para tomar notas. LA NEGOCIACION DEL PROPIO ROL. Las condiciones de la investigacion de campo —qué, cudndo y ‘a quién observar— deben ser negociadas continuamente. Hay que establecer un equilibrio entre la realizacién de la investigacin tal ‘como uno lo considera adecuado y acompaftar a los informantes ‘en beneficio del rapport. El primer problema que probablemente se tenga que enfrentar es el de verse forzado # un rol incompatible con la realizacion de 1a investigacion. Es frecuente que las personas no entiendan la ‘observacion participante, incluso aunque les haya sido explicada ‘euidadosamente. En muchos escenarios los porteros ¢ informantes ubican a los observadores en roles comunmente desempefiados por extrafios. El personal de las escuelas, hospitales psiquiftricos ¥ otras instituciones con frecuencia tratan de forzar a los observa- dores a asumir el rol de voluntarios, especialmente en el caso de mujeres y estudiantes. De los observadores se espera a veces que firmen el libro de entradas y salidas de Jos voluntarios, que traba- jen con ciertos clientes y que informen al supervisor de volunta- ios. Conocemos a un observador que fue empujado a una relacion de tutor con un muchacho en una cérce} de menores encausados, a pesar de que habia explicado sus intereses al director de la ins tucion, Andlogamente, Easterday, Papademas, Schorr y Valentine 4 METODOS CUALITATIVOS DE INVESTIGACION (1977) informan de investigadoras que, en escenarios dominados Por hombres, han sido llevadas a asumir roles inadecuados. A veces el desempefio de un rol familiar en un escenario repre- senta algunas ventajas: se obtiene el acceso con mayor facilidad; el observador tiene algo que hacer; las personas tto se inhiben en ‘su presencia; algunos datos se pueden obtener con menos dificul- tad. Conocemos a un observador que, en un estudio sobre una or- ganizaci6n de caridad, fue designado como voluntario para regis- ‘rar informacién sobre donantes. Sin embargo, 2 medida que el estudio progres el observador ‘perdert control. sobre é1 y suftind limitaciones en la recoleccién de datos si se ve confinado un es- trecho rol organizativo. Un segundo problema que enfrentan los investigadores de cam- Po consiste en que se les diga qué y cudndo observar. Ante los extrafios, todas Ins personas tratan de presentarse bajo la mejor juz posible (Goffman, 1959). Los informantes compartirén aque- los aspectos de su vida y de mu trabajo que se prestan a una vision favorable, y ocultarin los otros, o por Jo menos los Hevardn a un segundo plano. Muchas organizaciones tienen guias que programan las visitas y recorridas de extrafios. Aunque tales recorridas son va- liosas en ciertos aspectos, tienden a» proporcionar una perspectiva selectiva del escenario. En ‘las instituciones totales, por ejemplo, fos guias con frecuencia muestran a los visitantes ins mejores s1- Jas y los programas modelos, y desalientan ¢! recorrido en otras artes de la institucion (Goffman, 1961; Taylor y Bogdan, 1980), En muchas organizaciones, las personas tratan de estructurar Jos tiempos en que se autoriza Ja visita de los observadores. Las instituciones totales son bien conocidas por negar las visitas 108 fines de semana, puesto que es entonces cuando sucede lo menos programado y la mayor parte de los miembros del personal estén de franco. Es tfpico que los funcionarios y el personal de direccién de las organizaciones traten de imponer a los observadores los li- mites de ciertos acontecimientos, como reuniones en dfes de fiee- taoen dins de puertas abiertas. La mujeres a veces enfrentan problemas especiales con Jos in- formantes, que limitan su investigaciOn (Easterday y otros, 1977); Warren y Rasmussen, 1977). Por ejemplo, Easterday y otros anotan que los varones de mayor edad con frecuencia actdan de modo paternal con Jas mujeres jOvenes; en un estudio sobre una, morgue, lun médico intentd “‘proteger” a una joven investigadora tratando de que no viera los “‘casos feos”. » Se debe tratar de resistir @ los intentos de los informantes ten- La 4 te La be ta ta ws bau ta te ca a wa een LA OBSERVACION PARTICIPANTE 35 dientes a controlar ia investigacion. Idealmente, von bos propios investigadores los que deben elegir los lugares y momentos para ‘observer. Cuando los observadores establecen algin grado de rapport, por lo general logran acceso a mds lugares y personas. EL ESTABLECIMIENTO DEL RAPPORT Establecer rapport con los informantes es la meta de todo inves- tigador de campo. Cuando se comienza & lograr el rapport con aque- las personas a las que se estd estudiando, se experimentan sensa- ciones de realizacion y estimulo, El de:rapport no es un concepto que pueda definirse facilmente, Signifiea muchas cosas: Comunicar la simpatfa que se siente por los informantes y lograr que ellos la acepten como sincera. Penetrar a través de 1 te (Argyris, 1952). Lograr que las personas se “abran” y manifiesten sus senti- mientos respecto del escenario y de otras personas, ‘defenaas contra el extrafio” de la gen- Ser visto como una persona inobjetable. Trrumpir a través de las “fachadas”” (Goffmen, 1959) que las, ‘personas imponen en la vida cotidiana. ‘Compartir el mundo simbélico de Jos informantes, su lenguaie sus perspectivas. El rapport aparece lentamente en Is mayorfa de las investiga- ciones de campo. Y cuando aparece, puede ser tentativo y frégil, Es dudoso que cunlquier persona conffe por completo en otra, en todos los momentos y citeunstancias, Ts! como nos Jo dice John Johnson (1975), el rapport y la confianza pueden crecer y disminuir en el curso del trabajo de campo. Con ciertos informan- tes nunca se Ilega a establecer un verdadero mpport. Johnson (1975, pags. 141-142) escribe: . aca of ital de las investigaciones sobre el bienestar Hogué a la conchi- ‘860 de que no existe In postbilidad realista de desarrollar relaciones de confian- 56 \METODOS CUALITATIVOS DE INVESTIGACION +z como tales. Esto era especialmente cierto en un escenario que inctuia a ua ‘inquierdista, una militante det movimiento de Uberackin femening, personas de edad, personas jévenes, extravagantes ¢ individuos formales, republicanos, dembcraias, membros de tercerot partidos, jefes y comandantss navales, mar ‘gentoa uyores del ejército de reserva, pecifitas, objetorés de conciencia, etottera... Durante los meses finales dela investigaciin de campo demrollé Badualmente la nocién de “confianza suficiente™ pera reemplazar a los pre- ‘Suptestos anteriores adquiridos a través de la lectura de la bilbiografia tradi- clonal. La confianza suficiente supone un juicio personal, de sentido comin, sobre fo que puede lograrse con una persona determinads. ‘Aunque no hay reglas rigidas sobre 61 modo de lograr rapport con los informantes, se puede ofrecer un cierto nimero de orién- taciones generales. Reverenciar sus rutinas Los observadores slo pueden lograr el rapport con tos infor- mantes si se acomodan a las rutinas y modos de hacer las cosas de estos ltimos. A todas las personas les gusta hacer las coms de cier- ta manera y en ciertos momentos. Los observadores no deben in- terferir, Polsky (1969, pig. 129) ofrece un consejo sobre cbmo ob- servar delincuentes que se aplica a la observacién de cutiquier tipo de personas: “Si él quiere sentarse frente a su aparato de televi- sion y beber cerveza mientras ve un partido durante un par de horas, usted haga lo mismo; si quiere caminar por la calle o ir de bar en bar, acompaficlo; si quiere ir al hipddromo, vaya con él; si le dice (por cualquier razén) que ya es hora de que usted se pierda de vista, desaparezea”. Conocemos a un observador que, en un estudio sobre un hospital, lleg6 tarde a dos reuniones y después les pidié a los médicos, que tenfan sus propios problemas de tiem- Po, que reprogramaran sus encuentros adecudndolos a ia agenda del investigador. Este tipo de personas le crean una mala reputa- ci6n a los observadores participantes. Estublecer lo que se tiene en comiin con le gente Es probable que el camino més facil para consolider las relacio- ‘nes con la gerite consista en establecer lo que se tiene en comin con ella. El intercambio casual de informacién es con frecuencia io ee eee eee ee ta td LS (4a ts CA La Cd LD CD |LA OBSERVACION PARTICIPANTE 37 el vehfculo mediante el cual los observadores consiguen romper 1 hielo, En el estudio sobre el programa de entrenamiento para desempleados, ¢l observador lleg6 a conocer a muchos de sus in- formantes @ través de conversaciones sobre pesca, sobre los hijos, sobre enfermedades, ocupaciones anteriores y comidas. Es natural que Ja gente quiera conocer los intereses y pasitiempos del obser- vador. Ayudar a la gente Uno de los mejores modos de comenzar a ganarse la confianza de Ja gente consiste en hacerle favores. Johnson (1975) informa que durante su trabajo de campo sirvié como chofer, lector, aca rreador de equipajes, baby-sitter, prestamista, acomodador en una conferencia local, tomador de apuntes, telefonista en momentos de’ mucha actividad, asesor en la compra de automoviles usados, guardaespaldas de una trabajadora, mensajero, ademds de haber Prestado libros, escrito cartas y otras cosas. Conocemos a un inves tigador que estudi6 una sala con personal insuficiente para 40 ni- fos, en una institucién para retardados mentales, que pas6 una época terrible en sus relaciones con aquel personal, Esas mujeres eran bruscas con él y trataban de ignorurlo por completo. La si- tuacion se hacia cada vez més inoémoda hasta que el observador ‘te ofreci6 un dfa a ayudar a los dos miembros del personal de cién que le daban de comer a los niftos. En cuanto comenz6 a dar- le de comer al primer nifio, esas personas s abrieton y comenzaron ‘4 compartir sus preocupaciones y quejas. Por primera vez lo inv taron a unirse a ellasen una pausa en el salon de descanso. Ser humtlde Es importante que la gente sepa que el investigador es el tipo de persona con Ia que pueden expresarse sin temor a revelar algo (© a una evaluacién negativa. Muchos observadores, entre los cua- les nos contamos nosotros, tratamos de “parecer personas humil des que son tipos normales y no le harfan 2 nadie ninguna vileza”” Gohnson, 1975, pig. 95). ‘Con frecuencia, los observadores se convierten en las personas. ‘que mejor conacen y entienden lo que piensa cada uno en el esce- mario de que se trate. Resérvese ese conocimiento para usted mismo. 58 METODOS CUALITATIVOS DE INVESTIGACION Los investigadores deben ser culdadoios en cuanto # no revelar clertas oomas que los informantes han dicho, aunque no lo hayan hecho en privado. Desplogar un conocimiento excesivo hace al observador amenazante y potencialmente-peligroso. ‘Los informantes pueden también ser renuentes a expresar lo que tienten si ol observador actin como demasiado enterado, Per- mita que In gente hable con. libertad. Descubrird que muchas per- sonas tienen creencits que son imprecims cuando no patentemente absurdas, No ¢s necesario corregir esas creencias, con-lo cual s6lo © consigue que la gente se inhiba en nuestra presencia, Inceresarse Innecesario es aclarar que hay que interesarse en lo que la gen- te tiene que decir, Sf, a veces on facit aburrirse en el campo, en ‘especial si uno se encuentra en Ia situacién de que alguien monopo- lice la convermcién con temas aparentemente triviales o irrelevan- tes, Hay modos para canalizar una conversacién y eviter sutilmente ‘a clerias personas. A algunos de estos ditimos nos referimos en ‘este capftulo y en nuestro examen de las entrevistas. (Cuando el compromiso activo en las actividades de las perso- nas es esencial para lograr ta aceptactin, hay que participar por sabtendo donde trezar ta tinea divioria, En algunos escenarios se debe participer en actividades margina- Jes, ‘Van Masnen (1982, pég. 114) que presencié muchos casos de brutalided poticial, escribe: ““S6lo lus prucbas pricticas demostra- tn que uno es digno de confianza” El personal de atencién del estudio institucional con frecuen- cia motest6 a los individuos que estaban a su cargo y abus} crust mente de ellos: recibieron baldazos de agua, fueron golpeados, obligados a practicar fellatio, a tragar cigarrillos encendidos, indu- cidos golpear a otros internados y atados a las camas (el perso- nal sabia obmo hacer estas cosas sin dejar marcas). Aunque el ob- servedor fue sutilmente alentado a sumarse a esos abusos, nunce se ejercid sobre él una fuerte presién en tal sentido. No obstante, se lo observaba a su vez muy estrechamente, por si daba alguna i 3 La tb ca ie A i OS ba be be OD 0 LD Oe LA OBSERVACION PARTICIPANTE 9 muestra de desaprobacién. Por su parte, traté de ignotar estos actos del mejor modo que pudo.” Fine (1980) informa que fue puesto a prueba por los nifios en mu estudio sobre la pequefia liga de béisbol. Por ejemplo, iniciaron desbrdenes ruidosos y se instalaban desapaciblemente en sus alo~ | jamientos, en presencia del observador, para evaluarlo. En vista ' Ge las dificultades presentadas por la diferencia generacional, era ‘importante para él tomar distancia respecto de un rol adulto de supervision, para ganar la confianza de los pequefios. A El observador participants camina sobre una delgada Iinea que '—separa_al participants activo (‘‘participante como observador”) ; _¥- el observador pasivo (“observador como participante”) (Gold, +1958; Junker, 1960). Hay claras oportunidades en las que es pre~ ferible no ser aceptado como auténtico miembro del escenario o srupo. Cuando el compromiso coloce al observador en una situacién © competitiva con los informantes, lo mejor es retirarse. A veces ) en diffeil dejar a un lado al propio ego. Lo mismo que las otras per- sonas, los observadores tienen un concepto de sf mismos que de- 1 fender y quieren que se piense de ellos que son ingeniosos, brillan- tes y eexualmente atractivos, En un estudio sobre una sala de re- | dacei6n, Rasmuisen halls que aunque presentarse como el “tipo joven y lindo con el que se pueden hacer citas” permitfa conquis- tar a periodistas de sexo femenino, enajenaba a los de sexo mascu- fino (Warren y Rasmussen, 1977). También se debe evitar actuar y hablar de modos que no se ade- cuan @ la propia personalidad. Por ejemplo, aunque es preciso ves tine como para no desontonar en el escenario (usar ropa informal “o formal si las personas hacen una v otra cosa; si ellas visten de maneras diferentes, tratar de hallar un estilo neutro), uno no de- erie’ ponere nada que lo haga sentirse incémodo o no natural. Andlogamente, es sensato no emplear el vocabulario y la forma de hablar de la gente hasta que uno los domine y surjan en su con- ‘versacion naturalmente, Whyte (1955, pag. 304) aprendi6 esta leo- ign cuando, caminsndo por le calle con un grupo de esquina, tratando de entrar en el espfritu de la conversacién trivial, se de- + aaté en un sarta de obscenidades. Whyte informa lo que ocurri6: “Doc mened la cabeza y dijo: ‘Bill, no se supone que seas asf. Eso no suena como algo tuyo’”. i 2Véase In seccion “La fica en ¢] campo", en este capitulo, para un exa- ‘men de los problemas fticos uscitados por eat inverigacin, 0 METODOS CUALITATIVOS DE INVESTIGACION El “peloteo” era un pasatiempo comin entre los entrenados ‘en el programa para desempleados. Por ‘‘peloteo” se entendfa un intercambio verbal competitive cuyo objeto efa hacer callar y de- rrotar a otra persona mediante e1 hAbil empleo de frases con doble sentido (Hannerz, 1969; Horton, 1967). El observador fue objeto de las bromas de los entrenados y, después de unos dias de obser- vacion, fue alentando por ellos a comprometerse en intercambios verbales sobre su potencia como amante y su capacidad como bebe- dor. Aunque él gradualmente comenzé & participar en tales inter- cambios, pronto comprendio que Je faltaba habilidad para desem- pefiarss bien, Primero consideré su ineptitud para “pelotear” co- mo una barrera. Pero a medida que el estudio progresaba descubri6 ‘que en realidad se trataba de una ventaja. Como no sabia jugar bien, no se lo forzaba a intervenir en esos intercambios, que eran cada vez mds repetitivos, y podfa concentrarse en la recoleccién de da- tos. También existen sttuaciones en las cuales uno desea apartarse de su estilo para sefalar las diferencias que lo distinguen de ios informantes, Polsky (1969) examina las cuerdas flojas por las que se desplazan los investigadores al tratar de no desentonar con el escenario social sin fingir ser algo que no son. En un estudio sobre consumidores de herofna, Polsky insiste en usar camisas de mangas cortas y un reloj costoso; ambas cosas permitfan saber a cualquier recién llegado que é1 no era adicto. Debe evitarse cualquier partictpacién que obstaculice ta capa- cidad det investigador para recoger datos, En su prisa por ser acepta- os por los informantes, alguncs observadores quedan absorbidos ‘en la participacién activa. Conocemos a un observador que, en su primer dfa en una escuela, alcanz6 a of que los maestros expresa- ban el deseo de tener un taller de entrenamiento sensorial. Puesto que é1 habia conducido cierto ndmero de tales talleres previamen- fe, de inmediato se offeci6 para ayudarlos. Terminé abandonando Ja investigacion. Los investigadores de campo tienen también que cuidarse de no ser explotados por los informantes. Existe una diferencia en- ttre establecer rapport y ser tratado como un titere, Polsky sostie- ne que los investigadores deben saber poner limites 2 los informan- tes, Polsky (1969, pag. 128) ofrece el ejemplo siguiente: “He teni- do noticias de un asistente social que trabajaba con pandillas vio- Jentas, tan inseguro, tan incapaz de ‘trazar el I{mite’ por miedo a ser dominado por la fuerza, que leg6 a retener y ocultar armas ‘que habfan sido utilizadas en asesinatos”. La us le cs ca (2 bs Ca be LD CD CD CD CD LD [A OBSERVACION PARTICIPANTE 6 ‘Ningin examen sobre el rapport serfa completo sin la mencién del rapport excesivo (Miller, 1952). Aunque existen ejemplos de investigadores de campo que se convirtieron en “nativos”, abando- nando su rol y uniéndose a los grupos que estaban estudiando, el problema més comtin es la identificacién excesiva con los infor- mantes. Como lo sefiala Miller, es facil ser afectado por amistades % del campo al punto de renunciar a Iineas embarazosas de indags- ion 0, lo que es pear, de abandonar la perspectiva critica que el } trabajo’ de campo requiere. E! problema del rapport excesivo subra- ya la importancia de establecer relaciones cooperativas tales como Jas de la investigacién de campo en equipo. INFORMANTES CLAVES. , Idealmente, los observadores participantes desarrollan relacio- ons estrechas y abiertas con todos los informantes. Pero, como ya i Jo hemos dicho anteriormente, el rapport y la confianza aparecen lentamente en Ia investigacién de campo. Con algunos informan- tes, el investigador nunca llegaré al rapport. E Por lo general, los investigadores de campo tratan de cultivar t ‘felaciones estrechas con una 0 dos personas respetadas y conoce- i — doras en las primeras etapas de la investigacién. A estas personas 4 se las denomina informantes claves, En el folklore de la observa- cién participante, fos informantes claves son casi figuras heroicas. Son los mejores amigos de los investigadores en el campo. El Doc ‘de Whyte (1955) y el Tally de Liebow (1967) constituyen ejemplos notables. ‘Los informantes claves apadrinan al investigador en el escenario y son sus fuerttes primarias de informacién (Fine, 1980). En espe ial durante el primer dia en el campo, ios observadores tratan de encontrar personas que “los cobijen bajo el ala”: los muestran, Jos presentan a otros, responden por ellos, les dicen cémo deben actuary Ie hacen saber como son vistos por otros. Whyte (1955, pag. 292) refiere tas palabras que Doc le dirigié en su primer en- cuentro: -Digame que e+ fo que quiere ver, y yo me ocuparé de areglaio. Cuan- do‘ quiera alguna informacion, yo preguntaré y usted escuche. Cuando quiere conocer Ia filosofia de vide de ellos, yo inkciaré una discusién para que surje Y ‘sted a entere. Si hay alguna otra cose que quiere conseguir, haré teatro Pane usted. No tendré ningin problema; viene como amigo mio... Hay una ( | i i E 6 METODOS CUALITATIVOS DE INVESTIGACION sola cota de In que tiene que cuidarse, No invite « la gente. No set manirroto con su dine Los observadores participantes también esperan de los infor. mantes claves que ellos les proporcionen una comprensiOn profun- da del escenario, Puesto que Ja investigacién de campo estd limi- tada en tiempo y alcances, los informantes claves pueden narrar Js historia del escenario y completar los conocimientos de] inves- tigador sobre fo que ocurre cuando é1 no se encuentra presente. Zelditch (1962) flama al informante el “observador de! observador”. En algunos estudios los observadores participantes utilizaron a los informantes claves para controlar los temas, intuiciones © hipéte- sis de trabajo emergentes. Whyte informa que Doc se convirtis realmente en un colaborador en Ia investigaci6n, reaccionando a las interpretaciones de Whyte y ofreciendo las suyas propias. Aunque ios investigadores siempre estén en busca de buenos informantes y apadrinadores, en general es sensato abstenerse de desarrollar relaciones estrechas hasta haber adquirldo una buena sensibilidad al escenario. En la fase inicial de la investigaciOn exis- te la tendencia a precipitarse sobre cualquieré que parezca abierto y amistoso en una situacién extrafla. Pero las personas més dadas ¥ amistosas de un escenario pueden ser miembros marginales en 3 mismos. Al principio resulta con frecuencia diffeil saber quién ey quién no es respetedo. Si el investigador se liga a un individuo impopular, es probable que fos otros Io vean como una prolonga- ci6n 0 alindo de ese persona. Es también importante no concentrarse exclusivamente en un individuo 0 en un pequefio ntimero de individuos. No dé por sen- tado que todos los informantes comparten la misma perepectiva. Es poco frecuente que lo hagan. En el estudio institucionat, Bill, “encargado de ln sala”, tendfa 3. monopolizar e] tiempo del observador..Se evaba al observador 4 prolongadas pausas para tomar café en la cocina del personal, durante las cusies exponia libremente sus perspectivas sobre la ine. titucitn, los residentes, sus supervigores y Ia vida en general. A medida que el estudio progresaba, Bill comenz6 a repetirse, narran- do las mismas historias“y expresando las mismas opiniones en ca- dda sesién de observacién. Hasta que el observador no se abstuvo de aus charlas con Bill no pudo comenzar & hablar extensamente con otros miembros del personal y conocer sus perspectivas. El ‘observador en el programa de enitrenamiento para cl empleo enfren- 16 un problema similar con un miembro de 1a direccién particular- ,2 os Ce) oe oe Cd OB LD OD OD oO os seep reer y eaee or ite LA OBSERVACION PARTICIPANTE 3 mente amistoso, Aunque resulta una ayuda contar con un apadri- nador © informante en el escenario, es miembro de la direccién Je impedia interactuar con otros directivos y con los entrenados. El observador se retrajo de la relaci6n y s6lo la restablecié después de haber logrado conocer a otros. [Las relaciones estrechas son esenciales en la investigacin de campo. El informante clave correct puede hacer o deshacer un estudio. Pero hay que estar preparado para retroceder en relacio- nes constituidas al principio de un estudio si y cuando las circuns- tancias lo exigen. RELACIONES DE CAMPO DIFICILES Et trabajo de campo esté caracterizado por todos {os elemen- tos del drama humano que se encuentran en la vida social: conflic- to, hostilidad, rivalidad, seduccién, tensiones raciales, celos. En el campo, los observadores suelen encontrarse en medio de diff- ciles y deticadas situaciones. La edad, el sexo, In raza y otros factores de Is identidad perso- ‘tal pueden ejercer una influencia poderosa sobre e modo en que los informantes reaccionen ante el observador (Warren y Rasmus- sen, 1977), Licbow (1967) condujo como investigador blanco su estudio sobre los hombres negros de un gripo de esquina, Aun- que desarroll6 una relacién fuerte y amistosa con sus informantes, Liebow (1967, pig. 248) no pretende haber superado las barre- ras del status de extrafio impuestas por la raze: “En mi opini6n, el hecho bruto del color, tal como ellos lo entendfan en su expe- Tiencia y yo en la mia, irrevocable y absolutamente me relegaba al status de extrafio”. En algunas situaciones, las mujeres disfrutan de ciertas vonta- jas en la investigacién de campo (Easterday y otros, 1977; y Rasmussen, 1977). Es obvio que en escenarios de dominacion femenina, las mujeres tienen mejores probabilidades de ser acepta- das como miembros del grupo de los hombres, Warren y Rasmussen (1977) -también sefialan que los investigadores de ambos exos por ‘igual pueden servirse del atractivo sexual para obtener informacién. ‘Sin embargo, las investigadoras con frecuencia enfrentan probl maas en el campo, que no afectan por lo general a los hombres. En el estudio sobre la familia en el cual particip6 uno de los auto- res de este libro, en ocasiones las investigadoras fueron objeto de avances sexuales de los esposos y en congscuenciz de los celos de “ METODOS CUALITATIVOS DE. INVESTIGACION las mujeres. Easterday y otros (1977) dicen que el ser cortejadas es un problema comin entre las investigadoras jovenes en los esce- narios dominados por varones. Relatan el siguiente intercambio durante una entrevista: Yo estaba on medio de un interrogatorio lsboriowo a un empleado sobre su tmbsjo en le morgue, y me contest6 dicendo: “jUsted es camda?” Observadora: No. {Cuénto hace que trabaja aqui? Empieado: ‘Tres afios. ;Tione un amigo estable? Observadora: No. jEncueotra dificl m trabajo? Empleado: No. {Tiene citas? Observadoma: Si, {Por qué este trabajo no es diffe par usted? Empleado: Uno we acostumbra. :Qué hace en su tempo libre? Y asf continué nuestra entrevista durante una hora, con cada uno de no- sotros pertiguiendo distintos proptsitos. Dudo de que ninguno de los dos con- siguiera “datos utilzables” (Easterday y otros, 1977, pg. 339). Como dicen Easterday y otros, en estas situaciones todo en- cuentro puede convertirse en un equitibrio entre cordialidad y distancia, Los informantes hostiles pueden ser tan perturbadores como los excesivamente atentos. En muchos escenarios —casi con seguri- dad en las organizaciones grandes—, los observadores tropiezan con personas a las que parece molestar su misma presencia. Van ‘Maanen (1982, pags. 111-112) ofrece fz cita siguiente como ejem- plo de rechazo inequivoco en su estudio sobre la policia: ‘Sociblogo? Basura. Se supone que ustedes tienen que suber lo que est pasando afvera. Cristo, vienen aqui a hacer preguntas como si nosottos fué- famos el fodido problema. Por qué no van a estudiar a los malditos negros Y descubren fo que anda mal en ellos? Ellos son el jodide problema, no nos0- ‘ros. Todavia no be encontrado un socidlogo que valgn lo que un grano en el trazero do un policia de calle”. Johnson (1975) lama “boicoteador” 2 un informante no dis puesto a cooperar en la investigacién. En su estudio sobre un or ganismo de servicio social, se encontro con 2 doicoteadores entre 13 asistentes sociales. Lo que finalmente descubri6 fue que ambos boicoteadores aumentaben artificiaimente el nimeto de casos que atendian, es decir que levaban fichas sobre personas que no reci- ‘bfan ningan servicio, ‘Aunque algunas personas puede que nunca acepten al inves- tigador, no hay que suponer que todos. los informantes.hostiles Ls La Cb ta oe 2 2 6d Oe OS LD OD CS OCDE LA OBSERVACION PARTICIPANTE 65 seguirén siendo hostiles para siempre. Frecuentemente las perso- nas se suavizan con el tiempo. En el estudio institucional, un emplea- + do, Sam, evitd al observador durante seis meses, Aunque otros empleados parecfan aceptarlo, Sam permanecfa muy a la defensiva en su presencia, El observador visité ta sala una tarde en ka que so- 5 lo trabajaban Sam y un compatiero. Sam, a cargo del servicio, es- ‘taba sentado en la oficina det personal. El observador paso por la oficina y le pregunté si tenfa algin inconveniente en que diera ‘una wuelta por Ia sala, De pronto, Sam inicié un largo monélogo F sobre por qué era necesario niantener una disciplina estricta, Ex- plicé jas razones por las que pensaba que los empleados tenian que gritar y pegar 2 los residentes. Parecfa que hasta ese momento Sam no habia confiado en e} observador. Temta que el observador fuera algén tipo de espia. Después de esa visita, Sam, aunque nunca demasiado amistoso, fue cordial con el observador y parecta sentir- se cémodo con ét, A los informantes hostiles hay que darles la oportunidad de cambiar de idea, Continde siendo amistoso con ellos sin empuiar Jos a fa interacci6n. Incluso aunque no pueda lograr que lo acepten, tal vez. consiga evitar que se conviertan en sus enemigos y vuelvan ‘a otros en contra de usted. Los observadores pucden encontrar se desgarrados por conflictos y luchas pot el poder en la organiza- cién (Roy, 1965). Los bandos en lucha pueden disputérselo como aliado. Quizds s¢ espere su apoyo @ uno de ellos como quid pro quo 0 compensacién a cambio de la informacion que se le brinde Johnson (1975) encontré que, a cambio de informacion, trataba de manipularlo un supervisor que queria iniciarke un sumario a un Asistente social. Probablemente el mejor modo de conducirse en un conflicto ‘consista en escuchar con simpatfa a ambas partes. El ardid esté en hhacer que los dos lados crean que el investigador secretamente concuerda con ellos, sin tomar realmente ninguna posicion ni sumi- nistrar armas a nadie. Con frecuencia los observadores caminan Por una cuerda floja y deben ser sensibles al peligro de la pérdids del equilibrio. 3 ¥ TACTICAS DE CAMPO Establecer_ y mantener el rapport con los informantes es una actividad en desarrollo a Jo largo de toda la investigacion de campo. No obstante, a medida que se dejan atris los primcros dias en el

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