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Julian Lépez “Justicia constitucional y derechos fundamentales”, Bordali, Andrés (Coord.), Lexis Nexis, Santiago, 2006, p. 181-207. DEsIDO PROCESO EN CHILE: HACIA UN PRINCIPIO GENERADOR DE REGLAS Julidin Lépex: Masle* J, BYTRODUCCION El presente trabajo se divide en cuatro partes: en la primera, voy a sostener que cl origen de la fama y prestigio de que goza en el mundo el principio del debido proceso es la doble funcién que ha ‘cumplido en los Estados Unidos de América. Denominaré a pri- mera de esas funciones como fiancién de integnacién de otros derechos fundamentalesy, la segunda, como funcién de generacién de reglas de ‘persecucién penak, en la segunda, voy a argumentar que si bien el principio fue recogido en Chile con la intencida de que cumpliera Ja funcién integradora, tal intencién result6, primero, ilusoria, por Ja forma en que el principio fue consagrado, y mds tarde, superflua, por la vigencia posterior de tratados internacionales sobre derechos humanos que incorporaron al derecho chileno un extenso catilogo de garantias judiciales de cardcter auténomo; en la cercera parte, voy a sostener que la Reforma Procesal Penal asigné al principio del debido proceso la nueva funcién de generar reglas de persecucién ™ Abogado, Magiscer en Devecho, Profesor de Derecho Procesl Penal, Universidad de Chile, Santiago de Chile 132 Lover Masts ia las mayores facultades en risprudencia de penal dando a los esta materia; en la cuarta parte, voy a analizar la la Corte Suprema durante los cinco primeros afios de funciona- niento del nuevo sistema y afirmar que ella no evidencia que la Cote haya asumido, hasta la fecha, la funcién que el nuevo sistema A través de este trabajo pretendo revisar sobrela verdadera u i que le permita cumy los derechos fundamentales frente a la persecucién penal i propio escepticismo 'y sugerir un modelo tutela de TI. ORIGENES DEL DEBIDO PROCESO YSU DOBLE FUNCION EN LOS EsTADOS UNIDOS DE AMERICA 1. Funcién de integracién de otros derechos fundamentales Existe actualmente coincidencia en que el principio del debido proceso es el resultado de una larga evolucién histérica en el ma del common Jaw, que tendria sus origenes en la Carta Magna Inglesa de 1215, Blla establecia la prohibicién de que un hombre fuera privado de su libertad o de sus bienes, o perjudicado de cual- quier forma “sino en virtud del juicio legal de sus pares o de la Ley del Terricorio (Law of the Land)"?, La expresi6n “due process of no envireud dean ‘por a ky del pats" Busnes Sancnez-Cnuzar, J. M. , Deseo findamen pel iucional, ean 46. Dentbo moceso ns Cie 183 law”, sin embargo, no habrfa de aparecer sino hasta un siglo més tarde, en Inglaterra’, ‘Aunque parte de la doct ina considera que existe identidad eleoncepto “Law ofthe Land” dela Carta Magna y el concepro process of law” utilizado posteriormente’, lo cierto es que, Estados Unidos—con excepcién del Estado de Nueva York~ las cons- tituciones estatales, optaron preferentemente, por el uso del término “Law of the Land”. El concepto de debido proceso empezd rol protagénico con su incorporacién, en 1791, en la Quinta En- mienda de la Constitucién Federal de los Estados Unidos, que alude a d en los siguientes tétminos: “Nadie estard obligado a responder de tun delito castigado con la pena capital o de otra ofensa infamance, cuando se encuentte en servicio actual en tiempo de guerta o peligro ni serd ninguna persona sometida dos veces al riesgo de per- forzard en ningiin caso criminal a declarar contra si mismas ni se le privaté de su vida, libertad o propiedad sin el debido proceso de ley: ‘emplazado conforme al debide proceso de| riminal procedure, West Group, 3¥ ed St. Paul Mina., 2000, p 5 4 LaFave, nasty Kino, op. cits p97 5 No perio shall be ld to amawer fora capital, or oreruise infimous ere, uns on @ presentment orindictmen of grand jury extepe in eases arising in the land ar nal fe rin ‘he militia, when in actual service in time of war or public danger, nor shall any poron be subject forthe same offense tobe rice pin jeopardy of ie o ims nor shall be compelled in 184 Juuhe Loves Masce Hay que notar, sin embargo, que la incorporacién de la cléusula del debido proceso corre en paralelo con la incorporacién de muchas otras garantfas que tienen un contenido procesal, tanto en enmien- das anteriores como simultaneas. Asi, se ha contabilizado que las meras 8 enmiendas aluden a 27 garantias separadas, de las cuales 16 se refieren al proceso de justicia criminal®, ceso no aparece revestida del carfcter amplio, integrador de diversas garanciasjudiciales, con que se le asocia hoy en dia. Es apenas una de of Rights” norteamericana que tun contenido procesal penal. Aparece separada de garantias les como el derecho al juez impar io piiblico y ripido y también separada del derecho a defensa. Por esta razén, origen, la cliusula es interpretada con un cardcter sumamente res- ictivo, como sinénimo del derecho a ser juzgado por la ley vigente mpo de comisién del delito, o como adhesin a ciertos prinei- ibn aoa inal case 10 be « witnen against himself, nor be deprived of life, liberty, er propery, uishour due proces of law; nor shall private property be taken for publi we, without just eampenation” [Tiadueci6a n Con ‘que ada o lugar que ser registrados en la Quinta Enmienda: (3) la exigencia de aeusa- Roles Nos, 964-03; 4983-03 y 5444-04. Rokes Nos. 1831-03; 4482-03: 4377-04; 4727-04 y 515404 les Nv, 5018-01; 2020-02; 4451-02; 4296.06 y 3989.04. amo rmncrso am 205 # 4451-02) 3 considera que existe prucha de cargo independiente suficiente para con- dena, por lo que, aun de existe iregularidades—lo que no deckara— no tendrian un cardcter sustancial (roles N° 3319-02 y 5444-04); (8) En dos casos Ia Corte sélo se pronuncia sobre la titularidad del derecho al debido proceso: el concepto debido pro- n embargo, ese an: tuna sola regla de persecucién penal. Predomina, por el conerario, idea de que el principio del debido proceso dice relacién con el res- peto de garancias generales del juzgamiento®®, que no puede exis 3319-02 y 5444-04 02 y 2538-02. 1831-05; 4423-03; 5362-08; 5393-03: 1024-04: 3097-0 303-04 deer verificase a tavés dela ley que con spare de is normas de acruacin del axdecuada defensay racticadas ante el Jugado de G ™ Jorn Lovez Mate al debido proceso si la conducta que se reprocha esté de manera autorizada por la ley*® y que a la Corte no te corres- mis alli de los términos en que la garantia ha sido reconoci- 7 7, ponde por la Constituciér De esta manera, a cinco aitos de aplicacién de la Reforma Proce- la jurisprudencia de la Corte Suprema pricticamente no da de que la Funcién de generacién de reglas esté siendo cumph lo puede deberse, en parte, a que hasta hace poco tiempo nues- ‘mantuvo una interpretacién sumamente estre- tha del articulo 373 letra a) CPP, conforme a la cual sdlo le cortes- pondia conocer de las infracciones al principio cometidas durante el juicio oral y no en las exapas anteriores del procedimiento. Ese crite- io fue corregido por la Ley N° 20.074 de 14 de noviembre de 2005, modified el arciculo 373 lecra a) CPP para imponer a la Corte el deber de declarar la nulidad cuando la infraccién se hubiere produci- do en “cualquier etapa del procedimiento”. Sila Ginica razén del pro- ma fuera esa, podsfamos, enconces, considerarlo solucionado. Perolo cierto es que la modificacidn de esa norma no asegura que el principio del debido proceso pase ahora a cumplir la funcién de ageneracién de reglas que el sistema reclama, porque pata ello se re- on icenddad reervadasi ll esd auto em xa tol N® 1024-2008, que constiuye esta a dos restigos para que se peatiquen periciaspsicoldgicas que 207 Deo exocts0 6x quiere que los tribunates de justicia asuman esa funcién en propie- dad, tomando los casos que se les presentan como oportunidades para pronunciatsc sobre los aspectos centrales de la actividad de per- secuicién penal, Hemos dicho ya que esta funcién no le corresponde sélo a la Corte Suprema, sino también a los jueces de garantia y alas Cortes de Apelaciones. Se trata de una funcién que asigna alos 1 nales un rol ctucial en la definicién de los derechos fund: que les permite, por tanto, modelar Ia sociedad en que minando el alcance de las garantias de las que todos gozamos. El ejercicio de un rol de esta importancia no deberta seguir sien- do pospuesto. i mos dever- Vi. ConcLUSIONES 1, El principio del debido proceso esté llamado a cumplir dos posibles funciones normativas: la primera, ¢s una funcién integrado- ra de ottos derechos fundamentales y, la segunda, es una funcidn de gencracién de reglas de persecucién penal, 2. En Chile, la funcién integeadora de ottos prin: flua, porque el ordenamiento interno chileno contempla, a través de los tratados internacionales sobre derechos humanos, un cacilogo suficien- temente amplio de garantias judiciales de cardcter auténomo, que no requieren ser incorporadas a través del principio del debido proceso. 3. La Reforma Procesal Penal ha asignado al principio del debido proceso la funcién de generar replas de persecucién penal, a través de la jurisprudencia de los tribunales de justcia, entre las cuales la mésimpor- tante es la que produce la Corte Suprema a través del recurso de nulidad. 4, Las garantias constitucionales, y entre ellas el principio del debido proceso, servirin para modelar la conducta de os agentes de persecu penal y determinar el alcance de los derechos fundamentales slo ‘medida que nuesctos tribunales asuman esta funcién, y consideren fos super

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