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DEMOSTRACIONES PALMARIAS DE QUE EL CENSOR, SU CORRESPONSAL, EL APOLOGISTA UNIVERSAL, y los demas Papelejos de este jacz , no sir ven de nada al Estado, nia la Literatu ra de Espana. LAS ESIG@RAGBE EL BACHILLER REGAN ADIENTES paraver si quiere Dios que nos libremos de una vez de esta plaga de Criticos y Discur- sistas menudos que nos aturde. ~ CON LicENCIA EN MapRIv: Afio de 1787. _Fovpco— G.-C (3) OSS SCCTCTCHOSSOH SEMLPROLOGO: (y se encarga al Apologista Univer- sal traslade esta voz de letra bastar- dilla en uno de sus doctisimos Discursos.) fan primer lugar, a los Lectores de buen alma; esto es, a aquellos que sin saber leer Ilaman sabios a los que ven que saben algo mas que ellos (y a fe que no son pocos.) En segundo lugar , a los Lectores impertinentes, fastidiosos , bachilleres , murmurado- res , ridiculos, ladradores, que nada hallan bueno sino lo que muerde: que jamas estan contentos con la edad estado en que viven: que hallan su placer en los libelos y satirillas , y que Jeen solo para alimentar su malignidad (y a fe que son bastantes. ) Senores Lectores pios € impios. Aqui tienen ustedes un nuevo Pa- Tee | Az pe- -~ pelito periodico: los pios para que se désenganen » los Implos para que..se moderen. Dios guarde 4 ustedes mu- chos anos, y les depare Prdlogos se- mejantes a este. | ola oe HOSSSCSSCOCOTSOY INTRODUCCION. % o no sé & punte fixe, qual y quanta es la estimacion que logran en el Publico los tres luminares de nuestra literatura y costumbres ,e] Censor , su Corresponsal, y el Apologista Universal: pero se muy de cierto , que si Espana fuese capaz de creer excelentes los Escritores de este jaez, pen~ saria de ella lo que tal vez no ha pensado ninguno de sus enemigos... - Insolencia, absurdo, descaro , clamara aqui Ja turba de los entendimientos de cascabel , que sin sa- ber cosa alguna radicalmente , quieren dar su voto en todo con magnifica soberania- Conozco bien la catadura de esta especie de sabios. Riome de sus alharacas y pasma~ rotas, y voy 4 hablar con los que leen pa~ ra instruirse , que son los unicos Lectores con quien debe hablar qualquier Escritor que trabaje para ser uul. Estoy muy léjos de suponer y de per- suadir que el Censor , su Corresponsal , el Apologista Universal , y los demas Escri- tares de esta nueva secra Critico-misionera, oi A3 sean (6) sean personas despreciables , zatramplines, iSensatos , Neclos'e ignorantes. Por mi sean los hombres- mas duchos y_eruditos que. ha habido desde Adan ‘aca, Creer que por- que -yo deprima el mérito ageno , ha de ser intrinsecamente mayor el mio, es un desbarro enorme. Yo no seré mas sabio- porque trate de ignorante v. g. al Censor: ni éste, si es sabio , perdera cosa alguna de su saber porque yo le llene de impro- perios. Tengan bien presente esta adverten-. cla los murmuyadores de profesion: aque- Hos que nada hallan bueno sino lo que ellos hacen o piensan : aquellos ambiciosos. ridiculos , que a titulo de critica , desacre- ditan los trabajos agenos por comparecer. ellos solos en el imperio de la literatura: aquellos que escriben , no para utilidad de los hombres , sino para utilidad suya: aque- Nos por fin , que creen perder tanto de su alabanza , quanta oyen que se concede a otros. Reflexionen que con la posteridad -no valen las murmuraciones presentes : y que un Cervantes , pobre en su siglo por las habladurias de los ambiciosos literarios,; es ahora la admiracion de todos los hom- bres cultos, No siempre los frutos corresponden a Ja buena constitucion de las plantas. Un’ arbol sano , fornido y, pomposo.suele.a XS G (7) cés producir fruta muy menguada. Las es- caciones trocadas y la intemperie ( todo es uno ) defraudan al labrador de-tas’ cosechas fértiles que le prometian el alegre aspecto, y la bella naturaleza de sus arboles, Wave aqui lo que creo que sucede con los frutos que dan de sj estos grandes hombres que se han propnesto reformat el mundo civil y literario, gDire yo por eso be sus tareas deberian proscribirse , como algunos suelen decirlo liberalmente de los otros? De nin- gun modo. Nada se pierde en que se im- prima quanto no sea contrario 4 las Leyes, Moral y Religion. Todo lo que no sea opuesto a estos yenerables establecimientos, acarrea cierta y segura utilidad , sino por un lado, por otro. Leemos impunemente los delirios de Epicuro ; los suenos gallardos de otra infinidad de Filosofos. Por este ca~ mino liegd Grecia a ser sabia. A vuelta de mil Escritores peryersos aparecran los tra~ bajos de hombres muy eminentes, y todo lo convertia el publico en substancia pro- pia. Combatanse los errores y necedades; pero yo conficso pata sonrojo mio , que no me hallo con virtud suficiente para imi- tar el intrépido y santo zelo de Don Ur- bano Severo, que lleno de una piadosa efi- cacia-amenazo al misero Juzgado Casero, con los cedulones que se-fixan en los A 4 - : can- (38) canceles de las Iglesias , sin tomar en la pluma_ otros libros permitidos , y aun pa- peles recientes en que hay cosas en la subs- tancia mucho peores que las que contiene el tonto y pobrecito Juzgado , como se ve- ya a su dempo. Mi caridad es timida y algo indulgente , quando sale de los limites de la literatura. La sombra sola de delacion me aterra y amilana. A un Escritor tonto se le castiga bastante quando se le carga de cas- cabeles , y se le viste en trage de matachin. Tampoco es mi animo (vuelyo 4 mi asunto ) poner en descrédito las criticas y Ja reprehension de los vicios 6 abusos. Esta seria combatir lo bueno: pero aqui esta el mal: porque como lo bueno en si es muy diferente de su execucion, una cosa muy buena puede ser malistmamente execurada, y hele aqui mi tema. Estimenseles 4 estos Escritores sus buenos deseos ,y léanse en buen-hora sus Papelillos ; pero nadie crea sacar grandes uulidades de su lectura. El Apologista Universal que tiene admirable habilidad para ingerir en sus Diatribes de le- tra bastardilla lo que qtros estampan en le+ tra redonda , tiene por mi licencia amplia y valedera para exercitarla con mi Ultima proposicion en la Apologia que escribira de esta vagatela , segun su costumbre de en-~ tretenerse can bagatelas; pero no por ee ; e= dexaré de reirme de a simplicidad de aquel numero de lectores y Escritores cofrades suyos , que apelan a él] en sus contiendas. y se atienden a sus decisiones como los Pitagoricos a su maestro. Ni dexaré de reir- me tampoco de las terribles tabaolas y pol- varedas que levantan pot inepcias y frus- lerias futiles y extvafalaras , que apenas me- recian ocupar a viejezuelas temosas y gal- gagientas , quanto mas a hombres que se revisten del magisterio universal. B/ Duer- de me ha comunicado que se va & imprimir contra mi un Papelon : Bl Diario anuncia (y no debiera) burros y nodrizas de leche fresca: Mis papeles se debe pagar a tan- tos quartos : Don Patricio Redondo habla re- dondamente...+.+-;{O varones doctisimos, antorchas inmortales de nuestra ignorancia, y reformadores regidisimos de la corrupta sociedad! 3 son estos los grandes misterios que nos revelais pata hacernos mas buenos y mas sabios¢ Unos , tomando por abusos los que no lo son , se estrellan a veces con- ra verdades evidentes , y traspasando los limites del. celo, por creer malo lo que a ellos se les figura serlo , declaman ridicu- lisimamente contra lo que aprueba la ra- zon misma. Orros , dando sobre lo que todo el mundo ve y conoce que es malo, eastan fastidiosamente carretadas de ironias ¥ (10) y befas’, vanamente creidos que ‘son Jog Petseguidores del error » COMO si ellos so- Jos fuesen Capaces de conocer aquella cas-: ta de errores que no se Ja comprehension de Jos albarderos. Vuel- VO a decirlo : Jos que escriben asi pueden cl sin duda hombres de Stan saber; pero los papelillos que dirigen 4 nuestra ense- Nanza , apénas nos ensenan sino a escar- necer lo que ellos mismos escarnecen , doc- trina de que clertamente no tiene gtan ne- cesidad el] mundo, | O (sea quien fuere , y esto es lo unico bueno que hay en mi, no hacer caso de mi mismo ); yO, digo, soy amantisino de Ja critica , sin’ que crea por esto (con Jicen- cia del respetable Apologista Universal ) que puede ella mas gue el elogio para hacer apli- cados y virtuosos & los hombres: porque la critica , tomada esta voz en su legitima sig- nificacion , no tiene relacion alguna con la virtud , y dudo que la tenga muy grande con Ja aplicacion, A su tiempo verémos co- mo es esto. El mundo esta Ileno de erro- tes manuenelos y propagalos Ja escritura, y => menester que esta enfermedad epidé- mica tenga sus Médicos que la atajen y destruyan , si puede ser, Pero hay criticas, y hay criticas : hay males ; y hay eee. y no hay que olvidar este ayrecillo de i | (11) tinguir las cosas , porque ep todas tiene lu- gar, ménos en las que contradice el Cen- sor. Que quando este NOs esta vendiendo magistralmente montones de paradoxas so- bre puntos muy graves é importantes; que quando sus Discursos son el mejor modelo del chaos, mole indigesta y ruda,en que reynan Ja obscuridad , la confusion , el eni- brollo.; que habiendo en ellos modelos y dogmas muy ridicules de Poesia , de Fi- losofia , de Politica , de Economica , y de todas Jas cosas en una palabra, se nos ven- ga el Apologista a hacer irrisibles las adi- ciones al Don Quixote , y Don Urbano Se- vero 4 dar consejos al Diario , y el Corres- ponsal a fastidiarnos con asuntos vulgarisi- mos, y mil veces repetidos con mayor g1a- cia : digo , que esto es gastar la polvora en. salvas , 0 lo que es mas propio , emplear las fuerzas en destruir las tapias medio Cal- das de una corraliza , dexando en paz las plazas y castillos del enemigo. Si el error es el enemigo de la verdad; y la critica es la fuerza que se opone 4 sus invasiones, tanto mas util sera Ja critica quanto se eM-= plee en destruir errores mas graves y per~ niciosos. Lo mismo digo de la reprehen- sion. Todo el mundo sabe que las Mon- jas no deben serlo por fuerza: que los ca- sados no deben permitir liviandades a sus mu- Wlirs G2) , en ee tee ne Ob Se Stas cosas dichas por » agradan maravillosamente , 4 pesar de su vulgaridad ; porque el ingenio admirable del Escritor aplica adornos nue- Vos a aquellos asuntos comunes, y los ha- ce estimabilisimos. Pero dichos por un Cor- Tesponsal ,son frialdades intolerables , é in- vectivas heladas , que ni mueven ni cor- rigen. | Ciceron dice en uno de sus Libros, que los progresos de Jas letras se retard’ron en Roma mas de lo que era justo, por la des~ estimacion que hiciéron los Romanos de los Poetas por mucho tiempo. Esta observa- clon esta fundada en una verdad experimen- tal. Los mayores y mejores Poetas que se han conocido han abierto siempre las épo- cas mas ilustres de la literatura. Los gran- des Tragicos de la Grecia, que siguicron Jas huellas de Homero , ensenaban al Pue- blo en los teatros al mismo tiempo que Socrates iba echando los cimientos de la Filosofia. Virgilio y Horacio son la mejor gloria del siglo de Augusto. El Petrarca preparo el siglo de Leon X. Garcilaso fue anterior a todos nuestros grandes hombres de Ja edad de Felipe IJ. Corneille allano la senda a los progresos del reynado de Luis XIV, Es pues preciso.que en una nacien ~ QO-= I florezca en alto tds la Poesia si ha de- aspirar a grandes adelantamientos en Jos de- mas ramos de las letras. La experiencia lo ha mostrado siempre : sin eminentes Poe tas no hay epocas literarlas que se distin- gan en ningan pucblo ni pais. sQue hacen pues nuestros heroycos criticos que no se convierten a arrancar de la opinion del vul- go el desprecio con que de ordinario mira 4 jos Poetas? Este abuso es sumamente pel— judicial; y ve aqui el género de abusos que quisiera yo ver combatido en sus pa- pelejos. Para hacet sabia a una Nacion , es menester ante todas cosas acostumbrarla a zener rectas ideas de las cosas, y a dara cada una la estimacion debida. Quando una nacion llega 4 este estado , ella por si co- noce y desprecia los malos libros , sin que Je hagan falta los Apologistas Universales. No hay. que dudarlo ; el mejor uso de la critica es el que se emplea en destruir las opiniones absurdas , que sin saber como, adopta continuamente la multitud con gra- we dano.de su utilidad é intereses mismos. sQué me importa 4 mi leer veinte invec- tivas contra el infelicisimo Padre Arcos , y otros Escritores de este jaez, Ss! entretanto ‘yeo que ciertas artes y clencias , no logran aun aquel esplendor y estimacion que nece- sitan para que tepgan conocido iniiuxo en el | _ (14) -el bien comun? 3Qué me importa 4 mi que ‘el Censor declame furiosamente contra to- dos los estados , todas las gentes, todos los establecimientos 3 si en vez de purificar las clencias , las destruye por la raiz: en vez de mejorar la Medicina, la combate 3(1) en vez de purgar la Teologia, la ridiculiza; (2) en vez de ilustrar la Poesia , da pésimos exemplos de ella ; (3) y predicando en unos Discursos contra Ja escandalosa relaxacion de costumbres , intenta en otros concordar el luxo con el Evangelio ,a Dios con Ma- mona, los regalos y delicias de la vida con la severa predicacion de Jesu-Christo? No son estos a fe los medios oportunos para introducir y esparcir el recto modo de pen- Sar en una nacion. Reforma que se intenta sin sistema O diseno ordenado , sin corres- pondencia y trabazon en todas sus partes, no es reforma verdaderamente. Hs pegar re- miendos de distintas telas y colores , para tapat los agujeros o desgatrones. que se de- xan ver, sin mas objeto que el de-tapar. Escriban quanto quieran el Censor, el Apo- logista, el Corresponsal , y la restante tro ‘pa de Criticos y Discursistas : yo no te (1) Disc. 79. pag. 234+ (2) Disc. 113. (3) Disc. 109. (15) jamas en ellos sino unos remendones del Estado y de Ja Literatura , que curan este 6 aquel desgatron , y que tal vez hacen otros mayores al tiempo de pegar sus remiiendos. Estimense sus tareas 5 leanse sus Papelitos: pero digolo otra vez, estimense en lo que valen. } Yo no me atreveré a decir , como Don Urbano Severo, que sempre es preciso que en una Sociedad haya transgreseres de las leyes (Cart. 3. p. 11.) (1) No veo tal precision por ningun lado. Lo que veo, si, es que es di- ficulrosisimo que dexe de haber vicios y abu- sos en la tierra, atendida la fragilidad huma- na. De estos unos pertenecen 4 la ensenanza, ouos 4 la practica. En los primeros entra la corrupcion de las letras: en Jos segundos los defectos de. Ja-humanidad en el exercicio de Ja vida civil. La Logica y la Critica coryi- gen los ‘primeros 3 la Religion y las Leyes Jos segundos. 3Y qué se sigue’ de estas ver. dades simplicisimas , que puede entender las (y es justo que se escriban de modo que Jas entienda.) qualquier patan? Se sigue que solamente es verdadero. ctitico , y ver- dadero reformador , el que -haciéndose cay= | ; go (1) Causa vergiienza que hombres que es- tampan estas proposiciones , guieran hacer pa- pel.de ilustradores de Espana. .... es (1u) go del estado que uienen las doctrinas y las costumbres en su patria , nota en ellas los abusos , vicios 6 faltas fundamentales , no por capricho O sistema particular , sino po- niendo siempre Ja mira en la verdad y uni-~ Jidad de las cosas , explicandolas con 6rden y:claridad , y haciendo practicables sus do« cumentos. Las Escuelas publicas son los talleres en que se forman los que necesj- tan el uso de Ciertas ciencias para contri- buir al orden del Estado. Un Obispo no de- be criarse en un Gabinete de Historia Na- tural ; mi un Carpintero en las Aulas de Teologia. Esto fuera trastornar y pervertir Ja educacion publica , para que nadie supie- se su oOficio y obligaciones. Declamar ato- londradamente contra las Escuelas y Docto- rados, es lo mismo que si se:declamara con- tra los talleres:de los Oficios , y. contra las Cartas de Examenes que se conceden 4a los Menestrales para que. los exerciten por si, vista su suficiencia. Hay abusos en las Es- cuelas y Doctorados : aqui los conatos de Ja critica: aqui todo el raciocinio , toda la elogiiencia ,.toda la penetracion del que de- see ser critico con utlidad. Los semilleras del saber, las oficinas en que se perficiona -el entendimiento , deben ser siempre el ob- jeto de la critica , y de los criticos sensa- tos, Alli, alli es principalmente ene ra- (17) fragua la grandeza o la pequenez de la sa- biduria nacional : alli es donde se adquiere el buen gusto Oo el pedantismo : el arte de raciocinar bien en todo , 6 de embrollarlo todo : la justa estimacion de las cosas, o los caprichos y extravaganclas injunosas al hombre : Ja buena 0 mala Moral : elegan- te 6 barbara Teologia : Jurisprudencia itil 6 despreciable : erudicion selecta Oo farrago inutil. De alli salen y se derraman por la nacion los que han de dirigir y ensenar el vulgo de los Ciudadanos: y mientras alli no se corrijan las preocupaciones , las ideas falsas , las opiniones perjudiciales, no hay que esperar gloriosos adelantamientos en las ciencias. Las befas contra los malos Autores son inuules , mientras no se haga de modo que pueda haber Autores exce- lentes , criandolos en los talleres de Jas Es- cuelas publicas. Un Letrado,un Teologo semi-barbaro son disculpables , si su tiro- cinio fué semi-barbaro , y no pudiéron ad- quirir en su escuela 6 Colegio mas que aquella jerga desalinada que reyno en otros tiempos en toda Europa. Nuestros gran- des hombres del siglo XVI. se formaron todos en Jas Universidades. Estos esparcie- ron el buen gusto.y Ja recurud de pensar: y de aqui nacio , que hasta los que no fue- ron Profesores , ni siguieron determinada- men- (13) mente los cursos de la Escuela, escribjé- ron con elegancia, juicio y propiedad , co- mo se vio en algunos Poetas y Escritores de ingenio. Las Humanidades eran , diga- moslo asi, la manuduccion a las ciencias. Persuadidos aquellos hombres eminentes que sin el auxilio de aquellas , no podian estas entenderse ni protesarse bien , elogia- ban y encarecian altamente la utilidad de las lenguas , de la elogiiencia , de la Poe- sia , de la Historia ,-y de la noticia de la anuguedad para el complemento de la sabiduria , y em un instante se vio apare- cer en toda la nacion un exército entero de Oradores , Poetas , Criticos, y Huma- nistas célebres , que hoy componen una de las mas floridas partes de nuestra Bi- blioteca , sin otro arbitrio, medio, ni es- timulo que la ensenanza que se daba en las Aulas , y la voz publica que aplicaba e] debido precio a aquelios Estudios. En una palabra, purgense las Escuelas , me- jorese la educacion pueril ; destiérrense ab- soluramente el pedantismo de las Aulas de Gramatica ; fuundese el! estudio filosofico en la verdad y utilidad sin partidos ni sec- tas ; poniendo el] mayor cuidado en la Mo- ral y Logica ; nadie pase a las ciencias ma- yores sin ser antes elegante Humanista, y sensato Filosoto ; y con esto 4 buen segu- ro (19 ro que le hagan falta a Espana los Cen- sores , Corresponsales , ni Apologistas Uni- versales. En la educacion adquieren Jos hombres el modo de pensar que Jes dura ordina- riamente hasta que van a dar al sepul- cro. Propongan los Criticos medios prac- ticables para mejorar absolutamente esta educacion , y catate un servicio Importan- te que no haran jamas , aunque consuman millones de resmas en papetillos semejan- tes 4 los que ahora publican. Otro tanto digo de las costumbres, en cuya voz comprehendo tambien el gobierno politico y economico de los Puebios. Va- namente declama el Censor contra varios defectos que se han visto a veces en la administracion publica. Establézcanse Ca- tedras de Poliuca y Economia civil (co- mo queria nuestro Moncada): hagan en ellas sus estudios los que quieran seguir !a sen- da de Estado 6 Rentas :.coloquense en estos ramos a los mas sobresalientes y beneme- ritos en aquella carrera, no de otro modo que sucede en Ja Teologia , Jurisprudencia y Medicina , y se lograran de un golpe hombres que quando entrén en el mariejo publico , sepan su arte por principios , y lo sepan con aplicacion al Estado y circuns- tancias de su nacion , pues de este modo Be2 se (20) se habia de establecer la ensenanza. Luis Antonio Muratori propuso este proyecto en su excelente tratado de la Publica Fe- licidad , y demostro doctamente sus uuli- dades. Ni hay que decir que muchos dis* cipulos , al cabo de sus estudios politicos y economicos , se quedarian sin acomodo; porque el ramo de Kentas es muy dilata- do, y nada se perdia en introducir en sus Administraciones menores el sobrante de estos hombres instruidos , aunque fuese en Indias. Una nacion no muy acostumbrada eeneralmente a leer , necesita mas que Otra alguna estos auxilios. Ve aquiel modo de mejorar las cosas , si yo no me engano; y ve aqui los medios de reforma que qui- siera yo ver en el Censor y su Contrater- nidad , en lugar de declamaciones tenebro- sas , y filosofias semi-galicas. Los males de- ben curarse por la raiz; quando ésta esta da- fAada., los sintomas duran intaliblemente. Yo clamaré , gritaré , que esto va mal, que aquello nos daha , que lo otro nos pierde: todo en vano, todo en vano. Curese la ig- norancia radical; y si despues se dexasen ver algunos efectos notables de la malicia, declame enhorabuena un Censor, y haga- se azote de la maldad, que en este Caso yo le encareceré hasta Jas nubes, y envia- ré al cielo mis votos y plegarias , porque ten- (21) tenga bien suceso su intrepidez. Yo 4 la verdad no he nacido para Censor: confieso ingenuamente mi insufi- ciencia. Pero si e] diablo me hubiera hecho caer en la tentacion de meterme a escudri- fador de vicios , tambien confieso que hu- biera desempenhado mi oficio con alguna mas novedad que el actual Caton de Es- pana. Puesto que toda el mundo se ha me- tido yaa director y corrector de obras age- nas : que el Censor , porque se le antoja, reprueba las Apologias de su nacion : que Don Urbano Severo sin irle ni venirle pres- cribe reglas al Diario : que el Apologista Universal, despues de ensayarse pedantes- camente en las cenizas del pobre Figueroa, machaca y muele a todo Papelajo fuul, que se le pcne delante 5; y que los escritos actuales se reducen todos a deshonrarse unos a otros Jo mas bonitamente que les es posible: nadie creo extranaria tampoco que yo ,tomando por norma tan sublimes modelos , desplegase las velas de mi elo- qiiencia para hacerme Maestro de los Maes- tros ; porque al fin, zqué privilegio les puede haber dado Minerva , que no me le haya dado tambien a mi; mayormente te- niendo en mi mano la facultad de apelli- darme Dictador , Tribuno , 0 como se me antoje , y de levantar en el] ayre un Iri- B3 bu- (22) Bunal en donde se pronuncien fallos de mogiganga, segun Ja loable costumbre de nuestros dias? Pero Dios me libre de ha- cerme ridiculo 4 los ojos de algunos socar- rones , que no parece sino que estan es-~ plando Ja vanidad de los Literatos , para hacer de ella su diversion ; mayormenre en estos nuestros dias , en que todo el mundo se ha metido a Maestro antes de haber sido discipulo. Yo pues , dexando el Stave empleo del Magisterio 4 los que se creen capaces (le ensenar , me reduciré 4 exponer simplemente las boberias que se me pre- senten en los Catedraticos periddicos ;- por- que esto de que ellos se hayan de tener por infalibles , y que 4 mi no me haya de ser licito reirme de su bendito amor pro- plo, eso no me lo quitaran de la cabeza quantos aran y caban. No faltaba mas sino que despues de entender yo tambien mi poquito de Frances, no me creyese sufi- cliente para fastidiar al publico con un Pe- riodic? hecho y derecho. Alla va , pues, el mio 4 Dios y 4 ventura , senor Lector; su objeto es ir manifestando poquito 4 po- cO, y a tragos , como se suele decir , los dogmas que los Periodistas nos venden con apaniencia de utiles y verdaderos, no sien- do ni uno ni otro. Diré lo que siento, y. direlo con libertad , togando a la terna Pe- : rid- 23 riddico-Magistral tenga a bien hacer con- memoracion de mi impudencia en sus pa- pelitos ; porque 4 la verdad , siendo mi in- tento manifestar sus desbarros , estos es preciso que vuelvan a la fuente de donde saliéron. Censor , Corresponsal , Apologis- ta , he aqui vuestra mies , cultivadla. HOGGOOOO CEOS OOO DEMOSTRACION PRIMERA. ee mostrada en la Introduccion Ja inutilidad de los Papelejos criticos por la falta de medios radicales para curar las do- lencias de la Patria. Se andan por las ra-_ mas inutilmente pegando remiendos a Dios y a ventura, y entreteniéndose en mani- festar la gravedad de los sintomas , como si estos pudieran curarse sin curar la en- fermedad principal. Voy ahora a demos- trar que nuestros curanderos , ni aun en los emplastos que aplican , sirven de algo al Estado, ni aja Literatura: y no solo que no sirven de algo , pero aun que 4 Se- mejanza del Médico ignorante , agravan a veces las dolencias con sus medicamentos desastrados. Para esto no hay que esperar que haga yo aqui un examen menudo de (24) todos los Discursillos de nuestros empti- ticos politicos y literarios. Esta seria obra muy pesada , y muy fastidiosa; y ya que yo me haya fastidiado en leer tanta fara- malla impresa , no es razon que por eso quiera hacer tan mal servicio 4 mis Lecto- res. Bastar:n dos 6 tres exemplos de cada uno de nuestros grandes Maestros , y por ellos se vendra en conocimiento del pro- vecho que puede esperar la patria de tan eminentes Politicos , Criticos y Moralis- tas. El Censor es el Decano de esta sec- ta ; como si dixéramos , el Sécrates de esta Filosofia , y por lo tanto es justo que co- mencemos por él. Empenado este intrépido y profundo Varon en hacer santa y rica 4 Espaiia por todos los lados imaginables , con una ma- no ha escrito declamaciones ardientes con- tra Ja general depravacion de costumbres, y ha indicado con otra los medios de oca- sionar la prosperidad en Jos intereses pu- blicos y civiles. Algun contrario suyo di- Tia que se 4a valido de la zurda para am- bos ministerios. Yo no amo las bufona- das. Leo compungido sus misiones . y ala- bo a Dios en Ja habilidad de sus criaturas. Si me tomo la libertad de demostrar que no siempre acierta en lo que propone , es porque el mismo me ha ensenado 4 hablar cinm (25) | went ae sin disimulo , y con magisterio. Si m0 lo hiciera asi, faltaria gravemente 4 una de las virtudes que nos ha predicado poco ha con maravillosa energia ,eS a saber , de- cir libre y francamente todo género de verdades. Acia la mitad de este siglo escribio en Inglaterra David Hume un. Discurso, ¢n que se propuso probar que el luxo, lejos de ser dafioso ,es Uul , y aun Necesarlo pa~ ra que Jas maciones sean ricas. Nuestro Censor, sin embargo de que lee poco y medita mucho , quiso por una vez leer 4 Mr. Hume , sin perjuicio de sus protun- das mediraciones : y como todo lo que se escribe fuera de Espafia es excelente , ad- mirable , y prodigiosamente util, ete aqui que le parecid oportuno a nuestro Caton introducir en su patria las maximas del li- bro Ingles , vistiéndolas 4 la espanola para que fuesen mejor vistas y recibidas. 3X qué es esto de haberlas vesrido 4 la espano- la? Me esplicaré, y nos entenderemos. Sabida cosa es que en Espana no hay cosaen que ménos sea licito tropezar , que en asuntos de Religion. La sombra sola del error en estas materias pone en riesgo la repuracion de un hombre, y le expone a mil contingencias peligrosas , no siendo Ja menor de ellas e] horror con que e] ma- wr 26) yor numero de A gentes ‘suele mirar 4 los que tiene por poco seguros en la fe, Sa- belo esto muy bien nuestro Caton : y sa- be. tambien ( gporque quién lo ignora? ) que los homibres mas sabios y prudentes de todos los siglos han clamado vehemen- femente contra los excesos del luxo , pin- tandole como el enemigo de la virtud , el cotruptor de los Pueblos , el arruinador de las familias , y el azore mas funesto de los stados. Pensar de este modo al cabo de treinta 6 quarenta siglos gue se piensa asi, No era cosa digna de un Filésofo. Defen- der a secas el luxo, siendo visible su re- Pugnancia con la virtud , era peligroso. Qué hace pues ¢ Va y toma, y ante todas cosas define el luxo de un modo muy sua- »)_jpuy bonito, y aplicando despues la Religion 4 su definicion arbitraria , deduce una amiguisima conformidad entre el luxo y el Evangelio , y catate el campo libre Pala sostener sin inconvenientes la parado- xa- No es cuento , ni invencion mia. Si el Censor tuviera el don gratuito de ex- plicarse con método y claridad , qualquiera Comprehenderia esto facilmente con solo leer su Discurso CXXIV. Para ver si le he €ntendido ‘bien , paremos la ‘consideracion €n alouna de sus clausulas. De quantas definiciones (dice, pag. L084:) 2 he visto de ella ( de c voz luxo) ninguna me parece gue dexe menos arhitrariedad en su inteligencia que la sigulente - el uso de las cosas no necesarigs para la conservacion de la vida y de las fuerzas , y que sirven tan solo para hacer aquella mas comoda y mas agradable, Esta definicion es coja , manca, zurda, y enteramente contrahecna. La prue- ba al canto. 3 Los banquetes obiparos en que andan 4 una Ja embriaguez y la gloto- neria pertenecen al luxo ¢ Puede ser que el Censor diga que no, pero a lo menos todo el mundo cree que esta es lo que se llama luxo en la mesa. 3;¥ este Juxo hace la vida mas comoda y agradable? Traslado alos Médicos y las Boticas , los colicos, las apoplegias y Jas embriagueces, Ergo fa- lla la definicion. Vamos adelante. Los co- lores y afeites femeniles : los tormentos que se dan para adelgazarse el talle , achi- carse los pies , figurar el] pelo; la carga y. balumbo extravagante dg sus adornos , las invenciones extrafalarias con que se desfi- guran, ya en forma de tinajas, ya 4 mo- do de sardinas 3 unas veces rabonas , otras rabudas , son verdaderamente comodas y agradables ? Gran comodidad es por cierto estarse dos horas sufriendo, las tenazas del peluquero: tres acomodandose el fardo de sus adornos y yestiduras , y andar despues to- 38 ) todo el dia tolerando ]4 InuUtil carga de su vanidad. sY en donde esta en esto lo agra- dable? 3 Acaso en que sus adornos é jn- venciones salen 4 irritar los deseos de la Juventud , a hacer guetra a la continencia, O poner en arma los apetitos? No hay du- da que esto es agradable , agradabilisimo; pero tal genero de agrado que proporciona el luxo, no tiene 4 fe gran conegruidad con Ja Religion. Desenganémonos : los viciOs y virtudes tienen senaladas sus voces peculiares en todos los idiomas , para que se distingan sin confundirse : y €n todos los idiomas la -v0Z luxo 6 su eguivalente se ha emplea- do para expresar un vicio publico que con- siste en la profusion desmedida , acompa- nada del esca4ndalo y relaxacion de cos- tumbres. Adornarse y configurarse las mu- eres con inmensa prodigalidad para agra- dar a los hombres es Inxo , y luxo muy culpable. Acicalarse y repulirse los hom- bres para emular los caprichos livianos de las mugeres es luxo, y muy barbaro y soez. Desperdiciar la substancia propia en ban- quetes brurales , festines lascivos, pompas Y apariencias vanas, es luxo, y luxo muy vicioso y muy insensato. Este ha sido en todos los tiempos y naciones el lnxo, y querer venirnos ahora 4 alterarle Ja tes 29) ficacion sin necesidad , pintandole con co- loridos honestos y decentes , es confundir las ideas de Jas cosas , llamar economico al avaro , veraz al murmurador , chistoso al maligno, y sabio al sofista. ;Quien ha dicho hasta ahora que es culpable el rec- to y prudente uso de las cosas? El luxo no consiste en esto. Consiste en los per- versos fines para que se usan; y como es- tos fines son .viciosos en si, y la fragili- dad humana busca medios y modos exqui- sitos para lograrlos , busca tambien un uso exquisito en las cosas , y ve aqui la raiz de la escandalosa profusion , 0 del luxo, que todo es uno. E] hombre virtvoso ni inventara las modas , ni Jas seguira loca- mente. Usara si. de los efectos de las ar- tes , pero sin afectacion ni afeminacion. Tendra pinturas , pero no lascivas ni he- diondas. Adornara su casa , pero no para aparentar lo que no es. Su porte se ajusta- ra a sus haberes , cuidando siempre de no hacer consistir sus haberes en el porte. Sus hijas vestivan aquellas telas que el uso ha- ya consagrado a las ceremonias del trato, pero con honestidad , con modestia , con compostura noble, y dando a entender que no consiste su merito en aquellas 1opas, nien el arte y ayre de vestrlas. El que Viva asi, el que eduque asi 4 su famitia, oe. - | (30) no gastara luxo, y no por eso dexar4 de contribuir al fomento de las artes y del] comercio en su_ patria. Se dira que es mag- nifico, que es explendido, que tiene buen gusto; calidades que bastan sin duda para Vivir cOmoda y agradablemente , sin per- juicio ni detrimento de la virrud. Ya oygo gritar a veinte Criticos , de estos que han puesto escuela de loquaci- dad, que esta es qiiestion de nombre , O como ellos diran frunciéndo los labios , y ponderando el sobrecejo , logomachia fu- til. No hay nada de eso , sefores Orbilios. Si algun Sofista por ahi me viniese 4 per- suadir que la prodigalidad no tiene repug- nancia con la Religion, diciendo que la pro- digalidad es el-gasto que hace el que pue- ‘de en cosas comodas y agradables 4 la vi- da, y le replicase yo , que eso 6 bien es conventencia, O bien magnificencia, 3incur- riria_ en logomachia? No , de ningun mo- do. Pues aqui de Dios. El lenguaje es el interprete de Jas ideas, y es menesrer con- setvar a !is voces su signiticacion: de otro modo todo sera embrollo, confusion y al- garavia. Me hablara uno de ladrillos, y yoentendere que me habla de cal , como sucedio en Babilonia. Metafisiqueen quanto quieran los Politicos y Economistas : la voz luxo ha significado siempre , y debe S1o— (31) significar un vio panies : esto es (como ya dixe) Ja profusion desmedida acompa- nada del escandalo y Ja relaxacion de cos- tumbres ; 0 de otro modo , la profusion desmedida que tiene por fin y objeto el escandalo y relaxacion. Knuéndase que en la voz relaxacion comprehendo quantos vi- clos puedan tener conexion con la profu- sion desmedida. Este vicio le ha habido, le hay , y le habra por nuestros pecados, mientras haya locura sobre la tierra. Es pre- ciso pues que haya una voz que indique tal vicio para que se distinga, y puesto que la voz luxo es con Ja que se ha distinguido en todos tiempos , justo es que se Ja man- tenga en su legitima significacion , para que nos entendamos quando se ofrece hablar de este tal vicio publico. No quiero que se me crea sobre mi palabra. Los buenos de los Economistas lu- xosos han atormentrado , mutilado, exuuja- do y estropeado tanto a Ja miserable voz que defienden , que haran titubear en el modo de comprehenderla a qualquier Lite- rato de Libreria, 0 a qualquier cacareador de Discursos Censorios. Nuestro Caton di- ce que el] luxo, en el modo que é1 lo en- tiende , nies nt puede ser opuesto a la Re- ligion 3 Y qué dira nuestro Caton quando oyga otra muy distinta significacion de la VOZ a voz /uxo en el lenguage del Espiritu San- to? No es chanza. Enojado altamente e] Dios de los Exércitos con el luxo de las Jerosolimitanas , las indico su indignacion por voz del Santo Isaias , y las amenazé, que convertiria toda su vanidad en abati- miento € ignominia. Oigase al mismo Dios, y véase Si es conforme a la Religion lo que esta reprobado expresamente por el Al- tisimo, Cae arruinada Jerusalen , y Juda se destruye, las lenguas y invenciones de sus habitantes se revelaron contra el Senor, é irricaron los ojos de su Magestad. Y dixo el Senor: porque se envane- ciéron las hijas de Sion , y caminaron con _ el cue!lo erguido , y guinaron los ojos 4 los mancebos, y hici¢ron senas con las ma- nos , y anduvieron con pasos afectados, ilevandolos a compas. Piso el Senor la cabeza de ellas , y descompuso sus cabellos. En aque! dia les arranco el Senor el ornato de sus calza- dos, y las lunesillas. Los collares , aderezos , brazaletes y mitras. Las cintas de sus trenzas , las ligas de oro, las cadenas preciosas, los pendienres, los botecillos de olor. Los anillos y piedras preciosas que lle- . yan sobre la frente, Las ‘Las mudas de peed , los mantos, las roe exquisicas , y los alfileres. Los espejos , camisas , vendas , y deli- cadas ropas de verano: y convettira el Se- Nor sus olores preciosos en hedionudez , y en cilicios sus adornos y trages dclicados. Con licencia del senor Censor , seame licito decir que e! Benedictino Calmet en- tendia Ja Escritura algo mejor que su mer- ced. sY que dice sobre este pasage aquel Religioso? Le entiende literalmente del lu- xo. Estas.son sus palabras. ,, Lo demas del 5,capitulo se emplea en pintar la yvanidad oy el luxo de Jas hijas de Jerusalen: el} » modo con que declamo el Profeta con- a,tra este desorden , y el modo tambien >,cOn que le castiga el Senor , muestra bien quan delingiiente es a su vista , tanto en »,51 mismo , como en los malos efectos 5 que produce enel Hstado y en las fami- o lias. La disolu;ion y corrupcion de costum- >, Ores Son & un mismo tiempo sit causa Y pro- >, duccion. Los ornatos superfiuos se adop- »tan para agradar , por un_ princinio de » telaxacion 6 de vanidad: y el agrado no »,S@ Ocasiona nunca sino a costa de herj- 9) das mortales en las almas.* (1) - Admirablemente. No el uso , sino el abu- (1). Calmet al vers. 16. Gees S (34) abuso de los adornos y cosas superfluas dirigido a fines inhonestos es lo que se _lla- ma /uxo. Ir muy entonadas las mugeres, hacer meneos escandolosos al andar , gui- mar a los jovenes , proceder con desen- voltura son cosas pertenecientes al luxo, acompanadas de la superfluidad del orna- to. En este senudo habla Isaias : en este le explica Calmet , ateniéndose a la inteli- gencia que diéron a este lugar los antiguos Padses 3 y en este se debe hablar del lu- xO ; porque el uso honesto de las cosas, aunque sean preciosas y exquisitas , se lla- ma magnificencia , explendidez , y \éjos de ser culpable , es laudable en quien pueda y deba exercitar estas virtudes civiles , y nadie hasta ahora se ha acordado de con- denarlas ni proscribirlas. Despues de explicado lo que es luxo por la boca del mismo Dios , es excusa- do sin Guda qualquier otro testimonio. Pe- ro todavia nada se perdera en manifestar qué inteligencia dieron a aquella voz las naciones mas cultas de la antigiiedad , si- Quierd por no dexar ningun portillo 4 la sofisteria. Ladren quanto quieran contra el viejo Aristoteles los flamanrisimos Moder- nos, ninguno por lo menos le negara que entendio la lengua de su pais , mejor que tal vez enrienden Ja del. suyo muchos de los A SS ae ; Jos que le roen sus zancajos filosoficos. En su pais, pues, llamaban dswtta (asotia , y sépase que no es solo el Apologista Uni- versal el que sabe empedrar los Papeliros de palabras griegas) a lo que los Latinos luxus , nosotros luxo, los Itaiianos Juso , los Franceses luxe, y los Ingleses y Malava- res qué sé yo como, que no ha de ser un hombre precisamente pangloro ni poliglo- to (qué palabritas!) Y bien, ; como ex- plica Aristoteles la palabra asotia? Hele aqui. ....Como hay sanes que iba ya a embocar todo un textazo atico sin mas ni mas , y como quien dice , sepan Vmds. se- nores Lectores que sé el griego terrible- mente, y que para esto , y no para que Vmds. me entiendan , encajo aqui esta Clausulita, ; O pobre de mi , y quanto es tambien nuestro Iuxo en la Literatura! Con pretexto de puntualidad y exactitud , alj- mentamos nuestra vanidad y ambicion de parecer doctos casi siempre a expensas de Ja impertinencia y fastidio. 3 No se enten- dera mejor en castellano el texto de Aris- toteles ? Asi es : y el que dude de Ja pun- tualidad de la traduccion, haga el cotejo; porque ya se ve , siendo tan doctos los Lectores que no hay Escriror que se es- cape de ser censurado por ellos , quién du- da que sabran todos la lengua de Arist6- 2 te= (36) teles tanto como los demas asuntos litera- rlos sebre que juzgan. Dice, pues , el Fj. losofo. Kl luxo le aplicamos 4 veces G los gue juntan gastos desmedidos con lg destem- Planza y lascivia Llamamos luxosos los destemplados , a los que gastan Prodigamen- te para dar pasto a la incontinencia de SUS apetitos. ;{Olat 3Con que en Grecia se la- maba luxo la protusion dirigida 4 fines yi- ciosos , y hombre luxoso era e| prodigo, muelle lascivo y destemplado2 Sj senor, sin duda =: y ese mismo Aristételes que abo. una terriblemente la asotia , recomienda no muy lejos la liberalidad, la magnificen- cia, el explendor , y las demas virtudes gue censisten en el recto uso de las cosas. Kn el lenguage del Lacio sucedié lo mis- mo. Si los Lectores saben latin, es excusado prebarlo 5 sino lo saben, tambien es excu- sado. La voz duxus tomada en su sentido mas usual, indica siempre gastos excesivos para buscar placeres inhonestos : y asi de Trajano , atinque gust6 infinito de obras magnificas no se dixo que tuvo luxo ; y se dice que le tuvo Neron porque gasto en cocheros , Histriones , Glotones , ban- quetes abominables y fiestas del todo in- unles , sumas inmensas , y tanto que lle- go a agotar las rentas del Imperio. qui entra ahora mi explicacion , y las tale (37) ae causas que me muevena réirme de estas nuevas filosofias , que hablan con eniono mas orgulloso por ventura quando dicen mas disparates. Permito en buen hora al Censor que opine y tenga para si que una Nacion puede sacar grandes ventaias de dar Ppastos a los placeres inocentes de los hom- bres , fomentando las Artes y Oficios para el consumo interior , y para el comercio. Ya se ve: si todos los subditos de una na- cion fueran igualmente ricos , todos en oe~ neal pudieran gastar una igual magnificen- Cla y explendor , sin que por eso se los llevase el diablo ; con tal que cumpiiesen con los preceptos de Ja virtud, y llenasen las debidas obligaciones 4 Dios, 4 si . y a sus semejantes ; nada les empeceria el uso de los bordados , telas exquisitas , ber- linas embarnizadas , piedras preciosas , pin- turas excelentes , y edificios suntuosos. Pues ahora bien : supuesto que en esto no hay vicio alguno ; que el uso de las cosas que TNO s€ Opone a Ja virtud es licito , es ho- N€stO s ga qué nos yienen estos econamis- tas a embrollar el asunto con la voz luxo, mal sonante en si , y destinada siempre a €xpresar un vicio? Yo tomaria ciertamen- te otro rumbo. Diria, por exemplo : Las Artes en una nacion na se fomentan sino Por el consumo , y quanto este sea mayor, Ce tan- ee (38) tanto mayor riqueza redundara en ella. A un Principe le es licito, y aun necesario fomentar estas Artes , ya para no depender del comercio de otras naciones, ya para aumentar el] suyo. Pero en quanto al uso de los efectos de las Artes , éntiéndase que acompanadas de Ja virtud todas las cosas son buenas: opuestas a ella todas son ma- las. Si los efectos de las Artes se emplean en alhagar y subir de punto las pasiones culpables, con desorden , prodigalidad y ex- cesO inmsensato , entonces léjos de ser feliz un Estado ,sus subditos no serén felices, respecto de que sin virtud no hay verdade- ra felicidad. Por tanto este vicio (que se llama luxo) es perjudicialisimo 4 una na- cion 3; porque una nacion de viciosos, de beodos , de glotones , de prodigos , de adul- teros , de afeminados , de rameras , de dan- zarines: y tal género de subditos no son en verdad para hacer glorioso un Gobier- no ,comono hiciéron en efecto el de los Sibariras. Mas si los efectos de la indus- tla se Usan inecentemente por el gasto de usarlcs , mirandolos y considerandolos co- moO meros adornos qiie hacen mas bien vista la humanidad , entonces es honesto el uso , y por consiguiente licito. Aquel Mo- Marca pucs hara entera y verdaderamente feliz a su Pueblo , que acierte a unir a é (39) as él la virtud con la magnificencia: que por medio de una sabia Legislacion fomente en alto grado jas Artes 5 e impida todo lo posible , que sus efectos sirvan para fines viciosos entre sus vasallos. Si esto es O no posible , yo no lo sé , porque mi voca- cion no es de Politico , ni de gobernar a otros; antes de gobernarme a mi. Se, Si, que esto dictala razon,y que la Filosofia debe ponerse siempre de parte de la virtud. El luxo, pues; si se entiende en esta voz, como se ha entendido siempre , Ja prodigalidad dirigida a fines viciosos , no puede ser aprobado por la Religion ; y hu- biera sido muy de desear que el Censor hubiera puesto en claro estas cosas, como en efecto Jas puso en parte M. Hume, por no comparecer defensor de excesos inju- riosos-a Ja racionalidad. Es verdad que nues- tro Caton cree que es dificil senalar el ex- ceso en el luxo (pag. 10. 84.) 5 pero esta es una ceguedad manifiesta , nacida de la idea magnifica que se forman del Iuxo sus defensores. Luxo es arruinar su casa un Padre de familias por mantener ciertas apa- riencias de ostentacion en que se funda su autoridad; y este es exceso sin duda , por- que gasta mas de Jo que tene O gana. Luxo es trampear para lucir: luxo no dar los dotes sino en bagatelas que se con- | Cy su- (40) sumen en un mes , y dexan despues ham~ brientos los Matrimonios : luxo destruir las herencias en gloionerias y festines en que triunfan a una la gula y la liviandad. En una palabra, Ja Politica que procura en- grandecer los Estados con daho de la vir- tud y buenas costumbres , es una Politica abominable, brural é indigna , no digo de los que se intitulan Fildsotos , pero aun de Jos que entienden superficialmente las ver- daderas obligaciones dei hombre. Sin hones- tidad, sin honradez, sin verdad, sin amor con- yugal, sin sobriedad; en suma, sin virtud no hay ni puede haber felicidad en Ja tierra. El uso de las cosas , acompanado de estas quali- dades es excelente (vuelvo a decirlo) : apar- tado de ellas es iniquo, pernicioso, detestable a los ojos de Ja razon y de Ja Religion. Ve aqui el principio y fundamento sobre que deben establecerse las qtiestiones del Juxo, y aun todas las questiones de Politica y Economia. Lo demas es embrollo , confu- sion , Caos , marana ciega , laberinto sin hi- Jo, y chatlataneria sofistica, que busca no fanio instruir 4 los hombres , como ven- deries humo que les deslumbre para que entevean un gran Filosofo , en el que no es mas que un triste Salrambanco. Mr. Me- lon que fué wno de los principales patro- cinadores del luxo, ( y merecié por esto Trran— Cee , grandes elogios a) profundisimo Voltaire ) conocio bien la insensatez ae detender el luxo en si, y torcio diestramenre el prin- cipio de la question, cohonestandola con la necesidad que tienen los Soberanos de sa- car utilidad hasta de Jas fragilidades de la naturaleza humana, esto es de aquellas fra- gilidades universalisimas que dominan Ca- si irresisublemente en c quiso que hubiese ,, hierro para el cultivo de los campos, mas ,,no por eso deben cometerse homicidios.... 5, De otro modo un grafl patrimonio ¢s una » gran tentacion , €stO © » si la renta no se ,,emplea en buenos usos 5 ¥ de tal suerte, >, que mas rico cada uno con su patrimo- ,,nio, le sirva mas pata imoedir los deli- 5, tos que pata aumentarlos. EH) senalarse con 5, ormnamentos y vestidos, y poner gran cul- ,,dado en los hechizos de Ja belleza, son cosas que convienen solo a las mugeres ,,desenvueltas y prostitutas , y de ordina- ,,rio solo estiman en mucho los ornamen- ,,tos aquellas que no estiman en nada el ,, pudor.*¢ Esta si que €S Filosofia, y ver- daderamente Censoria. Si, senor: todo es bueno quando se usa bien , y todo malo quando se usa mal. Ahora me acuerdo que el Tratado en que dixo esto el Santo Obis- po le copié casi literalmente de otro que escribiod Tertuliano al mismo proposito; y a fe que contiene tambien cosas excelen- tes. Vayan dos lugarcitos , que valen solos mas que quanto ha metafisicado el Censor en su Obra Magna. ,,Aunque no se debe ,,( dice ) vituperar la hermosura considera- ,,da como una felicidad del cuerpo , como »,un aditamento a la obra de Dios , como mama a4 #) una Vvestidura culta del alma ; todavia de- » be poseerse con temor por la violencia -9Y dao que ocasiona en los que Ja mi- stan... .°*y sigue un poco mas abaxo: 9, No digo estas cosas pata persuadir -en- oteramente que deba usarse up porre ru- do y salvage ; ni llamo bien de] cuerpo oa la suciedad, sino que hablo del cuida- »do del pudor ; del modo , del fundamen- 40, y de la justicia en cultivo del cuer- 9 po. No se ha de pasar de lo que pide s una limpieza sencilla y suficiente ; es de- ncir nO se ha de pasar de aquello que 9 9€a agradable a Dics : porque las que se »untan el cutis con afeites, se dan colo. ms tete en las mexillas, y tiznan con humo y 14S Cejas, pecan y delinquen contra é], Ve aqui el espiriru de} christianismo, pu- TO y neto, sin rodeos ni garambainas. La magnificencia es virtud : el luxo VICIO, por- que es el abuso de Ja magnificencia : como Si dixeramos que el luxo respecto de Ja mag- nificencia es lo que Ja prodigalidad respec- to de la liberalidad. Bueno y santo es que sean hermosas las mugeres ; pero malisi- ma cosa que lo sean-con disolucion y es- candalo; y el luxo regularmente es el ins- trumento de este escandalo y disolucion. El ornato en si es cosa inditerente ; pero los afeites invencion endiablada y pestife- (45) ta. Vestir galas nada tiene de malo, Vén- der la honestidad , estafar 0 arruinar sa pa- trimonio por vestirlas, delito exécrable , y exécrable tambien considerar Jas galas co- mo incitamento y despertador de VICiOS, Dar veinte reales diarios 4 un peluquero, y dexar en miseria 4 los vasallos que traba- jan y sudan para que una loca sustente esta ridicula superfluidad , es un luxo de los demonios: y por lo tanto, a vista de esta y otras costumbres de igual calibre, bien pueden llover Censores , pero yo me estaré siempre en mis trece de que el lu- xo-es un vicio tan infame , como laudable y util la honestidad y justa magnificencia.) Vengamos al grande axioma de_nues- tro Caton, espuexto en su Discurso CXXY, que es en la mayor parte un extracto de} librete de la Theorie-du Luxe 5 porque aun~ que el Censor no lee mucho, copia con to- do eso, que es una maravilla, Quando el Iuxo ( dice) se funda esencial y necesaria- mente en el trabajo, no solamente no puede ser 4 mi juicio pernictoso 4 un Estado , si- no que , qualquiera gue sea la forma de st Gobierno, le creo absolutamente necesario @ si prosperidad. Quite el Censor la voz lu- x0, y substitnya explendor , magnificencia, © buen uso de las invenciones del hom- bre , y estamos conformes. En la voz luxo en-=- (46) entran los afeites mugeriles , la-afeminacion y molicie de los hombres , Ja disolucion, el uso insensato de los placeres. La nacion Jaboriosa que careciese de estos vicios , ca- receria de luxo , y seria expléndida. ;Pero donde esta esa nacion, 6 donde se venden los medios de que e] Ciudadano que traba- je mas goce de mayor luxo , 6 como yo explico , magnificencia? Para esto seria me- nester que una nacion se reduxese toda 4 Attifices , y como el Censor establece que las Artes y profesiones iitiles qu: requieren aplicacion de las fuerzas, serian las mas lu- crosas, en una tal nacion un Fidias , un Rafael, un Virgilio, un Livio , un New- ton, y otros Profesores de aquellas Artes, que ni requieren aplicacion de fuerzas , ni producen géneros comerciables , vivirian en Ja miseria, quedandose Jas conyeniencias en los texedores , carpinteros , fabricantes de joyas , y otros Artifices de cosas usua- Jes, y de consumo 3; y cate Vmd. ya aqui ora desigualdad de peor condicion , por- que en fin no todos han de ser Labradores © Menestrales en Jas naciones, y los que han nacido para hacer mas uso de su en- tendimiente que de sus manos, no es ra- zon que vivan atenidos al trabajo de es- tas para lograr las comedidades de la vida. Yo bien veo a donde van a parar las mi- ras (47) ee yas de] Censor , yque con sus faciocinios semi-aritméticos quiere establecer en subs- tancia que no haya herencias vinculadas, rentas de mayorazgo , nl Senores que sa- quen su opulencia del trabajo de los que \laman vasallos. Dos siglos ha, si no tres, que se conoce en Espana el perjuicio de los mayorazgos y vinculaciones; pero na- die ha propuesto hasta ahora medios pru- dentes para destruirlas. Y ve aqui Ja Politi- ca de estos grandes Filosofos. El que tra- baje mas , debe ser mas rico : nadie debe vi-= vir en ocio, ni disfrutar haberes que le pro- porcionen la ociosidad: muy bien dicho, y para conocer eso, no es menester ser Cen- sor ni Escritor periodico : mas dada y su- puesta en una nacion esa desigualdad de fortunas que aplica la mayor riqueza al que trabaja ménos , 3como harémos para des- truirla radicalmente ¢ 3Qué medios justos debera tomar la Legislacion? ;Como ha- ra ésta para que los hijos Onietos de un Grande sean en el siglo que viene rexedo- res O plateros ; desconocidos absolutamente los vasallages 4 Senores particulares ; y los Timlos y Caballeros reducidos a cabado- res , joyistas 6 taoneros? Claro es que la gran dificulrad esta en la execucion de es- tO: porque los otros axiomas sobre que pa- lotea tanto el Censor apénas hay ya Bachi- ller (48) {ler ni Abate engerto en erudito que no Jos vocee en qualquier esquina, Lo que nece- sitamos son medios practicos y prudentes, que faciliren la execucion de un trastorno entero en el sistema civil, y de un sistema arralgado altamente, y formado en gran par- te por necesidad , y fundado tal vez en meéritos muy sobresalientes de los antiguos Restauradores de Espana. Propéngalos ‘el Censor , y se le agradeceran sin duda: por- que lo que deberia ser, creo que no lo 1g— noran los que nos gobiernan: los medios de executarlo puede ser que esten reserva- dos a la honda y penetrante politica de un Editor de Papelitos semanarias. Dexémonos de cuentos: una nacion no sera feliz por tener dentro de si mucho luxo , sino por abastecer con abundancia al luxo de otias naciones ; y este es el ver- dadero axioma politico en que se funda la segura y perene riqueza de los Estados. La Nacion que no se abastezca a si misma, Quanto mas superfluidad gaste en los ador- noes , tanto mas pobre sera: quanto mas ex- plendida , tamto mas miserable. ;Llega al punro de poder abastecerse a si misma? No hay que temerla : ya esta 4 Jos umbrales de la riqueza; y con pequefio impulso ella por si entrara en el comercio activo. La seguridad de las ganancias desterrara el ocio, ° VW 49 ; y hasta Jos mismos Caballeros se haran co- merciantes , empleando sus herencias en multiplicar las labores , los telares y talle- res. El trabajo corporal que pide el] Cen- sor en los individuos del Estado es un sue- mo que desaparece quando se quiera apli- car a la practica: porque hay Artes que ne- cesitan innumerables manos para producir sus efectos, y el trabajo de estas manos es menester que penda de un hombre , 6 de una compania, que sin trabajar por si cor- poralmente las sustente , y dirija el giro de aquellas producciones , como se ha visto y se vera en todas las naciones comerciantes, porque en la practica no puede ser de otro modo. Lo mismo acontece en la Agriculm- ra. 3Como hara el Censor para que cada Ja- brador cultive por si su campo, are, siem- bre , siegue , trille , y recoja el grano en las troges? Y dado caso que fuese posible esta igualdad , 3 qué luxo podrian gastar es- tos hombres perenemente atados a una ta- rea penosisima , y apenas suficiente para dar abasto al sustento de su familia? Y digo esto porque el sistema Censorio ense- na, que las profesiones uules habian de ser las mas lucrosas , y por consiguiente las imas proporcionadas para sustentar. el luxo, y en materia de utilidad no hay Arte que pue- Co. pueda competir con la Agricultura, Estos, pues, son cuentos alegres , edificios de vien- to, y castillos de magia , que se deshacen quando se van a palpar. Lo que sin duda conviene a las naciones es que los Propie- tarlos empleen quantas mas manos. puedan en las Artes y Oficios ; porque aumenta- dos. los productos por el aumento de los trabajadores , estas lograran mayor recom- pensa , y el Propietario , multiplicando su caudal , aumentara el comercio , y éste oca~ sionara la riqueza publica. El dano de Es- pana esta (y aqui fica 0 punto) en que los Propietarios consumen en el luxo viciosj- simo d:sus personas lo que deberian em- plear en promoyer el trabajo en Ja nacion, y ve aqui como el luxo es hoy una enfer. medad perjudicialisima para Espana , y por Jo mismo impertinente del todo , y aun tal vez perniciosa la defensa que hace de é] e] Censor. Si, sefor: Estados imaginarios son a bastantes los que se han sonado desde Jaton aca. Pero el Arte practico de go- bernar esta a muchas leguas de distancia de las bachillerias de la Metafisica. La na- clon que pague su luxo 4 la industria de otras naciones , sera pobre interin que dure en tal estado : y al contrario sera rica la que venda el sobrante de los productos de su (51) su industria, pot mas que haya enh ella mu- chos Ciudadanos que no trabajen corporal- ‘mente. Y por lo mismo, si yo fuera Cen- sor, considerado el estado actual de Kspa- fia, ]éjos de patrocinar el luxo , predicaria 4 gritos la sobriedad; predicaria contra la in- clinacion: insensata.a los generos extrange~ ros ; predicaria un amor a la patria , de tal calidad , que si pudiese obligase a mis Es- paiioles 4 trabajar mucho para que iguala- sen y excediesen a la industria extrangera, + se contentasen hasta llegar a este punto, con los géneros y productos de Espana, que son muy suficientes para la comodidad , y aun para el explendor. Predicaria para que no saliesen de Espana las primeras mate- rias , y para que se obligase a los Propie- tarios a beneficiarlas por si, y se les preci- sase, que quisieran que no, a ser comer- cjantes. Predicaria para que se castigasen severamente los sobornos , por causa de los quales perecen en su nacimiento muchas fabricas espaholas. En suma , predicaria quanto han predicado Moncada , Uztariz, Zabala;, Ulloa, y otros Espanholes profun- ‘damente docros en Jos intereses de Ja na- cion , los quales entendian estas cosas har- to mejor que el Censor y yo 3 y cuyos documentos producifian infaliblemente Ja Dz fe- 2 felicidad politica de Espana , si llegan por fina verse puestos en practica de todo en todo. Esto piedicaria sin meterme en de- fender e] luxo , harto defendido el por sj, y harto apoderado de la voluntad y incli- nacion humana, el qual ciertamente para abe S© sostenga y dure , y no pierda un punto de su dominio, no le hace , no, fal- ta el patrocinio del Censor. Vengamos ahora 4 las conseqtiencias que resulran de todo Jo dicho - Primera, todas las naciones cultas han entendido con la voz /uxo un vicio publico , que consis- te en el abuso de la magnificencia. El Cenr- Sor, siguiendo las pisadas de quatro 0 ‘cinco ;xtangeros que como en otras mil cosas han querido pensar en esto al reves de to~ dos los hombres , no solo le tiene por util , sino por justo. Agréguese esta nueva verdad a las que dice en su Discurso 137, que ha descubierto y ensefado. Dios con- dena el luxo por. la: boca de {saias ; los Padres de la Iglesia le abominan : el Cen- sor que sabra mas que Isaias » ¥ que los Padres de laIglesia , le tiene por muy con- forme ala Religion Esta es Otra nueva vern dad. Yodo el mundo conoce que en una nacion algo extensa es preciso que haya a Jo ménos una tercera patte de individuos, que 3 que no trabajen en et Artes que aumeti- tan el lucro por e} trabajo corporal - Kh Censor quiere que en los Estados sean mas ricos los que trabajan mas con el cuerpo. Como si dixeramos , que un rexedor debe ser mas rico que un Magistrado, y que un mero Filésofo debe morir en Ja miseria. Vi- va el estupendo Politico. Por el Discurso en que estampo esto bien podia haber pe- dido al publico el regalo de diez quartos, auinque no tenga mas que un pliego. En el estado actual de Espana el luxo es perju- dicialisimo 4 su prosperidad , porque le paga todo 4 peso de plata , y muestia va- nidad hace Ja riqueza de los extrangeros- el Censor , sin meterse en estos dibuxos, escribiendo para utilidad de la patria , de- xa la patria 4.un lado, y se forja alla un luxo ideal, que para que se verificase era preciso antes fundar un Estado por las re- glas que prescribiese 61 mismo , porque tal luxo como él le pinta no existe , ni exist- ya nunca sobre la tierra. . . - Si a esto se da nombre de Filosofia: si esto se llama pen- sat con profundidad : y si los que escriben asi tienen sobrada vanidad para alabarse a $1 nusmos publicamente, pata decir que han ensefiado nuevas verdades , que han sido utiles , que sus papeles valen mas que los li- libros metddicos y cientificos . y que hay mucho mayor mérito en escribir Discursi- los semanarios , que en escribir un buen libro sobre una materia util . digo que es hasta donde puede llegar Ja ceguedad del amor propio y de la ignorancia , y el exem- plo mas visible del estado deplorable en que pone a las criaturas esta maldita vani- dad literaria. Vean Vmds. aqui un hombre que enuende tal qual la lengua Francesa; que sabe poner en once silabas castellanas qualquier versecito latino : que sabe publi- car un Discursito cada semana : que entien- de bien 6 mal un poquito de cada cosa; Y porque se ha aplicado el titulo de Cen- sor, como pudiera el de Bachiller (1 otro tal, y porque ha repetido en idioma me- ‘dio Espatiol las paradoxas que otros han es- tampade ex Frances entero, ha dado eu la mania de que es un grande hombre , y que ha desengafado 4 su nacion de cien mil errores , y que los papeles que se im- primen.contra él | se venden porque son contra “1, y que ha hallado y descnbierto nuevas verdades , y que ha tenido firme- Za pata renunciar 4 Jas dignidades y gran- des puestos por amor a la verdad , y que su Obra suelta es de mayor mérito que to- dos los libros, En verdad, ses ménester com- pa- (55) padecer Ja miseria humana, y rogar 4 Dios para que nos libre de ser Literatos ,y en especial de que nos intutulemos Censores: porque la modesacion es una virtud muy amable sin duda: y yo no Ja trocaria por quanta gloria pudieran ocasionarme quatro- cientos mil Discursos periodicos , pondera- dos por mi pluma, quando viese que no lo eran por jas agenas.

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