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Editorial Andrés Bello Laas &. ere poner) | Editoria: Andres Bello Darth Magnus Chilocomparte.el :SCOMPARTIR NO TIENE LIMI1 UN DETECTIVE EN EL CLOSET I fantsma del easerén de Nuts ent el screto de E tote Feet bo tuba vio por ners ver hac vets atos, cuando sab calando el vei de Tero eo en el cose’ de so domo. Unt stan blanca, go Tatspreneemengo de inna yle feels unas bolts tshtotinn, Despues apes uh boi") Reamer i figura de'uh Hordre allo Tenia pat cas, bigotes 7 Un pequeta barbs, sonia con tinider y a0 presents Soe aur Heny Wille, detective prvago 3 doa Sela perio 6 tio con el sus nis se 5090, pero 10 Seno que munca se 10 dijo. Leopeo, so Mari, utes fae para que no revere Toc Ai pono tipo de aperecer el fantasma, Leopoldo mui de un repent pare eardaco Aue na ade et tue ban a ira tearo y 6, cons todh 80 cosumbre Tibia abet el coer Ge Felli cn busca de un paraguae ‘hur Henny Wilms fury rej. Feels que él no habia tenon que wer en tamer desu marco 7 Sisie creyo.¥ desde cntonces el fase se tesfon abu gran company consust unis sesivan erica fms y no © perdan ninguna pelea plc en i tle nego de enviar, data Felicia se dics por entero a aio que amo po desstolaren vies Ge Leope do sin sentibe clpae: fer roweas Genta reser Cio istero see psis por dela. My stds abla . cum nas queda iempo en que opel se ete 8 SE apes oe ceca Yeon MOM ee Gat mundo pox SpUEO, alia de ey scene a convtiendo ER sus Gili Esas novelas de misterio te esti ‘com pon i iché hablar sola na hinds Pocono tegpido una tarde Le Jo lst hab veri. ea tain, verde 6S a a fop8 prone continua con et cee am yo, tat de ser la rents su mario etu¥0, VN) hs een wee este es lacocos y 7s 7 See da yaa le imps aesecivesce Perino 1s. ¥ la verdad fue que, Poco ice 0 gue wel es aro a cone wt resto, todos sus veces veri podian pensar de una anciana 2 ee ces gaue otra cosa podian pensar de ee oa cheandoles cisimuladamente oso el aba en 8507 alas pared Gey gue doda Felicia resolv 94 Pi caso erapevaton a respetaa FL CASO DE LOS BILLETES EN EL JARRON Una tarde, cuando dosia Felicia buscaba en el diccionario un sinénimo de tes Tetras para una palabra de su crucigrama, tuno de sus vecinos lleg6 a buscarla. Venia fen un estado de gran agitacién; “Han entrado & robad Se levaron mi dinero! Por favor, vaya 2 ver a laurial el sefior Gonsdlez sudaba copiosamente. Doda Felicia sinrié un agradable cosquilleo bajo su piel —Supongo que no han tocado nada —exclam, con Jos ojos brilantes Acaba de suceder! Recién desperté de mi siesta y sme eaconté con la sorprest —y Comedies aad, mientras Se secaba la frente con un pahuclo- i¥0 56 que Used tonoce al inspector Soto! wm Gatmese, sefor Gone, y vulva janto'a Laura Yo ire dentro de unos minctos 1 tind eae Gonz despa, Fei vis al segundo piso. Anhur Henry Willams ys estaba prepar do: en lo ako de ln escalera fltaban Un sombrero na Pipa humeantey una bufanda escocesa No, Arthur, sivas conmigo, tendris que ser absolu- tamente invisible! 106, qué contrariedad! ee spn ats NAA GENES tas prendas de vestir cayeron al suelo y la PIPS © aco. un cemier ae, dt Felicia carnabs por Sees eon abado, como # Helen calle, con $3 DS Gan pasion coin Y 1 aPEE ce ego aa isa de Tor Com sansamnen i ena ta, eh can Dompungia el 70500 ae : i ‘se apresuro 2 explicar: ca gaa ou wea 3 ° se ‘han llevado los ahorros Cs cat Se tga ted 10 qe 6&2 6 Sei en sch Y se Maeda me apuTi atm mis mess 78 Y see mi onto ones Jos adores chada en un sofi, mirando con aie arp! ia vor tensa un Teve 2ceno IB aoe se minron desconcetados samen Sonat 83 vor ¥ xa eins, gue atone! _ = Oh iene ers. MU ante ncaa, ses ; eee oie mesa de cet stad 8 Fie lores se despa os a (2s ort aparecan boca abajo de pore, eGo de ia chien baba esol snes ¥ te cogs de cig ara, de a taimoni. Las , Fecogiendo dos tarros que luabian catdo al suelo. No es culpa mia, sefors —explicé la muchacha, confundida, —Es el colmo que en estos supermercados tan cxzos tengun una infraestuctura tan precarla —alego nuevamen- te Ia del vestido verde. Bien dicho. Si, no es verdad? —la sefora esta ver. miro con una sonrisa a dons Felicia que no habia abiero la boca, Un sefior de pelo canoso se detuvo al lado de las tres mujeres. —Perdén, das molesto para sacar unos palmitos? a joven comié con dificulad su carro hacia atcis, para dejar espacio al recién llegado. Dota Felicia hizo lo mismo y la mujer del mofo tiante se tropez6 en el carro de la joven, haciendo exer una caja de detergente, unos ‘eo ras, » tomates y una malla de papas que al romperse dejé rodar su contenido por el suelo. —iTodo es culpa mia! dijo el caballero—. Permitan- me ayudar. —-Y se incling, con dificultad, para recoger Ia caja de detergente, Ta joven, dejando su cartera sobre el carro, comenz6 1 perseguir las papas que rodaban por el suelo, El caballe ro canoso devolvi6 el jabén en polvo al cao y dota Felicia se encaminé hacia Tos plétanos que se esparcian ppeligrosamente hacia la mitad del pasillo. Pero leg® tarde: fen ese momento, una sefiora que entraba en busca de ‘conservas resbalaba violentamente con ua pldtano pegado fen su zapato, El pasillo B—de conservas y fritas secas— se trans: formné en un griterfo. Una mujer voluminosa yacia en cl suelo y sobre ella se acumulaban das paquetes de cirvelas secas, pasas, nucces y una bolsa de huesillos. Dofa Peli a, inclinada a su lado, le levantaba le cabeza, mientras « QURINE Hams A SUR SRDS una mane invisible —que en la consi nadie not6— sbfuba una revit para da ne Healer camozo pari a buscar ayuda —imero ocho a aslo Bs. Niner ocho al pasilo 15 ~ana vor reson por todas pen ‘los pocos segundos apareceron un hombre con ett i Go co aso de ag Un ier txmpieado legs recnger ls papas, tomate pltsnos atin diseminados por el corredor, oe entamente Yoh la ama Un euro de hora después, dota Fela, con ts comps dela semana ya hechasy ime un paquee de Old gl Toffee que no exaba en fais, experts fom pats pagar en la ca. Tras lia lego la seora de verde ¥ rote tnt “ie qué casi: nos eunimos todos de nuevo coments com ura soni, En elec, ene cat dead, el ser canoso enter un cheque la oveneta qs hab incad cco Ibo comcaraba a deur st mereaderia sobre a ina trsspondors del meson, Ta pewona delante de dofia Felicia se ret y Ia andana, ayuda pot el fantaama, cst conas el cr, “iQue raider, sehr! coments la taj Yer aque las mercadertasvolsban en mano de la ancana Dota Flic son con cara deine baa respon: or algo, cuando se ccicho um to en Inca de a. “Me robaron la biletera a joven del carro de las dss tadashi con deepen doo de Tn es insates a cabeza del sor canoso despa ssa pore poor el supermercaao, 1EGijety con car moles, taba aa bolea en su sano y amb a supervisor goramo resi « —Habré que anular su compra, seforita —suspic6 la cajera, dirigiéndose a la angustiada muchacha que seguia ttajinando el contenido de su boiso. —iTiene que haber sido cuando dejé mi cartera sobre cl carol ;Cuando se cayeron todas las cosas! —gimié la joven, mirando alrededar con impotencia. Sus ojos se po- son en dofa Felicia y en la sefiora de mono, y las indico can el dedo—: {Ustedes estaban conmigo en ese momento! a actividad de ks cxjas circundantes se detuvo ¥ todas las miradas se concentraron en Ia muchacha, que ‘comenzaba a ponerse histrica: ‘—ifllas estaban conmigo! —insistia una y otra vez en tone agudo, ahora con los ojos lenos de lagrimas, -—]QUE NADIE SE MUBVA DE LAS Calas! ‘—iDebe ser el detective del supermercado! —comentd fexcitadi una sefiora que, un poco mis atcis en la fs, levantaba la cabeza para no perder detalle {a seftors de verde alz6 la vor por encima del barullo. ‘—iBse seftor canoso que acaba de salir también estaba con nosotros... ;Y yo vi cémo tocaba su canera, seforta, ‘cutindo la ayud6 a tecoger las cosas. —iDetengan a ese hombre! grit la seiora de fa fla de ates, adelantindose a codazos, —¥ tan respetable que se veia —lloriques la muchacha (que habia sido robads No se preocupe, sefiorita, pag6 con cheque y regis ‘ramos su celefono —dljo la cajera, para consolaria, "—Confirmaré los datos —aitadi6 el supervisor, con aire preocupado—. No vaya a ser falso el cheque. —¥ se ale}, presuroso, hacia el telefono. Las cajas habian reiniciado su actividad y dona Felicia, a pesar de haber ya pagado y guardado sus compras, ‘segula de pie junto a la joven. Ia sefora del mofo tirnte depositaba su mercaderia fen el meséin, mientras la cajera lea los precios y marcaba. Entre tanto, volvis el supervisor y anuncié que cl pago del setlor canoso estaba en orden y smbién su telefono y —Serd ficil ubicarlo —coment6, ya tranquilo por el cheque En esc momento, la cajera contaba los tarros de pal- mites pars marcar el precio, Entonces fruncio el ced. —Parece que aqui hay una equivocacion, los palmitos valen diez veces mis. De donde cogis estos tarros. schora? De los estantes, pues! —djo ella, molesta, -Aqui hay una equivocacién... los palmitos no valen lo mismo que las arveitas! —aquivocacion? —ahora Ia clienta del moiio se sul furé—, jQuedaban estos seis tarros en el estante de mis amiba, y los seis estaban marcados con et mismo precio! Yo los saqué justamente porque vi jo barato del preeo, 1a cajera se levantd de hombros y comenzo a marca —uscuchaste eso, Gry deayD—susumo el fantasma al coido de dovia Felicia. Y agregO—: EH que tramposo quiere ser, su mirada debe esconder. La anciana asinti. Luego tanquilizé a la joven que atin suspitaba, y le dijo: ‘No te preocupes, hip, Ya vuelvo. sEspérame! YY se fue, casi corriendo, en busca del supervisor. No pasaron ni dos minutos cuando estaba de vuelta con él y hora si~ con el detective del supermercado, La sefiora del mofo tirante atin estaba alegando cuando fue obligada dar vuelia el contenido de su cartera, Y como era de suponer, allf estaba la biletera robada Fie! lector 78 tambien ha tirante? Por qué? fas culpado a la schora del moto EL CASO DEL BIZCOCHO “ARENA” Dota Felicia no tenia hijos, pero sf mu chos sobrinos que gozaban con sus visi- las y nunca dejaban de convidarla a vera neat con ellos, a celebrar acontecimientos familares imporantes 0 simplemente a pasar los dias domingo. Sus dos sobrinas imayores, casadas y con varios hij, vi vian fuera de Santiago: una en ef Nore —en 1a Serena—, ¥ otra en el Sur —en Valdivia—. El sobrino menor y su falta vivian en una parcela en Padre Hunado y dofa Felicis, cuando iba a vistarlos, gozaba preparando mermeladss con los frutos que entre todos Fecolectaban, Ea ver tba camino a Valdivia, a casa de Susana, La sanciana se habla preocupado de comprar dos asienfos en eb, poraue habit convidado al fantasa Te van a encanta los tres nifios —comentaba en voz muy baja doa Felicia al invisile Arthur Henry, insalado jumo a la ventanila—. Pero tendras que tener cuidado con Susana que, aunque encantadora, es una maniitica del ore. ‘qué contrariedad! Tendré que cuidar la ceniza de iG ables tan fuerte, Arthur Heney. Ese seitor gorda me ha mirado tedo el camino de reoj: debe pensar que yo o él necesiamos un buen siquira. Ons En ese momento el bus ente6 en Valdivia Como siempre que ta Felicia Hegaba de vista, Susana habia invitado a ss migas& tomar elt Ta anclans este vez sf part hacen coc “wera Sona cep recente, pies se desesperaba por e daspanamne ‘due esta siempre dfshe en la cocina, = En realidad, tl como Felicia le habia dicho a Anhur Henry, Sisana exagerba ia nota en coanto-2 orden todo tenia que estar impecable y, sobre todo, en’ su higse Legaba a tanto sv afin de limpices, que los Gas de Mavs —due eran bastante seguidos en el Sura pobre suis de jaquecas de puro imaginar que los zapatos ndimedos fe arnaran cl eacrnd. Suse de ao dead a ale sia cl plumero— tenn vn mangute tide « costes bordado Con ls inical correspondiente y colgacos tmbien en's percha contesponciene ¥¥ como tampoto aceptaba un pelo fuera de sa sito, esa tarde Susana, Iuego de secar uno a uno los utensils {gue lt anciana habia Urado para hacer el bizcocho, part ala peluqueria a ed ta Felicia, ayudada por los niftos, puso la mesa: un srantel de encafe el juego dete, con ora sz y dorads suc agin ver 6 abu anciana deo el bicocho sobre la mest del apara dor, en una bandeja de plata redonda, 2 ils a quedar para nosotros, it? —progunts Marga- ‘sia, [a mayor de sus sobrinas. Pes “ Aunque quede, tt esis a négimen —le espondis de inmediato Seb sstidn, el menor. * aa —Sebastdn, sic fs manos inmundas del mantel exclamé Valentina, arreglando las pequetas servilletas bordadss, con la misma meticuloidad de su made, fa bueno que fueran 4 ordensr sus dormiorios, por si una de las amigas de su mamé quiere subir —ies recomend tia Felicia y agregé—: Nosotros vamos 3 i, quieto| decit voy air, a comprar un rollo de peliculas para nuesto paseo de mafana a Niebla. Dota Felicis murmur algo entre dientes, se puso un sombrero de fielto de ala ancha y tom6 su carters —Vuelvo a las cuatro, no toquen nada en el come dos, nfios —recomend6 antes de cerrar kt puerta ‘Tia Felicia estd mAs rara que el afo pasado: se han fijado que anda hablando sola? —se slo Margatta, abrien- do el refrigerador, "Ess a régimen! —le recordé esta ver Valentina {Yo se lo que hago! (Hasta cuindo se meten en mi vidal —respondié Margarita, furibunda, ‘Margarita tenia quince ailos y aunque era mis bien alta, us sesenta y tes kilos se le notban. Se escucharon los pasos de Sebastiin que subia con cestruendo la escalera, tal como era su costume. Woy a estudiar matemiticas, que nadie me moleste! —prité antes de cerrar la puerta. ‘Al poco mito se escucharon unos compases de rap. ‘Abajo, en la cocina, Valentina obligé 2 Margarita a lavar y secar bien el vaso que acababa de user, y s6lo la ddej6 tranquila cuando la vio guardéndolo cn’ Is éltima fepisa del estante. A los pocos minutos seguia los pasos de Su hermano menor rumbo al segundo piso. Cinco minutos més tarde, Margarita entraba también 2 su dormitorio. Ta hora que paso hasta que Susana volvi6 con un peinado de globo y una chasquilla en forma de ola 2 unto de reventar, vanscuni6 plicida. Los nifos se hablan encerrado eada Uno en 64 cuarto, En un momento, uno de ellos bajé en silencio las escaleras y rogres6 a su dormito- fio casi al instante. Lucgo repitio la operacion ‘Lo primero que hizo Susana al volver de la que #2 fue entcar al comedor. Entonces st grto supers l volumen de la misica de Sebastian. = pee ct “iY FL BIZCOCHO “AREA Como no hubo respuesta, Susana respi hondo y se dg al segundo piso, subiendo las esaieras de dos co dos. Cuando legs al pesilo que cabs a la pices los ios, su chasis dela am se meta come npuio de “Sein sc el bizcocho “rena”? — voce er ve. jon, Tes PHEHES 0 arecony sels ojos asada fn Yen ese momento sons el bre Susena palideeo ~ tas visas Por suerte no eran las amigas, sino ta Felicia que volvia de sus compras, * , Qué te pasa, Susana? —fue lo primero que dijo al enfrentarse con la cara pillda y Ia chasquilla curva de si sobrina, —iTu bizcocho... mi bizcocho... el bizcocho! 0b, the cae?

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