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El pueblo pipil y su lengua” Jorge B. Lemus” Resumen Este articulo es una introduccidn a fa problemética cultural del pueblo pipil de El Salvador. Primero, se discuten las teorias mas aceptadas sobre el origen de este pusblo; Iuego se Ia Conquista, la Colo- nia y el continuo deterioro de su lengua y cultura hasta su estado actual. Lego, se da una deserip- cidn general del pueblo pipil y su lengua en la actualidad. Finalmente, se propone un proceso de revitalizacién linguistica de cineo componentes que busca revert el cambio linguistico en casos como el néhuat, que se encuentra en la itima etapa de extincién lingoistica Palabras clave: revitalizacién lingtistica, pipil-nihuat, Cuscatlin, Conquista, Colonia, evantamien- tos indigenas Abstract This antcle is an introduction to the cultural problems of the Pipil people of El Salvador, First, it discusses the most accepted hypothesis regarding the crigin of this people, the Conquest, the Colony. tnd the continuous deterioration of their language and culture to their present state, Then a general description of present day Pipil people and their language is given. Finally, a five component lin- ‘guistc revitalization process is proposed for the reversion of the language shift that has taken place In El Salvador and elsewhere Keywords: language revitalization, Pipil-Nahuat, Cuscatlan, Conquest, Colony, indigenous upris- 1. Introduccion La docadencia de Ia lengua y pueblo pi- pil es un proceso histérico que comenzé con Ja Conquista espaiiola y que ha Tlevado al pueblo pipil y su lengua'a punto de extincidn, Los pipiles actuales son un grupo "Aunque algunos proponen que las. primeras migraciones pipiles hacia Centroamériea se Ilevaron a cabo en el siglo V GBorhegyi 1965, citado por Fowler 1989) del pueblo pipil y su organizacién social; las- timosamente, dicho documento munca ha sido encontrado y su existencia parece cada vez mis una leyenda. Sin embargo, existen otros documentos que tienen validez histérica. El firaile franciscano Juan de Torquemada men- ciona en su Monarguia Indiana (1966, publi- cada originalmente en 1615) la legada de los pipiles a Centroamérica. En 1591, Torquema- da comienza a recoger informacion a cerca de los diferentes grupos étnicos de Mesoaméri- ca, basando su recuento en la tradicion oral de los indigenas. Cuando les pregunté a los pi- pil-nicarao de dénde venian y cusindo habian Megado a tietras centroamericanas, éstos Ie contestaron que habian venido de donde se ‘oculta el sol hacia siete u ocho edades o vidas de un hombre viejo antes que los espafoles Megaran a Nicaragua. De acuerdo a Thomp- son (1948) y Jiménez (1959), un hombre vie~ jo vivia dos ciclos de 52 afios, es decir, 104 afios o un huehuetilith. Esto significa que, segiin los registros de Torquemada, los pri- ‘meros grupos nahuas arribaron a Centroamé- rica entre 728 y 832 afios antes de la Iegada de los espatioles, 0 de las entrevistas de Tor- ‘quemada; es decir, entre los siglos VII y IX 4.C. Si Torquemada tomé sus datos referentes ala Ilegada de los pipiles a Centroamérica de la Epistola proemtal de Fray Toribio de Be- navente, Motolinia', las primeras migracio- nes nahuas iniciaron entre los afios 723 y 808 de nuestra era, Este grado de exactitud no es posible con la poca evidencia existente; sin embargo, es una aproximacién valida y ha sido utilizada por varios estudiosos, la dife- rencia varia entre si se toma en cuenta la fe- cha en la que Torquemada escribié su Mo- narquia Indiana o los escritos de Motolinia Estos grupos nahuas se vieron obligados a abandonar su tietra natal, probablemente ubi- * De su Historia de los Indios de la Nueva Espafia, encomendada su escritura por Orden de Jos Franciscanos a Motilinia en 1536 y publicada en forma fragmentaria por lord Kingsborough hasta 1848, La epistola esté firmada por Motolinia en 1541 Universidad Don Bosco- Gécatifica 5 El pueblo pipily su lengua cada entre Soconusco y Tehuantepec, segin ‘Torquemada, Los Olmecas los sojuzgaron y les impusieron altos tributos. Ademis, eran tratados de muy mala manera y tenian que entregar dos nifios a los Olmecas diariamente. No sabian si para sacrificarios © para que les, sirvieran (Torquemada 1966). Esto los oblig6 a huir hacia el sur, pasando por Guatemala y El Salvador hasta llegar a Nicaragua, fundan- do asentamicntos pipiles a través de todo el camino, siendo los mis conocides Mictlan (Asuncién Mita), Yzcuinilan (Escuintla) Yizalco (Izalco). Estas migraciones coin. ron con el colapso del imperio Tolteca en el S x Otro hecho histérico mencionado por Mo- tolinia en su Epistola Proemial sobre las mi: graciones nahuas es el siguiente: No he podido bien averiguar eual de estos hermanos fue a poblar ta provincia de Nicaragua, mas de cuanto sé que en tiempo de una grande esteritidad, compeli- dos muchos Indios con necesidad, salizron de esta Nueva Espatta, y sospecho que fue en aguel tiempo que hubo cuatro aflos que no levid en toda la tierra: porque se sabe que en este propio tiempo por el mar det sur fueron gran nimero de canoas 0 bar- cas, las cuales aportaron y desembarcaron en Nicaragua, que esté de México mas de trescienias y cincuenta leguas, y dieron guerra a los naturales que allt tenian po- lado, y los desbarataron y echaron de su sefiorto, y ellos se quedaron, y poblaron alli aguellos Naluates; y aunque no hay ‘mas de cien aos, poco mis o menos, cuando tos Esparioles descubrieron ague- Ua tierra de Nicaragua, que fue en el aio de 1523, y fue deseubierta por Gil Gonzd- lez de Avtia, juzgaron haber en ta dicha provincia quinientas mil dnimas. Después se edificd allt la ciudad de Leon, que es cabeza de aguella provincia. ¥ porque mu- chos se maravillan en ver que Nicaragua sea y esté poblada de Nahuales, que son de la lengua ce México, y no sabiendo cuindo ni por quién fue poblada, pongo agui la manera, porque apenas hay quien 10 sepa en la Nueva Espana, (Motolinia 1541) Esta sequia, aunque de seguro hubo mu- chas, ha sido ubicada entre los siglos XIII y XIV, segiin Anmillas (1964, citado por Fow- ler 1989), Los recuentos hist6ricos anteriores evi- dencian las diferentes olcadas migratorias de Jos pueblos nahuas que tuvieron lugar desde el S VIII al XII, por lo que no se puede hablar de una fecha definitiva, ni de un grupo especifico, Fucron varios pucblos nahuas los (que migraron en diferentes épocas y por dife~ rentes razones. La didspora de los pucblos nahuas duré varios siglos. 2.2. Evidencia Lingiistica La evidencia lingiiistica, como mencioné anteriommente, es también pobre y ubica, se- Gn algunos autores Ia Hegada de los pipiles 4 Centroamérica unos 200 afios antes (S VI) que la tradicién oral, Lehman (1920, citado por Fowler 1989), por ejemplo, concluye que por el status arcaico det pipil en compara~ iin con ef néhuatl (mexica) y el néhuat de Jos nicarao, el pipil debié haber Hegado a El Salvador en ol siglo cuarto de nuestra era. Por el otra parte, segiin Swadesh (1954-1955) pipil es el resultado de ta primera gran di si6n del nihuatl que creé la diferencia néhuat- nahuatl, y posteriormente surgié la variante nahual (S. XV), Estas divisiones se basan en Ja evolucién de /t/ que se convirtié en el fo- nema lateral alveolar afticado ‘i, que luego sc simplificd a [1] en otras lenguas.’ Esta dis- tincién /t/~/Y/ se Mev a cabo alrededor del siglo IX, lo que coincide con Ia partida de los pipiles hacia Centroamérica, como se discutié amiba.’ Garcia de Leén (1976, citado por * Hasler (1954-1955) propone otras diferencias, fonologicas y morfolégicas para clasificar los dia lectos nahuas en cuatro regiones geogrifices, © Cabe mencionar que una de las diferencias ‘mas obvias dl pipil 0 nahuat con otras lenguas nnahuas es la existencia del fonema ft! en el nihuat salvadorefio en contraste con el fonema /tl/ en tras variantes. El nombre mismo de Ia lengua Universidad Don Bosco- Géentifica § 10 Jorge E. Lemus Campbell 1985), usando las listas de Swadesh propone que *...el pipil salvadoreiio solo di- fiere 6 siglos de Tustlas, Jalipan, Pajepén, Boquiapan y Jalupa, to cual indica que el primero es producto de un movimiento re- ciente que se efectus en tiempos histiricos (Gélo dos siglos antes de la conquista)” (Gar- cia de Leén 1976:41). Estas fechas glotocto- nolégicas coinciden con la evidencia historica discutida ariba sobre la Ilcgada de los pipiles, 4 Centroamérica, Estas propuestas clasifiean aI pipil como una de las variantes mas arcai cas del proto-néhuatl, Sin embargo, la gloto- cronologia’ no es exacta, y ha sido desacredi- tada en la literatura, va que las lenguas cam- bian impredeciblemente y dependen mucho del contexto sociohistérico en el que se en- cuentran, Por esta raz6n, no tomo los datos lotocronolégicos como concluyentes, sino como simples aproximaciones que nos sirven, junto con otros datos histéricos y arqueoléei- cos, a ubicar las migraciones nahuas dentro de cierto periodo histérico, 2.3. Evidencia Arqueologica La evidencia arqueolégica también indica los periodos migratorios de los pueblos na- huas en Centroamérica, aunque tampoco pue salvadorefia, nahuat, contrasta con las lenguas mexicanas néhuat! La glotocronologia cs una técnica que busca calcular el tiempo de separacién de dos lenguas divergentes, comparando si vocabulario, Este enfoque propone que, debido al contacto con otras, lenguas y la propia evolucién, los idiomas evolucionan en una tasa constante de 86% de su vocabulario bisico cada mil aos. Swadesh propone una lista de cien palabras basices para hacer estudios —_Iéxico-estadisticos ‘lotocronolégicos, segin su ecuacién: t= (log ¢)/ @ log 1), Donde t = tiempo de separacion entre Tenguas, © ~ coeficiente de similitud léxica (esando sus listas), yr = constante glotocronolégica (eslablecida al 86%). Por Supuesto que este no es un porceniaje cientificamente comprobado ni comprobable, y la metodologia es rechazada por In mayoria de linguistas. de proveer fechas exactas. Jiménez Moreno (1966) relaciona la egada de los pipiles a Centroamérica con Ia distribucién en la re- gién de yugas, hachas ¥ palmas, asociados con al juego de pelota, y plantea Ia hipétesis de una migracién masiva de pipiles alrededor del afto 800 dC. De Borhegyi (1965, citado por Fowler) plantea tres periodos migratorios: i) el Teotihuacan-Pipil (400-300 dC), produc~ to del expansionismo tcotihuacano que alean- 2 la costa del pacifico en el sur de México y Guatemala, ii) el teotihuacan-pipil con in- fluencia Tajin (EI Tajin, en el actual Vera~ eruz, México) entre los afios 700-900 dC) y, ili) el periodo de las migraciones nonualca- pipil, que comenzaron en el aiio 800 y conti- nuaron poblando Centroamérica junto a ta primera migracién tajinizada entre los afios 1000 al 1300. Fowler considera demasiado pobre la evidencia presentada por estos inves tigadores. Aunque existe evidencia arqueolé- atica de la presencia teotihuacana en el area, no se pucile afirmar que estos grupos habla~ ban nahuat. El estilo de las esculturas en San- ta Lucia Cotzumalhuapa, Guatemala, parecen ser los mejores ejemplos de las migraciones durante el Clasico Medio y Tardio, Las escul- turas encontradas en Cotzumalhuapa tienen elementos iconogriticos originarios del valle central de México y el Golfo, to que permite especular sobre si las esculturas representan ‘una fuerza invasora, Fowler también desesti- ma que los yugos y hachas se relacionen ne- cesariamente con grupos nahuas. Durante el periodo Clasico Tardio, 1a cultura Cotzumal- hhuapa se expandi6 al territorio salvadoreiio, como lo demuestran las esculturas, la arqui- tectura y la cerémica encontrada en Cara Su- cia (Ahuachapan, El Salvador), que datan de alrededor del afio 900 dC pero que segin Amaroli (1984) estos no son mas que indicios del papel que jugaron los pipiles en el aban- dono de Cara Sucia. La evidencia arqueoldgica indica una fuer te migracién pipil a centroamérica en ol pe~ iodo postelasico temprano (900-1200), en el cual los pipiles tomaron control de la mayor parte de regiones de Bl Salvador (v.gr., Chal- Universidad Don Bosco- Gécatifica 5 El pueblo pipily su lengua ul chuapa, la cuenca del Cerrén Grande, San Lorenzo en el bajo Lempa), desplazando a los, chortis y otros grupos mayas (Fowler 1989:42), Se han encontrado deidades nahwas como Xipe Totec y Tlaloe correspondientes a este periodo. En conclusién, 1a evidencia revisada en esta seccién nos permite afirmar que las ma- ‘ores migraciones nahuas a Centroamérica se ilevaron a cabo en cl Clasico Tardio (S X al XIII dC), y que éstos fueron los pipiles que los espaiioles encontraron a la hora de la con quista. La evidencia presentada no demuestra que haya habido asentamientos mayores antes, de esta fecha, aunque si indica la presenci nnahua en la regién anteriormente. La listas de Swadesh, aunque la glotocronologia no sea exacta, como se mencioné arriba, si nos de- muestra que por las caracteristicas lingiisti- cas del pipil, éste no pudo haber estado se- prado por mucho tiempo del tronco néhuat, probablemente 500 aiios 0 menos, por Lo que es dificil ubicar la Hlegada de los pipiles a Centroamérica antes del $ X. Nétese que no estoy negando la existencia de oleadas migra torias anteriores, sino que fueron los ailtimos grupos migratorios los que finalmente pobla~ ron la region centroamericana, a lo largo de la costa del pacifico hasta Nicaragua, 3. La Conquista La mayoria de reportes historicos sobre la conquista y colonizacién de El Salvador pro- vienen de los mismos conquistadores en la forma de cartas, informes y procesos legales; los recuentos histéricos dé parte de los indi= genas existen Gnicamente en forma de refe- rencia como en las entrevistas Hevadas a cabo por Torquemada 0 la traduccién de los Anales de los Cachiqueles. Basados cn este tipo de documentos, doy en esta seccién un breve recuento de la conquista y colonia de Cuzca- tlan (v.gr., El Salvador actual). Don Pedro de Alvarado, uno de los lugar~ tenientes de Hernan Cortez, inicié la conquis~ ta de Cuzcatlan en mayo o junio del aio 1524. Su ejército consistia de 200 soldados espafioles y alrededor de 2000 indigenas que trajo consigo desde Guatemala, Los pipiles de Izaleo (0 Itzalcos) sabian de la venida de los espaioles y los esperaban cn Acaxual (cerca del modemno puerto de Acajutla), ataviados con sus trajes de guerra, lanzas y flechas y pesadas armaduras de algodén. Parecian tan fieros, que el mismo Pedro de Alvarado en su relacién a Hernan Cortez le da a conocer cuan asustado se sintid al ver a las tropas pipiles ‘que superaban a la suya en miles de hombres, de Iejos cra para espantar porque tenian los mis lanzas de treinta palmas, todas enarbola- das” (Barberena 1966). Tan fiera fue la de- fensa de los pipiles, que obligaron a los espa~ fioles a irse en retirada, Al ver esto, los pipiles avanzaron tras los espaiioles hasta terreno abierto. Este fue un grave etror militar ya que Pedro de Alvarado se habia retirado estratéui- camente hasta un lugar en el que sus tropas podian esconderse en las montaiias desde donde contraatacé a los pipiles on campo abicrio. Los pipiles fucron masacrados. Sus armaduras de algodén eran tan pesadas que, cuando caian, no podian levantarse y eran asesinados sin compasién en el suelo por los invasores, Cinco dias mas tarde, los pipiles habian organizado otro ejército para enfrentar a los espaiioles. Esta vez la batalla se libré en Tacuscalco. Una vez mis, la caballeria y las estrategias militares superiores de los espatio- Js le dieron la victoria a de Alvarado, detro- tando y masacrando a los pipiles. Después de estas dos cruentas batallas, Los itzalcos se retiraron y su poder militar se re~ dyjo al minimo. De Alvarado siguié su cami- no hacia Cuzcatlin; entusiasmado por sus victorias en la regién de los itzalcos, estaba preparado para una mayor batalla en Cuzca~ tlgn, Sin embargo, Ia situacién fue diferente, ya que los pipiles de Cuzeaflan habian escu- ‘chado sobre las batallas de Acaxual y Tacus- calco y decidieron no enfrentar a los invaso- res, sino recibirlos pacificamente con todo tipo de ofrendas, Bartolomé de las Casas en su Brevisima Relacion de la Destruicién de las Indias (Edicién de André Saint-Lu, 1991) describe Universidad Don Bosco- Gécatifica 5 12. Jorge E. Lemus la conquista de Cuzeatlin de la siguiente ma- era: De infinitas obras horribles que en este reina hizo este infelice malaventurada tirano y sus hermanos® (porque eran sus capitares no menos infelices e insensibles que él con lox demas que les ayudaban), fue una harto notable: que fue a la provin- cia de Cuzcatidn, donde agora o cerca de all es la villa de Sant Salvador, que es una tierra flicisima eon tada la costa de la mar del Sur, que dura cuarenta y cincuenta le- ‘guas: y en la ciudad de Cuccailin, que era la cabeza de la provincia, le hicieron _grandisimo recebimiento, y sobre veinte 0 treinta mil indios le esiaban esperando cargados de gallinas y comida. Llegado y ‘recebidd el presente, mandé aque cada es- paftol iémase de aguel gran nimero de gente todos los indios que quisiese, para los dias que ali estuviesen servirse dellos ¥ que twviesen cargo de traerles Io que hhobiesen menester. Cada uno tomé ciento 0 cincuenta, o los que parecia que basta- ban para ser muy bien servido, y las ino- centes corderos suftieron la divisién y ser- vian can todas sus fuerzas, que no faltaba ‘sino adorallos. Entre tanto este capitén pidid a los sefiores que le trujesen mucho ‘ro, porque a aquella principalmente vent- ‘an. Los indios responden que les place darles todo el oro que tienen, ayuntan muy gran cantidad de achas de cobre (que tienen can que se sirven) dorado, que pa- rece oro porque tiene alguna. Méndales poner el toque, y desde que vido que eran cobre, dijo a los espaftoles: “Da al dablo tal tierra; vamonos, pues que no hay oro: y cada uno de los indios que tiene que le sir- ven, éehelos en cadena y mandaré herré selos por esclavos.”” Hacenlo ast y hi ‘ranlos con el hierro del rey por esclavos a todos los que pudieron atar, y yo vide al hijo del seRor principal de aguella ciudad herrado. Vista por los indios que se solta- ron y los demas de toda la terra tan gran mmaldad, comienzan jstarse y a ponerse en * Se refiere de las Casas a Pedro de Alvarado, ‘Gonzalo, Gomez y Jorge de Alvarado, De la resefia de de Las Casas sobre la conguista de Cuzcatlin podemos inferir el grado de barbarie con el que ésta se levs a cabo. Los espafioles buscaban oro y no les mporté que los pipiles los recibieran con fru- tas, pavos y todo tipo de comida. Al no tener ‘oro que ofrecer, los indigenas les ofrecieron hachas de cobre a los conquistadores. Esto solo caus6 la furia de de Alvarado quien de- cidié esclavizar a los indigenas, incluyendo a los sefiores, 1a familia real. EI mismo de Al- varado acepta lo barbaro de su conquista en cl juicio que se le siguié en México en 1529. En ‘una carta a Hemén Cortez Ie explica que de- cidié ahorear a los gobernantes de Cuzeatlin y esclavizar y vender a los pipiles para recu- perar parte de los gastos en los que habia in- currido para la conquista; es decir, para pagar las municiones, los caballos y los hombres que se necesitaron. Ante esta agresién, los pipiles huyeron a las montaiias y se enfrenta- ron a los espaftoles en varias batallas, de tal manera que la conquista de Cuzcatlan no se completé ese aiio. De Alvarado regresé a Guatemala y en 1525 (o a finales de 1524) vuelve a Cuzcatlin y funda San Salvador jun- to a su hermano Diego. Segin el dominico Domingo Juarros (1808-1818), historiador guatemalteco, Ia conquista definitiva de Cuzcatlin se Mev a cabo el 6 de agosto de 1526, por lo que se le Hamé a la nueva ciudad San Salvador y cada 6 de agosto se celebraba la conquisia pascando la espada ensangreniada de de Alvarado por toda la ciudad.” Ante tal agresion, los _pipiles organizaron un ataque en contra de los conquistadores ese mismo aiio, 1526, sin ningin resultado considerable. Después de este iltimo levantamiento, no hubo otros de mayor envergadura, simples escaramuzas que en ningtin momento pusieron en peligro el dominio espaitol. La historia no registra ningin levantamiento mayor sino hasta los nonualcos en 1833 y los pipiles en 1932 (ver abajo). ° I histrisdor salvadoreio, Barberena, con- firma esta historia (Barberena 1966), aunque nadie ceonoce el paradero de tan infame arma. Universidad Don Bosco- Ceentifica $ El pueblo pipily su lengua ‘Tributos y encomiendas Los espaoles se aprovecharon de la muy bien establecida produccién de cacao que mantenian los pipiles y de su sistema de tributos. Obligaron a los pipiles a cultivar el cacao y pagar encomienda (ie., impuestos los espaftoles. Los encomenderos recibjan un porcentaje de la produccidn de eacao por cada cabeza de familia.'” Al poco tiempo, los en: comenderos se quejaban que habia muy pocas eabezas de familia para pagar los impucstos, Este dato nos ayuda a visualizar la rapide ccon ka que Ia poblacidn pipil estaba desaj ciendo. Para el ano 1590, ta poblacién se habia reducido enormemente has! 20% de la poblacién original a la hora de la conquista. Este porcentaje proviene de los reportes hist6ricos (Torquemada, Bartolomé de las Casas, ete.) y de las listas de enco miendas que mantenian los encomenderos. Al comparar estas listas a través de los aos, se puede observar claramente el ritmo acelerado de esta despoblacién. En 1550, por ejemplo, segiin reporta Browning (1971), habia 30,000 sabezas de familia en el oriente del pais, pero dinicamente 8,000 en el aio 1590. Las razones de esta rpida disminucién de la poblacién desde la conquista y la consecuente colonia son vatiadas: i) las enfermedades como la sifilis, el sarampién, la varicela y la tifoidea mataron a gran parte de la poblacién, proba- blemente mas que la conquista misma: ii) las condiciones insalubres en las que trabajaban los indigenas en las plantaciones de cacao provocaba que muchos pipiles murieran jéve~ nes, muchas veces antes de procrear familia; iii) el aumento de los impuestos por parte de Jos encomenderos para compensar la dismi nucién en cabezas de familia, producto de la disminucién general de la poblacién pipil!' La “cabeza del hogar era el hombre de la casa, y es asi como se caculaba la encomienda. "En Ateos, por ejemplo, en 1532, sein los nderos, cada familia tenia que pagar 30 xiquipiles, pero ya en 1548, se les cexigia el pago de 60 xiquipites, un aumento del Univer 13 iv) el abuso de los espafoles y de los criollos por la falta de leyes de proteccidén a los indi- sgenas, lo que les permitia pricticamente hacer To que quisieran con ellos; v) el ganado que deambulada Tibremente por los campos. ya que no habia cercos, devorando y destruyen- do a su. paso los cultivos de subsistencia de los in como el maiz y las verduras. Todlos estos factores y otros contribuyeron a Ja ripida disminucién de la poblacién pipil y demas etnias del territorio salvadoreno, La situacién se volvié tan eritica que los espatio- les se vieron obligados a importar hombres de Guatemala (probablemente de la veeina Es cuintla, una ciudad pipil al sur de Guatemala) para que se casaran con las mujeres pipiles en Talleo y de esta manera hubiera mas eabezas de familia que pagaran impuestos.! En los afios que siguieron a la conguista y colonia, la situacién del pueblo pipil, su len- eu y cultura no mejoré en nada, Comenza ron a perder su identidad como pueblo, Des- cubrieron que a los ladinos'* les iba_mejor 200% en menos de 20 afios. En el sistema de me- digas indfgena se utilizaba el cacao, por lo que st. uso ha sido equiparado con el de la moneda, Un ‘zontle equivalia a 400 almendras de cacao, un Xiquipil a 20 zontles y una carga a tes wiguipiles. "By interesante notar que estas importaciones dle hombres desde Guatemala, quienes no neces jente provenian de comunidades pipites, pudo haber ereado un caso de bilingdismo diferenciado por el género. Lardé (1926) cita un informe del coidor Toms Lopez Medel en el que afirma que las mujeres en Ahuachapin hablaban pokomame jentras que los hombres hablaban nahuat, Des cono7eo alguna otra evidencia histiriea de este hecho, pero es posible que el bilingtismo haya existido en los asentamientos no-pipiles mucho. antes de la Hegada de los espafoles, ya que los seorios de aleo y Cuscatkin dominaban a las emis etnias de la region y, por lo consiguiente, utitizaban ef nihuat como lengua franea. Sin el bhargo, si el bilingiismo fue el resultado de la portaciin de hombres de Guatemala, las mujeres ebieron hablar nihuat y los hombres pokomame c Guatemala, | indigena qu ad Don Bosco- Geatifiea 14 Jorge E. Lemus que a ellos y que al hablar espafiol, vestirse como ladinos y actuar como ellos tenian una oportunidad, aunque marginal, de mejorar su precaria condicién de vida. Muchos de los pipiles que lograron salir de las comunidades, nunca regresaron a cllas, y silo hicicron, vol vian como ladinos y veian de menos a los indigenas. Bsta pérdida de identidad ha obsta~ culizado los esfuerzos de revitalizacién de 1a Tengua, como se demuestra mas abajo, y de revalorizar su cultura Barberena (1966) reporta que en 1892 la mayor parte de la poblacién salvadorefia era monolingte, sélo hablaban espafiol. Aunque ain habia en esa fecha asentamientos impor tantes de pipiles en el occidente y centro de El Salvador, el cambio lingiiistico hacia el espatiol era constante y fuerte en todas las regiones. A finales del Siglo XIX, el pipil ya habia pedido su estatus lingtistico y habia sido reemplazado, para todo uso practico, por el espaitol. La utilizacién de la lengua se limi taba al hogar y todas las actividades domésti- cas, 5. Eltirode gracia La agricultura de subsistencia siempre ha sido la base econ6mica del pueblo pipil. Ain después de la conquista, los pipiles mantuvie~ ron las tiertas communales y ejidos para sus cultivos de subsistencia, Sin embargo, a me- diados del 8, XIX, EI Salvador comenzé a sembrar café, el cual se convirtié rapidamente en el principal producto de exportacién del pais. Este auge cafetalero generé toda una nueva generacién de ricos terratenientes en El Salvador quienes pronto. buscaron nuevas, tierras donde sembrar su preciado café. Las mejores tierras disponibles para las nuevas plantaciones de café pertenecian a las comu~ aprendlido a hablar espafiol y a quien ya no se le considera miembro de la comunidad, En la actus. lidad, el témmino denota a toda persona no indige. na, nidades indigenas y de campesinos." Esto les planteaba un problema a los terratenientes, quienes descaban ampliar sus plantaciones de café para cubrir la creciente demanda del producto en los mercados intemacionales. El informe de 1879 de la Gobemacién del De~ partamento de Santa Ana explica que la tierra es “muy fértil y apta para el café” pero que “desgraciadamente os indios sélo_cultivan maiz, fiijoles, arroz y yuca” (Browning 1975:319), los tipicos cultivos de subsisten- cia, Para poder obtener estas tietras, el go- bictno emitié of docreto legislativo del 18 de mayo de 1881, en cuyo preambulo establecia que “La existencia de tierras bajo la propie- dad de las Comunidades impide el desarrollo agricola, estorba la circulacién de la riqueza y debilita 1os lazos familiares y Ia independen- cia del individuo, Su existencia contraria los principios cconémicos y sociales que la Re~ plblica ha adoptado.” (Browning 1975:337- 338) Con todos estos argumentos de parte del gobiemo, se aprobé en 1882 Ia ley que abolia los ejidos y las tistras comunales (Decreto Legislative, Marzo 2, 1882), Esta ley tuvo un terrible impacto en ef sistema de subsistencia de indigenas v campesinos. Ya no podian cul- tivar los productos que les garantizaban la ™ bs dificil diferenciar a primera vista a un in ddigena de un campesino en El Salvador. Ambos ‘comparten las mismas necesidades, especialmente cen To que se refiere a tierras, y viven en las mis- ‘mas condiciones de pobreza. Existen, no obstante, ccaracteristioas que los diferencian (ver en este rniimero el articulo de Ramén Rivas sobre el Perfil Indigena de El Salvadce), Lemus (2001) propone las siguientes caracteristicas para identificar a los indigenas salvadorefios: i) hablan espafiol como primera lengua pera ain conccen palabras y frases ‘en néhuat, i) hablan y se visten como campesinos, iil) por lo general pertenecen a una cofradia; iv) pueden demostrar su ascendencin indigena a tra- vvés de su genealogia; v) se reconocen a si mismos ¥y a otras como indigenas. vi) utilizan herramientas rrativas en el hogar y en el campo; y vii) son re- ceptores y transmisores de la tradicion oral en sus ‘comunidades, Universidad Don Bosco- Géentifica § El pueblo pipily su lengua 15 subsistencia de su familia. Esto los sumié en tuna tremenda pobreza. A raiz de esto, hubo pequefios levantamientos y protestas por lo que algunos alcaldes en las comunidades in dligenas decidieron no aplicar el decreto por temor a ser atacados. Esto no importé y de un plumazo se dejé a los campesinos e indigenas, sin tierras. Muchos se convirtieron en néma- das y en ocupantes ilegales al encontrar ras que pudieran ufilizar para sus cultivos. La situacién empeord con el paso del tiempo y para 1931 la situacién era inaguan- table, La Gran Depresién mundial habia hecho que el precio del café cayera hasta el minimo, y la estabilidad politica y econémica del pais se veia amenazada, Después de un golpe de estado liderado por los militares co- ntra Arturo Araujo, el General Maximiliano Heméndez Martinez, para entonces vicepre~ sidente, asumié el ejecutivo, Una de sus pri- meras acciones como presidente fue Ia captu- ra de Farabunclo Marti, junto a Mario Zapata y Alfonso Luna, todos acusados de pertenecer al recién fundado partido comunista. Todos fueron juzgados y ejecutados el primero de febrero de 1932. Martinez acus6 a los comu- nistas de manipular a los campesinos v causar inestabilidad social. El 22 de enero de 1932, los indigenas y campesinos comenzaron un levantamiento general en la zona occidental del pais en reclamo de mejores condiciones, de vida y para recuperar sus tierras, No tenian entrenamicnto militar, lucharon con machetes, contra la bien armada y entrenada Fuerza Armada de El Salvador. No existen datos ofi- ciales sobre ef ndimero de bajas que suffieron los rebeldes. Al parecer, el propio Hermindez, Martinez ordend destruir todos los registros relacionados con el levantamiento (Anderson 1971). Algunos datos conservadores indican que el niimero de bajas fue de 10,000 (Ander~ son 1971); sin embargo, otras fuentes menos conservadoras y la tradicién oral estiman que en cuestién de dias entre 30,000 y 50,000 in= digenas ¥ campesinos fueron masacrados, en lo que se conoce como La Matanza. Después del levantamiento del 32, Hemandez prohibié el uso del nahuat, el cual se consideraba una lengua peligrosa que podia ser utilizada para complotar contra el gobietno. Hablar pipil se convirtié en sinénimo de rebelde y conmunis- ta.'* A consecuencia de esta percepeién del Ienguaje, el nahuat no fue transmitido a las nuevas generaciones, para protegerlas de cualquier represién estatal. Los pocos hablan- tes que encontramos hoy en dia eran los nifios, de los afios 30, por lo que sus edades oscilan centre Ios 60 y 80 aiios. 6 Elan huat ino hacia la extineion del na- A la llegada de los espafoles, se hablaban en El Salvador varios idiomas, pero el domi- ante era el pipil 0 néhust, al menos al po- niente del Rio Lempa, Al oriente del Lempa se hablaba principalmente lenca y cacaopera y al norte del pais se hablaban lenguas mayas como el choriis y el mame, Existen algunos reportes que mencionan la existencia de len- ‘2uas no uto-aztecas en la parte central y occi~ dental del pais, Fowler (1999), por ejemplo, ‘menciona que en la zona de Chalchuapa se hablaba pokomame y lenca en Sensuntepeque € Mobasco. Habia otras lenguas “menores”, las cuales eran consideradas “inferiores” por Jos pipiles y les Hamaban popolucas 0 chon- tales'®, palabras que en Nahuatl significan 'S Hablar pipil no era la tinica caracteristica tomada en cuenta para identificar a los rebeldes Portar machetes, tener fisonomia de indigena (al- 20 dificil de reconocer dado el grado de mestizaje en el pais), 0 vestirse como campesino eran 1aZ0- res suficientes para ser encontrado culpable de sedicién, Anderson (1971) ejemplifiea como esta clasificacién arbitraria contribuyd a Ia matanza. A todos los campesinos que no participaron en el Tevantamiento se les pidié que se presentaran 2 1a ‘comandancia en Tzaleo para darles salvoconduc- tos. De los campesinos que respondieron al llama~ do, se seleccionaron todas aquellos que tenian las cearacteristcas indigenas antes mencionadas. Lue- £80, les ejecuté en la villa pblic, *© En realidad, estas lenguas existen con estos, nombres, pero los pipiles utilizaban sus nombres Universidad Don Bosco- Gécatifica 5 16 Jorge E. Lemus ristico, incomprensible, extranjero, seein Barberena 1966, No cabe duda que a la llega da de los espafioles, los pipiles dominaban y su lengua era utilizada como lengua franca en toda la regién, 6.1 Clasificacion linguistiea El idioma pipil pertenece a la familia Uto- Arteca y se Ie considera una lengua indepen- diente de las variantes néhuatl encontradas en México. En la literatura lingiiistica interna cional se le conoce como pipil, aunque el au- togloténimo varia entre néhuat, nahuate y Tingua. En este estudio me refiero a esta len= gua principalmente como ndhuat, por ser el autogloténimo més utilizado por los indige~ nas, aunque también utilizo ocasionalmente el témino pipil tanto para referirme al pueblo como a su lengua. A la Mlegada de los espaiioles a EL Salva- dor, sus traductores mexicanos consideraron que la Iengua hablada por los pipiles era mexica 0 mejicano (néhuatl) corrupte, por la forma arcaica de la mista al compararla con el nahuatl, De hecho, una de las versiones sobre el origen del nombre pipil proviene precisamente de esta apreciacidn de la lengua de los pipiles como una lengua corrupta, mal hablada. Por considerar que los indigenas de Cuzcathin hablaban como nifios, s¢ les Ham pipiles, que significa nifios en su lengua, Otra version sobre el origen del nombre pipil pro- viene del nombre del supuesto lider que diri- gid las primeras migraciones nahuas hacia Centroamérica, el principe Pipiltzin, por lo que los pipiles se Haman asi por ser descen- dientes de este noble guerrero. Las caracteristicas arcaicas del idioma mencionadas aqui han motivado a algunos investigadores (Cf. Jiménez. 1959) a propo- ner que la cultura Azteca tuvo su origen en tierras cuzcatleeas. En realidad, el motivo del arcaismo de 1a lengua pipil se debe a su ais- lamiento geognifico de los mayores centros, para referitse a cualquier lengua o pueblo extran- Jero, de desarrollo nihuatl en México, como Te- nochtitlan, y a su temprana division (S. IX) del nahuatl. El néhuat! evolucioné mas répi- damente en México que en BI Salvador debi- do al gran crecimiento del imperio Azteca, por eso cl pipil manticne caracteristicas més arcaicas. La Figura | muestra la posi pipil dentro de la familia Uto-Azteca de idiomas, seaiin diversos autores (Cf. Camp- bell 1985, 1997, Grimes 1999, Armas Molina 1976 ). De acuerdo con esta clasificacién, el pipil cs una lengua azteca, perteneciente a la subfamilia de Uto Aztecas Surefios que cu- bria desde ef norte de México hasta Nicara~ gua, En a actualidad, muchas de las lenguas Uto-Aztecas han muerto 0 estin moribundas como el pipil. 6.2 Pérdida de estatus Lingilistico De esta manera, con la egada de los es- pafioles, comenz6 el proceso de decadencia lingGistica del pipil. Con Ta conquista de Cuz- catlin, 1a Lengua pipil perdid estatus, y hasta fue considerada como lengua corrupta (ver arriba), El nahuatl traido por los conquistado- res se convirtié ripidamente en la lengua franca para comunicarse entre conquistados v conquistadores.'” Como se mencioné arriba, tuna de las diferencias fonol6gicas mas obvias entre el pipil y el nahuatl es of fonema lateral alveolar africado tl’, presente en cl altimo pero ausente en el primero, el cual retiene Ia WV. No obstante la ausencia de /t en pipil, enicontramos numerosos topénimos en el pais que incluyen tl’, como Cuzcatlin; también cencontramos nombres de personajes miticos tales como el jefe Atlacatl'® Estos deberian BI nihuatl fue utilizado en todo Mescaméri= ‘oa e incluso en Sur América como lengua franca For esta razén encontramos nahuatlismos en todas Jas variantes del espafiol habladas en Hispanoamé- rica "© No existe ninguna evidencia histérica que demuestre In existencia de aAtlacatl, por lo que le amo “héroe mitico”. Recinos y Goetz (1953)

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