de la A a la z / David beckham

>> Nom­bre > David Beckham

Club > Los Angeles Galaxy
Po­si­ciÓn > Mediocampista
Fe­cha de na­ci­mien­to > 2/5/1975
Edad > 33
por martÍn mazur Na­cio­na­li­dad > Inglesa

la bestia
TOP ten
GOLDEN FOOT 2008

Beckham es candidato al Golden Foot,

pop
premio a la trayectoria que se entrega
en Mónaco. Los elegidos dejan su huella
en la rambla de Montecarlo.

1 David Beckham
(Inglaterra), LA Galaxy

2 Gianluigi Buffon
(Italia), Juventus

3 Fabio Cannavaro
(Italia), Real Madrid

4 Luis Figo
(Portugal), Inter

5 Ryan Giggs
El futbolista más mediático del mundo fue botellero antes de cumplir 15 años. Calentón, (Gales), Man Utd.

6 Thierry Henry
familiero, tatuado hasta el alma y extasiado por pertenecer al jet set, el multimillonario (Francia), Barcelona

7 RaÚl
volante inglés de LA Galaxy se esfuerza por colonizar una plaza no tradicional y daría (España), Real Madrid

8 Roberto Carlos
buena parte de su imperio si su esposa pudiera regalarle la hija que tanto anhela. (Brasil), Fenerbahce

9 Francesco Totti
(Italia), Roma

10 David Trezeguet
(Francia), Juventus

a
AC­TI­TUD. A pe­sar de to­do lo que ro­dea a
Beck­ham y que po­dría dis­traer­lo, si hay al­go
en lo que se des­ta­ca el vo­lan­te in­glés es en su
má­xi­ma aten­ción por los en­tre­na­mien­tos. Usa
un mé­to­do es­pe­cí­fi­co y mues­tra un pro­fe­sio­
na­lis­mo ejem­plar. In­clu­so cuan­do es­tu­vo col­
ga­do en el Man­ches­ter y en
el Real Ma­drid –con el con­
tra­to con el Ga­laxy fir­
ma­do–, siem­pre re­sul­tó
un ejem­plo en las prác­ti­
cas.
b
BIG BANG. La ex­plo­sión mun­dial de Beck­ham
tu­vo un eje cen­tral ab­so­lu­ta­men­te fut­bo­le­ro:
fue el año 1999, cuan­do el ru­bie­ci­to se con­vir­
tió en una de las pie­zas fun­da­men­ta­les del
Man­ches­ter Uni­ted que ga­nó el tri­ple­te: Pre­
miers­hip, FA Cup y Cham­pions Lea­gue. La
in­far­tan­te fi­nal en Bar­ce­lo­na
con­tra el Ba­yern lo con­sa­
gró: fue él quien ti­ró los
dos cor­ners so­bre la ho­ra
pa­ra dár­se­lo vuel­ta a los
ale­ma­nes.
c
CA­RRE­RA. Só­lo cua­tro clu­bes pue­den enor­
gu­lle­cer­se de que Beck­ham ha­ya ves­ti­do su
ca­mi­se­ta. En­tre 1993 y 2003 fue un íco­no del
Man­ches­ter Uni­ted, aun­que en 1995 pa­só
fu­gaz­men­te por el Pres­ton North End (mar­có
2 go­les en 5 par­ti­dos). En­tre 2003 y 2006
fue uno de los ga­lác­ti­cos del Real Ma­drid. Y
des­de 2007 es la prin­ci­pal atrac­ción de Los
An­ge­les Ga­laxy. Con In­gla­te­rra com­pi­tió en
tres Co­p as del
Mun­d o: 1998,
2002 y 2006.
D
DE­BUT. Le to­có ju­gar por pri­me­ra vez con 17
años, en 1992 an­te Brigh­ton, po­co tiem­po des­
pués de ha­ber ga­na­do la FA Cup ju­ve­nil en la
que ano­tó un gol en la fi­nal. Pa­ra su pri­mer par­
ti­do en la Pre­mier de­bió es­pe­rar bas­tan­te más:
de­bu­tó en abril de 1995 con­tra el Leeds. Se lo
mi­ra­ba de reo­jo, co­mo a otros
jó­ve­nes, por­que Fer­gu­son
de­ci­dió apos­tar a la ca­ma­
da de in­fe­r io­res pa­ra
reem­pla­zar a los más
ex­pe­ri­men­ta­dos.
E
EX­PUL­SIO­NES. Las tar­je­tas ro­jas mar­ca­ron
su ca­rre­ra. La más re­cor­da­da fue en el Mun­
dial 98, an­te Ar­gen­ti­na (pa­ta­dita a Si­meo­ne),
por lo que fue cru­ci­fi­ca­do en su país. Lue­go
si­guió su ro­ja -tam­bién por ca­len­tón- con­tra
el Ne­ca­xa, en el Mun­dial de Clu­bes 2000. Con
Real Ma­drid su­mó 4 ro­jas y
41 ama­ri­llas. Una fue po­lé­
mi­ca: ad­mi­tió que, le­sio­
na­do, se hi­zo amo­nes­tar
pa­ra lim­piar­se y cum­plir
la sus­pen­sión.
F
FA­MI­LIA. El ju­ga­dor más ri­co del fút­bol mun­
dial es hi­jo de un acon­di­cio­na­dor de co­ci­nas
(pa­pá Da­vid Ed­ward es tam­bién fa­ná­ti­co del
Man­ches­ter) y de una pe­lu­que­ra, San­dra. Tie­ne
dos her­ma­nas que ra­ra vez sa­len en los me­dios:
Joan­ne y Lyn­ne. “La fa­mi­lia es lo más im­por­
tan­te pa­ra mí, por en­ci­ma del
fút­bol, y de­be­ría ser­lo pa­ra
cual­quier per­so­na”, di­ce
Da­vid, quien se enor­gu­
lle­ce de pro­m o­ver la
unión fa­mi­liar.

66/EG 67/ EG
de la A a la z / David beckham
“No vine a Los Angeles para ser una
superestrella, sino para trabajar duro con
el equipo e intentar ganar algún título“.
G
GOO­GLE. Se­gún Wi­ki­pe­dia, Beck­ham es la
per­so­na­li­dad de­por­ti­va más bus­ca­da en Goo­
gle en los úl­ti­mos cin­co años. Lle­va­ría to­da
una vi­da ver la can­ti­dad to­tal de pá­gi­nas que
arro­ja la bús­que­da de su ape­lli­do. Son más de
40 mi­llo­nes de hits, y con­tan­do. Su si­tio ofi­
cial es www­.da­vid­beck­ham­.
com. Allí se pue­d en
en­con­trar, por te­mas, su
ca­rre­ra den­tro y fue­ra
de la can­cha y to­dos sus
me­dia part­ners.
J
JUE­GOS. Uno de los me­jo­res ami­gos que le
dio el fút­bol (no son mu­chos) es Gary Ne­vi­lle, el
la­te­ral que per­te­ne­ce a la mis­ma ge­ne­ra­ción
do­ra­da de las in­fe­rio­res de los Red De­vils. Los
dos ma­tri­mo­nios se reú­nen a ju­gar car­tas y
brid­ge. “Cuan­do es­tá en la in­ti­mi­dad, es un chi­
co sim­ple. Cuan­do ya hay
mu­cha gen­te, se lo co­me
un po­co el per­so­na­je”,
ex­pli­có su ex com­pa­ñe­ro
Juan Se­bas­tián Ve­rón.
M
­­
MLS. Des­de ha­cía tiem­po se ru­mo­reaba que a
los Beck­ham les in­te­re­sa­ba vi­vir en Es­ta­dos
Uni­dos. Lue­go de una com­ple­ja ne­go­cia­ción, la
MLS hi­zo po­si­ble lo im­po­si­ble: con­tra­tar al
ju­ga­dor más me­diá­ti­co del mundo. “Ven­go a
ju­gar al fút­bol. No di­go que voy a ha­cer­lo el
de­por­te más po­pu­lar aquí,
por­que se­ría di­fí­cil de con­
se­guir. Pe­ro si no so­ña­ra
con in­ten­tar­lo, en­ton­ces
no es­ta­ría aquí”, di­jo en
su pre­sen­ta­ción.
68/EG
H
HI­JOS. Tie­ne tres hi­jos: Brooklyn Jo­seph (9
años), Ro­meo Ja­mes (5) y Cruz Da­vid (3). El
can­tan­te El­ton John es uno de los pa­dri­nos de
los pri­me­ros dos, mien­tras que la ac­triz Eli­za­
beth Hur­ley es la ma­dri­na. En­tre reu­nio­nes con
ce­le­bri­da­des en Los An­ge­les, par­ti­dos con el
Ga­laxy y ce­nas con Tom Crui­
se y Ka­tie Hol­mes, el sue­ño
de Da­vid es te­ner una
hi­ja. Su ima­gen pa­ter­nal
es otro se­cre­to de su éxi­
to mar­ke­ti­ne­ro.
K
KEE­GAN. La re­nun­cia de Ke­vin Kee­gan fue
ca­si una ca­tás­tro­fe en In­gla­te­rra: se lo acu­só
de co­bar­de y trai­dor. En ese con­tex­to de gue­
rra, Beck­ham li­gó la cin­ta de ca­pi­tán por par­
te del DT in­te­ri­no Pe­ter Tay­lor. Na­die lo to­mó
muy en se­rio pe­ro al asu­mir, Sven-Go­ran
Eriks­son lo con­fir­mó. Ba­jo el
man­do del sue­co hi­zo el
gol de la cla­si­fi­ca­ción al
Mun­d ial 2002, an­t e
Gre­cia. Y ahí lo de­ja­ron
de mo­les­tar.
N
NÚ­ME­ROS. En el mun­do se lo iden­ti­fi­ca con el
nú­me­ro 7, aun­que po­cos sa­ben que, ori­gi­nal­
men­te, Beck­ham ju­gó con la nú­me­ro 10 por una
tem­po­ra­da en el Man­ches­ter Uni­ted. El adiós de
Eric Can­to­na -due­ño de la 7- y la lle­ga­da de
Andy She­ring­ham
-fa­ná­ti­co de la 10- pro­pi­ciaron
el en­ro­que. Lue­go, en el
Ma­drid, Beck­ham eli­gió el
23, en ho­nor a Mi­chael
Jor­dan. El 7 merengue,
por con­tra­to, es de Raúl.
I
ÍCO­NO. Su ha­bi­li­dad pa­ra el mar­ke­ting, con un
staff a car­go de to­das sus mo­vi­das, looks y
ves­ti­men­tas, lo trans­for­mó en una de las ca­ras
más re­co­no­ci­das del pla­ne­ta. Vean cual­quier
pun­to del ma­pa y sa­brán que Beck­ham, de una
for­ma u otra, hi­zo o di­jo al­go pa­ra con­gra­ciar­
se con su gen­te. Mu­cho an­tes
de ser ti­tu­lar en el Man­
ches­ter, ya te­n ía una
em­p re­s a pro­p ia pa­ra
ma­ne­jar su ima­gen. Un
ade­lan­ta­do.
L
LLA­M A­D O. “Ho­la, soy Da­vid Beck­ham”.
Re­bec­ca Johns­to­ne, una en­fer­ma ter­mi­nal de
cán­cer en Ca­na­dá, no po­día creer cuan­do
aten­dió su ce­lu­lar en el hos­pi­tal y escuchó la
voz de su ído­lo. La chi­ca, de 19 años, mu­rió 10
días des­pués. Beck­ham la hi­zo fe­liz por un
ra­to. Es una de las tan­tas
obras de ca­ri­dad que po­co
tie­n en que ver con el
mar­ke­ting, pe­ro que blin­
dan su ima­gen. Tam­bién
es em­ba­ja­dor de Uni­cef.
O
ORÍGE­NES. Con su éxi­to, rá­pi­da­men­te to­dos
los lu­ga­res en los que trans­cu­rrie­ron sus pri­me­
ros años pa­sa­ron a for­mar par­te de un tour pa­ra
fa­ná­ti­cos, muy a lo Jack el Des­tri­pa­dor. Des­de
el hos­pi­tal Whipps Cross don­de na­ció, pa­san­do
por el Rid­ge­way Park don­de ju­ga­ba a la pe­lo­ta,
la es­cue­la pri­ma­ria Cha­se La­ne
o el Met Bar (fo­to) don­de
co­no­ció a su mu­jer, hay
va­rias pa­ra­das su­ce­si­vas,
só­lo pa­ra ad­mi­ra­do­res
muy en­fer­vo­ri­za­dos.
P
PRE­MIOS. A tra­vés de su ca­rre­ra de­por­ti­va, Da­vid
re­ci­bió va­rios pre­mios, pe­ro el más im­por­tan­te fue,
sin du­da, la Or­den del Im­pe­rio Bri­tá­ni­co (OBE) con
la cual fue con­de­co­ra­do por la Rei­na Isa­bel II en
2003. En dos opor­tu­ni­da­des ter­mi­nó se­gun­do en
la vo­ta­ción del FI­FA World Pla­yer: en 1999, cuan­do
ga­nó el bra­si­le­ño Ri­val­do; y en 2001, año que con­sa­
gró al por­tu­gués Fi­go.
R
REAC­CIÓN. Den­tro de la can­cha pue­de ser
in­tem­pes­ti­vo, pe­ro ra­ra vez se me­te con el
pú­bli­co. Su ima­gen in­ma­cu­la­da y di­plo­má­ti­ca
se vio man­cha­da só­lo una vez: con­tra Por­tu­gal
en la Eu­ro 2000 cuan­do, har­to de los in­sul­tos
de los pro­pios hin­chas in­gle­ses, se dio vuel­ta y
de ca­ra a la tri­bu­na, les mos­tró
el de­di­to ma­yor. Su ci­clo en
la se­lec­ción, co­mo va­rias
otras ve­c es, pa­r e­c ía
cum­pli­do, pe­ro DB siem­
pre se re­ge­ne­ra.
U
UHHH. Pe­na­les erran los que pa­tean, di­jo
al­gu­na vez Ma­ra­do­na. Beck­ham los pa­teó
siem­pre y va­rias ve­ces le to­có errar­los. En la
Eu­ro 2004, man­dó a las nu­bes uno con­tra Por­
tu­gal, en la de­fi­ni­ción que de­jó afue­ra a In­gla­
te­rra. An­tes ha­bía erra­do con­tra Fran­cia. Tam­
bién per­fo­ró el cie­lo de ma­ne­
ra ri­dí­cu­la con­tra Tur­quía,
en un par­ti­do re­cor­da­do,
por­que el tur­co Al­pay se
fue a bur­lar y en el tú­nel
se ar­mó una de cow­boys.
x
X. Des­de que se mu­dó a Es­ta­dos Uni­dos, la
in­cóg­ni­ta prin­ci­pal que gi­ra al­re­de­dor de Beck­
ham es cuán­to ga­na por su vín­cu­lo con el
Ga­laxy. Fuen­tes cer­ca­nas con­fir­man que su
sa­la­rio real es de “sólo” 6 mi­llo­nes de dó­la­res
al año. Y aun­que el arre­glo glo­bal es de 200
mi­llo­nes, la ma­yo­ría de esos
nú­m e­ros pro­v ie­n en de
re­ga­lías, mer­chan­di­sing y
pro­mo­cio­nes acor­da­das
por su agen­cia de re­pre­
sen­ta­ción y el club.
Q
¿QUÉ? Se­ño­ras y se­ño­res, aquí la re­ve­la­ción: Beck­ham
fue bo­te­lle­ro. O al me­nos, al­go pa­re­ci­do. Su úni­co tra­
ba­jo real fue­ra del fút­bol era jun­tar vi­drios, car­to­nes
y la­tas en la pis­ta de ca­rre­ras de pe­rros en Walt­
hams­tow, al es­te de Lon­dres. Por aquel en­ton­ces
Da­vid aún no lle­ga­ba a los 15 años, y las po­cas li­bras
que le pa­ga­ban por las ta­reas de man­te­ni­mien­to le ser­
vían pa­ra dar­se al­gún gus­to en ro­pa.
S
SI­MEO­NE. Dos nom­bres ar­gen­ti­nos apa­re­ce­
T
TÍTU­LOS. Beck­ham dio 14 vuel­tas olím­pi­
rán in­va­ria­ble­men­te ci­ta­dos en cual­quier bio­ cas a ni­vel de clu­bes: 12 con Man­ches­ter Uni­
gra­fía de Beck­ham. Uno es el de Die­go Si­meo­ne ted y 2 con Real Ma­drid. Con los Red De­vils
quien -avi­va­da y exa­ge­ra­ción me­dian­te- pro­vo­ ob­tu­vo 6 Pre­mier Lea­gue, 2 FA Cup, 2 Com­
có su ex­pul­sión en el Mun­dial de Fran­cia 98. El mu­nity Shield, 1 Cham­pions Lea­gue y 1 Co­pa
otro es el de Al­do Dus­cher, que en la Cham­pions In­ter­con­ti­nen­tal. Con la ca­sa­ca me­ren­gue
Lea­gue le rom­pió un hue­so del ce­le­bró 1 Su­per­co­pa de Es­pa­
pie, a po­co tiem­p o de ña y 1 Li­ga de las Es­tre­
em­pe­zar el Mun­dial. DB llas. Lo que se di­ce un
se re­cu­pe­ró y le hi­zo a ga­n a­d or con to­d as las
Argentina el gol de pe­nal le­tras. Con su selección
de la vic­to­ria por 1-0. viene zapatero...
V
VAL­DA­NO. Cuan­do se ce­rró su ci­clo en Man­
W
WIM­BLE­DON. En la can­cha del Wim­ble­don
ches­ter, apa­re­ció otro gi­gan­te: Real Ma­drid. Su me­tió el gol más es­pec­ta­cu­lar de su ca­rre­ra,
de­sem­bar­co, im­pul­sa­do por Jor­ge Val­da­no -en lo que hi­zo que -con su ex­traor­di­na­ria pe­ga­
ese en­ton­ces con fun­cio­nes je­rár­qui­cas en el da- cap­tu­ra­ra sus pri­me­ras lí­neas en la pren­
club-, tu­vo un con­di­men­to que ex­ce­dió su pres­ sa bri­tá­ni­ca: eran los úl­ti­mos mi­nu­tos de un
ta­ción de­por­ti­va: “Es una con­tra­ta­ción es­tra­té­ par­ti­do muy ce­rra­do, re­ci­bió una pe­lo­ta con
gi­ca que con­tri­bui­rá a con­ver­ es­pa­cio y no du­dó en pa­tear.
tir­nos en un club y en un Se la cla­vó a Neil Su­lli­van.
equi­po más com­pe­ti­ti­ Así con­ta­do, pa­re­ce un
vos”. Con DB, el Real ven­ gol más. El te­ma es que
dió mi­llo­nes de ca­mi­se­tas fue des­d e atrás de la
y se po­ten­ció en Orien­te. mi­tad de la can­cha.
y
YOU­TU­BE. En You­tu­be hay mi­les de vi­deos
z
ZO­LA. Beck­ham in­te­gra el lo­te de los me­jo­
de Beck­ham: en ho­nor a él, mo­fán­do­se de él, res pa­tea­do­res de ti­ros li­bres de los úl­ti­mos
sus pu­bli­ci­da­des, re­co­pi­la­ción de fo­tos de él 15 años. En ese gru­po es­tá el italiano Gian­
con Vic­to­ria, to­dos sus looks, su mu­dan­za a LA fran­co Zo­la, que ex­pli­ca: “Des­de la puer­ta del
en for­ma­to rea­lity show... pe­ro tam­bién hay área, creo que yo era un po­co me­jor que él.
co­sas más im­por­tan­tes. Co­mo ha­cen mu­chos Pe­ro con más dis­tan­cia, Beck­ham es mu­cho
po­lí­ti­cos, DB su­be sus vi­deos me­jor que yo. Le pe­ga con una
pa­ra lle­gar ma­si­va­men­te a vio­len­cia y una pre­ci­sión
la gen­te co­mo voz de en­vi­dia­bles, ca­si in­com­
cau­sas no­bles. Un ejem­ pa­ra­ble. El úni­co que le
plo es el de la fun­da­ción po­día ha­cer fren­te era
Ma­la­ria No Mo­re. Si­ni­sa Mi­haj­lo­vic”.
69/ EG