favorable", cuando surgen los signos de consuelo y de paz. Pues resplandece un nuevo da sealando el nacimiento de la aurora, que atena las tinieblas de la prolongada calamidad: ya se alzan auras orientales, se arrebola el Cielo en sus lejanas, y nos confortan los auspicios de los pueblos con tierna serenidad. Y veremos el esperado gozo, nosotros, los que tanto pernoctamos en el desierto Epstola V - A los Prncipes de Italia (1310). Dante Alighier