Está en la página 1de 4

Cmo descubrir cul es nuestro deber

7 de agosto
Porque t dices: Yo soy rico, y me he
enriquecido, y de ninguna cosa tengo
necesidad; y no sabes que t eres un
desventurado, miserable, pobre, ciego y
desnudo. Apocalipsis 3:17. { CDCD 226.1;
TDG.228.1 }

En qu consiste la miseria
y la desnudez de los que
se
sienten
ricos
y
enriquecidos?
Es
la
carencia de la justicia de
Cristo. Debido a su justicia propia se los
representa como
obstante lo cual
ataviados con la
haber un engao

cubiertos de andrajos, no
se vanaglorian que estn
justicia de Cristo. Puede
ms grande? Tal como los

representa
el
profeta,
podran
estar
clamando: Templo de Jehov, templo de
Jehov es ste (Jeremas 7:4), mientras sus
corazones estn llenos de trfico impo y
comercio injusto. { CDCD 226.2; TDG.228.2 }

Los atrios del templo del


alma pueden ser antros de
envidia, orgullo, pasin,
malas
sospechas,
amargura
y
hueco
formalismo.
Cristo
contempla
apesadumbrado a los que profesan ser su
pueblo, que se sienten ricos y enriquecidos
en el conocimiento de la verdad, no obstante
lo cual no manifiestan la verdad en su vida y
en su carcter, y son inconscientes de su
condicin. En su pecado y su incredulidad
consideran livianamente las advertencias y
los consejos de los siervos de Dios, y tratan a

sus embajadores con sarcasmo y desprecio,


al mismo tiempo que consideran sus
palabras de reprensin como si fueran
charlas sin importancia. Parecen haber
perdido la facultad de discernir y de
distinguir entre la luz que Dios les enva y las
tinieblas que proceden del enemigo de sus
almas... { CDCD 226.3; TDG.228.3 }
Cuando Jess se fue, confi a los hombres su
obra en todos sus diversos aspectos, y cada
verdadero seguidor de Cristo tiene algo que
hacer para l, por lo cual es responsable ante
su Maestro, y se espera que lleve a cabo esa
obra con toda fidelidad, aguardando la orden
y la direccin de su jefe. Somos responsables
ante Dios y hemos sido investidos con los
bienes del cielo, y deberamos tener la mira
puesta en la gloria del que nos llam. Por
nuestra parte deberamos cumplir fielmente
nuestro deber para llevar a cabo la tarea
sealada en la ms amplia medida que nos lo
permita nuestra capacidad. Ningn ser

viviente puede hacer la obra que nosotros


debemos hacer. Debemos cumplir nuestra
tarea mediante el empleo diligente de la
inteligencia que Dios nos ha dado, creciendo
en conocimiento y eficiencia a medida que
avanzamos en nuestra obra.The Review
and Herald, 7 de agosto de 1894. { CDCD
226.4; TDG.228.4 }

También podría gustarte