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JUEGO Y APUESTA - GESTIÓN DE NEGOCIOS - Derecho de los Contratos – Parte

Especial
PROMESA UNILATERAL

“Año del Buen Servicio al Ciudadano”

UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS


FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIA POLÍTICA
ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE DERECHO
TEMA

JUEGO Y APUESTA,
GESTIÓN DE NEGOCIOS,
PROMESA UNILATERAL

CURSO : Derecho Civil VII (Contratos Parte Especial)

DOCENTE : Dr. Manuel Felipe Soria Alarcón

ALUMNA : Estrada Palacios, Eduardo


Jara Rojas, Ana Luisa
Peñaloza Huacachin, Enma
Poma Huanacuni, Iván

AÑO : Quinto

TURNO : Noche (Lunes 18:00- 21:00)

Lima - Perú
2017

1 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


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Especial
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“Las leyes de casi todos los países establecen reglas para decidir muchas cosas,
no porque tenga mucha importancia de qué manera se deciden, sino para que se
decidan de alguna forma y no pueda haber disputa sobre el asunto.”

John Stuart Mill

2 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


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Especial
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DEDICATORIA

A mi pequeño Mauricio, por enseñarme a ver la vida


con optimismo y ser mi motivo para luchar por
alcanzar mis metas.

Ana Luisa Jara Rojas.

3 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


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DEDICATORIA

Dedico el presente trabajo a mis padres gracias por todo


su cariño, comprensión y confianza que me dan día a día
para salir adelante en este proceso de mi formación
académica.

Estrada Palacios, Eduardo

4 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


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DEDICATORIA

Dedico este trabajo a mis queridos padres por ser

los guías que me ayudan a crecer día a día, gracias

por estar conmigo en todo momento, gracias por la

paciencia que tienen para enseñarme, por el amor

que me dan, por los cuidados en todo este tiempo que

hemos vivido juntos, por los regaños que merecía y

que no entendía, Gracias queridos padres por estar

al pendiente durante toda esta etapa.

Enma Peñaloza Huacachín

5 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


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DEDICATORIA

En primer lugar a mi madre por haberme apoyado en


todo momento, por sus consejos, sus valores, por la
motivación constante que me ha permitido ser una
persona de bien, sobre todo, por su amor. A mi padre
por los ejemplos de perseverancia y constancia que lo
caracterizan y que me ha infundido siempre, por el
valor mostrado para salir adelante y a mis
compañeros que ayudaron directamente a realizar
este trabajo.
Iván Poma Huanacuni.

6 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


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AGRADECIMIENTO

Un agradecimiento especial a nuestro docente de


la cátedra de Derecho Civil VII (Contratos Parte
Especial), Dr. Manuel Felipe Soria Alarcón, por
su invaluable aporte en nuestra formación
académica y por incentivar nuestro espíritu
investigador.
El Grupo

7 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


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ÍNDICE

INTRODUCCIÓN ............................................................................................... 10
CAPÍTULO I: JUEGO Y APUESTA ................................................................... 12
1.1. GENERALIDADES .......................................................................................... 12
1.2. DEFINICIÓN: JUEGO Y APUESTA ............................................................. 12
1.3. CARACTERES JURÍDICOS .......................................................................... 12
1.4. SUJETOS Y CAPACIDAD ............................................................................. 14
1.5. OBJETO DE LA PRESTACIÓN .................................................................... 14
1.6. DIFERENCIA ENTRE JUEGO Y APUESTA .............................................. 15
1.7. CLASES DE JUEGO Y APUESTA .............................................................. 17
1.8. LA LOTERÍA .................................................................................................... 21
CAPÍTULO II: GESTIÓN DE NEGOCIOS ......................................................... 23
2.1. GENERALIDADES .......................................................................................... 23
2.2. GESTIÓN DE NEGOCIOS: DEFINICIÓN.................................................... 24
2.3. LA GESTIÓN DE NEGOCIOS, A LA LUZ DE LAS DIVERSAS
DOCTRINAS. .............................................................................................................. 33
2.4. REQUISITOS DE LA GESTIÓN DE NEGOCIOS ...................................... 37
2.5. ELEMENTOS DE LA GESTIÓN DE NEGOCIOS ...................................... 41
2.6. EFECTOS DE LA GESTIÓN DE NEGOCIOS ............................................ 43
2.7. OBLIGACIONES DEL GESTOR DE NEGOCIOS ..................................... 43
2.8. OBLIGACIONES DEL DUEÑO DEL NEGOCIO ........................................ 49
2.9. RATIFICACIÓN DE LA GESTIÓN DE NEGOCIOS .................................. 57
2.10. APRECIACIÓN JUDICIAL DE LA RESPONSABILIDAD Y
DERECHOS DEL GESTOR ................................................................................... 61
CAPÍTULO III: PROMESA UNILATERAL ......................................................... 64
3.1. DEFINICIÓN ..................................................................................................... 64
3.2. IMPORTANCIA ................................................................................................ 66
3.3. CARACTERES JURÍDICOS .......................................................................... 67
3.4. REGLAS DE CÓMO DEBEN PAGARSE LOS PREMIOS SI SON
VARIOS LOS SUJETOS ........................................................................................... 68
3.5. REVOCACIÓN ................................................................................................. 70
3.6. INVALIDEZ DE LA REVOCACIÓN .............................................................. 73
3.7. RENUNCIA AL DERECHO DE REVOCAR ................................................ 75
CAPÍTULO IV: JURISPRUDENCIA COMENTADA .......................................... 77
4.1. GESTIÓN DE NEGOCIOS ...................................................................... 77
4.2. PROMESA UNILATERAL .............................................................................. 88
8 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.
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CONCLUSIONES ............................................................................................ 109


BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................... 111

9 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


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INTRODUCCIÓN

Desde la antigüedad, los juegos y apuestas llamaron la atención de los hombres,


transformándose para algunos, en un modo marginal y astuto de vida, y para otros
en una afición, renovada constantemente por aquellos que buscaban la vida y
fortuna fácilmente.

La apuesta ha sido una parte esencial de la historia de las culturas, desde las
apuestas con conchas mezcladas en un casco que se nos menciona en la Eneida,
de Virgilio, hasta las múltiples referencias que aparecen en la Biblia, la apuesta se
constituye como una de las formas de enriquecimiento e interacción de mayor
antigüedad en la civilización.

Por otro lado, la suerte o el azar no determinan sólo la equivalencia de las


prestaciones, sino la misma atribución de las obligaciones que deberán cumplirse
por cada una de las partes. En el contrato de juego, las dos partes, con fines de
distracción o ganancias, se prometen una prestación bajo condiciones opuestas.

Si estamos frente a un juego prohibido, la ley no concede acción al


acreedor para reclamar el pago; pero tampoco se la concede al deudor que pagó
voluntariamente para repetir o recuperar lo pagado.

En el contrato de apuesta, las partes, con el fin de apoyar una afirmación, se


prometen recíprocamente ciertas prestaciones para el caso de ser o no ser verdad
aquella afirmación.

El segundo tema tratado en el presente trabajo es la gestión de negocios, siendo


una de las denominadas fuentes de las obligaciones, pues como consecuencia
de ella surge la obligación del dueño de sufragar los gastos del gestor y/o cubrir
los daños que este haya sufrido, además de que se le exige al gestor que
desempeñe la gestión con diligencia y en provecho del dueño.

10 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


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En esa línea nuestro Código Civil clasifica a la gestión de negocios junto con otras
fuentes de obligaciones patrimoniales, como son los contratos, la promesa
unilateral, el enriquecimiento indebido y la responsabilidad civil extracontractual.

En doctrina se cuestiona, sin embargo, la naturaleza jurídica de la gestión de


negocios y, con ello, qué clase de fuente de obligaciones es. Surge así la
interrogante de si se trata de un cuasicontrato (su clasificación tradicional), o, si
no es más bien una forma de representación indirecta o mandato, un caso de
falsus procurator, un mero negocio jurídico, etc. Sobre el tema, la doctrina actual
descarta la clásica clasificación justinianea de los "cuasi-contratos" para explicar
la naturaleza de la gestión de negocios. Como lo afirman Diéz-Picazo y Gullón,
el cuasicontrato es una figura totalmente abandonada en la doctrina y códigos
modernos. Y es que, en realidad, es equivocado acercar una figura tan
particular como la gestión de negocios al contrato, por ser ambos fuentes de
obligaciones de una naturaleza claramente diferente.

En cuanto a Promesa Unilateral, el presente trabajo pretende analizar los artículos


que contiene nuestro Código Civil; sin embargo, es preciso señalar que el presente
trabajo no se limitará a una simple descripción o desarrollo de las referidas
normas, sino que desarrollaremos un análisis crítico, reflejando la importancia que
también radica en la posibilidad de que la promesa unilateral sea una fuente de
las obligaciones y como tal el impacto que podría tener en nuestra sociedad.

11 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


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CAPÍTULO I: JUEGO Y APUESTA

1.1. GENERALIDADES
El vocablo “juego”, deriva del latín “iocus” (broma, distracción), que expresa la
idea de satisfacción o deleite, si bien es la palabra “ludus” (diversión,
pasatiempo), que acentúa el sentido de actividad fácil o que no requiere
esfuerzo, la que mejor traduce el término castellano “juego” en cambio, la
palabra “apuesta” proviene del verbo latino “apponere” (o adponere), que
significa colocar, poner con inmediatividad a algo.

1.2. DEFINICIÓN: JUEGO Y APUESTA

1.2.1. El juego.- Son actividades sujetas a reglas cuyo objeto esencial es


constituir un pasatiempo para quien lo practica. Para el presente caso,
resulta relevante indicar que producen efectos que deben ser tutelados por
el Derecho a fin de velar por su cumplimiento.
1.2.2. La apuesta.- Son actividades que no solo dependen del azar, sino también
de la destreza de las partes, los que a su vez, producen efectos jurídicos.
Asimismo, es una convención en virtud de la cual unas personas que no
estén de acuerdo sobre una cuestión determinada busquen tenerla
mediante esta actividad.
Para ambos tipos de actividades la suerte o el azar no determina sólo
la equivalencia de las prestaciones, sino también la misma atribución de
las obligaciones que deberán cumplirse por cada una de las partes. En
el juego, las dos partes, con fines de distracción o ganancias, se prometen
una prestación bajo condiciones opuestas. Si se trata de juego prohibido,
la ley no concede la venia al que sea acreedor para reclamar el pago; pero
tampoco se la concederá al deudor que pagó voluntariamente
para repetir o recuperar lo pagado. Por otro lado, en la apuesta, las partes
con el fin de apoyar una afirmación, se prometen recíprocamente ciertas
prestaciones para el caso de ser o no ser verdad dicha afirmación.

1.3. CARACTERES JURÍDICOS

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- Es un contrato autónomo, ya que no depende de otra relación obligacional.


- Es de prestaciones recíprocas, al celebrarse cada una de las parte está
obliga, respecto de la otra, a cumplir con determinada prestación pactada.
- Es a título oneroso, puesto que está relacionada con interés económico y
causa lucrativas (artículo 1942). Porque ambas partes quedan entre sí a
satisfacer las prestaciones recíprocamente y condicionadas.
- Es consensual, puesto que el acuerdo es colateralmente y se asocian en
con determinadas formalidades de tipo administrativo. No exigen
formalidad para originarse.
- Es básicamente es aleatorio, ya que al celebrarse hay un factor de
incertidumbre y las partes necesariamente desconocen dicho resultado. La
incertidumbre puede presentarse para una sola de las partes (como en el
caso del juego de lotería). Se ha discutido si lo expuesto significa que el
juego y apuesta depende de una condición impuesta por la ley (conditio
jure). La mayoría de los autores se inclina por descartarlo, pues como dice
con razón SALVAT, mientras en los contratos aleatorios "…la incertidumbre
recae sobre las ventajas que las partes esperan realizar, pero no sobre el
contrato mismo; en los condicionales, por el contrario, es la existencia
misma del vínculo contractual y de las obligaciones y derechos derivados
de él, lo que resulta incierto". A lo dicho se suma que mientras la condición
inevitablemente se encuentra sometida a un hecho futuro, en el juego y
apuesta puede suceder que la incertidumbre de las partes se proyecte
sobre hechos pasados o actuales.
- En el caso del juego y apuesta permitidos el apostador está usualmente
sujeto a normas a las cuales se adhiere, siendo aplicables, en
consecuencia, las disposiciones pertinentes al contrato celebrado por
adhesión o a las cláusulas generales de contratación, en su caso. Desde
luego no sucede lo mismo con, el juego y apuesta no autorizados, en el
cual por el contrario existe una previa y a veces pintoresca negociación.
- Es de ejecución instantánea, de modo que no se extiende en el tiempo, a
diferencia de los contratos de duración. La instantaneidad, por cierto, se
presenta una vez despejada la incertidumbre.

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- El contrato es condicional, desde cierto punto de vista. El resultado final por


el cual una parte gane y la otra pierda, resulta dependiente del evento
aleatorio, es decir, incierto para las partes cuando menos; lo que es propio
de la condición. Frente al resultado cuando viene a significar una ganancia
sólo para una parte y, por ende, sólo una pérdida para la otra parte, el
contrato que en su origen es bilateral, por lo dicho antes, en cuanto a las
posibles prestaciones por una o por otra parte, viene a tornarse en
unilateral.

1.4. SUJETOS Y CAPACIDAD


Los sujetos del juego y apuesta (permitidos y no autorizados) son, en términos
genéricos, los jugadores. Una vez producido el resultado de una situación
hasta entonces incierta quedan precisados como el vencedor y el perdedor,
respectivamente, aun cuando esta diferencia no se presenta con esta claridad
en los juegos permitidos, pues quien hace empresa nunca resulta perdedor y
siempre existe para él un margen calculado de ganancia, cualquiera que sea
ese resultado(ramo de loterías, etc.).En lo que se refiere a la capacidad de
goce, en principio pueden celebrar el contrato tanto las personas naturales
como jurídicas. Empero existen situaciones especiales en las cuales en los
juegos permitidos sólo pueden actuar como organizador una persona jurídica,
y así acontece en la lotería, en los casinos y en el bingo. Por último y respecto
a la capacidad de ejercicio existen distingos. En efecto, en el juego y apuesta
permitidos, mientras en las apuestas en los hipódromos no se impide a los
menores acercarse a las ventanillas y jugar, no sucede lo mismo en casinos y
establecimientos de bingo, pues tanto los menores como los sujetos a
interdicción civil no pueden ingresar. Y en relación con el juego y apuesta no
autorizados, cabe señalar que no existe la solutio retentio del vencedor
cuando el perdedor sea incapaz, en resguardo de su inmadurez, inexperiencia
o falta de capacidad de discernimiento (artículo 1943).

1.5. OBJETO DE LA PRESTACIÓN


En los juegos permitidos el objeto de la prestación da dar a que se obliga
quien los organiza está representado por bienes (dinero y especies, como
sucede en el juego de la lotería). El apostador, por su parte, está sujeto
14 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.
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a las prestación de dar una suma de dinero como condición obligatoria y


ello acontece en el momento en que adquiere los billetes, cartillas, fichas y
análogos, sin que pueda sostenerse que con ello realiza una compra, pues
este hecho esta inescindiblemente ligado al juego y a la apuesta. En teoría
nada impide que en el juego y apuesta permitidos el objeto sea una
prestación de hacer. Tampoco cabe descartar que el objeto resulte una
prestación de no hacer, esto es, un deber de abstención, aunque en la
práctica lo vemos sumamente remoto. A diferencia de lo expresado en los
párrafos anteriores, en el juego y apuesta no autorizados el objeto de la
obligación cubre un amplio espacio (dar bienes, o sea cosa y derechos;
hacer o cumplir servicios; y no hacer o abstenerse de algo), sin que las
obligaciones tengan que ser necesariamente homogéneas.
No existe, pues, inconveniente para que en un juego o apuesta no
autorizado uno de los apostadores se comprometa a una prestación de dar
y el otro a una de no hacer, todo ello condicionado al resultado del hecho
incierto. En este sentido, la doctrina se ha preocupado de determinar si el
juego y la apuesta son una misma cosa, y, en caso de no serlo, ha
procurado establecer sus principales diferencias. Examinemos ahora los
principales criterios distintivos doctrinalmente formulados.

1.6. DIFERENCIA ENTRE JUEGO Y APUESTA


El juego es aquel contrato por el cual las partes prometen entre sí una
prestación, si una de ellas obtiene un resultado dependiente de la fuerza,
de la destreza, de la inteligencia o del puro azar, el juego como una
convención por la cual unas personas se comprometen, entregándose a
una combinación cualquiera.1
Es una convención en virtud de la cual unas personas que no están de
acuerdo sobre una cuestión, que considera diferente, convienen en que,
quien tenga la razón reciba de los demás una suma de dinero o una
prestación determinada.2

1
Mazeaud, Henri y Leon, Lecciones de Derecho Civil. Parte primera, volumen II
2
Barassi, Lodovico, Instituciones de Derecho Civil, Barcelona, 1955

15 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


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Indudablemente que entre juego y apuesta existe diferencia. Puede haber


juego sin apuesta, así como puede haber apuesta sin juego. El juego puede
consistir en una diversión sin resultados económicos. En ese caso
hablamos de juego por antomasia pero la mayor parte de veces el juego va
acompañado de una apuesta. La apuesta existe sin el juego. Es un
elemento accidental podríamos decir que la apuesta es un accesorio del
juego. Cualquier clase de juego, desde el más atrevido hasta el más
inocente pueden existir sin la apuesta no puede existir sin el juego los actos
o sucesos que son objeto de ella, la apuesta tiene que ir siempre unida sea
al juego, sea a los actos o hechos que se apuestan. Si yo apuesto que A
no pasa de 18 años, frente a otro que afirma que A, excede de los 18 años
que muy bien puede llegar los 24 años, ambas posturas sometidas al dicho
de A que despejará la duda y llega A, y dice que tiene 20 años. He perdido
la apuesta. No se ha tratado de un juego pero ha habido apuesta. En
cambio si teniendo el mazo de barajas en la mano digo que pagaré siete y
medio y otro jugador exhibe cartas que valen siete y medio, habré perdido
en un juego en que ha habido apuesta.

La apuesta no solo es dinero, pueden existir apuestas en objeto y apuestas


carentes de valor, en fichas o palillos de fósforos o granos de maíz, que no
tienen valor.

Existe apuesta "cuando dos personas que son de una opinión contraria,
sobre cualquier materia, convienen que aunque cuya opinión resulte
fundada recibirá de la otra una suma de dinero o cualquier otro objeto
determinado3.
Como contrato es principal, bilateral, consensual y aleatorio; por él
convienen dos o más personas en que la que perdiere, según se realice, o
no, la suerte de una de las partes, pagará a la otra cierta cantidad u otra
cosa fijada de antemano.4

3
Cabanellas (1959, tomo I, pág. 207) citando al artículo 2053 del Código Civil
4
Cabanellas (1959, tomo I, pág. 444) citando al artículo 2053 del Código Civil

16 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


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El contrato de juego como aquel que tiene lugar cuando dos o mas
personas, entregándose al juego, se obliguen a pagar a la que ganare una
suma de dinero u otro objeto determinado.5
La doctrina predominante señala que las diferencias entre el contrato
de juego y el de apuesta se encuentran en la posición que las partes
asumen en tomo a la actividad cuyo resultado determina los cambios
de la situación patrimonial de las partes (perder la apuesta, ganar el
premio, etc.).
La apuesta que se efectúa sobre el resultado de un juego puede ser hecha
por los jugadores o por terceros que no participan del juego. Si
la apuesta es hecha por los participantes, es un contrato de
juego. De lo contrario si la apuesta es efectuada entre no participantes
es un contrato de apuesta. La apuesta puede versar sobre el hecho
del juego o sobre la verdad de cualquier afirmación de carácter aleatorio.6

1.7. CLASES DE JUEGO Y APUESTA


El Código legisla sobre "el juego y la apuesta" permitidos y no autorizados.
De la disquisición anterior deducimos que el código no legisla ni el juego ni
la apuesta. Todas las formas, lícitas y no lícitas resultan englobadas en la
frase "el juego y la apuesta" que son tratadas como si fueran un solo hecho
o un solo concepto. Consideramos más apropiado calificar la apuesta como
el contrato en el cual ambas partes se someten a los resultados de
determinado hecho.
Son contratos de juego y en consecuencia civiles, pero como son
juegos organizados y de azar, para celebrarse deben previamente obtener
una autorización administrativa o, en algunos casos, debe celebrarse un
contrato administrativo entre la entidad estatal que lo permite y el
particular que lo opera, por ello existen normas especiales que lo regulan.7
El Código sin embargo engloba en una frase el juego y la apuesta, reconoce
tres clases de estas:

5
El artículo 2052 del Código Civil Argentino
6
LEIVA FERNANDEZ, Luis F. "El alea en los contratos". La Ley. Buenos Aires, 2002, pp. 23
7
FONSECA SARMIENTO, Carlos Alberto. "Juegos de azar y apuesta. Aspectos técnicos y legales".
Normas Legales. Trujillo, 2003

17 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


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1) El juego y la apuesta permitidos.


2) El juego y la apuesta no autorizados.
3) El juego y la apuesta prohibidos.
Cada uno tiene untratamiento especial; De conformidad con el nuevo siste
ma, o por el código vigente, mientras que los juegos permitidos y los
prohibidos se encuentran prefijados en las leyes, los no autorizados están
en una zona neutral, pues no son prohibidos ni permitidos. Estos últimos
constituyen, por lo demás, los que se presentan con mayor frecuencia,
pues cubre un área muy amplia. Como ejemplo de los juegos no
autorizados podemos citar los eventos deportivos en general, o cuestiones
relativas a hechos o acontecimientos ya producidos o actuadas, en todos
los cuales existen competitividad, un interés económico de por medio y los
factores determinantes en beneficio del vencedor como son su destres
física, su conocimiento, su memoria y otros similares a los que se agrega
un margen no cuantificado y colateral de suerte o azar. De lo dicho se
desprende que en nuestro código civil el juego y apuesta no autorizados
tienen una categoría propia. En efecto, si bien el vencedor carece de acción
para reclamar su pago, una vez efectuado voluntariamente tiene a su favor
la “solutio retentio” y no está obligado a la devolución. “El juez puede reducir
equitativamente el monto de la prestación cuando resulta excesiva en
relación con la situación económica del perdedor.

1.7.1. JUEGO Y APUESTA NO AUTORIZADOS


En esta categoría se encuentran aquellos juegos que no están
expresamente prohibidos por la ley, pero que tampoco existe un
pronunciamiento normativo concreto respecto a su autorización.
En otras palabras, existe un silencio legal sobre cómo pueden
conducirse estos juegos. Como veremos a continuación, son
los únicos juegos que calificarían como obligaciones naturales, confor
me a nuestro Código Civil.8

8
FONSECA SARMIENTO, Carlos Alberto. 'Juegos de azar y apuesta. Aspectos técnicos y legales'.
Normas legales. Trujillo, 2003, p. 54

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El deudor que pagó voluntariamente una deuda proveniente de un juego


no autorizado no puede luego demandar su devolución, salvo
que el deudor sea un incapaz o que medie dolo por parte del ganador en
la obtención de la ganancia.
Ahora bien, conforme al ARTÍCULOS 229 del Código Civil, si
el incapaz procedió de mala fe ocultando su incapacidad para inducir
a la celebración del acto. También puede ocurrir también que
la capacidad no sea la misma al momento de jugar que al momento de
pagar la deuda de juego. Si jugó un incapaz en violación a su
capacidad, que resulta capaz al momento de efectuar el pago, el pago es
válido porque convalida el acto viciado.9

1.7.2. LOS JUEGOS PROHIBIDOS


Solo aquellos juegos cuya prohibición ha sido establecida
expresamente por una ley van a estar sujetos a los efectos indicados en
el ARTÍCULOS 1944. La regla en nuestra legislación civil ha sido prohibir
los juegos, especialmente los juegos de azar.
La existencia de juegos prohibidos en nuestra legislación ha obedecido
fundamentalmente a razones de orden religioso y moral. Los que han sido
objeto de esta prohibición, ya los hemos dicho, han sido los juegos de azar
y entre los argumentos invocados en su oportunidad para tal decisión.10
Sí existe, pues el juego es nulo. Efectivamente, en el supuesto que un
organizador de juegos prohibidos demande judicialmente el pago de una
deuda proveniente de un juego prohibido, el juez no debería admitir
la demanda, pero si esto ocurriera, el demandado podría invocar
su inexigibilidad por ser un juego prohibido.
Sí existe. Al ser nulo este contrato, significa además que existe acción
para repetir lo pagado en un juego prohibido. Entonces, el deudor que
pagó voluntariamente una deuda proveniente de un juego puede luego
demandar su devolución. A nuestro criterio, la participación en un juego
prohibido debe afectar a todas las partes contratantes.

9
LEIVAFERNANDEZ. Luis F. "El alea en los contratos". La Ley. Buenos Aires. 2002. p. 42.
10
FONSECA SARMIENTO. Carlos Alberto. 'Juegos de azar y apuesta. Aspectos técnicos y legales'.
Normas Legales. Trujillo. 2003, p. 30

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Es interesante la solución del Código Civil Federal de


México, que sanciona parcialmente al perdedor en un juego
prohibido. Al respecto señala lo siguiente: "ARTÍCULOS 2765. El
que paga voluntariamente una deuda procedente del
juego prohibido, o sus herederos, tiene derecho de reclamar
la devolución del 50% de lo que se pagó. El otro cincuenta por
ciento no quedará en poder del ganancioso, sino
que se entregará a la Beneficencia pública.11

1.7.3. IMPORTANCIA
En los juegos permitidos el objeto de la prestación da dar a que se obliga
quien los organiza está representado por bienes (dinero y especies, como
sucede en el juego de la lotería). El apostador, por su parte, está sujeto a
las prestación de dar una suma de dinero como condición obligatoria y ello
acontece en el momento en que adquiere los billetes, cartillas, fichas y
análogos, sin que pueda sostenerse que con ello realiza una compra, pues
este hecho esta inescindiblemente ligado al juego y a la apuesta.
En teoría nada impide que en el juego y apuesta permitidos el objeto sea
una prestación de hacer. Tampoco cabe descartar que el objeto resulte una
prestación de no hacer, esto es, un deber de abstención, aunque en la
práctica lo vemos sumamente remoto.
A diferencia de lo expresado en los párrafos anteriores, en el juego y
apuesta no autorizados el objeto de la obligación cubre un amplio espacio
(dar bienes, o sea cosa y derechos; hacer o cumplir servicios; y no hacer o
abstenerse de algo), sin que las obligaciones tengan que ser
necesariamente homogéneas. No existe, pues, inconveniente para que en
un juego o apuesta no autorizado uno de los apostadores se comprometa
a una prestación de dar y el otro a una de no hacer, todo ello condicionado
al resultado del hecho incierto.
En este sentido, la doctrina se ha preocupado de determinar si el juego y
la apuesta son o no una misma cosa, y, en caso de no serlo, ha procurado

11
Publicado en el Diario Oficial de la Federación el 26 de mayo, 14 de julio, 3 y 31 de agosto de 1928. En
vigor a partir 0011 o de octubre de 1932

20 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


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establecer sus principales diferencias. Examinemos ahora los principales


criterios distintivos doctrinalmente formulados

1.8. LA LOTERÍA

1.8.1. Normas aplicables


a) Decreto Ley 21921, Ley General de los Ramos de Lotería publicado en el
Diario Oficial El Peruano el 03 de septiembre de 1977 (en adelante, la LGRL).
b) Decreto Legislativo 776, Ley de Tributación Municipal, publicado en el
Diario Oficial El Peruano el 13 de noviembre de 1991 (en adelante, la Ley de
Tributación Municipal).
c) Decreto Supremo 095-96, Reglamento del Impuesto Selectivo al Consumo
a los Juegos de Azar y Apuestas, publicado en el Diario Oficial El Peruano el
28 setiembre de 1996 (en adelante, el Reglamento de la Ley de IGV e ISC).
d) Decreto Supremo 055-99-EF, Texto Único Ordenado de la Ley del Impuesto
General a las Ventas e Impuesto Selectivo al Consumo, publicado en el Diario
Oficial El Peruano el 15 de abril de 1999 (en adelante, la Ley de IGV e ISC).
e) Directiva 001-2002, Directiva que establece los Lineamientos para la
Organización de Juegos de Lotería y similares por las Sociedades de
Beneficencia Públicas y Juntas de Participación Social, aprobada por
Resolución Presidencial No. 140 – INABIF, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 07 de junio de 2002 (en adelante, la Directiva).

1.8.2. Definición de lotería


Las loterías pueden ser organizadas en forma privada o pública, siendo en
este último caso un gran ingreso para las arcas del Estado, quien con lo
recaudado puede cumplir funciones de asistencia social, ya que cada
apostador elige uno o varios números en vistas a que salgan sorteados y
obtener un premio, pero paga por ello; siendo el conjunto de los pagos
superior en monto a los premios otorgados. También se conoce como lotería,
al lugar donde se expenden los cartones o billetes donde constan los números
que se arriesgan.
Existe un juego de mesa llamado “Lotería” o “Bingo” donde se reparten
cartones entre los jugadores. Esos cartones están divididos en casilleros
21 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.
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PROMESA UNILATERAL

numerados de modo aleatorio. Una persona va extrayendo bolillas numeradas


y diciendo en voz alta los números consignados en las bolillas, mientras los
jugadores van tachando los números de sus cartones si coinciden con los que
figuraban en las bolillas extraídas. Quien tacha antes todos los números que
figuran en su cartón, gana el juego.

22 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


JUEGO Y APUESTA - GESTIÓN DE NEGOCIOS - Derecho de los Contratos – Parte
Especial
PROMESA UNILATERAL

CAPÍTULO II: GESTIÓN DE NEGOCIOS

2.1. GENERALIDADES
Desde la época romana, hasta la actualidad en ciertas legislaciones,
la gestión de negocios ha sido considerada una especie de
cuasicontrato, noción dominante hasta el siglo pasado, como un
hecho lícito y puramente voluntario, del que resulta obligado su autor
para con un tercero y a veces una obligación recíproca entre los
interesados.
En esta figura nos encontramos con obligaciones impuestas por la
ley en situaciones en las que los principios de solidaridad social o
justicia lo demandan12.
Como lo señala Enneccerus (p. 621), no es raro que uno actúe en
interés de otro, que se cuide de un asunto ajeno sin estar
facultado ni obligado en absoluto por alguna causa; y los motivos
de tal actuación pueden ser los más diversos (amistad, compasión,
humanidad, etc.).
Por ejemplo, se paga una deuda ajena, se penetra violentamente
en la casa del vecino ausente y se cierra el agua porque ha
estallado una cañería, se cuida a un hombre a quien se ha
encontrado desamparado, se da de comer a un perro escapado
de la casa de su amo, etc. Estos casos, frecuentes en la práctica,
son supuestos típicos de la gestión de negocios, figura regulada por
los ARTÍCULOS 1950 y siguientes de nuestro Código Civil.
De modo general, y como lo señala Borda (p. 764), "hay gestión de
negocios cuando alguien no obligado por contrato ni por
representación legal realiza espontáneamente una gestión útil para
otro".
Nuestro código civil vigente siguiendo el proyecto franco-italiano de
las obligaciones trata separadamente como fuente de las
obligaciones independientes la gestión de negocios, la cual es
establecida como fuente autónoma, independiente de las otras, en

12 DÍEZ-PICAZO, Luis y GULLÓN, Antonio. "Sistema de Derecho Civil". Vol. 11. Tecnos. Madrid, 1995

23 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


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el libro VII, sección tercera, entre los artículos 1950 y 1953, tomando
como referencia el código civil italiano de 1865 y el artículo 61 del
proyecto franco-italiano.
De modo más específico, y atendiendo a lo regulado por nuestro
Código Civil, en virtud de la gestión de negocios un agente
denominado gestor o negotiurum gestor, sin estar facultado u
obligado a ello, realiza actos materiales o jurídicos destinados a
gestionar o administrar un negocio o bien ajeno, actuando en interés
y provecho del dueño o dominus, quien ignora la situación.
Como consecuencia de la gestión, el dueño se ve librado de sufrir
un perjuicio u obtiene un beneficio patrimonial, por lo cual surge
para él la obligación de sufragar los gastos del gestor y/o
indemnizar los daños que este hubiere sufrido.

2.2. GESTIÓN DE NEGOCIOS: DEFINICIÓN


El art. 1950 del Código Civil Peruano, no define la gestión de
negocios sino que describe el supuesto, cuando establece “quien
careciendo de facultades de representación y sin estar obligado,
asume conscientemente la gestión de los negocios o la
administración de los bienes de otro que lo ignora, debe
desempeñarla en provecho de este”.
Es una fuente de obligaciones que provienen de un hecho voluntario
y lícito, concebido en el derecho romano, como un cuasicontrato, en
nuestro Código Civil vigente se considera como fuente autónoma de
obligaciones.

¿A qué responde una figura como la gestión de negocios?


Nótese que la gestión es un acto unilateral y de propia iniciativa del
gestor, por el cual este cuida un negocio que no es suyo, sin contar
con poder o autorización del dueño. En esa línea, como lo señala
Cárdenas Quirós (p. 750), "resulta innegable que asumir la
administración de un negocio ajeno sin haber encargo alguno en ese
sentido o sin mediar obligación impuesta por leyes una invasión en
24 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.
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la esfera patrimonial ajena, siendo la regla que esta debe ser


respetada portadas". Cabe preguntarse entonces por qué la ley no
sanciona la gestión ¬u intromisión en el negocio ajeno¬ sino que,
por el contrario, obliga al dominus a pagar los gastos y daños
acaecidos.

¿Por qué se lo considera un acto lícito?


Para Betti (p. 125), la razón de la tutela que el ordenamiento jurídico
otorga a la gestión de negocios puede encontrarse en el interés
social de solidaridad, de que no sean abandonados los negocios del
ausente o del incapaz.
En sentido similar, Pérez González y Alguer, comentando la obra de
Enneccerus (p. 628), señalan que tal tutela responde a la
conceptualización universal de proteger el auxilio mutuo entre los
hombres dentro de los límites prudentes de la conveniencia y el
respeto a sus intereses. En efecto, el valor solidaridad o ayuda
mutua entre las personas es el fundamento de la gestión de
negocios, de su licitud y consecuencias legales.
La ley promueve que los agentes actúen en favor de terceros que,
por diversas circunstancias, no pueden cuidar adecuadamente sus
negocios o asuntos, por lo cual se obliga al dueño a cubrir los gastos
o daños del gestor, aun cuando se haya producido una intromisión
no autorizada en su esfera patrimonial. Lo contrario significaría
desincentivar las conductas altruistas que tengan por finalidad
hacer gestiones beneficiosas para terceros y justificadas por las
circunstancias. Y es que, como lo señala León Barandiarán (p.
188), "la interposición gestoria responde a una razón de índole
altruista; velar por el interés ajeno, en base al propósito de
favorecer al dominus sin beneficio correlativo para el negotiurum
gestor. Si el propietario se halla ausente o le atañe alguna otra
circunstancia impediente para atender a un asunto, a un interés,
a él correspondiente, podría sufrir un daño o perjuicio irreparable si
no se permitiese que otra persona, guiada por un sentimiento de

25 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


JUEGO Y APUESTA - GESTIÓN DE NEGOCIOS - Derecho de los Contratos – Parte
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solidaridad social, se ocupase espontáneamente de atender ese


asunto, ese interés".
Es de notar, que esta exigencia de la solidaridad social no es
recogida de modo similar por todos los ordenamientos. Así, como lo
precisa Betti (pp. 125¬126), l Derecho anglosajón, por ejemplo,
"está animado de una sospechosa desconfianza contra la gestión
de negocios porque ve en ella un posible instrumento de
intromisión en las actividades ajenas; consiguientemente, para este
ordenamiento vale la norma de que una persona que haya
gastado, voluntariamente, dinero o empleado trabajo p materiales
en preservar o mejorar la propiedad de otra persona no tiene
derecho alguno a ser indemnizado según los principios del
negotiorum gestio. Para los ordenamientos de Europa continental,
por el contrario, la actividad desplegada espontáneamente a favor
de un interés que se sabe ajeno, está protegida por la ley porque
responde a una función de solidaridad social".

2.2.1. El dilema de su naturaleza


La gestión de negocios en una de las denominadas fuentes
de las obligaciones, pues como consecuencia de ella surge
la obligación del dueño de sufragar los gastos del gestor y/o
cubrir los daños que este haya sufrido, además de que se
le exige al gestor que desempeñe la gestión con diligencia y
en provecho del dueño. En esa línea nuestro Código Civil
clasifica a la gestión de negocios junto con otras fuentes de
obligaciones patrimoniales, como son los contratos, la
promesa unilateral, el enriquecimiento indebido y la
responsabilidad civil extracontractual.

En doctrina se cuestiona, sin embargo, la naturaleza jurídica


de la gestión de negocios y, con ello, qué clase de fuente
de obligaciones es. Surge así la interrogante de si se trata
de un cuasicontrato (su clasificación tradicional), o, si no es
más bien una forma de representación indirecta o mandato,
26 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.
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un caso de falsus procurator, un mero negocio jurídico, etc.


Sobre el tema, la doctrina actual descarta la clásica
clasificación justinianea de los "cuasi¬contratos" para
explicar la naturaleza de la gestión de negocios. Como lo
afirman Diéz¬Picazo y Gullón (p. 565), el cuasicontrato es
una figura totalmente abandonada en la doctrina y códigos
modernos. Y es que, en realidad, es equivocado acercar
una figura tan particular como la gestión de negocios al
contrato, por ser ambos fuentes de obligaciones de una
naturaleza claramente diferente.

Dos son las razones principales que, a nuestro parecer,


explican por qué no es adecuada la asimilación entre ambas
figuras. En primer lugar, como lo indica Borda (p. 763),
porque "en la esencia misma del contrato está el acuerdo de
voluntades" ¬lo que no se da en la gestión de negocios¬ "lo
que no obsta a que, en cuento a sus efectos, pueda en
ciertos casos haber alguna similitud con algún contrato
(especialmente notable es la analogía de la gestión de
negocios con el mandato). Pero no puede hablarse de
cuasicontrato; hay acuerdo de voluntades o no lo hay; hay
contrato o no lo hay". En segundo lugar, porque, a diferencia
de los contratos, la gestión de negocios no genera una
relación jurídica contractual entre los interesados, ni puede
hablarse de un vínculo de reciprocidad (DIÉZ¬PICAZO y
GULLÓN, p. 565). De la gestión simplemente emanan
obligaciones ex /ege, que deben ser cumplidas por los
involucrados (tal como sucede con la responsabilidad civil
extracontractual), sin que se cree relación contractual (o
cuasicontractual) alguna. También se ha tratado de asimilar
la gestión de negocios con la representación. En nuestra
opinión, la gestión de negocios calza en la categoría general
de la "representación sin poder", en tanto en virtud de ella
una persona actúa en lugar de otra.
27 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.
JUEGO Y APUESTA - GESTIÓN DE NEGOCIOS - Derecho de los Contratos – Parte
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Así lo ve Messineo (p. 444). que considera que "la gestión de


negocios constituye ¬desde el punto de vista de la
estructura¬ un caso de representación sin conferimento de
poderes (y, por consiguiente, sin procura)". La gestión es,
pues, una actuación por otro pero sin contar con poder para
ello, no obstante lo cual tal actividad producirá efectos en
el dominus y sin necesidad de ratificación.

Como lo observa Cárdenas Quirós (p. 752) es un supuesto


sui generis de representación. Empero, lo recién mencionado
se refiere a la gestión de negocios en sentido lato, es decir,
vista desde una clasificación general doctrinaria; ya que,
en sentido estricto, a tenor de su regulación legal, la gestión
de negocios no debe ser considerada una forma de
representación, al ser una figura que posee naturaleza y
características propias, que no se identifica con ninguno
de los fenómenos representativos contenidos en el Código
Civil. Véase que en primer lugar no es un mandato, al no ser
un contrato. Pero tampoco es una forma de representación
directa (actuación en nombre, por encargo y por cuenta del
representado) ni de representación indirecta (actuación por
encargo y por cuenta del representado, pero en nombre
propio) (Cfr. LOHMANN, pp. 165¬ 166), en razón de que no
existe procura o encargo. Es decir, que en la gestión de
negocios el dominus nunca encarga al gestor llevar a cabo
la gestión efectuada, sino que esta última es un acto
totalmente unilateral y espontáneo. De otro lado, la gestión de
negocios tampoco se identifica con los supuestos de
representación sin poder contenidos en el artículo 161
(personas que no cuentan con la representación que se
atribuyen o que exceden o violan el encargo) y, en
concreto, con el denominado fa/sus procurator. Como lo hace
ver Messineo (p. 454), el gestor no declara a los terceros que
obra autorizado (en nombre y/o por encargo) del dominus
28 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.
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(sin perjuicio de que sí indique a los terceros que obra en


interés del dominus); mientras el fa/sus procuratorafirma
(falsamente) haber recibido (o tener todavía) el poder de
representación del interesado. Adicionalmente, para la
eficacia de los actos del gestor no se requiere ratificación,
lo que sí es indispensable en cualquiera de los supuestos del
citado artículo161.

Como consecuencia todo lo señalado, las normas sobre


representación del Libro del Acto Jurídico del Código Civil
no son aplicables directamente a la gestión de negocios,
figura que cuenta con su propia regulación legal.
Únicamente sería posible una aplicación por analogía de las
normas sobre representación cuando se requiera una
integración normativa. También se ha argumentado que la
gestión de negocios es un negocio jurídico (ergo, un acto
jurídico conforme a nuestro Código Civil). Esta afirmación
es muy relevante pues de tener tal naturaleza, a la gestión
de negocios le serían aplicables las disposiciones
generales del acto jurídico del Código Civil y,
principalmente, los requisitos de validez. Con ello se
despejarían algunas dudas existentes sobre la gestión de
negocios, como, por ejemplo, si para su validez se exige que
el gestor tenga capacidad de ejercicio. Puede verse que para
Enneccerus (p. 627) la gestión de negocios es, en efecto,
un negocio jurídico, pues "la exteriorización de [la] voluntad
de gestionar, contenida en los actos singulares de gestión y
en las circunstancias que lo acompañan, dado que no se
dirige a las consecuencias jurídicas de la gestión de
negocios, no es una declaración de voluntad, sino una
acto semejante a los negocios jurídicos ( ... ). Requiere,
como la constitución de domicilio, la plena capacidad de
celebrar negocios jurídicos". En sentido similar, Betti (p. 127)
considera que "[e]s irrelevante que el asunto [la gestión
29 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.
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misma] consista en un negocio o en una disposición material,


porque, cualquiera que sea su naturaleza, la actitud de quien
lo asume es la de quien realiza un acto de autonomía privada,
caracterizado por la típica función de cooperación gestoria.
Teniendo presente todo esto y no sola la otra norma
particular del artículo 2029 del Código civil [italiano] según la
cual la capacidad del gestor para contratar es un requisito
de validez de la gestión de negocios ajenos, nos parece
difícil negar a esta el carácter y la calificación de negocio
jurídico".

En nuestra opinión, sin embargo, la gestión de negocios


no es un negocio jurídico (acto jurídico), sino un "acto jurídico
en sentido estricto", conforme a las teorías contemporáneas
sobre el negocio jurídico. Ello principalmente porque, a
diferencia de los negocios jurídicos, la gestión de negocios
produce efectos ex lege, sin que las partes autorregulen
o autodeterminen su relación de forma programática. Como
lo señala Scalisi, citado por Morales Hervias (p. 475), el
negocio jurídico "es la forma organizativa y la peculiar
modalidad técnica de realización de la categoría de intereses
relevantes inactivos o programáticos, a diferencia de los
intereses de inmediata y actual realización (intereses
relevantes activos o directos)". El negocio jurídico se
caracteriza, entonces, por la configuración de un programa
práctico de acciones directas (autorregulación o
autodeterminación) para realizar el interés relevante inactivo
del agente. De esto carece la gestión de negocios, en la cual
no media una autorregulación o autodeterminación de los
intereses del gestor ni del dominus. En cambio, como lo
indica Morales Hervías (pp. 473¬474), el acto jurídico en
sentido estricto "es el comportamiento humano ¬operación
material¬ o declaración el cual es relevante como simple
presupuesto de efectos jurídicos o simple supuesto de hecho
30 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.
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de normas jurídicas. Los efectos no son dispuestos por el


sujeto sino por una fuente externa que principalmente es la
ley. El acto produce los efectos previstos por la ley por el
hecho de la realización del acto". Este es el caso de la gestión
de negocios en el cual los efectos de la gestión (supuesto de
hecho o fáctico) los determina estrictamente el Código Civil.
En conclusión, la gestión de negocios es un acto jurídico en
sentido estricto, y no un negocio jurídico, además de ser una
fuente de obligaciones ex lege. En tal sentido, es una figura
legal en el cual la ley determina el supuesto fáctico ¬ gestión
en provecho de un tercero¬ que produce el efecto jurídico
establecido, que no es otro que el surgimiento de concretas
obligaciones legales a ser satisfechas por los agentes
involucrados (gestor y dominus).

En virtud de lo anterior, le corresponde a la doctrina definir


esta figura; al respecto Fausto Rico Álvarez y Patricio Garza
Bandala comentan que la Gestión de Negocios es una
“…administración (y/o defensa) espontánea deuno o más
asuntos patrimoniales ajenos, estos es, sin haber tenido
encargo alguno por parte del interesado, ni el deber derivado
de una obligación legal…”.13
Manuel Bejarano Sánchez define esta figura como “…la
intromisión intencional de una persona que carece de
mandato y de obligación legal, en los asuntos de otra, con el
propósito altruista de evitarle daños o de producirle
beneficios…”.14
Por otro lado Eugene Gaudemet, menciona que “…Hay
gestión de negocios cuando una persona, espontáneamente

13 RICO ALVAREZ, Fausto; GARZA BANDALA, Patricio, Teoría General de las Obligaciones, Porrúa, México, Distrito
Federal, 2005, p. 239.
14 BEJARANO SANCHEZ, Manuel, Obligaciones Civiles, Oxford University Press, México, Distrito Federal, Décimo Quinta

Reimpresión, 2007, p. 164.

31 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


JUEGO Y APUESTA - GESTIÓN DE NEGOCIOS - Derecho de los Contratos – Parte
Especial
PROMESA UNILATERAL

y sin mandato realiza uno o más actos concernientes al


patrimonio de un tercero…”.15
Manuel Borja Soriano, citando a Rossel, comenta que “…La
gestión de negocios consiste en el hecho de que una persona
(el gestor) administre voluntariamente el negocio de otra
persona (el dueño) sin mandato de parte de este último…”.16
Por su parte Eugene Petit dice que “…Hay gestión de
negocios cuando una persona administra voluntariamente los
negocios ajenos sin habérselo encargado…”17
Para los hermanos Mazeaud, "la gestión de negocios ajenos
es el hecho de una persona, el gestor de negocios que sin
haber encargado de ello, se ocupa de los asuntos de otra
persona, el gestionado o dueño del negocio".

Por último, Agustín Bravo González y Beatriz Bravo Valdés


definen esta figura al decir que “…Hay gestión de negocios
todas las veces que una persona administra voluntariamente
los negocios de otro sin mandato del interesado, pero con
intención de obligarlo…”18; esta definición recibe una crítica
por parte del autor de la presente obra, ya que en la última
parte de la misma se hace referencia a la existencia de un
deseo, por parte del gestor, de obligar al dueño del negocio;
esto va contra la esencia de la figura ya que, por un lado, la
espontaneidad con la que el gestor actúa es parte
fundamental de la gestión, sin aquella estaríamos frente a un
mandato, porque se estaría actuando por orden del mandante
y no por un sentido de solidaridad y altruismo que es la
esencia misma de la figura.

15 GAUDEMET, Eugene, Teoría General de las Obligaciones, Porrúa, México, Distrito Federal, Cuarta Edición, 2010, p.
301.
16 BORJA SORIANO, Manuel, Teoría General de las Obligaciones, Porrúa, México, Distrito Federal, Vigésima Primera

edición, 2009, p. 337.


17 PETIT, Eugene, Tratado Elemental de Derecho Romano, Porrúa, México, Distrito Federal, Vigésima Segunda edición,

2006, p. 447.
18 BRAVO GONZALEZ, Agustín; BRAVO VALDES, Beatriz, Derecho Romano, Segundo Curso, Porrúa, México, Distrito

Federal, Vigésima Primera edición, 2006, p. 203.

32 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


JUEGO Y APUESTA - GESTIÓN DE NEGOCIOS - Derecho de los Contratos – Parte
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Expuestas las definiciones adoptadas por algunos de


nuestros grandes y respetados doctrinarios, atendiendo a los
elementos esenciales de la definición podríamos concluir
que: “Gestión de Negocios, es el acto jurídico por medio del
cual, una persona espontáneamente, y sin estar obligado a
ello por una convención o por la propia ley, se encarga de los
negocios de otro, buscando el provecho de aquel”.

2.3. LA GESTIÓN DE NEGOCIOS, A LA LUZ DE LAS DIVERSAS


DOCTRINAS.

2.3.1. Derecho Romano


La Gestión de Negocios, ya era contemplada como una
fuente de obligaciones en las Instituciones de Justiniano;
aquellas eran divididas en cuatro, según la fuente de donde
procedían, tomando en cuenta su origen: las que nacían de
un contrato, de un delito, como de un delito o como de un
contrato; siendo esta última la que nos interesa. La obligación
nace como de un contrato cuando tiene su causa en un hecho
lícito distinto de la convención, es decir, lo que en la doctrina
francesa o clásica del hecho jurídico se conoce como
cuasicontrato.
Esta división, que llegó a ser clásica, parece haber sido
tomada de Gayo, ya que en el libro secundo aureorum,
menciona que las obligaciones derivan de los contratos, de
los delitos y de otros hechos diversos; y en el libro tertio
aureorum, se utiliza con frecuencia la expresión quasi ex
contractu, como de un contrato, de lo anterior Justiniano tomó
la base para la división que se menciona en el párrafo
anterior.
En la doctrina romana, las partes en la Gestión de Negocios
se nombraban como negotiorum gestor, aquel que voluntaria
y espontáneamente se hacía cargo de los negocios de otro, y
dominus, el dueño del negocio. De igual manera se
33 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.
JUEGO Y APUESTA - GESTIÓN DE NEGOCIOS - Derecho de los Contratos – Parte
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establecían las obligaciones de ambas partes, mismas que


han perdurado a través del tiempo y sido adoptadas por las
doctrinas posteriores.
El negotiorum gestor tenía la obligación de rendir cuentas de
su gestión al dominus, mientras que este, por su parte, debía
indemnizar al primero por sus gastos.

2.3.2. Doctrina francesa o clásica


En esta corriente, como en la doctrina romana, la Gestión de
Negocios continúo siendo encuadrada dentro de los
cuasicontratos, partiendo de la teoría del hecho jurídico que
consagra el pensamiento francés y que predomina en nuestro
actual Código Civil.
Los juristas franceses entre los cuales se encuentran
exponentes tan destacados como Bonnecase, Pothier y
Capitant; desarrollaron una teoría del hecho jurídico,
aceptada por muchas legislaciones, incluida la nuestra,
considerada el día de hoy como clásica y que, sin embargo,
poco a poco ha sido superada por la doctrina alemana, misma
que se aborda en el punto siguiente del presente análisis.
Toda vez que la teoría del hecho jurídico no es materia del
presente estudio, me limitaré a señalar esquemáticamente la
división que la citada doctrina daba al hecho jurídico, lo
anterior para poder dar al lector un entendimiento completo
sobre el punto de vista en que la teoría francesa estudia a la
Gestión de Negocios.
I. Hecho Jurídico (Latu sensu).
a) Acto Jurídico.
1. Unilateral.
i. Testamento.
2. Bilateral.
i. Convenios. ii. Contratos.
b) Hecho Jurídico.
1. Del hombre.
34 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.
JUEGO Y APUESTA - GESTIÓN DE NEGOCIOS - Derecho de los Contratos – Parte
Especial
PROMESA UNILATERAL

i. Voluntario.
- Lícito. - Ilícito.
ii. Involuntario.
- Lícito. - Ilícito.

La división toma como punto de partida el hecho jurídico en


sentido amplio, al respecto Rafael Rojina Villegas comenta
que “…En sentido general la doctrina francesa habla de
hechos jurídicos, comprendiendo todos aquellos
acontecimientos naturales o del hombre que originan
consecuencias de derechos…”; a partir de este punto la
doctrina divide al Hecho Jurídico latu sensu, en Acto Jurídico
y Hecho Jurídico strictu sensu, siendo este último el que nos
interesa, y que por definición es “…todo aquel acontecimiento
natural o del hombre generador de consecuencias de
derecho, no obstante que cuando proviene de un ser humano,
no existe la intención de crear esas consecuencias…”19
En efecto, la doctrina francesa considera que en el Hecho
Jurídico en sentido estricto, la voluntad de la persona existe,
pero no se exterioriza en el sentido de crear determinadas
consecuencias de derecho, pudiendo incluso, la persona
desconocer la existencia de las mismas en su totalidad.
Ahora, la figura definida en el párrafo que antecede puede
tener dos tipos de manifestaciones, el Hecho Jurídico en
sentido estricto del hombre y el de la naturaleza; sobra decir
que esta clasificación depende totalmente de la fuente que la
genera.
Es un hecho proveniente de la naturaleza aquel en el que no
participa la voluntad del hombre, pero que crea
consecuencias en el mundo del derecho, como un terremoto,
el nacimiento o la muerte misma; y un hecho del hombre,

19DOMINGUEZ MARTINEZ, Jorge Alfredo, Derecho Civil, parte general, personas, cosas, negocio jurídico e invalidez,
Porrúa, México, Distrito Federal, décimo primera edición, 2008, p. 501.

35 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


JUEGO Y APUESTA - GESTIÓN DE NEGOCIOS - Derecho de los Contratos – Parte
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todos aquellos acontecimiento que producen consecuencias


jurídicas, que implican una manifestación de la voluntad, pero
ésta no interviene en la producción de las consecuencias que
se generan; éste último puede ser, según la doctrina en
estudio, involuntario o voluntario, dependiendo del grado en
que la voluntad del hombre participe. Por último y siendo el
aspecto que resulta relevante en este estudio, los Hechos
Jurídicos, en estricto sentido, provenientes del hombre
voluntarios, pueden dividirse en lícitos e ilícitos, los primeros
son los cuasicontratos y los segundos los cuasidelitos.

En efecto la doctrina francesa también encuadra la Gestión


de Negocios dentro de los cuasicontratos, ya que es una
manifestación voluntaria del hombre, que produce
consecuencias jurídicas, pero dicha voluntad no va
encaminada a producirlas.

2.3.3. Doctrina alemana


La doctrina francesa y la alemana, parten de los mismos
razonamientos y juicios para clasificar y definir a los diversos
acontecimientos jurídicos, sin embargo la segunda profundiza
y analiza de una manera más objetiva, real y lógica dichos
acontecimientos. Ambas teorías, además, parten del hecho
jurídico en sentido amplio como fuente para la división que
proponen.
Sin embargo cabe destacar, no obstante sale del tema de
estudio del presente, que la aportación más importante de
esta corriente de ideas es la introducción de un concepto
totalmente nuevo el Negocio Jurídico.
No obstante lo anterior, lo que es necesario comentar
respecto de esta doctrina, es la conceptualización que la
misma hace del Acto Jurídico como especie del Hecho
Jurídico latu sensu; al definir a aquél como “…todo
acontecimiento voluntario al que el ordenamiento legal ya le
36 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.
JUEGO Y APUESTA - GESTIÓN DE NEGOCIOS - Derecho de los Contratos – Parte
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ha señalado las consecuencias a actualizarse por su


verificación…”20
Es decir, para la teoría alemana, en el acto jurídico
efectivamente participa la voluntad del hombre al realizar el
acto, y las consecuencias se dan, por disposición de ley; sin
importar que el ejecutante quiera o no que, dichas
consecuencias, se produzcan; o, incluso, el desconocimiento
de la modificación en el mundo del derecho que su actuación
causó, no es factor para reducir dicha actuación a un Hecho
Jurídico strictu sensu.

Expuesto lo anterior no es difícil adivinar que dentro de la


teoría alemana, la gestión de negocios es un Acto Jurídico,
ya que la voluntad del gestor, al encargarse de los asuntos
del dueño, le da ese tinte; no es relevante que la voluntad del
ejecutante no esté encaminada a la producción de las
consecuencias jurídicas que esto implica, ya que las mismas
las establece la propia ley.

2.4. REQUISITOS DE LA GESTIÓN DE NEGOCIOS


El ARTÍCULO 1950 del Código Civil regula el primer aspecto de
lo que nuestra legislación concibe como gestión de negocios,
específicamente en relación con las obligaciones del gestor. Esta
regulación es completada por los tres ARTÍCULOS siguientes del
código, pero especialmente por el ARTÍCULOS 1952, que establece
las obligaciones del dueño del bien o negocio o también denominado
"dominus". Estos dispositivos, sin embargo, no enumeran de modo
específico los presupuestos o requisitos que deben cumplirse para
que opere la gestión de negocios. Estos hay que desprenderlos, por
tanto, de la regulación legal, pero complementándolos con el
desarrollo doctrinario del que son objeto, a los efectos de

20 DOMINGUEZ MARTINEZ, Jorge Alfredo, Derecho Civil… cit., p. 505.

37 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


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determinar sus correctos alcances. A ello nos dedicamos a


continuación.

2.4.1. Negativos:
a) No presencia del dueño: la simple ausencia que impide al
dueño ocuparse de alguno o de todos sus asuntos; por
ejemplo la persona que se ausenta de su casa pero se
sabe o se presume dónde está. Debe tenerse en
consideración la situación concreta, pues son las
circunstancias las que determinaran si se cumple o no
este requisito.
b) Imposibilidad del dueño de atender sus negocios: si el
dueño ha encargado a otra persona la gestión de sus
negocios, un tercero no puedo intervenir con el pretexto
de la no presencia del dueño.
c) Falta de consentimiento del dueño: el dueño no debe
haber consentido la gestión, así sea tácitamente, en cuyo
caso habría un mandato.
d) Ausencia de oposición del dueño: si este ha manifestados
a sus vecinos que durante su ausencia no se ocupen de
sus asuntos, o lo hace una vez iniciada la intervención del
gestor, se viola el principio de no inmiscuirse en los
asuntos ajenos y que pretenda hacerlo es responsable de
sus actuaciones. Al cometer un hecho ilícito deberá pagar
los daños causados al dueño, por ejemplo en caso de
incendio de una cosa perteneciente al dueño.
e) Ausencia del ánimo de liberalidad del gestor: cuando se
interviene en un asunto del dueño sin cumplir con ninguno
de los requisitos antes señalados, se presume que se trata
de una libertad de liberalidad del gestor y no de una
gestión de negocios; por ejemplo, procedo a pintar la casa
de mi vecino, estando este presenta y sin su oposición; se
puede presumir, inclusive por el dueño que se trata de un

38 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


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favor gratuito de quien ejecuta la obra quizás en su propio


interés.

El artículo 1950 del Código Civil señala que el gestor es


un agente que asume la gestión de un negocio o bien
ajeno "careciendo de facultades de representación y sin
estar obligado" a ello. Como lo señala Enneccerus (p.
625), se exige que "el gestor de negocios no esté
facultado ni obligado hacia el dueño a la gestión por
consecuencia de un mandato o de otra causa (contrato de
servicio p de obra, tutela, patria potestad, deber oficial).
Se trata, por tanto, de una actuación a propia iniciativa, sin
que exista un vínculo legal que autorice u obligue a
efectuar la gestión. La gestión, por ende, es siempre
espontánea. Ahora bien, surge la interrogante de si hay
gestión de negocios cuando el gestor actuó creyendo por
error que contaba con el derecho o autorización
correspondiente o que cumplía de una obligación, pues
la doctrina no es pacífica sobre el tema. Sería el caso,
por ejemplo, de quien actuó sin tomar en cuenta que el
contrato del que emanaba su derecho u obligación era
nulo. Para Enneccerus (p. 625), por ejemplo, la creencia
errónea en la existencia de tal derecho u obligación no
excluye los efectos de la gestión de negocios. Medicus (p.
664), por el contrario, considera que en casos así
resulta cuestionable la voluntad de gestionar el negocio
ajeno, por lo cual es difícil hablar de gestión de negocios.

A nuestro parecer, aun cuando sería razonable admitir


que hay gestión de negocios en casos de error ¬pues
finalmente la gestión puede beneficiar al dueño nuestro
ordenamiento no lo acepta. Y es que el artículo 1950 exige
que la gestión se asuma "conscientemente", lo cual
supone que el gestor, por un lado, sea consciente de la
39 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.
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ajenidad del negocio, pero también de que no cuenta


con representación alguna ni hay causa legal alguna que
lo obligue a actuar. Lo contrario supondría aceptar la
gestión en un caso en el cual no hay una verdadera
actuación espontánea en interés o provecho de un
tercero, y que, por lo tanto, no es verdaderamente
solidaria, sustento valorativo de la figura. En última
instancia, la situación planteada puede reconducirse a
través otras figuras jurídicas, según el caso, como la
representación sin poder (ex arto 161 C.C.), el
enriquecimiento sin causa o el pago indebido.

Una segunda interrogante que se plantea es si puede


haber gestión entre dos personas que están vinculadas
contractual mente, pero en caso e'''gestor'' exceda o se
aparte de los términos del contrato. Para Diéz-Picazo y
Gullón (p. 566), por ejemplo, nada impide que la gestión
no pueda nacer si el es gestor y el dominus están unidos
por una relación contractual. En estos casos la gestión de
negocios "[p]uede originarse desde el momento que se
despliegue una actividad no prevista en el contrato (o no
impuesta por los usos o la buena fe)". No obstante, sobre
este punto, compartimos la opinión de Medicus (p. 664),
para quien debe tenerse cuidado con este tipo de
situaciones, cuando existe otra relación jurídica cuyas
fronteras se transgreden. Y ello porque resulta aquí,
nuevamente, cuestionable la voluntad de gestionar el
negocio ajeno, cuando en realidad el agente solo habría
querido cumplir una presunta obligación, lo que deberá
observarse en el caso concreto; no vaya a ser que la
situación deba ser tratada también conforme a otras
figuras legales realmente pertinentes.

2.4.2. Positivos:
40 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.
JUEGO Y APUESTA - GESTIÓN DE NEGOCIOS - Derecho de los Contratos – Parte
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a) Intención de gestionar: el gestor debe tener el propósito


de gestionar intereses ajenos, por ello, cuando pro erros
se inmiscuye en negocios de un tercero, creyéndolos
propios, no hay gestión de negocios, podrá haber
enriquecimiento sin causa.
En este punto reunimos en un solo presupuesto tres
hechos o elementos que deben concurrir en la esfera
del gestor, a los efectos de que su gestión sea
amparada por nuestro ordenamiento. Su exigencia se
desprende claramente del artículo 1950 del Código Civil.
Nos referimos a que debe existir un concreto acto
(material o jurídico) de gestión, que tal actuación recaiga
sobre un negocio ajeno, y que se efectúe con la real y
desinteresada voluntad de favorecer al dueño.
b) Interés del dueño: el gestor debe acotar en interés del
dueño, pues si procede en su propio interés no está
gestionando un negocio ajeno, falta el elemento de la
alienidad. Sin embargo puede tratarse de un interés
común, por ejemplo, reparar una pared medianera.
c) Iniciativa espontanea del gestor: tratándose de una
persona que procede a efectuar una actividad propia de
su profesión, sin haber recibido instrucciones del
interesado, la jurisprudencia ha considerado que tiene
derecho a sus honorarios profesionales, por ejemplo, el
médico que auxilia a una persona herida.
d) Continuación de un negocio en curso: pueden cargarse de
la continuación de un asunto comenzado por el dueño, por
ejemplo, una construcción que se ha paralizado, en
ausencia del dueño, por falta del pago al contratista.
e) Iniciar una obra necesaria: puede tratarse de un negocio
nuevo, contratar las horas necesarias para evitar la ruina
de una edificación del dueño.

2.5. ELEMENTOS DE LA GESTIÓN DE NEGOCIOS


41 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.
JUEGO Y APUESTA - GESTIÓN DE NEGOCIOS - Derecho de los Contratos – Parte
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2.5.1. La existencia de un negocio jurídico ajeno


Se entiende uno o más negocios o relaciones jurídicas,
susceptibles lícitamente de ser realizadas por el gestor quien
sabe que se está inmiscuyéndose en los asuntos del otro. El
que gestiona un asunto ajeno creyéndose propio, no realiza
gestión de negocios. La gestión puede consistir en el
cumplimiento de un acto jurídico que puede efectuarse de dos
maneras: Cuando el gestor actúa en su propio nombre con la
intención de beneficiar al dueño y cuando el gestor actúa por
cuenta del dueño del negocio. Y en la realización de los actos
materiales que pueden ser demostrados por cualquier medio
probatorio.

2.5.2. Condiciones o requisitos en la persona del gestor


(negotiorum gestor)

El gestor debe ser capaz, ya que quien es incapaz de aceptar


un mandato es incapaz de obligase como gestor de negocios.
La intervención debe ser intencional, el gestor debe saber que
se está inmiscuyendo en los asuntos del otro.
La intervención debe ser espontánea, no debe prevenir de un
mandato legal, ni de solicitud del dueño del negocio.
La gestión no debe ser emprendida contra la expresa
voluntad del dueño del negocio, en razón de que la invasión
de un negocio ajeno es excepcional y normal es que cada
cual decida y ejecute lo que sea conveniente en salvaguardia
de sus intereses personales, salvo que se trate de una
gestión por utilidad pública o social.

2.5.3. Condiciones o requisitos en la persona del dueño del


negocio (Negotiorum Dóminus)
No debe haber otorgado su consentimiento, porque si lo ha
dado, se está en presencia de un contrato de mandato.
42 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.
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El dueño del negocio no debe hacerse opuesto al acto de


gestión.
No es necesario que sea capaz, por cuanto no interviene en
la gestión.

2.6. EFECTOS DE LA GESTIÓN DE NEGOCIOS


Para fijar los efectos de esta fuente de obligaciones se debe partir
de la naturaleza bilateral, de la gestión de negocios por lo tanto, se
desprenden obligaciones tanto para el gestor, como para el dueño
del negocio. El dueño del negocio para ejercer o hacer cumplir sus
obligaciones tiene la acción negotiorum directa, contra el gestor, y al
gestor, para hacer cumplir las obligaciones se le acuerda la acción
negotiorum gestorum contraria contra el dueño.

2.7. OBLIGACIONES DEL GESTOR DE NEGOCIOS


Evidentemente, el gestor de negocios está obligado al
cumplimiento de sus deberes como tales. Como se
observa del artículo 1950, todo gestor tiene un deber
fundamental: desempeñar la gestión en provecho del dueño.
El incumplimiento de este deber, por lo tanto, obliga a los
gestores a responder solidariamente por los daños
producidos.
Pero además existen una serie de deberes secundarios, no
mencionados en la norma, derivados del deber de gestionar
el negocio en provecho del dueño y cuyo incumplimiento
también puede generarle daños al dueño del negocio.
Todos estos deberes serán desarrollados a continuación,
de modo tal que pueda advertirse con claridad los alcances
de la responsabilidad que asumen los gestores de negocios
ajenos.

2.7.1. Responsabilidad Solidaria en la Gestión Conjunta

43 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


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ARTÍCULO 1951: “Cuando los actos a que se refiere el


artículo 1950 fueran asumidos conjuntamente por dos o
más personas, la responsabilidad de estas es solidaria”.
En virtud de este artículo del Código Civil, cuando los actos
de gestión de negocios o administración de bienes ajenos
sean asumidos por más de un gestor, la responsabilidad
de estos es solidaria. Como lo indica Cárdenas Quirós
(p. 763) el artículo contempla un caso de solidaridad legal,
reproduciendo en lo fundamental el texto del artículo 1659 del
Código Civil de 1936.
El incumplimiento del deber de gestionar diligentemente el
negocio en provecho del dueño, o cualquiera de los deberes
que de él deriven, hará responsable al gestor por los daños
causados al dominus. A tal efecto, como se ha mencionado,
deberá verificarse si la actuación del gestor se ajusta o no a
un patrón esperado o razonable de conducta, dadas las
circunstancias.
El criterio de imputación a aplicarse en este caso debe ser
subjetivo o por culpa, pues, en nuestra opinión, aplicar un
criterio objetivo simplemente desincentivaría las actividades
gestoras. En todo caso, como señala Borda (p. 770), la
culpa debe ser apreciada con un criterio objetivo; es decir,
"será culpable quien no obre con el cuidado y diligencia
propios de una persona prudente". Luego, el artículo 1951
del Código Civil establece que en cuando la gestión hubiere
sido efectuada por varios agentes, la responsabilidad de
estos frente al dueño será solidaria. Quiere decir entonces
que el dueño podrá dirigirse contra cualquiera de los gestores
intervinientes a los efectos de exigir el pago del total de los
daños ocasionados.

Como lo señala Cárdenas Quirós (p. 763), la solidaridad ex


lege impuesta a los gestores no tiene otro propósito que
ofrecer más seguridades al dominus. Adecir de Manrresa y
44 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.
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Navarro, citado por León Barandiarán (p. 204), el


fundamento de la solidaridad está en la imposibilidad de
que concurra la voluntad del dominus en los actos de gestión
que producen el daño (dada la ignorancia de la gestión), por
lo cual es razonable conceder a dicho agente tal protección.
Por otro lado, a efectos de que opere la solidaridad, el artículo
1951 exige que los gestores asuman conjuntamente la
gestión. Como lo precisa Cardenas Quirós (p. 763), no basta
la mera pluralidad de gestores, pues "[s]i la gestión fuese
desempeñada en forma sucesiva e independiente por los
gestores, si actuasen separadamente, su responsabilidad no
será solidaria".

2.7.2. Obligaciones frente al dueño del negocio gestionado


Debe obrar conforme a los intereses del dueño del
negocio; conforme a la voluntad presunta del dueño.
Conforme al artículo 1950, el gestor tiene el deber general, y
principal, de gestionar el negocio a favor del dueño. En
nuestra opinión, este deber tiene una doble connotación:
subjetiva y objetiva.
Desde el punto de vista subjetivo, actuar en provecho del
dueño significa que el gestor debe contar con el animus
aliena negocia gerendi; esto es, "debe se consciente de
gestionar un negocio ajeno en interés ajeno" (CÁRDENAS
QUIROS, p. 753). No cabe, por tanto, que el gestor actúe en
interés propio, o considerando equivocadamente el negocio
ajeno como propio, o por un mero ánimo de liberalidad,
supuestos en los cuales no existe el animus, como se vio en
nuestro comentario al artículo 1950.
De otro lado, desde el punto de vista objetivo, actuar en
provecho del dueño significa que el gestor debe comportarse
como si fuera el dominus, teniendo en cuenta la voluntad real
o presumible de este último (ENNECCERUS, p. 626). Como
lo indica Cardenas Quirós (p. 758), el gestor debe efectuar
45 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.
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toda actividad que el dominus hubiera realizado empleando


la diligencia ordinaria requerida por la naturaleza de la
obligación y que corresponda a las circunstancias de las
personas, del tiempo y del lugar, en el supuesto de haberse
visto obligado a actuar directamente en la gestión del
negocio.
Debe desempeñar su cargo con la diligencia de un buen
padre de familia.

La diligencia exigida al gestor, a decir de Messineo (p. 450),


es la que tendría un buen padre de familia. En esencia, la
idea es comparar la conducta del gestor con un patrón
standard del comportamiento esperado de una persona
diligente y razonable en las circunstancias dadas.
Particularmente tendrá que tenerse en cuenta cómo
presumiblemente se habría comportado el dominus, o su
representante, en la situación concreta. Una conducta
distinta del patrón esperado determinará la responsabilidad
del gestor por los daños que pudieren generarse al dominus.

Debe dar aviso al dueño y esperar su decisión mediante


avisos en la prensa o por cualquier otro medio que permita
comunicarse con él.
Como lo señala Ennneccerus (p. 630), siguiendo la
legislación alemana, tan pronto como le sea factible el gestor
debe comunicar al dueño haber tomado a su cargo la gestión
del negocio, y si la dilación no implica peligro, esperar la
decisión de este. En el mismo sentido se pronuncia
Medicus (p. 667) para quien el gestor "ha de informar al
dueño del negocio; y con arreglo a las posibilidades,
aguardar su decisión".
En nuestra opinión, el deber de informar es plenamente
exigible conforme a nuestra legislación, como parte del
deber de diligencia y en tanto puede esperarse que un
46 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.
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gestor diligente informe al dueño de la gestión en la primera


oportunidad que tenga para hacerlo, dadas las
circunstancias concretas. En ningún caso podrá entenderse
diligente una gestión efectuada furtivamente, cuando el
gestor estaba en la plena posibilidad de informarle al dueño
la situación.

Debe continua la gestión y llevarla a término hasta que el


dueño se encuentre en estado de proveer por sí mismo.
En doctrina se cuestiona si, como parte de su deber de
diligencia, el gestor tiene la obligación de continuar la gestión
hasta el final, o si cabe una gestión parcial o inconclusa. Para
Messineo (p. 450) dado que las obligaciones del gestor se
asimilarían a la del mandatario (conforme a la legislación
italiana), el gestor debe continuar la gestión iniciada y
conducirla a término, hasta que el dominus esté en situación
de proveer a ella por sí mismo. De opinión similar es Borda
(p. 769) para quien nadie puede empezar gestiones que no
se encuentre en condiciones de llevarlas felizmente a buen
término; y dejar inconcluso un negocio puede significar para
el dueño un perjuicio quizás mayor que el derivado de no
haberlo iniciado. Por el contrario, Enneccerus (p. 630)
considera que, en rigor, no hay una obligación de continuar
la gestión empezada, aun cuando la no continuación puede
implicar un daño culpable que hace al gestor responsable de
indemnización.

En nuestra opinión, tendrá que verse cada caso concreto para


determinar si es aceptable o no una gestión inconclusa,
teniendo en cuenta el provecho que se hubiere o no
producido. Así, pues, es posible que en algunos casos la
conducción parcial, y no total, del negocio ajeno genere igual
algún provecho para el dominus, o le evite un perjuicio, de
modo tal que surgirá la obligación de sufragar los gastos un
47 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.
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gestor o cubrir sus daños. Pero de no producirse provecho


alguno, el gestor deberá cubrir los daños que sufra el
dominus.

Debe someterse a las consecuencias del mismo negocio,


el gestor queda liberado de la obligación contraída en los
siguientes supuestos: cuando el dueño se encarga de su
negocio; cuando el dueño muere; cuando el heredero de
dueño toma la dirección del negocio.

Debe rendir cuentas; dada la naturaleza especial de la


gestión, el gestor está obligado o rendir cuentas al dueño
como cualquier administrador, y a restituir todo lo recaudado
por concepto de la gestión.
Si bien nuestra legislación no lo exige expresamente, el
gestor debe efectuar una rendición de cuentas al final de la
gestión, "puesto que es una obligación propia de toda
persona que administra o gestiona negocios ajenos"
(BORDA, p. 771). y es que en virtud del deber de diligencia
el gestor debe informar sobre el resultado de la gestión una
vez concluida esta. Tal rendición de cuentas será un factor
indispensable, a su vez, para fijar el monto de los gastos
a ser reembolsados o los daños a indemnizar.

Deber de entregar los provechos obtenidos, como lo


señala Medicus (p. 667) ante todo el gestor tiene que
devolver al dueño lo conseguido por la gestión del negocio.
Esto es, debe entregar los provechos obtenidos por la
gestión, fuera de la obligación, lógica, de devolver el bien o
negocio administrado una vez concluida la gestión o cuando
lo solicite el dueño.

¿Cabe que el gestor ejerza un derecho de retención


sobre el negocio o los provechos obtenidos si el dueño
48 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.
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no sufraga los gastos o no indemniza los daños y


perjuicios?
En nuestra opinión el Código Civil lo permite cuando el
dueño no garantiza el pago de tales gastos o daños y en tanto
en estos casos habrá una clara conexión entre el crédito y el
bien que se retiene, conforme lo exige el ARTÍCULO 1123 de
dicha norma.
A la muerte del gestor, sus herederos no están obligados a
continuar la gestión.

2.7.3. Obligaciones del Gestor frente a terceros


Si el gestor actuó en su propio nombre: Queda obligado
respecto a los terceros en todo lo referente a las obligaciones
derivadas de su gestión, aun cuando la gestión no haya sido
útil.
Si el gestor actúa en nombre del dueño; no está obligado
contractualmente frente a los terceros; el único obligado será
el dueño, contra quien los terceros tienen la acción directa,
siempre y cuando la gestión no haya sido útil, el tercero puede
repetir contra el gestor.

2.8. OBLIGACIONES DEL DUEÑO DEL NEGOCIO


ARTÍCULO 1952 Aunque no hubiese ratificación expresa, el dueño
de bienes o negocios que aproveche las ventajas de la gestión,
debe cumplir las obligaciones que el gestor ha asumido por él en
nombre propio y hacerse responsable de ellas; reembolsar los
gastos efectuados por el gestor con los intereses legales
generados a partir del día en que se han realizado; e indemnizar los
daños y perjuicios que haya sufrido el gestor en el desempeño de
la gestión. La misma obligación le concierne cuando la gestión
hubiese tenido por objeto evitar algún perjuicio inminente, aunque
de ello no resultase provecho alguno.

49 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


JUEGO Y APUESTA - GESTIÓN DE NEGOCIOS - Derecho de los Contratos – Parte
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Como lo señala Albaladejo (p. 461) el dueño es responsable


de las obligaciones contraídas en su interés y deberá indemnizar al
gestor los gastos hechos en el desempeño del asunto, así como
los perjuicios que hubiere sufrido con tal motivo. Veamos a
continuación los alcances de estas obligaciones.

2.8.1. Frente al gestor


El ARTÍCULO 1952 del Código Civil regula las obligaciones
del dominus en una gestión de negocios. A tal efecto, en
primer lugar, fija los alcances de la ratificación de los actos
del gestor por parte del dominus; y establece el requisito
fundamental para el surgimiento de tales obligaciones, esto
es, el aprovechamiento de las ventajas de la gestión por
parte del dueño. Seguidamente, la norma señala
concretamente cuáles son las obligaciones que corresponden
del dominus. Son principalmente tres: a) cumplir y/o
hacerse responsable de las obligaciones que hubiere
asumido el gestor como consecuencia de la gestión; b)
rembolsar los gastos efectuados por el gestor con los
intereses legales respectivos; y, c) indemnizar los daños y
perjuicios que le gestor hubiera sufrido. El párrafo final del
dispositivo regula los casos en los que el acto de gestión
consiste en evitarle al dueño algún perjuicio. En este
supuesto excepcional, como se observa de la norma, no se
exige el aprovechamiento de las ventajas de la gestión como
requisito para que el dueño deba cumplir las obligaciones
señaladas en el párrafo anterior. A analizar todo lo reseñado
nos abocamos a continuación.

Cumplir las obligaciones que el gestor ha asumido por él


en nombre propio y hacerse responsable de ellas.
Como se indicó en el comentario al ARTÍCULO 1950, los
actos de gestión pueden ser jurídicos o materiales. Pues
50 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.
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bien, entre los actos jurídicos de gestión, es frecuente que


el gestor asuma determinadas obligaciones frente a terceros,
a efectos de tutelar los intereses del dominus (por ejemplo,
contrata los servicios de un gasfitero para que repare una
cañería rota que inunda la casa del vecino ausente). Cuando
ello sucede, surge la obligación del dominus de hacerse
responsable y cumplir con las obligaciones que hubiere
contraído el gestor. Tal como lo indica el artículo 1952, las
obligaciones frente a terceros que surgen con motivo de la
gestión las asume el gestor en nombre propio. Y es que,
como lo precisa Messineo (p. 454), el gestor no declara a los
terceros que obra autorizado (en nombre y/o por encargo)
del dominus. En caso de hacerlo, no nos encontraríamos ya
frente a una gestión de negocios sino ante a uno de los
supuestos de representación sin poder (art. 161 del Código
Civil), requiriéndose indefectiblemente la ratificación del
"representado". Ahora bien, en opinión de Cárdenas Quirós
(p. 766), bajo el supuesto indicado en el artículo 1952, el
dominus deberá tomar a su cargo las obligaciones
contraídas personalmente por el gestor en su interés,
responsabilizándose de ellas, lo que significa que quedará
directamente obligado frente a los terceros con los que el
gestor se obligó. En esa línea, el autor citado deja entrever
que los terceros podrían dirigirse contra el dominus para
exigir el cumplimiento de las obligaciones asumidas por el
gestor (aparentemente, con independencia de si hubo o no
ratificación). En sentido similar, aunque analizando la
legislación italiana, se pronuncia Messineo (p. 448) para
quien "la gestión ¬ independientemente de toda ratificación¬
produce efectos, ante todo, en las relaciones externas, en
cuanto pone al dominus frente a los terceros con quienes
el gestor ha estrechado relaciones en nombre de él". Por su
parte, y siguiendo la legislación española, Díéz¬Picazo y
Gullón (p. 569) distinguen dos situaciones, a tenor de la
51 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.
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forma como se comporta el gestor. Así, pues, si el gestor


"ha utilizado el nombre del dominus (por cuenta de quien
contrata), quedara este vinculado directamente con los
terceros. Pero si el tercero ha contratado con el gestor,
empleando este su propio nombre, no tendrá acción más
que contra él, independientemente de que este accione
posteriormente contra su dominus para reembolsarse, por
ejemplo, de lo pagado". En nuestra opinión, los criterios
recién citados no se adecuan a lo regulado por nuestro
Código Civil. Dado que nuestra legislación ha privado de
efectos representativos a la gestión de negocios, esta nunca
genera un vínculo directo entre el dominus y los terceros
con los que se vinculó el gestor. Y como el gestor se
obliga en nombre propio (haya indicado o no a los terceros
que obraba en interés del dueño) es él quien responde
directamente frente a los terceros. Será, pues, en la relación
interna entre el gestor y el dominus en la que el primero
podrá exigirle al segundo que se responsabilice y cumpla
las obligaciones asumidas con los terceros. En suma, la
obligación del dominus de cumplir y responsabilizarse por
las obligaciones asumidas por el gestor solo puede ser
exigida por este último. Por su parte, lo terceros solo
pueden dirigirse contra el gestor para exigir el cumplimiento
correspondiente en su favor.

Rembolsar los gastos efectuados por el gestor con los


intereses legales respectivos, el artículo 1952 de nuestro
Código Civil obliga al dominus a rembolsar los gastos en los
que hubiera incurrido el gestor, más los intereses legales
generados a partir del día en que se realizaron tales gastos.
Esta obligación es recogida de modo uniforme por la
legislación comparada. Y es que, como lo señala Messineo
(p. 449), el dominus debe mantener al gestor indemne de las
obligaciones asumidas frente a terceros, y reembolsarlo de
52 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.
JUEGO Y APUESTA - GESTIÓN DE NEGOCIOS - Derecho de los Contratos – Parte
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los gastos, con los intereses desde el día en que estos se


han hecho. Nuestro Código Civil no precisa qué tipo de gastos
deben ser rembolsados. No se aclara si se trata solo de los
gastos necesarios (indispensables para la conservación del
bien o negocio), o si ello incluye a los gastos útiles (que no
obstante no ser indispensables, benefician al dueño) y a los
gastos voluntarios. Como lo señala Cárdenas Quirós (p.
766), la doctrina se inclina por considerar los gastos
necesarios y útiles, excluyendo a los voluntarios. Sin
embargo, el mismo autor (p. 767) precisa, en opinión que
compartimos, que la exclusión o no de los gastos voluntarios
dependerá también de la utilidad que le brinden al dueño, si
este los aprovecha o no. A nuestro parecer, en términos
generales corresponderá apreciar las circunstancias del
caso para determinar el reembolso. Deberá verificarse, pues,
si los gastos realizados (independientemente de su
naturaleza) se justificaban dadas las circunstancias concretas
de la gestión efectuada. A tal efecto, puede tomarse como
criterio que se exija el reembolso de los gastos en los
que razonablemente el dominus habría incurrido de haber
asumido él mismo la gestión del negocio. De igual modo
será reembolsable todo gasto que haya sido efectivamente
aprovechado por el dominus. Por otro lado, en doctrina se
discute si el gestor puede percibir una retribución por la
gestión efectuada. Analizando la legislación argentina,
Borda (p. 772) expresa que el gestor no tiene derecho a
retribución por la gestión, pero se admite una excepción a
favor del profesional que en carácter de gestor, ha realizado
trabajos para otros. En tal supuesto el salario u honorario
devengado es reputado gasto de la gestión. Para Cárdenas
Quirós (p. 769) esta solución excepcional se justifica
plenamente si se tiene en consideración que, de haber
contratado el gestor a un tercero para efectuar el trabajo en
lugar de hacerlo por sí mismo, el desembolso
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correspondiente que hubiera realizado para pagar a este


tercero correspondería un gasto y, por tanto, reembolsable
por el dominus. Como se observa, nuestro Código Civil se
limita a señalar que es obligación del dueño pagar los gastos
del gestor, sin que deba pagarse retribución alguna, lo que
entendemos responde al hecho de que la gestión es una
actividad altruista. Por ello, en nuestra opinión, aun en un
caso como el citado por Borda, el dominus no estaría
obligado a pagar una retribución al gestor, dado que
nuestra ley no se lo exige. El dominus solo deberá
sufragar los gastos concretos que la actividad profesional
hubiere generado, pero nunca el servicio mismo en forma de
retribución. Admitimos, sin embargo, lo debatible de este
asunto.
Finalmente, el dominus también se ve obligado al pago de los
intereses legales devengados desde el día en que se
hicieron efectivos los gastos. Como lo precisa Cárdenas
Quir6s (p. 767), estos intereses surgen de pleno derecho, sin
necesidad de constituir en mora al dominus.

Indemnizar los daños y perjuicios que el gestor hubiera


sufrido, como lo señala Cardenas Quirós (p. 767), a
diferencia de otras legislaciones, nuestra normatividad obliga
al dominus a indemnizar los daños y perjuicios que el gestor
hubiere sufrido en ejercicio de la gestión. En nuestra
opinión, esta regla legal es plenamente justificada, pues no
es el sentido de la gestión de negocios que el gestor sufra
algún menoscabo en su esfera patrimonial por la gestión
realizada. De ahí que pueda concluirse que, en términos
generales, es obligación del dominus mantener indemne al
gestor, lo que se logra rembolsándole sus gastos e
indemnizándole los daños sufridos. Como se observa, la
ley aquí no distingue respecto del tipo de daños que deban
indemnizarse. En tal sentido, podrán ser todos aquellos
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que admite nuestra legislación (Daño emergente, lucro


cesante, daño moral, etc.). A tal efecto, y dado que es
obligación del gestor desempeñar la gestión con diligencia
(como se ha visto en el comentario al artículo 1951), se
exigirá únicamente que los daños que hubiere sufrido no
sean consecuencia de su actuar negligente o imprudente.
Finalmente, en relación con el monto de los daños a
indemnizar, debe tenerse en cuenta que estos, en conjunto
con los gastos, nunca podrán ser iguales o mayores al
provecho que perciba el dominus, pues en caso contrario la
gestión de negocios perdería todo sentido. Como hemos
señalado en el comentario al artículo 1950, presupuesto
fundamental de la gestión de negocios que esta produzca un
provecho en favor del dominus, lo que no se da cuando sus
obligaciones frente al gestor más onerosas que el provecho
obtenido.

Cuando el gestor evita un perjuicio


El segundo párrafo del artículo 1952 del Código Civil señala
que la obligación del dominus de sufragar los gastos del
gestor e indemnizar sus daños será exigible también cuando
la gestión hubiese tenido por objeto evitar algún perjuicio
inminente, aunque de ello no resultase provecho alguno.
En este caso la sola conducta del gestor que aleja el perjuicio
obliga al dueño a cumplir sus obligaciones legales, lo que
responde a la noción del utiliter coeptum anteriormente
explicada. Como se observa, esta regulación aparenta ser
una excepción a la regla de que la gestión de negocios exige
un provecho o utilidad a favor del dominus. No obstante,
como lo hace ver Messineo (p. 446), en la gestión de
negocios "[I]a utilidad consiste de ordinario en un aumento
patrimonial; pero es tal aun cuando se resuelva en una
evitada disminución del patrimonio, como un gasto no hecho
y que hubiera tenido que hacer'. Es decir, que el solo hecho
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de que alguien se vea se ve librado de un perjuicio implica


per se la obtención de un beneficio o provecho. De ahí que
León Barandiarán (p. 208) señale que "dialécticamente el
conjurar un mal significa obtener un bien". Ahora, lo señalado
en el segundo párrafo del artículo 1952 sí es una excepción
a la regla de que la gestión de negocios exige el
aprovechamiento de las ventajas por parte del dominus. Y
ello porque en este caso la gestión será eficaz con la sola
conducta del gestor que evite el perjuicio inminente (utiliter
coeptum), sin que interese analizar si este aprovechó o no
este "beneficio". Con relación al perjuicio mismo, el Código
Civil exige que este sea inminente. Como lo señala
Cárdenas Quirós (p. 768), ello supone la existencia de un
peligro cierto e inmediato de que el perjuicio se produzca, que
la amenaza haya sea real y no ficticia, pues en caso contrario
de nada habría servido la gestión al dominus. No habrá
gestión de negocios, por lo tanto, de comprobarse que la
amenaza de perjuicio era inexistente o lejana, aun cuando
el gestor hubiere actuado creyendo de buena fe lo
contrario, lo que deberá ser analizada en cada caso
concreto. Finalmente, cabe aplicar aquí también la regla de
que el monto de los gastos y daños a sufragar por el
dominus no sean iguales o mayores a la estimación
patrimonial que pueda efectuarse del perjuicio evitado por
la conducta del gestor. En caso contrario, la gestión de
negocios no tendría justificación ni eficacia alguna.El dueño
deberá cumplir todas las obligaciones que haya contraído el
gestor en su nombre.
Si el negocio fue útilmente gestionado deberá reembolsarse
los gastos útiles y necesarios realizados con motivo de la
gestión, y los intereses legales desde el día en que el gestor
ha efectuado esos gastos.

2.8.2. Frente a terceros


56 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.
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El dueño del negocio sólo responde a terceros por las


obligaciones contraídas por el gestor en su nombre, siempre
y cuando el negocio haya sido bien administrador, el dueño
no responde si la gestión ha sido comenzada o ejecutada a
pesar de su prohibición expresa, a menos que esta
prohibición sea ilícita.

2.9. RATIFICACIÓN DE LA GESTIÓN DE NEGOCIOS


El ARTÍCULO 1661 del Código Civil de 1936, en concordancia
con varias legislaciones extranjeras, señalaba que la ratificación
de la gestión por parte del dueño del negocio producía los efectos
del mandato expreso y operaba retroactivamente. Es decir, que
la ratificación de la gestión generaba un régimen legal de
representación (indirecta). Hasta cierto punto, la situación era
similar a la del actual falsus procurator (persona que no tiene la
representación que se atribuye), cuyos actos pueden ser ratificados
por el "representado" con efectos retroactivos (art. 162 del Código
Civil). Lo estipulado en el Código Civil del 1936, sin embargo, no ha
sido reproducido en el Código Civil vigente, norma que no fija efecto
alguno para la ratificación.

El artículo 1952 se limita a señalar que el dueño que aproveche


las ventajas de la gestión deberá cumplir con las obligaciones
legales estipuladas en esa norma, aunque no hubiese ratificación
expresa. En nuestra opinión, de esta regulación se desprenden dos
conclusiones muy claras con relación al régimen legal peruano de
la gestión de negocios: i) la ratificación (expresa o tácita) de los
actos del gestor no es requisito de la gestión de negocios; y, ii) la
ratificación de los actos del gestor no genera un régimen de
representación o mandato. Sobre la primera conclusión, como lo
señala Messineo (p. 446), en el caso de la gestión de negocio
ajeno, el interesado (dominus), aunque no intervenga ratificación
por parte de él, sufre los efectos pasivos y activos de la actividad el

57 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


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gestor, siempre que el negocio presente utilidad, o sea,


enriquecimiento para el dominus.
Es decir, que para la eficacia de la gestión de negocios no es
indispensable que se ratifique lo realizado por el gestor, sino
simplemente el provecho a favor del dueño del bien o negocio. En
estos casos, ni siquiera es necesario hablar de una ratificación tácita
de la gestión, como lo suele hacer la doctrina. En nuestra
legislación, el aprovechamiento de las ventajas de la gestión es el
presupuesto legal para el surgimiento de las obligaciones del
dominus (salvo cuando la gestión consista en evitar un perjuicio), y
como estas obligaciones operan ex lege, no interesa si el dueño
estuvo de acuerdo (expresa o tácitamente) con la gestión (aun
cuando su voluntad presumible sea relevante para determinar si
la gestión fue justificada).

Como lo señala León Barandiarán (p. 208) "puede decirse con


razón que las obligaciones que vienen a recaer sobre el dueño, sea
frente al gestor, sea frente a terceros, se basan en una
consecuencia que legalmente se le impone con prescindencia de
su voluntad, ni siquiera tácita o presunta, por el solo hecho de la
utilidad obtenida por el dueño". Aun con lo dicho, tal como
claramente se desprende del artículo 1952, nada obsta para que
el dueño ratifique expresamente la gestión. En este punto, sin
embargo, surgen algunas dudas sobre los alcances de esa
ratificación, teniendo en cuenta que esta figura tiene especial
relevancia en los casos de representación sin poder (arts. 161 y 162
del Código Civil). En tal sentido, cabe preguntarse si la ratificación
expresa convierte a la gestión de negocios en un caso de
representación sin poder en sentido estricto (Ver nuestro comentario
al artículo 1950). Para Cárdenas Quirós (p. 764) "la ratificación
presupone una aceptación posterior por parte del dominus de los
actos realizados en su nombre por el representante sin poder que
determina que el primero de los nombrados asuma plenamente las
consecuencias de tales actos, con efecto retroactivo". De ahí que
58 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.
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este autor, citando a Diéz-Picazo, afirme que con la ratificación


la actuación del gestor se transforma en plenamente
representativa, y, en esa línea, despliega todos los efectos propios
de la representación. Nosotros no estamos de acuerdo con esta
posición. Como los señalamos en el comentario al artículo 1950,
aun cuando en sentido lato la gestión de negocios pueda
considerarse una forma sui géneris de representación (por tratarse
de una actuación en interés de otro), en sentido estricto, la gestión
de negocios no debe ser considerada una representación, al ser
una figura que posee naturaleza y características propias. En esa
línea, la ratificación expresa de los actos del gestor no hace que
la realizado deje de ser una gestión de negocios. Como se ha
señalado, no es la voluntad del agente (expresa o tácita), sino el
aprovechamiento de las ventajas, lo que determina la eficacia de la
gestión. En tal sentido, la ratificación expresa de la gestión es un
acto que acredita que la gestión fue justificada (pues respondió a
la voluntad del dueño) y que hace presumir el aprovechamiento,
pero que no cambia la naturaleza del acto efectuado, por lo cual
siempre nos encontramos frente a un gestión de negocios. Por
otro lado, no cabe asimilar la ratificación a la que se refiere el artículo
1952 del Código Civil con la ratificación del artículo 162, pensada
para los supuestos de representación sin poder regulados en el
artículo 161.

En la gestión de negocios, el gestor no se atribuye una


representación con la que no cuenta, sino que actúa en nombre
propio frente a terceros (sin perjuicio de que indique a los terceros
que obra en interés del dominus), por lo cual la ratificación del
dueño actúa solo en la relación interna entre el gestor y el dominus.
Para los terceros la ratificación del dominus no es relevante, pues la
relación jurídica la han establecido con el gestor. Por el contrario,
en los casos de representación sin poder del citado artículo 161,
como el agente se atribuye una representación con la que no cuenta,
la ratificación tiene especial relevancia frente a los terceros que
59 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.
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creyeron haber celebrado el negocio con el representado. En el


fondo, la ratificación subsana el error de los terceros de haber
celebrado un negocio con un falsus procurator. En suma, para la
eficacia de la gestión no se requiere la ratificación (expresa o tácita)
de los actos del gestor, lo que sí es indispensable en cualquiera de
los supuestos del artículo 161 del Código Civil.

Aprovechamiento de las ventajas de la gestión, como se ha


mencionado, el aprovechamiento de las ventajas de la gestión es un
presupuesto determinante de la gestión de negocios. Conforme a
nuestra normatividad, para que el dueño del negocio se vea
obligado a cumplir las obligaciones establecidas en el artículo
1952, tiene que haberse aprovechado de las ventajas de la
gestión. Como lo señalamos en nuestro comentario al artículo
1950 del Código Civil, aprovechar una ventaja no implica
únicamente que la ventaja exista a favor del dueño (DIÉZ-
PICAZO y GULLÓN, p. 569). De ahí que concluyamos que nuestro
Código Civil no recoge de modo integral la noción de utiliter
coeptum, que solo tiene aplicación en el supuesto del segundo
párrafo del artículo 1952, y en virtud de la cual para que exista
gestión de negocios basta que el gestor se comporte como lo
habría hecho el dominus en la situación dada, sin que interese
el provecho efectivo (utiliter gestum) que el dominus perciba o
aproveche al terminar la gestión de negocios. A los efectos de
determinar cuándo el gestor se ha aprovechado de las ventajas
de la gestión, podrá recurrirse a patrones standard de conducta
esperados dadas las circunstancias. En tal sentido, no solo se
considerará que hay aprovechamiento cuando se acredite que el
dueño empleó efectivamente los beneficios de una gestión, sino
también, por ejemplo, cuando el dueño no rechace (o devuelva) los
beneficios obtenidos en un término razonable luego de conocer de
la gestión y estando en la posibilidad de hacerla. En estos casos
también será relevante determinar si el dueño ratificó o no la
gestión.
60 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.
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La ratificación expresa de la gestión es un claro indicio del


aprovechamiento de las ventajas, pudiendo presumirse ello. Y es
que con la ratificación se pone en evidencia la voluntad de
aprovechamiento expresada por el propio dominus, por lo cual
debería entenderse cumplido el requisito analizado. Por último,
reiteramos aquí nuestra crítica a esta regulación de nuestro Código
Civil, pues, en nuestra opinión, la sola utilidad terminal de la gestión
(aumento patrimonial o elusión de un perjuicio) debería ser
suficiente para que el dueño se vea constreñido a satisfacer las
obligaciones estipuladas en el artículo 1952. Y es que no debe
desprotegerse el acto de gestión altruista en favor de un tercero por
el simple hecho de que este no quiera aprovecharse de lo
obtenido. Esta situación puede desincentivar la actuación de
algunos potenciales gestores (actuación deseada por 105
potenciales dominus), dada la existencia del riesgo legal de que
el dueño no quiera aprovecharse de la gestión.

2.10. APRECIACIÓN JUDICIAL DE LA RESPONSABILIDAD Y


DERECHOS DEL GESTOR
ARTÍCULO 1953: “El juez apreciará las circunstancias que indujeron
al gestor a encargarse de la gestión para fijar la amplitud de su
responsabilidad, establecer el monto de los gastos que deban
reembolsársele y fijar la indemnización por los daños y perjuicios
que hubiere sufrido en el desempeño de la gestión”.
El artículo 1953 del Código Civil establece un criterio general y
básico a los efectos de fijar la amplitud de la responsabilidad del
gestor (los daños que debe pagar), el monto de los gastos que
deban reembolsársele y el monto de su indemnización de daños y
perjuicios, según el caso. La norma señala que a tales efectos
el juez apreciará las circunstancias que indujeron al gestor a
encargarse de la gestión.
Como se observa, la norma está específicamente dirigida al juez.
En nuestra opinión, sin embargo, esto no quiere decir que el criterio
61 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.
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no deba ser aplicado por agentes distintos. Y es que, en realidad,


se trata de una regla general que deberá ser observada en todos
los casos, teniendo en cuenta que la determinación de los montos
referidos pueden hacerla los particulares sin recurrir a la vía
judicial, o recurriéndose a un conciliador o árbitro.

Deben tomarse en cuenta las circunstancias que indujeron al


gestor a actuar, como lo señala Cárdenas Quirós (p. 770), a tenor
del dispositivo analizado, el juez, con poder discrecional, deberá
evaluar las circunstancias que dieron lugar a que se iniciase la
gestión, y así decidir sobre la legitimidad y los efectos de esta última.
La norma, pues, toma como referencia el momento de inicio de la
gestión para determinar los gastos y daños relacionados con el
gestor. En nuestra opinión, sin embargo, esta regla es en parte
inadecuada. Nos parece que se justifica en los casos de
responsabilidad por daños del gestor, pues, como lo señala
Cárdenas Quirós (p. 770) "el juez deberá apreciar el propósito
inicial del gestor de actuar altruistamente en beneficio del dominus y
lo hará con espíritu de indulgencia en su favor". Puede entenderse,
por tanto, una atenuación de responsabilidad en razón de los
motivos altruistas y de buena fe que impulsaron al gestor a actuar
(y aun cuando, en estricto, esta circunstancia debería ser relevante
para fijar el criterio de imputación).
La regla, en cambio, no tiene justificación cuando se trata de los
gastos o daños que deba pagar el dueño. En estos casos debe
seguirse un criterio de análisis objetivo, verificándose el alcance
concreto de los gastos y daños y así fijar los montos a pagarse. Las
circunstancias que inducen a un gestor a actuar pueden ser muchas
y distintas, pero si el gasto o daño es el mismo, no vemos razón
para otorgar montos diferentes en razón de tales circunstancias
y siguiéndose un criterio discrecional y, por ende, muy subjetivo del
juez. En el fondo, las circunstancias que indujeron a actuar al gestor
deberían servir solo para determinar si la gestión fue justificada o
no; esto es, para verificar si el gestor actuó en interés del dueño o
62 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.
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con animus aliena negocia gerendi. No deben interesar, por lo tanto,


para fijar los gastos o daños que el dueño debe pagar.

63 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


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CAPÍTULO III: PROMESA UNILATERAL

3.1. DEFINICIÓN
Para definir qué es promesa unilateral, en primer término tenemos que
remitirnos a lo que entendemos por promesa, desde una concepción simple
se entiende por promesa una declaración o acto con los que una persona
se compromete a dar, hacer o no hacer en un futuro inmediato. Por lo cual,
prometer significa comprometer una conducta propia; en consecuencia, las
promesas también pueden encontrarse en la actuación de un contrato; por
ejemplo, cuando un contratante promete a otro alguna contraprestación
adicional, dentro de un acto unilateral. En ese sentido, la promesa es un
carácter jurídico de carácter unilateral, con el cual el promitente queda
obligado a cumplir una determinada prestación por su sola manifestación
de voluntad en favor de otra persona, que en este caso son los herederos,
en tanto su estructura se halla constituida por una sola manifestación de
voluntad del promitente.
En ese sentido, de conformidad con lo establecido por el artículo 1956 del
Código Civil21, se entiende por promesa unilateral el mecanismo por el cual
el promitente queda obligado, por su sola declaración de voluntad, a
cumplir una determinada prestación en favor de otra persona. Asimismo,
para que el destinatario sea acreedor de la prestación es necesario un
asentimiento expreso o tácito, el cual opera retroactivamente al momento
de la promesa. Esto es, al momento de eficacia de la promesa en el plano
de los efectos obligatorios demostrándose esto cuando se alude
expresamente a la necesidad del asentimiento expreso o tácito para que el
destinatario sea acreedor de la prestación, que como es conocido,
constituye el llamado contenido de la relación obligatoria.

21 Código Civil:
“Artículo 1956.- Por la promesa unilateral el promitente queda obligado, por su sola declaración de voluntad, a
cumplir una determinada prestación en favor de otra persona.

Para que el destinatario sea acreedor de la prestación es necesario su asentimiento expreso o tácito, el cual opera
retroactivamente al momento de la promesa.”

64 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


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La postura adoptada por el legislador en cuanto a la admisibilidad de la


promesa unilateral como fuente de las obligaciones; basta la sola promesa
de una persona para que ésta quede obligada a cumplir una prestación a
favor de otra, por lo cual, en nuestro país, la promesa unilateral sí es capaz
de generar obligaciones.

Esa es la primea conclusión a la que podemos arribar. Sin embargo, pese


a ello, para que el destinatario sea acreedor de la prestación es necesario
su asentimiento expreso o tácito, lo cual nos puede causar cierta
observancia, pues si en un inicio se señaló que la relación obligatoria se
formó con la simple declaración del promitente, entonces resultaría
prescindible la declaración adicional, ni del promitente ni de su destinatario,
para que se produzca tal efecto.

Sin embargo, luego de analizar a detalle ambas expresiones, cualquier


duda queda resuelta toda vez que la declaración del destinatario no se
exige para el surgimiento de la obligación, esto debido a que surgió con la
declaración del promitente; sino, como lo señala el mismo artículo 1956 del
Código Civil, para que el destinatario sea acreedor de la prestación. La
norma posibilita separar dos momentos, el primer momento sucede con la
sola emisión de la promesa, lo cual constituye el nacimiento de la
obligación, el segundo momento está conformado por el asentimiento del
acreedor, lo cual puede ser expreso o tácito, lo que constituye la
determinación del acreedor.

En consecuencia, la relación obligatoria creada por la promesa unilateral,


a diferencia de lo que sucede con otras fuentes de las obligaciones, tiene
la particularidad de que al momento de su nacimiento, el acreedor es
determinable, es decir, no está determinado cuando se emite la promesa.

La promesa unilateral también es una de declaración unilateral, la cual crea


de por sí la obligación a cargo del declarante, aun cuando el derecho que
corresponde al destinatario solo se perfecciona, en el plano de la eficacia,
con el asentimiento de este. Por otro lado, existen muchos supuestos de
65 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.
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declaraciones unilaterales de voluntad que debido a su naturaleza, tienen


distintos efectos.

3.2. IMPORTANCIA
La importancia de la promesa unilateral radica en los efectos jurídicos que
generan la sola obligación a la prestación prometida en los casos previstos
por la ley o por el acuerdo previo entre las partes interesadas; en
consecuencia, la promesa unilateral no está referido solamente a
determinar si una persona por su sola declaración de voluntad puede crear
una obligación a cargo de un tercero, tal situación resultaría perjudicial para
todos los sujetos de derecho, pues ello supondría que cualquier sujeto
podría convertirse en deudor por la mera voluntad de otro, lo que
evidentemente perjudicaría a aquél, generando un caos en la sociedad.

Asimismo, su importancia también radica en la posibilidad de que la


promesa unilateral sea una fuente de las obligaciones y como tal el impacto
que podría tener en nuestra sociedad.

Desde siempre se ha considerado que las obligaciones solo podían ser


creadas por el acuerdo de las partes (contrato) o por la ley. Posteriormente,
tal premisa fue alterada, al postularse que la obligación también podía ser
originada por una nueva fuente: la promesa unilateral. Sobre el particular,
se han formado dos sectores de opinión: quienes están de acuerdo y
quienes no lo están. Sin embargo, es importante aclarar desde ahora que
no se trata de determinar si un acto jurídico unilateral puede dar lugar a una
relación jurídica, una situación de derecho, esto es, que produzca efectos
jurídicos.

Todos los cuales determinan la creación de una relación jurídica. Lo que


se debate es distinto, pues se busca determinar si un acto jurídico unilateral
puede crear una obligación con cargo al declarante (sujeto pasivo) y a favor
de un tercero (sujeto activo), dando lugar a una relación jurídica en la que
existan tres elementos: deudor, prestación y acreedor (Exposición de

66 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


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Motivos. Hecha esta aclaración es conveniente describir brevemente los


argumentos principales en que sustentan sus posiciones cada una las
corrientes mencionadas: En primer lugar, quienes niegan la posibilidad de
que la promesa unilateral pueda generar obligaciones cuestionan la
estructura de la supuesta obligación creada por esta.

En efecto, si se afirma que la sola declaración del promitente es suficiente


para crear la obligación, entonces tendríamos una obligación (o mejor, una
relación obligatoria) compuesta por un deudor (el promitente), una
prestación (la conducta prometida), pero sin un acreedor. Desde un punto
de vista teórico, para que exista una relación obligatoria es necesaria la
presencia del sujeto que tendrá la facultad de exigir la prestación
(acreedor).

3.3. CARACTERES JURÍDICOS


Con respecto a los caracteres jurídicos de la promesa unilateral, está
conformado tal cual lo establece el artículo 1956 del Código Civil, cuyo
tenor es el siguiente:

“Artículo 1956.- Por la promesa unilateral el promitente


queda obligado, por su sola declaración de voluntad, a
cumplir una determinada prestación en favor de otra
persona.

Para que el destinatario sea acreedor de la prestación es


necesario su asentimiento expreso o tácito, el cual opera
retroactivamente al momento de la promesa.”

Por lo cual, está delimitado por la promesa del promitente, el mismo que
está obligado por su sola declaración de voluntad a cumplir con una
prestación en favor de otra persona.
Lo señalado por el primer párrafo de la precitada norma resulta por ser algo
contradictorio, esto debido a que en un primer momento se menciona que

67 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


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por la sola declaración de voluntad el promitente queda obligado a cumplir


una determinada prestación a favor de otra persona. Sin embargo, el
segundo párrafo de la precitada norma, señala que el destinatario para ser
considerado acreedor de la prestación es necesario su asentimiento sea
expreso o tácito.
Siendo ello así, la promesa unilateral es aquella que contrae un sujeto
mediante su sola manifestación de voluntad de querer obligarse, la de
cumplir con una determinada prestación de dar o hacer algo, y sin que le
obligue la ley. Esa conducta es en favor a otra persona.
Asimismo, nuestro Código Civil, reconoce y regula la promesa unilateral
como fuente extracontractual de obligaciones, de lo cual se puede resaltar
la promesa pública, la promesa de recompensa, el concurso con promesa
de recompensa, lo cual abordaremos en los siguientes párrafos del
presente trabajo.
Por otro lado, como lo venimos sosteniendo la promesa unilateral, es fuente
de las obligaciones, siendo ello así, la obligación por promesa unilateral es
la cual mediante un sujeto por su sola manifestación de voluntad de querer
obligarse, la de cumplir con una determinada prestación de dar, hacer o no
hacer, sin que la ley le obligue, conducta que debe ser n favorecimiento de
otra persona.
Asimismo, no serían válidas aquellas promesas que otorgan una
recompensa a quien asesine a una determinada persona o aquellas que
ofrezca una buena gratificación, sin determinarse el monto.

Sin embargo, respecto a este último supuesto, se ha señalado, que en


tales casos se debe establecer que si el promitente no cumple con el
pago, el juez regulará su cuantía atendiendo a las circunstancias, las
personas, tiempo y lugar, evitando de esa manera que por dicho
tecnicismo el promitente se vea librado de cumplir lo prometido.

3.4. REGLAS DE CÓMO DEBEN PAGARSE LOS PREMIOS SI SON VARIOS


LOS SUJETOS

68 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


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Es posible que la prestación requerida por el promitente sea


cumplida por varias personas, ya sea en caso que para la realización de
tal prestación era necesaria la participación de más de
una persona, o que, de manera involuntaria, los promisarios hayan
realizado la prestación conjuntamente.
Si el acto fue realizado de manera coordinada
En caso se trate del primer supuesto, es decir, cuando dos personas de
manera coordinada ejecutan el acto requerido en la promesa, la división de
la prestación se deberá realizar en atención al grado de participación de
cada persona. Así, en caso hayan sido dos las personas que colaboraron
en la realización de la prestación y la participación de una de ellas hubiere
sido determinante, entonces a esta le corresponderá un porcentaje mayor
de la recompensa en comparación de la otra persona, cuya colaboración
no fue tan importante.
Si el acto fue realizado sin coordinación
Como ejemplo del segundo supuesto se presenta en caso la promesa
haya sido expresada en los siguientes términos: "Pagaré SI. 1000 (Mil y
00/100 soles) aquella persona que logre encontrar mi billetera con
los documentos que están dentro (DNI y tarjeta de crédito)".
En esta situación es posible que la billetera haya sido encontrada por
una persona y el DNI y la tarjeta de crédito por otra.
En tal caso, la recompensa que era única SI. 1,000 (Mil y 00/100 soles)
se divide entre ambas.
Tal división realizada se desarrollará de manera que se analizará cuál
de dichas prestaciones tiene mayor valor.
Por consiguiente, se adjudicará una mayor parte de la recompensa a quien
realizó la prestación más importante en términos objetivos. De manera
que quien se encuentra en mejor posición para determinar qué prestación
es más importante es el promitente.
Supuestos no contemplados
Normalmente las recompensas son en dinero, sin embargo, puede
presentarse el caso en que esta sea un bien indivisible, lo cual no está
debidamente regulada por nuestro Código Civil.

69 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


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En ese sentido, tenemos lo establecido por el artículo 1961 del Código Civil,
el cual se encuentra establecido de la siguiente manera:

“Artículo 1961.- Si varias personas cooperan al objeto


para el cual se prometió públicamente la prestación, ésta
será dividida equitativamente entre todas, atendiendo a la
parte que cada una tuviera en el resultado.”

Con lo cual podemos concluir que, la prestación requerida por el


promitente sea cumplida por varias personas, ya sea en caso de
que para la realización de tal prestación era necesaria la participación de
más de una persona, o de manera involuntaria, los promisarios hayan
realizado la prestación conjuntamente.

3.5. REVOCACIÓN
En cuanto a la revocación de la promesa unilateral, se encuentra regulada
por el artículo 1963 del Código Civil, cuyo tenor es el siguiente:

“Artículo 1963.- Toda promesa al público puede ser


revocada por el promitente en cualquier momento.

Empero, si fuese con plazo de validez determinado, sólo


por justo motivo podrá ser revocada por el promitente dentro
del indicado plazo, con cargo de indemnizar los daños y
perjuicios que la revocación ha causado a quienes
justificadamente depositaron su confianza en la vigencia de
la promesa.”

3.5.1. Revocación de la promesa que no tiene plazo determinado


La norma contenida en el artículo 1963 del Código Civil establece una
regla, de manera que toda promesa al público puede ser revocada por el
promitente en cualquier momento. Desde que la promesa se hace pública,
de manera que va tener que surgir la obligación del promitente de entregar

70 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


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la recompensa ofrecida a quien que se encuentre en una situación a quien


ejecute un determinado acto.

Si transcurre el plazo, ya sea el establecido por el promitente o el plazo


supletorio, la persona que haya ejecutado el acto requerido por el
promitente no tendrá derecho a exigir la recompensa, simplemente porque
la promesa ya no es eficaz.

En caso el promitente todavía tenga interés en cumplir su promesa, podrá


hacerlo, pero ya no está obligado.

¿Qué pasaría si el acto solicitado por el promitente ya fue cumplido, pero


dentro del plazo de vigencia de la promesa, se presenta otra persona que
ha ejecutado el mismo acto y solicita la recompensa?

Tal pretensión no tendría sustento, pues cuando una persona cumple la


prestación requerida por el promitente, la promesa caduca.
Sin embargo, es recomendable que el promitente, utilizando la misma vía
en la que hizo pública su promesa, comunique que el acto por él
requerido ya fue cumplido a fin de que las personas que pretendían
cumplir dicho acto ya no inviertan recursos en el Código Civil de 1936 no
existía un plazo supletorio. Por ello, se había señalado que puede tomarse
en cuenta un plazo moral, que el juez apreciará según las circunstancias,
o deberá regir el plazo de prescripción común.22

3.5.2. Revocación de la promesa con plazo determinado


El segundo supuesto de la norma se presenta cuando la revocación se
realiza dentro del plazo de vigencia de la promesa. En tal caso, por más
que la revocación haya sido realizada por justo motivo, el promitente estará
obligado a indemnizar los daños que su revocación haya generado a las
personas que ejecutaron el acto solicitado. Los daños que deberán ser
indemnizados son todos aquellos que tengan relación directa con la

22 LEÓN BARANDIARÁN, José. Tratado de Derecho Civil Peruano. T. IV. WG Editor. Lima, 1992. p, 298.

71 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


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realización del acto requerido por el promitente. Así, por ejemplo,


constituiría daño emergente todos los gastos efectivos que haya realizado
para ejecutar el acto indicado en la promesa. Podría ser inclusive el lucro
cesante, siempre que lo demuestre fehacientemente.

3.5.3. Momento de la revocación y justo motivo.

En otros países se prohíbe revocar la promesa después de que se haya


comenzado la ejecución del acto previsto en aquella, no obstante que nadie
hubiere cumplido el acto por él requerido. Lo correcto es prohibir la
revocación cuando ya se ha ejecutado la prestación por completo.
La promesa aún le pertenece al promitente y, por lo tanto, puede retirarla.

De otro lado, no bastará la simple justificación de la revocación para que


el promitente quede exento de cumplir la recompensa ofrecida. Es necesario
que esta haya sido realizada por un justo motivo.

3.5.3.1. Indemnización a quienes confiaron en la vigencia de la promesa


Por más que el promitente haya efectuado la revocación por justo motivo,
estará obligado a indemnizar los daños que hubiere causado a las
personas que sobre los criterios a tenerse en cuenta para fijar los plazos
rescriptorios puede consultarse.23

Estaban ejecutando el acto establecido en la promesa. La fuente de la


obligación de indemnizar es la ley.

Existe una especie de responsabilidad preobligacional, pues no obstante


no existir aún acreedor, se indemniza por los gastos que ha realizado en
una etapa anterior a la individualización del promisario (interés negativo).
En este caso todavía no existía acreedor, por lo que no podría reclamar por
inejecución de obligaciones.

23 HUANCO PISCOCHE, Henry. Código Civil Comentado, T. X, Gaceta Jurídica, Lima, 2005. pp. 229 – 230.

72 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


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Esta indemnización constituye una expresión más del deber de buena fe,
pues se busca reparar los daños ocasionados a la persona que de buena fe
había confiado en la promesa y que por ello comenzó a realizar los actos
encaminados a realizar la prestación requerida por el promitente.

Sin embargo, se ha considerado que lo correcto sería que se indemnice a


todos aquellos que sin importar si tuvieron confianza o no, pero basados en
la publicidad de la promesa, hayan sufrido algún daño por la frustración
que implica la revocación de dicha promesa, pues pudiera haber principio
de ejecución.24

La norma bajo comentario encuentra sustento en la buena fe, por lo que


en caso el promitente haya comenzado a ejecutar la prestación sin confiar
en la promesa, no tendría sustento su solicitud de reparación.

3.6. INVALIDEZ DE LA REVOCACIÓN


La invalidez de la revocación de la promesa pública, se encuentra regulado
por el artículo 1964 del Código Civil de la siguiente manera:

“Artículo 1964.- La revocación de que trata el artículo


1963 no tiene validez en los siguientes casos:

1.- Si no se ha hecho pública en la misma forma de la


promesa o en forma equivalente.

2.- Si ya se hubiera verificado la situación prevista en la


promesa o se hubiera ejecutado el acto contemplado en
ella.”

24 RAMÍREZ JIMÉNEZ, Nelson. Apuntes Contractuales, Editorial San Marcos, Lima, 2004. p. 74.

73 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


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Como habíamos precisado en la regla establecida por el artículo 1963 del


Código Civil consiste en que la promesa puede ser revocada en cualquier
momento.

Esta regla se aplica incluso para la revocación hecha dentro del plazo de
vigencia contemplado en la promesa (expresa o tácitamente) o dentro del
plazo supletorio, siempre que la revocación haya obedecido a un
justo motivo; como sucede en este caso, no obstante que se le permite al
promitente revocar su promesa, no se le libera de indemnizar los daños
que haya causado a las personas que confiando en la promesa venían
realizando actos encaminados a lograr la acción requerida en la promesa.

Ahora bien, la regla descrita en el párrafo anterior encuentra su excepción


en dos supuestos en los que la revocación no será válida y, por lo tanto,
el promitente estará obligado a entregar la recompensa ofrecida en la
promesa, estos supuestos son los siguientes:

- En caso la revocación no se haya hecho pública de la misma forma en


que se hizo la promesa, y

- En caso la revocación se haya realizado luego de


haberse verificado la situación prevista en la promesa o de
haberse ejecutado el acto solicitado por el promitente.

Como se puede observar en el primer supuesto se pretende tutelar a los


terceros, los cuales habrían tomado conocimiento de la promesa
y estén realizando una serie de costos para cumplir el acto requerido en
la promesa y ser acreedores de la recompensa.
En ese sentido, quienes hayan tomado conocimiento de la promesa por
un determinado medio tomarán conocimiento por el mismo
medio (o uno mejor) de que la promesa ha sido revocada.
Esta exigencia al promitente es correcta, pues si esta no estaría
prevista, muchas personas que hubieren realizado el acto indicado en

74 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


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la promesa no podrían exigir la recompensa, pues el promitente podría


negarse a hacerla indicando que la promesa ya había revocado, lo
cual es injusto.
Del mismo modo, se prohíbe al promitente revocar su promesa si
una persona se encuentra en la situación descrita en la promesa o si
alguien hubiere ejecutado el acto requerido por el promitente.
De manera que se ha señalado que en la pública promesa el ejecutante,
en cierto modo, debe anticipar la acción.
Por ello, existe el riesgo de que el promitente quiera eludir su deber
de prestación después de estar satisfecho su interés.
Por tal motivo, se limita la revocación de la pública promesa; en particular,
esta no puede tener lugar ya después de realizada la acción.

3.7. RENUNCIA AL DERECHO DE REVOCAR


Conforme al artículo 1965 del Código Civil, queda establecido que
anticipadamente puede renunciarse al derecho de revocar la promesa, cuyo
texto es el siguiente:

“Artículo 1965.- Puede renunciarse anticipadamente al


derecho de revocar la promesa.”

Del texto antes mencionado, podemos notar que en determinados supuestos


el promitente no puede ejercer el derecho a revocar la promesa:
a) El primer supuesto es cuando la revocación no se hizo pública de
la misma forma que la promesa, y

b) El segundo supuesto resulta cuando se hizo luego de


verificarse la situación prevista en la promesa o ejecutado el acto
solicitado por el promitente.

En tales casos, la norma restringe el derecho del promitente a revocar


su promesa a fin de tutelar los intereses de los destinatarios de la misma.
75 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.
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Ahora bien, de conformidad con lo establecido por el artículo 1965 del


Código Civil se le permite al promitente renunciar al derecho de revocar
su promesa.
Como se trata de un derecho de orden privado, es renunciable, la
renuncia debe constar en el anuncio en donde consta la promesa.
Una vez que el promitente renuncia a su derecho de revocar su promesa
no podrá revocarla durante el plazo establecido en la promesa (expreso
o tácito) o del supletorio.
Si se ha renunciado anticipadamente al derecho de revocar la promesa
y cuando el promitente intenta revocarla cuando esta se encuentra todavía
vigente, tal revocación no tendrá efectos.
La renuncia al derecho de revocación beneficia a los destinatarios de
la promesa, pues tienen la certeza que la promesa no podrá ser revocada
hasta que venza el plazo de vigencia.
Una promesa con renuncia del derecho de revocación
es más atractiva para los destinatarios, pues genera incentivos en lograr el
acto indicado en la promesa por no tener la incertidumbre de que el
promitente pueda dejar sin efecto su promesa en algún momento.

76 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


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CAPÍTULO IV: JURISPRUDENCIA COMENTADA

4.1. GESTIÓN DE NEGOCIOS

4.1.1. Sala de Derecho Constitucional y Social Permanente Corte


Suprema de Justicia de la República SENTENCIA CAS. Nº 9209-2013 -
LIMA.

SUMILLA: De acuerdo con el primer párrafo del artículo 37 del Texto Único
Ordenado de la Ley del Impuesto a la Renta, solo es posible el sustento de
la deducción de los gastos del valor de la renta de la tercera categoría, si
se cumple con el denominado "principio de causalidad", la que debe ser
entendida como la relación directa que debe haber entre el egreso o gasto,
y su efecto o finalidad práctica deseada, sea la generación o el
mantenimiento de la fuente de la renta; y en especial, Cuando se traten de
gastos por concepto de gestiones, la conducta realizada debe resultar útil
e idónea, y normal, en términos de regularidad con la dinámica del giro del
negocio, de modo que se pueda comprender que serviría para tal propósito;
de lo contrario, no podrán ser deducidos.

Lima, dieciséis de Julio del dos mil quince.-


LA SALA DE DERECHO CONSTITUCIONAL Y SOCIAL PERMANENTE
DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA;
VISTOS; con los acompañados (en 9 Tomos); vista la causa número nueve
mil doscientos nueve - dos mil trece; en Audiencia Pública llevada a cabo
en la fecha, integrada por los señores Jueces Supremos Tello Gilardi
Presidenta, Vinatea Medina, Morales Parraguez, Rodríguez Chávez y
Rueda Fernández, de conformidad con lo opinado por el señor Fiscal
Supremo en lo Contencioso Administrativo; y producida la votación de
acuerdo a ley, se emite la siguiente sentencia:

1.- MATERIA DEL RECURSO DE CASACIÓN

77 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


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Viene a esta Suprema Sala el recurso casación interpuesto a fojas


cincuenta y nueve del cuadernillo formado en esta Suprema Sala por el
Banco de Crédito del Perú25, contra la sentencia de vista de fecha veintitrés
de Mayo del dos mil trece, obrante a fojas quinientos veinte expedida por
la Primera Sala Especializada en lo Contencioso Administrativo de la Corte
Superior de Justicia de Lima26, que Revocando la sentencia apelada de
fecha veintinueve de Mayo del doce27, obrante a fojas cuatrocientos ocho;
y Reformándola declaró infundada la demanda.

2.- CAUSALES DEL RECURSO DE CASACIÓN:


Mediante resolución de fecha treinta de Setiembre del dos mil trece, se
declaró procedente el recurso de casación por las siguientes causales:
1) Infracción normativa del artículo 4 de la Ley Orgánica del Poder
Judicial.
Sostiene que la sentencia de vista, concluye de manera incorrecta al
señalar que “el señor Dionisio Romero Seminario cuando se entrevistó con
Vladimiro Montesinos Torres, no actuó en su condición de Presidente del
Directorio del BCP”, que para legar a esa conclusión, de forma ilegal se
analiza el contenido de la resolución judicial que tiene autoridad de Cosa
juzgada Ejecutoria del 16 de junio de 2006, expedida por la Primera Sala
Penal Transitoria de la Corte Suprema de Justicia de la República, recaída
en el Recurso de Nufidad N° 3623-2005), y se considera, que en esa
decisión penal no se hace referencia alguna a la calidad de Presidente de
Directorio, ni que la conducta penal que se le imputó fue a consecuencia
de las acciones realizadas en ejercicio de sus funciones como Presidente
del Directorio del BCP.
Agrega que, el órgano jurisdiccional con ese razonamiento contraviene la
norma legal en mención, que prohíbe interpretar o modificar los efectos y
los fundamentos de la resolución citada; tanto más, si en ese fallo, se
estableció que la conducta realizada por Dionisio Romero Seminario, en
calidad de Presidente del Directorio del BCP (cuando se entrevistó con

25 A folios 59, del Cuadernillo de Casación.


26 A folios 520, Sentencia de vista del 23 de mayo de 2013.
27 A folios 408, Sentencia de vista del 29 de mayo de 2013.

78 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


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Vladimiro Montesinos Torres) no constituye delito y que fue atribuida en su


calidad de Presidente del Directorio del BCP, infringiéndose de este modo
la norma inicialmente indicada, al interpretar los fundamentos de la
sentencia con la finalidad de desvirtuar su contenido.

2) Infracción normativa de los artículos 1950 y 1952 del Código


Civil.
Alega que, se debe tener en cuenta, lo descrito en el artículo 1950 del
Código Civil, que precisa que, quien careciendo de funciones de
representación y sin estar obligado, asume conscientemente la gestión de
los negocios y la administración de los bienes de otro que lo ignora, y debe
desempeñarla en provecho de éste; asimismo se debe apreciar lo previsto
artículo 1952 del Código acotado, referido a que aunque no hubiese
ratificación expresa, el dueño de bienes o negocios que aproveche las
ventajas de la gestión, debe cumplir con las obligaciones que el gestor ha
asumido por él en nombre propio y hacerse responsable de ellas, y
reembolsar los gastos efectuados por el gestor con los intereses legales
generados a partir del día en que se hayan realizado e indemnizar los daños
y perjuicios que haya sufrido en el desempeño de la gestión; en ese
contexto, es que el BCP, obtuvo provecho de la gestión que realizó Dionisio
Romero Seminario ante el Asesor Presidencial Vladimiro Montesinos
Torres; toda vez, que como consecuencia de esta gestión, los cuatro
profesionales que propuso, fueron nombrados judicialmente como
administradores del Grupo Hayduk, lo que permitió que estas empresas
continuarán produciendo, y el BCP pudiera cobrar su acreencia que
alcanzaba un valor aproximado de quince millones de dólares; por lo que,
la Sala Superior, se equivoca al considerar que Dionisio Romero Seminario
en la entrevista que mantuvo con Vladimiro Montesinos Torres, no actuó
como representante del BCP.
Finalmente precisó que su pretensión casatoria principal es anulatoria, y la
subordinada es revocatoria.

3.- CONSIDERANDO:

79 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


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PRIMERO.- Es necesario determinar si la decisión contenida en la


sentencia de vista, ha contravenido las normas antes precisadas, por no
haber aplicado de manera correcta el valor normativo contenido en aquellas
con relación a la pretensión demandada, o si en efecto son correctas las
observaciones realizadas por la SUNAT a los gastos efectuados por la
demandante, con relación al pago de asesoría legal del señor Dionisio
Romero Seminario, en el proceso penal seguido en su contra por la
supuesta comisión del delito de tráfico de influencias, las que no tenían la
relación de causalidad que se exige, debe existir entre las rentas gravadas
y el gasto necesario para producirlas.
SEGUNDO.- Según lo establecido en el artículo 384 del Código Procesal
Civil modificado por el artículo 1 de la Ley número 29364, el recurso de
Casación tiene por fines esenciales la adecuada aplicación del derecho
objetivo al caso concreto y la uniformidad de la jurisprudencia nacional por
la Corte Suprema de Justicia (finalidad nomofiláctica y uniformizadora,
respectivamente); finalidad que se ha precisado en la Casación número
cuatro mil ciento noventa y siete — dos mil siete/La Libertad28 y Casación
número seiscientos quince — dos mi ocho/Arequipa29 por tanto, este
Tribunal Supremo sin constituirse en una tercera instancia procesal, debe
cumplir con pronunciarse acerca de los fundamentos del recurso, por lo que
las causales fueron declaradas procedentes.
TERCERO.- Como quiera que el Banco sustenta sus pretensiones, en que
los gastos generados por la denuncia penal llevada contra el señor Dionisio
Romero Seminario se enmarca dentro del principio de causalidad, pues
como había realizado operaciones financieras con el Grupo Pesquero
Hayduk, -por colaciones muy importantes-, y al paralizarse sus actividades
estaba generando el incumplimiento del pago de la deuda, perjudicando
sus acreencias; entonces, la gestión de su representante era necesaria;
con lo cual se plantea un escenario, en el que resulta trascendente definir
qué se entiende por el “principio de causalidad”, como elemento necesario
para la deducción de gastos, del monto sobre el cual se pagará el impuesto

28 Diario Oficial El Peruano: Sentencias en Casación, Lunes 31 de marzo de 2008, páginas 21689 a 21690.
29 Diario Oficial El Peruano. Sentencias en Casación, Lunes 31 de marzo de 2008, páginas 23300 a 23301.

80 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


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a la renta de tercera categoría; por lo que, en el presente caso ha de


resolverse bajo los alcances de las normas concernientes del Derecho
Tributario.
CUARTO.- En ese sentido, se debe partir que con base en el artículo 59
del Código Tributario, el deudor tributario, para determinar la obligación
fiscal, tiene que declarar el hecho generador de la obligación, para lo cual
debe señalar la base imponible y la cuantía del tributo; en ese ejercicio,
respecto al impuesto a la renta, realiza un proceso de autodeterminación,
en el que debe tener en cuenta que la deducción de gastos sean los
necesarios para producir y mantener la fuente generadora de la renta, los
cuales tienen que respetar el y "principio de causalidad”.
QUINTO.- En atención a lo expuesto, de acuerdo con el artículo 37, primer
categoría se deducirá de la renta bruta los gastos necesarios para
producirla y mantener su fuente, así como los vinculados con la generación
de ganancias de capital, en tanto la deducción no esté expresamente
prohibida por esta ley…”
SEXTO.- Como se aprecia de esta norma, para fijar la renta neta de tercera
categoría, es posible deducir de la renta bruta, los gastos necesarios para
producir y mantener la fuente productora de rentas, siempre que guarden
relación causal directa entre sí; y tal como lo dispone el último párrafo del
artículo en mención, esos gastos deben guardar coherencia y estar ligadas
a la fuente productora de la renta; asimismo, deben cumplir con los
principios de generalidad, razonabilidad, y proporcionalidad; conclusión
que a su vez debe ser concordada con lo dispuesto en la Tercera
Disposición Final y Transitoria de la Ley número 27356, que establece que
los gastos a deducir deben ser normales para la actividad que genera la
renta gravada, y cumplir con los criterios antes establecidos. En
consecuencia, debe quedar claro, que para que sea viable la deducción de
un gasto, se debe tratar de los necesarios o propios del giro de la empresa,
los que deben cumplir con los criterios antes enunciados.
SÉTIMO.- Planteado el marco jurídico bajo cuyo parámetro se decidirá la
Controversia; es de indicar que con relación a la supuesta infracción del

81 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


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artículo 4 de la Ley Orgánica del Poder Judicial30, respecto a los alcances


de la «Ejecutoria del 16 de junio de 200631, de la Primera Sala Penal
Transitoria de la Corte Suprema de la República, recaída en el recurso de
nulidad N° 3623-2005, que consideró que el accionar del procesado
Dionisio Romero Seminario, no constituye delito32», aún cuando se alega
que Sala Superior, analiza e interpreta la Ejecutoria en mención, es
evidente que ello no incide de manera alguna en la decisión a la cual arriba
esta Sala Suprema, conforme se apreciará de los siguientes fundamentos.
OCTAVO.- Ello es así, en primer lugar, porque los agravios, referidos a que
“el Banco tenía el deber legal de asumir los gastos de asesoramiento y
defensa jurídica del señor Dionisio Romero Seminario, así como los gastos
necesarios para la reintegración de su fama e imagen pública, porque él
habría actuado en su representación y en condición de Presidente del
Directorio, encontrándose vigente el poder especial otorgado mediante
Sesión de Directorio número 304 del 28 de septiembre de 1995” deben ser
rechazados, por cuanto, no se ha señalado que los gastos cuya deducción
pretende estén relacionados con la visita que el señor Dionisio Romero
Seminario realizó al señor Montesinos, entonces Jefe del Servicio de
Inteligencia Nacional, a efectos de lograr el nombramiento de cuatro
administradores judiciales, para el proceso concursal que se le seguía a la
empresa Hayduk, y para evitar la medida de embargo en forma de
intervención; y, por tanto, la controversia no radica en que el señor Romero
actuó o no como Director del Banco de Crédito del Perú; sino, lo que debe
ser analizado es si la reunión en mención serviría o no a la fuente
generadora de la renta gravada; y si esa "gestión” que involucró un gasto
significativo que se pretende deducir de los ejercicios gravables, respeta el

30 Carácter vinculante de las decisiones judiciales, Principios de la administración de justicia. Artículo 4 - Toda persona
y autoridad está obligada a acatar y dar cumplimiento a las decisiones judiciales o de índole administrativa, emanadas
de autoridad judicial competente, en sus propios términos, sin poder calificar su Contenido o sus fundamentos,
restringir sus efectos o interpretar sus alcances, bajo la responsabilidad Civil, penal o administrativa que la ley señala.
Ninguna autoridad, cualquiera sea su rango o denominación, fuera de la Organización jerárquica del Poder Judicial,
puede avocarse al conocimiento de causas pendientes ante el órgano jurisdiccional No se puede dejar sin efecto
resoluciones.
31 Ver folios 222 a 228, del expediente principal,
32 La Ejecutoria del 16 de junío de 20068, expedido por la Primera Sala Penal Transitoria de la Corte Suprema de la

República, en el recurso de nulidad N° 3623-2005, por mayoría, declaró fundada la excepción de naturaleza de acción;
y en concreto consideró que el accionar del procesado Dionisio Romero Seminario, referido a las conversaciones
sostenidas con el ex asesor Vladimiro Montesinos Torres, no constituye delito.

82 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


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“principio de causalidad”, entendido como la relación directa del egreso o


gasto, y su efecto o finalidad deseada sea la generación o el mantenimiento
de la fuente de la renta.
NOVENO.- En esa línea de fundamentos, se debe anotar y precisar que
legalmente el nombramiento de administradores judiciales, procede a
petición de parte ante el Juez de la causa, quien decide sobre su viabilidad
o no, pero en modo alguno esa rogatoria se hace ante el Jefe de Servicio
de lnteligencia Nacional; de allí, que la medida para evitar una potencial
disminución en las operaciones del Banco, y por tanto, de sus rentas
gravadas; y en esa línea buscar la intervención de personas ajenas al Juez,
a efectos de la designación de administradores de empresas en situación
de insolvencia, no resulta útil, ni idónea, Con el propósito de mantener,
producir o conservar la fuente generadora de la renta.
DÉCIMO.- Ahora bien, en segundo lugar, la denuncia referida a que “en la
hipótesis que el señor Romero Seminario no haya actuado como su
representante, se debió tener en cuenta, que realizó la conducta calificada
como «gestor de negocios», lo que resultó exitoso al haberse producido el
nombramiento de los cuatro administradores judiciales propuestos para las
empresas del Grupo Hayduk, y por tanto, dichos gastos fueron ciertamente
declarados como deducibles”, en igual sentido que la anterior conclusión,
esos - agravios no pueden ser admitidos; por cuanto, aun cuando es cierto,
que conforme con el artículo 172 de la Ley General de Sociedades, se
establece que el Directorio tiene la facultad de gestionar la representación
legal necesaría para la administración de la sociedad, lo cual traduce el rol
que desempeña, por ejemplo el Presidente del mismo, y en esa medida se
encuentra las decisiones vinculadas, para el crecimiento del negocio, que
conlleva a la generación de la renta gravada; empero, no se encuentra
sustento racional alguno que permita admitir que la gestión del señor
Romero Seminario "ante el Señor Montesinos, en su condición de Jefe del
Servicio de lnteligencia”, y los gastos que conllevó esa actuación, sean
normales, en términos de regularidad con la dinámica del giro del negocio
del Banco, sino absolutamente todo lo contrario, son hechos aislados y
ajenos, y por tanto, no tiene relación directa con la fuente generadora de la
renta.
83 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.
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DÉCIMO PRIMERO.- En tal contexto, independientemente, de que el señor


Dionisio Romero Seminario haya actuado a título personal o en su calidad
de Presidente del Directorio del Banco, se tiene que «los gastos por
concepto de asesoría, defensa legal, servicio de imagen y publicidad deriva
de un proceso penal», que tuvo como eje el «haber acudido ante el jefe de
Servicio de Inteligencia Nacional a solicitar el nombramiento de
administradores en un proceso judicial», sobre lo cual, no tenía
competencia ni facultad alguna; en rigor no reúnen la relación de causalidad
- principio de causalidad — necesaria, que debe existir entre el gasto
realizado y su utilidad directa para mantener o producir la fuente
generadora de renta, y tampoco, el gasto de los negocios, conlleva a que
se apruebe las ventajas de la "gestión”, lo cual se descarta en autos, porque
la conducta descrita no era idónea para tal propósito, y como lo ha
expresado el Banco, ya se habían nombrado a los administradores; en
consecuencia, es manifiesto que los gastos que el Banco realizó para
defender Romero Seminario, no pueden ser deducidos; toda vez que no
tienen un correlato con la realidad para comprender de qué manera directa
podría haber servido para la fuente generadora de la renta; por tanto, no se
cumple con lo dispuesto en el artículo 37 de la Ley del Impuesto a la Renta.
DÉCIMO SEGUNDO.- Respecto a la supuesta necesidad de aplicar los
artículos 195033 y 195234 del Código Civil, que materializan el negocio
jurídico del gestor de negocios, se tiene lo siguiente: se debe tener en
cuenta, que ese negocio está en función a que (1) una persona, que no
tiene vínculo contractual, ni poder, ni representación, realiza una labor en
favor del negocio de otro; siendo necesario que la gestión, en efecto, haya
redundado en favor del propietario del negocio para el cual se realizó la
gestión; asimismo para su configuración según el artículo 1950 del Código
Civil, se requiere de dos elementos fácticos respecto del gestor que deben

33 Artículo 1950.- Quien careciendo de facultades de representación y sin estar obligado, asume conscientemente la
gestión de los negocios o la administración de los bienes de otro que lo ignora, debe desempeñarla en provecho de
este
34 Artículo 1952.- Aunque no hubiese ratificación expresa, el dueño de bienes o negocios que aproveche las ventajas de

la gestión, debe cumplir las obligaciones que el gestor ha asumido por él en nombre propio y hacerse responsable de
ellas, reembolsar los gastos efectuados por el gestor con los intereses legales generados a partir del día en que se han
realizado; e indemnizar los daños y perjuicios que haya sufrido el gestor en el desempeño de la gestión.
La misma obligación le concierne cuando la gestión hubiese tenido por objeto evitar algún perjuicio inminente, aunque
de ello no resultase provecho alguno.

84 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


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Especial
PROMESA UNILATERAL

estar presentes para que esos supuestos resulten aplicables a un caso


determinado: el primero, es la carencia de facultades de representación del
gestor; pues, se trata de una labor realizada por una persona que carece
de total representación del titular del negocio, que actúa de manera
espontánea y sin el conocimiento del titular del negocio; y el segundo, lo
constituye la ausencia de obligación.
DÉCIMO TERCERO.- En base a lo antes expuesto, resulta claro que la
hipótesis propuesta por el Banco, para argumentar que el señor Dionisio
Romero Seminario, realizó “a la vez la función de Director y gestor de
negocios”, primero, es contradictorio entre sí, y segundo, es inconsistente,
porque de la copia de la Escritura Pública -ver folios doscientos tres a
doscientos nueve del expediente principal-, se aprecia que el Señor
Dionisio Romero Seminario, era Presidente del Directorio del Banco de
Crédito de Perú, el cual tenía representación legal para litigar; por tanto, ya
no resulta válido argumentar el supuesto de "gestor de negocios", debido a
que, en principio, tal agente, carece de tal representación. Asimismo, el
Director aludido, tenía obligaciones de dirección de la empresa, tal como
se detalla de los artículos 153 y siguientes de la Ley número 26887 - Ley
General de Sociedades. Además, si se tiene en cuenta que, el Presidente
del Directorio, es elegido entre los miembros del directorio, los cuales están
integrados por los directores de la empresa, los mismos que, de acuerdo a
lo dispuesto en el artículo 166 de la Ley citada, son remunerados, con lo
cual, no es posible considerar que en el presente caso se dé el segundo
elemento, esto es, de la ausencia de obligación, pues su conducta estaba
regulado de forma previa. En consecuencia, no resulta aplicable lo
dispuesto en los artículos 1950 y 1952 del Código Civil. Tanto más, porque
no se puede admitir la existencia de un gestor de negocios, respecto de
una negocio jurídico inexistente; pues en concreto no se conoce ni se ha
demostrado cuál fue el acto — idóneo — realizado que benefició al Banco.
DÉCIMO CUARTO.- Finalmente, debe quedar claro que, en los gastos
incurridos en la defensa legal y otros conceptos, para la defensa del Señor
Dionisio Romero Seminario por la denuncia penal por el delito de tráfico de
asumidos y deducidos por el Banco, no se ha acreditado la relación - de

85 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


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causalidad requerida para efectos tributarios; por consiguiente, no se


presenta la transgresión a las normas denunciadas.
Por tanto, se debe proceder conforme a lo dispuesto en el artículo 397 del
Código Procesal Civil.

4.- DECISIÓN
Por estos fundamentos: Declararon: INFUNDADO el recurso de casación,
interpuesto por el Banco de Crédito del Perú de fojas cincuenta y nueve del
cuadernillo formado en esta Suprema Sala35; en consecuencia, NO
CASARON la sentencia de vista de fecha veintitrés de Mayo del dos mil
trece, obrante a fojas quinientos veinte, expedida por la Primera Sala
Especializada en lo Contencioso Administrativo de la Corte Superior de
Justicia de Lima36; y DISPUSIERON la publicación de la presente
resolución en el diario oficial “El Peruano”, conforme a ley; en los seguidos
por el Banco de Crédito del Perú contra la Superintendencia Nacional de
Administración Tributaria- SUNAT y otro, sobre Acción Contencioso
Administrativa; y los devolvieron.- Interviene como Ponente la señora Jueza
Suprema, Tello Gilardi.

S.S.
TELLO GLARDI
VINATEA MEDINA
MORALES PARRAGUEZ
RODRIGUEZ CHAVEZ
RUEDA FERNANDEZ

COMENTARIO Y ANÁLISIS DE LA SENTENCIA CAS. Nº 9209- 2013


LIMA.
En esta jurisprudencia se aborda el tema de la deducción de los gastos del
valor de la renta de la tercera categoría, cuando se cumple con el "principio
de causalidad", y cuando se traten de gastos por concepto de gestiones, la
conducta realizada debe resultar útil e idónea, y normal, en términos de

35 A folios 59, del Cuadernillo de casación.


36 A folios 520, Sentencia de vista del 23 de mayo de 2013.

86 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


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PROMESA UNILATERAL

regularidad con la dinámica del giro del negocio, de modo que se pueda
comprender que serviría para tal propósito; de lo contrario, no podrán ser
deducidos.
Mediante resolución de fecha treinta de Setiembre del dos mil trece, se
declaró procedente el recurso de casación, donde una de las causales era
la Infracción normativa de los artículos 1950 y 1952 del Código Civil, siendo
así que el BCP obtuvo provecho de la gestión que realizó Dionisio Romero
Seminario ante el Asesor Presidencial Vladimiro Montesinos Torres; toda
vez, que como consecuencia de esta gestión, los cuatro profesionales que
propuso, fueron nombrados judicialmente como administradores del Grupo
Hayduk, lo que permitió que estas empresas continuarán produciendo, y el
BCP pudiera cobrar su acreencia que alcanzaba un valor aproximado de
quince millones de dólares; por lo que, la Sala Superior, se equivoca al
considerar que Dionisio Romero Seminario en la entrevista que mantuvo
con Vladimiro Montesinos Torres, no actuó como representante del BCP.
Respecto a la supuesta necesidad de aplicar los artículos 1950 y 1952 del
Código Civil, que materializan el negocio jurídico del gestor de negocios, se
tiene lo siguiente: se requiere de dos elementos fácticos respecto del gestor
que deben estar presentes para que esos supuestos resulten aplicables a
un caso determinado: el primero, es la carencia de facultades de
representación del gestor; pues, se trata de una labor realizada por una
persona que carece de total representación del titular del negocio, que
actúa de manera espontánea y sin el conocimiento del titular del negocio;
y el segundo, lo constituye la ausencia de obligación.

Finalmente la hipótesis propuesta por el Banco, para argumentar que el


señor Dionisio Romero Seminario, realizó “a la vez la función de Director y
gestor de negocios”, primero, es contradictoria entre sí, y segundo, es
inconsistente, porque de la copia de la Escritura Pública -ver folios
doscientos tres a doscientos nueve del expediente principal-, se aprecia
que el Señor Dionisio Romero Seminario, era Presidente del Directorio del
Banco de Crédito de Perú, el cual tenía representación legal para litigar;
por tanto, ya no resulta válido argumentar el supuesto de "gestor de
negocios", debido a que, en principio, tal agente, carece de tal
87 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.
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PROMESA UNILATERAL

representación. Asimismo, el Director aludido, tenía obligaciones de


dirección de la empresa, tal como se detalla de los artículos 153 y
siguientes de la Ley número 26887 - Ley General de Sociedades, con lo
cual, no es posible considerar que en el presente caso se dé el segundo
elemento, esto es, de la ausencia de obligación, pues su conducta estaba
regulado de forma previa. En consecuencia, no resulta aplicable lo
dispuesto en los artículos 1950 y 1952 del Código Civil. Tanto más, porque
no se puede admitir la existencia de un gestor de negocios, respecto de
una negocio jurídico inexistente; pues en concreto no se conoce ni se ha
demostrado cuál fue el acto — idóneo — realizado que benefició al Banco,
motivos por los que se declara INFUNDADO el recurso de casación,
interpuesto por Banco de Crédito del Perú BCP.

4.2. PROMESA UNILATERAL

4.2.1. Sentencia de Corte Suprema de Justicia - Sala Constitucional y


Social Transitoria de 13 de Junio de 2006 (Expediente: 002906-2005)

Fecha de Resolución: 13 de Junio de 2006

Emisor: Sala Constitucional y Social Transitoria

Expediente: 002906-2005

Vocales: Román Santisteban, Ticona Postigo, Ferreira Vildozola, Palomino


García, Hernández Pérez

Procedimiento: CASACION

CONTENIDOS

Cas 2906-2005

La libertad

Obligación de hacer

Corte suprema de Justicia De La República Lima, trece de junio del dos mil
seis. La sala civil transitoria de la corte suprema de justicia de la república,
en la causa vista en audiencia pública de la fecha; con los acompañados;

88 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


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PROMESA UNILATERAL

emite la siguiente sentencia; Materia del recurso Se trata del recurso de


casación interpuesto por el demandante Wesdley Eduardo Pérez Villarreal,
contra la sentencia de vista de fojas ochocientos treintidós, su fecha
dieciséis de agosto del dos mil cinco, que confirmando la apelada de fojas
ciento sesentitrés, fechada el diecisiete de noviembre del dos mil, declara
infundada la demandada; en los seguidos por Wesdley Eduardo Pérez
Villareal contra empresa de gaseosas Kola Real sobre obligación de dar
bien mueble;

FUNDAMENTOS DEL RECURSO

La corte mediante Resolución De fecha cinco de diciembre del dos mil


cinco, obrante a fojas treintidós del cuadernillo formado en este supremo
tribunal, ha estimado procedente el recurso sólo por las causales de: i)
inaplicación de normas de derecho material; y, ii) la contravención de
normas que garantizan el derecho a un debido proceso; y únicamente en
base los agravios que se detallan a continuación: i) inaplicación: i.a) del
artículo mil ciento treintidós del Código Civil, en atención a que dicha norma
es concordante con el artículo ciento treinticuatro del código acotado; que
no le han entregado el automóvil que ganó con la chapa de fojas cuatro,
con el argumento que la chapa pertenecía a una promoción anterior, siendo
que posteriormente rectificó la demanda, y en su declaración de parte dijo
que desconocía los hechos no teniendo nada que alegar ni probar; i.b) Del
Artículo Mil Novecientos Cincuentiséis Del Código Civil, en atención a
que la demandada con la promoción de canje, de otorgar premios de
automóviles, realizó una promesa que debe cumplir, estando a que la
demandada en su declaración de parte manifestó que no sabía nada y
que la empresa emplazada- vendió el automóvil, inventando un
ganador; i.c) Del Artículo Mil Novecientos Cincuentinueve Del Código
Civil, pues si publicitó tanto dicha promoción debe cumplirla; ii)
contravención: ii.a) han transcurrido siete años y no se le entrega el premio,
siendo que ofreció medios probatorios a fojas ciento trece y de fojas ciento
veintiocho a ciento treintiuno, incluso la juez debió disponerlos de oficio, por
las graves contradicciones de la demandada, principalmente en su
declaración de parte en la que manifestó desconocer todos los hechos; que

89 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


JUEGO Y APUESTA - GESTIÓN DE NEGOCIOS - Derecho de los Contratos – Parte
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PROMESA UNILATERAL

es falso que el premio se entregó a Tineo Távara, cual aparece vendido en


el registro vehicular, boleta de venta y acta de transferencia; ii.b) que han
merituado copias simples de las supuestas

Resolución

Es directorales que no fueron actuadas en el Proceso Penal, por lo que se


advierte que los magistrados han tomado el control de la defensa de la
demandada obrando de juez y parte; ii.c) que la emplazada manifestó
desconocer los hechos de la promoción de canje y sorteo, si eran una
o dos chapas, y no se ha opuesto a ningún medio impugnatorio
interpuesto por el recurrente; ii.d) que se ha declarado fundado su
recurso de casación en dos ocasiones, y otra vez se reincide en graves
irregularidades; ii.e) que recusó al vocal Valdivieso García el trece de marzo
del dos mil tres, pero el treintiuno de octubre del dos mil cuatro, en
audiencia de actuación y declaración judicial declararon infundada su
recusación multándole con cinco unidades de referencia procesal, estando
a que dedujo nulidad de dicha audiencia, por la intervención del vocal
Valeriano Baquedano, sin haber sido llamado por ley y sin avocamiento
previo, siendo que el cinco de diciembre del dos mil tres presentó un escrito
a la primera sala civil diciendo que recién había salido la Resolución
Número nueve del quince de octubre del dos mil tres y estaba para notificar;
posteriormente aparece en el expediente la citada Resolución Nueve, con
fecha atrasada la notificación; ii.f) que el siete de julio del dos mil cuatro,
volvió a recusar al vocal Marcelo Valdivieso García, y recusó al vocal Millian
Carrasco el siete de diciembre del dos mil cuatro, siendo resuelta la
recusación por el mismo recusado conjuntamente con el vocal Valeriano
Baquedano y Malca Guaylupo, sin haber sido ilamados por ley los vocales
mencionados y reprogramado la audiencia de actuación y declaración
judicial para el treinta de diciembre del dos mil cuatro; ii.g) que dedujo
nulidad de la Resolución Número dos, del catorce de diciembre del dos mil
cuatro, el veintisiete de diciembre del mismo año, que sin pronunciarse
sobre la nulidad, se llevó a cabo la referida audiencia el treinta de diciembre
del pasado año, declarando infundada su recusación contra Valdivieso
García; que después de la audiencia le notifican con Resolución Número

90 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


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tres, que declaran inadmisible e insubsanable su nulidad, amenazándole


que le van a sancionar si sigue dilatando el proceso, por lo que apeló la
citada Resolución La que le fue denegada, interponiendo queja, la que fue
declarada fundada; ii.h) que se le notifica con fecha atrasada del diecisiete
de agosto del dos mil cinco, la sentencia de vista, conjuntamente con la
Resolución Ciento uno y cien y la Resolución Noventinueve de fecha quince
de agosto del dos mil cinco, todas ellas notificadas en un solo acto, violando
su derecho de defensa; ii.i) que la mencionada Resolución Noventinueve
que declara improcedente su recusación contra los magistrados Jenaro
Valeriano Baquedano, Miguel Mendiburu Mendocilla, María Alcántara
Ramírez, Víctor Malca Guaylupo, Marcelo Valdiviezo García, la relatora y
la secretaria de la primera sala civil, ha sido suscrita por dos vocales
recusados, Miguel Mendiburu Y María A. Ramírez (sic); asimismo los
recusados no han dado informe motivado si aceptaban o no la recusación;
ii.j) que la Resolución Ciento dos, que confirma la sentencia, incurre en
trasgresión al debido proceso por tercera vez; y, iii.k) que se ha adulterado
el escrito e contestación de la demanda por la palabra "hacer" por "dar" de
fojas treinta y cuatro;

CONSIDERANDO

PRIMERO

- que, dado los efectos nulificantes de la causal de contravención de


normas que garantizan el derecho a un debido proceso, en caso de
configurarse, que tornan sin objeto emitir pronunciamiento sobre las
causales sustantivas, corresponde iniciar la labor casatoria a través de la
precitada causal, la cual, en el presente caso, contiene once agravios
identificados con las letras descritas en la parte "

FUNDAMENTOS DEL RECURSO

“de la presente sentencia casatoria;

SEGUNDO

- que, en principio, debe tenerse presente que el proceso no es un fin en sí


mismo sino un medio para resolver los conflictos de intereses; así, lo
prescribe el artículo iii del título preliminar del código procesal civil que
91 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.
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PROMESA UNILATERAL

estable que el juez deberá atender a que la finalidad concreta del proceso
es resolver un conflicto jurídico, haciendo efectivos los derechos
sustanciales y que su finalidad abstracta es lograr la paz social en justicia;
de allí, que si bien existen los principios de vinculación y de formalidad de
las normas procesales, también se contempla el principio de elasticidad en
virtud del cual las exigencias de las citadas normas se adecuarán a los fines
del proceso; principio contemplado en el artículo IX, in fine, Del Código
Procesal Civil;

TERCERO

- que, en ese sentido, respecto del agravio ii.a) debe indicarse que los
medios probatorios a que se refiere el actor, ofrecidos mediante escritos de
fojas ciento trece y ciento veintiocho, fueron declarados improcedentes por
el a quo mediante Resolución Es número doce y catorce, fechadas el dos
de agosto y cuatro de setiembre del dos mil dos, respectivamente; habiendo
el recurrente dejado consentir la Resolución Número doce, pero sí apelado
la Resolución Número catorce, la misma que sin embargo fue confirmada
por la sala revisora mediante auto del diez de noviembre del dos mil,
obrante a fojas ciento ochentiséis; consecuentemente, resulta
improcedente que el actor pretenda extraer conclusiones de medios
probatorios que no fueron admitidos a trámite y peor aún que los juzgadores
los valoren en el sentido que pretende éste;

CUARTO

- que, en relación al agravio ii.b), se advierte que las Resolución

Es directorales en la que se basan las sentencias de mérito, número mil


doscientos cuatro - noventisiete - in, del dieciséis de diciembre de mil
noventisiete, y trescientos cuarentitrés - noventiocho - in - cero tres cero
dos cero uno cero tres cero, cero cero cero, de fecha dieciséis de abril de
mil novecientos noventiocho, la primera obra en copia certificada a fojas
dieciséis, en el proceso penal acompañado seguido contra Arturo
Fernández Anaños Jerí, como gerente de la empresa industrial AÑAÑOS
SOCIEDAD ANÓNIMA, por los delitos de estafa y contra la fe pública en
agravio de Wesdley Eduardo Pérez Villarreal; y sí fue actuada en el citado

92 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


JUEGO Y APUESTA - GESTIÓN DE NEGOCIOS - Derecho de los Contratos – Parte
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proceso, puesto que fue el mismo recurrente que la presentó juntamente


con su denuncia penal; que si bien es verdad la segunda Resolución Corre
en copia simple en el mencionado Proceso Penal, debe destacarse que se
trata de la ampliación del plazo de la promoción autorizada por la citada
Resolución Directoral número mil doscientos cuatro - noventisiete - in, por
lo que su valoración no resulta en lo absoluto irregular sino ajustada al
artículo ciento noventisiete del código procesal civil;

QUINTO

- que, en cuanto al agravio ii.c), se tiene, en principio, que el recurrente


simplemente manifiesta una apreciación sobre la declaración brindada por
el representante de la empresa actora en la audiencia de pruebas y sobre
la no oposición de dicha parte a alguno de los MPS probatorios ofrecidos
por el actor; como si esta sala de casación fuera una instancia de fallo que
de oficio puede revisar los medios probatorios y resolver la pretensión,
contraviniendo el artículo trescientos ochenticuatro del código adjetivo,
cuando lo que debió denunciar es en qué sentido los juzgadores han
violado el principio de valoración conjunta y apreciación razonada de los
medios probatorios contenido en el artículo ciento noventisiete del código
acotado, que sin perjuicio de lo anterior, debe indicarse que, el ejercicio del
derecho de contradicción de la parte demanda se encuentra plasmada en
su escrito de contestación de demanda obrante a fojas treinticuatro, donde
expone claramente las razones por las cuales, a su entender, lo reclamado
por el recurrente carece de asidero legal; siendo evidente que lo
manifestado por el representante de la demandada en la audiencia de
pruebas tiene como introducción, que éste ha asumido la gerencia de
la empresa a partir del diecinueve de setiembre de mil novecientos
noventinueve, esto es, con posterioridad a la fecha de los hechos; lo
que explica porque todas sus respuestas son en el sentido de que
"...desconoce por no haber estado en la fecha de la promoción...";
respuestas que pueden ser interpretadas en diversos sentidos pero no
como una abierta contradicción a lo expuesto en la contestación de
demanda;

SEXTO
93 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.
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- que, respecto al agravio ii.d), se tiene que la sola existencia de dos


sentencias casatorias anteriores en este mismo proceso dictada por esta
sala de casación, no convierte en irregular lo actuado con posterioridad sino
será la configuración de puntuales denuncias de irregularidades procesales
que activarán la sanción de nulidad; que es lo que se está analizando;

SÉTIMO

- que, en relación al agravio ü.e), de autos aparece que la recusación


formulada por el actor contra el vocal Marcelo Valdiviezo García fue
declarada infundada por los vocales de la primera sala civil de la Corte
Superior De Justicia De La Libertad, integrada para ese fin por tos vocales
Félix Valeriano Baquedano, Raúl Malca Guaylupo Y Víctor Castilla
Córdova, dentro de la audiencia de actuación y declaración judicial del
treintiuno de octubre del dos mil tres, cuya acta corre a fojas ciento
veintisiete, del cuaderno de recusación respectivo; siendo que la
intervención del vocal Félix Valeriano Baquedano dispuesta por la
Resolución Número nueve, de fecha quince de octubre del dos mil tres, fue
puesta en conocimiento oportunamente del recurrente conforme aparece
de la constancia de fojas ciento veinticinco, no apareciendo irregularidad
alguna;

OCTAVO

- que, en cuanto al agravio ii.f), debe precisarse que frente a la segunda


recusación formulada por el recurrente contra el vocal Marcelo Valdiviezo
García, el colegiado para resolverla fue formado primero con el único vocal
expedito que quedaba de la referida Primera Sala Civil, César Milán
Carrasco, quien por Resolución Número cero uno, del diecisiete de
noviembre del dos mil cuatro, obrante a fojas doscientos setentiuno del
último cuaderno de recusación, llama a los vocales expeditos designados
por ley; consecuentemente, al ser el vocal César Milán Carrasco el juez que
conoce del trámite de la recusación, éste no podía, a su vez, ser recusado,
de conformidad con el artículo trescientos nueve inciso primero del código
procesal civil; de allí que la improcedencia de la recusación formulada por
el recurrente contra el vocal César Milán Carrasco declarada mediante

94 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


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Resolución Número dos de fecha catorce de diciembre del dos mil cuatro,
fue válidamente suscrita por este mismo juez superior conjuntamente con
los vocales Félix Jenaro Valeriano Baquedano Y Raúl Malca Guaylupo
llamados debidamente; de tal modo que no aparece ninguna irregutaridad
sancionable con nulidad;

NOVENO

- que, respecto del agravio ii.g), debe precisarse que la validez de la citada
Resolución Número dos, de fecha catorce de diciembre del dos mil cuatro,
ha sido ratificada por esta suprema sala mediante Resolución De fecha
dieciséis de setiembre del dos mil cinco, dictada en la apelación número
trescientos cuarentiocho - dos mil cinco, conforme aparece de la copia
certificada que se acompaña a la presente sentencia casatoria; auto que
confirma la Resolución Número tres de fecha veintiocho de diciembre del
dos mil cuatro, que declaró inadmisible la articulación de nulidad planteada
por el recurrente contra la referida Resolución Número dos; habiendo
conocido esta suprema sala de dicha apelación con motivo de haber
declarado fundado la queja por denegatoria de recurso de apelación,
conforme se observa de la Resolución Del catorce de abril del dos mil cinco,
que obra a fojas trescientos sesentitrés del último cuaderno de recusación;
que en tal virtud, tampoco se configura el agravio denunciado en este
punto;

DECIMO

- que en cuanto al agravio ii.h), de autos se aprecia que la Resolución


Número noventinueve, de fecha quince de agosto del dos mil cinco, que
declara improcedente otra de las tantas recusaciones formuladas por el
recurrente, pero que corre en el expediente principal; la Resolución Número
cien, de fecha dieciséis de agosto del mismo año, que declara
improcedente la solicitud de reprogramación de la vista de la causa fijada
para el dieciséis de agosto; y la Resolución Número ciento uno, también de
fecha dieciséis de agosto, que declara inadmisible un recurso de apelación
propuesta por el recurrente, han sido, en efecto, notificadas a éste en la
misma fecha en que se le notificó con la sentencia de vista, esto es, el

95 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


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Especial
PROMESA UNILATERAL

diecisiete de agosto del dos mil cinco, conforme aparece de fojas


ochocientos treintiocho a ochocientos cuarentidós; sin embargo, ello no es
causal suficiente de nulidad puesto que, por un lado, ninguna de las tres
Resolución Es citadas, dictadas en segunda instancia, eran susceptibles
de impugnación vía apelación; y, por otro lado, el contenido de éstas
tampoco entorpecía el desarrollo del proceso con la emisión de la sentencia
de vista, tal como así ocurrió;

UN DÉCIMO

- que, respecto del agravio ii.i), el recurrente debe tener presente que,
conforme al artículo escientos catorce inciso segundo del código procesal
civil, el pedido de recusación deberá rechazarse, sin darle trámite alguno,
en el caso de que la invocada fuese manifiestamente improcedente; que es
lo que ha ocurrido con la recusación que plantea el actor contra los vocales
Jenaro Valeriano Baquedano, Miguel Mendiburu Mendocilla, María
Alcántara Ramírez, Víctor Malca Guaylupo Y Marcelo Valdiviezo García, y
contra la relatora y la secretaria de la primera sala civil, conforme a sus
escritos de fojas ochocientos y ochocientos siete, dado que se ha
sustentado en el hecho de haber interpuesto una denuncia penal en contra
de los recusados, empero dicha causal ya fue rechazada con motivo de
anteriores recusaciones en el mismo expediente;

DUO DECIMO

- que, en relación del agravio ii.j), conforme se indicara en el

Considerando

Quinto de la presente sentencia, la sanción de nulidad se aplica cuando se


aprecia la comisión de actos procesales que afecten verdaderamente el
derecho al debido proceso, no adoleciendo de nulidad la sentencia de vista
sólo por el simple hecho de confirmar la apelada que, al igual que las otras
dos sentencias superiores anteriores que fueron casadas por esta suprema
sala por vicios insubsanables, desestima la demanda; por consiguiente, no
configurándose hasta el momento vicio que amerite la declaración de
nulidad, la sentencia recurrida no tiene por qué correr la misma suerte que
sus antecesoras;

96 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


JUEGO Y APUESTA - GESTIÓN DE NEGOCIOS - Derecho de los Contratos – Parte
Especial
PROMESA UNILATERAL

DÉCIMO TERCERO

- que, finalmente, en cuanto al agravio ü.k), la corrección de la palabra


"hacer" por la palabra "dar" en el escrito de contestación de demanda de
fojas treinticuatro, en lo absoluto afecta el proceso, puesto que la pretensión
es determinada por la parte actora en el petitorio de su demanda y no por
la parte demandada, resultando absurdo denunciar como agravio dicho
punto en sede casatoria; consecuentemente, no se configura ninguno de
los agravios denunciados en la causal de contravención de las
normas que garantizan el derecho a un debido proceso;

DÉCIMO CUARTO

- que, respecto de la causal sustantiva, debe a reiniciarse que los tres


agravios expuestos: i.a), i.b) y i.c), referidos a la inaplicación de los
artículos mil ciento treintidós, mil novecientos cincuentiséis y mil
novecientos cincuentinueve del código civil, que regulan sobre la
obligación de dar bien cierto, la promesa unilateral y promesa pública
de recompensa, respectivamente, parten de la hipótesis de que la
empresa demanda se comprometió a la entrega como premio de un AUTO
MARCA DAEWOO modo "tico" con la sola presentación de una chapa
de la gaseosa Kola Real conteniendo la imagen del referido auto como
le sucedió al actor con fecha catorce de enero de mil novecientos
noventiocho; cuando, para el a quo y el ad quem se encuentra acreditado
en el proceso que a dicha fecha se encontraba vigente otra promoción
denominada "busca tu otra mitad" que tenía una modalidad diferente
para ganar los premios; dilucidación que no involucra ninguna emisión de
consideraciones sustantivas por parte de esta sala de casación, sino que
más bien comporta un tema fáctico que no es materia de este especial
medio impugnatoria, conforme a los fijes asignados al recurso de casación
por el artículo trescientos ochenticuatro del Código Procesal Civil; no
existiendo entonces, en la forma como se ha planteado, inaplicación de
normas de derecho material;

DÉCIMO QUINTO

97 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


JUEGO Y APUESTA - GESTIÓN DE NEGOCIOS - Derecho de los Contratos – Parte
Especial
PROMESA UNILATERAL

- que, en tal virtud, no se configura ninguna de las causales invocadas, no


habiendo lugar entonces a casar la sentencia de vista, sino, por el contrario,
a desestimar el recurso de conformidad con el artículo trescientos
noventisiete del código adjetivo; estando a las consideraciones expuestas;
DECLARARON: INFUNDADO EL RECURSO DE CASACIÓN, interpuesto
a fojas ochocientos ochentidós por Wesdley Eduardo Pérez Villarreal; en
consecuencia: no casaron la Resolución

De vista de fojas ochocientos treintidós, su fecha dieciséis de agosto del


dos mil cinco; condenaron al recurrente al pago de las costas y costos
del recurso, así como a la multa de dos unidades de referencia
procesal; ordenaron la publicación de la presente Resolución En el diario
oficial "el peruano"; en los seguidos por Wesdley Eduardo Pérez Villarreal
con empresa gaseosas kola real sobre obligación de hacer; y, los
devolvieron.-

S.s.

Roman santisteban

Ticona postigo

Ferreira vildozo

Palomino garcia

Hernandez perez

COMENTARIO

Sentencia de Corte Suprema de Justicia - Sala Constitucional y Social


Transitoria de 13 de Junio de 2006 (Expediente: 002906-2005)

El demandante, Wesdley Eduardo Pérez Villarreal, quien inicio Proceso


Civil sobre obligación de dar bien mueble , contra la empresa Kola Real,
quien según el demandante realizo la promesa de entregar un auto,
marca DAEWOO, de encontrar la chapa con la imagen del
mencionado auto. Realizado la promesa el demandante se motivó con
mayor fuerza a participar en dicho concurso, hasta que lo consiguió; sin

98 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


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Especial
PROMESA UNILATERAL

embargo cuando fue a reclamar el premio, el demandante le negó la


entrega de dicho premio.

El demandante decide iniciar el proceso judicial, con la finalidad de que el


demandado cumpla con la promesa pública realizada, por lo cual
fundamenta su demanda en los siguientes artículos del Código Civil: mil
ciento treintidós, mil novecientos cincuentiséis y mil novecientos
cincuentinueve, que regulan sobre la obligación de dar bien cierto, la
PROMESA UNILATERAL Y PROMESA PÚBLICA DE RECOMPENSA37.
A pesar de los argumentos y las pruebas presentadas, estas últimas
fueron declaradas improcedentes. Es así que la resolución no le es
favorable en ninguna de las instancias, así como también la recusación
de los jueces que solicito, todo ello duro aproximadamente siete años.

Ante lo adverso de su pedido, el demandante en el año 2005, decide


interponer en la Corte Suprema De La República el Recurso De Casación,
por las causales de: inaplicación de normas de derecho material y, la
contravención de normas que garantizan el derecho a un debido proceso,
en el primer punto, la inaplicación de los artículos señalados en el párrafo
anterior, en el que señala que no le han entregado el automóvil que ganó
con la chapa, con el argumento que la chapa pertenecía a una promoción
anterior, siendo que posteriormente rectificó la demanda, y en su
declaración de parte dijo que desconocía los hechos no teniendo nada que
alegar ni probar; y respecto al segundo punto señala que han transcurrido
siete años y no se le entrega el premio, siendo que ofreció medios
probatorios e incluso la juez debió disponerlos de oficio, por las graves
contradicciones de la demandada, principalmente en su declaración de
parte en la que manifestó desconocer todos los hechos.

37El artículo 1132 , “El acreedor de bien cierto no puede ser obligado a recibir otro, aunque este sea de mayor valor”
Artículo 1956º.- Definición, Por la promesa unilateral el promitente queda obligado, por su sola declaración de
voluntad, a cumplir una determinada prestación en favor de otra persona.

Para que el destinatario sea acreedor de la prestación es necesario su asentimiento expreso o tácito, el cual opera
retroactivamente al momento de la promesa.
Artículo 1959º.- Promesa publica, Aquel que mediante anuncio público promete unilateralmente una prestación a
quien se encuentre en determinada situación o ejecute un determinado acto, queda obligado por su promesa desde el
momento en que esta se hace pública.

99 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


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Especial
PROMESA UNILATERAL

Sin embargo la sala se pronuncia de la siguiente manera: respecto a la


inaplicación de los artículos 1132°, 1956 y 1959° del código civil, que
regulan sobre la obligación de dar bien cierto, la promesa unilateral y
promesa pública de recompensa, respectivamente, parten de la hipótesis
de que la empresa demandada se comprometió a la entrega como premio
de un auto marca DAEWOO con la sola presentación de una chapa de la
gaseosa Kola Real conteniendo la imagen del referido auto como le sucedió
al actor con fecha 14 de enero de 1998; cuando, para el a quo y el ad quem
se encuentra acreditado en el proceso que a dicha fecha se encontraba
vigente otra promoción denominada "busca tu otra mitad" que tenía una
modalidad diferente para ganar los premios; dilucidación que no involucra
ninguna emisión de consideraciones sustantivas por parte de la sala de
casación, ya que no es su fin emitir resoluciones sobre el fondo sino sobre
la forma., por lo tanto no existiendo inaplicación de normas de derecho
material como se ha planteado, por lo cual al no configurarse ninguna de
las causales invocadas la sala declaro INFUNDADA EN RECURSO DE
CASACION interpuesto por Wesdley Eduardo Pérez Villarreal, con fecha
16 de agosto del 2005; y condenaron al recurrente al pago de las costas y
costos del recurso, así como a la multa de dos unidades de referencia
procesal.

Haciendo una análisis exhaustivo del caso, las resoluciones emitidas no


eran susceptibles de impugnar vía apelación, sino era idóneo interponer el
recurso de agravio constitucional, ya que los temas planteados sí resultan
de relevancia constitucional, en vista de que abordan asuntos íntimamente
vinculados con el derecho de protección de los consumidores y el problema
económico-social de la publicidad engañosa, atentatoria de la buena fe
comercial querida en el tráfico de bienes y servicios, pues el recurrente
(consumidor) habría sido defraudado en su expectativa legítima de obtener
el premio al que se había obligado la empresa , pese a cumplir los requisitos
para obtenerlo defraudación que se habría traslada al proceso judicial
subyacente, en el que en la manifestación de la demanda se observan
indicios de irregularidad en su tramitación. Por tanto, se debe REVOCAR
las decisiones impugnadas y ordenar la admisión a trámite de la demanda

100 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


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PROMESA UNILATERAL

con audiencia de los demandados y de la empresa Kola Real, con la


finalidad de que existe un pronunciamiento sobre el fondo del asunto.

4.2.2. Sentencia de Corte Suprema de Justicia - Sala Civil Transitoria


de 27 de Septiembre de 2011 (Expediente: 003630-2011)

Fecha de Resolución: 27 de Septiembre de 2011

Emisor: Sala Civil Transitoria

Expediente: 003630-2011

Materia: CONTRATOS

Procedimiento: CASACIÓN

CONTENIDOS

Lima, veintisiete de setiembre del año dos mil once.-

VISTOS; y, ATENDIENDO:

PRIMERO

- El recurso de casación de fecha uno de julio del año dos mil once,
interpuesto por Rómulo Quispe Bujaico en representación de Darío Alfaro
Peña, Máximo Cárdenas Madera, Serapio Murillo Juan de Dios, Fortunata
Riveros Cayllahua y litisconsorte activa Alicia Yolanda Flores Peralta viuda
de Mendoza en representación de la sucesión de Saúl Elías Mendoza
Canturín, cumple con los requisitos de admisibilidad regulados en el artículo
387 del Código Procesal Civil, modificado por la Ley número 29364, al
haberse recurrido contra una sentencia, interponiendo el recurso ante la
Sala Superior que emitió la resolución, dentro del plazo de ley, según se
advierte del cargo de la cédula de notificación glosada a fojas cuatrocientos
treinta y nueve, y acompañando la respectiva tasa judicial a fojas
cuatrocientos cuarenta y uno del expediente principal.

101 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


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PROMESA UNILATERAL

SEGUNDO

- En cuanto al requisito de procedencia previsto en el inciso 1 del artículo


388 del Código Procesal Civil, éste no requiere ser cumplido, al haberle
sido favorable la sentencia de primera instancia.

TERCERO

- En cuanto al requisito de procedencia previsto en el inciso 2 del artículo


388 del Código Procesal Civil, en el recurso materia de calificación se han
denunciado las siguientes infracciones: Primera infracción.-
Descripción.- Infracción a los artículos 301, 310, 317, 1351, 1956, 1531
y 1558 del Código Civil, argumentando que la recurrida señala la
existencia de una PROMESA UNILATERAL, pero para que ésta exista
se requiere el asentimiento expreso o tácito del destinatario, lo que en
autos no se ha dado respecto de los recurrentes, en razón a que el obligado
en su condición de casado, y estando a la referencia del documento que
proviene del contrato de compraventa, está igualmente en la obligación de
dar cumplimiento; máxime que por compra el bien adquirido se ha
constituido en un bien social; y siendo un bien adquirido por la sociedad
conyugal; y existiendo una deuda de quince mil dólares americanos, de ser
una PROMESA UNILATERAL, estaría obligado el cónyuge por dicha
cantidad, y la cónyuge por la diferencia del precio del contrato. Analizada
la fundamentación presentada, se aprecia que en ella, no se ha descrito
con claridad y precisión tales infracciones normativas, en atención a los
hechos probados en autos, más aún si de la fundamentación presentada
se advierte la búsqueda de una nueva valoración de medios probatorios,
tales como el contrato de compraventa celebrado y el documento de
reconocimiento de deuda, lo cual no es viable en sede de casación.
Segunda infracción.- Descripción.- Refiere el apartamiento de precedente
judicial, en cuanto a lo resuelto en la Ejecutoria Suprema de fecha cinco de
julio del año mil novecientos noventa y tres. Analizada la fundamentación
presentada, tampoco se ha descrito con claridad y precisión la infracción,
más aún si en nuestro sistema procesal aún no existen precedentes
judiciales bajo los términos previstos en el artículo 400 del
Código Procesal Civil, sobre los elementos materia de autos. Tercera
102 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.
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PROMESA UNILATERAL

infracción.- Descripción.- Infracción a los artículos 65, 122 inciso 3 del


Código Procesal Civil, artículo 12 de la Ley Orgánica del Poder Judicial y
artículo 139 inciso 5 de la Constitución Política del Estado, señalando que
cuando se demanda a cónyuges, al estar vinculados en la relación
sustantiva, no se puede escindir ese vínculo; y, la recurrida, al considerar
sólo al demandado como obligado, ha infringido el debido proceso, siendo
que la recurrida de manera errónea e interpretando de manera incorrecta
la Ley, únicamente se limita a referir que el documento es una promesa
unilateral, lo que no es cierto. Analizada la fundamentación presentada,
tampoco se ha descrito con claridad y precisión tales infracciones
normativas, ya que los argumentos que presenta están sustentados en una
diferente valoración probatoria y diferente vinculación entre el contrato de
compraventa y el documento de reconocimiento de deuda, lo cual implica
una nueva valoración de prueba, y como se dijo, ello no resulta viable en
sede de casación; siendo que en la recurrida se ha formulado la motivación
de hechos y de derecho, que sustenta sus conclusiones.

CUARTO

- En cuanto al requisito de procedencia indicado en los incisos 3 y 4 del


artículo 388 del Código Procesal Civil, en atención a lo previsto en el
artículo 392 del Código Procesal Civil, no viene al caso analizarlo. Por las
razones expuestas, declararon: IMPROCEDENTE el recurso de casación
interpuesto por Rómulo Quispe Bujaico en representación de Darío Alfaro
Peña, Máximo Cárdenas Madera, Serapio Murillo Juan de Dios, Fortunata
Riveros Cayllahua y litisconsorte activa Alicia Yolanda Flores Peralta viuda
de Mendoza en representación de la sucesión de Saúl Elías Mendoza
Canturín contra la sentencia de vista de fecha veintiséis de mayo del año
dos mil once; DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el
Diario Oficial El Peruano, bajo responsabilidad; en los seguidos por Darío
Alfaro Peña y otros contra Rosa Elva Nolazco de Sulca y otro, sobre
Cumplimiento de Contrato y otro; y los devolvieron. Ponente Señor
Palomino García, Juez Supremo.-

S.S.

103 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


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Especial
PROMESA UNILATERAL

TICONA POSTIGO

ARANDA RODRÍGUEZ

PALOMINO GARCÍA

VALCÁRCEL SALDAÑA

CASTAÑEDA SERRANO

Jgi/Fdc

PAGE 8

Corte Suprema de Justicia de la República

Sala Civil Transitoria

CASACIÓN 3630-2011

JUNÍN

CUMPLIMIENTO DE CONTRATO

COMENTARIO

Analizada la fundamentación presentada, la recurrente no ha descrito con


claridad y precisión la infracción, más si en nuestro sistema procesal aún
no existen precedentes judiciales bajo los términos previstos en el artículo
400 del código procesal civil38, por tanto el recurso presentado es declarado
improcedente

38 Artículo400°.- Precedente judicial La Sala Suprema Civil puede convocar al pleno de los magistrados supremos civiles
a efectos de emitir sentencia que constituya o varíe un precedente judicial. La decisión que se tome en mayoría absoluta
de los asistentes al pleno casatorio constituye precedente judicial y vincula a los órganos jurisdiccionales de la
República, hasta que sea modificada por otro precedente. Los abogados podrán informar oralmente en la vista de la
causa, ante el pleno casatorio. El texto íntegro de todas las sentencias casatorias y las resoluciones que declaran
improcedente el recurso se publican obligatoriamente en el Diario Oficial, aunque no establezcan precedente. La
publicación se hace dentro de los sesenta días de expedidas, bajo responsabilidad.

104 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


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PROMESA UNILATERAL

105 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


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PROMESA UNILATERAL

4.2.3. Sentencia de Corte Suprema de Justicia - Sala Constitucional y Social


Transitoria de 11 de Febrero de 2005 (Expediente: 001629-2004)

Fecha de Resolución: 11 de Febrero de 2005

Emisor: Sala Constitucional y Social Transitoria

Expediente: 001629-2004

Vocales: Alfaro Alvarez, Sanchez Palacios Paiva, Pachas Avalos,


Egusquiza Roca , Escarza Escarza

Procedimiento: CASACION

CONTENIDOS

Auto calificatorio del recurso CAS.NRO. 1629-2004. Lima, once de febrero


del dos mil cinco. Vistos; con los acompañados, verificado el cumplimiento
de los requisitos de admisibilidad del recurso de casación interpuesto por
Dakota Gaming Perú Sociedad Anónima Cerrada conforme al artículo
387 del código procesal civil así como el de fondo señalado en el inciso 1°
del artículo 388 del mismo código; y atendiendo:

PRIMERO

Se invoca el numeral 1 del artículo 386 del Código Procesal Civil por la
causal de "interpretación errónea de una norma de derecho material con la
consecuente aplicación indebida de la misma", argumentando que se ha
interpretado en forma errónea el artículo 1426 del código civil que regula la
excepción de incumplimiento, aplicable a los contratos, sin tomar en cuenta
que la obligación proviene de un reconocimiento de deuda; que las
instancias de mérito señalan que estamos frente a un contrato y olvidan
que el RECONOCIMIENTO DE DEUDA ES UNA PROMESA
UNILATERAL, artículo 1958 del código civil, pues solamente una parte
asume la obligación como señala el artículo 1956 del mismo código;
argumenta que el acuerdo sobre procedimiento de pago es accesorio es la
ejecución del reconocimiento de deuda, y reproduce los fundamentos de su
apelación.

SEGUNDO

106 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


JUEGO Y APUESTA - GESTIÓN DE NEGOCIOS - Derecho de los Contratos – Parte
Especial
PROMESA UNILATERAL

Que hay interpretación errónea de una norma de derecho material, cuando


ésta es pertinente a la relación fáctica establecida, pero el juez equivoca su
significado y, por una interpretación defectuosa, le da un sentido o alcance
que no tiene, constituyendo un error en la premisa mayor y desde luego en
la subsunción. Al afirmar el recurrente que hay interpretación errónea está
reconociendo la pertinencia del artículo 1426 del código civil, pero no
precisa dónde radica el error de interpretación de ésta ni cuál es la
interpretación correcta y realmente está argumentando sobre la
interpretación del convenio suscrito, que considera que no contiene un
contrato; y por otro lado al aseverar que hay aplicación indebida de la
misma norma, incurre en contradicción, pues ello importa la impertinencia
de la norma a los hechos establecidos.

Como el recurso interpuesto no satisface los requisitos de claridad y


precisión que requiere el artículo 388 inciso 2° del código adjetivo, no puede
ser acogido y en aplicación de lo dispuesto en el artículo 392 del acotado:
DECLARARON IMPROCEDENTE el recurso de casación interpuesto por
Dakota Gaming Perú Sociedad Anónima Cerrada, en los seguidos con
Grupo Grande Sociedad De Responsabilidad Limitada sobre obligación de
dar suma de dinero; condenaron a la empresa recurrente al pago de la
multa de tres unidades de referencia procesal así como de las costas y
costos originados en la tramitación del recurso; dispusieron la publicación
de la presente

Resolución

En el diario oficial "el peruano", bajo responsabilidad; y los devolvieron.

Ss

Alfaro alvarez

Sanchez-palacios paiva

Pachas avalos

Egusquiza roca

Escarza escarza

107 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


JUEGO Y APUESTA - GESTIÓN DE NEGOCIOS - Derecho de los Contratos – Parte
Especial
PROMESA UNILATERAL

COMENTARIO

El recurso de casación interpuesto por Dakota Gaming Perú Sociedad


Anónima Cerrada, en los seguidos con Grupo Grande Sociedad De
Responsabilidad Limitada sobre obligación de dar suma de dinero, estos
olvidan que el RECONOCIMIENTO DE DEUDA ES UNA PROMESA
UNILATERAL, artículo 1958 del código civil, pues solamente una parte
asume la obligación como señala el artículo 1956 del mismo código;
argumenta que el acuerdo sobre procedimiento de pago es accesorio es la
ejecución del reconocimiento de deuda, y reproduce los fundamentos de su
apelación.

Como el recurso de casación interpuesto no cumple con los requisitos de


claridad y precisión que requiere el artículo 388 inciso 2° del código
procesal civil, por lo tanto según el artículo 392 citado código, la sala lo
declaro IMPROCEDENTE, ya que el recurrente no precisa dónde radica el
error de interpretación de ésta ni cuál es la interpretación correcta y
realmente está argumentando sobre la interpretación del convenio suscrito,
que considera que no contiene un contrato; y por otro lado al aseverar que
hay aplicación indebida de la misma norma, incurre en contradicción, pues
ello importa la impertinencia de la norma a los hechos establecidos, por lo
cual el recurso no procede.

108 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


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Especial
PROMESA UNILATERAL

CONCLUSIONES

 Jurídicamente el juego y la apuesta son contratos con características que


lo distinguen radicalmente de otras relaciones obligacionales.
 El juego con apuesta es un contrato aleatorio por el cual las dos partes
prometen y se obligan recíprocamente a pagar la una a la otra, una
determinada prestación en caso de que se realice un hecho incierto, del
cual depende que una de las partes gane y la otra pierda dicha prestación
 Existen juegos y apuestas permitidos por la ley; y los de juego y las
apuestas prohibidos por la ley.
 La gestión de negocios es una fuente de las obligaciones, cuya naturaleza
se discute como un cuasi-contrato, negocio jurídico, representación
indirecta, etc, sin embargo no encaja con ninguno, por lo que debe ser
considerada como una institución con características propias.
 Hay gestión de negocios cuando alguien no obligado por contrato ni por
representación legal, realiza espontáneamente una gestión útil para otro.
 El dueño se ve librado de sufrir un perjuicio u obtiene un beneficio
patrimonial. Surge la obligación de sufragar los gastos y/o indemnizar los
daños que este hubiere sufrido. Además se le exige al gestor que realice la
gestión con diligencia y en provecho del dueño.
 Conforme hemos desarrollado en el presente trabajo, con respecto a
Promesa Unilateral, podemos concluir que por la promesa unilateral el
promitente queda obligado a cumplir una determinada prestación en favor
de otra persona, toda vez que exprese su declaración de voluntad. En ese
sentido, a fin de que el destinatario sea acreedor de la prestación es
necesario su asentimiento sea expreso o tácito, el mismo que opera
retroactivamente al momento de la promesa. En consecuencia, la relación
obligatoria creada por la promesa unilateral, a diferencia de lo que sucede
con otras fuentes de las obligaciones, tiene la particularidad de que al
momento de su nacimiento, el acreedor es determinable, es decir, no está
determinado cuando se emite la promesa.
 La promesa unilateral también es una de declaración unilateral, la cual crea
de por sí la obligación a cargo del declarante, aun cuando el derecho que

109 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


JUEGO Y APUESTA - GESTIÓN DE NEGOCIOS - Derecho de los Contratos – Parte
Especial
PROMESA UNILATERAL

corresponde al destinatario solo se perfecciona, en el plano de la eficacia,


con el asentimiento de este. Por otro lado, existen muchos supuestos de
declaraciones unilaterales de voluntad que debido a su naturaleza, tienen
distintos efectos.

110 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.


JUEGO Y APUESTA - GESTIÓN DE NEGOCIOS - Derecho de los Contratos – Parte
Especial
PROMESA UNILATERAL

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112 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.
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ANEXOS

113 Docente: Dr. Manuel F. Soria Alarcón.

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