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RELIQUES ET SAINTETE DANS LESPACE MEDIEVAL Brrr Jean-Luc Deuffic Ne ee André Vauchez PECIA Ariel Guiance Santos, reliquias y milagros en la hagiografia visigoda “La teliquia era el santo [...], era una persona y no un objeto”'. Con esta frase, Pa- trick Geary resume, de manera sintética y evidente, todo el complejo entramado de signifi- cados que tuvieron las reliquias en el pensamiento medieval. Tal entramado justifica, por lo demas, la amplia producci6n literatia que emplea esas reliquias como centro de su mensaje, argumentando la necesidad de conservarlas, robarlas, trasladarlas o dividitlas (por no citar mis que algunas posibilidades). Entre esa produccién literaria, la hagiografia constituye ‘como era de esperar — un repositorio inagotable de sugerencias acerca del valor que se adju- dicé a los restos de los santos y a los elementos que, por distintas circunstancias, tuvieron contacto con lo mismos. Mi propésito, en esta ocasién, es analizar algunas de esas varia- bles, considerando pata ello los testimonios hagiograficos elaborados en la Peninsula Ibéri- a en tiempos del reino visigodo. En especial, me interesa indagar cémo se articulaba un modelo religioso en funcién de tales reliquias, modelo que tenia objetivos propagandisticos definidos. Ademis, se intentarin establecer las constantes discursivas que se hallan presen- tes en los relatos de este tipo, constantes centradas tanto en los restos en cuestion como asi también en las capacidades taumatiitgicas que se atribuian a los mismos. De tal manera, se explicitard el marco ideoldgico construido en la Hispania goda acerca de las reliquias de los Santos, marco que servira de indudable punto de partida para toda la Edad Media pe- ninsular. Desde el punto de vista hagiogréfico, una temprana referencia acerca de la existen- de reliquias ~ y del culto tributado a las mismas — en el area hispana se halla en un GEAR, Furta sacra, Thefts of rcs in the central Middle Ages, Psinceton, Princeton University Press, 132. 245 Ariel GUIANCE breve fragmento de las actas de los mértires Fructuoso, Augurio y Eulogio. Segin el mismo, los cuerpos de estos santos fueron cremados en el anfiteatro de Tarragona, lugar al que llegaron Babilén y Migdonio, dos fieles ctistianos, “portando vino para apagar los cuerpos semiquemados. Hecho esto y recogida la ceniza de los mértires, cada uno tomé para si lo que pudo [.... [Ante ello, Fructuoso] aparecié a los hermanos y les aconsejé que devolvieran, sin dilacién, lo que cada uno habia tomado de sus cenizas por veneracién a €P™. El texto parece haber sido compuesto hacia fines del siglo 111 o principios del IV por un testigo presencial de los hechos pero sufrié interpolaciones posteriores — al menos en el fragmento que nos ocupa —. Esas interpolaciones, de cualquier forma, retoman una indudable tradicién antigua. En efecto, Aurelio Prudencio ya aludia a dicha aparicién en su Peristephanon (compuesto hacia el 405)*. Mas alld de todo eso, esta breve cita subraya — segiin sefialé en otra oportunidad® — una serie de elementos, algunos de los cuales consti- tuyen auténticos /opoi de la literatura relativa a las reliquias. Entre ellos se cuenta, en ptimet lugar, la tradicional costumbre de fragmentar el cuerpo de los mattites. Como es sabido, tal costumbre — acorde a la posterior aparicién del santo para ordenar lo contrario — fue una de las grandes preocupaciones de la Iglesia y la monarquia bajoimperiales. En efecto, ya en 386 una norma de Maximo, Valentiniano II y Teodosio habia prohibido “la fragmentacin de los corpora martyrum y la citculaci6n de la reliquias correspondientes (C. Th, IX.17.7)”*. No 2 Las actas han sido publicadas, entre otros, por Angel FABRIGA GRAU en su edicién del Pasionari hispanic, Madrid Barcelona, CSIC, 1955, t. II, p. 183-186: “Superveniente nocte ad anfitheatrum cum vino festinanter pervenerunt, ut semiusta corpora extinguerent. Quo facto eorundem martyrum cinere collecto, rout quisque sibi poruit vindicavit [..]. Igitar post passionem apparuit featribus, et monuit, ut unusquisque ‘quod per catitatem de cineribus usurpaverant restituerent”. Un estudio més actualizado acerca de las fuentes, caractesisticas y cronologia del Pasionario puede verse en Pedeo CASTILLO MALDONADO, Lav murtins hispanorramanas y 20 cuto en la Hisparia de la Antigiedad tardia, Granada, Universidad de Granada, 1999, p. 29 y ss. Asimismo, remito a la clisica obra de Carmen GARCIA RODRIGUEZ, B/ culo de las santos en la Espata romana _y visigoda, Madtid, C-S..C., 1966, p. 316-324. > Acerca de la fecha de redaccién de este fragmento — y el rechazo a Ia tesis de que se trata de un pasaje intex- polado -, véase FABREGA GRAU, gp. ait, t. I, p. 91. Mantiene el mismo eriterio Pilar RIESCO CHUECA en su reciesite edicién del Pasionari hispénicy, Sevilla, Universidad de Sevilla, 1995, nota 1 de p. 73. Por el contratio, se manifesta en sentido opuesto CASTILLO MALDONADO, op. ait, p. 45 — para quien “el capitulo siete es

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