La alarma del subte suena, las puertas se cierran y un
grito espontaneo nos toma por sorpresa. Vamos al Tigre!, con esas palabras da comienzo una funcin teatral en medio del vagn. Con miradas desconcertadas la gente busca de dnde vienen las voces y entre la muchedumbre est Martn, vestido con un saco verde, un bombn rojo y su nariz de payaso haciendo juego. Discute sobre sus planes para el fin de semana con Ana, quien lleva un vestido violeta con un ancho cinturn verde y su infaltable nariz roja. Nuestra nariz es nuestra identidad me dicen una vez terminada la funcin. Clowns en el subte es una compaa teatral que lleva escenas de humor absurdo al paseo de los porteos, me explica Silvia Levy, la verdadera persona detrs de Ana, mientras esperamos por el siguiente subte en el andn. A ellos los conoc viajando en el subte. Narra Martn, el ms reciente miembro del grupo Era un pasajero ms, y cuando los vi haciendo un espectculo les ped el contacto y me comuniqu con ellos justo cuando buscaban un para cubrir algunos horarios. Sentados en uno de los bancos de la estacin De los Incas, de la lnea B, voy viendo como salen y entran de personaje cuando alguien se acerca. Si hay algn nio cerca comienzan a hacerle caras graciosas, pero en cuanto se alejan vuelven a ser ellos, contestan mis preguntas, cuentan la plata, lo recaudado es dividido luego en todo el grupo.
PABLO ORREGO
PERIODISMO 1T.A.
Al escuchar el sonido del tren acercndose, se ponen de pie
de un salto. Esperan a que todas las personas subieran y entonces ellos tambin lo hacen. Vamos al Tigre! es hora de volver a ponerse en marcha, un nuevo publico una nueva funcin. Un pblico ms duro en esta ocasin, un seor trajeado ni siquiera levanta la cabeza, una adolescente con auriculares lee un libro, dos seoras mayores con voces que por momento parece opacar las de Martin y Ana. Al llegar a la estacin Dorrego se escucharon algunos aplausos apagados. Martn pasa la gorra, o para ser ms precisos, el bombn y bajan. Cada vagn es un pblico diferente acota Ana apenas pone un pie en el andn. La gente est acostumbrada a msicos y vendedores pero no a payasadas.