A la izquierda, y el primer trmino, dos altsimos conos
unidos por sus bases, de norte a sur, como dos gemelos de una estirpe de gigantes; enfrente de ellos, a mi derecha, las cumbres de Palombera dominadas por el Cuerno de Pea Sagra que extenda sus lomos colosales hacia el oeste; y all en el fondo, pero muy lejos, cerrando el espacio abierto entre Pea Sagra y los dos conos, las enormes Peas de Europa, coronadas ya de nieve, surgiendo desde las orillas del Cantbrico y elevndose majestuosas entre blanquecinas veladuras de gasa transparente, hasta tocar las espesas nubes del cielo con su ondulante y gallarda crestera. Por el lado en que me encontraba yo descenda la sierra blandamente hasta la base del primer cono, de la cual arrancaba hacia la derecha un cerro de acceso fcil, que resultara montaa desde el fondo de la barranca en que terminaba bruscamente. Lo que haba entre la loma de este cerro y el espacio limitado por las Peas de Europa no era posible descubrirlo, porque lo bajo quedaba oculto por el cerro y lo alto me lo tapaba una neblina que andaba cernindose en jirones de quebrada y quebrada y de boquete en boquete. Sin aquel obstculo pertinaz hubiera visto, al decir del espolique, maravillas de pueblos y comarcas, y hasta el mar por el boquete de Pea Sagra. Haca ms imponente el cuadro el contraste de la luz del sol, iluminando gran parte de los altsimos peascos ms prximos y reduciendo lejos, sobre las veladuras de los Urrieles, con la ttrica penumbra del fondo de aquel brocal enorme, cuyo lado ms bajo me serva a mi de observatorio. Jos Mara DE PEREDA Peas Arriba