En mi mente siempre existi una bestia llamada Santiago de
Chile. Qu irnico, verdaderamente debera llamarse algo as
como Chile de Santiago, pero en realidad no es relevante y -a estas alturas- tambin es algo inmutable. No pensaba en toparme frente a frente con este gigante, al menos no tan pronto. Llegu a principio de ao junto a la maleta color amarillo pato por la que me hice conocido das ms tarde. El bus se atras, por lo mismo cuando llegu a la estacin San Joaqun ese 29 de febrero, corr desesperado por los adoquines del Paseo del Sagrado Corazn camino al templo. Pasaban las horas y mi mente pareca recibir demasiada informacin por segundo y creo que inconscientemente estaba realizando un juicio en mi cabeza. Era obvio, no conoca a nadie entonces mis pensamientos se aglomeraban y trataban de alinearse para configurar una idea aun algo extraa: era alumno de la Universidad Catlica de Chile. Mi extrao concepto de santiaguino se form durante toda mi vida por medio de lo que vea en la televisin, o bien, lo que escuchaba decir a otros. Los santiaguinos son prepotentes, En Santiago no se puede andar de tanta gente, As son todos los santiaguinos y muchas frases ms que se me hacan presentes cada vez que intentaba descifrar rostros en el metro. Sin embargo, me empec a dar cuenta con el paso del tiempo que muchas de las cosas que se dicen al respecto son una mera generalizacin lamentable, me propuse entonces poner a prueba a estas personas, mientras la capital me pona a prueba a m. Me vino a la mente un programa que daban en el History Channel que se llamaba Los Cazadores de Mitos, como el nombre lo deja ver trata de dos sujetos que desmienten los mitos populares de la ciencia. Bueno yo en este caso estudi si realmente el cuento pintado era tal cual como me lo haban contado. Y al parecer no. Pasaron las semanas tan rpido como se cambia de pgina al leer un libro, el olor a man confitado, humo de micros y
caucho gastado se mezclaba en el aire. Al llegar a San Joaqun
salud a mis amigos que como de costumbre estaban en la cafetera con un par de hojas sobre la mesa.