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permanece fiel a los cnones de la Edad Media y nos dar una visin compendiadora de los
estados de amor con locuras, enojos, placeres, tristuras y dolencias mortales.
La celebridad de las Coplas por la muerte de su padre, don Rodrigo Manrique, Maestre de
Santiago es justa y por derecho propio figura entre las obras eternas. La naturalidad y la
sencillez de este poema son encantadoras, su arte es elemental sin perder en profundidad y
trascendencia y su forma potica es de una expresin pocas veces igualadas -nunca
superada- en cuanto a pureza y eficacia estticas. La fama y el xito de tal composicin
potica provoc el inters de traductores y glosadores, constituyendo una de las obras
poticas ms importante de la literatura universal.
El acierto de este poema que coloca en la cspide a la expresin lrica de Medievo espaol
no lo es de motivo, ni de interpretacin, sino que dicho acierto estriba en el logro de la
expresin equilibrada del dolor sereno. Los lugares comunes -que realmente existentornan a su hondura potica original y las expresiones manriqueas vienen, como lluvia
primaveral, a reverdecer un bro oculto que yace inerte en el virtuosismo literario.
Cmo puede ser antolgico un poema tan elemental y sencillo? Precisamente ah radica lo
grandioso de las Coplas en que Jorge Manrique -usando un lenguaje claro y sencillo para
cualquier lector de entonces y de hoy- ha sabido subyugarnos con elementos (lenguaje,
pensamiento, mtrica) tan elementales. Ese es el secreto de que algo tan aejo como son
estas Coplas no envejezcan nunca: su sobriedad y esencial profundidad castellana.
Jorge Manrique en las Coplas perfila primeramente el marco filosfico donde ha de
desarrollarse la elega, sin enunciados completos asumidos de la filosofa perenne o de la
teologa (la poesa no se hace con ideas, segn dijo Malllarm), pero no se puede decir que
las Coplas carecen de filosofa (la poesa no se hace sin ideas). El didactismo tico del
poema de Manrique toca con equilibrio reflexiones profundas sin caer en la prosaica
moralidad de la hoja de calendario.
Manrique canta en sus inmortales versos lo que siempre pas y pasar y est pasando ahora
mismo. Por eso consigue darnos no una visin histrica y aorante de lo que fue, sino el
tremendo escalofro del fluir permanente y del tiempo que camina sin detenerse.
El genio manriqueo dir para la Historia: Nuestras vidas son los ros / que van a dar en la
mar / que es el morir...