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vilex Informacién juridica inteligente (Ivlex.es) Benidorm Desde 35 € /Noche Encuentra y reserva tu alojamiento perfecto Niumba.com de TripAdvisor prudencia (http://jurisprudencia.vlex.es) Sentencia n° 115/1898 de TS, Sala 1’, de lo Civil, 11 de Marzo de 1898 Ponente: RICARDO GULLON Fecha de Resolucién: 11 de Marzo de 1898 Numero de Resolucién: 15/1898 Emisor: Tribunal Supremo - Sala Primera, de lo Civil INDICE |G+ compartir Primero Db Segundo Tercero Cuarto FALLO 1 hab en 1 hab en 1 hab en Benidorm Benidorm Benidorm CONTENIDO 20€ 20€ 20€ Nam. 115 En la villa y corte de Madrid, 11 de Marzo de 1898, en el pleito seguido en el Juzgado de primera instancia de Infiesto y en la Sala de lo Civil de ta Audiencia de Oviedo por D. José Gallinar Vira, D. Rafael de Pedro Vifia, D. Juan Melendreras Rubio, D. Joaquin Luis Alvarez, Don Felipe Fernandez Pantiga, D. Diego Fernandez Capa, D. Gervasio Peruyera Blanco, D. José Montes Espina, D. Juan Bozanes Peldez, D. Fabian Armada Veasco, D. Segundo Crespo Cantora, D. Vicente Peléez Cantora, Dofia Trinidad Gutiérrez Terrén y D, Francisco Fernandez Forcelledo, labradores, vecinos de la parroquia de Beloncio, con Don Luis Caso de los Cobos y Valdés y D. Ramén Suarez de Leén, propietarios, vecinos de Infiesto, como testamentarios de D. Luis Marfa Unquera y Antayo, Marqués de Vista Alegre, sobre declaracién y entrega de Un legado; pendiente ante Nos, en virtud de recurso de casacién, interpuesto por los demandados, dirigidos por el Licenciado D, Juan Balices, y en el acto de la vista el Letrado D. Melquiades Alvarez, y representados por el Procurador D. Maximino Elvira; habiéndolo estado los recurridos por el Licenciado D. Antonio Elegido y Lizeano y el Procurador D. Armando Bances: RESULTANDO Resultando que D, Luis Maria de Unquera y de Antayo, Marqués de Vista Alegre y Barén de la Vega de Rubianes, otorgé en Infesto 4 11 de Enero de 1877 un testamento, por cuyas clausulas 12.a 4 21.ay 27.a 4 30.a, hizo diferentes legados de pensién vitalicia de cantidad 6 de especie 4 su administrador en Oviedo, 4 dos primas, 4 amigos, 4 criados y 4 otras personas y de rentas atrasadas hasta aquella fecha, 4 todos sus colonos, y consigné también las cléusulas siguientes: 22.a, lego y mando 4 todos aquellos de mis colonos que por bienes propios de los mismos no paguen mas de 200 reales anuales de contribucién territorial ordinaria, con inclusién de recargos, todos los bienes que cada uno de ellos tenga en colonia de los que hoy me pertenezcan por herencia de mi sefior padre (qe p d.) y por compra y permuta, 4 excepcién de los bienes que de dicha procedencia sefialaré, y de los cuales dispondré expresamente en este mi testamento; 23.a, igual legado hago 4 los colonos de los bienes que me sean adjudicados por herencia de mi sefiora madre, teniéndose también en cuenta el tipo de contribucién que dejo sefialado; 24.a, declaro que tengo derechos 4 bienes de varias capellanias y 4 otros que se hallan entre los que constituyen la fincabilidad de Dofia Gertrudis de Vega-Mestas, primera mujer que fué de D. Joaquin Garcia Arguelles, y dejo a cada uno de los que sean llevadores de esos bienes todos los derechos y acciones que 4 mi me corresponden en la actualidad y que en lo sucesivo se declaren de mi pertenencia, respecto a las fincas y censos y mas derechos que lleven en colonia 6 paguen 4 mi fallecimiento; 25.a, es mi voluntad que se entienda y declare colono, para obtener el legado de que queda hecho mérito, al material cultivador de las fincas, ya sea que las tenga arrendadas directamente, 6 por subarriendo que le haya hecho el arrendatario principal; 26.a, si se da el caso de que un padre 6 que una viuda tenga en su compafiia 4 su hijo 6 hija, 6 unos casados 6 solteros que cultiven los bienes mios de la colonia, se distribuird el legado, entendiéndose que para este efecto cada marido y mujer son una sola persona, y si el padre 6 la madre hubieren cedido parte de la colonia 4 algin hijo 6 hija, cedera a éstos la parte que los mismos cultiven; 31.”, en mi voluntad que mi testamentario proceda 4 vender, como albacea universal plenamente autorizado, y venda en publica subasta en una Notaria, 6 por convenios particulares, seguin aquél lo considere mas conveniente, todos los bienes risticos y urbanos, muebles y semovientes que me pertenecen y que me puedan pertenecer en Aranjuez, Madrid, Valladolid y Segovia, asi como la posesién conocida con el nombre de Flor de Lis, en la parroquia de Eoces, del Concejo de Gijén, y los ganados y muebles que el testamentario juzgue prudente enajenar; 32.a, también venderd las casas que me pertenecen 6 pertenezcan en la ciudad de Oviedo inclusas las del barrio del Fresno, con su huerta y los muebles y ganados; 33°, venderd igualmente las casas que me pertenecen 6 pertenezcan en esta villa de Infiesto, como igualmente las huertas de dicha villa, el prado llamado Ribayén, en el pueblo de Santiones, y el de Friera, en Lozana; 34.*, del mismo modo y forma venderd la casa palacio de Garrida con todos los bienes que forman la posesién de este nombre; 35.a, también vendera la posesién y palacio de Borines, con todos los bienes que la forman, asi como la posesién de Berbio, arrabal de esta villa de Infiesto; 36°, si en la particién de la herencia de mi sefiora madre (qe p d.) me fueren adjudicadas casas en la ciudad de Oviedo, el prado de Santo Medero en la parroquia de Lotores, algunos montes en cualquier parroquia 6 concejo, también sern vendidos por el testamentario en la forma dicha; 37°, igualmente venderd, si en todo 6 en parte me fueren adjudicados en dicha particién, las posesiones de Rubianes, con el pradiquin que lleva en colonia Miguel de Prendes y las Anduergas, Vega de arriba y de abajo, Molino y Castenedin, que llevan diferentes colonos; la posesién de Sofelguera, la de Sotiello, la de Roces, con sus caserias anejas en esta parroquia y San Romén; la de Llaneras, con su molino harinero, y el Cercado y Cercadin, prados inmediatos 4 esta villa; 38°, vendera todos los bienes que no estén arrendados y que carezcan de 1 lavador; 39.°, si alguno 6 algunos de los llevadores 6 colonos de los bienes risticos cuya venta dejo ordenada fueren de los que no paguen por bienes propios del mismo 200 reales de contribucién territorial, con inclusién de recargos, les entregard el testamentario el 6 por 100 del precio que en la venta obtengan las fincas de que sean llevadores; 40°, se entiende este bien solamente con los colonos de Asturias; 41%, el producto de todos los bienes cuya venta acabo de ordenar, asi como el importe de las deudas que tenga a mi favor, y el de todos los valores en alhajas, mobiliario, metalico y papel moneda de todas clases, lo destinara mi testamentario 4 los objetos siguientes: primero, pago de mis deudas, funerales y sufragios; segundo, pago de los legados, asegurando debidamente todas las pensiones vitalicias de que dejo hecho mérito; tercero, el sobrante se destinard 4 construir y erigir en esta villa de Infiesto, 6 en sus inmediaciones, una iglesia parroquial, que se denominaré de Infiesto, para lo cual mi testamentario solicitaré de la Santa Sede y del Gobierno de S. M. la correspondiente autorizacién, y obtenida, procuraré que el patronato de ello 6 presentacién de Cura parroco corresponda 4 los sucesores de mi titulo nobiliario; 42.a, también se construiré un cementerio con destino 4 dicha parroquia de Infiesto; 44.a, para el coste de las obras de a iglesia y cementerio, asi como para ropas y omamentos, y para las dotaciones del Cura y Sacristén, se dostinara el 6 pr 100 de la cantidad que resultare después de cubiertas las deudas funerales, legado, etc, 46°, en la misma iglesia se construird un lujoso panteén de marmol negro 4 la parte del Evangelio, adonde seran depositados mis restos mortales y los de mis queridos y buenos padres; 47.a, el 40 por 100 restante de la cantidad aludida se destinara 4 construir en esta villa unas buenas Casas Consistoriales para el Concejo de Pilona; 51, no hago institucién de herederos, porque ya dejo distribuida toda mi herencia, y si algo quedara Por distribuir, lo harén mis testamentarios en la forma que les tengo prevenidos, para que no haya ni pueda haber reclamacién por herederos abintestato; jento de ese Resultando que el mencionado Marqués de Vista Alegre, con posterioridad al otorgar testamento, enajend y permuté bienes de los heredados de su difunto padre D. José Marla Unquera, y que le pertenecian la fecha de dicho testament; y el dia 7 de Agosto de 1893, en que fallecié a la una y media de la tarde, otorgé otro testamento, que llamé apéndice al anterior, diciendo también querer que valiesen éste y aquél, y en el cual anulé los legados hechos en dicho anterior testamento 4 las personas que hubiesen fallecido antes que él; disponiendo que los otros legados 6 mandas que habia hecho en el mismo testamento anterior 4 los que le sobrevivieran, produjesen todos sus efectos legales; é hizo, ademas de otros de menor tres de 100.000 pesetas, 6 bien dos de ellos de las posesiones de Garrida y de Roces, 4 eleccién de los respectivos legatarios, su sobrino D. Luis Caso de los Cobos y D. Ramén Suarez de Leén, 4 quienes nombré asimismo albaceas testamentarios in solidum en compafiia de D, Marcelino Florez del Prado, designado en el referido testamento anterior: Resultando que D. José Gallinar Via, D. Rafael de Pedro Vifia, Don Juan Melendreras Rubio, D. Joaquin Luis Alvarez, D. Felipe Fernandez Pantiga, D. Diego Fernandez Capa, D. Gervasio Peruyera Blanco, Don José Montes Espina, D. Juan Bozanes Peldez, D. Fabién Armada Velasco, D. Segundo Crespo Cantora, D. Vicente Crespo Cantora, Dofia Trinidad Gutiérrez Terrén y D. Francisco Fernandez Forcelledo, ninguno de los cuales pagaba por bienes propios 50 pesetas de contribucién territorial ordinaria, con inclusién de recargos, venian siendo colonos de diferentes bienes adquiridos por el Marqués de Vista Alegre, después de haber otorgado éste su primer testamento de 11 de Enero de 1877, hasta que fallecié el mismo en 7 de Agosto de 1893, desde cuyo dia dejaron de satisfacer la renta estipulada, por considerarse legatarios de esos bienes, calidad que les negaron los testamentarios del Marqués, quienes pusieron dichos bienes en subasta para el 20 de Noviembre de 1895 Resultando que en 18 del mismo mes dedujeron los mencionados colonos ante el Juzgado de primera instancia de Infiesto demanda, pidiendo se declarara corresponderles en propiedad los bienes que cada uno llevaba, como legados por el Marqués de Vista Alegre; y se condenara 4 los testamentarios deéste 4 que otorgaran 4 favor de ellos la correspondiente escritura inscribible de adjudicacién, y al pago de las costas; exponiendo al efecto, entre otras cosas: que la cldusula 22.u del testamento de 11 de Enero de 1877 tenia que ser objeto de interpretacién por los Tribunales, por no expresarse en ella con toda claridad, ni mucho menos, la exclusién del legado a los colonos de bienes adquiridos por el testador después de aquella fecha, y no poderse, por consiguiente, alegar que sus palabras se debian entender como sonaban, y segiin habria de hacerse si el testador hubiese dicho que los colonos de bienes que adquiriera después del testamento no tenian derecho al legado; que de la lectura de dicha clausula 22.a surgia la duda de que el testador pudo emplear la frase de los que hoy me pertenecen por herencia de mi sefior padre lo mismo para excluir de la demanda los que no eran de su padre y los que adquiriera en adelante, como para asegurar mas la expresién de que dejaba a sus colonos todos los bienes que tuviese de aquella procedencia, sin fiar el alcance de la fecha de su testamento, sin querer hacer una separacién entre fecha y fecha, y sin establecer una linea divisoria entre colonos y colonos, que, de excluir del legado a los colonos de bienes adquiridos después de 11 de Enero de 1877, como por deduccién entendian los testamentarios, ocurria entre aquellos colonos y los de bienes de adquisicién anterior una inexplicable desigualdad, que no estaba de acuerdo con el resto del testamento; y de creer que el testador estampé la frase de "los que hoy me pertenecen por herencia de mi sefior padre y por compra y permuta», como para afirmar la extensién del legado 4 todos los bienes que fuesen suyos y tuviesen aquel origen, habia que reconocer, que, habiendo sido tan minucioso en su disposicién testamentaria, pudo evitar la forma pleonastica del uso del adverbio hoy; siendo necesario, ya que la duda existia, demostrar que la intencién del testador, segin el mismo testamento, fué la de otorgar el legado 4 los demandantes; que examinado atentamente dicho testamento de 11 de Enero de 1877, se observaba que la cléusula 22 no debia apreciarse aisladamente, porque completaba con la 23.ay 24.2 el pensamiento del testador en lo referente al legado a los colonos, comprendiendo los tres un mismo legado, y variando sélo en la procedencia de los bienes, pues en la primera mencionaba el testador los ya en aquella fecha adquiridos por herencia de su padre y por compra y permuta; en la segunda, los que, sibien ya heredados de su madre, aun no le habian sido adjudicados, y en la tercera, colocaba los derechos eventuales sobre capellanias y sobre la herencia de Doria Gertrudis de Vega; de modo que establecia, en cuanto 4 los, bienes, una verdadera graduacién, y asi, al emplear el adverbio hoy en la cléusula 22.a, fué para determinar la condicién de sus bienes, atendiendo 4 la circunstancia de adquisicién que aquéllos tenian cuando otorgaba el testamento, y no para excluir del legado los que adquiriese en lo sucesivo; interpretacién que apoyaban las razones siguientes: primera, que traténdose de una disposicién testamentaria meditada, detallada, compleja y que suponia conocimientos juridicos en el testador, no podia pasar desapercibido para éste que dejaba sin legar los bienes que llegase 4 adquirir después de aquel dia, por lo cual, era de entender que el empleo de la palabra hoy en la cldusula 22.a, refiriéndose 4 la pertenencia de los bienes, fué hecho para contraponerla al estado interino de los bienes de su madre, aun no adjudicados, como confesaba en a cléusula 23.2, y al estado eventual de sus derechos sobre capellanias y herencia de Dofia Gertrudis de Vega, como declaraba en la 24.a; segunda razén, la de que legé todos los bienes, y designé expresamente como excepcién los que disponia se vendieran, sin que, no obstante figurar entre los mencionados hasta los que carecian de colono, citara los que pudiera adquirir después; por lo cual éstos se hallaban comprendidos en la regla general del legado, en la cldusula 22. porque de la 51.a constaba que no podian pasar 4 los herederos abintestato; tercera, que estando sefialada Por el testador la clase de bienes que habian de venderse para los fines sefialados en las cléusulas 42.a y siguientes, no se podia, sin traspasar los limites del albaceazgo, enajenar los no sefialados, y por ende los que eran objeto de la demanda; cuarta, que el testador manifesté en la clausula 61.a que dejaba distribuidos todos sus bienes y no cabia segregar los adquiridos después de 1877, habiendo que suponerios incluidos en la cléusula 22.a; quinta razén, la de que asi como constaba la voluntad de! testador de que no hubiera ni pudiese haber reclamacién alguna por herederos abintestato, si hubiera querido dejar 4 los colonos los bienes adquiridos antes de 1877 y excluir los posteriores, lo habria hecho también constar expresamente: # sexta, que no siendo conocida la intencién del testador de distinguir entre colonos y colonos, no habia motivo para distinguir, porque era de suponer que legé lo mismo 4 unos que a otros; séptima, que habiendo legado 4 sus colonos en la clausula 23.a bienes que atin no le habian sido adjudicados, procedentes de su madre, y en la cléusula 24.a derechos y acciones que atin no le habian sido declarados, y por tanto juridicamente no le pertenecian atin, no se explicaba que dejara de legar los que por efecto de toda disposicién testamentaria habrian de comprenderse en el legado el dia de su fallecimiento, puesto que hasta entonces no hab/a de tener aquélla fuerza ni en cada legal; octava, porque si la voluntad del testador hubiese sido exceptuar del legado los bienes adquiridos después de 1877, esa voluntad habria sido una y constante; y al otorgar en segundo testamento de 7 de Agosto de 1803, habria recordado que dejaba, sin disponer de ellos, una porcién de bienes de gran importancia, de més valor que todos los legados hechos en ese segundo testamento, puesto que después de 1877 fué cuando adquirié muchos bienes en Pilona, Nava, Oviedo y otros puntos; no obstante lo cual, de esos bienes que se suponia no legados nada dijo en dicho segundo testamento, en el que cuidé de anular las mandas hechas en el primero personas ya fallecidas, y de ratificar las demas, entre las cuales estaban las de las cléusulas 22.a, 23.ay 24.a; novena raz6n, la de que no se podia hacer la observacién de que los demandantes no erancolonos en 11 de Enero de 1877, porque a contrario sensu, también en esa fecha eran colonos muchos que dejaron de serlo después, y 4 los cuales, sin embargo, nadie les reconocia derecho 4 legado, porque ara todos los efectos de la sucesién se tomaba como base la fecha del fallecimiento del testador y no la del testamento; y décima razén, el espiritu y tendencia general del testamento, consistentes en excluir con propésito claro la sucesién intestada, legar los bienes 4 los colonos, legar cantidades 4 otras personas, vender por excepcién bienes sefialados en el mismo testamento, y no otros, y con el producto de la venta construir iglesia, cementerio y Casa Consistorial en Infiesto, tendencia que pugnaba con la idea de dejar fuera del legado 4 los colonos bienes determinados, que no estuvo en la mente del testador exceptuarlo a de las cléusulas 22.a, 23.4 y 24.a: Resultando que D. Luis Caso de los Cobos y Valdés y D. Ramén Suarez de Leén se opusieron 4 la demanda, consignando entre otras alegaciones que la cldusula 22.a del testamento de 11 de Enero de 1877, concebida en términos claros y categéricos, se circunscribia al legado de los bienes que en aquel dia en que se otorgé dicho testamento pertenecian al testador, limitando de tal manera el legado el adverbio hoy y el verbo empleado en presente, que no permitian darle la extensién pretendida en la demanda, pues las palabras debian entenderse gramaticaimente, sin violentar su sentido natural y propio, no siendo permitido separarse del sentido llano de las mismas sino “quando paresciere ciertamente que la voluntad del testador fuera otra que non como suenan; que, por tanto, no existia duda alguna en las palabras "todos os bienes que cada uno de ellos tenga en colonia de los que hoy me pertenecen», ni habia motivo ni pretexto para poner en tela de juicio su verdadera signilicacién, refiriéndose el testador 4 los llevadores 6 colonos de las fincas que le pertenecian en la fecha en que testé, y de ningtin modo 4 los de otras que posteriormente hubiese llegado & adquirir, acerca de las cuales guardé silencio; sin que cupiera decir que de esa manera venia 4 establecer una desigualdad inexplicable, porque el argumento quedaba destruido ante la voluntad del testador, tan claramente expresada, que rechazaba toda interpretacién: y ademéds, la desigualdad, aunque no resultara entre los levadores de los bienes por aquél adquiridos antes de 11 de Enero de 1877 y los de los adquiridos después, siempre resultaria entre todos ellos y los de aquellos otros que mandaba vender, que los demandantes no ignoraban las causas que influyeron en el nimo del Marqués de Vista Alegre para establecer distinciones entre sus renteros; las cuales no era necesario explicar, aun cuando era facil hacerlo con sélo fiar la atencién en la clase de bienes que mandaba vender y en los que dejaba 4 los materiales cultivadores, asi como en el mayor 6 menor tiempo que éstos los cultivaron; que los testamentarios no sostenfan por deduccién la negativa del legado, sino por virtud de la exclusién manifiesta que se hacia en la cléusula 22.a respecto los llevadores de bienes adquiridos con posterioridad al 11 de Enero de 187: no habia inconveniente en poner en relacién con aquélla cléusula la 23.2 y la 21.a, en las que el testador ampliaba el legado en favor de los colonos 4 los bienes que le fueran adjudicados en adelante por herencia de su madre y 4 los derechos y acciones que le correspondian entonces, y que en lo sucesivo se deciarasen de su propiedad respecto 4 los bienes de varias capellanias y 4 otros que fueron de Dofia Gertrudis de Vega; pues si hubiese tenido intencién de hacer extensivo el legado comprendido en la cldusula"22.a 4 todos los bienes que llegara 4 poser al tiempo de su fallecimiento, no tenia para qué hacer mencién de los que habian de serle adjudicados por herencia de su madre 6 por otros titulos, y se habia expresado en términos generales, sin establecer excepcién y huyendo de rodeos y redundancias; que se arraigaba mas el convencimiento de que el testador, lejos de dar lugar 4 dudas, expresé su voluntad con palabras claras y terminantes, distinguiendo cuidadosamente los tiempos cuando se fijaba la atencién en otras varias clausulas, como las 31.a, en que hablaba de los bienes que entonces le pertenecian y le pudieran pertenecer; la 32.a, en que hacia lo mismo; la 33.a, en que se referia 4 las casas que le pertenecian en Infiesto; la 36.a y la 37.2, en que disponia de casas y fincas que- en la particién de la herencia materna le fuesen adjudicadas; y la 38.a, en que al ordenarse vendieran todos los bienes que no estuvieran arrendados y carecieran de llevador, no hablaba, como en la 22.a de los que hoy me pertenecen; notandose en otras cldusulas de ese como del otro testamento otorgado el dia de su muerte, que establecié de modo invariable la diferencia de épocas, lo cual revelaba sobre este punto perfecta claridad y firme decisién en sus disposiciones; no concibiéndose por ello que si hubiese entrado en su animo el deseo de legar 4 los colonos los bienes adquiridos después del 11 de Enero de 1877 no lo hubiese dicho, porque el silencio no tendria explicacién, tratandose de persona tan previsora; habiéndose, por tanto, de convenir en que hablé sobre este particular, y en que las palabras "lego los bienes que hoy me pertenecen por herencia de mi sefior padre y por compra y permuta» contenian una manifiesta exclusién respecto 4 los bienes de adquisicién posterior al primer testamento; que aun cuando el testador no hubiese dispuesto, de ahi no se desprenderia la consecuencia que intentaban deducir los, demandantes de que ellos eran legatarios de parte de los mismos, pues si aquél no dispuso nada acerca de esos bienes, no podian invocar el titulo de legado, el cual no debia presumirse, sino probarse sin género de duda; y lejos de probarlo, acudian 4 la interpretacién, huyendo del sentido literal de las palabras, que los, excluia terminantemente de toda participacién en esos bienes, pues si los demandantes no eran colonos de bienes que en 11 de Enero de 1877 pertenocieran al Marqués de Vista Alegre, mal habia de reforirse 4 ellos el legado de la cléusula 22.a de su testamento, que sélo comprendia los bienes de que entonces dispuso, yaludia a los colonos que en aquella época los cultivaban, que no habia para qué discutir aqui si los albaceas podian 6 no enajenar los bienes de adquisicién posterior 4 1877; pero desde Iuego se comprendia que estando facultados para lo mas, habian de estarlo para lo menos, y la distribucién de la herencia, pago de cuantiosos legados, pensiones en metélico y aplicacién del remanente 4 determinados fines, llevaban consigo, como condicién previa ¢ indispensable, la facultad de enajenar; y si esto no bastara, la cléusula 51 a les ordenaba hacer la distribucién en la forma en que les tenia prevenido el testador; el cual, ademés, establecié entre colonos y colonos otra diferencia mds de la derivada del pago de ia contribucién, pues mientras unos tenian derecho 4 los bienes, otros, conforme dla cldusula 39.a, sélo debian percibir el 6 por 100 del precio de la venta, no siendo de extrafiar que si para ello tuvo el testador sus motivos, los tuviera también para favorecer con un rasgo de generosidad a los que de antiguo venian dedicando sus afanes al cultivo de fincas, que en eran parte habian pertenecido 4 las casas de Unquera y de Antayo; y que la razén invocada en la demanda de que el Marqués se propuso, segin su manifestacién terminante, evitar la sucesién intestada, y al otorgar el segundo testamento habria recordado que dejaba una porcién de bienes de quo no habia dispuesto, dado que se entendiera que quiso exceptuar del legado los adquiridos después de 1877, se destrufa faécilmente, porque al testar en esa fecha declaré que quedaba distribuida toda la herencia, con la salvedad de que si quedaba algo lo distribuyeran sus testamentarios, y si después entraron en su patrimonio muchas propiedades, recordandolo y teniendo muy en cuenta al testar de nuevo el dia de su fallecimiento, hizo importantes legados, con la intencién de agotar su caudal Resultando que dados al pleito los demas tramites legales de dos instancias, la Sala de lo civil de la Audiencia de Oviedo, por sentencia confirmatoria de i de Marzo del afio titimo, declaré que 4 D. José Gallinar Vif, D. Rafael Pedro Vifia, D. Juan Melendreras Rubio, D. Joaquin Luis Alvarez, D. Felipe Fernandez Pantiga, D. Diego Fernandez Capa, D. Gervasio Peruyera Blanco, D. José Montes Espina, D. Juan Basanos Peldez, D. Fabién Armada Velasco, D, Segundo Crespo Cantora, D. Vicente Peléez Cantora, Dofia Trinidad Gutiérrez Terrén y Don Francisco Fernandez Forcelledo, corresponden en propiedad los bienes descritos, respectivamente, en el hecho primero de la demanda, en concepto de legado de D. Luis Maria Unquera y Antayo, Marqués de Vista Alegre; y en consecuencia, condend 4 los testamentarios demandados 4 que dentro de quinto dia, después que fuera firme esta sentencia, olorgaran escritura inscribible de adjudicacién de aquéllos 4 favor de los demandantes, sin hacer especial condenacién de costas de primera ni de segunda instancia: Resultando que, con el depésito de 1.000 pesetas, han interpuesto D. Luis Caso de los Cobos y D. Ramén Suérez de Leén, en el concepto en que litigan, recurso de casacién por infraccién de ley, citando en su apoyo los nimeros 1.° y 7.° del art. 1692 de la de Enjuiciamiento civil , por los siguientes motivos’ Primero Porque al no respetar la voluntad del testador, que tiene fuerza de ley, la sentencia recurrida infringe el art 658 (http//legislacion. viex.es/vid/codigo-civil-127560) del Codigo civil (http:/Megislacion. viex.es/vid/codigo-civil- 127560), la cléusula 22.2 del testamento de 11 de Enero de 1877,, y la doctrina establecida por este Tribunal Supremo en sus sentencias de 25 de Junio de 1891 y 16 de Diciembre de 1892 , pues que “los bienes que hoy me pertenecen por herencia de mi sefior padre y por compra y permuta», son palabras terminantes y precisas que no dejan lugar 4 duda de e ningiin género, no pudiendo estar mas claro su sentido gramatical, y no cabiendo, sino violentando su sentido literal, suponer que el Marqués de Vista Alegre tuvo el propésito de incluir en el legado de la clusula 22.a otros bienes que los que al hacer su testamento le pertenecian por herencia de su padre y por compra y permuta; por lo cual se falta 4 la voluntad del testador y se va abiertamente contra sus disposiciones, haciendo decir 4 las palabras transcritas cosas distintas de lo que dicen Segundo Por el error de hecho en que, por derivacién de aquéllos, incluye la Sala de lo civil de la Audiencia de Oviedo, al estimar en su sentencia que el legado de referencia abarca los bienes adquiridos por el Marqués de Vista Alegre con posterioridad al 11 de Enero, fecha del testamento; error bien manifiesto, ante la simple lectura de la cléusula 22. de dicho testamento, en la cual, de un modo preciso se limita el legado 4 los bienes que pertenecian al testador en 11 de Enero de 1877, sin aludir directa ni indirectamente 4 otros bienes que pudiera adquirir con posterioridad; y sin embargo, en la sentencia se parte del supuesto contrario, cuando no es dable, con pretexto de interpretaciones mas 6 menos caprichosas, adulterar hechos que aparecen con perfecta claridad en un documento auténtico, ni mucho menos sustituirios con otros distintos de los que en el mismo se consignan Tercero Haberse infringido el art. 675 (http/Mlegislacion. viex.es/vid/codigo-civil-127560) del Cédigo civil (http: Megislacion.viex.es/vid/codigo-civi-127560) , que dice: “Toda disposicién testamentaria deberd entenderse en el sentido literal de sus palabras, 4 no ser que aparezca claramente que fué otra la voluntad del testador»; y la doctrina establecida por este Tribunal Supremo en sus sentencias de 18 de Noviembre de 1892, 6 de Noviembre de 1895 y otras, que prohiben extender las disposiciones testamentarias 4 mas de lo que su sentido literal expresa; doctrina constantemente inspirada en la ley 5.a, tit. 23, Partida 7.2, segun la cual, deben entenderse en su sentido llano las palabras de un testamento, 4 noser “quando pareciere ciertamente que la voluntad del testador fuera otra que non como suenan»; porque la cldusula 22.a del testamento no puede ser mas precisa ni expresiva, no habiendo querido ni podido el testador, al decir "lego los bienes que hoy me pertenecen por herencia de mi padre y por compra y permutan, referirse 4 otros que los adquiridos hasta la fecha de su testamento, por los conceptos que en la cldusula expresa; siendo preciso aplicar como suena en tiempo presente la palabra hoy, que sefiala un' limite al legado y excluye de él los bienes cuya adquisicién sea posterior 4 la fecha del testamento, sobre los cuales no hace reserva alguna, ni la menor alusién que permita suponer en el testador la intencién de agregarlos al legado que deja 4 sus colonos; debiendo esas palabras por su concisién, por su claridad, entenderse literalmente, porque en ellas esta bien manifiesta la voluntad del testador; y siendo esto asi, huelgan por completo las suposiciones que, con pretexto de una interpretacién innecesaria, sirven de base 4 la sentencia recurrida; pero entendiéndose esas palabras, en su literal sentido, signifiquen mas bien, como en uno de los fundamentos juridicos del fallo recurrido se afirma, la condicién de los bienes del testador cuando otorgaba su testamento, enfrente de la eventualidad de los bienes que menciona en las cléusulas 23.a y 24.a, resultara la misma voluntad del testador, pues si su propésito fuera legar los bienes que adquiriese con posterioridad al 11 de Enero de 1877, habria previsto esta eventualidad é indicado la que ante ella deberia hacerse en favor de los colonos legatarios, refiriéndose 4 dichos bienes, como se refirié en las clausulas 23.a y 24.2 a los que atin no le habian sido adjudicados de la herencia de su madre y d los que le correspondieran en la actualidad, y que en lo sucesivo se declararan de su pertenencia en varias capellanias y en la fincabilidad de Dofia Gertrudis de Vega Mestas; y lejos de hacerlo asi, el testador completa y afirma su voluntad, agregando a las palabras transoritas de la cldusula 22.a otras muy significativas, que la sentencia pasa en Bilencio y que destruyen el deseo, el intento siquiera, de comprender en el legado otros bienes que los adquiridos hasta el 11 de Enero de 1877; pues si fuera dable someter 4 reglas de interpretacién clausulas como la 22.a, cuyo sentido literal no admite duda, se deberia comenzar por apreciarla en todos sus términos, tinica manera de establecer comparaciones y analogias entre ellas y otras del mismo testamento; y habiendo afiadido el testador 4 las palabras “lego 4 los colonos los bienes que hoy me pertenecen por herencia de mi sefior padre y por compra y permuta», las de "é excepcién de lis bienes que de dichas procedencias sefialaré, y de los cuales dispondré en este testamento: ?, ni su propésito fuera el de legar mas bienes que los adquiridos hasta la fecha del testamento, no podia entonces sefialarlos, no podia disponer en el testamento de bienes que en aquella fecha no le pertenecian ni real ni eventualmente, y por tanto, no se refirié 4 los que atin no habia adquirido; porque, esa excepcién se relaciona directa y expresamente con bienes determinados, de los cuales habia de disponer el testador, sefialéndolos concretamente; y es absurdo suponer que sefialara en el testamento, exceptudndolos del legado, bienes distintos da los que en el mismo legado se comprenden, viniendo esta segunda parte de la cléusula 22.a 4 aciarar y reforzar mas todavia el texto literal y terminante de la primera, pues si el legado pudiera referirse 4 bienes adquiridos con posterioridad al 11 de Enero de 1877, 4 ellos doberia referirse también la oxcepcién, y ésta se limita sélo y exclusivamente 4 los que pertenecian entonces al testador por herencia de su padre y por compra y permuta; siendo necesario, por otra parte, afirmar mucho en las intenciones del testador para suponer que quiso disponer de los bienes que en lo sucesivo adquiriera, dando por cierto que al otorgar su testamento pensaba comprar 6 permutar, cuando no revela su propésito en esta materia, y cuando pudiera suceder que, aun teniéndolo, se viera impedido de realizarlo, por impedirselo, por ejemplo, una muerte inmediata; pero de todos modos no es légico suponer tampoco, si se penetrara en el terreno de las suposiciones, que el testador dispusiera en las clausulas 23.a y 24.a de bienes y derechos que le pertenecieran en la actualidad y de otros que pudieran imponerle, y no lo hubiese hecho igualmente en la cléusula 22.2; estando la razén de la diferencia en que una parte de los bienes y derechos aludidos en las, cléusulas 23.a y 24.2 eran eventuales en la fecha del testamento, pero habrian de pertenecer algiin dia al testador, por lo cual dispuso de ellos, mientras que los bienes de adquisicién posterior al 11 de Enero de 1877 no eran clertos entonces, podian 6 no ser adquiridos, y por eso el testador no dispuso de ellos real ni eventualmente, ni siquiera en hipétesis; y Cuarto Haberse infringido también la doctrina legal establecida por este Tribunal Supremo en sentencias de 19 de Enero y 5 de Julio de 1893 , confirmando lo dispuesto en el art. 675 (http:/Megislacion.viex.es/vid/codigo-civl- 127560) del Cédigo civil (http://legislacion. viex.es/vid/codigo-civil-127560) , que s6lo autoriza para casos dudosos, que se observe lo que parezca mas conforme 4 la intencién del testador; porque la cldusula 22.a de! testamento no admite duda, por ser su redaccién perfectamente clara y explicita, y sin embargo, la sentencia recurrida prescinde del tenor literal de dicha disposicién, procurando explicar su sentido por medio de una interpretacién innecesaria; pero aun suponiendo ésta admisible, ni estudiadas aisladamente ni relacionadas entre si, demuestran las disposiciones testamentarias del Marqués de Vista Alegre otra cosa que su voluntad de legar 4 los colonos 4 que se refiere la cldusula 22.2 los bienes en la misma determinadamente sefialados; y sibien, procurando demostrar lo contrario, se pretende que existe contradiccién entre dicha cléusula 22.a y las 24.a y 25.a, porque en ellas se llama al legado al cultivador material de las fincas el dia del fallecimiento del testador, y de ser el texto literal su verdadera intencién, deberia llamarse al que lo fuera el 11 de Enero de 1877, los legados 4 que se refieren las cléusulas 22.a, 23.a, 24.a y 25." son distintos entre si; y aparte de eso, aunque, como es natural, haya entre ellos diferencias en cuanto 4 si han de recibir los legados los cultivadores materiales de las fincas 4 lamuerte del testador 6 los que lo fueran en la fecha del testamento, no existiria tampoco la contradiccién Si se pretende, porque el testador no sefialé personalmente 4 los legatarios, deduciéndose de aqui que su objeto fué favorecer 4 los colonos, sin fijarse en si serian los mismos los que en 1877 cultivaban las tierras y los que las cultivasen después; y por mas que se da también gran importancia en la sentencia recurrida al hecho de manifestar que dejaba distribuido todo su caudal, y que éste no pasaria 4 sus herederos abintestato, de lo que se deduce otra ilusoria contradiccion, la de que, si la cldusula 22.a se entendiera en su sentido literal, quedarian sin distribuir los bienes adquiridos después del 11 de Enero de 1877, es claro que del hecho de haber dejado el testador en el testamento de esa fecha distribuido todo su caudal, es consecuencia inmediata que nada habian de percibir los herederos abintestato, y que el testador no podia hacer otra cosa, 4 no pretenderse que en el caudal comprendiera y distribuyera bienes que atin no habia adquirido; asi, pues, todos los que entonces le pertenecian, distribuidos quedaron, y side los adquiridos después no dispuso expresamente en el testamento de 7 de Agosto de 1893, agregé, en cambio, importantes y cuantiosos legados, y ordené en la clausula 38.2 de su primer testamento, que se vendieran todos los bienes que no estuviesen arrendados y carecieran de llevador, dejando dispuesto también el empleo de sus productos, afirmando asi su voluntad de que no participaran del caudal los herederos abintestato; pero sea de ello lo que quiera, esta es una cuestién independiente de la que aqui se discute, y no se puede entrar en averiguaciones sobre si quedaron en la herencia bienes sin destino determinado, ni aunque esto fuera cierto, tienen los colonos derecho 4 reclamarlos por la sola razén de que existan y no deban pasar 4 los herederos abintestato; y aun demuestra més y més que, al emplear el testador en la clausula 22.2 las palabras "que hoy me pertenecen», no quiso valerse de una expresién ambigua el que en otras cldusulas distingue perfectamente de tiempos, refiriendo sus disposiciones al momento presente y ampliéndolas también al futuro; pues ya se ha visto como hace esa distincién en la cléusula 24.a; en la 31.a habla de los bienes que entonces le pertenecian y que le pudieran pertenecer; en la 32.a y 33.a, de las casas que le pertenecieran en Infiesto; y en la 38.a, al mandar que se vendieran todos los bienes que no estuvieran arrendados y carecieran de llevadores, no dice, como en la 22.a, de los que hoy le pertenezcan; y no puede ser Iicito distinguir donde el testamento no distingue, ni aventurarse en suposiciones cuando existen hechos claros y precisos 4 que atenerse; resultando, por tanto, que ni del sentido literal de la clausula 22.a, ni de la interpretacién que se le quiere dar, cambiando esta disposicién con otras del testamento, se deduce derecho alguno en favor de los colonos que reclaman los bienes del legado, el cual no sélo aleanza 4 los colonos de los bienes que pertenecian al Marqués de Vista Alegre en 11 de Enero de 1877, fecha de su testamento. Visto, siendo Ponente el Magistrado D, Ricardo Gullén: CONSIDERANDO Considerando que la cuestién planteada, discutida y resuelta en el pleito, se reduce 4 deciarar si los colonos de fincas adquiridas por el Marqués de Vista Alegre, con posterioridad al dia 11 de Enero de 1877 en que otorgé su primer testamento, estén comprendidos en la cléusula 22.a de éste, en la cual dispuso lo siguiente: "Lego a todos aquellos de mis colonos que por bienes propios de los mismos no paguen mas de 200 reales anuales de contribucién territorial, con inclusién de recargos, todos los bienes que cada uno de ellos tenga en colonia, de los que hoy me pertenecen por herencia de mi sefior padre y por compra y permuta, 4 excepcién de los que de dicha procedencia sefialaré» Considerando que el art. 675 (http://legislacion.viex.es/vid/codigo-civil-127560) del Cédigo civil (hitp:/Negislacion. viex.es/vid/codigo-civi-127560) establece que toda disposicién testamentaria debera entenderse en el sentido literal de sus palabras, 4 no ser que aparezca claramente que fué otra la voluntad del testador; y de acuerdo con este precepto, que era fundamental también en la antigua legistacién, se ha declarado reiteradamente por la jurisprudencia, entre otras cosas, que no pueden extenderse las decisiones testamentarias 4 mas de lo que su tenor literal expresa, y que sélo se hallan autorizadas las interpretaciones cuando la oscuridad 6 la duda las hace absolutamente precisas para una acertada resolucién: Considerando que la transcrita cléusula 22.a, por los términos categéricos en que esta redaciada, no necesita interpretacién, ni se presta 4 duda de ninguna clase, puesto que el tiempo en que se emplea el verbo pertenecer y el adverbio hoy que le precede, contrastan con las frases bienes queme pertenecen y me puedan pertenecer, bienes que me pertenecen 6 pertenezcan, consignadas en las cldusulas 31.a, 32.ay 33.a, y evidencian la voluntad del testador, al decir los bienes que hoy me pertenecen; por cuya razén, sin violentar, olvidar 6 desconocer la significacién gramatical de estas palabras, no cabe incluir en el legado de que s¢ trata d los colonos de fincas adquiridas por ol Marqués de Vista AIG ggp aartaeyidad al diagRay ¢ otorgé su testamento: Considerando que tampoco hay necesidad de combinar dicha cldusula con otras, nies permitido ampliar el alcance de aquélla, ya entendiendo con error el adverbio hoy, en el sentido meramente indicativo de la condicién de los bienes que entonces pertenecian al testador, con relacién 4 otros que acaso pudieranpertenecerle, ya suponiendo una contradiccién que no existe, entre la cldusula 22.a y las dos siguientes, las cuales se refieren al legado de los bienes adjudicados por herencia materna y al de los derechos y acciones correspondientes 4 los bienes de las capellanias, ya apoyandose en la clausula 51.a, en la que manifests el testador que no hacia institucién de heredero por haber distribuido todo su caudal, y si algo quedase, lo distribuirdn los testamentarios conforme 4 sus instrucciones para que no procediese el abintestato; manifestacién de la cual no nace derecho alguno 4 favor de los colonos, y que sélo demostraria que el Marqués dispuso de todos los bienes mencionados en el mismo testamento; y Considerando que, por lo que se deja expuesto, la sentencia recurrida, al declarar que corresponden en propiedad 4 los demandantes los bienes reclamados por ellos en concepto de legado del Marqués de Vista Alegre, infringe los preceptos y doctrinas legales invocados en los motivos primero, tercero y cuarto FALLAMOS Fallamos que debemos deciarar y declaramos haber lugar al recurso de casacién interpuesto por D. Luis Caso de los Cobos y Valdés y Don Ramén Suarez de Leén, como testamentarios de D. Luis Maria Unquera y Antayo, Marqués de Vista Alegre; y en su consecuencia, casamos y anulamos la sentencia que en 4 de Marzo del afio titimo dicts la Sala de lo civil de la Audiencia de Oviedo; y devuélvase 4 los recurrentes el depésito constituido. Asi por esta nuestra sentencia, que se publicard en la Gaceta é insertard en la Coleccién Legistativa, paséndose al efecto las copias necesarias, lo pronunciamos, mandamos y firmamos, José de Aldecoa. Ricardo Gullén. Diego Montero de Espinosa. José de Caceres. Ter 902.301.402 Condiciones de uso (hitp:lviex esicondiciones-de-uso) ©2015 vLex.com Todos los derechos reservados Habla ahora con un abogado | A

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