"Est enfermo de la
cabeza", murmuraban los
pajes.
"Nos est tomando el
pelo", aseguraba un
marqus con peluqun.
Y un pelotn de
sirvientes aseaban la
melena de su
monarca.
El diagnstico fue
tajante: Cortarse
la pelambre! Pero
ya!
Al Rey se le pusieron
los pelos de punta.
Entonces, sus
subditos fueron
hasta paracio para
exigirle, que por
el bien de todos
sse rapara
rendir.
Entonccli, al final se tu'tllJlue
1'.'if/a de todos,
Ya
de vergen1a.
lo peor del mundo!
:i rcj!ocijo y el
bienestar retornaron
al Hcino!
y l os piojos, por donde