Está en la página 1de 16

X JORNADAS CUYANAS DE GEOGRAFIA

TERRITORIO E IDENTIDAD. EL CASO DE LOS


PUEBLOS ORIGINARIOS ARGENTINOS. 1

Eje temático: Conflictos y perspectivas de la


integración territorial.

Lic. Matías A. Alamo.2

Introducción

El presente trabajo tiene como propósito analizar las


relaciones existentes entre los conceptos de territorio e
identidad y los pueblos originarios que habitan nuestro
país, en particular las comunidades mapuches presentes
en la provincia de Neuquén.

Intentamos abordar al territorio como referente


identitario de las prácticas culturales llevadas a cabo por
las comunidades indígenas.

Para ello, procuraremos precisar previamente


algunas cuestiones teóricas de importancia para el
desarrollo del mismo.

Como punto de partida definimos al territorio, como


una construcción social que puede representarse como
un conjunto de relaciones sociales y naturales, donde el
poder juega un papel preponderante en la determinación
de las vinculaciones que se concentran en dicho espacio.
Asimismo estas relaciones de poder y conflicto lo
atraviesan y le imprimen una dinámica propia, que se
modifica permanentemente produciendo periodos de
desterritorialización y reterritorialización, es decir la
construcción de un nuevo territorio y la destrucción del
anterior.

Respecto de los procesos de desterritorialización,


éstos afectan a los siguientes grupos sociales:
refugiados, migrantes, desplazados y pueblos sin estado,

1
La presente comunicación forma parte de la investigación
llevada a cabo en el Proyecto SECYT 24/G044 “Estudio
geográfico integral del corredor bioceánico norpatagónico:
Tercera parte.” Directora: Lic. Ilda FERRERA-
iferrera@criba.edu.ar
2
Docente e Investigador del Departamento de Geografía y
Turismo- Universidad Nacional del Sur-Bahía Blanca-
Argentina. Correo electrónico: malamo@uns.edu.ar
en esta última categoría incorporamos a los pueblos
originarios, que es el caso que nos ocupa.

Coincidimos con Edward Said en cuanto al


estrecho vínculo existente entre aquellos procesos y la
identidad, sobre todo en estos tiempos donde nos
encontramos con “…un mundo donde las identidades
están siendo cada vez más, si no totalmente
desterritorializadas (1979: 18)…”3.

Continuando con el análisis del territorio, Capellá


señala que este “…se convierte en el marco cotidiano
(presente) e histórico (pasado) de un colectivo que
encuentra en él su legitimidad. Se establece como la guía
o proyecto sobre el que se canalizan los esfuerzos
puntuales e individuales dando un sentido colectivo a la
obra y a nuestras experiencias...”4.

Entonces el territorio además de ser un área


definida donde un grupo social se asienta y ejerce un
cierto control, se trasforma en el sustento de las
identidades sociales, en el espacio de identificación y
pertenencia por excelencia.

Este es considerado por los pueblos originarios,


más allá de su carácter económico -productor de
recursos naturales-, es concebido como una totalidad que
abarca los elementos físicos, culturales e ideológicos.

No podemos dejar de hacer mención a las palabras


de Sack refiriéndose al territorio como”…un lugar más
allá de su dimensión física, como una experiencia vital
que integra naturaleza, significado y relaciones
sociales...”5.

Es en este sentido que debemos pensar al territorio:


como una totalidad, donde se relacionan procesos
sociales y naturales.

Ampliando las ideas de Sack, él mismo afirma que


“…Si concebimos el lugar o el área como el naturalista,
tenderemos quizás a enfatizar el rol del espacio
geométrico y del lugar en cuanto a ubicación en dicho
3
GUPTA, Akhil y FERGUSON, James: “Mas alla de la cultura:
Espacio, identidad y la politica de la diferencia”, en Biblioteca
Virtual de Ciencias Sociales. 1997. p.6.

4
CAPELLÁ, Hugo: “Territorio y cultura”. Dossier de lecturas.
Universidad Nacional del Sur, Departamento de Geografía y
Turismo, Bahía Blanca. 2003. p. 29.
5
VELASCO ORTIZ, Maria L.: “Identidad cultural y territorio: una
reflexion en torno a las comunidades transnacionalesentre
Mexico y Estados Unidos”, en Región y Sociedad, Vol. IX.
Numero 15. Sonora. 1998. p.114.

2
espacio. Si observamos el lugar o el espacio desde el
ámbito social, podríamos todavía considerarlo como un
aspecto del mundo natural, pero también atribuirle una
especificidad o singularidad, simplemente debido a que
nuestra falta de generalizaciones y leyes sobre el
comportamiento humano no nos asegura que los eventos
e interconexiones en un lugar en particular sean
efectivamente repetibles. Además podríamos
considerarlo como un territorio construido socialmente
(Sack, 1986)…” 6

En tal sentido Barros afirma que el concepto de


lugar “…aparece ligado al de comunidad por una especie
de magia simpática, por medio de la cual un concepto de
raíz antropológica se asimila a uno de raíz geográfica-
lugar-, a lo que luego se le sumará, como consecuencia
lógica de la existencia de una comunidad, la identidad
que pasa así de ser un concepto que relaciona individuos
particulares con comunidades de referencia, a ser un
concepto que relaciona individuos con lugares como
ámbitos geográficos diferenciados…”. 7

Esto nos muestra la vinculación entre la comunidad,


la identidad y el lugar. Por lo tanto la noción de territorio
nos permite articular, a través de una mirada
multidimensional, el análisis de las relaciones de
dominación, las luchas por los recursos naturales y la
conformación de identidades étnicas, de forma que
dichas problemáticas aparecen imbricadas entre sí.
Aquella se constituye en un elemento concentrador de las
prácticas culturales de los pueblos originarios.

Destacamos el papel que juega el territorio en la


idiosincrasia de los mapuches y cómo está
profundamente relacionado con la identidad de dicho
pueblo que se conforma con la presencia de elementos
culturales tradicionales y ancestrales, permitiendo
distinguir al grupo frente a otros que coexisten en un
espacio determinado.

En este caso es necesario considerar al territorio


como un elemento configurador de la identidad en la
medida en que la lucha por permanecer en sus tierras
enfrenta a los pueblos originarios con otros actores, entre
los que se destacan, el Estado que, en algunos casos
convalida el accionar de las grandes empresas
transnacionales y poderosos terratenientes.
6
-SACK, Robert.: “El lugar y su relacion con los recientes
debates interdisciplinarios”, en Document’s d’ Análisi
Geográfica, 12. 1988. p. 227
7
BARROS, Claudia: “Reflexiones sobre la relacion entre lugar y
comunidad”, en Document’s d’ Análisi Geográfica, 37. 2000.
pp.84-85

3
Observamos cómo la defensa territorial está en las
bases de la organización indígena y de su identidad
colectiva. El territorio constituido a partir de un espacio
físico determinado, es el lugar donde se asienta su
estructura social y desde donde se organiza la acción
colectiva.

Otra de las nociones que debemos tener presente


al analizar la relación entre el territorio y la identidad, es
la de movimientos sociales. Citando a Zibechi, destaca
que “…las nuevas territorialidades son el rasgo
diferenciador más importante de los movimientos sociales
latinoamericanos y lo que les está dando la posibilidad de
revertir la derrota estratégica. A diferencia del viejo
movimiento obrero y campesino -en el que estaban
subsumidos los indios-, los actuales movimientos están
promoviendo un nuevo patrón de organización del
espacio geográfico, donde surgen nuevas prácticas y
relaciones sociales (Porto, 2001; Fernandes, 1996: 225-
246). La tierra no se considera sólo como un medio de
producción, superando una concepción estrechamente
economicista. El territorio es el espacio en el que se
construye colectivamente una nueva organización social,
donde los nuevos sujetos se instituyen, instituyendo su
espacio, apropiándoselo material y simbólicamente…”. 8

Por lo antes expuesto el territorio y las identidades


están profundamente conectados, siendo el primero
modelado a lo largo del tiempo por procesos culturales e
ideológicos, y su producción es una constante interacción
entre dominación y resistencia social.

Resulta también necesario precisar un concepto de


pueblos originarios. Para ello hemos seleccionado una
definición elaborada por el relator especial de las
Naciones Unidas quien señala que “…Son comunidades,
pueblos y naciones indígenas, los que, teniendo una
continuidad histórica con las sociedades anteriores a la
invasión precoloniales que se desarrollaron en sus
territorios, se consideran distintos de otros sectores de
las sociedades que ahora prevalecen en esos territorios o
en partes de ellos. Constituyen ahora sectores no
dominantes de la sociedad y tienen la determinación de
preservar, desarrollar y transmitir a futuras generaciones
sus territorios ancestrales y su identidad étnica como
base de su existencia continuada como pueblo, de
acuerdo con sus propios patrones culturales, sus
instituciones sociales y sus sistemas legales…”. 9
8
ZIBECHI, Raúl:”Movimientos sociales latinoamericanos:
tendencias y desafíos. Los nuevos rostros de los de abajo”. En
Diario La Jornada // Masiosare 302. 2003
9
MARTINEZ COBO, José: “Estudio del problema de la
discriminación contra las poblaciones indígenas”. Vol. 5 .Nueva

4
En tal sentido observamos la importancia que se le
otorga a los territorios ocupados por los pueblos
originarios tanto en el pasado como en el presente y la
identidad étnica como rasgo particular y distintivo que los
caracteriza.

Asimismo “…La categoría pueblos indígenas es un


reconocimiento externo de su constitución como grupo
étnico plural. Lo que los une en esa categoría es su
definición como descendientes de los habitantes
originales de una región geográfica antes de la
colonización y que han mantenido un total o parcialmente
sus características lingüísticas, culturales y de
organización social (DelÄlamo, 2003:7)…”10 Es una
diferenciación hacia los otros en términos de identidad de
estos grupos sociales.

Citando la Constitución Nacional, reformada en el


año 1994; en su Primera Parte, Capítulo Cuarto
“Atribuciones del Congreso”, Artículo 75° Inciso 17
establece el expreso reconocimiento de los derechos de
los pueblos originarios al incluir dicha temática dentro de
las atribuciones legislativas del mencionado cuerpo. Para
una mayor comprensión nos permitimos citar el artículo
indicado: “Corresponde al Congreso: ... “Reconocer la
preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas
argentinos. Garantizar el respeto a su identidad y el
derecho a una educación bilingüe e intercultural;
reconocer la personería jurídica de sus comunidades, y la
posesión y propiedad comunitaria de las tierras que
tradicionalmente ocupan; y regular la entrega de otras
aptas y suficientes para el desarrollo humano; ninguna de
ellas será enajenable, transmisible ni susceptible de
gravámenes o embargos. Asegurar su participación en la
gestión referida a sus recursos naturales y a los demás
intereses que los afecten. Las provincias pueden ejercer
concurrentemente estas atribuciones.”11

Además el Estado Nacional, a través de la Ley


24.071 ha ratificado en el año 2000, el Convenio 169 de
la Organización Internacional del Trabajo, sobre Pueblos
Indígenas y tribales en países independientes, que
señala:
“Articulo 13:

York. Naciones Unidas. 1987. p.30.


10
En REVILLA BLANCO, Marisa: “Propuesta para un analisis
del movimiento indigena como movimiento social”, en Política y
Sociedad, Vol. 42. Numero 2. Madrid. 2005. p. 54.
11
CONSTITUCIÓN DE LA NACIÓN ARGENTINA: Plus Ultra,
Buenos Aires, 1997.

5
1- Los gobiernos deberán respetar la importancia
especial que para las culturas y valores espirituales de
los pueblos interesados reviste su relación con las tierras
o territorios, o con ambos, según los casos, que ocupan o
utilizan de alguna otra manera, y en particular los
aspectos colectivos de esa relación.
2- La utilización del termino “tierras” en los artículos
15 y 16 deberá incluir el concepto de territorios, lo que
cubre la totalidad del hábitat de las regiones que los
pueblos interesados ocupan o utilizan de alguna otra
manera.

Con la trascripción de los fragmentos de la Carta


Magna y la cita de la Ley 24.071 queremos resaltar la
importancia aparente que le otorga el Estado Nacional a
la cuestión indígena, particularmente a la cultura y a la
posesión y propiedad comunitaria de las tierras
pertenecientes a los pueblos originarios, aunque es
preciso señalar que este reconocimiento es sólo formal,
porque el Estado se encuentra indiferente ante la
problemática real que padecen las comunidades, en
particular la Mapuche, y a la lucha que deben afrontar
para lograr el respeto y cumplimiento efectivo de sus
derechos.

El derecho a la tierra es el derecho colectivo más


importante que congrega a los movimientos indígenas
para luchar en forma sostenida por la posesión y la
propiedad comunitaria de sus territorios. La noción de
propiedad tiene, para los mapuches, para su modo de
entender el mundo, un significado particular. En su
cosmovisión, el hombre y la naturaleza forman una
unidad, el hombre es parte de la naturaleza, no la posee
sino que participa de ella.

La construcción del territorio es producto de las


prácticas materiales que determinados grupos humanos
llevan a cabo en los sitios que ocupan. Así en la
estructura y dinámica espacial se conjugan diversas
formas de pensar y actuar que imprimen un carácter
distintivo a los lugares donde las acciones colectivas se
manifiestan y construyen nuevos territorios.

Podemos afirmar que los territorios se construyen a


partir de las prácticas sociales realizadas en ellos a lo
largo del tiempo.

Los procesos culturales forman parte de la


construcción identitaria de los movimientos indígenas, es
por ello que en el proceso de construcción de esta
identidad, las formas surgidas en el territorio son muy
importantes. El ser humano está estrechamente
relacionado al espacio en el que vive; el origen social, los
hábitos, las creencias, las experiencias y la posición que

6
ocupa en cada ámbito de la vida van forjando su manera
de mirar el mundo y de representarse en él.

Habiendo conceptualizado al territorio y a los


pueblos originarios, debemos analizar ahora la noción de
identidad, la cual se constituye sobre la base de un
complejo de creencias, valores, emociones, prácticas
sociales, económicas y religiosas que se materializan en
el territorio.

Así, entendemos a la identidad como “…el producto


dinámico de complejos procesos sociales, que resume
todo aquello que hace posible la existencia y señalización
de un nosotros. La identidad se construye socialmente en
la interacción entre individuos y grupos, y podría ser
pensada como un proceso de selección y fortalecimiento
de bienes simbólicos uniformes y practicas comunes. Sin
embargo no podemos dejar de señalar que la misma no
depende únicamente de un patrimonio cultural exclusivo,
sino que sus bases y límites son variables, y apelan a
diversos factores. Entre ellos el contraste con otro
diferenciado, y la identificación con otro significativo, que
se supone semejante. Ambos implican procesos
subjetivos y de contenido emotivo, que definen la
capacidad convocante de la identidad (Bartolomé, 1997)
…”12

Entonces, pensamos a la identidad étnica como un


proceso social que permite, dentro de la diversidad de
grupos sociales, su diferenciación.

En palabras de Bello las identidades étnicas son


definidas como “…un conjunto de repertorios culturales
interiorizados, valorizados y relativamente estabilizados,
por medio de los cuales los actores sociales se
reconocen entre si, demarcan sus fronteras y se
distinguen de los demás actores dentro de un espacio
históricamente especifico y socialmente estructurado…”.
13

Al reconocerse como aborígenes, los miembros de


las comunidades indígenas, están también,
estableciendo su territorio marcando sus límites en
relación con el otro.

12
En DIEZ, Marcela: “Inmigración, identidad y religiosidad: la
participación de los inmigrantes chilenos residentes en Bahía
Blanca en las iglesias evangélicas pentecostales”, en:
CERNADAS DE BULNES, Mabel (Comp.), Historia, Política y
Sociedad en el Sudoeste Bonaerense, Bahía Blanca. Editorial
de la Universidad Nacional del Sur. 2001. p.329.
13
En REVILLA BLANCO, Marisa: “Propuesta para un analisis
del movimiento indigena como movimiento social”, en Política y
Sociedad, Vol. 42. Numero 2. Madrid. 2005. p. 53.

7
Por otro lado Melucci define a la identidad colectiva
como “… interactiva y compartida, producida por varios
individuos y que concierne a las orientaciones de acción y
el ámbito de oportunidad y restricciones en el que tiene
lugar la acción: por “interactiva y compartida”, entiendo
una definición que debe concebirse como un proceso,
porque se construye y negocia a través de la activación
repetida de las relaciones que unen a los individuos…”.14

Entendemos que la condición étnica es el punto de


partida para la construcción identitaria de los movimientos
indígenas. Coincidimos con Stavenhagen cuando
menciona que “…Uno de los elementos fundamentales
de la identidad india en América es su territorialidad (…)
pertenecer a un grupo indígena significa tener la
conciencia de poseer un territorio y mantener vivo un
vínculo especial con la tierra”.15

El territorio reclamado se constituye así, en un


espacio dotado de significados para el grupo social que
lo habita, un espacio cargado de sentido, ya que por él
transitaron antiguas generaciones dejando su impronta.
Señala Bello”…el territorio no es una abstracción, sino
mas bien un referente –simbólico y material-ligado a
experiencias concretas…”.16

La conexión entre territorio e identidad se torna


sumamente significativa porque la lengua, la escritura, la
religión, la espiritualidad, las costumbres se materializan
en el espacio, dotándolo de un significado único y
particular.

Por ello planteamos la defensa del territorio como


fuente de vida inseparable de las prácticas culturales de
los pueblos originarios, en particular su identidad étnica.

“…En el proceso de construcción de la identidad


indígena lo que ocurre es que ser indio pasa a ser un
orgullo y un recurso para la movilización contra los
agravios a la cultura, la etnia, la lengua y las costumbres,

14
MELUCCI, Alberto: “Asumir un compromiso: identidad y
movilización en los movimientos sociales”, en Revista Zona
Abierta, nro. 69, Madrid, 1994. p.172.
15
GUTIERREZ, Paula: “La lucha por la tierra en Río Negro. El
Consejo Asesor Indígena”, en: GIARRACCA, Norma y otros, La
protesta social en Argentina. Transformaciones económicas y
crisis social en el interior del país, Alianza, Buenos Aires, 2001.
p. 308
16
BELLO, Álvaro: “Etnicidad y ciudadania en America Latina. La
accion colectiva de los pueblos indigenas”, Santiago de Chile,
2004, CEPAL. p.101.

8
así como contra el despojo de los territorios indígenas y
la discriminación (Velasco, 2003: 56)…” 17

El caso de las comunidades Mapuches Neuquinas

Nuestro estudio se centrará en las comunidades


Mapuches, dada la importante presencia que tiene este
pueblo en la provincia de Neuquén.

Corresponde en primer lugar, describir


someramente las características geográficas de la
provincia citada.

La misma se encuentra ubicada en el sudoeste de


nuestro país, en la Región Patagónica y limita al Norte
con la provincia de Mendoza, al Sur y Este con la de Río
Negro y al Oeste con la República de Chile, siendo su
superficie de 94.078 Km2. La población, según datos
obtenidos (Censo 2001), asciende a 474.155 habitantes,
siendo urbana en un 86,3 % y rural en un 13,7 %.18

En segundo término nos referimos al pueblo


Mapuche, el cual es originario de América del Sur, se
encontraba asentado en la zona central de la Republica
de Chile, que se extendía desde Santiago hasta la isla de
Chiloé en el extremo meridional, mientras que, en la
Republica Argentina se extendía en estas mismas
latitudes, desde la provincia de Buenos Aires hasta la
provincia de Río Negro, desde las costas del Océano
Pacífico hasta el Atlántico.

En la actualidad se ubica en el área central de Chile


y en las provincias argentinas de Neuquén, Río Negro y
parte de Buenos Aires. Este pueblo, cuyos antecesores
se establecieron en el valle central de Chile se extendió
por el sur y hacia el oeste, ocupando el norte y centro de
la actual provincia de Neuquén.

Los mapuches ingresaron en el actual territorio


argentino a partir del Siglo XVII. Se autodenominan
“hombres de la tierra”, constituyéndose en uno de los
pueblos más luchadores frente a la conquista y
colonización española. La relación con su territorio no
sólo abarca el ámbito de subsistencia material, también
se encuentra allí su expresión espiritual, su cosmovisión,
la forma en que representan al mundo, y su relación con
las fuerzas sobrenaturales. Esta relación con su tierra
explica su voluntad de independencia, que mantuvieron
17
En REVILLA BLANCO, Marisa: “Propuesta para un analisis
del movimiento indigena como movimiento social”, en Política y
Sociedad, Vol. 42. Numero 2. Madrid. 2005. p. 54.
18
Fuente INDEC. Censo Nacional de Población, Hogares y
Vivienda 2001.

9
por más de tres siglos y medio, luchando sin tregua por la
libertad. Sus principales actividades de subsistencia eran
la caza, pesca y recolección de los frutos –piñon- del
pehuén-Araucaria Araucana.

De acuerdo a los datos obtenidos en la Encuesta


Complementaria de Pueblos Indígenas (ECPI) 2004-
2005, en las provincias de Chubut, Neuquén, Río Negro,
Santa Cruz y Tierra del Fuego se encuentran 76.606
personas que pertenecen al pueblo Mapuche, mientras
que en la Ciudad de Buenos Aires y los 24 partidos del
Gran Buenos Aires, encontramos 8.693 personas, por
último en la Pampa y resto de la provincia de Buenos
Aires, hallamos a 19.689, lo que arroja un total de
104.988 personas en todo el país.19

En este sentido la provincia de Neuquén cuenta con


más del 10% de su población de origen mapuche, la
mayoría convive en las 37 comunidades que se
encuentran en la provincia20, entre las que se destacan:
Vera, Cayun, Curruhuinca, Paichil Antreao, Aigo,
Lafquenche, Raquithué, Ñorquinco, Quintriqueo, Payla
Menuco, Linares, Wiñoy Train Raquizuan, Kaxipayiñ,
Paynemil y Logko Purran.

Remitiéndonos nuevamente al análisis de las


normas establecidas en nuestro país, la legislación de la
Provincia de Neuquén establece en su Constitución
provincial -reformada en febrero del año 2006, como
consecuencia del sostenido reclamo y las numerosas
movilizaciones realizadas por las comunidades
pertenecientes a la Confederación Mapuche Neuquina
(CMN).

Para ello es preciso citar su artículo 53, ubicado en


la Primera Parte: Declaraciones, derechos y garantías;
Título II: Derechos; Capítulo II: Derechos sociales,
Pueblos indígenas, que afirma: “La Provincia reconoce la
preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas
neuquinos como parte inescindible de la identidad e
idiosincrasia provincial. Garantiza el respeto a su
identidad y el derecho a una educación bilingüe e
intercultural. La Provincia reconocerá la personería
jurídica de sus comunidades y la posesión y propiedad
comunitaria de las tierras que tradicionalmente ocupan, y
regulará la entrega de otras aptas y suficientes para el
desarrollo humano; ninguna de ellas será enajenable, ni
transmisible, ni susceptible de gravámenes o embargos.
19
Fuente INDEC. 2004-2005, Encuesta Complementaria de
Pueblos Indígenas (ECPI).Complementaria del Censo Nacional
de Población, Hogares y Viviendas 2001.
20
En: www.endepa.org.ar [consultado: 19 de diciembre de
2007]. Sitio del Equipo Nacional de Pastoral Aborigen.

10
Asegurará su participación en la gestión de sus recursos
naturales y demás intereses que los afecten, y promoverá
acciones positivos a su favor.”

Tomamos como idea lo expuesto por Velasco Ortiz


en relación “…a pensar a la territorialidad como una
forma de experiencia y apropiación sociocultural del
territorio…”21

La protesta de las comunidades mapuches


tendiente a hacer valer los derechos preexistentes sobre
sus territorios, a obtener los títulos de propiedad
comunitarios y a manejar los recursos naturales
presentes en ellas, profundiza los lazos de identidad,
solidaridad, cooperación y pertenencia que se establecen
entre todos los miembros del grupo social.

Esta estrategia identitaria desarrollada por los


pueblos originarios tiende a fortalecer la red social
potenciando la movilización de identidades culturales en
un espacio geográfico determinado. El fortalecimiento de
las redes sociales ha incrementado la visibilidad social
del pueblo Mapuche, multiplicándose los espacios de
representación étnica que se despliegan como
estrategias de auto afirmación.

A partir de algunos casos seleccionados,


intentamos mostrar como la identidad étnica se
transforma en un rasgo distintivo y característico de las
prácticas culturales mapuches para luchar y reclamar por
su territorio.

En el año 2002, representantes de las comunidades


Aigo, Vera, Corruhuinca pertenecientes al Parque
Nacional Volcán Lanín cortaron el camino al Cerro
Chapelco, reclamando por la contaminación del Cerro y
los cursos de agua aledaños, mostrando públicamente, la
cantidad de niños y adultos enfermos por beber el agua
contaminada con efluentes cloacales. La medida de
fuerza fue el último recurso tras esperar durante años que
actúe la justicia. Representantes de las comunidades
Mapuches antes mencionadas habían llevado la denuncia
a representantes de la justicia provincial, que
comprobaron -después de los cortes realizados- el nivel
de contaminación altísimo que había en el lugar.

Otro de los acontecimientos relacionados con la


problemática, es el ocurrido en setiembre del 2004
cuando la comunidad Paichil Antreao se movilizó en
defensa de su territorio reclamando por la tala
21
VELASCO ORTIZ, Maria L.: “Identidad cultural y territorio:
una reflexion en torno a las comunidades transnacionalesentre
Mexico y Estados Unidos”, en Región y Sociedad, Vol. IX.
Numero 15. Sonora. 1998. p. 125.

11
indiscrimina de los bosques nativos y la extracción de
arena volcánica que realizaba la provincia de Neuquén en
la ladera del Cerro Belvedere, a la vera del Lago
Correntoso, en la localidad de Villa La Angostura.

Estas acciones se complementaron con la


presentación de una acción de amparo en forma conjunta
con el Centro de Derechos Humanos y Ambiente
(CEDHA) ante el Juzgado Civil de Primera Instancia de
Junín de los Andes, el cual, a través de la sentencia
pronunciada por su titular, la Jueza González de Galván,
reconoció la legitimidad de la comunidad mapuche a
formular el reclamo, corroborando el daño ambiental que
ocasiona la tala de especies vegetales autóctonas, y
dispuso que la provincia de Neuquén debería cesar con
la tala y la extracción de áridos en la ladera del Cerro
Belvedere.22

Coincidimos con Revilla Blanco cuando afirma que


“…Esa resignificación de lo indígena, en la apropiación
de la identidad étnica, permite el reconocimiento de lo
que une a los distintos grupos étnicos, es lo que
constituye la base de la capacidad de movilización y de
constitución del movimiento indígena…”.23

Por otro lado advertimos, en el plano económico,


que los procesos de privatizaciones de los recursos
naturales, particularmente, el del petróleo y el gas
desarrollado a principios de la década del noventa en
nuestro país, han convertido a los territorios de los
pueblos originarios en cotos de caza. Frente a esta
situación es poco lo que el Estado hace para defenderlos,
dándole la espalda y haciendo oídos sordos frente a sus
reclamos permanentes, en tanto privilegia otros intereses.

En tal sentido, en la provincia de Neuquén actúan


grandes empresas petroleras transnacionales, que
explotan en forma desmedida los recursos naturales,
dejando de lado las necesidades ambientales, sociales y
culturales de las comunidades aborígenes.

El 28 de diciembre del año 2.004, la comunidad


Logko Purran-ubicada a 20 Km. de Cutral- Co, sufrió una
violenta represión por parte de la policía de la provincia
de Neuquén, que intervino para que la empresa petrolera

22
RODRIGUEZ DUCH, Dario: “El derecho de las comunidades
originarias en las decisiones jurisprudenciales”, en Actas
Seminario Judicial Patagónico sobre el Derecho de las
Comunidades Originarias, Viedma, 2004.
23
En REVILLA BLANCO, Marisa: “Propuesta para un analisis
del movimiento indigena como movimiento social”, en Política y
Sociedad, Vol. 42. Numero 2. Madrid. 2005. p. 55.

12
Pionner Natural Resources pueda retirar sus camiones
con petróleo del territorio mapuche. Durante una semana
la comunidad cortó los caminos internos y denunció la
invasión por parte de la empresa multinacional
mencionada anteriormente.

Estas explotaciones económicas, muchas veces se


encuentran afincadas en los territorios que ocupan y que
son pretendidos por los pueblos mapuches generando
permanentes y constantes tensiones.

Observamos cómo lo expuesto anteriormente


resulta incompatible con la cosmovisión del pueblo
Mapuche y su vinculación con la naturaleza. Tal como se
expuso en la introducción, los mapuches establecen una
relación de cuidado y respeto por el territorio y sus
recursos naturales. Para poner un ejemplo, al sacar agua
de una vertiente, previamente se la saluda, se le explica
para qué la extraen y que sólo sacarán lo necesario para
subsistir, dado que el agua tiene una fuerza –un espíritu
propio-, siendo ello necesario para que la vertiente no se
agote.

Lo mismo ocurre cuando se va al campo a extraer


frutos del pehuén -considerado un árbol sagrado- o
cualquier otra planta que sirva para alimentarse o que
tenga propiedades medicinales.

Así, destacan que no se rompe el equilibrio y la


naturaleza mantiene lo necesario para que las personas
pedan vivir bien. Conocida es por todos la costumbre
mapuche, transmitida de generación en generación, que
antes de beber se devuelve el primer sorbo a la tierra
junto con una oración de agradecimiento. La religión se
basa en el permanente agradecimiento al creador, a las
personas y espíritus que les otorgan algo.

Consideraciones finales

Con el presente trabajo intentamos analizar las


relaciones que se establecen entre los conceptos de
territorio e identidad. Estos conceptos juegan un papel
fundamental para comprender la actual problemática por
la cual están atravesando los pueblos originarios
argentinos, en particular las comunidades mapuches
neuquinas en torno a su tierra.

Observamos cómo las comunidades mapuches a


través de sus prácticas culturales ancestrales tratan de
hacer valer los derechos preexistentes sobre sus
territorios, a obtener los títulos de propiedad comunitarios
y a manejar los recursos naturales presentes en ellas, lo
que profundiza los lazos de identidad, solidaridad,

13
cooperación y pertenencia que se establecen entre todos
los miembros del grupo social.

Identificamos dos procesos opuestos e


incompatibles que se desarrollan en forma simultanea en
el espacio analizado, por un lado las practicas realizadas
por el pueblo Mapuche, fortaleciendo su identidad y
buscando un desarrollo territorial basado en los aspectos
naturales y culturales y por otro lado como las acciones
desterritorializadoras del capital económico, direccionado
muchas veces por el Estado, trata de apropiarse en forma
ilegal de los territorios y los recursos naturales presentes
en ellos.

En tal sentido y para finalizar, nos permitimos


agregar un pensamiento de Cristian Calfuqueo, miembro
de la familia Calfuqueo Puel, que lucha por recuperar sus
tierras a orillas del Lago Aluminé en Villa Pehuenia, el
cual resume la importancia que adquiere para el pueblo
Mapuche el territorio y su identidad: “…La tierra no la
cambiamos ni por oro, ni plata ni mucho menos la vamos
a regalar, porque es nuestro pasado, presente y
futuro…”24

Bibliografía:

-ALAMO, Matias. 2007: “La lucha de los pueblos


originarios argentinos en torno al territorio . El caso de las
comunidades mapuches en la Provincia de Neuquen”, en
Actas Congreso Argentino-Chileno, Salta.

-BARROS, Claudia. 2000: “Reflexiones sobre la relacion


entre lugar y comunidad”, en Document’s d’ Análisi
Geográfica, 37. Barcelona.

-BELLO, Álvaro. 2004: “Etnicidad y ciudadania en


America Latina. La accion colectiva de los pueblos
indigenas”, Santiago de Chile, CEPAL.

-CAPELLÁ, Hugo. 2003: “Territorio y cultura”. Dossier de


lecturas. Universidad Nacional del Sur, Departamento de
Geografía y Turismo, Bahía Blanca.

-CONSTITUCIÓN DE LA NACIÓN ARGENTINA. 1997,


Buenos Aires. Plus Ultra.

-DIEZ, Marcela. 2001: “Inmigración, identidad y


religiosidad: la participación de los inmigrantes chilenos
24
LONKOPAN, Manuel, “La lucha de la comunidad Puel. El
mapuche vive y resiste en Villa Pehuenia” en:
http://www.nodo50.org/azkintuwe/feb16_2.htm
[consultado: 20 de febrero de 2008)

14
residentes en Bahía Blanca en las iglesias evangélicas
pentecostales”, en: CERNADAS DE BULNES, Mabel
(Comp.), Historia, Política y Sociedad en el Sudoeste
Bonaerense, Bahía Blanca. Editorial de la Universidad
Nacional del Sur.

-GUPTA, Akhil y FERGUSON, James. 1997: “Más allá de


la cultura: Espacio, identidad y la politica de la diferencia”,
en Biblioteca Virtual de Ciencias Sociales.

-GUTIERREZ, Paula. 2001: “La lucha por la tierra en Río


Negro. El Consejo Asesor Indígena”, en: GIARRACCA,
Norma y otros, La protesta social en Argentina.
Transformaciones económicas y crisis social en el interior
del país, Buenos Aires. Alianza.

-INDEC. 2001, Censo Nacional de Población, Hogares y


Viviendas.

-INDEC. 2004-2005, Encuesta Complementaria de


Pueblos Indígenas (ECPI).Complementaria del Censo
Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2001

-LEY 26.160 publicada en Boletín Oficial de la Republica


Argentina, 29/11/2006.

-MARTINEZ COBO, José. 1987: “Estudio del problema


de la discriminación contra las poblaciones indígenas”.
Vol. 5 .Nueva York. Naciones Unidas.

-MELUCCI, Alberto. 1994: “Asumir un compromiso:


identidad y movilización en los movimientos sociales”, en
Revista Zona Abierta, nro. 69, Madrid.

-RAMIREZ, Silvina. 2006: “La guerra silenciosa. Despojo


y resistencia de los pueblos indígenas”, Buenos Aires.
Capital Intelectual.

-REVILLA BLANCO, Marisa. 2005: “Propuesta para un


analisis del movimiento indigena como movimiento
social”, en Política y Sociedad, Vol. 42. Numero 2.
Madrid

-RODRIGUEZ DUCH, Dario. 2004: “El derecho de las


comunidades originarias en las decisiones
jurisprudenciales”, en Actas Seminario Judicial
Patagónico sobre el Derecho de las Comunidades
Originarias, Viedma.

-SACK, Robert. 1988: “El lugar y su relacion con los


recientes debates interdisciplinarios”, en Document’s d’
Análisi Geográfica, 12. Barcelona.

-VELASCO ORTIZ, Maria L. 1998: “Identidad cultural y


territorio: una reflexion en torno a las comunidades

15
transnacionalesentre Mexico y Estados Unidos”, en
Región y Sociedad, Vol. IX. Numero 15. Sonora.

-ZIBECHI, Raúl 2003:”Movimientos sociales


latinoamericanos: tendencias y desafíos. Los nuevos
rostros de los de abajo”. En Diario La Jornada //
Masiosare 302.

16

También podría gustarte