0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
52 vistas3 páginas
Artículo escrito con Manel Márquez, fundador de Kaosenlared, militante anticapitalista en Catalunya.
Ocurrió hace 43 años, el 3 de abril de 1973. “Ese día murió Manuel Fernández Márquez, Obrero. Pero no de cansancio, como morimos muchos. Pero no de accidente de trabajo, como seguimos muriendo. Pero no de hambre y de miedo, como quisieran que muriésemos. Murió por gritar que no quería morir por nada de eso. Murió por gritar Yo soy yo y mis compañeros”.
Artículo escrito con Manel Márquez, fundador de Kaosenlared, militante anticapitalista en Catalunya.
Ocurrió hace 43 años, el 3 de abril de 1973. “Ese día murió Manuel Fernández Márquez, Obrero. Pero no de cansancio, como morimos muchos. Pero no de accidente de trabajo, como seguimos muriendo. Pero no de hambre y de miedo, como quisieran que muriésemos. Murió por gritar que no quería morir por nada de eso. Murió por gritar Yo soy yo y mis compañeros”.
Artículo escrito con Manel Márquez, fundador de Kaosenlared, militante anticapitalista en Catalunya.
Ocurrió hace 43 años, el 3 de abril de 1973. “Ese día murió Manuel Fernández Márquez, Obrero. Pero no de cansancio, como morimos muchos. Pero no de accidente de trabajo, como seguimos muriendo. Pero no de hambre y de miedo, como quisieran que muriésemos. Murió por gritar que no quería morir por nada de eso. Murió por gritar Yo soy yo y mis compañeros”.
Ocurri hace 43 aos, el 3 de abril de 1973. Ese da muri Manuel
Fernndez Mrquez, Obrero. Pero no de cansancio, como morimos muchos. Pero no de accidente de trabajo, como seguimos muriendo. Pero no de hambre y de miedo, como quisieran que murisemos. Muri por gritar que no quera morir por nada de eso. Muri por gritar Yo soy yo y mis compaeros. As empezaba el poema que un compaero de trabajo comenz a leer en el funeral y que no pudo acabar porque la polica arremeti contra la multitud congregada para repudiar el crimen. Manuel Fernndez Mrquez, asesinado por el rgimen fascista en Sant Adri de Bess, haba nacido en Badajoz en 1946. Como miles de extremeos, tuvo que emigrar a buscarse las habichuelas fuera de su tierra, expulsado por los seoritos y caciques, huyendo de la asfixia econmica y moral del cortijo. Sus manos, que conocan ya la dureza de la siega y el trajn del acarreo, indagaban ahora una nueva lonja donde ser contratadas. Junto a su familia recal en tierras catalanas. All, junto a su padre y su hermano trabaj en las minas de Figols Bergued, y despus como montador en COPISA, una de las empresas que construa la central trmica del Bess, propiedad de FECSA-Endesa. Para entonces, cuando ocurri el crimen, viva en Santa Coloma junto a su mujer y a su hijo de dos aos. En aquellas fechas, los casi dos mil obreros de la central trmica, estaban en plena lucha. Reclamaban 40 horas semanales de trabajo, en lugar de las 56 que hacan, un incremento de los sueldos, cobrar el salario ntegro en caso de enfermedad y el derecho de reunin en la empresa. Formaban parte de aquel gigantesco sesmo de las Comisiones Obreras de Catalua, del minucioso trabajo de organizacin de la clase obrera durante ms de una dcada, un movimiento que se haba convertido, sin duda alguna, en el enemigo ms consciente y combativo del rgimen. Aquel 3 de abril, cuando el turno de las siete lleg a la central, las puertas de la trmica estaban cerradas. Un autntico ejrcito les esperaba: una brigada de polica especial trada desde Valladolid, un destacamento de polica nacional a caballo y un grupo de guardias civiles apostados en las dos torres de la central, componan aquella tropa de la vergenza. Los trabajadores pretenden entrar al centro de trabajo en grupo, como es habitual, pero la direccin de la empresa dice que han de hacerlo de cinco en cinco. Los trabajadores se niegan. Algunos de ellos, cortan la va del tren de cercanas y entonces se desencadena la represin dispuesta. En la 1
tercera carga, la polica ametralla directamente a los trabajadores. Serafn
Villegas Gmez, de 25 aos, es herido de bala y Manuel Fernndez Mrquez cae abatido mortalmente a su lado. El franquismo, ese rgimen que algunos han tratado de dulcificar calificndolo como autoritario, mat mucho y a conciencia. El cuento de la transicin hizo todo lo posible porque lo olvidramos, porque no recordramos esa era vil que describa irnicamente Jess Lpez Pacheco en un poema: Hijo, abrgate bien. Y ponte la bufanda. No vayas a coger alguna bala en los pulmones. Que no est el tiempo bueno todava. Pero el olvido est lleno de memoria. Y a pesar del meticuloso trabajo de los olvidadores y de la indecencia cmplice de los olvidadizos, el recuerdo de Manuel Fernndez Mrquez y de otros miles de luchadores antifascistas retorna con fuerza. Mi abuelo era de Extremadura y solo llevaba tres meses en Santa Coloma. Aos despus le dedicaron una calle en Sant Adri del Bess, la calle Manuel Fernndez Mrquez, una calle normal y corriente que tiene nombre de persona normal y corriente porque est dedicada a la memoria de un trabajador, como muchos otros, que la polica del rgimen de Franco mat sin que nadie entendiera por qu, escribira la nieta de Manuel, Ainhoa Fernndez, algunos aos ms tarde. Qu sera de nosotros sin la lucha de esas personas normales y corrientes, de esos Manuel Fernndez, Cipriano Martos, Victoriano Diego, Francisco Javier Verdejo, Pedro Patio y tantos otros, centenares de trabajadores asesinados por el franquismo, qu sera de nosotros sin esos hroes annimos dispuestos a jugarse una y otra vez el pellejo por la libertad y por los derechos! Regresa la memoria de Manuel Fernndez. Pero no lo hace slo como homenaje a una vida truncada, entregada al bien colectivo. Su ejemplo se carea con el presente, justo ahora cuando es ms necesario que nunca la organizacin y la rebelda de los trabajadores y cuando el poder vuelve a ensear las uas mugrientas de la represin. Yo soy yo y mis compaeros grit Manuel Fernndez. Yo soy yo y nuestras circunstancias, nuestra humildsima ribera, nuestro derecho a vivir con dignidad. El recuerdo de Manuel Fernndez vive en la lucha de las personas desahuciadas de su vivienda, en los nuevos emigrantes o refugiados que buscan el trabajo o la supervivencia fuera de su patria, en los trabajadores y trabajadoras que se organizan contra la explotacin y la precariedad, en los militantes como Alfon o Andrs Bdalo que pagan con crcel su compromiso con la clase obrera. Un chaparrn de memoria viene abriendo las puertas del futuro.
Manel Mrquez Fernndez, fundador de Kaos en la red y Manuel Caada
Porras, militante de los Campamentos Dignidad de Extremadura
Derechos humanos y justicia en Chile: Cerro Chena campo de prisioneros: Testimonio de torturas y ejecuciones ocurridas en 1973, condenadas en 2011 con penas mínimas
Siete caras de la Transición: Arias Navarro - Juan Carlos I - Adolfo Suárez - Manuel Fraga - Torcuato Fernández-Miranda - Santiago Carrillo - Carmen Díez de Rivera
Bobadilla Andrea Terán - Análisis Histórico de La Nacionalización de La Comisión Federal de Electricidad y Sus Implicaciones Políticas y Económicas para México