(28/03/2016) Soy duea de manantiales y ros, de la dulce sonrisa de los nios; duea de sueos perdidos, y de rutas que abren nuevos caminos. Soy duea de un seco y vaco corazn, en medio de una ladera que el hombre labr, signo de la despiadada contaminacin de un post-modernismo enemigo del amor. Soy duea de sueos elaborados, pero tambin de deseos inconfesados; duea de mil colores que bailan vibrando en hilos y adornos tejidos a mano. Soy duea de un verde paraso, donde el fusil hizo y deshizo; mas entre su follaje de selva escondidos la sangre nativa ha resistido. Soy duea de frutos sagrados, duea del corozo y amargo cacao, del cardamomo y achiote sembrado y de la malanga que crece como regalo. Soy duea de muertes erradas, y de espritus falsos que clavan su espada tullendo los cuerpos y robando las almas, que buscan respuestas en curas inventadas. Soy duea de Shata y de Chano, y de la lengua ancestral de sus antepasados; soy duea de miradas llenas de cansancio que esperan un mejor futuro cercano. Soy duea de todos todos estos recuerdos y dolores, pero deudora eterna de esos sus amores, que muestran al extrao ofrendando sus frutos mejores y dando el corazn como el ms puro de sus dones.