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HISTORIA DE LOS VAMPIR

Elizabeth Bathory, la condesa sangrienta

Más conocida como La Condesa Sangrienta, debido a los


macabros y depravados crimenes que cometió, Elizabeth
Bathory fue una aristócrata húngara perteneciente a una de
las mas ilustes familias de Europa. De hecho de esta misma
familia tambien fueron Esteban y Sigmund Bathory que
ocuparon los tronos de Polonia y Transilvania,
respectivamente, además de varios dignatarios de la Iglesia
y ministros de Hungría.

Popularmente se cree que mataba a sus jovenes doncellas


para bañarse en su sangre porque creía que así se
mantendria joven y bella. Se dice que llegó a asesinar a 650
personas para este proposito. Actualmente y despues de las
investigaciones llevadas a cabo no se sabe a ciencia cierta
si esto es verdad o no, aunque si se puede asegurar que
cometió una gran cantidad de crimenes de extrema
crueldad.

La historia de Elizabeth comienza en 1560, fecha en la que


vino al mundo en el seno de una de las más importantes
familias de Hungría. Su castillo se encontraba en Cachtice,
ciudad situada en Eslovaquia.También paso parte de su
vida en Viena donde tenia una mansión cerca del palacio
real en el centro de la ciudad. Allí se hizo construir una jaula
de hierro dentro de la cual torturaba a las jovenes
doncellas.

Gran parte de los investigadores achacan los malvados


instintos de esta condesa a la degeneración genética a la
que habían llegado los miembros de esta familia debido a la
endogamia, pues la única manera de mantener las
posesiones era el matrimonio entre familias nobles
húngaras. De hecho, Elizabeth era muy propensa a ataques
de epilepsia, y entre los de su estirpe había numerosos
antecedentes de prácticas de magia negra y satanismo;
además, su hermano Stephen y su tía, ambos de marcada
tendencia homosexual, fueron conocidos libertinos en su
época, y, por si fuera poco, cabe citar el caso de su
antepasada Clara Bathory, que, al decir de los cronistas,
aparte de practicar todo tipo de enfermizas aberraciones
sexuales envenenó a su marido.

A los once años Elizabeth se prometio con Ferenc Nadasdy,


el hijo de otra familia húngara de la aristocracia. Se fue a
vivir con la familia de Ferenc, al sombrio castillo de Csejthe.
Allí le gustaba jugar con los niños de los Nadasdy, pero
pronto quedo embarazada de uno de ellos. Debido a este
incidente a los 13 años se la tuvieron que llevar en secreto
hasta un castillo donde tuvo al hijo que fue sacado del país.
Dos años después se casó con Ferenc Nadasdy.

Ferenc, que poco despues sería conocido como El Caballero


Negro, por sus destacadas proezas como general en el
campo de batalla, era tan cruel como su mujer. Estuvo la
mayor parte de su matrimonio luchando contra los turcos y
cuando volvía a casa disfrutaba torturando a los
prisioneros. De hecho enseño varias técnicas de tortura a
Elizabeth. Una de las tecnicas preferidas de tortura de
Elizabeth era introducir finas agujas debajo de las uñas de
sus sirvientas, o simplemente clavarlas en su piel. También
se decía que daba llaves o monedas al rojo vivo para
quemar las manos de las doncellas, o que las tiraba a la
nieve para despues echarles agua fría hasta verlas morir
congeladas.

Se cuenta que Ferenc enseñó a Elizabeth como mantener la


discipina de sus doncellas. Sacaban a las chicas desnudas
al exterior y recubrían sus cuerpos con miel. Las dejaban un
día entero fuera, de manera que eran picadas por
mosquitos, abejas y todo tipo de insectos.

El hecho de que Ferenc estuviera ausente gran parte del


tiempo fue la causa de que Elizabeth buscara refugio en
numerosos amantes de ambos sexos de los que pronto se
aburrió, de forma que, intetando buscar nuevos
divertimentos, llamo a gran cantidad de brujos y
alquimistas que la iniciaron en ciertas prácticas de brujería
en las que se centró su vida a partir de entonces,
especialmente cuando, a la muerte de su esposo en 1604,
vio las puertas abiertas para entregarse a esta nueva
pasión. Esto tambien dio a Elizabeth via libre para
desarrollar sus propias perversiones sexuales. Segun un
registro del juicio celebrado en 1611, una vez prendio fuego
al vello pubico de una de sus criadas. Tambien le gustaba
mucho que sus doncellas se desnudaran para ella.

El origen de la historia que dice que utilizaba sangre para


fines cosmeticos es que se dice que un día, propinó una
violenta bofetada a la criada que la estaba peinando, con
tan mala fortuna que ésta comenzó a sangrar y su sangre
salpicó la mano de la condesa. Convencida de que el trozo
de piel donde había caído la sangre se veía más lozano,
proyectó tomar baños de sangre humana para mantener su
juventud y belleza eternamente. A partir de este momento
comenzó una orgía desenfrenada de asesinatos (se citan
más de seiscientos cincuenta) que se prolongó por espacio
de diez años, durante los cuales sus criados recorrieron la
región a la caza de jóvenes vírgenes, cuando no era ella
misma la que las atraía al castillo con el señuelo de ser
empleadas como sirvientas. Allí, las aldeanas eran
encerradas en las mazmorras del castillo, a la espera de ser
degolladas para que su sangre llenara la bañera de la cruel
condesa.
Una temporada que la condesa estuvo enferma en cama mando que le
llevaran a una joven doncella para hecerle compañia. Cuando esta llegó, se
avalanzó sobre ella, la mordió en la mejilla, le arrancó un trozo de hombro
con los dientes y le clavo los dientes en un pecho.

Llegó un momento que el guardar tal numero de cuerpos en el castillo se


convirtio en un gran problema. Incluso al principio se guardaron algunos
cuerpos debajo de las camas. Sin embargo, el hedor era tan insoportable
que algunos sirvientes llevaron los cuerpos a un campo cercano a la ciudad,
con lo que empezaron a circular leyendas entre la gente de la existencia de
vampiros los cuales eran la causa de los cuerpos llenos de sangre que se
encontraban alrededor de la aldea.

Atacar a una familia de poder en esa época era algo verdaderamente difícil,
y sobre todo si como en este caso, el acusado además de ser una persona
distinguida entre la nobleza tenía amigos igual de poderosos por todas
partes. Por ese motivo, el emperador comienza por no prestar atención a las
quejas de su pueblo, pero finalmente envía una tropa de soldados que
irrumpen en el castillo en 1610.
Al entrar, los soldados encuentran en el gran salón del castillo un cuerpo
pálido y desangrado de mujer en el suelo, otro aún con vida pero
terriblemente torturada, que había sido pinchada con un objeto para
extraerle la sangre, y una última ya muerta tras ser salvajemente azotada,
desangrada y parcialmente quemada. En los alrededores del castillo,
desentierran además otros cincuenta cadáveres.

En los calabozos, se encuentran a gran cantidad de niñas, jóvenes y


mujeres aún en vida a pesar que algunos de ellos tenían señales de haber
sido sangrados en numerosas ocasiones. Una vez éstos liberados,
sorprenden a la Condesa y a algunos de sus brujos en una de las
habitaciones del castillo en medio de uno de estos sangrientos rituales.
Rápidamente son detenidos y conducidos a la prisión más cercana.
Los crímenes sádicos de Báthory habían durado aproximadamente diez
años.

En el juicio, sobraban pruebas para condenar a Elizabeth Báthory culpable


de los múltiples crímenes cometidos, pues no sólo se habían encontrado
ochenta cadáveres sino que los guardias estaban de testigos para declarar
que la habían visto matar con sus propios ojos.
Ésta confesaría haber asesinado junto con sus hechiceros y verdugos, a más
de 600 jóvenes y haberse bañado en "ese fluido cálido y viscoso afín de
conservar su hermosura y lozanía".
Le seducía el olor de la muerte, la tortura y las orgías lesbianas. Decía que
todo lo mencionado poseía un "siniestro perfume". Sus cómplices fueron
condenados culpables, unos decapitados y otros quemados en la hoguera.

Báthory, aún contando con el privilegio de pertenecer a la nobleza y ser


amiga personal del rey Húngaro, fue condenada por éste mismo a una
muerta lenta: la emparedaron en el dormitorio de su castillo, dejándole una
pequeña ranura por la cual le daban algunos desperdicios como comida y
un poco de agua. Murió a los cuatro años de permanecer en esa tumba, sin
intentar comunicarse con nadie ni pronunciar la mínima palabra. Fue una
especie de suicidio, de repente dejó de tocar alimento alguno y fallece en
1614 cuando contaba con 54 años.

Los documentos existentes demuestran la union entre la familia Bathory y la


de Vlad Tepes, Drácula. De hecho un miembro de la familia Bathory,
Stephen Bathory, estuvo fue quien dirigio la mision que devolvio a Dracula
al trono en 1476. Además los antepasados húngaros de Drácula estaban
relacionados con el clan Bathory.

Los vampiros son seres mitológicos que vuelven a la vida y que


subsisten gracias a la sangre humana.
Se habla de ellos desde las culturas mesopotámica, hebrea, griega y
romana donde ya existían historias de demonios y espíritus que se
consideraban los antecesores de los vampiros modernos.
Se dice que en Babilonia existían unos seres llamados Lilu, que
bebían la sangre de bebés y niños; mientras que en Sumeria, los
Akhkharu asesinaban a los recién nacidos y a las mujeres
embarazadas.
El mito de los vampiros como lo conocemos hoy, se originó en el siglo
XV en Europa del Este. En la mayoría de los casos, estas criaturas
eran víctimas de suicidios o de brujas, pero también se dice que eran
creados por espíritus malignos que poseían a los muertos.
La creencia en estas leyendas era tal, que en algunos lugares se
realizaban ejecuciones públicas de personas que se pensaba eran
vampiros.

Representación de Lilith tentando a Eva en la capilla Sixtina del Vaticano. Lilith la


primera compañera de Adan
Según consta en la literatura hebrea, Lilith fue la primera esposa de Adán. En sumerio,
la palabra "Lil" significa "Aire." El término más viejo relativo a Lilith sería la palabra
sumeria "Lili" (plural "Lilitu"), que parece inferir la misma definición que nuestra
palabra "espíritu". En muchas culturas antiguas, la misma palabra para "aire" o
"aliento" era usada para "espirítu."
Lilith estaba hecha con arcilla, igual que él. Era hermosa y libre. Adán y Lilith nunca
encontraron la paz juntos, pues cuando él quería acostarse con ella, Lilith se negaba,
considerando que la postura recostada que él exigía era ofensiva para ella. ¿Por qué he
de recostarme debajo de tí? - preguntaba - Yo también fui hecha de polvo y, por
consiguiente, soy t

a salida del Paraiso

Lilith no obedeció la orden de sumisión que le impusieron; pensaba


que era igual a su marido, que tenía los mismo derechos que él
porque habían sido creados con el mismo barro, no se sentía inferior,
ni débil, ni dependiente. Era una mujer íntegra y como tal quería
gozar, al igual que Adán, de la vida y de todo lo que ésta implicaba,
incluidos la sexualidad y el erotismo.

Cansada de que Dios no atendiera sus


reivindicaciones, decidió abandonar el
Paraíso, antes que someterse y renunciar
a sí misma. Invocó el Nombre de Dios,
innombrable en toda la tradición judía, por
considerar que el Nombre verdadero de
cualquier ser contiene las características
de lo nombrado, y por lo tanto es posible
conocer su esencia y adquirir poder sobre
ello. Pronunciar el nombre de Dios se
convierte, pues, en una osadía suprema,
un acto de soberbia mucho mayor que el
de hacer directamente oídos sordos ante
sus mandatos; algo, en fin, demasiado
grave. Abandonó volando el Paraiso con
unas alas que el mismo Dios la dió (de ahí
su semejanza con los súcubos).
Luego tomó residencia en una cueva en
las costas de Mar Rojo, donde hasta éstos
dias se encuentra segun la leyenda. Ella
acepta a los demonios del mundo como
amantes, y desova muchos miles de niños
demonio, fue llamada Madre de los
Demonios, —esposa de Asmodeus, el Rey
de los Demonios.
Adán, mientras tanto, halló que él
lamentaba la partida de Lilith. Fué con
Yahweh y expuso su caso pidiendo el
retorno de Lilith. Yahweh concordó que
una criatura del Edén no debería partir tan
fácil del reino, y dispuso tres ángeles para
recobrarla.
Éstos tres, Senoy, Sansenoy, y
Semangelof, pronto encontraron a Lilith
en su cueva y le exigieron su retorno con
Adán por órdenes de Yahweh. Si se
reusaba, le infomaron, matarían a un
ciento de sus hijos demonios cada día
hasta que decidiera regresar.

Lilith exclamó que incluso esta suerte era


mejor que regresar al Edén y a la sumición
a Adán. Tan pronto como los Ángeles
cumplieron su amenaza, Lilith también hizo
una terrible proclamación. En respuesta por
el dolor inflingido, matería a los hijos de
Adán. Juró atacar a los niños, e incluso a
sus madres, durante el nacimiento. Juró
también que los recién nacidos estaban en
peligro de ser objeto de su ira, las niñas por
veinte dias y los niños por ocho. No solo
esto, sino que también atacaría a los
hombres en su sueño, robándoles su sémen
para dar nacimiento a más niños demonio,
que reemplazarían a esos asesinados cada
día.

Ante la negativa de Lilith de regresar con


Adán, Dios decidió dar una nueva
compañera a su creación pues proclamo
que "No es bueno que el hombre esté solo",
creó a Eva a partir de una de sus costillas,
y por lo tanto sumisa al hombre (observese
El arte también ha el machismo de la época).
recordado a la primera Lilith como Reina de los Vampiros
compañera de Adán.
Cuadro de Hon. John A partir de esta narración, a Lilith se le ha
Collier. considerado la reina de los súcubos
(demonios femeninos), por alinearse en el
bando enemigo de Dios al marcharse del
Paraíso. Y de ahí se ha pasado a suponerla
una perversa ninfómana, que seduce a los
hombres con maestría para estrangularlos
después.

Algunas tradiciones cuentan, que entre el


cabello de Lilith se encuentran, enredados,
los corazones de los jóvenes que
sucumbieron a su hechizo

Esa condición diabólica de Lilith le ha


llevado a ser también la Reina de los
Vampiros. No sólo mantiene relaciones
sexuales con hombres a los que después
asesina, sino que también se alimenta de
su sangre. Es en esa encarnación donde
Lilith se asimila a diferentes divinidades y
monstruos femeninos presentes en la
mitología clásica: Lamia, Empusa y las
lamias, hijas de Hécate, diosa de la
brujería; las harpías y las estriges, también
macabras visitantes nocturnas; las harpías,
ayudantes de las erinias o furias; las moiras
o parcas, las grayas y las gorgonas,
siniestras ancianas habitantes de los
infiernos. En todas estas figuras se repiten
las alusiones a muerte de hombres y niños.
Otras referencias mitológicas afines a Lilith
se pueden encontrar en la Brunilda de los
Nibelungos, o en la diablesa babilonia Lilu.
La misma Reina de Saba de Salomón es un
trasunto de Lilith. Etimológicamente viene
del hebreo layil, (noche), y aparece
representada como un demonio nocturno
peludo o como una mujer de cabellos muy
largos.

En la Biblia aparece una fugaz alusión a Lilith. En Isaías 34,14 se


explica con todo detalle cómo Dios con su espada mata a todos los
habitantes de Edom, lugar poblado por enemigos acérrimos de los
judíos, y que allí quedan como dueños y señores los animales.
Buitres, serpientes... y Lilith. "También allí Lilith descansará y hallará
para sí lugar de reposo". Lilith ha sido traducido por lechuza o ardilla,
evitando toda referencia a la figura precedente de Eva. En nota al pie
se hace constar: "Los hebreos creyeron que significaba un ser
diabólico, en forma femenina, noctívago, espantajo de la fantasía
popular".
Las variaciones del mito llevan a Lilith a convertirse en seductora de
los propios hijos de Adán y Eva (abordando a Caín con palabras de
consuelo y reposo tras la muerte de Abel), o a asimilarla con la propia
serpiente del Paraíso dando cuerpo de serpiente mientras Satán daba
cara humana y la voz que sedujo a Eva (como en los frescos de
Miguel Ángel de la Capilla Sixtina). Un relato de Primo Levi nos
recuerda que Lilith es la amante del mismo Dios creador, y que vive
en el Mar Rojo comandando una corte de demonios. Y otra tradición
afirma que Samael, luego Satán, el ángel caído, se convierte en
pareja de Lilith, e incluso que juntos seducen a Eva para que
engendre a Caín.

Etimología [editar]
La palabra "vampiro", que comenzó a ser usada en Europa en el siglo XVIII, fue
incluida por primera vez en diccionario de la Real Academia de la lengua española en la
9a edición de 1843,[3] con origen en el término "vampire" que ya era usado en inglés y
francés, proveniente a su vez del término vampir en lenguas eslavas y del alemán, que
se deriva del polaco vaper y éste a su vez del eslavo arcaico oper, con raíces
indoeuropeas paralelas en el turco y en el persa. Significa a la vez "ser volador", "beber
o chupar" y "lobo", además de hacer referencia a cierto tipo de murciélagos
hematófagos
Características y atributos
1. Entre los eslavos, griegos[4] y pueblos de Europa del este, un cadáver
desenterrado era considerado vampiro si su cuerpo parecía hinchado
y le salía sangre (presuntamente de sus víctimas) de la boca o la
nariz. También si notaban que sus uñas, pelo y dientes eran más
largos que cuando había sido enterrado e incluso poseía un aspecto
más saludable de lo esperado, mostrando piel sonrosada y pocos o
ningún signo de descomposición.[1] .
2. En Transilvania (Rumanía) se consideraba que los vampiros eran
flacos, pálidos, y poseían unas largas uñas y largos y puntiagudos
caninos (colmillos).
3. En Bulgaria se les puede reconocer por poseer un solo agujero en la
nariz.
4. Según algunas culturas, tienen la posibilidad de transformarse en
insectos, murciélago, rata, lobo o en niebla. La forma más
mencionada en la cultura popular es la del murciélago.
• Se alimentan primordialmente de la sangre de sus víctimas aunque
hay descripciones de que también son antropófagos y en algunas
culturas se consideraba que la sangre no era la base de su sustento,
sino el "fluido vital" humano, o la energía psíquica. Actualmente
algunos autores denominan vampiros psíquicos o emocionales a los
perpetradores de acoso laboral o mobbing.
• No se reflejan en los espejos ni tienen sombra, tal vez como una
manifestación de la carencia de un alma. Este atributo no es
universal, pues por ejemplo el vampiro griego vrykolakas/tympanios
poseía tanto sombra como reflejo, pero es muy popular gracias a
novelistas como Bram Stoker que lo menciona en su novela Drácula.

Ilustración de "Varney the Vampire" de 1847

• No toleran el ajo. En algunas tradiciones, también pueden ser


alejados con rosas silvestres.
• Los vampiros por su naturaleza demoniaca no soportan los símbolos
cristianos y por ello pueden ser alejados usando una cruz cristiana o
con agua bendita y no pueden cruzar por terrenos consagrados como
los de una iglesia.
• Son indestructibles por medios convencionales y son
extremadamente fuertes y rápidos pero se debilitan junto a las
corrientes de agua.
• Aunque en general se supone los vampiros son vulnerables a la luz
del sol, entre los eslavos se creía que no solo pueden resistir la luz del
sol, sino que en algunos casos podían viajar a otro pueblo y llevar allí
una vida normal.
• Algunas tradiciones sostienen que un vampiro no puede entrar en
una casa si no es invitado por el dueño; pero que una vez es invitado
puede entrar y salir a placer.
• En algunas zonas de Europa del este, se cree que el vampiro es un
ser lujurioso que vuelve al lecho conyugal a procrear con su esposa,
criaturas con características especiales (que varían en cada región),
que se conocen como dhampiros.
• Tienen una afinidad natural con la magia, en especial con la magia
negra y concretamente la necromancia, siendo capaces de dominarla
con mayor facilidad que el hechicero no vampiro más diestro.

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