VIDA RETIRADA.

Fray Luis de León

Fray Luis tiene como ideal de vida aquella que se aparta del “mundanal ruido”, la vida de
los sabios, y para ello huye de los ostentosos bienes materiales así como de la fama: no
le importa el reconocimiento de sus méritos y por ello no quiere que hipócritas, aduladores
(“lengua lisonjera”), le aparten de la verdadera sabiduría (“verdad sincera”). Él no gana
nada (“qué presta a mi contento”) buscando esta fama; únicamente entorpece su espíritu
(“ando desalentado”) y le hace ir preocupado (“con ansias vivas”).
Fray Luis, huyendo de este mundo (“mar tempestuoso”) busca la tranquilidad que le
depara la naturaleza, recurriendo al tópico del Locus Amoenus: un lugar idealizado, un
escenario bucólico. Pretende vivir en solitario (“vivir quiero conmigo”) olvidándose de las
pasiones humanas y disfrutando de las creaciones divinas (“...del bien que debo al cielo”).

Con el hipérbaton “del monte en la ladera” pretende hacer énfasis en monte, parte de esa
naturaleza idealizada en la que quiere refugiarse de todos los bienes y pasiones
terrenales, remarcando la sencillez de la vida que busca (“pobrecilla/mesa”) y con el
hipérbaton “de amable paz bien abastada” pretende dar mayor importancia a la paz que
no al estar abastada y deja aquellas riquezas terrenales a aquellos de lenguas lisonjeras,
aduladores (“sea de quien la mar no teme airada”).

Termina el poema con un encabalgamiento (“miserable-/mente”) a imitación de Horacio en

el que señala que deja a los de mente miserable que se abrasan con la ambición,
mientras él se retira, coronado de laurel como los poetas, y escuchando melodías
celestiales.

Fray Luis en este poema describe como persigue la paz, la soledad, la austeridad, el
gozar de la sencillez de la vida,etc. Una vida retirada con el tópico del Beatus ille y un
contacto con la naturaleza, haciendo uso del tópico del Locus Amoenus, que le permita
huir del mundo del dinero, la ambición, la fama y el éxito.