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La niebla anula un sentido y exacerba otros, haciendo que las personas pierdan la perspectiva y no sepan si la niebla baja del cielo o sube de la tierra. En la niebla, las cosas ya no se ven con claridad y nada parece ser lo que era, obligando a ver las cosas tal como son sin los colores y detalles usuales. La niebla fuerza a las personas a experimentar el presente sin saber lo que está por venir o ya ocurrió.
Descripción original:
breve ensayo sobre un fragmento del Libro del desasosiego de Fernando Pessoa
La niebla anula un sentido y exacerba otros, haciendo que las personas pierdan la perspectiva y no sepan si la niebla baja del cielo o sube de la tierra. En la niebla, las cosas ya no se ven con claridad y nada parece ser lo que era, obligando a ver las cosas tal como son sin los colores y detalles usuales. La niebla fuerza a las personas a experimentar el presente sin saber lo que está por venir o ya ocurrió.
La niebla anula un sentido y exacerba otros, haciendo que las personas pierdan la perspectiva y no sepan si la niebla baja del cielo o sube de la tierra. En la niebla, las cosas ya no se ven con claridad y nada parece ser lo que era, obligando a ver las cosas tal como son sin los colores y detalles usuales. La niebla fuerza a las personas a experimentar el presente sin saber lo que está por venir o ya ocurrió.
salvo o que no azul ainda paira de ainda no bem azul, me entrou verdadeiramente para a alma Fernando Pessoa1 La niebla anula un sentido y exacerba otros. Perdido en medio de la niebla, el pescador oye el graznido de las gaviotas, huele el olor de las algas, siente el viento tibio del oeste, cree ver una sombra frente a la proa y reconoce el arrecife. La niebla hace perder la perspectiva, no se sabe si baja del cielo o sube de la tierra. Fuerza a ver las cosas como son, muestra el espacio y el tiempo tal como son. Nada se percibe como era, nada es lo que era. Cuando se cree ver algo no se sabe qu o quin es, si est lejos o cerca, si est por ocurrir o si acaba de ocurrir. En ese momento se puede captar, por un instante, la banalidad del saber. Ya no se ven los colores de las cosas, ni se ven cosas. La niebla alienta una asctica singular: ver slo color en el color. Invita a indagar qu significa ver, aunque nunca se llegue a entenderlo. Obliga a vivir en medio de aquello que se trata de captar, como la araa vive en medio de la red, absorbida en el ahora. Produce atmsferas que no se dejan capturar. Para describirlas las palabras de la literatura se acercan a los trazos de una pintura abstracta. Rodeadas de niebla, las ideas slo pueden llegar al cerebro a travs de la nariz, la boca y los odos.
1 Pessoa, Fernando (1986). Livro de dessassosego. Bernardo Soares. Sao Paulo: