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Mauricio Macri y el elogio de los homicidas

Acerca de esa sombra etapa de la historia argentina, uno de los argumentos ms util
izados por los adherentes de Macri y desde luego por los partidarios de la manu m
ilitari es que para una nacin que ha padecido los rigores del autoritarismo en sus
formas ms extremas, lo ms saludable es el olvido y la reconciliacin. Esta frmula, q
ue no deja de tener su atractivo para quienes aunque no se atrevan a decirlo en
pblico son devotos fervientes de la mano dura, apuesta por el olvido antes que po
r la justicia; un olvido no slo indeseable, sino tambin tramposo, porque su cometi
do es ocultar tanto el dolor de los victimados como la crueldad de los victimari
os.
Otro argumento para juzgar benvolamente la serie de medidas que permiten a los mi
litares y ex militares cumplir su condena en la confortable prisin de su propia c
asa se relaciona con la edad de stos. Segn esa ptica, el mero transcurso del tiempo
vendra a convertirse en una especie de atenuante para los sucesos pasados, por a
troces que sean. Pero al respecto convendra tener presente el emblemtico caso de R
udolf Hess, jefe del partido nazi cuando Adolf Hitler asumi el poder. Recluido en
la prisin de Spandau en 1946, en los aos 80, Hess desat un debate internacional cu
ando parte de la opinin pblica propuso que fuera liberado por razones humanitarias
(estaba mal de salud y haba perdido la memoria). Consecuente, el gobierno britnic
o se neg, aduciendo que el preso era, ms que un detenido, la representacin viva de
una serie de ideas opuestas a la nocin de humanidad, y como tal deba terminar su v
ida entre rejas.
Hess muri en Spandau en 1987, a los 93 aos. Pero el actual presidente argentino ya
ha evidenciado en ms de una ocasin que la historia no es lo suyo.
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