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Mauricio Macri y el elogio de los homicidas

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adicalmente opuestas a cualquier nocin de bienestar colectivo, las tesis econmicas
del neoliberalismo, llevadas a la prctica, constituyen una segura fuente de cala
midades para los sectores mayoritarios de las sociedades que tienen gobiernos de
esa orientacin. Y es que su espritu se nutre en el plano econmico de la misma sust
ancia que su ideologa poltica: la defensa a ultranza del privilegio, la exclusin so
cial como principio activo, el rechazo visceral a las polticas sociales y la mism
a insensibilidad que siempre evidenci la obtusa y brutal derecha de los siglos XI
X y XX.
En el plano econmico, las consecuencias de este pensamiento se traducen en una se
rie de medidas que terminan por hacer ms ricos a los ricos y ms pobres a los pobre
s; en el terreno de la poltica, se significa no slo por tratar de reducir al mnimo
las expresiones de repudio al modelo, sino tambin por emprender la reivindicacin d
e figuras que, en otras pocas, encarnaron la cruenta ferocidad de esa anacrnica de
recha.
As, a las disposiciones con las cuales el presidente argentino Mauricio Macri se
las arregl para en slo siete meses de gestin desarticular la mayor cantidad posible d
e proyectos socioeconmicos, cientficos y culturales que beneficiaron a las mayoras
de su pas, se le suma un dato cuyo negativo carcter slo es comparable con el perver
so simbolismo que encierra. El hecho de que medio centenar de militares condenad
os por crmenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura que devast Argenti
na entre 1976 y 1983 hayan recibido el beneficio de la prisin domiciliaria agravi
a la memoria de miles de vctimas de esa dictadura y ofende a quienes las sobreviv
ieron. Pero adems constituye un intento por minimizar, frente a las generaciones
que no vivieron el proceso y tienen sobre l informacin distorsionada y fragmentari
a, las aberrantes prcticas llevadas a cabo en esa poca para imponer la autoridad d
e la sinrazn, la prepotencia y el oscurantismo.

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