Porque yo me fui, me fui! T tambin te hubieras ido.
Yo era un hombre quemado, lleno
de llagas por dentro y por fuera, y tu hija era un poquito de agua de la que yo esperaba hijos, tierra, salud; pero la otra era un ro oscuro, lleno de ramas, que acercaba a m el rumor de sus juncos y su cantar entre dientes. Y yo corra con tu hija que era como una niita de agua, fra, y la otra me mandaba cientos de pjaros que me impedan el andar y que dejaban escarcha sobre mis heridas de pobre hombre marchito, de muchacho acariciado por el fuego. Yo no quera, yelo bien!; yo no quera. Tu hija era mi fin y yo no la he engaado, pero el perfume de la otra me arrastr como un golpe de mar, como la cabezada de un mulo, y me hubiera arrastrado siempre, siempre, aunque hubiera sido viejo y todos los hijos de tu hija me hubiesen agarrado de los cabellos! Vngate de m; aqu estoy! Mira que mi cuello es blando; te costar menos trabajo que segar una dalia de tu huerto.