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Verde, verde; verde era el otoo sin ti.

Negro, negro; negro fue lo que sent.


La soledad entre los dientes,
De aquellos que ya no quieres.
Podra parecer otro triste estpido poema,
Pero nadie entiende que es llanto en la antigua Roma.
Fuego, fuego en las calles,
Gritarn al son de los fusiles.
Y ardern, todos ardern.
Todos los que nos heran ardern.
Siguen las hojas cayendo,
Desde que por aqu no te siento,
Indicndome que todo sigue,
Pero sin verte en mi vida.
Dime que es verdad y hay salida.
Dime que hay algo que lo apacige.
Que difcil amar en tiempos de guerra.

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