Está en la página 1de 1

La azotea

No lo olvides nunca.
Vivimos en la poca de la eterna incertidumbre y por ello, yo, que
siempre me he considerado una persona juiciosa y transigente con los
principios ms ecunimes del ser humano, he decidido subir a la
azotea del edificio ms alto de la metrpoli y declamar al viento los
versos vedados que algn infame poeta escribi pensando en m.
Despus, con los ojos cerrados y el alma serena, esperar a que el
eco me traiga de vuelta algunas de esas rimas y a que el ulterior
silencio me arrulle de manera cariosa.
Entonces saltar.

También podría gustarte