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Entre la cirrosis

y la sobredosis
andas siempre, mueca.
Con tu sucia camisa
y, en lugar de sonrisa,
una especie de mueca.
Cmo no imaginarte,
cmo no recordarte
hace apenas dos aos?
Cuando eras la princesa
de la boca de fresa,
cuando tenas an esa forma
de hacerme dao.
Ahora es demasiado tarde, princesa.
Bscate otro perro que te ladre, princesa.
Maldito sea el gur
que levant entre t
y yo un silencio oscuro,
del que ya slo sales

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