Das de Calma (Dieter Zapata G.

)
No es extrao que llegue la noche y pida al quien sea que gobierne este universo, un poco
de calma, un poco de descanso y buen sueo. No es extrao que despierte al otro da solo
para entender que an no llegan los das soleados, que an me mantengo en la
penumbra del invierno, y an estoy por esta oscuridad acompaado.
Ya no me sorprende mi baja autoestima, mi propia angustia ni mi propia tristeza, ese asco
generado por mi pensamiento, esa absurda y estpida idea de que soy necesario de
sentirme nico y amado. Ya no hay novedades que toquen la puerta, los dados hace
tiempo que la sentencia han dictado, la suerte fue esquiva y los nmeros dobles no
llegaron, son como tontos presagios de un futuro impar de un futuro solitario.
Y solo me queda un deseo, ese que ni vaciando completamente el cerebro olvido, ese
deseo absurdo y sin sentido, ese deseo de volver a sentirme vivo, ese deseo de volver a
estar contigo, ese deseo de deshacer un pasado que ahora es borroso, ese deseo de
volver contigo
Y aunque ese deseo no se cumplir yo simplemente espero, simplemente me dejo llevar, y
da a da vuelvo en ti pensar, da a da vuelvo por tus calles a caminar, da a da vuelvo por
tus parques a recordar, da a da busco en otras tu forma de hablar da a da busco en
otras volver a sentir que aqu estas.

Detrs de las montaas,

Tras las grises nubes,
Y vientos invernales,
Vendrn los das de paz.
Tras las lluvias invernales,
la paz y calma al fin vendrn,
cuando las nubes se acaben,
las flores y colores volvern.
Luego de la noche fra y callada,
la risa del amanecer la calma romper,
el sol de nuevo nuestras risas acompaar,
cuando los das de calma curen mi alma destrozada.