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EL HISTORIADOR FRENTE A LA HISTORIA Corrientes historiograficas actuales Horacio Crespo @ Enrique Florescano Luis Gonzalez y Gonzélez e Miguel Leén-Portilla Carlos Marichal e Carlos Martinez Assad Alvaro Matute e Josefina Muriel Juan A. Ortega y Medina e Sergio Ortega Noriega Silvio Zavala UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO MEXICO 1992 86 EL HISTORIADOR FRENTE A LA HISTORIA Claro esti que la labor de catalogacién frecuentemente es tan for: dable que hace dificil la utilizacién del archivo en el corto plaza. Hay que recordar, por ejemplo, el ramo de Aduanas del Archivo General de la Nacién, con sus 9 000 cajas sin ordenar ain, o el ramo de Tabacos, del mismo archivo que, con sus 1 500 cajas sin catalogar no puede ser consultado con eficacia 0, inclusive, los ramos de Real Hacienda 0 Hacienda Priblica, tanto de los archivos de los estados como del AGN, que apenas comienzan a organizarse. Pero también debe subrayarse el gran esfuerzo que se esta haciendo para su catalogacién. El AGN, por ejemplo, acaba de editar una gufa de fondos que es comparable con las mejores del mundo y que abre enormes posibilidades al investigador. En ese mismo archiva se llevan a cabo actualmente diversos proyectos conjuntos de catalogacién; por ejemplo, en proyecto conjunto con el Institute Mora se esti ordenando el material referente a alcabalas de la Direccién General de Rentas, para el periodo de 1820-1860 (alrededor de 400 cajas), que sera de enorme wi para la historia financiera y fiscal, nacional y regional. E1 Banco Nacional de México, por su parte, acaba de iniciar la organizacin de su archivo histérico, el primer archivo histérico de un banco en México. Y tenemos informacién de la riqueza potencial de Nuevo Leén, donde hay archivos recientemente abiertos como cl de la Fundidora, ee fue durante largo tiempo la mayor empresa industrial metalirgica del pats. La consulta del enorme edimulo de informacién que albergan dichos: archivos implica un dificil pero no imposible reto pues otro mito que ha pasado “a la historia” es el de la dificultad de mancjar largas scrics estadisticas. En los afios treinta, el famoso historiador Earl Hamilton, atin sin calculadora portatil (ni mucho menos computadora) realiz6 varios de Jos mas importantes estudios sobre el tema de la transferencia de la plata de América Europa y su impacto sobre el capitalismo europeo en lossiglos XVia XVII. Actualmente con las computadoras, hojas de eiilculo y grafica- doras no resulta viable ef argumento de que no sc puede trabajar bien la informacién de tipo cuantitativo. Y es precisamente la historia econé mica tuna de las disciplinas que mas se beneficia con estos avances de la industria electrénica y su aplicacién a las ciencias sociales. En resumidas cuentas, si bien existen todavia grandes obstdculos para el avance de la historia econémica en México, asi como en cl resto de América Latina, también existen grandes potencialidades. El problema, sin embargo, no reside sencillamente en las labores de acumulacion y procesamiento de informacién empfrica o cuantitativa, Aun s6lido manejo metodoldgico de estos materiales hay que agregar un claro y original andlisis, una serie de propuestas te6ricas, hipétesis sugerentes y nuevos pardmetros para la investigacién que permitan avanzar en los trabajos a los que nos dedicamos. INTRODUCCION A LA HISTORIA DE LAS MENTALIDADES" SERGIO ORTECA NORIEGA*® En esta breve charla pretendo exponer algunas ideas gencrales sobre el enfoque propio de la forma de historiografia conacida can el nombre de historia de las mentalidades, asi coma algunos principios metodolégicos que sugieren ciertas autores de este género historiagrafico. Debo ad- vertir que las ideas aquf expuestas proceden, principalmente, de los investigadores que integramos el Seminario de Historia de las Mentalida- des que funciona en la Direccién de Estudios Histéricos del Instituto Nacional de Antropologia ¢ Historia, QUE ES LA HISTORIA DE LAS MENTALIDADES Fue por el afio de 1960 cuando se difundié el nombre de historia de las. mentalidades entre algunos historiadores franceses de la escuela de los Annales. Con este nombre se designaba a cierta forma historiogrdfica, ya conocida desde antes, pero que ahora se deseaba revitalizar y hacer de manera sistematica. La historia de las mentalidades fue bien acogida y se difundid en otros pafses como Inglaterra, Alemania, Italia, Estados Unidas, Espafia y, recientemente en MExico. El nombre historia de las mentalidades es poco claro. Para exponer de modo més explicito en qué consiste el enfeque propio de este género historiografico prefiero referirme a una obra clisica en este género, y sefialar en clia cual es el objetivo que se desea alcanzar. La obra, que seguramente ustedes conocen, es el librode Max Weber, La ética protestante y el esptritu det capitatismo, En esta obra Weber analiza dos hechos histéricos, los que aparecen en el titulo del libro: la “ética protestante” y el “espiritu del capitalismo”. El autor Teficre ambos hechos a un grupo social concreto, los burgueses calvinistas de los Paises Bajos, Francia e Inglaterra, principalmente, du- rante los siglos XVI y XVII. * Por epnat del capitalismo Weber entiende un comportamiento econ6- mico de los burgueses, Un comportamiento habitual, constante, cotidiana, * Transcripcisn de Gristina Carbs, ‘* Instituto de Investigaciones Histdricas, UNAM. 88 EL HISTORIADOR FRENTE A LA HISTORIA que consistfa en buscar y obtener las mayores ganancias posibles, pero por medio del trabajo. Si bien el burgués pretendia w les, beneficios econdémicos sin limite, lo hacia a través de una vida racionalmente dedicada al trabajo, a la profesidn propia; una vida austera, sin acios ni despilfarros, un trabajo tenaz cuyo objetivo era ganar dinero para invertirlo y ganar mas dinero. Por ética protestante Weber entiende la concepcién religiosa de la vida que sc forjaron aquellos burgueses calvinistas. Weber dedica la mayor parte de su obra.a exponer cémo se forms esta visién religiosa del mundo, sin embargo es prolijo resefiarla en este momento, por lo que me limitaré a mencionar sus rasgos mas importantes. Elcredo calvinista sostenta que todos las hombres, desde antes de existir, habian sido predestinados por Dios, unos @ Ia salvacién y otros a la condenacién. Este designio de Dios era inmutable y a nadie se le revelaba El creyente se esforzaba, entonces, por buscar un signo que le permitiera saber si élestaba incluido en el grupo de los clegidos para la salvaci6n; ésta era su gran preocupacién religiosa. Los calvinistas de los siglos xvI y XVII encontraron este signo en las bucnas obras realizadas, con las que el hombre glorificaba a Dios. El calvinismo no sostenfa que las buenas obras merecieran la salvacién como ensefiaban los cat6licos, sino que las buenas obras se productan porque el hombre estaba salvado. Eran la sefial de su destino, Ahora bien, entre las buenas obras que una persona podia hacer destacaban las que se referian a su vida profesional, porque la profesién era la principal actividad del hombre; era la tarea con la que servia a la comunidad. Por consiguiente, una vida profesional intachable, metédica, constante y eficiente era el bien obrar que significaba la predestinacién a ser hijo de Dios. Es decir, el calvinista crefa que por medio de wna vida dedicada al trabajo eficiente, glorificaba a Dios y se demostraba a s{ mismo que pertenecia al grupo de los elegidos. En Ia obra que comentamos, Max Weber también analiza la relacién que existié entre los dos hechos mencionados: el espiritu del capitalismo y la ética protesiante, En un primer momento la eoncepeién religiosa sefialada sirvié para legitimar la actuacién de los burgucses calvinistas, pucs este comportamiento econémico llamado por Weber espiritu del capitalismo ya existia desde antes de la Reforma protestante, pero cra impugnado por los moralistas catélicos, quienes lo calificaban de avaricia anticristiana. Ademés de legitimar el comportamiento econémico, la concepc! teoldgica calvinista otorgé ala ganancia un valor religioso: sila ganancia prueba que el trabajo profesional es eficiente, esta ganancia es el signo de estar predestinado a la salvacién. También puede deducirse que la ética protestante sirvi6 para afianzar y difundir el espiritu del capitalismo, es decir, que gracias al valor religioso otorgado.a la ganancia, los burgucses tuvieron el més poderoso incentive para ser profesionistas eficientes. INTRODUCCIGN A LA HISTORIA DE LAS MENTALIDADES 89 Asf pues, establecida la interrelacién entre Ia percepeidn religiosa del mundo y el comportamiento econémico, ambas realidades formaron un conjunto compario ¢ inseparable del modo de ser de los burgueses calvi- nistas, La relacién entre la percepcién religiosa y el comportamiento econémico llegé a ser un clemento propio de la cultura de este grupo bu Weber afirma que esta relaci6n entre el espfritu del capitalismo y la ética protestante funcioné de manera eficiente durante los siglos XVI y XVII. Los bui calvinistas se mantuvieron en la dificil tarea de vivir austera- mente, dedicados al trabajo productivo. Se produjo después la descristia- nizacién de Europa en el siglo XVI, fenémena que también afecté a los calvinistas; se perdiéel sustrato religiaso de aquella visién del mundo, pero el comportamiento econémico estaba ya firmemente adquirido. Se perdi6 lapercepeién religiosa, pero fue sustituida por otra representacién mental que, como apunta Weber, fue la del progreso, esa concepcién del mundo en la que prima el incesante progreso de la civilizacién. Esta es Ia sintesis de la obra de Max Weber que, a mi parecer, ilustra lo que cs la historia de las mentalidades, esto es, la manera propia demirar al pasado, el enfoque especifico de este géncro historiografico, Alhistoriador dé las mentalidades le interesaaveriguar la manera como Jos hombres del pasado percibieron los hechos que vivieron. En otros tipos de historiografia se analizan los hechos —y se analizan muy bicn— pero en historia de las mentalidades ademas de conocer los hechos, interesa saber algo mAs sobre los actores de los hechas: se pretende conocer de qué manera los actores percibieron lo que hicieron; de que manera entendic- ron su mundo, y cémo esa preocupacién influyé sobre sus comportamien- tos, ya estimulandolos, ya inhibiéndolos, Podemos decir que el objeto de estudio del historiador de las mentali- dades esta formado por una tepresentacién mental ligada a un comporta- miento practico. El objeto de estudio es un trinomio: una representacién mental, un comportamiento y la relacién entre ambos. Ademis, es preciso que estos tres clementas se refieran a un grupo social concreto y que se hayan difundido en ese grupo, de tal manera que formen parte de su cultura. Al historiador de las mentalidades no le interesa hacer biografias sino estudiar hechos sociales; asi que s6lo cuando el conjunto de los tres elementos se ha difundidoen el grupo social conforma el objeto de estudio. ¥ este objeto de estudio es analizado en su perspectiva histdrica, 0 sea, cémo se forma, cémo evoluciana y cémo desaparece. Una aclaracién pertinente es que en historia de las mentalidades se emplea el término representacién mental y no idcologia, El tétmino ideologia tiene un significado concreto en ciencias sociales: s¢ reficre a una representacién mental del mundo, pero formada con ideas claras, distintas y organizadas légicamente en una s6lida estructura racional. La ideologia ¢s.un producto muy elaborada del pensamiento humano que dificilmente 90 EL HISTORIADOR FRENTE ALA HISTORIA, puede ser asimilado por la mayorfa de los individuos de un grupo social, Adcmdés, la ideologia no siempre est4 ligada aun comportamiento practico: hay personas que sustentan cicrta ideologia pero en la vida diaria se apartan de los principios que dicen creer. El término representacién mental es mas amplio; no s6lo incluye ideas raras, armadas logicamente, admite también otros tipos de per- cepcién del mundo, como son Jos religiosos que, en cl caso mexicano, resultan los mds comunes, En la obra de Weberly es precisamente una representacion religiosa del mundo la que se estudia; y esta repre. sentacién mental dificilmente aceptaria cl nombre de ideologia. Una representacién religiosa del mundo no soporta el andlisis légico, pero existe en las personas y ¢s capixz de influir sobre sus comportamientos, El término representacién mental acepta muchos elementos que no se apegan a nuestra légica cartesiana, incluso algunos meramente emoti- vos, pero que pueden constituir una representacién mental de la re: dad, eapaz de regular los comportamientos de las personas. Por estas razones, en historia de las mentalidades preferimos hablar de repre- sentaciones mentales y no de ideologias. APORTACIONES DE LA HISTORIA DE LAS MENTALIDADES AL SABER HISTORICO, Una vez expuesto, aunque brevemente, lo que es la historia de las mentalidades podemos preguntarnos équé utilidad tiene esta forma de escribir la historia? ¢Como enriquece el con jento histérico? Son interrogaciones oportunas, a las que conviene ofrecer alguna respuesta, La historia de las mentali jes enmriquece el conoeimiento histérico porque proporciona nuevos elementos explicatives de los hechos del pasado, For ejemplo, los historiadores de la economfa han analizado la relevante importancia que el comportamiento de los burgueses en los siglos XVI y XVI tuvo para la historia del mundo occidental. Ahora bien, Max Weber sefiala un elemento aclaratorio mas: el por qué aquellos hombres se decidieron a actuar asf y no de otra manera, Es una explicaci mas, que se suma a otras para ayudar a entender mejor el hecho histérico de la acumulaci6n capitalista ~ La historia de las mentalidades se ocupa principalmente de las formas ordinarias de Ia vida humana, de lo cotidiano, porque son los eomporta- mientos corrientes los que mayor relacién tienen con la percepcién del mundo que se forjan las personas. La historia sc ocupa de la sociedad, y lo cotidiano forma parte inseparable de la vida social, Los historiadores no siempre destacamos la importancia de lo cotidiano en la evolucién de wna sociedad, aunque sabemos que la tiene, Pues bien, Ia historia de las mentalidades ofrece un camino para el estudio de lo ordinario en la vida de los hombres. En los libros de historia de las mentalidades encontramos. temas como el trabajo, ¢! matrimonio, la familia, la enfermedad, la muerte INTRODUCCIGN A LA HISTORIA DE LAS MENTALIDADES oT y muchos otros que forman parte de la vida diaria de una comunidad humana y que, indudablemente, tienen un significado histérico. La historia de las mentalidades pone de relieve la humana de los Procesos sociales, Todos hemos leido tratados sobre los grandes procesos econémicos y sociales, que son imprescindibles para comprender la histo- ria de una sociedad, pera en los que no aparecen los hombres que los vivieron. El conocimiento de estos procesos, llamémasles “impersonales”, ¢3 necesario para comprender el pasado, pero en ello falta algo, faltan la carne y lasangre. Si, porque la historia fue forjada por hombres y mujeres como nosotros, que vivieron su vida cada dia; y esta parte del fenémena social debe estar presente en la explicacién que damos quienes a ella nos dedicamos, La historia de las mentalidades ofrece una via para destacar la parte humana de la historia, aqui los agentes son hombres y mujeres vivieron lo ordinario: su religiosidad, sus amores, sus odios, sus miedos, sus fobias y tantas minucias més de la vida cotidiana, Otra ventaja que brinda la historia de las mentalidades es que permite el estudio histérico dela cultura de un grupo humano. La cultura entendida en susignificado antropolégico —no enel sentido elitista que vulgarmente se asigna a este término— en cuanto realidad sin la cual no se concibe la vida social; pues bien, esta cultura se puede estudiar por mediodel enfoque de la historia de las mentalidades. ¢Cémo se formaron ciertos ras; culturales de un grupo humano? ¢Cémo se transmiticron? ¢Cémo se modificaron y cémo desaparecieron? Mucho tenemos que decir los histo- riadores acerca de la cultura para poder explicar el devenir de las sociedades. ASPECTOS METODOLOGICOS Aunque sea en forma resumida deseo explicar algunos aspectos meto- dolégicos relativos a esta forma de investigar la historia. Por principio es preciso decit que no hay una metodologia preestablecida para el andlisis de las mentatidades, como tampoco existe en otros géneros historiografi- cos. El problema del método lo resuelve cada historiador de acuerda con ‘sus objetivos y sus fuentes. Pero si no podemos sefialar una metodologia preestablecida, sf podemos, en cambio, indicar algunas recomendaciones de tipo metodolégico que ¢s necesario tener en cuenta al hacer un estudio de historia de las mentalidades, Lo primero que podemos destacar es que los fenémenos de que se ocupa la historia de las mentalidades son de larga duracién. Vimos en la obra de Weber que en el siglo XVI se empezé a formar la ética protestante, que en cel siglo Xvit estaba consolidada, y que el siguiente cambio significative ccurrié en el siglo XVi!! cuando desaparecié la concepeidn religiosa y fue sustituida por otra representacién mental; esto muestra que el fenémeno analizado por Weber se desarroll6.a lo largo de casi tres siglos. Asi pues, al planear una investigaci6n de este tipo debe considerarse la necesidlad de 92 EL HISTORIADOR FRENTE A LA HISTORIA abarcar un periodo razonablemente largo, pues en caso contrario ef investigador se expone a incurtir en serias equivocaciones, 0 a no encon- tray algtin cambio significative en el fendmeno que analiza. Otra opcidn es seleccionar un periodo cronolégico menos extenso, si de antemano sabemos que dentro de él ocurrié una transformacién importante en cl trinomio objeto del estudio. Sefialamos anteriormente que ese objeto que estudia la historia de las mentalidades consta de tres elementos: un comportamiento, una representacién mental y una relacién que existe entre ambos. Ahora bicn para disefiar un proyecto de investigacién conviene partir del compartamiento, Se selecciona entances, en primer término, el com- portamiento por analizar, que retina las condiciones antes dichas: que sea propio de un grupo social determinado, que esc grupo pueda ser circunscrito en wn lugar y que el fenémeno pueda ser seguido durante un periodo suficientemente largo. Para ejemplificar estos lineamientos supongamos que alguien se interesa por analizar las danaciones piado- sas qué los fieles novohispanos hicieron a la Iglesia. Se trata de un comportamienta perteneciente a un grupo social, la élite, cuyos miem- bros eran los dinieas econémicamente capacitadas para fundar un con- vento, un templo o una capcllanfa, Es un grupo social identificable en cierto lugar como seria, por ejemplo, la ciudad de México, y que puede ser seguida durante toda la época colanial Una vez elegido el compartamiento que sera objeto del estudio, se analiza el mismo a Ia largo del tiempo planeado. Sc constata la existencia del hecho y se verifica que, efectivamente, correspondié al grupo social escogido. Continuando can ¢l ejemplo propuesto, en esta ctapa de la investigacién habrfa que averiguar acerca de las donacioncs piadosas en la ciudad de México durante la €poca colonial. Establecer cules fueron esas donaciones, qué personas las hicieron, los montos de ellas, las condiciones puestas por el donante, y otros elementos més que puedan esclarecer el conocimiento del hecho. En historia de las mentalidades se da prioridad al ansilisis serial sobre el de los hechos aisladas. El andlisis serial del comportamicnto bajo observa- cidn, ademas del conocimiento del hecho mismo, permite observar los itmos histéricos de ese hecho; en qué momento aparecié el comporta- miento, con cuinta frecuencia se repitié, cuales fueron los periodos de mayor 0 menor incidencia, emo cmpez6 a declinar y cudndo desaparecié. Sélo el analisis serial permite conocer estos ritmos, que mucho nos dicen acerca del grupo social de cuyas individuos procedia el comportamiento estudiado, Después de haber estudiado el comportamiento en s{ mismo, el siguien- te paso metodoldgice es el andlisis del discurso. producido alrededor de él. Aqui entendemos el término discurso en el sentido en que lo emplea Michel Foucault, es decir, lo que se dice o en alguna forma sc expresa a propésito INTRODUCCIGN A LA HISTORIA DE LAS MENTALIDADES os del comportamiento sujeto a estudio. Este andlisis del diseurso. se realiza también en forma serial y para todo el periado escogido. Para cl ejemplo de las donaciones piadosas, el discurso se encuentra en una gran variedad de documentos. Disponemos de los documentos de fundacin, en los que el donante puede expresar sus motivos o reflexiones sobre la donacién. Como era frecuente hacer donaciones a momento de testar podemos recurrir ademas a los testamentos como fuentes del discurso que nos interesa. Existen también las legislaciones, civil y eclesidstica, para regular las donaciones piadosas. Si planteamos la hipétesis de que el comportamiento de estas donaciones se relaciona con la percepcién de la muerte y del mds all4, entonces podemos recurrir a otros documentos que contienen discurso sobre estos temas, como son los textos de los tedlogos o de los canonistas, sermones y catecismos, Ahora bien, estos documentos se organizan en series homogéneas, es decir, que contengan discurso comparable. Podemos establecer series paratelas segiin los tipos de documentos: una sera la serie de los documen- tos de fundacién, otra la de las leyes, otra més de testamentos y asf sucesivamente. Es importante no confundir los distintos documentos, porque la clase de discurso que contienen en gran medida depende de la posicién del emisor ante el asunto; cada quien hablar de las donaciones, pias desde su particular punto de vista. Una cosa diré el donante; otra los eclesidsticos interesados en que se hagan, Una vez establecidas las series documentales, la referente al compor- tamiento y las series paralelas relativas al discurso, el siguiente paso metodolégico es el andlisis comparativo de estas series. Este es el procedimiento a través del cual podemos descubrir la relacién entre una Tepresentacién mental y el comportamicnto practic, El andlisis com- parativo se lleva a cabo cotejando cuidadosamente las continuidades y las discontinuidades de la serie documental correspondiente al compor- tamiento, con las continuidades y disconti des de las series discur- sivas, Enel ejemploque estamos manejando podriamos encontrar lo siguien- te: un largo periodo de continuidad en la frecuencia de las donaciones pias en coincidencia con un periodo igualmente largo, de continuidad en las series discursivas que expresan una preocupaci6n del donante por la vida de ultratumba, Estas correspondencia entre ambos periodos de continui- dad ofrece al investigador una base firme para establecer la relacién entre esa percepdién religiosa y ese comportamiento. Sia una discontinuidad en la serie documental, como seria la disminucién en la frecuencia de las donaciones o incluso su desaparicién, corresponde una discontinuidad en las series discursivas referentes a la percepcién del mds alld, entonces tendremos una base ms para reafirmar la hipétesis de la relacién entre ¢l comportamiento y la percepcién religiosa. 94 EL HISTORIADOR FRENTE ALA HISTORIA Las continuidades y las discontinuidades en las series documentales son les Puntos claves para suscitar la reflexién del investigador pues la correspon. dencia entre ellas en las diversas series documentales es el punto dle apoyo mis seguro para la confirmacién de las hipétesis. Por lo tanto su andlisis en las series documentales es un clemento metodolgico imprescindible en historia de las mentalidades. Este andlisis es simulténeo porque continuidad y discontinuidad son correlativas; la continuidad se aprecia en rel: na ta discontinuidad, y viceversa. Los puntos de discontinuidad en una serie docu, mental son especialmente reveladores para el investigador, ya que, por lo general, anuncian vn momento de crisis cn el grupo social estudiadlo, expre. san que se gesta un cambio significativo en el fendmeno de mentalidad Es por esto que dichos fenémenos al ser descubiertos en las series documentales invitan al investigador a profundizar el andlisis de ean ceyuntura, con la promesa de que ahi encontrara el mejor momento para aprehender el cambio significativo, ese cambio tras del cual andémos siempte los historiadores. El aniilisis serial de los documentos es un recurso metodolégico de gran uciidad en cualquier género historiogrdfica, Las series, con sus contiaui, dades y discontinuidades, encauzan la reflexi6n del historiador y moderan los excesas de In imaginacidn, pues permiten ponderar y distinguir lo que ora regular y lo que era irregular en Ia vida de los hombres del pasaday ‘LIMITACIONES DE LA HISTORIA DE LAS MENTALIDADES De los aspectos metodaldgicos antes expuestos surgen algunas reflexio- hes con respect a las limitaciones practicas que afectan ala investigacién dc la historia de las mentalidades, Salta a la vista que una investigacion de este tipo requicre mas tiempo y mayor esfuerzo que otras formas de estudios histéricos. En efecto, ¢l andlisis de un periodo largo y en forma serial exige la consulta de una gran cantidad de documentos. Esto ee traduce en mucho tiempo de trabajo para coneluir ana investigacion completa en historia de las memtalidades. ‘Alas fuentes les pedimos también muchos requisitos. Pedimos que hays informacion sobre comportamientas y sobre discurso; que la documenta. cién sea lo suficientemente abundante para poder integrar las series, Sia esto le sumamos la desorganizacién que existe en muchos de nuestros archivos, el problema se complica atin mas. Un obsticulo digne de consideracién es la forma de evaluar el trabaj de los historiadores que se est4 imponiendo en el medio académico, legia la cantidad de cuartillas que escribe Ta calidad y la seriedad de los resultados. ta a los investigadores quienes no van a emprender proyectos de larga alcance, si lo que se les exige son muchas cuartillas en poco tiempo. Ellento pero fructifero trabajo de archivo y de INTRODUCCION A LA HISTORIA DE LAS MENTALIDADES 95 xi en esta forma de evaluacién. Si consideramos que el cg lone a ar rape gemma eeeaspen evaluacién, el resultado es claro: nadie va a comprometerse solitons ciones extensas, por mis atractives académicos que tengan. ¥ esta forma de evaluacién no sélo desalienta la javemescie Sa kiuia de ; estorba a cualquier investigacién medianai ’ ae ieioat ae estas limitadiones pueden ser superadas por menos ee adeciada organizaciéu del trabajo. El problema de ta gran cantidad de tiempo y de esfuerzo que requiere una investigacion en historia de las mentalidades se resuelve por medio del trabajo colectiva. Un esis investigadores, bien integracs, puede culminar en un tiempo razonabl el proyecto de investigacion que serfa abrumador para uns sola persona. La loralizaci6n de las fuentes documentales adecuadas, sandy ss ae problema digno de la mayor consideracién, se puede resolver por medio de una cuidadosa hesqueda en los acervos, por fo menos para el caso de Ja €poca colonial. En mi opinién, desconocemos en gran medi ee de nuestos archivos coloniales; son pocos ls ramos que ls invest gaderes trabajames de manera ordinaria $1 buscamos con eukado en el Archivo General de ta Nacién y en otros repositorios encontraremos ara muchas investigaciones. . a ntaieein en facta de Jas mentalidades, aunque oe o rendir frutos maduros, puede organizarse en tal forma gee penis investigadores la redaction y publieacionde trabajos paeiales, No importa que estas resultados parciales no redman todas las caracteristicas enfoque propio de a historia de las mentalidades, pueden ser ens! mistnos una valiosa aportacin ala historiografi. Por ejemplo, seria ya publicable el analisis serial del comportamiento social, o ¢l de una varias : discursivas, atin antes de llegar a la fase final del andlisis comparativo entre i artamicnto, ; separa onder ena breve plitica qukro Volvy &instv ea is perspec. tivas interesantes que Ia historia de las mentalidades ofrece a los investi? grdores. Per ejemplo, en nuestra historia subyace un complejo fenémeno que llamamos dominacién colonial; un hecho que todos senna a . todas de alguna manera abordamos; pero que nadie ha osado Taypstieae de manera directa. Un hecho que trascendié los limites Seperate a era colonial y que llega hasta nuestros dias. Mucho tenemos que decit os historiadores acerca de esta forma de vida en que se calla y se abe ce. ‘Pues bien, la historia de las mentalidades nos ofrece un camino p: acercarnos al estudio de este fenémeno trascendental. eusteas oy las gracias por su atencién y les reitero que no he ica empefioque compartircon ustedes el entusasmo que tengo por a histo de las mental

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