la soldadesca que remataba a los heridos no pudo detener a
Alfonso Ugarte quien arrolla cuanto obstculo se le presenta y llega hasta la bandera, que haba quedado sin defensores, y, como para demostrar que no por haber matado a stos se les haba vencido, la arrebata y emprende una huida que no es la del cobarde, hacia la salvacin, sino la del hroe, hacia la gloria. Sin dudas ni titubeos, y prcticamente envuelto en la ensea nacional obliga a su fiel caballo a dar el ltimo salto de su vida y desde lo alto del faralln rocoso se precipita al rugiente mar.