Jun 2015
El silencio de espera
Aunque san Juan claramente afirma en su prlogo que la Palabra era Dios (Jn
1, 1) la reflexin teolgica y espiritual no duda en decir que tambin Dios es
silencio.
Parecera que el silencio de Dios en la Biblia expresa dos actitudes
diferenciadas en Dios. Por una parte, el silencio de Dios est cargado de amor.
Su silencio es como la antesala de la gran efusin de amor que es su Palabra.
As el Gnesis nos presenta el silencio del caos que precede a la palabra
creadora: Todo era un silencio informe (Gen 1, 2). A ese silencio se
contrapone la exuberancia de la Palabra creadora y amorosa de Dios que no
cesa de decir: hgase.
Silencio de Dios fue tambin lo que experiment No durante el diluvio. Tras la
indicacin divina de construir el arca, Dios enmudece, calla. Pasaban los das y
el Patriarca abra la ventana de su corazn para escuchar la palabra divina que
es vida, y no reciba respuesta. Este silencio del diluvio precedi a la nueva
creacin y a la promesa divina de mantener siempre su obra creadora.
Como silencio es presentado tambin la esclavitud del pueblo escogido bajo el
dominio egipcio. Durante este perodo, Dios es silencioso y parece ausente de
la historia de su pueblo. Pero el silencio de Dios es slo aparente. l
contemplaba a su pueblo. Dios mir (Ex 2, 25) y decidi actuar. Con su
mirada de amor dio inicio los prodigios de la historia de la liberacin.
El exilio babilnico es considerado tambin como un tiempo en el que Dios
estuvo mudo. Mucho tiempo call, estuve en silencio, me contuve (Is 42, 14).
Se trata de un silencio reprimido de Dios que evoca, como la imagen del parto
usado por el profeta, la nueva poca histrica que est por iniciar en la que
tornar en luz las tinieblas (Is 42, 16).
Hasta cundo Yahveh pedir auxilio, sin que t escuches, clamar a ti, sin
que t salves? (Ha 1, 2); Por qu ves a los traidores y callas cuando el impo
traga al que es ms justo que l? (Ha 1, 13). Estas eran las quejas de
Habacuc.
Miqueas es ms explcito: clamarn entonces a Yahveh, pero l no les
responder: esconder de ellos su rostro en aquel tiempo, por los crmenes que
cometieron (Mi 3, 4). Y Dios guarda silencio por medio de Ezequiel,
como castigo por la poca generosidad de su pueblo: Yo har que tu lengua se
te pegue al paladar, quedars mudo y dejars de ser mi censor, porque son un
pueblo rebelde (Ez 3, 26).