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Lima, Julio 1° de 1909 EL HOGAR YE ~ZILA ESCUELA PUBLICACION QUINCENAL lorieta Anol im. 13 ten LIMA—PERU Ex. Hocar y Julio 1° de 1909 La Escugetax Stee REVISTA PEDAGOGICO-LITERARIA DIRECCION: = VALLADOLID Elvira Garcia y Garein tel maestro Desde el momento en que el nino pisa los dinteles de la escuela, es decir, desde el instante mismo, en que el padre contfo Ja dir n de su hi leterminada "maestro, que debe ser persona de toda su confianza, se establece entre ainbos, | una solidaridad de deberes. cuyo lazo de unin eselniio yen obsequio del cnal debe hacerse todo lo bueno, que en este ~ orden sea posible practicar, mediante un ‘comin estuerzo. “Pero, conviene saber éel colegio recibe al niio ara educarlo é instruirlo, 6 s6lo para ustruirlo? A este respecto hay gran erepancia. de opiniones, tanto de par- de los padres de los nifos, cuanto de maestros mismos. ‘Siexaminamos detenidamente, y con sspiritu desapacionado, cual es la labor prada del inayor ntimero de culazios, 95 encontraremos en buen nimero de ipo: el colegio es w leel nino coneurre todos La moral en él colegio y el rol educator i PUBLICACION QUINCENAL 84 ALTOS ~TELEFONO 706 ciales, y casi siempre podero- sos estimulantes de su vanidad, & que momenténeamente siquiera, cumpla con los deberes de asistencia y trabajo, ya que falta poco tiempo para terminar el aio; asi se prepara, de la misma manera que para una representaci6n escénica, en ese simulacro llamade examen, donde el éxito depende de la suerte, mas que de Jos mérecimientos personales. Ante situacién semejante. el nifio se entrega 4 una serie de praeticas, renidas casi todas, con los preceptos que la cien- cia pedagézica moderna aconseja: enri- quecer la memoriaes lo principal, llenén- dola de datos, fechas, acontecimientos y definiciones Que puedan brotar en tro- pel,,enel preciso momento, en que su re- peticién se impon, ) una necesidad, par quedar, come neralmente, lncido. , Mientras domine es, la labor e Re “7 consagra més al desarrollo y enriqueci miento de las fuerzas dela inteligenc dejando que las demés facultades del es piritu, tomen una participacion medio- Cre, en ese derroche exuberante de ener= gins. La educacidn del nino corresponde tan- to dla familia, que lo maneja muy de cerca y lo sigue en todas sus manifesta- ciones, cuanto al maestro, que obsery el despertar de esa alma A través de las miiltiples situaciones en que tiene qne verse colocado, Bx la labor més da, que corresponde desempeniar 4 quien con muy justo titulo se le Hama hoy edueador, porque tiene que estudia euiar, provocar 6 contener el despertar del alma del nino: ante tan sagrada mi- sién no debe interponerse nada, y no de- be omitirse tampoco sacrificio ‘algnno. Son factores educativos de primera iuer- za, y los tinieos que produciran resulta- dos felices: «1 ejemplo, el consejo y la ins- truccién. Segtin esto, la instruccién de- Le quedar completamente subordinada 4 la educacion; asi lo han observado los pedagogistas de nota, y en esta forma, ‘igen sus m&s entusiastas consejos. Considerar Ia instruccién, como el prin- cipio y el fin principal que debe Henar el colegio, es desconocer lo més grande y més trascendental, que exige la vida del nifio en sus relacionex con maestros ) padres. El maestro debe tomar al nifo y manejarlo con intima conviecion de modelar su espiritu, al mismo tiempo, que le snministra los conocimientos ne- cesarios, que serdn los que constituyan el material que sirva de base. para for. marie el caracter; asi y s6lo asi. se con- seguir preparar en el nino al hombre recto y al ciudadano probo, y en la mu jer 4a madre de familia 6 la educado- ra_noble ¢ inteligente. Y oulear todas esas reg! u quen en su totalidad 6 la. conclencia del nio, de manera tal, que éste al obedecer, ho haga sino obedecerse & Si mismo. Desde luezo, todo género deeducacin, debe reposar sobre un principio justo y equitatiyo. y ese principio no puede ser sho de Grden moral, de donde se deduce vsaes y de- como justa consecuencia, que ¢ 7 bererla base sobre que reposa. la disci- plina de cualqnier colegio de que se tra te, no importa cual sea su categoria y el fin especial que tenga que Henar. El sentimiento del deber y la ley mo- ral, deben constituir el centro el rededor del cual gravita todo lo quese quiere agregar en este orden, porque se dirigen las manifestaciones en general y se adap- fan sin resistencias @ las doctrinas filo- séficas, La ley del deber 110 constituye ciencia alguna, porque est& en nosotros: mismos, se revela, seimpoue y obliga 4 Jos corazones qe son rectus x nobles; Yy_ no espera para hacer oir su voz. que el hombre sea maduro, ni que haya alean- zado wna notable instrucci6n. “Ella, ¢0 mo dice Vessiot, “recuerda en la concien- cia del nino, la 6rdenes cuya violacién le hace enrojecer™= Del amor ai estaley, asegura Rocafoi fe puede hacer ene Bane el resto de ja epnsehanza: “el amor ala verdad bién. el rexpeto A los ee laes' a por las ee siones y los nobles s timientos, los deberes « i con los padres. | dad y Ja inclin ese ideal de justic Jos hombies al La ensenanza de | ha d , como Esta obra de gran trascendencia para cep) la felicidad de los pueblos, serd el eneas gwortnl denamiento sucesivo de la labor que co. mienza modestamente en la escuela, se Seve en el co en Ja universidad, continudndose et ] idad, cont 1 Ses guida A través dela vida de cada indi. 0, para perfeccionarse — ai _ afiog > aierrados oe que EL HOGAK Y enjsistema de preceptos sanos y hermo- Sos, en perfect armonfa, con los dicta dos de wna sana razén; por ese medio de- be proceder A la conqnista de ese cora- z6n, hasta hacerle hablar en ese idioma pnro y noble, que sdlo son capaces de saber traducir las almas sensibles y bue- nas, En todo el trayecto de la vida colar, desde la escuela infantil hasta la ‘uniyersidad, todo debehablar al nino de la moral, y se podré Hegar A este resul- tado, procurando que todole hable muy de cerca al nifio, recordandole el prince io de esa ley: los asuntos elegidos para, los temas, los deberes diarios. los libros que consnita, los estractos que hace y hasta los cuentos. las novelas y las his torias que lee: todo en general, debe i rare esa conviceion psicolégica. ditin iéndola en todo su ser. tan intima perfectamente, que le imposille 62 cualquiera épocr de sn viday en cual- quiera sitnacin en que se halle, separa se de clla, ni olvidarla siquieva por un momento, “El educador debe contar ante todo, dice M. Félix Thomas, con el sentimien- to del nino que maneja,cultivaniolo, de- senvolyiéniolo y hablandole si re”, Bs desde el momento: ea que el nino, no slo comprende el bien, sino que Jo sa- ‘borea y lo ama con fruicién exqnisita, que pie asegurarse que esti en pose- ‘sion dle él. y que le seré ya imposible la [préetien del mal. De aut pnede inferinse fel papel tan importante. que para Ia vi (da moral del nino significa el profesor, {que le gunfa todos los dia y en todos los monientos desu existencia, Su palabra autorizada debe servirie de areola de t odo él saber y de todas esas cnalidades de que debe estar siempre revestido ante -opinién de ese joven 6 ingenuo audi- io. La semilla depositada asfen los ros corazones, serdla que germine 10 lejano, haciéndole amar todo bello. y no sv perdera joyada ensanciones el ab LA WSCUELA de los vonocimientos, por importantes que estos sean, lo que constituye la im- portancia desu papel; no, ese es s6lo un medio; tal vez el mas poderoso recurso de que es posible valerse para. hablar muy al fondo del nino, desarrollar sus distintas facultades y provocar en cada una de ellas la eclosiéu de cuanto de be- llo pueden encerras El profesor de letras, por ejemplo, no tiene el Gnico rol de ensefiar 4 hablar para no decir nada, como generalmente Se asextira; lejos de eso, la erudicién que posee debe servirle de punto de apoyo, para sobre ella elevarse hasta el mas al to entusiasmo y trasmitir de esa mane- nadmiracién, por todo lo que es grande, comnniedndola eon ese poder in- contenible del coutagio; en esas condi- ciones, sus palabras despertaran eco x mpitico en esos espiritus tiernos y dyidos de novedades, y hasta encoutr alzo dest mismos en las péginas xperimentadas aun, y que se les so- mete & su juicio. El profesor de ciencias, que es juzzado como demasiado serio y hasta seco é impersonal, ineapaz Dor lo tanto de edu- car, es un error considerarlo como tal, porgue segiiu como dirige su ensefianza puede provocar, por medio de ella, una viva emocién moral. den y la ar- monfa del universo, le jlidatt desus leyes, las maravillas de i ente grande y de lo infinitamente pequeio; la cadena continua de los seres creados; toilo eso contiene fuentes de admiracion Y de poesia, ante las que no. pueden per- mupever frios, ni maest mi alunos.» _ En vista de esto, no. traiio el que notables por sonfiesen in neia ejercie- peaencos EL HOt verdad. Elamor y la investizacién de Ja verdad es lo que deben inspirar todos los profesores en general sean de letras 6 de ciencins, Rocafor dice: «Todos pue- den Hegar alli, el cientffico en las inves- tiguciones dela geometria y del cdleulo més abstracto, asi como en la observa- cidn de los fenédmenos dela nataraleza; el historiador en los acontecimientos fe- ices 6 desyracixdos que forman la. tra ma de la vida de las naciones; el filésofo en Jas leyes del peu maciones de la conciencia; el retérico en el arte de expresar con propiedad ‘ideas justas y sentimientos nobles.» El amor Ala verdad por ella misma, sin fin utilitario alguno, el sumeti- miento incondicional 4 su imperio, hace nacer en el coraz6n del nino, perdnran: dc después en el del joven, el gusto y hasta la pasién por todo lo que es bue- no y honrady; al mismo tiempo se de: pertara en sualma, como un vivo senti mniento de protesta, hacia cuanto consti- tuye el engaiio, la mentira, el disimulo y lahipocresia. Elaborada esa virtud en Jo mas fntimo del ser, es decir, cimenta- do el amer 4 la verdad, se esté ya en O- sesién de todas las vi ace net . Unespirita perfectamente amaleamado 4 la verdad, queda en posesién absoluta: de la modestia, tanto por el justo senti. miento de ss propias fuerzas, como por Ja desconfianza de las causas de error que Ie rodean. De esa perfeccidn del espiritu brota también la solidaridad, ante esa viva necesidad que experimenta por la cola boracién del mayor aximero y por la es- ‘timacién y simpatia, que le atrae hacia todos los que han suirid > & través delos siglos en las investigaciones de la yer- dad, Méx avin. elamor &la verdad no puede dejar de estar asociado al amor al bien y ésta es una_de sus mayores ex. lencias, porque se forma el habito y s Ja necesidad de pensa: AR Y LA ESCUELA eran importancia. y que debe ing- de era Toema ineondicional; taleg fon, la estimacidn y-el respecto. | Ambog sev ia consecuencia inmediata del ejem= plo que sepa darles en todos los momen- vow de su vida futima, y de las muestras de abnegacion y de sacrificio de que se- pa dar muestras, Sil alumno se enor frullece al hablar de su maestro y_ puede recordar en mayor proporcién sus méri- tos que sus faltas, es seguro que se sen” tira luego atrafdo por él, vencido ante esa superioridad, que procuraré imitar. ‘Al contrario, si en el andilisis que el alum- no haga de su maestro, resultan en ma- | yor proporeién los defeetos que las cua- | idades, una sourisa ironiea y un aire | de compasi6n y de desprecio Serf todo Jo que se conquiste, quien. sin merecerlo, retende dexpertar en esa alma nueva, [oque no ha sido capaz de sentir. Como coronamiento de todo lo que hemos expuesto en el orden moral de la vida del nino, debe venir el amor la’ acci6n, representando por un entusias- mo vivo, Vivisimo, verdaderamente ava= sallador, despertado asf, bajo la pot rosa influencia de un educadorde con: ciencia, que sabe hasta donde debe leva esos seres que maneja, para. conducir fisn destino. Un profesor bien inspira do desu misién es el nico que puede hacer que prevalezca una igualdad per iectamente arméuica, entre el valor de la inteligencia y su trabajo inmediato. Los honores que el alumno quiera obte- ner en el colegiv, la superioridad en e saber, su distincién entre los alumne wt; ett todo gse-cortejo de ; ifr to piratlos en J HOUAK YY LA tos y los mas delicados sentimientos; también descender hasta el fondo de su alma yentresacar de alli, Jos defectos dominantes, hasta conseguir sn exten- | sidu radical y qve sean en cambio, reey- | plazados, por las virtudes, que le | opuestas. Para empenarse en esta obra | con provecho, es indispensable asociarse muy intimamente al nido, paraestudia lo y conocerlo con exactitud tan grand que se pueda bacer de 6) una especie de monografia en la que no falte ninguno de los detalles necesarios para hacer una periecta exposicin. Para consezvir este resultado es ft ve- €es un inconyeniente, 1o numeroso de las clases, porque la lator de instrifr toma buena parte del tiempo y absorbe la atencién del maestro, que no es bastan- te vivo y experimentado, para poder di Yidir sw actividad entre muchas cosas & Ta vez. El manejar 4 los nifos por muy poco tiempo es tambien un inconyenien- te de alguna fuerza y de alli el que se re- comiende, para las escuelas primarias, el sistema rotativo que consiste en_que

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