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LOS RETOS DE LA EDUCACIÓN SECUNDARIA:

UNA MIRADA INTERIOR

La escolarización obligatoria de todos los alumnos y alumnas entre 6 y


16 años ha supuesto una nueva realidad en los centros docentes que ha
generado unas consecuencias que deben ser examinadas cuidadosamente por
los ciudadanos, los poderes públicos y por el propio sistema educativo para
evitar unos efectos secundarios que producen exclusión social, marginación y
desvertebración en amplias capas de la sociedad.

Esta situación nos obliga a afrontar los retos que la escolarización


obligatoria de todos y de todas está generando.

 El reto de la “diversidad”: También llamado el de la atención a la


diversidad o el de la construcción de un modelo de escuela inclusiva. La
falta de respuesta adecuada de nuestras escuelas a este reto produce
rechazo a la escuela como institución, a la autoridad, a la civilidad por
parte de muchos alumnos y alumnas que viven su escolaridad de forma
desafiante y acumulan sentimientos negativos y resentimiento al no
encontrar aceptación a su subcultura o a su grupo social, cultural o
étnico. Esto deriva en gran medida hacia la marginación, el desempleo,
la precariedad laboral y vital y el “trapicheo”. La atención a la
heterogeneidad del alumnado exige más medios y recursos para
flexibilizar el currículum evitando el etiquetado y la estigmatización y una
atención especial a las transiciones, especialmente a la que se produce
entre la enseñanza primaria y la secundaria.

 El reto de la “escolarización real” de todo el alumnado: Existe gran


dificultad para abordar los problemas derivados del absentismo escolar.
Las medidas y planes institucionales a todos los niveles no han aportado
hasta ahora soluciones efectivas para la integración de este alumnado.

 El reto de la convivencia de “culturas profesionales” diferentes en un


mismo centro: La escolarización obligatoria ha puesto en evidencia la
existencia de estilos de enseñar y de comprender la función de los
centros educativos opuestas. También ha producido patologías,
profesores y profesoras inadaptados a la nueva situación que produce
conflictos y síndromes.

 El reto de la “convivencia”: Las escuelas son micro-sociedades que


proporcionan la oportunidad para enseñar a convivir a alumnado de
diversos orígenes sociales y culturales. Al menos las escuelas públicas,
donde encontramos alumnado de los más diversos orígenes
geográficos, sociales, económicos y culturales. Son una oportunidad
para hacer compatibles todas esas diferencias e integrarlas en un
modelo que invite a una mayor comprensión social y a una resolución
positiva de los conflictos. Al mismo tiempo, hoy están escolarizados en
los centros en situación normalizada el alumnado con necesidades
educativa especiales, especialmente el que tiene deficiencias de
carácter personal (retrasos madurativos, deficiencias visuales, auditivas,
motoras, etc). Sin embargo, no se ha afrontado todavía suficientemente
al alumnado con déficits socio-culturales o con problemas mentales
(psicopatías, antisociales, etc.).

Al mismo tiempo, observamos como cada día son mayores las


demandas que la sociedad realiza a la escuela. Esas demandas se dirigen
fundamentalmente para que ésta aumente su función de custodia de la
población escolar y para que actúe de forma preventiva ante una multitud de
demandas producidas por los cambios o anomalías en el modelo de sociedad
en la que vivimos (accidentes de tráfico, embarazos adolescentes, delincuencia
juvenil, etc).

Cada día que pasa la escuela ocupa más el espacio que anteriormente
pertenecía o era responsabilidad de la familia. Cada vez hay menos familia y
más escuela. La mayoría de las demandas no son instructivas, sino educativas
y relacionadas con el aprendizaje de normas, actitudes y valores, en ocasiones
contradictorios con los que el sistema imperante produce.

Este reequilibrio de funciones educativas no debe significar ni favorecer


la inhibición de las familias en las responsabilidades educativas. Uno de los
grandes problemas que tenemos en las escuelas es que detrás de los niños y
niñas en muchas ocasiones no hay familia (aunque exista físicamente). La
sobreprotección y la permisividad familiar es una epidemia que amenaza con
ahogar las esperanzas de formación de buenos e instruidos ciudadanos que
tiene la escuela.

Debido a esta situación, se generan nuevas necesidades en los colegios


e institutos para poder realizar estas nuevas funciones que la sociedad está
demandando. Por ello vamos a señalar aquí algunos otros retos que
complementen los enumerados más arriba:

 El reto de lo “educativo”: La escuela no es un lugar donde sólo se


aprenden conocimientos sino donde también se educa. Es un espacio
para hacer crecer al alumnado, para enseñar y aprender buenas
maneras y valores universales. Para ello, es fundamental que todo el
profesorado interiorice ambas funciones y que las nuevas generaciones
de profesores y profesoras se formen en ese convencimiento y en ese
conocimiento. No se puede soportar en los institutos que los docentes
carezcan del conocimiento pedagógico, psicológico, sociológico, etc.,
básico para esta labor.

 El reto de “abrir la escuela” a otros profesionales que se necesitan


para implementar con acierto las medidas que la sociedad está
demandando a la escuela. Se necesitan más psicólogos y pedagogos,
educadores y trabajadores sociales, sanitarios... que trabajen codo con
codo con los maestros y profesores en la integración escolar de todo el
alumnado y en el trabajo con las familias.

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